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Entrevista al P. Félix Zabala<br />
Recuperar<br />
el júbilo y la fiesta<br />
C<br />
José Luis Franzesena<br />
antad al Señor un cántico nuevo...<br />
Resuene su alabanza en la asamblea de los<br />
fieles. Cantad con vuestra voz, cantad con<br />
vuestro corazón, cantad con vuestra conducta...<br />
La alabanza del canto reside en el mismo<br />
cantor. ¿Queréis rendir alabanzas a Dios? Sed<br />
vosotros mismos el canto que vais a cantar<br />
(San Agustín).<br />
Hace ya años se me grabó en el corazón<br />
la inscripción de un Cristo que se quedó<br />
sin brazos en un bombardeo de Munich: «No<br />
tengo más brazos que los vuestros». A nosotros<br />
los jesuitas se nos envía a un sitio en<br />
el que debemos ser los brazos de Cristo. Fui<br />
misionero de emigrantes españoles y portugueses<br />
en Burdeos, capellán de presos... Mi<br />
trabajo con los inmigrantes fue muy variado:<br />
asistencia a familias necesitadas de Burdeos<br />
y provincia; atención a los presos españoles y<br />
portugueses, con visitas casi diarias a la cárcel;<br />
fundar y dirigir un Centro de enseñanza de<br />
Bachillerato para jóvenes que un día regresarían<br />
a España y Portugal, fundar la Asociación<br />
de Padres de Familia, encargarme de la<br />
catequesis, fundar también la Congregación<br />
Mariana de Hijas de María y una revista, ocuparme<br />
de una capilla para los inmigrantes en<br />
uno de los pueblos de los alrededores... En el<br />
tiempo que me quedaba, formé también un<br />
coro de voces blancas y preparé las funciones<br />
del teatro que teníamos en nuestro Centro.<br />
Allí ensayábamos y representábamos obras en<br />
castellano.<br />
Más tarde estuve dando clases en un<br />
Colegio en España. Pero, mirando en perspectiva<br />
mi vida, me doy cuenta de que mi vocación<br />
en la Compañía era el canto y la música.<br />
A eso me llamaba Dios y lo constataba en la<br />
misión que me encargaban mis superiores De<br />
hecho en todas las etapas de mi formación<br />
como jesuita me he responsabilizado de los<br />
coros y me he ido formando en la práctica<br />
y con buenos maestros, como el P. Nemesio<br />
Otaño y el P. Seraphin Berchten. Mi servicio<br />
apostólico ha sido, principalmente, el canto y<br />
la música, como una catequesis de la liturgia y<br />
la devoción popular. Hay que cuidar la liturgia,<br />
y especialmente, la eucaristía, de la que nacen<br />
la inspiración y la fuerza para la «liturgia del<br />
mundo» (K. Rahner), que es hallar a Dios en<br />
todas las cosas, personas y situaciones y vivir<br />
con Él, para Él y para sus hijos.<br />
- ¿Y ahora en Loyola?<br />
Lo primero que me pidió el P. Provincial<br />
fue que ocupase el cargo de organista, en las<br />
varias funciones de la Basílica. Creamos un<br />
Coro, el Coro Nemesio Otaño. Otra de mis<br />
ocupaciones fue la de responsable del Archivo<br />
de Música. Es un fondo muy rico. Hasta ahora,<br />
con la ayuda de dos colaboradoras, tenemos<br />
más de 100.000 fichas de partituras, documentos,<br />
libros etc.<br />
- ¿Y como compositor?<br />
Creo que pasarán de las seiscientas<br />
obras. En Loyola fui componiendo cerca de<br />
100 salmos, los propios de cada domingo y de<br />
cada fiesta. Y otros para las distintas partes de<br />
la misa, como la comunión, ofertorio, canto de<br />
entrada, fiestas de la Virgen, de los santos...<br />
El hecho es que muchas de esas partituras se<br />
cantan también en otras parroquias. Mi idea<br />
ha sido siempre hacer que el pueblo participe<br />
activamente y no como un testigo mudo. Así<br />
la liturgia, con un coro y una asamblea participativos,<br />
tiene vida y es fiesta, la fiesta de los<br />
cristianos. La fiesta no es un espectáculo: no<br />
se «dice» ni se «oye» misa. Como tampoco,<br />
