Untitled - Aubrilam

la madera
de aubrilam
La materia prima de aubrilam.
En aubrilam hemos encontrado nuestra materia prima muy cerca del
círculo polar, se trata del pinus sylvestris, cuyo crecimiento lento produce
una madera con anillos muy fi nos, con una gran homogeneidad. Sólo la
meteorología de esas regiones permite ese crecimiento lento que confi ere
a nuestra materia prima la nobleza y las cualidades que buscamos.
Este pino silvestre purgado de albura, naturalmente perteneciente a la
Clase 3, no necesita ningún tratamiento químico.
El pino silvestre,
otros resiníferos y maderas exóticas.
Existen otras especies de resiníferos de clase 3 : el corazón de abeto
douglas, el corazón de pino melis. Este último, hermoso y sólido, es desgraciadamente
extremadamente raro. El douglas es una madera más
basta, a causa de su rápida velocidad de crecimiento.
Si razonamos en términos de desarrollo sostenible, las maderas exóticas
representan una fi abilidad industrial de abastecimiento y de trazabilidad
que no nos convence.
Esas maderas no corresponden a los pliegos de condiciones de nuestras
aplicaciones. El corazón de pino silvestre representa con diferencia
el mejor ratio industrial entre las especies procedentes de bosques gestionados
con el certifi cado FSC.
La madera y sus enemigos.
La madera no se oxida, es totalmente insensible a los grandes cambios de
temperatura y a las oxidaciones por cloro. La madera es eterna, siempre
que se mantenga al abrigo de sus dos enemigos: el hongo lignívoro y el
insecto xilófago.
La métodología particular en la concepción de los productos aubrilam
(ver capítulo del procedimiento HTE-E y el laminado-encolado
en la siguiente página) protege a la madera, de forma
natural, de los ataques de sus enemigos: a los insectos
les atrae la albura, a los hongos la humedad. Con
una tasa de humedad media del 12% y una ausencia
total de albura, los productos aubrilam se
mantienen al abrigo de los enemigos tradicionales
de la madera.
Escandinavia,
círculo polar.
Desde un punto de vista
económico, medioambiental,
social y cultural, el bosque
representa el elemento natural
fundamental de Escandinavia.
En particular de Finlandia, el
país más septentrional del
mundo y uno de los más
arbolados, con una gran
parte situada en el interior del
círculo polar. En este entorno,
con un clima tan particular,
los bosques ofrecen una
multitud de ocasiones para
mejorar las condiciones de
vida. Esta relación particular
entre el hombre y su entorno
ha desembocado lógicamente
en una práctica adecuada
en cuanto a la conservación
y la gestión de los bosques:
Finlandia aparece como una
precursora en materia de
certifi cación.