Madeira

DE LOS 741 KM² DE ÁREA DE
LA ISLA, DOS TERCIOS
ESTÁN CATALOGADOS
COMO RESERVAS
NATURALES.
Durante todo el año la isla está repleta de color y
ofrece un ambiente revitalizante para cualquier caminante.
La abundante y variada vegetación, que
combina las características tropicales con las mediterráneas,
da lugar a un mosaico vegetal rico y diversificado.
Sorprende descubrir, por ejemplo, que su
bosque Laurisilva sea uno de los pocos en el mundo
que conserva la pureza que una vez existió hace millones
de años. Aunque parezca imposible, aún hoy se
puede visitar el bosque autóctono de la isla, el mismo
que en 1419 encontraron Joao Gonçalves Zarco y sus
compañeros de viaje cuando llegaron a la isla. Desde
diciembre de 1999 está reconocido como Patrimonio
Natural Mundial por la UNESCO. Qué menos
tratándose de un espacio que se remonta al Periodo
Terciario de la Tierra y que logró sobrevivir a las últimas
glaciaciones, algo que sólo ocurrió en el área
geográfica de Macaronesia (Madeira, Azores, Canarias
y Cabo Verde). Una verdadera reliquia viviente
poblada por laureles, viñátigos, barbusanos, cedros,
arbustos, helechos, musgos, líquenes y otras plantas
características del Laurisilva.
Por si esto fuera poco, de los 741 km² de área de
la isla, dos tercios están catalogados como reservas
naturales. Además, Madeira es uno de los lugares del
mundo con mayor índice de fitodiversidad, lo que
significa que la isla presenta la mayor diversidad de
plantas por kilómetro cuadrado. De esa riqueza natural
forma parte un vasto abanico de plantas exóticas.
La mayoría de ellas, de múltiples formas y colores,
proviene de varias partes del mundo y se encuentran
aquí muy bien adaptadas.
Trekking en Pico Areeiro
Paraíso de olores y colores
La isla es conocida por las armoniosas formas y contrastados colores de las numerosas
plantas exóticas que en ella habitan, como orquídeas, anturios, magnolias, azaleas y proteas.
Todas ellas pueden admirarse y disfrutarse paseando por sus calles o en cualquiera
de los numerosos y cuidados jardines y parques de la isla: el Jardín Botánico, con más de
2.000 plantas originarias de todos los continentes; el de Quinta das Cruces; el de Quinta
Magnólia; los Jardines do Palheiro; el Jardín Tropical Monte Palace, que exhibe una colección
de cicas con 60 variedades (de las 72 conocidas); los Jardines de la Quinta da Boa
Vista, con su exposición de orquídeas y una colección de híbridos soberbios; el Jardín
Orquídea, con más de 50.000 plantas que florecen todo el año; los Jardines do Imperador
y su emblemática Torre Malakof; el Parque Municipal de Monte, con especies indígenas,
exóticas y árboles centenarios; el Jardín Panorámico, en plena zona turística de Funchal
y con unas vistas magníficas del Atlántico; el Jardín de Santa Luzia y sus cinco jardines
temáticos diferentes; o el Rosal de la Quinta do Arco, en la costa norte de la isla, donde se
concentra una de las mayores colecciones de rosas de Portugal, formada por más de mil
especies diferentes.
Jardín Botánico
Para disfrutar de todas ellas lo mejor es acercarse a la isla en abril, cuando se celebran los
festejos que homenajean a las flores madeirenses. Con motivo de la Fiesta de la Flor las
principales calles de Funchal son invadidas por un desfile de carros que exhiben múltiples
especies florales, dejando en el aire delicados perfumes.
Jardines de Palheiro
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