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Palabras en juego

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<strong>Palabras</strong> <strong>en</strong> <strong>juego</strong><br />

Enfoques Multiculturales sobre<br />

las Sociedades de la Información<br />

2005 - 2006<br />

Coordinado por<br />

Alain Ambrosi<br />

Valérie Peugeot<br />

Daniel Pimi<strong>en</strong>ta<br />

Publicado por<br />

C & F Éditions<br />

Fu<strong>en</strong>te:<br />

Vecam<br />

<strong>Palabras</strong> <strong>en</strong> <strong>juego</strong>


El texto es publicado bajo lic<strong>en</strong>cia<br />

Creative Commons Atribución,<br />

su uso comercial no está autorizado.<br />

El conocimi<strong>en</strong>to debe ser ofrecido <strong>en</strong> libre acceso...<br />

No obstante, los autores y editores necesitan un ingreso<br />

para continuar con su trabajo.<br />

Si usted tuviera la posibilidad, no dude <strong>en</strong> hacer su<br />

pedido <strong>en</strong> línea (€ 39).


Cont<strong>en</strong>ido<br />

Hacia sociedades de saberes<br />

compartidos<br />

Alain Ambrosi / Valérie Peugeot /<br />

Daniel Pimi<strong>en</strong>ta<br />

<strong>Palabras</strong> <strong>en</strong> <strong>juego</strong>: historia de<br />

un proyecto<br />

Alain Ambrosi / Valérie Peugeot /<br />

Daniel Pimi<strong>en</strong>ta<br />

Sociedad de la información y<br />

Sociedad del conocimi<strong>en</strong>to<br />

Sally Burch<br />

Gobernanza <strong>en</strong> red y<br />

gobernanza electrónica<br />

Partha Pratim Sarker<br />

La Gobernanza de Internet<br />

Carlos Afonso<br />

Diversidad cultural<br />

Alain Kiyindou<br />

Infraestructura y acceso<br />

universal<br />

Raphaël Ntambue<br />

La brecha digital<br />

Kemly Camacho<br />

Acceso público a Internet<br />

Subbiah Arunachalam<br />

Mujeres<br />

Mavic Cabrera-Balleza<br />

Accesibilidad<br />

Catherine Roy<br />

Intelig<strong>en</strong>cia cooperativa<br />

Felix Stalder<br />

Expresión ciudadana<br />

Michel Briand<br />

La innovación por el uso<br />

Dominique Cardon<br />

Comunidades virtuales<br />

Luis Ángel Fernández Hermana<br />

Bibliotecas digitales<br />

Hervé Le Crosnier<br />

Gestión de saberes<br />

Pascal R<strong>en</strong>aud<br />

Educación<br />

Rosa María Torres<br />

Derechos humanos<br />

Rikke Frank Jørg<strong>en</strong>s<strong>en</strong><br />

Delito informático<br />

Stephanie Perrin<br />

Derechos de la comunicación<br />

Sean O’ Siochru / Alan Alegre<br />

Medios de comunicación<br />

Marc Raboy / Marcelo<br />

Solervic<strong>en</strong>s<br />

Piratería<br />

Sasha Costanza-Chock /<br />

Christine Schweidler<br />

Software libre<br />

Marcelo d’Elia Branco<br />

Los derechos de propiedad<br />

intelectual<br />

Mouhamadou Moustapha Lo<br />

Economía de la información<br />

Roberto Verzola<br />

Los desafíos del<br />

multilingüismo<br />

Adriana Lau


Los autores<br />

Alain Ambrosi<br />

Es el actual director del “Carrefour Mondial de l’Internet Citoy<strong>en</strong>”,<br />

responsable de la confer<strong>en</strong>cia de GlobalCN Montreal 2002. Ha<br />

trabajado durante varios años <strong>en</strong> cooperación internacional <strong>en</strong> el<br />

s<strong>en</strong>o de ONGs y ante gobiernos y ag<strong>en</strong>cias multilaterales <strong>en</strong> el<br />

campo de la comunicación para el desarrollo. Investigador<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te y consultor, es autor de numerosos artículos y editor de<br />

obras <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes idiomas. También ha producido y dirigido<br />

películas docum<strong>en</strong>tales sobre diversos contin<strong>en</strong>tes.<br />

Su interés y su militancia <strong>en</strong> el transcurso de los últimos diez años se<br />

conc<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> la puesta <strong>en</strong> red de las organizaciones de la sociedad<br />

civil <strong>en</strong> el campo de la comunicación democrática. Ex director del<br />

Servicio Universitario Canadi<strong>en</strong>se Ultramar y co - fundador de las<br />

ONG Video Tiers-Monde y Vidéazimut, ha participado desde 1995 <strong>en</strong><br />

numerosas “redes de redes” internacionales de profesionales y de<br />

investigadores (<strong>en</strong>tre ellas la Plataforma de Londres, Voices 21, la<br />

Table Ronde MacBride, CRIS). Es miembro del part<strong>en</strong>ariado de<br />

Global CN desde Barcelona 2000. Ha organizado <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros<br />

internacionales <strong>en</strong> todos los contin<strong>en</strong>tes. En 1998 organizaba para<br />

Vidéazimut la confer<strong>en</strong>cia virtual sobre “El derecho a comunicar”.<br />

http://videazimut.lecarrefour.org.<br />

Daniel Pimi<strong>en</strong>ta<br />

Director de FUNREDES, Asociación Redes y Desarrollo para la<br />

promoción de Internet <strong>en</strong> el Caribe, Daniel Pimi<strong>en</strong>ta ha participado <strong>en</strong><br />

la gestión de comunidades virtuales, la formación de usarios, la<br />

creación de recursos de información, la negociación de acuerdos de<br />

mutuo b<strong>en</strong>eficio con proveedores de Internet.<br />

Anteriorm<strong>en</strong>te, luego de una carrera de arquitecto de sistema de<br />

telecomunicaciones para IBM <strong>en</strong> Francia, posteriorm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Estados<br />

Unidos, asumió el puesto de Consejero Ci<strong>en</strong>tífico de la Unión Latina<br />

<strong>en</strong> Santo Domingo y el de Director de la Oficina del proyecto<br />

REDALC (Red para América Latina y el Caribe). Se dedica a la<br />

diseminación de las Tecnologías de la Información y Comunicación <strong>en</strong><br />

los países <strong>en</strong> Desarrollo, hacia los sectores de la educación, la<br />

investigación y el desarrollo.<br />

Valérie Peugeot<br />

Diplomada <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Políticas, trabaja y milita desde hace quince<br />

años <strong>en</strong> el mundo asociativo, <strong>en</strong> torno a las cuestiones de r<strong>en</strong>ovación<br />

democrática y de ciudadanía activa. Europa política, mundialización,<br />

salida de la sociedad salarial, alternativas a la sociedad de mercado<br />

son algunos de los temas sobre los cuales se ha comprometido.<br />

Actualm<strong>en</strong>te es consultora <strong>en</strong> telecomunicaciones e Internet y<br />

administradora de la asociación VECAM - reflexión y acción para el<br />

Internet ciudadano. Esta asociación busca promover los usos sociales<br />

y democráticos de las TIC (tecnologías de la información y de la<br />

comunicación) y anticipar los cambios de sociedad g<strong>en</strong>erados por la


<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la era de la información. Ella también es miembro del<br />

comité de redacción de la revista Transversales Sci<strong>en</strong>ces Culture.<br />

Sally Burch<br />

Periodista indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te británica, resid<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Ecuador desde 1983.<br />

Es directora ejecutiva de la Ag<strong>en</strong>cia Latinoamericana de Información<br />

(ALAI). Ha publicado numerosos escritos sobre el tema de<br />

comunicación y nuevas tecnologías. Co-autora de los libros:<br />

Movimi<strong>en</strong>tos Sociales <strong>en</strong> la Red (ALAI, 2001) y “Se cayó el sistema”:<br />

Enredos de la Sociedad de la Información (ALAI, 2003).<br />

Entre 1990 y 1993, lideró la implem<strong>en</strong>tación del primer nodo de<br />

correo electrónico <strong>en</strong> Ecuador (Ecuanex). En 1993-95 fue<br />

coordinadora mundial del Programa de Apoyo a las Redes de<br />

Mujeres de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones<br />

(APC), iniciativa pionera <strong>en</strong> motivar a las mujeres a apropiarse del<br />

uso de Internet para la IV Confer<strong>en</strong>cia Mundial de la Mujer de la ONU.<br />

En 2001-2003 actuó como co-coordinadora del Grupo de Trabajo<br />

sobre Cont<strong>en</strong>idos y Temas de Sociedad Civil <strong>en</strong> el marco de la<br />

Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información de la ONU. Es<br />

lic<strong>en</strong>ciada <strong>en</strong> literatura de la Universidad de Warwick (Inglaterra) y<br />

ti<strong>en</strong>e un diploma <strong>en</strong> periodismo de la Universidad Concordia<br />

(Montreal, Canadá).<br />

Partha Pratim Sarker<br />

Partha Pratim Sarker trabaja como especialista <strong>en</strong> “TIC para el<br />

Desarrollo” y es cofundador de la red ciudadana “Bytes for All”<br />

(http://www.bytesforall.net) una de las principales comunidades <strong>en</strong><br />

línea del Sur de Asia. Posee una larga experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el ámbito de la<br />

docum<strong>en</strong>tación y la coordinación de proyectos de TIC para el<br />

Desarrollo relacionados con los derechos a la comunicación, la<br />

disminución de la pobreza, los medios y la comunicación a nivel<br />

popular, la gobernanza electrónica, los medios de vida rurales, etc.<br />

Actualm<strong>en</strong>te trabaja como Coordinador de Proyecto para APC Asia<br />

ICT Policy Monitor Network (http://asia.rights.¬ apc.org).<br />

El Sr. Sarker ha trabajado o ha t<strong>en</strong>ido experi<strong>en</strong>cias como consultor <strong>en</strong><br />

organizaciones tales como el IDRC, la Oficina Regional Asia Pacífico<br />

de la UNESCO, la Secretaría de GKP, APC, el Instituto del Banco<br />

Asiático de Desarrollo (ADBI por sus siglas <strong>en</strong> inglés), etc. También<br />

escribe y ha redactado informes de investigación para difer<strong>en</strong>tes<br />

publicaciones internacionales como Governm<strong>en</strong>t Technology<br />

International Magazine, Southern Review Journal, Asia Pacific<br />

Internet Handbook, etc.<br />

Uno de sus primeros sitios Web - http://www.drik.net - que él diseñó y<br />

utilizó - recibió el premio Global Bangemann Winner Award <strong>en</strong> la<br />

categoría de Cultura y Medios <strong>en</strong> 1999. Diseñador de multimedia <strong>en</strong><br />

los primeros años de su vida profesional, el Sr. Sarker ha recibido<br />

numerosos premios, becas y reconocimi<strong>en</strong>tos por su trabajo <strong>en</strong> el<br />

sector de TIC para el Desarrollo.


