20 ADITIVOS que debe evitar

u Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar • ADITIVOS • Septiembre 2015 t
Cáncer: estudios en animales
La ingesta diaria para el aspartamo permitida por la Unión Europa está fijada en 50 mg/kg al día para
la población en general. Pero ¿podrían las dosis comprendidas en este límite favorecer el desarrollo de
ciertos cánceres? Varias asociaciones lo afirman, mientras que las autoridades sanitarias europeas y norteamericanas
lo niegan. Así, para obtener una visión de conjunto más clara, decido revisar todos los datos
científicos desde el principio, tanto en el ser humano como en animales.
En un principio, entre 1973 y 1981, se llevaron a cabo cinco estudios, en su mayoría financiados por la
industria. Los estudios siguientes serían, en su mayoría, independientes o financiados por las autoridades
estadounidenses.
En un estudio de 1973 de dos años de duración realizado en ratas, se descubre que las ratas expuestas al
aspartamo presentan un número significativamente mayor de tumores cerebrales que aquéllas sin exposición.
Este hallazgo suscita el debate sobre la peligrosidad del aspartamo porque dicho estudio, en realidad,
se compone de varios subestudios. Si analizamos cada subestudio por separado, no se aprecia un mayor
número de tumores cerebrales en las ratas a las que se ha administrado aspartamo respecto de aquellas
que no lo han recibido. Sin embargo, sí se hace patente una incidencia excesiva de tumores en los grupos
de tratamiento cuando se contabilizan todos los resultados independientes. Dicho de otro modo, los
tumores obedecen a una distribución aleatoria, sin que exista relación dosis-efecto (las dosis más elevadas
no apuntan a un mayor riesgo de tumores). Dado que la relación dosis-efecto es uno de los principios
básicos de la toxicología, la mayoría de los investigadores ha llegado a la conclusión de que el aspartamo
no es cancerígeno a la luz de los datos de este estudio. Por añadidura, la tasa de tumores en los grupos que
recibieron aspartamo es idéntica a la tasa de tumores espontáneos en los otros grupos (Sprague-Dawley).
En 1974 se lleva a cabo un estudio en otro tipo de ratas en el transcurso de toda su vida (con un protocolo
muy similar al adoptado por los investigadores italianos del Instituto Ramazzini). Resultados: una
mayor incidencia de adenomas hipofisarios en los machos sometidos a dosis elevadas de aspartamo y en
las hembras sometidas a dosis bajas (el adenoma hipofisario es un tumor benigno que crece en la adenohipófisis,
que es una glándula situada en la base del cráneo; el tumor puede inducir la hiperproducción
o hipoproducción de determinadas hormonas, alterando el equilibrio endocrinológico, entre ellas la
prolactina, que activa las glándulas mamarias, la hormona del crecimiento, la hormona estimulantes del
tiroides y otras estimulantes del ciclo ovárico o de las glándulas suprarrenales).
Se observó asimismo una mayor incidencia de adenomas suprarrenales en los sujetos macho tratados y de
adenomas hepáticos en los sujetos hembra tratados. Este aumento en el número de adenomas se explica
por el hecho de que las ratas no expuestas al aspartamo presentaron, en realidad, una incidencia menor
a la esperada para esta especie de ratas. No se observaron más tumores cerebrales en los grupos de aspartamo
que en los grupos de control. Las ratas que recibieron aspartamo presentaron afecciones renales;
pero, si bien los expertos en toxicología reconocen que dichas afecciones se relacionan, en efecto, con
el aspartamo, también aseguran que estos trastornos están asociados a la fisiología particular de la rata.
En 1974 se llevó a cabo un estudio de dos años de duración en ratones que no encontró efecto alguno del
aspartamo en el riesgo de cáncer y tampoco encontró ninguna anomalía concreta en los animales tratados
con aspartamo. En ese mismo año, se dirigió un estudio de 56 semanas de duración en ratones a los que se
implantó aspartamo en la vejiga y no se observó un mayor número de cánceres en estos ratones respecto
de los que no recibieron el implante.
En 1981 se publica un estudio japonés de dos años de duración realizado en ratas. Los autores del estudio
llegan a la conclusión de que el aspartamo no está relacionado con un aumento en el riesgo de desarrollar
cáncer. El único trastorno notificado es, como en 1974, una afección renal asociada a un aumento del
calcio en la orina.
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