JORGE ARIZA

Sexto Orden Entrevista a Jorge Ariza
¿Cómo fue ese primer contacto con la guitarra, compañeros jugaban a las cartas y se tomaban
y que te llevó a querer conocerla mejor? unos cubatas. Cuando nos llamaban otra vez,
“Antiguamente, en los bautizos, las comuniones o pues a trabajar. De ahí se nota que yo estuviera
en las bodas, había costumbre de hacer una gran siempre en forma. Luego tuve que dejar la orquesta,
8 fiesta en las casas o en los barrios, y llamaban a
para irme a Bélgica.”
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Jorge Ariza
“Mi cultura es la guitarra,
la cultura de vivir la vida
normal”
Pablo Romero > Hoy, 18 de marzo de 2010, nos
encontramos con el que hasta hace dos años era
el catedrático de guitarra más antiguo de España,
premiado en la primera edición del Concurso Internacional
de Benicàssim (1967) y primer premio
en la 2ª edición (1968). Hablamos de Jorge Ariza
(Granada, 1939). Estudió con R. Sainz de la Maza
en Madrid y con Andrés Segovia. Fue profesor de
guitarra en Bélgica y es todo un fenómeno de popularidad
en Japón. Desde 1969 viene desarrollando
su labor pedagógica en el Real Conservatorio
Superior de Música de Madrid, y en el año 2009 se
jubiló tras 40 años de continuo magisterio en este
Centro. Hoy tenemos la suerte de que nos conceda
un momento para hacerle unas preguntas.
Inspirados por el artículo de la revista anterior sobre
el pintor Romero Escacena, hemos decidido
incluir en esta entrevista una caricatura por cortesía
de Laura Aznar Segovia.
los músicos de Pulso y Púa porque eran los que
más abundaban. Tendría yo cinco o seis años
cuando mis padres se dieron cuenta ya de que me
gustaba la guitarra, porque en lugar de jugar con
los otros niños, me paraba delante del guitarrista
durante largo tiempo. No miraba ni la bandurria,
ni el laúd, sino la guitarra. Poco más faltó para
que mis padres me compraran una. Fue entonces
cuando tuve la primera en mis manos, con seis
años.
Estuve desde los seis a los nueve años sin profesor,
dando la lata a todo el que me oía con aquella
guitarra desafinada. Como no sabía afinarla lo más
que hacía era molestar a los vecinos en mitad de
la calle.
Me acuerdo de un hombre que había por allí. Yo lo
veía como un hombre muy viejo. Un día me paró y
me dijo: «difícil instrumento has elegido». Tiempo
después pensé que ese señor debió haber sido
guitarrista porque luego bien supe que la guitarra
es muy difícil.
Como no me cansaba de la guitarra, a los nueve
años mis padres llamaron a don José Ricuerda,
mi primer profesor y un guitarrista muy famoso.
Desde los nueve hasta los quince años estuve con
él. Un día me dijo que ya no me podía enseñar
más. Yo ya tocaba la Sonata de Malats, Capricho
Árabe, minuetos, sonatas… No lo tocaría tan bien,
pero me dijo que me fuera a Madrid a estudiar con
Regino Sainz de la Maza. Así que con quince años
me vine a Madrid.”
¿Hay o había algún otro músico en tu familia?
“Mi padre y mi madre cantaban zarzuelas y ópera.
Mi padre, barítono (sin carrera musical), y mi madre,
tiple, con la carrera musical terminada.
Tengo un hermano con la carrera de guitarra:
Fernando Ariza, está en Granada y toca muy bien.
Disfruto mucho escuchándole. Mis dos hermanas
también tocan pero para acompañarse sus canciones,
boleros, rumbas…, música doméstica.
Tengo seis hermanos y los seis la tocan. Mi abuela,
madre de mi padre, dio clases con Francisco
Tárrega, ella también tocaba. Y mi madre estudió
solfeo con Ángel Barrios, que era íntimo amigo de
Manuel de Falla.”
