Nuevos Urbanismos

Fundación Centro de Estudios Sobre Crecimiento y Desarrollo de la Población Venezolana (Fundacredesa)
Aunque sería irresponsable asegurar qué elementos precisos
jugaron al “fracaso del proyecto” 2 , debe reconocerse que uno de los
principales elementos que hicieron reproducir y constituir la organización
social y los elementos culturales en la actual Parroquia 23
de Enero (constituida así en 1966) fue justamente, la falta de visión
del Estado al momento de forzar el traslado de los barrios a estas
estructuras. Esto en tanto que lo esperado parecía ser que el cambio
arquitectónico equivaliera a un cambio de “cultura”; una ruptura
súbita con la alienación histórica de los barrios y por lo tanto, una
integración total del ciudadano (proveniente de estos lugares) a la
forma y esquemas de vida del habitante de centro, de los rascacielos
y los edificios de vivienda.
No cabe duda que los bloques del 23 de Enero no resolvieron
el problema-barrio en Caracas. La falta de interés del Estado
perezjimenista por entender las formas de organización social
existente en esos espacios se mantuvo como una constante. La
supuesta “integración” social demostró ser un fracaso puesto en juego
desde el preciso momento en que se concibió el hecho cultural (que
constituye el barrio), como un problema a resolverse con medidas
“fachadistas”. Por lo tanto, la consecuencia final del proyecto fue
una resemantización de la arquitectura para que respondiese a los
códigos y esquemas de convivencia de sus habitantes 3 .
Hoy por hoy, transcurridos ya 48 años (aproximadamente) de
la construcción del 23 de Enero, el crecimiento demográfico de los
barrios no se ha detenido. Los proyectos del siglo XX —orientados
a su desaparición— mostraron con creces que los barrios, ni como
2
Puesto entre comillas, pues se constituye así sólo a partir de lo esperado por sus diseñadores
y no de la puesta en práctica de los espacios por parte de sus habitantes, que es al fin y al
cabo la resolución final de una comunidad, siempre funcional para sus propios intereses y
necesidades.
3
Vale decir que para los efectos de esta investigación, se entiende por convivencia la
capacidad intrínseca de las sociedades para mantener las relaciones, ubicarse en un mismo
contexto social de forma que sus diferencias sirvan para la caracterización y diálogo de
alteridades. También podría decirse que convivencia es aquella capacidad citada por Giner
para la coexistencia pacífica entre partes. En sus palabras: “La estructura social alberga en
su seno gran cantidad de contradicciones, algunas de las cuales no llegan a tener influencia
sobre la sociedad, y se produce la coexistencia pacífica de elementos contradictorios. La
sociedad genera funciones y mecanismos de integración y reducción de tensiones que
actúan constantemente y son capaces de neutralizar al menos algunas contradicciones del
sistema.” (Giner, s.f. p. 3).
21