un concierto. La fiesta cristiana celebra la fe y<br />
la agradece y es celebración unánime y concorde<br />
que necesita, nace, crea y refuerza la<br />
comunidad. Sin fiesta no hay comunidad sino<br />
individualismo, o mero cumplimiento rutinario<br />
sin corazón.<br />
He compuesto también cantos que me<br />
han ido pidiendo expresamente algunos directores<br />
de coros, no sólo para la liturgia, sino<br />
también para conciertos sacros; me han galardonado<br />
en varios concursos, como los de la<br />
Federación de Coros de Euskalerria. Publiqué<br />
un Cantoral Religioso de Loyola, con 259 cantos<br />
en castellano, 49 en latín y 262 en euskera,<br />
también «Villancicos de Navidad», 23 canciones<br />
con letra en castellano y euskera para<br />
coro mixto y voces graves. Es importante lo<br />
popular en cuanto incultura la fe.<br />
Para el V Centenario del nacimiento de<br />
san Ignacio, el año 1991, preparé el disco oficial<br />
«Loyola 91», con trece obras, de las que<br />
tres son mías: Amarte a ti, Señor - Zu Jauna,<br />
maitatu, himno oficial del Centenario, y dos<br />
de las oraciones típicamente ignacianas como<br />
el Suscipe, Domine (Tomad Señor y recibid) y<br />
el Alma de Cristo. Además, grabé y publiqué<br />
doce versiones para solistas y coro o asamblea,<br />
flauta, violín y trompeta y órgano de En<br />
todo amar y servir.<br />
- También has investigado en el mundo<br />
de la música...<br />
Con ocasión del V Centenario del<br />
nacimiento de san Ignacio, publiqué el<br />
libro Música Ignaciana. En la primera<br />
parte del libro estudié el origen de la<br />
Marcha de san Ignacio; la segunda es<br />
el catálogo de obras en honor del Santo<br />
que pude reunir. Fueron unas 500, muchas<br />
de ellas desconocidas completamente.<br />
Durante doce años he estado trabajando<br />
sobre Músicos Jesuitas a lo largo de la historia,<br />
ya publicado. Y actualmente estoy<br />
preparando un Catálogo sobre la música<br />
que hay en nuestro Archivo relacionada<br />
con la Compañía de Jesús, sus santos, festividades<br />
importantes, etc. Creo que pasan<br />
de 5.000 las obras que tenemos sobre esta<br />
materia, que pueden ser de interés para<br />
posibles investigadores.<br />
¿A tu edad te sientes satisfecho como<br />
jesuita por este tu destino casi prioritario<br />
a la música?<br />
No sólo satisfecho, sino muy agradecido<br />
al Señor por mi humilde contribución a la<br />
liturgia y a la participación del pueblo en ella<br />
a través del canto. La considero un servicio<br />
apostólico. El canto y la música preparan el<br />
corazón, serena nuestro espíritu y nos libera<br />
de las preocupaciones y distracciones<br />
de la vida ordinaria. Nos alza a lo esencial,<br />
inabarcable e indecible y así nos facilita el<br />
acercamiento al Misterio de Dios. Me gusta<br />
expresarlo con los versos de Fray Luis de<br />
León: El aire se serena / y viste de hermosura<br />
y luz no usada, / Salinas, cuando suena<br />
la música extremada / por vuestra sabia<br />
mano gobernada (....). Traspasa el aire todo<br />
/ hasta llegar a la más alta esfera / y oye<br />
allí otro modo / de no perecedera/ música,<br />
que es la fuente y la primera/ (....). ¡Oh<br />
desmayo dichoso / ¡Oh muerte que das vida!<br />
/ ¡Oh dulce olvido! / Durase en tu reposo /<br />
sin ser restituido / jamás a aqueste bajo y<br />
vil sentido.<br />
El canto y la música acompañan y le<br />
prestan corazón a lo que la sola palabra no<br />
alcanza a expresar. Es toda la persona la que<br />
se expresa ante Dios, cantando su júbilo. Y es<br />
toda la comunidad la que al unísono se une<br />
en sinfonía y se hace una y unida, en una fe,<br />
un bautismo, una complicidad orante ante el<br />
único Señor.<br />
20 21<br />
■<br />
P. Felix Zabala con P. Nemesio Otaño.