Carlos Afonso<br />

Luego de haber realizado estudios de ing<strong>en</strong>iero <strong>en</strong> la escuela<br />

politécnica y más tarde de economía, com<strong>en</strong>zó a trabajar <strong>en</strong> el campo<br />

del desarrollo humano <strong>en</strong> los años 70.<br />

Fue cofundador <strong>en</strong> 1981, con Herbert de Souza, de IBASE - Instituto<br />

Brasilero de Análisis Sociales y Económicos, época <strong>en</strong> la cual lanza el<br />

primer sistema de información destinado a las organizaciones de la<br />

sociedad civil <strong>en</strong> América Latina (AlterNex). Es igualm<strong>en</strong>te<br />

cofundador de la ONG internacional APC - Association for<br />

Progressive Communications. En el curso de los años 90, fue<br />

miembro del comité de gestión de Internet del Brasil, presid<strong>en</strong>te del<br />

comité ejecutivo de APC y llevó a cabo seis evaluaciones del impacto<br />

social de la implantación de proveedores de acceso <strong>en</strong> los países<br />

asiáticos para el CRDI (Canadá). Desde 1998, es director de<br />

planificación de la ONG brasilera RITS, Rede de informações para o<br />

terceiro setor, que busca promover los debates políticos públicos <strong>en</strong><br />

torno a las cuestiones de inclusión digital y proveer servicios de<br />

Internet a las otras organizaciones de la sociedad civil. Entre 2003 y<br />

2005 ha sido miembro de GNSO (G<strong>en</strong>eric Names Supporting<br />

Organization), una de las organizaciones de apoyo <strong>en</strong> la ICANN que<br />

repres<strong>en</strong>ta a los utilizadores no comerciales. De 2004 a 205 ha sido<br />

miembro del grupo de trabajo de la ONU sobre la gobernabilidad de<br />

Internet (WGIG). Intervi<strong>en</strong>e también como consultor ante difer<strong>en</strong>tes<br />

instituciones internacionales y es autor de varias obras que giran <strong>en</strong><br />

torno a temáticas sociales y políticas <strong>en</strong> relación con Internet.<br />

Alain Kiyindou<br />

Es maestro de confer<strong>en</strong>cias y ocupa actualm<strong>en</strong>te la función de jefe<br />

del Departam<strong>en</strong>to de Información y Comunicación <strong>en</strong> el Instituto<br />

Universitario de Tecnología (Universidad Robert Schuman) de<br />

Estrasburgo. Sus principales trabajos tratan de la comunicación para<br />

el desarrollo <strong>en</strong> Africa, con una visión particular sobre la inserción de<br />

las TIC, el lugar de la cultura <strong>en</strong> la apropiación de las tecnologías y de<br />

la información, la diversidad cultural <strong>en</strong> los medios de comunicación,<br />

los cont<strong>en</strong>idos africanos <strong>en</strong> Internet, la sociedad de la información, la<br />

fractura de la información y/o digital.<br />

Nacido <strong>en</strong> el Congo, estudió y también vivió <strong>en</strong> Costa de Marfil,<br />

donde participó <strong>en</strong> la eclosión de la pr<strong>en</strong>sa indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de la era<br />

multipartidista creando el periódico El Desafío.<br />

Raphaël Ntambue<br />

Investigador asociado al CEAN (IEP - CNRS) Burdeos, es también<br />

director del Instituto de Investigación IRTAVI (Bruselas) y redactor <strong>en</strong><br />

jefe de la “Revue des problématiques africaines”.<br />

Es doctor <strong>en</strong> filosofía y letras, formación completada con dos<br />

maestrías <strong>en</strong> informática y <strong>en</strong> cooperación al desarrollo. Fue director<br />

de investigaciones asociado al CNRS y es actualm<strong>en</strong>te investigador<br />

invitado <strong>en</strong> la Escuela Nacional de Administración de Estrasburgo. Es<br />

autor de varios libros y artículos sobre Internet, el Africa y las<br />

cuestiones de desarrollo.


Kemly Camacho<br />

Kemly Camacho es investigadora de la Fundación Acceso, a cargo<br />

del área de investigación sobre el impacto social de las tecnologías<br />

de información y comunicación.<br />

Trabaja <strong>en</strong> procesos de investigación participativa, analizando <strong>en</strong><br />

conjunto con actores locales c<strong>en</strong>troamericanos el papel que<br />

desempeñan las tecnologías <strong>en</strong> los procesos de desarrollo de los<br />

países de la región y que son liderados por estos mismos actores,<br />

interesados <strong>en</strong> transformar la realidad de los países pobres.<br />

Su formación es una combinación de ing<strong>en</strong>iería <strong>en</strong> computación,<br />

antropología, evaluación y actualm<strong>en</strong>te cursa el doctorado <strong>en</strong><br />

sociedad de información y conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la Universidad Abierta de<br />

Cataluña, Barcelona.<br />

Kemly es también coordinadora de la Oficina Latinoamericana de<br />

Bellanet -secretariado internacional de C<strong>en</strong>tro de Investigaciones<br />

Internacionales para el Desarrollo de Canadá. También es profesora<br />

de la Universidad de Costa Rica y de FLACSO (Facultad<br />

Latinoamericana de Ci<strong>en</strong>cias Sociales) <strong>en</strong> su maestría <strong>en</strong><br />

comunicación, Internet y políticas públicas.<br />

Kemly ti<strong>en</strong>e varias publicaciones <strong>en</strong> estos temas. Estos pued<strong>en</strong> ser<br />

leídos <strong>en</strong> el sitio<br />

http://www.acceso.or.cr/publicaciones<br />

Subbiah Arunachalam<br />

Subbiah Arunachalam (Arun) es consultor de información radicado <strong>en</strong><br />

Madras (llamada actualm<strong>en</strong>te Ch<strong>en</strong>nai) <strong>en</strong> el Sur de la India. Ha<br />

estado vinculado a las comunidades académicas y ci<strong>en</strong>tíficas indias<br />

durante más de tres décadas.<br />

Ha sido editor de revistas ci<strong>en</strong>tíficas (Indian Journal of Technology,<br />

Journal of Sci<strong>en</strong>tific & Industrial Research, Indian Journal of<br />

Chemistry, Proceedings of the Indian Academy of Sci<strong>en</strong>ces, y<br />

Pramana - Journal of Physics), escritor ci<strong>en</strong>tífico, investigador <strong>en</strong><br />

química, profesor de Ci<strong>en</strong>cias de la Información, bibliotecario <strong>en</strong> un<br />

laboratorio nacional, Secretario Ejecutivo de la Academia de Ci<strong>en</strong>cias<br />

de la India y miembro de los consejos editoriales de revistas<br />

ci<strong>en</strong>tíficas.<br />

Actualm<strong>en</strong>te es miembro distinguido de la Fundación para la<br />

Investigación M S Swaminathan y profesor invitado a media jornada<br />

<strong>en</strong> el Instituto Indio de Tecnología, Ch<strong>en</strong>nai. Entre sus intereses de<br />

investigación se incluy<strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la periferia, la ci<strong>en</strong>tometría y el<br />

acceso a la información.<br />

Mavic Cabrera-Balleza<br />

Mavic Cabrera-Balleza es activista feminista de las Filipinas, ha<br />

trabajado principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los temas relacionados con los medios, la<br />

información y la comunicación y su impacto <strong>en</strong> las mujeres. Participa<br />

activam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la def<strong>en</strong>sa de intereses a escala nacional, regional e<br />

internacional para lograr un cambio <strong>en</strong> las políticas relacionadas con<br />

las mujeres, los medios y las tecnologías de la información y las<br />

comunicaciones. Ha producido programas de radio y otros materiales<br />

de difusión para las radios comunitarias, así como para la radio<br />

gubernam<strong>en</strong>tal y la radio comercial privada. También revisa y escribe<br />

para varias publicaciones internacionales. Mavic fue co-coordinadora<br />

del trabajo de la ONG Grupo de Trabajo sobre las Estrategias de


Género durante la primera fase de la Cumbre Mundial sobre la<br />

Sociedad de la Información. Además, participó <strong>en</strong> el Grupo de Trabajo<br />

sobre los Medios Comunitarios durante la CMSI.<br />

Mavic es Socia Ejecutiva del Programa del C<strong>en</strong>tro Internacional de la<br />

Tribuna de la Mujer. Además, es Vicepresid<strong>en</strong>ta de AMARC<br />

(Asociación Mundial de Programadoras de la Radio Comunitaria). A la<br />

vez, es miembro del Comité Directivo del Grupo de Trabajo sobre<br />

Cuestiones de Género de la Unión Internacional de<br />

Telecomunicaciones. También es miembro de la Asian<br />

Communication Network. Antes de ocupar su actual cargo, Mavic era<br />

Directora del Programa para los Medios y los Servicios de<br />

Información y Comunicación <strong>en</strong> Isis Internacional-Manila.<br />

Catherine Roy<br />

Consultora que trabaja desde hace quince años <strong>en</strong> los medios de<br />

personas discapacitadas y comunitarios, colabora con diversas<br />

organizaciones preocupadas por las implicancias de la accesibilidad<br />

arquitectónica, la salud y los servicios sociales, la educación y el<br />

empleo, así como las políticas y programas públicos.<br />

Desde 1999, trabaja principalm<strong>en</strong>te sobre el acceso de los<br />

quebequ<strong>en</strong>ses discapacitados a las tecnologías de la información.<br />

Pert<strong>en</strong>ece igualm<strong>en</strong>te a diversos comités y consejos de organismos<br />

preocupados por estos temas. Es vicepresid<strong>en</strong>ta del W3 Quebec y<br />

miembro del Consejo de Administración de “Communautique”, del<br />

“Carrefour mondial de l’Internet citoy<strong>en</strong>” y de la ¬Comisión<br />

Internacional sobre las tecnologías y la accesibilidad - capítulo<br />

norteamericano.<br />

Felix Stalder<br />

Félix Stalder es cofundador de Op<strong>en</strong>flows, una compañía de redes<br />

especializada <strong>en</strong> los aspectos técnicos y sociales de los ambi<strong>en</strong>tes<br />

colaborativos <strong>en</strong> línea, y el software libre <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral. Además, es<br />

confer<strong>en</strong>ciante sobre economía de los medios <strong>en</strong> la Academia de<br />

Artes y Diseño de Zurich, Suiza. Posee un Doctorado de la<br />

Universidad de Toronto y ha escrito ampliam<strong>en</strong>te sobre el “código<br />

abierto como principio social” para medios académicos y populares.<br />

Vive <strong>en</strong> Vi<strong>en</strong>a.<br />

Sus textos están disponibles <strong>en</strong> http://felix.op<strong>en</strong>flows.org<br />

Michel Briand<br />

Militante asociativo y electo local <strong>en</strong> Brest, es igualm<strong>en</strong>te director<br />

adjunto de formación <strong>en</strong> una escuela de ing<strong>en</strong>ieros, el ENST de<br />

Bretaña del Grupo de Escuelas de las Telecomunicaciones.<br />

Participó <strong>en</strong> la creación de la red “CRéATIF” apoyándose sobre los<br />

Papi Brestois (punto de acceso público a Internet) y el trabajo llevado<br />

a cabo <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de la OTV (observatorio de tecnologías <strong>en</strong> la<br />

ciudad). Creó y animó el grupo de trabajo municipal “ciudadanía y<br />

noticias tecnológicas”, crisol de las iniciativas de Brest (foro y portal<br />

de las asociaciones, llamado a proyecto, red de escuelas de Brest...).<br />

Luego del acceso público, el escrito público, la cobertura equitativa de<br />

los territorios, y la información como bi<strong>en</strong> público son para Michel<br />

Briand los temas mayores de la sociedad de la información. En lo<br />

opuesto de las posiciones de poder, un funcionami<strong>en</strong>to abierto a la


iniciativa, la creatividad, el debate, la participación, da s<strong>en</strong>tido y eco a<br />

las realizaciones locales, crea el bi<strong>en</strong> común. Es el s<strong>en</strong>tido de su<br />

compromiso d<strong>en</strong>tro de la red 13C del Internet creativo, cooperativo y<br />

ciudadano.<br />

Dominique Cardon<br />

Es sociólogo <strong>en</strong> el Laboratorio de usos de France Télécom R&D e<br />

investigador asociado <strong>en</strong> el C<strong>en</strong>tro de Estudio de los Movimi<strong>en</strong>tos<br />

Sociales de la Escuela de Altos Estudios <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Sociales.<br />

Sus trabajos se refier<strong>en</strong> a las relaciones <strong>en</strong>tre los usos de las nuevas<br />

tecnologías y las prácticas culturales y mediáticas. Si bi<strong>en</strong> las nuevas<br />

tecnologías contribuy<strong>en</strong> a transformar las relaciones sociales de los<br />

individuos, también modifican el espacio público, los medios de<br />

comunicación y la manera de producir la información. La articulación<br />

<strong>en</strong>tre sociabilidades y espacio público está <strong>en</strong> el orig<strong>en</strong> de difer<strong>en</strong>tes<br />

trabajos que tratan sobre las prácticas culturales, los medios<br />

alternativos o los programas televisados “interactivos”. Se interesa<br />

especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los usos de las nuevas tecnologías por los<br />

militantes internacionales del movimi<strong>en</strong>to altermundialista.<br />

Luis Ángel Fernández Hermana<br />

Periodista ci<strong>en</strong>tífico desde 1969, Luis Ángel Fernández Hermana<br />

ejerció <strong>en</strong> América Latina y <strong>en</strong> Europa y es corresponsal ci<strong>en</strong>tífico del<br />

Periódico de Catalunya desde 1982. Es miembro fundador del “Grupo<br />

de periodistas digitales” creado <strong>en</strong> 1996 <strong>en</strong> Cataluña.Trabajó mucho<br />

<strong>en</strong> torno al concepto de “gestión del conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> red”, a partir del<br />

cual elaboró un método de colaboración <strong>en</strong> red y de animación de<br />

comunidades virtuales.<br />

Dirigió de 1996 a 2004 la empresa “<strong>en</strong>redando.com”, editora de la<br />

revista del mismo nombre dedicada a la reflexión sobre el impacto de<br />

Internet sobre la sociedad y que ha publicado más de 425 artículos<br />

acerca de este tema. Participó también <strong>en</strong> el orig<strong>en</strong> de las tres<br />

jornadas internacionales “<strong>en</strong>.red.ando” (Barcelona 2000, 2001 y 2003)<br />

dedicadas a la visualización de la informática, la web intelig<strong>en</strong>te y la<br />

web semántica). “Enredando” también coorganizó con las<br />

Universidades de las Islas Baleares y Vic, masters <strong>en</strong> comunicación<br />

digital.<br />

Actualm<strong>en</strong>te continua su actividad de consultor y de periodista,<br />

<strong>en</strong>focada hacia la aplicación de las tecnologías de la información a<br />

las organizaciones, la gestión de saberes <strong>en</strong> red, el desarrollo de<br />

sistemas de información para las comunicaciones virtuales.<br />

http://lafh.info<br />

Hervé Le Crosnier<br />

Es maestro de confer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> la Universidad de Ca<strong>en</strong>, donde<br />

<strong>en</strong>seña las tecnologías de Internet desde 1995. Sus investigaciones<br />

se refier<strong>en</strong> principalm<strong>en</strong>te al impacto del desarrollo de Internet sobre<br />

la sociedad.<br />

Anteriorm<strong>en</strong>te fue conservador de biblioteca y creó la lista de difusión<br />

BIBLIO-FR, que agrupa a los profesionales francófonos de las<br />

bibliotecas, del libro y de la docum<strong>en</strong>tación (13.000 abonados y<br />

abonadas actualm<strong>en</strong>te).


