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<strong>Asiateca</strong> - Allzine Blog<br />
ellos destacaría al rival por excelencia de Gamera,<br />
el ave asesina Gyaos.<br />
El <strong>Kaiju</strong> <strong>Eiga</strong> también tiene sus curiosidades. Por<br />
ejemplo, existe un acercamiento bastante interesante<br />
de <strong>Kaiju</strong> <strong>Eiga</strong> en la Corea de finales de los<br />
60 con la cinta “Yongary, Monster from the Deep”<br />
(Kim Ki-Duk, 1967), de la que se haría una reinterpretación<br />
bastante dudosa en 1999 con la cinta<br />
“2001 Yonggary”. Otra curiosidad, y esta es gorda,<br />
es la película de 1985 “Pulgasari”, cinta de Corea<br />
<strong>del</strong> Norte y producida por el propio dictador comunista<br />
Kim Jong Il. Con la excusa de una reunión, el<br />
servicio secreto norcoreano rapto al conocido director<br />
Shin Sang-ok, luego contrataron a varios especialistas<br />
en efectos visuales japoneses y con<br />
todo ello crearon su particular versión <strong>del</strong> monstruo<br />
gigante, bastante próxima al Daimajin japones, que<br />
en vez de representar los terrores de la fuerza nuclear,<br />
simbolizaba el poder comunista contra el capitalismo<br />
y la opresión de los señores feudales. Es<br />
más, incluso el protagonista parecía una versión físicamente<br />
mas joven <strong>del</strong> propio Kim, increíble.<br />
Mucho mas que <strong>Kaiju</strong> <strong>Eiga</strong>…<br />
El despertar <strong>del</strong> <strong>Kaiju</strong> <strong>Eiga</strong> también trajo a Japón<br />
un gusto exacerbado por la Ciencia Ficción, que<br />
plagaba las pantallas como nunca se había visto<br />
hasta ese momento. Pero el <strong>Kaiju</strong> estaba siempre<br />
presente, y eso hacia que el monstruo gigante fuera<br />
casi obligatorio si la cinta lo admitía. Así pues películas<br />
como “Atragon” (Ishiro Honda, 1963) o “Gorath”<br />
(Ishiro Honda, 1962) poseían sus<br />
correspondientes monstruos, aunque estos no tuvieran<br />
una importancia ni presencia determinante<br />
en las mismas. La guión original de la cinta “Space<br />
07<br />
Monster Dogora” iba a ser una cinta de robos de<br />
joyas y detectives, reconvirtiendose está en cierto<br />
punto en un <strong>Kaiju</strong> <strong>Eiga</strong> muy adulterado, aunque<br />
igualmente entretenido e interesante. Además el<br />
<strong>Kaiju</strong> <strong>Eiga</strong> se impregna de otros géneros y estilos<br />
cinematográficos, dando lugar a mezclas como la<br />
trilogía Chambara “Daimajin, el Dios Diabólico”<br />
(1966).<br />
Al auspicio de este nuevo gusto por la CiFi surgen<br />
también películas como “Battle in Outer Space” (Ishiro<br />
Honda, 1959), “The Telegian” (Jun Fukuda,<br />
1963), “Matango” (Ishiro Honda, 1963), “Goke” (Hajime<br />
Sato, 1968), “The Green Slime” (Kinji Fukasaku,<br />
1968), “Nippon chinbotsu” (Shirô Moritani,<br />
Andrew Meyer, 1973), “The War in Space” (Jun Fukuda,<br />
1977) o “<strong>Los</strong> Invasores <strong>del</strong> Espacio” (Kinji Fukasaku,<br />
1978).<br />
Pero por si fuera poco se da otro paso determinante<br />
en el panorama <strong>del</strong> fantástico japonés, llevando<br />
los conceptos <strong>del</strong> <strong>Kaiju</strong> <strong>Eiga</strong> a la pequeña<br />
pantalla y surgiendo entonces otro de los movimientos<br />
más típicamente nipones, el Tokusatsu.<br />
Aunque esto ya es otra historia.