A Escondidas - Patrick D
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ción, con mi vieja grabadora de cassette y con los cascos, a grabar manualmente<br />
cada una de las intervenciones de <strong>Patrick</strong> D. Frutos, una por una,<br />
canción tras canción.<br />
Las grabaciones no tienen toda la calidad que desearía porque el repetidor<br />
más cercano de Onda Diez estaba situado a unos 60 kilómetros<br />
de mi ciudad, (que por otra parte se encontraba en un valle). Con mucho<br />
esfuerzo, una antena de más ganancia que fabriqué yo mismo con materiales<br />
reciclados y con una radio más sensible, conseguí obtener una recepción<br />
aceptable algunas noches. Las emisiones de radio se ven afectadas<br />
por los fenómenos atmosféricos, de modo que, aunque el equipo fuera<br />
el mismo, la propagación no siempre era la idónea y eso explica que algunas<br />
grabaciones se oigan mejor y otras peor. Había días en que se escuchaba<br />
perfectamente, incluso en estéreo; y otras en las que se colaban espurias,<br />
(interferencias), de otras emisiones de radio más cercanas.<br />
Por otra parte, la calidad de las cintas usadas para la grabación tampoco<br />
era homogénea. Usaba cintas de cassette recicladas que sacaba de<br />
cualquier parte, con la esperanza de poder grabar algo más de todo el material<br />
que ofrecía <strong>Patrick</strong> en las madrugadas de Onda Diez.<br />
Como verás a lo largo del libro, <strong>Patrick</strong> solía invitarnos a los oyentes<br />
a salir a la calle y dar un paseo en medio de la madrugada, mientras él<br />
nos acompañaba. Pero en mi caso era improbable que pudiera hacerlo<br />
con una señal de radio tan débil. Mi Walkman no captaba la señal de Onda<br />
Diez a pie de calle.<br />
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