LAM revista

CINE RECOMENDADO
PÁJAROS
DE
VERANO
ANECDOTARIO DE RODAJE
C
Cuando decimos que el rodaje de esta película
dirigida por Cristina Gallego y Ciro Guerra, que
llega a las pantallas de cine este jueves 2 de agosto,
fue “una bola de nieve pero en el desierto” puede
sonar gracioso, pero es completamente acertado.
Esto tiene que ver con las múltiples curiosidades e
imprevistos que se presentaron durante el rodaje de
nueve semanas en el que un enorme grupo de
personas –incluidos 2000 extras– toneladas de
equipo y cerca de 1000 animales, tuvieron que ser
movilizados por una zona donde el agua es oro.
Hay que iniciar por la compleja geografía y el
desconocimiento que hay de las tradiciones Wayúu:
cualquiera que no sea de su comunidad es ‘arijuna’
no importa si es samario, vallenato, riohachero,
bogotano, danés o japonés, todos son arijuna,
extranjeros en este territorio que se ha defendido de
todos, ni siquiera la colonia española se pudo tomar
La Guajira. Son respetados por su carácter guerrero.
Cuando se entra en el desierto por primera vez se
siente que no es más que eso, desierto. Sin embargo,
cada grano de arena, cada dividivi -árbol
característico de la zona- tiene dueño le pertenece a
alguien, le pertenece a las comunidades y a su vez
las comunidades también tienen una relación muy
fuerte con los espíritus y los espíritus habitan los
territorios.
De reality
Uno de los grandes retos para el departamento de
Arte fue construir un “desierto-estudio” donde se
ubica la mansión del protagonista, un cementerio y la
ranchería de la época de los años 60, porque las
existentes actualmente están intervenidas con
paredes de cemento y techos de zinc.