Pascal R<strong>en</strong>aud<br />

Economista e informático de formación, dedica actualm<strong>en</strong>te sus<br />

investigaciones a temas relacionados a las TIC para los países <strong>en</strong><br />

desarrollo, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de la IRD (Unidad de investigación “saberes &<br />

desarrollo”).<br />

Desde 1985, <strong>en</strong> la Orstom - actual IRD, Instituto de Investigación<br />

para el Desarrollo - coordina la instalación de una red TCP/IP <strong>en</strong>tre<br />

los difer<strong>en</strong>tes establecimi<strong>en</strong>tos del Instituto, primeram<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Francia,<br />

luego <strong>en</strong> Africa francófona y <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros del Pacífico y de las<br />

Antillas. Este proyecto adquirirá una dim<strong>en</strong>sión política cuando los<br />

organismos de investigación africanos, así como las ONG<br />

internacionales se asociarán a él, contribuy<strong>en</strong>do a la preparación de<br />

la Cumbre de la Tierra <strong>en</strong> 1992.<br />

Entre 1995 y 2004 comisionado <strong>en</strong> la UNITAR, ag<strong>en</strong>cia de las<br />

Naciones Unidas para la formación de cuadros de los países <strong>en</strong><br />

desarrollo, conduce el programa “sociedad de la información &<br />

desarrollo”.<br />

Rosa-María Torres<br />

Lingüista, pedagoga y activista social con vasta experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las<br />

áreas de la <strong>en</strong>señanza, la investigación y la asesoría. Actualm<strong>en</strong>te<br />

trabaja desde su propio instituto - Instituto Fronesis y es Secretaria<br />

Regional para América Latina y el Caribe de la World Culture Op<strong>en</strong><br />

(WCO).<br />

En Ecuador, fue Directora Pedagógica de la Campaña Nacional de<br />

Alfabetización “Monseñor Leonidas Proaño” (1988-2000) y Ministra de<br />

Educación y Cultura (2003), designada por el Movimi<strong>en</strong>to<br />

Plurinacional Pachakutik. En Nicaragua (1981-1986) trabajó como<br />

consejera <strong>en</strong> el Viceministerio de Educación de Adultos y luego como<br />

coordinadora del Proyecto Regional de Educación Popular y<br />

Comunicación <strong>en</strong> la Coordinadora Regional de Investigaciones<br />

Económicas y Sociales (CRIES). Después de la Confer<strong>en</strong>cia Mundial<br />

sobre Educación para Todos (1990), pasó a trabajar <strong>en</strong> UNICEF-<br />

Nueva York como Asesora Principal de Educación y editora de<br />

UNICEF’s Education News (1991-1996). Fue Directora del Programa<br />

para América Latina y el Caribe <strong>en</strong> la Fundación W.K. Kellogg (1996-<br />

98), donde desarrolló la Iniciativa de Educación Básica “Comunidad<br />

de Apr<strong>en</strong>dizaje”, que llevó y continuó <strong>en</strong> IIPE-Unesco Bu<strong>en</strong>os Aires<br />

(1998-2000).<br />

Rikke Frank Jørg<strong>en</strong>s<strong>en</strong><br />

Es Asesora Principal del Instituto Danés de los Derechos Humanos;<br />

asesora de la Delegación Danesa a la Cumbre Mundial sobre la<br />

Sociedad de la Información y co-coordinadora del Caucus de los<br />

derechos humanos de la sociedad civil. Rikke trabajó anteriorm<strong>en</strong>te<br />

como asesora <strong>en</strong> el Ministerio Danés de Investigación y Tecnologías<br />

de la Información, de 1995 a 2000, donde se ocupó de los impactos<br />

sociales de las tecnologías de la información. En 2000 cofundó la<br />

ONG danesa Digital Rights, de la que fue presid<strong>en</strong>ta de 2000 a 2003.<br />

También participó <strong>en</strong> la fundación de European Digital Rights (EDRI)<br />

<strong>en</strong> 2002, y actualm<strong>en</strong>te es miembro de la junta directiva de EDRI.<br />

Rikke posee una Maestría <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias de la Información y una<br />

Maestría Europea <strong>en</strong> Derechos Humanos y Democratización,<br />

especializada <strong>en</strong> Internet y la libertad de expresión.


Stephanie Perrin<br />

Stephanie Perrin es consultora especializada <strong>en</strong> materia de vida<br />

privada y de política de información. Consejera industrial para el<br />

Estado y la sociedad civil sobre la puesta <strong>en</strong> marcha de<br />

procedimi<strong>en</strong>tos y de políticas de protección de datos y sobre el<br />

impacto de las nuevas tecnologías <strong>en</strong> la vida privada.Es<br />

Coordinadora de la Investigación para el proyecto Anonymity<br />

(Anonimato), radicada <strong>en</strong> la Universidad de Ottawa. Es miembro<br />

ejecutiva del C<strong>en</strong>tro de Información sobre la Privacidad Electrónica<br />

(EPIC) <strong>en</strong> Washington y trabaja con otras organizaciones de def<strong>en</strong>sa<br />

<strong>en</strong> Canadá e internacionalm<strong>en</strong>te.<br />

Es la antigua Jefa de Privacidad de Zero-Knowledge, la primera CPO<br />

de Canadá, y ha participado <strong>en</strong> varias asociaciones de CPO,<br />

trabajando con los responsables de implem<strong>en</strong>tar la privacidad <strong>en</strong> sus<br />

organizaciones. Stephanie contribuyó positivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la elaboración<br />

de las políticas de privacidad y criptografía de Canadá durante quince<br />

años.<br />

Anteriorm<strong>en</strong>te, como Directora de la Política de Privacidad del Grupo<br />

de Trabajo sobre Comercio Electrónico de Industry Canada,<br />

<strong>en</strong>cabezó la iniciativa legislativa <strong>en</strong> Industry Canada que trajo como<br />

resultado la Ley de Protección de la Información Personal y los<br />

Docum<strong>en</strong>tos Electrónicos, legislación sobre la privacidad que <strong>en</strong>tró <strong>en</strong><br />

vigor <strong>en</strong> el año 2001 y ha establecido la norma a ser cumplida por el<br />

sector privado. Es la autora principal de un texto sobre la Ley,<br />

publicado por Irwin Law.<br />

Sean O’Siochru<br />

Seán Ó Siochrú posee más de veinte años de experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las<br />

comunicaciones internacionales y las actividades de desarrollo local.<br />

Entre sus reci<strong>en</strong>tes funciones podemos citar: evaluación final del<br />

programa InfoTuk (iniciativa del Turcom<strong>en</strong>istan para el desarrollo<br />

humano durable); responsable del programa, UNDP, 2004;<br />

responsable del programa de Redes de Desarrollo Sost<strong>en</strong>iblede la<br />

UNDP 2003. En los años nov<strong>en</strong>ta desempeñó un papel importante <strong>en</strong><br />

la evaluación de los Programas STAR y Telematique de la Union<br />

Europea. Fue Secretario G<strong>en</strong>eral y Tesorero (anterior Vicepresid<strong>en</strong>te)<br />

de la “Mesa Redonda MacBride sobre Comunicaciones”, para debatir<br />

de las cuestiones relacionadas con las comunicaciones<br />

internacionales. Su título primario es del Trinity College Dublin, y ha<br />

terminado estudios de postgrado <strong>en</strong> Canadá y Cork.<br />

Marc Raboy<br />

Marc Raboy es profesor y Beaverbrook Chair <strong>en</strong> Ética, Medios y<br />

Comunicaciones del Departam<strong>en</strong>to de Historia del Arte y Estudios de<br />

Comunicación. Antiguo periodista <strong>en</strong> numerosos medios, formado <strong>en</strong><br />

McGill, Marc Raboy <strong>en</strong>señó previam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la Universidad de<br />

Montreal y la Universidad Laval. Es autor o editor de numerosos libros<br />

y artículos, así como asociado para la investigación <strong>en</strong> el Programa<br />

de Derecho Comparativo y Política de los Medios <strong>en</strong> la Universidad<br />

de Oxford, y miembro del consejo internacional de la Asociación<br />

Internacional de Investigación sobre los Medios y la Comunicación<br />

(IAMCR por sus siglas <strong>en</strong> inglés). De 2001 a 2003, trabajó como<br />

asesor experto del Comité Perman<strong>en</strong>te de la Cámara de los<br />

Comunes sobre la Her<strong>en</strong>cia Canadi<strong>en</strong>se para su estudio de la


adiodifusión canadi<strong>en</strong>se. También es miembro fundador de una<br />

campaña de def<strong>en</strong>sa internacional de los Derechos a la<br />

Comunicación <strong>en</strong> la Sociedad de la Información (CRIS).<br />

Marcelo Solervinc<strong>en</strong>s<br />

Marcelo Solervic<strong>en</strong>s es secretario g<strong>en</strong>eral de la AMARC, Asociación<br />

Mundial de los radiodifusores comunitarios desde 2003. Titular de un<br />

doctorado <strong>en</strong> ci<strong>en</strong>cias políticas (UQAM), ti<strong>en</strong>e su base <strong>en</strong> Montreal<br />

(Canadá) y cu<strong>en</strong>ta con una experi<strong>en</strong>cia polival<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los campos de<br />

la comunicación y de las nuevas tecnologías. Periodista de Radio<br />

Canadá Internacional y director g<strong>en</strong>eral de Radio C<strong>en</strong>tre - Ville, la<br />

radio comunitaria y multilingüe de Montreal, ha trabajado también <strong>en</strong><br />

organizaciones no gubernam<strong>en</strong>tales de cooperación internacional<br />

(CUSO, Oxfam, CEDAL) y publicado libros y artículos sobre América<br />

Latina.<br />

Christine Schweidler<br />

Christine Schweidler prepara un doctorado <strong>en</strong> Historia y Sociología de<br />

la Ci<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la Universidad de P<strong>en</strong>silvania. Reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te también<br />

recibió un título de Lic<strong>en</strong>ciada <strong>en</strong> Epidemiología de la Universidad de<br />

California, Berkeley. Su investigación doctoral se c<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> la historia<br />

de la <strong>en</strong>fermedad, las prácticas curativas y la salud pública <strong>en</strong><br />

Vietnam. Otras áreas de investigación incluy<strong>en</strong> la relación <strong>en</strong>tre<br />

comercio, IP y salud. Actualm<strong>en</strong>te trabaja <strong>en</strong> Hanoi, Vietnam.<br />

Sasha Costanza-Chock<br />

Sasha Costanza—Chock es activista de los medios e investigador<br />

que trabaja <strong>en</strong> el tema de la economía política de la comunicación, la<br />

producción táctica de los medios, y el movimi<strong>en</strong>to transnacional para<br />

los derechos a la comunicación. Posee una Maestría <strong>en</strong><br />

Comunicación de la Universidad de P<strong>en</strong>silvania, y es estudiante<br />

doctoral <strong>en</strong> la Escuela de Comunicaciones Ann<strong>en</strong>berg de la<br />

Universidad del Sur de California. Actualm<strong>en</strong>te, también trabaja con la<br />

campaña internacional para los Derechos a la Comunicación<br />

(http://www.crisinfo.org), la iniciativa de Acceso al Conocimi<strong>en</strong>to<br />

(http://www.access2knowledge.org), y la red de distribución de videos<br />

Indymedia (http://video.indymedia.org).<br />

Marcelo D’Elia Branco<br />

Profesional <strong>en</strong> el campo de las Tecnologías de la Información desde<br />

hace veinticinco años, es actualm<strong>en</strong>te consultor <strong>en</strong> tecnologías para<br />

la sociedad de la información. Acaba de terminar una misión ante la<br />

Presid<strong>en</strong>cia de la República brasilera para favorecer la asociación de<br />

la sociedad civil a las políticas de la sociedad de la información. Es al<br />

mismo tiempo coordinador del “Proyecto Software libre Brasil”<br />

(http://www.softwarelivre.org), profesor honorario del Instituto Superior<br />

Tecnológico CEVATEC de Lima, <strong>en</strong> el Perú, y miembro del Consejo<br />

Ci<strong>en</strong>tífico del programa internacional de estudios superiores <strong>en</strong><br />

Software libre de la Universidad Abierta de Cataluña - UOC - <strong>en</strong><br />

España. Ha sido <strong>en</strong>cargado de la implem<strong>en</strong>tación de la División de<br />

Telecomunicaciones para la municipalidad de Porto Alegre, y ha<br />

ocupado diversos cargos de dirección para el Estado de Rio Grande<br />

Do Sul, siempre para promover la implantación del software libre.


