20 ADITIVOS que debe evitar

u Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar • ADITIVOS • Septiembre 2015 t
ten el riesgo de diabetes. Es posible que la relación encontrada en el estudio francés y en los dos estudios
estadounidenses entre bebidas edulcoradas y diabetes pueda explicarse por una relación de causalidad
inversa; es decir, que las personas que consumen bebidas edulcoradas lo hacen porque tienen exceso de
peso o porque les preocupa su salud (por ejemplo, tras un diagnóstico de glucemia o triglicéridos altos
o de hipertensión arterial). Los investigadores franceses admiten, además, que su estudio está sujeto a
restricciones; en concreto, en el sentido de que la información sobre el tipo de bebidas consumidas no se
habría actualizado a lo largo de la duración del estudio y de que la dieta habría podido cambiar.
No obstante, en un estudio comparativo de azúcar, aspartamo y estevia, la secreción de insulina a los 30
minutos de la ingestión era tan elevada en el caso del azúcar como en el del aspartamo 9 . Por lo tanto, no
se puede descartar formalmente el riesgo de diabetes en casos de consumo habitual de bebidas edulcoradas
con aspartamo.
Consejos de la AESA sobre el aspartamo
“El aspartamo y los productos de su descomposición son seguros para el consumo humano a los niveles
actuales de exposición”, indicó la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) el 10 de diciembre
de 2013 en un comunicado posterior a la realización de una primera evaluación completa de los
riesgos asociados a este edulcorante sintético.
La AESA se limita a alertar de la presencia de fenilalanina -un aminoácido presente en el aspartamo- por
suponer un riesgo para las personas que padecen fenilcetonuria, una enfermedad genética rara. La agencia
informa que: “Para la población general, la ingesta diaria admisible (IDA) actual de 40 mg por kilogramo
de peso corporal y día representa una protección adecuada. Por lo tanto, no procede revisar dicha IDA”.
Mi consejo: En mi opinión, los riesgos relacionados con el consumo de aspartamo en dosis moderadas
son, probablemente, escasos. Una serie de especialistas ha publicado recientemente una
revisión de la bibliografía científica -algo densa pero exhaustiva- sobre el aspartamo y la salud,
cuya lectura aconsejo a todos aquellos que deseen forjarse una visión panorámica del conjunto
de estos estudios 10 .
Sea como sea, destaco la opinión de mi amigo el profesor Jean-François Narbonne, experto en
toxicología de la ANSES, quien considera que “no hay lugar para el aspartamo en nuestra alimentación”.
En sus propias palabras: “conviene evitar el aspartamo; es un invento de la industria
agroalimentaria que además fomenta hábitos no convenientes en las personas. El aspartamo no
tiene ningún interés nutricional; es un edulcorante bajo sospecha”.
Por consiguiente, aconsejo a todo el mundo evitarlo en la máxima medida posible, en especial
durante el embarazo, en los niños y en las personas mayores. Y es que, más allá de toda polémica,
tenemos una certeza: los edulcorantes refuerzan el hábito y el ansia de consumir cosas azucaradas,
especialmente en los niños; por eso muchos niños han dejado de apreciar el agua, ya que
dicen que “no sabe a nada”.
Y, retomando el debate sobre los verdaderos riesgos de los edulcorantes, no hay duda de que un
consumo regular e importante de alimentos azucarados aumenta el riesgo de obesidad y diabetes.
u La sucralosa (E955)
La sucralosa es un edulcorante sintético organoclorado con propiedades endulzantes hasta seis veces superiores
a las del azúcar blanco (la sacarosa).
9
Anton SD, Martin CK, Han H, Coulon S, Cefalu WT, Geiselman P, Williamson DA. Effects of stevia, aspartame, and sucrose on food intake, satiety, and postprandial
glucose and insulin levels. Appetite 2010 Aug; 55(1): 37-43.
10
Marinovich M, Galli CL, Bosetti C, Gallus S, La Vecchia C. Aspartame, low-calorie sweeteners and disease: regulatory safety and epidemiological issues. Food Chem
Toxicol 2013 Oct; 60: 109-15.
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