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HERREROS Y ALQUIMISTAS Mircea Eliade - Thule-italia.net

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corazón, rito específicamente chamánico. El alma del caballo va a reunirse con el<br />

forjador celeste, Boshintoi. Nueve jóvenes encarnan el papel de los nueve hijos de<br />

Boshintoj, y un hombre, que representa al propio herrero celeste, cae en éxtasis y recita<br />

un largo monólogo en el cual relata cómo, in illo tempore, envió a sus hijos a la Tierra<br />

para civilizar a los humanos. Luego toca el fuego con la lengua; según la costumbre<br />

antigua, el personaje que representaba Boshintoj tomaba hierro en fusión en su mano,<br />

como Jos chamanes siberianos o norteamericanos lo hacen aún hoy día 11 .<br />

La solidaridad entre el arte del chamán y el del herrero aparece igualmente en<br />

los argumentos de ciertas iniciaciones chamánicas. En sus sueños o alucinaciones de<br />

iniciación los futuros chamanes asisten a su descuartizamiento por los «demoniosmaestros»<br />

de la iniciación. Ahora bien: estos argumentos tradicionales implican gestos,<br />

herramientas v símbolos que nerrenecen a la esfera del herrero. Un chamán yakuto vio<br />

durante la enfermedad de su iniciación sus miembros cortados y separados del cuerno<br />

con un gancho de hierro por los demonios; luego de toda suerte de operaciones,<br />

(limpieza de los huesos, raspadura de la carne, etc.), los demonios reunieron sus huesos<br />

y los unieron con hierro. Otro chamán vio cómo su cuerpo era despedazado por el<br />

Pájaro-de-Presa-Madre, que tenía el pico de hierro, garras ganchudas y plumas de<br />

hierro. A otro le acunaban en sus alucinaciones de iniciación en una cuna de hierro.<br />

Finalmente, ofrecemos este episodio, separado de un largo relato autobiográfico de un<br />

chamán avo-samoyedo. El futuro chamán se vio pe<strong>net</strong>rar durante su enfermedad de<br />

iniciación en el interior de una montaña y vio a un hombre desnudo manipulando un<br />

fuelle. Sobre el fuego había una caldera. El hombre desnudo cogió al futuro chamán con<br />

una enorme tenaza, le cortó el cuerpo en pedazos y los arrojó a la caldera, donde<br />

cocieron durante tres años. En la caverna había tres yunques, y el hombre desnudo forjó<br />

la cabeza del chamán en el tercero, el que servía para forjar las cabezas de los mejores<br />

chamanes. Luego sacó sus huesos de la caldera, los volvió a unir y los recubrió de<br />

carne. Según otro relato, un chamán tonguso, durante la iniciación, vio que le cortaban<br />

la cabeza y le forjaban con piezas metálicas 12 . Recordemos de paso que el traje del<br />

chamán va adornado de objetos de hierro, de los que algunos imitan huesos, y tienden<br />

así a darle el aspecto de un esqueleto. (Véase nuestro Chamanismo, pp. 143 y ss., 152 y<br />

ss.)<br />

De todo cuanto acabamos de decir parece deducirse que la presencia de hierro en<br />

el cuerpo del chamán juega hasta cierto punto el mismo papel que los cristales u otras<br />

piedras mágicas en los hombres-medicina australianos, oceánicos y sudamericanos. Se<br />

sabe que los cristales de roca de que está «relleno» permiten al chamán australiano u<br />

oceánico «ver» los espíritus y las almas, volar por los aires, etc., porque así se asimila la<br />

sacralidad uraniana de los cristales caídos de la bóveda celeste. Análoga solidaridad<br />

podemos entrever entre ciertos chamanismos siberianos y el hierro 13 . Tal hecho no deja<br />

de tener consecuencias: como el hierro está reservado al herrero, éste aumenta de tal<br />

manera su prestigio mágico-religioso. Hemos visto que los orígenes comunes de la<br />

sacralidad de los chamanes y los forjadores se prueba por su «dominio del fuego».<br />

Traducido en términos teóricos, este «dominio» significa la obtención de un estado<br />

superior a la condición humana. Y, lo que es más, el herrero crea las armas de los<br />

héroes. No se trata solamente de su «fabricación» material, sino de la «magia» de que<br />

están investidas; es el arte misterioso del forjador el que las transforma en armas<br />

mágicas. De aquí las relaciones, atestiguadas en las epopeyas, que existen entre<br />

héroes y herreros. F. Altheim observa que en las canciones épicas de casi todas las<br />

tribus mogólicas, así como entre los turcos, el vocablo «herrero» (darkhan) significa<br />

igualmente «herrero» y «caballero franco» (es decir, libre) 14 . El mismo autor pone de<br />

manifiesto la importancia militar del tambor y el traje chamánico, que constituye una

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