Mouhamadou Moustapha Lo<br />

Doctor <strong>en</strong> Derecho Público de las Nuevas Tecnologías de la<br />

Universidad de la Sorbona, sus trabajos se refier<strong>en</strong> a la<br />

administración electrónica y al derecho público.<br />

Después de haber compartido sus responsabilidades profesionales<br />

<strong>en</strong>tre la <strong>en</strong>señanza y el periodismo durante varios años, es<br />

actualm<strong>en</strong>te consejero jurídico de la Ag<strong>en</strong>cia de Informática del<br />

Estado (ADIE) ante la Presid<strong>en</strong>cia de la República s<strong>en</strong>egalesa.<br />

Roberto Verzola<br />

Roberto Verzola es <strong>en</strong> la actualidad un activista de la agricultura<br />

sost<strong>en</strong>ible (anteriorm<strong>en</strong>te Secretario G<strong>en</strong>eral) de Philippine Gre<strong>en</strong>s,<br />

una formación política que se basa <strong>en</strong> los principios de la ecología, la<br />

justicia social, la libre determinación y la no viol<strong>en</strong>cia. También es<br />

miembro de la junta directiva de PABINHI, una red de granjeros,<br />

académicos y otros grupos e individuos que practican y defi<strong>en</strong>d<strong>en</strong> la<br />

agricultura sost<strong>en</strong>ible.<br />

Fue miembro (como repres<strong>en</strong>tante de la comunidad) del Comité<br />

Nacional de Bioseguridad de las Filipinas, organismo gubernam<strong>en</strong>tal<br />

que regula los experim<strong>en</strong>tos de la ing<strong>en</strong>iería g<strong>en</strong>ética <strong>en</strong> el país.<br />

También fue Miembro de la junta directiva y director ejecutivo de<br />

Soljuspax, una fundación que defi<strong>en</strong>de las fu<strong>en</strong>tes de <strong>en</strong>ergía<br />

seguras y r<strong>en</strong>ovables.<br />

Roberto Verzola participó <strong>en</strong> las campañas y estudios de política<br />

sobre la <strong>en</strong>ergía nuclear, la <strong>en</strong>ergía r<strong>en</strong>ovable, la efici<strong>en</strong>cia de la<br />

<strong>en</strong>ergía, las tecnologías de la información, la ing<strong>en</strong>iería g<strong>en</strong>ética, los<br />

derechos de la propiedad intelectual, la agricultura orgánica y las<br />

cuestiones medioambi<strong>en</strong>tales, con especial at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> los temas de<br />

la tecnología y su impacto social y medioambi<strong>en</strong>tal, <strong>en</strong> cooperación<br />

con varios grupos de def<strong>en</strong>sa y movimi<strong>en</strong>tos sociales, desde los años<br />

80. Es autor de “Towards a Political Economy of Information” (FNS,<br />

marzo de 2004).<br />

Adriana Lau<br />

Administradora adjunta Unión Latina<br />

La Unión Latina es una organización internacional fundada <strong>en</strong> 1954<br />

por el Conv<strong>en</strong>io de Madrid para promover y difundir la her<strong>en</strong>cia<br />

cultural y las id<strong>en</strong>tidades del mundo latino.<br />

Pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> cuatro contin<strong>en</strong>tes, la Union Latina reúne 36 Estados<br />

miembros y concede el estatuto de observador a otros 4 Estados


Hacia sociedades de saberes compartidos<br />

Alain Ambrosi Daniel Pimi<strong>en</strong>ta Valérie Peugeot<br />

Nuestra vida es plural: hablamos, intercambiamos, creamos, tejemos lazos <strong>en</strong> la<br />

diversidad. Sin embargo, desde hace una década, la expresión “sociedad de la<br />

información” ha <strong>en</strong>trado <strong>en</strong> nuestras vidas <strong>en</strong> singular.<br />

El término salió de los círculos de iniciados, y se le dedica una cumbre mundial.<br />

De todas las cumbres de la ONU que se sucedieron desde inicios de los años 90,<br />

es la única que lleva <strong>en</strong> su título el término de “sociedad”. Las cumbres anteriores<br />

se refirieron a uno u otro de los grandes temas planetarios que atraviesan nuestra<br />

época: el medio ambi<strong>en</strong>te (Cumbre de la tierra <strong>en</strong> Río), las mujeres (Beijing), la<br />

demografía (El Cairo), lo social (Cop<strong>en</strong>hague)... Que la CMSI no se llame<br />

simplem<strong>en</strong>te CMI - Cumbre Mundial de la Información - no es anecdótico: para los<br />

que la concibieron, se trataba de mostrar que la cuestión de la información no era<br />

solam<strong>en</strong>te un asunto de infraestructuras y de técnicas, sino que planteaba<br />

interrogantes a la sociedad. Un <strong>en</strong>unciado destinado a <strong>en</strong>contrar el apoyo de la<br />

mayoría: todos están de acuerdo sobre la amplitud de la mutación ligada a la<br />

llegada masiva de las tecnologías de la información a nuestras sociedades, tanto<br />

del Norte como del Sur.<br />

Sin embargo, el cons<strong>en</strong>so se acaba allí, porque para los iniciadores<br />

gubernam<strong>en</strong>tales de la cumbre, se hace refer<strong>en</strong>cia primeram<strong>en</strong>te al impacto de la<br />

información <strong>en</strong> nuestros sistemas de producción: de la misma manera que el agua<br />

y luego la <strong>en</strong>ergía han sido la piedra angular de nuestras sociedades anteriores,<br />

basadas sobre la agricultura y más tarde, la industria, la información les parece la<br />

nueva columna vertebral de nuestras economías.<br />

Elegir el modo de producción como característica fundam<strong>en</strong>tal de una sociedad,<br />

no es algo neutro. Esta elección <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra la adhesión, tanto de algunos<br />

herederos del marxismo, para qui<strong>en</strong>es la infraestructura económica determina las<br />

superestructuras culturales, como la de los ultra liberales, que descifran el mundo<br />

solam<strong>en</strong>te a través de la compet<strong>en</strong>cia económica. En el fondo, revela el primado<br />

otorgado a la economía, primado que recibe el apoyo tanto de los grandes media<br />

como de los responsables políticos y, por supuesto, económicos. La información,<br />

<strong>en</strong> carácter de motor económico, se convirtió para ellos <strong>en</strong> una nueva narración<br />

planetaria.<br />

Este <strong>en</strong>foque del “todo económico” es d<strong>en</strong>unciado desde inicios de los años 90<br />

por numerosos movimi<strong>en</strong>tos ciudadanos y sociales a través del mundo,<br />

rebati<strong>en</strong>do la supremacía de la lógica mercantil sobre todas las consideraciones


ligadas a la salud, la cultura, el medio ambi<strong>en</strong>te y el desarrollo <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral. Esta<br />

resist<strong>en</strong>cia opera actualm<strong>en</strong>te luchando paso a paso para que las reglas del<br />

comercio internacional toler<strong>en</strong> excepciones, para que el interés común no esté<br />

subordinado al dogma según el cual nada debe trabar el intercambio mercantil<br />

que, siempre que sea “libre”, sería la fu<strong>en</strong>te fundam<strong>en</strong>tal de crecimi<strong>en</strong>to y<br />

bi<strong>en</strong>estar. El ejemplo más conocido de derogación obt<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> estos últimos años<br />

es el de los medicam<strong>en</strong>tos g<strong>en</strong>éricos: <strong>en</strong> la cumbre de Doha, los imperativos de<br />

salud tomaron transitoriam<strong>en</strong>te la delantera, con relación a aquellos de la<br />

propiedad y el comercio.<br />

A primera vista, el mismo movimi<strong>en</strong>to de liberalización/resist<strong>en</strong>cia se manifiesta<br />

cuando se llega a hablar de información: por un lado la doxa internacional<br />

pret<strong>en</strong>de que solam<strong>en</strong>te si los mercados no están reglam<strong>en</strong>tados, se podrá<br />

aportar las estructuras necesarias para un acceso universal a la sociedad de la<br />

información. Por otro lado, algunos movimi<strong>en</strong>tos luchan para que la información<br />

siga si<strong>en</strong>do, ante todo, un bi<strong>en</strong> público y preconizan una regulación y una<br />

gobernabilidad pública a la altura de los grandes desafíos de la era de la<br />

información.<br />

Mirando de cerca, las líneas de fuerza son mucho más complejas. Como si la<br />

información no pudiera dejarse <strong>en</strong>cerrar <strong>en</strong> las grandes categorías que<br />

estructuran hoy las t<strong>en</strong>siones del mundo. En primer lugar, la información está<br />

efectivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro del proceso económico actual, pero lo supera y se<br />

escapa de él <strong>en</strong> gran medida. Para aquellos que buscan ver <strong>en</strong> la cultura<br />

solam<strong>en</strong>te “bi<strong>en</strong>es culturales” salidos de “industrias culturales” y fu<strong>en</strong>tes de<br />

nuevos mercado pot<strong>en</strong>ciales, las redes de información hicieron explotar los<br />

intercambios de cont<strong>en</strong>idos culturales no mercantiles, dando visibilidad a fuerzas<br />

creadoras, interconectadas de ahora <strong>en</strong> más, que inv<strong>en</strong>tan y experim<strong>en</strong>tan sobre<br />

la marcha nuevos modos de producción <strong>en</strong> colaboración.<br />

Además, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o mismo de los procesos de producción, la información altera<br />

las reglas fundam<strong>en</strong>tales del capitalismo. Permiti<strong>en</strong>do un crecimi<strong>en</strong>to incesante<br />

de la productividad, ella traslada los costos de producción del c<strong>en</strong>tro mismo de la<br />

fabricación hacia campos de lo inmaterial, como el marketing y la publicidad, que<br />

a su vez contribuy<strong>en</strong>, a su manera, a moldear nuestra visión del mundo.<br />

Siempre <strong>en</strong> el ord<strong>en</strong> económico, la abundancia intrínseca de la información, que<br />

se volvió reproducible a voluntad y a muy bajo costo gracias a la digitalización,<br />

hace inoperante cualquier t<strong>en</strong>tativa de importar reglas prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de la<br />

propiedad de bi<strong>en</strong>es materiales para aplicarlos al campo de la propiedad<br />

intelectual. Aquellos que hablan de fortalecimi<strong>en</strong>to de los derechos de propiedad<br />

intelectual se inscrib<strong>en</strong> <strong>en</strong> una carrera perdida de antemano, y apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te sin<br />

salida, para recrear artificialm<strong>en</strong>te escasez mediante reglas jurídicas o técnicas.<br />