¿Cómo vivía un guitarrista en los años sesenta?,
¿cómo te ganabas la vida?
“En esa época me ganaba la vida en los cabarets y
en las salas de fiesta tocando la guitarra eléctrica.
No había en Madrid ni un cabaret donde no hubiera
músicos. Para que te hagas una idea era como
el Moulin Rouge de Francia con gente tomando
copas, chicas de alterne… Se puede decir que
actualmente las discotecas han suplantado a los
locales en los que yo tocaba, pero no tiene nada
que ver, entonces ni siquiera había discos. Si querían
música tenía que ser en vivo.
En la orquesta éramos seis y se llamaba “Señor
Gea”. Yo estuve más o menos once años. Un
detalle muy bonito es que durante esos 10 años
cuando mis compañeros estaban descansando,
porque las salas tenían dos orquestas y nos turnábamos,
yo estudiaba con mi guitarra española
hasta que se acababa el descanso. Mientras mis
¿Cómo pasaste de trabajar en cabarets a trabajar
en un conservatorio en Bélgica?
“La historia es tan simple como que yo estaba en
la orquesta y un buen día me llaman por teléfono
del Ministerio de Asuntos Exteriores para preguntarme
si quería ser profesor en un conservatorio
belga. Como a mí lo de las salas de fiestas no me
gustaba demasiado, aunque ganaba mil pesetas
diarias que para aquel entonces era mucho dinero
(como ahora 300 euros aproximadamente), dije
que buscaran a otro guitarrista, y me fui a Bélgica
donde estuve cuatro años, desde el 61 al 65.”
“Las clases eran con 20 alumnos a la
vez, primero uno y luego otro. Es muy
bonito oírse los unos a los otros…”
Cuéntanos cómo se grababan discos en el año
1965.
“Yo nunca he grabado en España porque a mí no
me gusta grabar, así que no te puedo decir cómo
lo hacían aquí. Pero sí me acuerdo del primer disco
que yo grabé que fue en Tokio. Allí si no grababa
no iba, así que grabé dos discos, uno pequeño
con música japonesa, y otro grande con las obras
típicas españolas que todos sabemos.
Un día me dijeron, o yo entendí, que íbamos a hacer
las fotos para la portada del estuche del disco.
Después de hacer todas las fotos, como estábamos
cansados, nos fuimos a tomar unas copas.
Eran las doce de la mañana pero a mí me parecía
que eran las siete de la tarde. Así que, cuando creí
que ya habíamos acabado, me dicen que había
que grabar el disco. Me quedé blanco. Pero me
rogaron que lo hiciera; no se podía posponer porque
estaba alquilado el local y me decían que si
no grababa ese día le arruinaba. Con la copa y los
cafés que me había tomado tuve que tocar cada
obra cinco veces. ¡Un dolor de riñones!... Después
de grabar tenía que elegir qué versión quería que
me pusieran en el disco. Es decir que aparte de
tocar cinco veces cada obra tuve que oír y elegir
entre todas las versiones.”
Puedes contarnos alguna anécdota sobre tus
maestros Sainz de la Maza, o Andrés Segovia.
“Yo iba a Santiago con una beca del Ayuntamiento
de Granada que me había procurado, aunque no
directamente, Andrés Segovia. Dijo que había que
crear una beca a nombre de Andrés Segovia, para
músicos jóvenes, y el alcalde de Granada estuvo
de acuerdo. Yo me llevé esa beca durante cuatro
años como también me llevé tres veces el premio
Manuel de Falla. Para los dos premios tuve que
competir con todos los instrumentos, violinistas
pianistas y guitarristas. Alguna vez como guitarrista
me presentaba yo solo.
El caso es que uno de los años que yo estuve en
Santiago coincidió que estaba haciendo la mili, y
no es que yo estuviera vestido de soldado en la
clase pero Andrés Segovia lo sabía. Entonces en
vez de llamarme por mi nombre para salir a dar