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Reporte_Mexicano_grupo2

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GRUPO <strong>II</strong> IMPACTOS, VULNERABILIDAD Y ADAPTACIÓN<br />

CAPÍTULO 3. SISTEMAS OCEÁNICOS<br />

cursos para el bienestar de la sociedad. Estos cambios son especialmente drásticos en el mar tropical. México por su ubicación<br />

latitudinal, presenta un intervalo de tolerancia más limitado para la flora y fauna afectando la fisiología tanto de corales como de<br />

sus simbiontes. La acidificación de los mares generada por el cambio global puede llegar a acelerar la destrucción de extensiones<br />

de coral (Doney et ál., 2012). En contraste las algas bénticas y los pastos marinos contarían con mayor disponibilidad de CO 2<br />

.<br />

Algunos de los ejemplos que evidencian cómo el cambio climático amenaza la diversidad biológica marina en México en los<br />

ecosistemas de columna de agua y en los fondos marinos son:<br />

• Las extinciones y recambio de especies de peces e invertebrados de interés comercial que se han reconocido en los escenarios<br />

de los modelos bioclimáticos proyectados para 2050.<br />

• La reducción de las poblaciones del plancton con estructuras calcáreas (pterópodos, cocolitofóridos).<br />

• La calcificación de los bivalvos, cocolitofóridos, corales que es afectada negativamente.<br />

• Efectos por contaminación sonora sobre mamíferos marinos.<br />

1. Efectos sobre los ecosistemas costeros y marinos<br />

El efecto del cambio climático sobre los ecosistemas costeros y marinos tiene un costo. En la ciudad de New Orleans afectada<br />

directamente por huracanes el costo fue de $75 billones de dólares estadounidenses (Farris et ál., 2007). Los huracanes Dennis,<br />

Rita, y Wilma incidieron así mismo en el norte del mar Caribe y en el Golfo de México en el mismo año resaltándose la necesidad<br />

de una mejor planeación e integrar al conocimiento científico en el proceso de predicción y de la requerida restauración (NOAA,<br />

2013a, b).<br />

1.1. Efectos sobre los ecosistemas de la zona Costera<br />

La franja costera, interfase natural entre las cuencas y los océanos, es vulnerable al impacto del cambio climático. Este cambio se<br />

refleja con la variación del nivel del mar que afectan a la población asentada sobre la costa y los efectos. Con un incremento de<br />

50 cm en el nivel del mar se perdería más de la tercera parte de las playas del Mar Caribe (UNDP, 2007). En la Conferencia 2010 de<br />

Cancún sobre el Cambio Climático se buscó reducir la vulnerabilidad y generar resiliencia en islas y zona costera del mar Caribe<br />

(UNFCCC, 2011).<br />

Botello et ál. (2010) sintetizaron el conocimiento actual del cambio del nivel del mar en la zona costera de México. Entre los<br />

estudios que se citan en los dos volúmenes se reconoce el efecto sobre los manglares y humedales costeros (Flores et ál., 2010),<br />

sobre los arrecifes coralinos (Blanchon et ál., 2010) y sobre los ecosistemas costeros en general (Carbajal, 2010). Del análisis de<br />

series de tiempo de mareógrafos en diversas localidades de la zona costera de México, Zavala et ál. (2010) concluyeron que, si<br />

bien los registros son en gran parte deficientes, el cambio de nivel del mar es detectable y real.<br />

En el sector noroeste del Golfo de México el cambio climático se refleja en manglares que reemplazan pastos de Spartina<br />

alterniflora y con ello incrementan los almacenes de carbono influyendo en la química del suelo (Bianchi et ál., 2013). Desde<br />

el punto de vista de la redistribución de especies costeras de interés socioeconómico y de conservación podemos dar como<br />

ejemplo a la ballena gris (Eschrichtius robustus), este es un cetáceo migratorio que utiliza las lagunas costeras de la Península de<br />

Baja California como sitio de reproducción y crianza (Urban et ál., 2003) y se espera que un aumento en la temperatura forzaría<br />

una redistribución hacia el norte de sus áreas habituales de crianza, como consecuencia del desplazamiento de las temperaturas<br />

optimas que minimizan el estrés térmico de las crías recién nacidas (Salvadeo et ál., 2013). Asimismo cabe señalar que se ha<br />

observado una relación inversa entre la extensión de hielo en sus áreas de alimentación de verano en el Ártico y la producción<br />

de crías el invierno siguiente (Perryman et ál., 2002), lo cual supondría un aumento de sus abundancias debido al calentamiento<br />

en sus áreas de alimentación y por ende, un aumento en el número de animales que visitan aguas mexicanas durante el invierno<br />