En otro ord<strong>en</strong> de ideas, mi<strong>en</strong>tras que la propia economía de la información, hiper<br />

competitiva y poco regulada, es objeto de t<strong>en</strong>tativas de construcción de<br />

posiciones monopolísticas (Microsoft, Google), emerg<strong>en</strong> sin embargo de todas<br />

partes, procesos de producción cooperativos y de autoproducción, de creación<br />

por los mismos utilizadores. Su éxito saca a la luz el hecho de que la creatividad y<br />

la innovación escapan <strong>en</strong> parte al capitalismo clásico, cuestionando las nociones<br />

de progreso y de desarrollo.<br />

Mucho más allá de la esfera económica, los nuevos artefactos de la información<br />

(CMS, blogs, VoIP, VoD, podcasting) liberan la palabra. La mundialización,


tomada <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de la liberalización de las cu<strong>en</strong>cas culturales, de una<br />

circulación de conocimi<strong>en</strong>tos, ya no es el privilegio de una élite mediática o<br />

mediatizada, sino que puede abrirse a aquellos y aquellas cuya expresión estuvo<br />

hasta ahora confiscada de facto. Entre los acaparadores de palabras, se<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran aquellos que pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er la exclusividad de la legitimidad del<br />

“decir”, que han tomado el control económico y político del espacio mediático. Los<br />

usos alternativos de las nuevas tecnologías de la información interpelan tanto del<br />

exterior como del interior a ese tradicional “cuarto poder”. Ellos presionan para<br />

redefinir las reglas de funcionami<strong>en</strong>to de los medios masivos de comunicación,<br />

así como su lugar y su papel, redefini<strong>en</strong>do <strong>en</strong> el camino la noción misma de<br />

“servicio público” de la información, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el campo de la<br />

radiodifusión.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, desde los inicios de Internet, los actores que se <strong>en</strong>contraban <strong>en</strong> el<br />

corazón de la innovación tecnológica establecieron formas de autorregulación<br />

(W3C, IETF) que afectan tanto a los def<strong>en</strong>sores de una “real política” de la<br />

superpot<strong>en</strong>cia así como a los paladines del multilateralismo intergubernam<strong>en</strong>tal.<br />

En efecto, la emerg<strong>en</strong>cia de estas estructuras de normalización por cons<strong>en</strong>so<br />

coincide con el poder creci<strong>en</strong>te del sector privado <strong>en</strong> detrim<strong>en</strong>to de los actores<br />

públicos (Estado, colectividades territoriales, instituciones supranacionales). Una<br />

erosión de la pot<strong>en</strong>cia pública que la ONU pone <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a <strong>en</strong> el transcurso de<br />

sus cumbres, celebrando cada vez un poco más el rol del sector privado y<br />

apelando a la g<strong>en</strong>erosidad de este último para financiar hasta sus mínimas<br />

iniciativas ¡com<strong>en</strong>zando por las mismas cumbres! En esto nos <strong>en</strong>contramos fr<strong>en</strong>te<br />

a una “doble obligación”: favorecer la participación creativa de sectores <strong>en</strong>teros de<br />

la sociedad, sin preparar el lugar a una privatización de las grandes funciones del<br />

Estado.<br />

Pero si por un lado no podemos volvernos ciegos a estos cuestionami<strong>en</strong>tos de<br />

nuestras repres<strong>en</strong>taciones ligadas a la nueva importancia dada a la información,<br />

por el otro, no podemos p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> la sociedad de la información fuera del mundo<br />

<strong>en</strong> el cual ella emerge.<br />

La CMSI se desarrolló <strong>en</strong> un período de más de tres años (julio de 2002 a<br />

noviembre de 2005). En el curso de estos tres años, la esc<strong>en</strong>a internacional ha<br />

sido marcada -<strong>en</strong>tre otras cosas- por dos grandes evoluciones:<br />

La voluntad de la mayor pot<strong>en</strong>cia del mundo<br />

de rechazar el multilateralismo y la democratización internacional.<br />

Un aislami<strong>en</strong>to jalonado por el conflicto <strong>en</strong> Irak, la negativa reiterada de ese país<br />

de adherir a los acuerdos de Kioto y al Tribunal P<strong>en</strong>al Internacional, y <strong>en</strong> el<br />

mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que escribimos, la obstrucción sistemática al proyecto de reforma de<br />

las Naciones Unidas y de cualquier t<strong>en</strong>tativa de democratización del espacio<br />

político internacional. Bajo esta luz, el debate sobre la gobernabilidad de Internet,<br />

considerado como el más importante de la CMSI y el rechazo de los Estados<br />

Unidos de abandonar su control sobre el ICANN, no son más que la antesala de<br />

algo mucho más vasto. Estas actitudes se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> otros lugares de<br />

negociación: <strong>en</strong> la UNESCO, los Estados Unidos, seguidos por la mayoría de los<br />

países desarrollados, se opon<strong>en</strong> a una conv<strong>en</strong>ción con fuerza operatoria sobre la<br />

diversidad cultural; <strong>en</strong> la OMPI, donde estas mismas pot<strong>en</strong>cias bloquean el<br />

debate sobre una necesaria evolución de los conceptos de la propiedad<br />

intelectual para favorecer el desarrollo y el acceso al conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la hora


digital.<br />

El aum<strong>en</strong>to de los temores colectivos, nutridos a la vez por un terrorismo<br />

globalizado y por un discurso de “seguridad total”.<br />

La historia nos ha mostrado sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te que esos temores son el terr<strong>en</strong>o<br />

privilegiado del conformismo social y de los <strong>en</strong>granajes de la guerra. Asistimos a<br />

un retroceso g<strong>en</strong>eralizado, cuando no se trata de cuestionar directam<strong>en</strong>te, un<br />

cuestionami<strong>en</strong>to frontal, de los derechos humanos más fundam<strong>en</strong>tales y de todo<br />

el edificio legal y jurídico internacional conquistado <strong>en</strong> el curso del siglo pasado. Al<br />

respecto, la elección de Túnez para recibir a la CMSI, país que no deja circular<br />

librem<strong>en</strong>te la información, constituye una paradoja que solo este contexto de<br />

seguridad puede explicar. La innovación tecnológica <strong>en</strong> el corazón del<br />

mejorami<strong>en</strong>to de las condiciones de vida desde hace un siglo también se ve<br />

afectada por los abordajes de la seguridad, a riesgo de fr<strong>en</strong>ar sus capacidades<br />

creativas. Las vallas de protección democráticas, garantes de una utilización de la<br />

tecnología respetuosa de las libertades y de los derechos fundam<strong>en</strong>tales, ced<strong>en</strong><br />

el terr<strong>en</strong>o a las justificaciones guerreras.<br />

Ante esta realidad multiforme de la era de la información, actores de todos los<br />

países tratan a su vez de prev<strong>en</strong>ir riesgos, de estudiar y proponer alternativas,<br />

vivir y promover la complejidad rechazando las lógicas de <strong>en</strong>cerrami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> una<br />

concepción monolítica de las sociedades del mañana.<br />

A través de esta obra escrita por alrededor de unas ses<strong>en</strong>ta manos de difer<strong>en</strong>tes<br />

oríg<strong>en</strong>es culturales, hemos querido int<strong>en</strong>tar restituir esta complejidad. No hay<br />

“una” sociedad de la información, sino sociedades, plurales, <strong>en</strong> movimi<strong>en</strong>to,<br />

emerg<strong>en</strong>tes, cambiantes. Estas sociedades, como las palabras que las<br />

sosti<strong>en</strong><strong>en</strong>, no nos han sido dadas para digerirlas o asimilarlas, sino para construir<br />

colectivam<strong>en</strong>te y de manera asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te. La información y sus tecnologías no<br />

pued<strong>en</strong> hacer las veces de un proyecto común. El proyecto reside <strong>en</strong> lo que<br />

haremos de la información, los riesgos y las pot<strong>en</strong>cialidades que le son<br />

inher<strong>en</strong>tes. Dejar expresarse y aum<strong>en</strong>tar la creatividad, hacer circular los<br />

conocimi<strong>en</strong>tos, abrir los patrimonios de saberes a los más pobres, mestizar<br />

las culturas, respetando al mismo tiempo su diversidad, rechazar las<br />

regresiones religiosas nutridas por la ignorancia, proteger y promover las<br />

libertades, no confiscar la palabra. Crear un <strong>en</strong>torno propicio para que se<br />

desarrolle el deseo de comunicar, de ser y de hacer juntos. Palancas, todas ellas<br />

que están a nuestra disposición para poner la información al servicio de una<br />

dinámica de paz, de respeto y de solidaridad. Al servicio de las sociedades de los<br />

saberes compartidos.


<strong>Palabras</strong> <strong>en</strong> <strong>juego</strong> : historia de un proyecto<br />

Alain Ambrosi Daniel Pimi<strong>en</strong>ta Valérie Peugeot<br />

En política, como <strong>en</strong> todas partes, las palabras nunca son neutras: portadoras de<br />

s<strong>en</strong>tido, a veces de contras<strong>en</strong>tido, las palabras son el vehículo de la historia de la<br />

sociedad que las ha producido y de las repres<strong>en</strong>taciones del mundo de aquellos<br />

que las utilizan. Estas repres<strong>en</strong>taciones son diversas, contradictorias, hasta se<br />

podría decir conflictivas, según los actores que las formulan, los intereses y las<br />

lógicas sociales que reflejan.<br />

Sin embargo, estas palabras son utilizadas a m<strong>en</strong>udo borrando esas<br />

contradicciones, de manera presuntam<strong>en</strong>te cons<strong>en</strong>suada y apolítica. En realidad,<br />

cada uno ti<strong>en</strong>e su definición, esperando consci<strong>en</strong>te o inconsci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te que al fin<br />

su “repres<strong>en</strong>tación del mundo” se impondrá cuando las palabras que él utiliza<br />

estén <strong>en</strong> boca de todos. Al final, el poder de los grupos dominantes resulta<br />

reforzado y el statu quo conservador sobre las cuestiones reales es mant<strong>en</strong>ido.<br />

En un contexto de mundialización acelerada, las palabras son más que nunca<br />

posturas ideológicas, ocasiones de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to político, de donde los<br />

ciudadanos son excluidos. Términos como “gobernabilidad”, “desarrollo”<br />

constituy<strong>en</strong> dos ejemplos <strong>en</strong>tre tantos otros. Incorporados <strong>en</strong> el vocabulario<br />

corri<strong>en</strong>te de numerosas instituciones nacionales e internacionales, los supuestos<br />

ideológicos de los cuales son portadores son olvidados la mayor parte del tiempo<br />

y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> nuestro imaginario y nuestro vocabulario colectivo<br />

como si fueran “neutros”. Es lo que d<strong>en</strong>uncian simultáneam<strong>en</strong>te otros numerosos<br />

actores (países del Sur, movimi<strong>en</strong>tos sociales y cívicos).<br />

Estos últimos se han propuesto, desde mediados de los años 90, elaborar una<br />

visión alternativa, un contra - dictam<strong>en</strong> ciudadano, alrededor de los temas más<br />

complejos y/o más opacos de nuestras sociedades, desde las finanzas<br />

internacionales hasta las biotecnologías, pasando por las cuestiones de salud<br />

pública. Las definiciones de las palabras y los conceptos que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong><br />

los docum<strong>en</strong>tos de las negociaciones internacionales o <strong>en</strong> los planes de acción<br />

nacionales, conllevan una dim<strong>en</strong>sión emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te política. Parece <strong>en</strong>tonces<br />

primordial que una reflexión ciudadana int<strong>en</strong>te influir a su nivel elaborando otra<br />

visión. El poder de nombrar es la apertura a una participación ciudadana <strong>en</strong> el<br />

espacio de acción política.<br />

Las palabras no pued<strong>en</strong> escapar a los contextos lingüísticos y culturales <strong>en</strong> los<br />

que se insertan. Si bi<strong>en</strong> es ilusorio confiar <strong>en</strong> simples traducciones para tratar<br />

textos fundam<strong>en</strong>tales (muy a m<strong>en</strong>udo redactados <strong>en</strong> inglés <strong>en</strong> su versión original),


es importante discernir las difer<strong>en</strong>cias sutiles de significado según los idiomas<br />

(hasta la aus<strong>en</strong>cia de equival<strong>en</strong>te como <strong>en</strong> el caso de “conocimi<strong>en</strong>to” y “saber”,<br />

que son traducidos por una sola palabra <strong>en</strong> inglés: knowledge). Para idiomas<br />

como el francés o el español, que son hablados <strong>en</strong> importantes espacios<br />

geográficos, es útil tomar conci<strong>en</strong>cia de que los s<strong>en</strong>tidos pued<strong>en</strong> variar <strong>en</strong> el<br />

interior de esos mismos espacios, por ejemplo, <strong>en</strong>tre el Norte y el Sur (¿acaso<br />

“red ciudadana” ti<strong>en</strong>e el mismo s<strong>en</strong>tido <strong>en</strong> París que <strong>en</strong> Tombuctú?).<br />

La nueva era de la información <strong>en</strong> la cual hemos <strong>en</strong>trado es confrontada con<br />

estas cuestiones: como se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>a construcción, los actores que se<br />

involucran <strong>en</strong> su despliegue están forjando el vocabulario y por ese lado,<br />

delimitando los contornos <strong>en</strong> el espacio de las repres<strong>en</strong>taciones colectivas.<br />

Así pues, la primera fase de la CMSI (Cumbre Mundial de la Sociedad de la<br />

Información) de Ginebra ha mostrado efectivam<strong>en</strong>te hasta qué punto ciertos<br />

términos estaban cargados de controversias, sin que por lo mismo llegáramos a<br />

crear un espacio para descifrar y debatir alrededor de las palabras más<br />

conflictivas, empezando por el mismo término de “sociedad de la información”. En<br />

este contexto particular de las tecnologías de la información y de la comunicación,<br />

donde la mayoría de los conceptos emergieron desde abajo, a través de los usos,<br />

un <strong>en</strong>foque puram<strong>en</strong>te académico sería igualm<strong>en</strong>te un riesgo <strong>en</strong>orme de pasar<br />

por alto la es<strong>en</strong>cia participativa. Esta constituye <strong>en</strong> sí misma una cultura propia de<br />

un campo que preconiza la emerg<strong>en</strong>cia de un nuevo paradigma y que se<br />

reconoce y se caracteriza por la cantidad de neologismos que son utilizados.<br />

A la luz de esta constatación y <strong>en</strong> previsión de la segunda fase de la CMSI, el<br />

“Carrefour Mondial de l’Internet Citoy<strong>en</strong>” (Montreal), reunido con otras dos<br />

asociaciones, Vecam (París), y Funredes (Santo Domingo), propuso un trabajo de<br />

análisis contradictorio e intercultural. Este proyecto vi<strong>en</strong>e a prolongar varios años<br />

de trabajo <strong>en</strong> común de estas tres asociaciones, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el marco de la<br />

GCNP (Global Community Networks Partnership), que permitieron confirmar la<br />

proximidad de sus compromisos.<br />

En esta perspectiva, el proyecto “Desafíos de palabras <strong>en</strong> la sociedad de la<br />

información” vio la luz: varios autores, preseleccionados por su capacidad para<br />

cruzar la visión universitaria y la visión de la práctica, fueron contactados para<br />

aclarar conceptos clave de la sociedad de la información. El criterio de su<br />

diversidad de orig<strong>en</strong> cultural fue tomado <strong>en</strong> consideración para establecer la<br />

selección final de 27 autores.<br />

El pedido efectuado a estos autores incluía una guía de redacción para tratar la<br />

historia del concepto, la diversidad de definiciones posibles, así como una visión<br />

crítica sobre la diversidad formal empleada corri<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las negociaciones<br />

internacionales.<br />

El objetivo de “desafíos de palabras” es triple. Se trata de:<br />

Llevar a la plaza pública controversias frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te desconocidas o<br />

subestimadas <strong>en</strong> cuanto a su alcance político.<br />

Ayudar a los movimi<strong>en</strong>tos sociales y ciudadanos a apropiarse de los términos de<br />

un debate y a forjar un vocabulario que sea el reflejo de sus prácticas, así como<br />

de su propio imaginario político y no el de las instituciones internacionales.<br />

Al hacer todo esto, contribuir a su fortalecimi<strong>en</strong>to y a su capacidad de<br />

construcción de una alternativa política.<br />

El proceso se desarrolló <strong>en</strong> 4 fases:


escritura de los textos por los autores,<br />

<strong>en</strong>trega de los textos traducidos <strong>en</strong> los tres idiomas complem<strong>en</strong>tarios a los otros<br />

autores a través de un sitio web y de una lista de discusiones destinadas al<br />

trabajo de la comunidad de autores,<br />

integración por cada autor de las suger<strong>en</strong>cias emanadas de los otros miembros<br />

de la comunidad y del comité editorial,<br />

edición de una nueva versión final cuadrilingüe.<br />

El proceso de contribución iterativa <strong>en</strong> 4 idiomas, se reveló, sin grandes<br />

sorpresas, laborioso pero indisp<strong>en</strong>sable.<br />

El resultado de este trabajo es difundido a través de un libro cuadrilingüe que es<br />

pres<strong>en</strong>tado públicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Túnez <strong>en</strong> el trascurso de la Cumbre Mundial de la<br />

Sociedad de la Información.<br />

Los promotores del proyecto no quier<strong>en</strong> det<strong>en</strong>erse <strong>en</strong> un “producto”, por más<br />

logrado que sea, sino más bi<strong>en</strong> proseguir un proceso continuo de reflexión y de<br />

debates <strong>en</strong> el espíritu de una intelig<strong>en</strong>cia cooperativa que aceptaría el desafío del<br />

multilingüismo. Por eso está previsto que los textos de esta obra sean colocados<br />

<strong>en</strong> portales cooperativos multilingües y animados <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes regiones del<br />

mundo. Los sitios son<br />

lecarrefour.org,<br />

vecam.org,<br />

funredes.org<br />

y deseamos que otros sitios puedan retomar y multiplicar esta colaboración.<br />

Este proyecto es una iniciativa del “Carrefour mondial de l’Internet citoy<strong>en</strong>”, <strong>en</strong><br />

part<strong>en</strong>ariado con Vecam y Funredes. La Unión Latina ha coordinado las<br />

traducciones. C&F Éditions se ocupa de la edición del libro y ha aceptado publicar<br />

docum<strong>en</strong>tos que están sometidos al régim<strong>en</strong> jurídico des las lic<strong>en</strong>cias Creative<br />

Commons (by, nc). Esto significa que los artículos pued<strong>en</strong> ser reproducidos por<br />

cualquier persona, a condición de respetar la refer<strong>en</strong>cia al autor y a la fu<strong>en</strong>te y de<br />

hacer un uso exclusivam<strong>en</strong>te no comercial.<br />

El proyecto recibió el apoyo financiero de la AIF (Ag<strong>en</strong>ce Intergouvernem<strong>en</strong>tale<br />

de la Francophonie) y del CRDI (C<strong>en</strong>tre de recherche pour le Développem<strong>en</strong>t), la<br />

traducción, un apoyo del Ministerio de Cultura francés y el conjunto fue<br />

b<strong>en</strong>eficiado con el trabajo voluntario de varios de sus artesanos.<br />

Carrefour mondial de l’Internet citoy<strong>en</strong><br />

El “Carrefour mondial de l’Internet citoy<strong>en</strong>” (Encrucijada mundial del Internet<br />

ciudadano), con base <strong>en</strong> Montreal, es un organismo de Québec comprometido <strong>en</strong><br />

la promoción y la def<strong>en</strong>sa de los derechos de la comunicación. Agrupa y se dirige<br />

a los miembros de redes ciudadanas, organismos, instituciones e individuos<br />

involucrados <strong>en</strong> la utilización de las tecnologías de la información y de la<br />

comunicación con fines ciudadanos, privilegiando al mismo tiempo la pluralidad y<br />

la diversidad cultural.<br />

http://lecarrefour.org<br />

Contacto: Alain Ambrosi, ambrosia @web.ca<br />

Vecam


“Vecam” es una asociación francesa con base <strong>en</strong> París, que trabaja desde 1995<br />

<strong>en</strong> torno a tres objetivos: contribuir, mediante un trabajo de vigilancia, a la<br />

reflexión sobre los impactos sociales de las tecnologías de la información; al<strong>en</strong>tar<br />

a los organismos sin fines de lucro a movilizar las TIC al servicio de sus<br />

proyectos, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> proyectos de cooperación internacional; movilizar<br />

para la construcción de una visión política de la sociedad de la información.<br />

http://www.vecam.org<br />

Contacto: Frédéric Sultan, fsultan@vecam.org y<br />

Valérie Peugeot, vpeugeot@vecam.org<br />

Funredes<br />

“Funredes” es una Organización No Gubernam<strong>en</strong>tal Internacional, con base <strong>en</strong><br />

República Dominicana, que se dedica a la difusión de las Nuevas Tecnologías de<br />

la Información y de la Comunicación (NTIC) <strong>en</strong> los países <strong>en</strong> vías de desarrollo,<br />

especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> América Latina y el Caribe. Su objetivo: contribuir al desarrollo y<br />

a la integración regional <strong>en</strong> colaboración con las Organizaciones Internacionales,<br />

las ONG, los Estados, las Administraciones y las Instituciones públicas o privadas<br />

interesadas.<br />

http://funredes.org<br />

Contacto: Daniel Pimi<strong>en</strong>ta, pimi<strong>en</strong>ta@funredes.org


Sociedad de la información / Sociedad del conocimi<strong>en</strong>to<br />

Sally Burch<br />

¿Vivimos <strong>en</strong> una época de cambios o un cambio de época? ¿Cómo caracterizar a<br />

las profundas transformaciones que vi<strong>en</strong><strong>en</strong> con la acelerada introducción <strong>en</strong> la<br />

sociedad de la intelig<strong>en</strong>cia artificial y de las nuevas tecnologías de la información<br />

y la comunicación (TIC)? ¿Se trata de una nueva etapa de la sociedad industrial o<br />

estamos <strong>en</strong>trando <strong>en</strong> una nueva era? “Aldea global”, “era tecnotrónica”, “sociedad<br />

postindustrial”, “era -o sociedad- de la información” y “sociedad del conocimi<strong>en</strong>to”<br />

son algunos de los términos que se han acuñado <strong>en</strong> el int<strong>en</strong>to por id<strong>en</strong>tificar y<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el alcance de estos cambios. Pero mi<strong>en</strong>tras el debate prosigue <strong>en</strong> el<br />

ámbito teórico, la realidad corre por delante y los medios de comunicación elig<strong>en</strong><br />

los nombres que hemos de usar.<br />

Cualquier término que usemos, <strong>en</strong> el fondo, es un atajo que nos permite hacer<br />

refer<strong>en</strong>cia a un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o -actual o futuro-, sin t<strong>en</strong>er que describirlo cada vez;<br />

pero el término escogido no define, de por sí, un cont<strong>en</strong>ido. El cont<strong>en</strong>ido emerge<br />

de los usos <strong>en</strong> un contexto social dado, que a su vez influy<strong>en</strong> <strong>en</strong> las percepciones<br />

y expectativas ya que cada término lleva consigo un pasado y un s<strong>en</strong>tido (o<br />

s<strong>en</strong>tidos), con su respectivo bagaje ideológico. Era de esperarse, <strong>en</strong>tonces, que<br />

cualquier término que se quiera emplear para designar la sociedad <strong>en</strong> la que<br />

vivimos, o a la cual aspiramos, sea objeto de una disputa de s<strong>en</strong>tidos, tras la que<br />

se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan difer<strong>en</strong>tes proyectos de sociedad.<br />

En el marco de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información -CMSI-, hay<br />

dos términos que han ocupado el esc<strong>en</strong>ario: sociedad de la información y<br />

sociedad del conocimi<strong>en</strong>to, con sus respectivas variantes. Pero, si bi<strong>en</strong> el marco<br />

impuso el uso del primero, desde un inicio provocó disconformidad y ningún<br />

término ha logrado un cons<strong>en</strong>so.<br />

Historia de los términos<br />

Sociedad de la información<br />

En la última década, la expresión “sociedad de la información” se ha consagrado<br />

sin lugar a dudas como el término hegemónico, no necesariam<strong>en</strong>te porque<br />

exprese una claridad teórica, sino por el bautizo que recibió <strong>en</strong> las políticas<br />

oficiales de los países más desarrollados, además de la coronación que significó<br />

honrarlo con una Cumbre Mundial.