(Salvadeo et ál., 2013).<br />

En aquellas localidades con especies no amenazadas de corales, susceptibles al cambio climático, el patrón de distribución<br />

difiere al de los de otros corales. El ejemplo es la costa del noroeste de México caracterizada por baja diversidad donde cerca del<br />

90 % de las especies no están amenazadas pero son susceptibles al cambio climático (Foden et ál., 2008).<br />

El conocimiento del efecto del cambio climático sobre la aclimatación y la adaptación genética de las poblaciones naturales<br />

es limitado. Los modelos existentes sugieren que esta es homogénea en tiempo y espacio. Al respecto los resultados reportados<br />

por Morgan et ál. (2012) de sus observaciones a lo largo de California y Baja California en un intervalo de 17 o de latitud reconocen<br />

que existe un riesgo de extinción de especies adaptadas localmente.<br />

Las áreas marinas protegidas son herramientas importantes en la mitigación y protección en la escala local al cambio climático<br />

ya que incrementan la resiliencia de poblaciones de especies marinas vulnerables. Esta se ejemplifica con las poblaciones de<br />

abulón rosado Haliotis corrugata en Baja California sujetas a mortalidad por hipoxia generada por el cambio climático las cuales<br />

se recuperan más rápidamente en las zonas protegidas derramando el beneficio a través de las larvas a las zonas inmediatas no<br />

protegidas (Micheli et ál., 2012).<br />

1.2. Efectos sobre los Recursos pesqueros<br />

Las variaciones en el intervalo de distribución de la fauna de los ecosistemas pelágicos atribuidas al cambio climático se atribuyen<br />

a efectos combinados.<br />

Existe controversia en los efectos que puedan darse asociados a los procesos de surgencias y estratificación. Por una parte se<br />

ha reconocido la intensificación de las surgencias y enfriamientos regionales como consecuencia de la intensificación del esfuerzo<br />

del viento en áreas de surgencias como la de la costa occidental de la península de Baja California, que podrían contrarrestar<br />

los efectos del calentamiento en dichas regiones y afectar negativamente la productividad biológica si se sobrepasa los niveles<br />

óptimos de transporte y turbulencia de la columna de agua (Bakun, 1990; Bakun et ál., 2010; Bakun et ál., en prensa).<br />

Por otra parte las aguas intermedias hipóxicas están somerizándose a nivel regional afectando la distribución de recursos<br />

como es el calamar gigante o de Humboldt en el noreste del océano Pacífico, el cual incursiona a alimentarse de mictófidos en<br />

aguas mejor oxigenadas (Stewart et ál., 2014). El aumento de CO 2<br />

en mares mexicanos está modificando las propiedades del<br />

ecosistema incluyendo la estructura trófica, la dinámica de la energía y elementos incluyendo los flujos y ciclos biogeoquímicos,<br />

afectando los servicios de los ecosistemas de los cuales dependen los pescadores.<br />

La variabilidad climática intra e interdecadal en los sistemas de surgencia de latitudes intermedias, como es la Corriente de<br />

California que incide a lo largo de la península de Baja California determina la distribución de especias y su demografía. Esta se<br />

vincula estrechamente al forzamiento climático. Este acoplamiento determina la sensibilidad de la Corriente de California a futuros<br />

cambios en el clima que regularían la estratificación, los vientos promotores de surgencias y el patrón regional de circulación.<br />

El fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) genera variaciones interanuales frente a las costas de México promoviendo el calentamiento<br />

de la superficie que a la vez produce ciclones tropicales que modulan el enfriamiento inducido por mezcla (Vincent<br />

et ál., 2014). La estructura y funcionamiento de las comunidades pelágicas y bénticas asociadas a la Corriente de California están<br />

afectadas por la variabilidad climática descritas anteriormente (Chavez et ál., 2011), eventos que determinan la disponibilidad de<br />

nutrimentos y energía en el ecosistema.<br />

En la corriente de California se ha detectado el calentamiento heterogéneo de la columna de agua (Palacios et ál., 2004) con<br />

eventos de elevación de la nutriclina desde los años 80 asociada a viento (García-Reyes y Largier, 2010). Lo anterior ha generado<br />

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