Los anteced<strong>en</strong>tes del término, sin embargo, datan de décadas anteriores. En<br />

1973, el sociólogo estadounid<strong>en</strong>se Daniel Bell introdujo la noción de la “sociedad<br />

de la información” <strong>en</strong> su libro El adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la sociedad post-industrial[1],<br />

donde formula que el eje principal de ésta será el conocimi<strong>en</strong>to teórico y advierte<br />

que los servicios basados <strong>en</strong> el conocimi<strong>en</strong>to habrán de convertirse <strong>en</strong> la<br />

estructura c<strong>en</strong>tral de la nueva economía y de una sociedad apuntalada <strong>en</strong> la<br />

información, donde las ideologías resultarán sobrando.<br />

Esta expresión reaparece con fuerza <strong>en</strong> los años 90, <strong>en</strong> el contexto del desarrollo<br />

de Internet y de las TIC. A partir de 1995, fue incluida <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da de las<br />

reuniones del G7 (luego G8, donde se juntan los jefes de Estado o gobierno de<br />

las naciones más poderosas del planeta). Se ha abordado <strong>en</strong> foros de la<br />

Comunidad Europea y de la OCDE (los treinta países más desarrollados del<br />

mundo) y ha sido adoptada por el gobierno de los Estados Unidos, así como por<br />

varias ag<strong>en</strong>cias de las Naciones Unidas y por el Grupo Banco Mundial. Todo ello<br />

con gran eco mediático. A partir de 1998, fue elegida, primero <strong>en</strong> la Unión<br />

Internacional de Telecomunicaciones y luego <strong>en</strong> la ONU, como el nombre de la<br />

Cumbre Mundial a realizarse <strong>en</strong> 2003 y 2005.<br />

En este contexto, el concepto de “sociedad de la información”, como construcción<br />

política e ideológica, se ha desarrollado de la mano de la globalización neoliberal,<br />

cuya principal meta ha sido acelerar la instauración de un mercado mundial<br />

abierto y “autoregulado”. Esta política ha contado con la estrecha colaboración de<br />

organismos multilaterales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), el<br />

Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, para que los países<br />

débiles abandon<strong>en</strong> las regulaciones nacionales o medidas proteccionistas que<br />

“desal<strong>en</strong>tarían” la inversión; todo ello con el conocido resultado de la escandalosa<br />

profundización de las brechas <strong>en</strong>tre ricos y pobres <strong>en</strong> el mundo.<br />

En efecto, para fines de siglo, cuando la mayoría de los países desarrollados ya<br />

habían adoptado políticas de desarrollo de la infraestructura de las TIC, se<br />

produce el auge espectacular del mercado de acciones de la industria de la<br />

comunicación. Pero los mercados del Norte comi<strong>en</strong>zan a saturarse. Entonces, se<br />

int<strong>en</strong>sifican las presiones hacia los países <strong>en</strong> desarrollo para que dej<strong>en</strong> la vía libre<br />

a la inversión de las empresas de telecomunicaciones e informática, <strong>en</strong> busca de<br />

nuevos mercados para absorber sus exced<strong>en</strong>tes de ganancias. Es <strong>en</strong> este<br />

contexto que se convoca la CMSI; panorama que se modifica, sin embargo, una<br />

vez que estalla la burbuja bursátil a partir del año 2000. No obstante esta realidad<br />

y el rol clave que las tecnologías de la comunicación han desempeñado <strong>en</strong> la<br />

aceleración de la globalización económica, su imag<strong>en</strong> pública está más asociada<br />

a los aspectos más “amigables” de la globalización, como Internet, telefonía<br />

celular e internacional, TV por satélite, etc. Así, la sociedad de la información ha<br />

asumido la función de “embajadora de bu<strong>en</strong>a voluntad” de la globalización, cuyos<br />

“b<strong>en</strong>eficios” podrían estar al alcance de todos/as, si solam<strong>en</strong>te se pudiera<br />

estrechar la “brecha digital”[2].<br />

Sociedad del conocimi<strong>en</strong>to<br />

La noción de “sociedad del conocimi<strong>en</strong>to” (knowledge society) surgió hacia finales<br />

de los años 90 y es empleada particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> medios académicos, como<br />

alternativa de algunos a “sociedad de la información”.<br />

La UNESCO, <strong>en</strong> particular, ha adoptado el término “sociedad del conocimi<strong>en</strong>to”, o<br />

su variante “sociedades del saber”, d<strong>en</strong>tro de sus políticas institucionales. Ha


desarrollado una reflexión <strong>en</strong> torno al tema, que busca incorporar una concepción<br />

más integral, no <strong>en</strong> relación únicam<strong>en</strong>te con la dim<strong>en</strong>sión económica. Por<br />

ejemplo, Abdul Waheed Khan (subdirector g<strong>en</strong>eral de la UNESCO para la<br />

Comunicación y la Información), escribe[3]: “La sociedad de la Información es la<br />

piedra angular de las sociedades del conocimi<strong>en</strong>to. El concepto de “sociedad de<br />

la información”, a mi parecer, está relacionado con la idea de la “innovación<br />

tecnológica”, mi<strong>en</strong>tras que el concepto de “sociedades del conocimi<strong>en</strong>to” incluye<br />

una dim<strong>en</strong>sión de transformación social, cultural, económica, política e<br />

institucional, así como una perspectiva más pluralista y desarrolladora. El<br />

concepto de “sociedades del conocimi<strong>en</strong>to” es preferible al de la “sociedad de la<br />

información” ya que expresa mejor la complejidad y el dinamismo de los cambios<br />

que se están dando. (...) el conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> cuestión no sólo es importante para<br />

el crecimi<strong>en</strong>to económico sino también para empoderar y desarrollar todos los<br />

sectores de la sociedad”.<br />

Un matiz <strong>en</strong> este debate, que solo concierne a los idiomas latinos, es la distinción<br />

<strong>en</strong>tre sociedad del “conocimi<strong>en</strong>to” o del “saber” (ambos traduc<strong>en</strong> el término inglés<br />

“knowledge society”). La noción de “saberes” implica certezas más precisas o<br />

prácticas, mi<strong>en</strong>tras que conocimi<strong>en</strong>to abarca una compr<strong>en</strong>sión más global o<br />

analítica. André Gorz considera que los conocimi<strong>en</strong>tos se refier<strong>en</strong> a “cont<strong>en</strong>idos<br />

formalizados, objetivados, que no pued<strong>en</strong>, por definición, pert<strong>en</strong>ecer a las<br />

personas... El saber está hecho de experi<strong>en</strong>cias y de prácticas que se volvieron<br />

evid<strong>en</strong>cias intuitivas y costumbres”[4]. Para Gorz, la “intelig<strong>en</strong>cia” cubre toda la<br />

gama de capacidades que permite combinar saberes con conocimi<strong>en</strong>tos. Sugiere,<br />

<strong>en</strong>tonces, que “knowledge society” se traduzca por “sociedad de la intelig<strong>en</strong>cia”.<br />

En todo caso, por lo g<strong>en</strong>eral, <strong>en</strong> este contexto se utiliza indistintam<strong>en</strong>te sociedad<br />

del conocimi<strong>en</strong>to o del saber, si bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> español conocimi<strong>en</strong>to parece ser más<br />

usual.<br />

Definiciones actuales: el estado del Arte<br />

Es preciso difer<strong>en</strong>ciar aquí aquellas definiciones que apuntan a caracterizar una<br />

realidad exist<strong>en</strong>te o emerg<strong>en</strong>te de aquellas que expresan una visión -o anhelo- de<br />

una sociedad pot<strong>en</strong>cial. Las dos son relevantes: las primeras por su aporte al<br />

análisis, las segundas porque ori<strong>en</strong>tan políticas y acciones.<br />

En la primera categoría nos referiremos a Manuel Castells por ser uno de los<br />

investigadores que más ha desarrollado el tema, además de ser una autoridad<br />

reconocida <strong>en</strong> la materia. Castells prefiere el término “sociedad informacional”<br />

antes que “sociedad de la información” (haci<strong>en</strong>do la comparación con la difer<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong>tre industria e industrial). Él señala que si bi<strong>en</strong> el conocimi<strong>en</strong>to y la información<br />

son elem<strong>en</strong>tos decisivos <strong>en</strong> todos los modos de desarrollo, “el término<br />

informacional indica el atributo de una forma específica de organización social <strong>en</strong><br />

la que la g<strong>en</strong>eración, el procesami<strong>en</strong>to y la transmisión de información se<br />

conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> las fu<strong>en</strong>tes fundam<strong>en</strong>tales de la productividad y el poder, debido a<br />

las nuevas condiciones tecnológicas que surg<strong>en</strong> <strong>en</strong> este período histórico” [5].<br />

Más adelante precisa: “Lo que caracteriza a la revolución tecnológica actual no es<br />

el carácter c<strong>en</strong>tral del conocimi<strong>en</strong>to y la información, sino la aplicación de ese<br />

conocimi<strong>en</strong>to e información a aparatos de g<strong>en</strong>eración de conocimi<strong>en</strong>to y<br />

procesami<strong>en</strong>to de la información/comunicación, <strong>en</strong> un círculo de retroalim<strong>en</strong>tación<br />

acumulativo <strong>en</strong>tre la innovación y sus usos”. Y acota: “La difusión de la tecnología<br />

amplifica infinitam<strong>en</strong>te su poder cuando sus usuarios se la apropian y la


edefin<strong>en</strong>. Las nuevas tecnologías de la información no son sólo herrami<strong>en</strong>tas<br />

que aplicar, sino procesos que desarrollar. (...) Por primera vez <strong>en</strong> la historia, la<br />

m<strong>en</strong>te humana es una fuerza productiva directa, no sólo un elem<strong>en</strong>to decisivo del<br />

sistema de producción” [6].<br />

En cuanto a la sociedad del conocimi<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> una publicación posterior señala:<br />

“se trata de una sociedad <strong>en</strong> la que las condiciones de g<strong>en</strong>eración de<br />

conocimi<strong>en</strong>to y procesami<strong>en</strong>to de información han sido sustancialm<strong>en</strong>te alteradas<br />

por una revolución tecnológica c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> el procesami<strong>en</strong>to de información, <strong>en</strong><br />

la g<strong>en</strong>eración del conocimi<strong>en</strong>to y <strong>en</strong> las tecnologías de la información”[7].<br />

Yves Courrier, refiriéndose a Castells, difer<strong>en</strong>cia los dos términos de esta forma:<br />

“sociedad de la información” pone el énfasis <strong>en</strong> el cont<strong>en</strong>ido del trabajo (el<br />

proceso de captar, procesar y comunicar las informaciones necesarias), y<br />

“sociedad del conocimi<strong>en</strong>to” <strong>en</strong> los ag<strong>en</strong>tes económicos, que deb<strong>en</strong> poseer<br />

cualificaciones superiores para el ejercicio de su trabajo [8].<br />

Con respecto a las visiones, se destacan los docum<strong>en</strong>tos que resultaron de la<br />

CMSI, por surgir de un proceso mundial. La Declaración de Principios de<br />

Ginebra[9], adoptada por los gobiernos -con significativos aportes de la sociedad<br />

civil-, expresa <strong>en</strong> su primer artículo:<br />

“Nosotros (...) declaramos nuestro deseo y compromiso comunes de construir una<br />

Sociedad de la Información c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la persona, integradora y ori<strong>en</strong>tada al<br />

desarrollo, <strong>en</strong> que todos puedan crear, consultar, utilizar y compartir la<br />

información y el conocimi<strong>en</strong>to, para que las personas, las comunidades y los<br />

pueblos puedan emplear pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te sus posibilidades <strong>en</strong> la promoción de su<br />

desarrollo sost<strong>en</strong>ible y <strong>en</strong> la mejora de su calidad de vida, sobre la base de los<br />

propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y respetando<br />

pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te y def<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do la Declaración Universal de Derechos Humanos.”<br />

Por su parte, la Declaración de la Sociedad Civil[10] exti<strong>en</strong>de su visión sobre<br />

varios párrafos, pero lo es<strong>en</strong>cial dice:<br />

“Nos comprometemos a constituir sociedades de la información y la comunicación<br />

c<strong>en</strong>tradas <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>te, incluy<strong>en</strong>tes y equitativas. Sociedades <strong>en</strong> las que todas y<br />

todos puedan crear, utilizar, compartir y diseminar librem<strong>en</strong>te la información y el<br />

conocimi<strong>en</strong>to, así como acceder a éstos, con el fin de que particulares,<br />

comunidades y pueblos sean habilitados y habilitadas para mejorar su calidad de<br />

vida y llevar a la práctica su pl<strong>en</strong>o pot<strong>en</strong>cial”. A continuación, esta Declaración<br />

añade los principios de justicia social, política y económica, y de la pl<strong>en</strong>a<br />

participación y habilitación de los pueblos; destaca los objetivos de desarrollo<br />

sost<strong>en</strong>ible, democracia e igualdad de género; y evoca sociedades <strong>en</strong> donde el<br />

desarrollo se <strong>en</strong>marque <strong>en</strong> los derechos humanos fundam<strong>en</strong>tales y esté ori<strong>en</strong>tado<br />

a lograr una distribución más equitativa de los recursos.<br />

Debates <strong>en</strong> curso<br />

Una de las metas de la convocatoria de la primera fase de la CMSI era justam<strong>en</strong>te<br />

la de desarrollar una visión común de la sociedad de la información. Aunque<br />

bu<strong>en</strong>a parte de las delegaciones gubernam<strong>en</strong>tales y del sector privado le dieron<br />

poca importancia a este aspecto, para muchas organizaciones de la sociedad civil<br />

se trataba de un aspecto clave, pues allí t<strong>en</strong>ía lugar la disputa de s<strong>en</strong>tidos,<br />

poniéndose <strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia la confrontación de proyectos de sociedad.<br />

De hecho, todo el proceso ha estado cruzado por -al m<strong>en</strong>os- dos <strong>en</strong>foques


distintos, que a grandes rasgos se pued<strong>en</strong> resumir de la sigui<strong>en</strong>te manera :<br />

Para el primer <strong>en</strong>foque, hablar de sociedad de la información se refiere a un<br />

nuevo paradigma de desarrollo que asigna a la tecnología un rol causal <strong>en</strong> el<br />

ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to social, ubicándola como motor del desarrollo económico.<br />

Para los países <strong>en</strong> desarrollo, este discurso implica que la transición hacia la<br />

sociedad de la información es es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te una cuestión de tiempo y de<br />

decisión política para crear las “condiciones habilitadoras” adecuadas [12]. Algo<br />

parecido sucedería con relación a los sectores sociales afectados por la brecha<br />

digital, a los cuales habría que incluir mediante programas de acceso universal.<br />

Al colocar a la tecnología <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro de este modelo, la industria de<br />

telecomunicaciones aparece como la llamada a liderar su desarrollo; mi<strong>en</strong>tras que<br />

la industria productora de servicios y cont<strong>en</strong>idos digitales asume una influ<strong>en</strong>cia<br />

inédita[13].<br />

El segundo <strong>en</strong>foque, que impugnó a este primero <strong>en</strong> el proceso de la Cumbre,<br />

sosti<strong>en</strong>e que la nueva etapa del desarrollo humano <strong>en</strong> la cual estamos <strong>en</strong>trando<br />

se caracteriza por el predominio que han alcanzado la información, la<br />

comunicación y el conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la economía y <strong>en</strong> el conjunto de las<br />

actividades humanas. Según este <strong>en</strong>foque, la tecnología es el soporte que ha<br />

des<strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ado una aceleración de este proceso; pero no es un factor neutro, ni<br />

su rumbo es inexorable, puesto que el propio desarrollo tecnológico es ori<strong>en</strong>tado<br />

por <strong>juego</strong>s de intereses.<br />

Sigui<strong>en</strong>do esta perspectiva, las políticas para el desarrollo de la sociedad de la<br />

información deb<strong>en</strong> c<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> los seres humanos, deb<strong>en</strong> concebirse <strong>en</strong> función<br />

de sus necesidades y d<strong>en</strong>tro de un marco de derechos humanos y justicia<br />

social[14]. Los países <strong>en</strong> desarrollo y los actores sociales deberían t<strong>en</strong>er un rol<br />

clave <strong>en</strong> la ori<strong>en</strong>tación de dicho proceso y de las decisiones.<br />

En otras palabras, para este segundo <strong>en</strong>foque, lo fundam<strong>en</strong>tal no es “información”<br />

sino “sociedad”. Mi<strong>en</strong>tras la primera hace refer<strong>en</strong>cia a datos, canales de<br />

transmisión y espacios de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to, la segunda habla de seres humanos,<br />

de culturas, de formas de organización y comunicación. La información se<br />

determina <strong>en</strong> función de la sociedad y no a la inversa.<br />

Por ello, la Campaña por los Derechos a la Comunicación <strong>en</strong> la Sociedad de la<br />

Información -CRIS- señala <strong>en</strong> el docum<strong>en</strong>to sobre la CMSI “La Pregunta para la<br />

Sociedad Civil de cara a la CMSI”[15] señala:<br />

“Si la sociedad civil va a adoptar y rescatar la noción de una sociedad de la<br />

información, debe regresar a estas nociones básicas, planteando las preguntas<br />

correctas:<br />

¿Quién g<strong>en</strong>era y posee la información y el conocimi<strong>en</strong>to? ¿De qué manera está<br />

valorizado?<br />

¿De qué manera es difundido y distribuido el conocimi<strong>en</strong>to? ¿Quiénes son los<br />

guardianes?<br />

¿Qué limita y facilita el uso del conocimi<strong>en</strong>to por parte de la g<strong>en</strong>te para lograr<br />

sus metas? ¿Quién está mejor y peor posicionado para aprovechar este<br />

conocimi<strong>en</strong>to?”<br />

Formulaciones alternativas <strong>en</strong> debate<br />

Dado el predominio adquirido por el término “sociedad de la información”, las


formulaciones alternativas ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a tomarla como refer<strong>en</strong>te para demarcarse.<br />

Una primera objeción ti<strong>en</strong>e que ver con la palabra “sociedad” <strong>en</strong> singular, como si<br />

se tratara de una sociedad mundial uniforme. Se propone como alternativa hablar<br />

de “sociedades” (<strong>en</strong> plural) de la información o del conocimi<strong>en</strong>to. Varios<br />

docum<strong>en</strong>tos de la UNESCO se refier<strong>en</strong> a “sociedades del conocimi<strong>en</strong>to” (o del<br />

saber). Esta idea fue recogida por actores de la sociedad civil que participaron <strong>en</strong><br />

la Cumbre y que adoptaron el término “sociedades” <strong>en</strong> sus docum<strong>en</strong>tos de<br />

cons<strong>en</strong>so.<br />

En cuanto a “información”, el argum<strong>en</strong>to que aportó Antonio Pasquali (2002)[16]<br />

tuvo bastante eco <strong>en</strong> la sociedad civil <strong>en</strong> la Cumbre: “Informar connota por lo<br />

es<strong>en</strong>cial m<strong>en</strong>sajes unidireccionales causativos y ord<strong>en</strong>adores con t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a<br />

modificar el comportami<strong>en</strong>to de un perceptor pasivo; Comunicar, la interrelación<br />

de m<strong>en</strong>sajes relacionales, dialogales y socializantes <strong>en</strong>tre interlocutores<br />

igualm<strong>en</strong>te habilitados para una libre y simultánea recepción/emisión. Si la<br />

Información ti<strong>en</strong>de a disociar y jerarquizar los polos de la relación, la<br />

Comunicación ti<strong>en</strong>de a asociarlos; sólo la Comunicación puede dar nacimi<strong>en</strong>to a<br />

estructuras sociales” (énfasis del autor).<br />

Y de hecho, los docum<strong>en</strong>tos de cons<strong>en</strong>so de la sociedad civil adoptaron la<br />

fórmula “sociedades de la información y la comunicación”, para demarcarse de la<br />

visión tecnocéntrica pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el discurso oficial, sin perder la refer<strong>en</strong>cia al tema<br />

de la Cumbre. Se podría considerar que esta opción fue un gesto importante <strong>en</strong> el<br />

contexto de la CMSI, pero no deja de ser una formulación pesada para el uso<br />

corri<strong>en</strong>te.<br />

En cuanto al debate <strong>en</strong> torno a “sociedad del conocimi<strong>en</strong>to”, qui<strong>en</strong>es lo defi<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />

consideran que evoca justam<strong>en</strong>te una visión más integral y un proceso<br />

es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te humano. Otros, sin embargo, la objetan por la asociación con el<br />

concepto dominante, que reduce el conocimi<strong>en</strong>to a su función económica (la<br />

noción, por ejemplo, del “knowledge managem<strong>en</strong>t” <strong>en</strong> las empresas, que apunta<br />

es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te a cómo recabar y sacar provecho de los conocimi<strong>en</strong>tos de sus<br />

empleados); o que valora solam<strong>en</strong>te el tipo de conocimi<strong>en</strong>to supuestam<strong>en</strong>te<br />

objetivo, ci<strong>en</strong>tífico y digitalizable <strong>en</strong> desmedro de aquellos que no lo son.<br />

Una variante interesante, que surgió <strong>en</strong> el marco de los debates <strong>en</strong> torno a la<br />

CMSI, si bi<strong>en</strong> tuvo poco eco <strong>en</strong> el proceso, es la de “sociedad(es) del saber<br />

compartido” o “de los saberes compartidos”.<br />

Fue propuesta, <strong>en</strong>tre otros, por Adama Samassékou (<strong>en</strong> ese <strong>en</strong>tonces presid<strong>en</strong>te<br />

del buró de la CMSI), qui<strong>en</strong> dijo de la sociedad de la información: “Es importante<br />

compr<strong>en</strong>der qué cubre este concepto: no se trata de una información que se<br />

difunde y se comparte sino más bi<strong>en</strong> de una sociedad <strong>en</strong> la que se quiere<br />

comunicar de otra manera y compartir un saber. Se trata, pues, de una sociedad<br />

del saber compartido y del conocimi<strong>en</strong>to”[17].<br />

Definiciones alternas<br />

El concepto de “sociedad de la información”, nacido bajo los preceptos de la<br />

globalización neoliberal, sobr<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de que <strong>en</strong> adelante serán las “revoluciones<br />

tecnológicas”, las que determin<strong>en</strong> el rumbo del desarrollo; los conflictos sociales<br />

serían cosa del pasado. Por lo mismo, este concepto no es el más adecuado para<br />

calificar las nuevas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias de las sociedades, ni mucho m<strong>en</strong>os para describir<br />

un proyecto contrahegemónico de sociedad.


Nuestro planteami<strong>en</strong>to es que, más allá de debatir lo apropiado de tal o cual<br />

término, lo fundam<strong>en</strong>tal es impugnar y deslegitimar cualquier término o definición<br />

que refuerce esta concepción tecnocéntrica de la sociedad.<br />

No pret<strong>en</strong>demos aquí proponer una fórmula alternativa, sino, más bi<strong>en</strong>, pres<strong>en</strong>tar<br />

algunos criterios para alim<strong>en</strong>tar el debate.<br />

Primero, acogemos la noción de que cualquier refer<strong>en</strong>cia a “sociedades” debe<br />

hacerse <strong>en</strong> plural, reconoci<strong>en</strong>do la heterog<strong>en</strong>eidad y diversidad de las sociedades<br />

humanas. Ello implica también reafirmar el interés de que cada sociedad se<br />

apropie de las tecnologías para sus prioridades particulares de desarrollo y no<br />

que deba adaptarse a ellas para poder ser parte de una supuesta sociedad de la<br />

información predefinida.<br />

Segundo, afirmamos que cualquier definición que use el término “sociedad” no<br />

puede describir una realidad circunscrita a Internet o a las TIC. Internet puede ser<br />

un nuevo esc<strong>en</strong>ario de interacción social, pero esta interacción está<br />

estrecham<strong>en</strong>te integrada al mundo físico y los dos ámbitos se transforman<br />

mutuam<strong>en</strong>te.<br />

Por último, apostamos por un proyecto de sociedad donde la información sea un<br />

bi<strong>en</strong> público, no una mercancía, la comunicación un proceso participativo e<br />

interactivo, el conocimi<strong>en</strong>to una construcción social compartida, no una propiedad<br />

privada, y las tecnologías un soporte para todo ello, sin que se conviertan <strong>en</strong> un<br />

fin <strong>en</strong> sí.<br />

Notas y refer<strong>en</strong>cias<br />

[1] Bell, Daniel. The coming of post-industrial society; a v<strong>en</strong>ture in social<br />

forecasting. - New York, Basic Books [1973]. - xiii, 507 p. illus. 25 cm. [traducción:<br />

Adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de La Sociedad Post-Industrial . - Alianza (January, 1992). - ISBN:<br />

8420621498.] [traducción: Vers la société post industrielle. - Robert Laffont, 1976].<br />

[2] Esta imag<strong>en</strong> de las TIC como factor des<strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ante de democracia y<br />

desarrollo -y la visión tecnocéntrica subyac<strong>en</strong>te- fue popularizada <strong>en</strong> la primera<br />

mitad de los 90s, <strong>en</strong>tre otros, por el <strong>en</strong>tonces vicepresid<strong>en</strong>te de EE.UU, Al Gore, a<br />

qui<strong>en</strong> se le atribuye haber acuñado los términos “superautopista de la<br />

información” (information superhighway) e “Infraestructura Global de la<br />

Información” (Global Information Infrastructure).<br />

[3] Towards Knowledge Societies. An Interview with Abdul Waheed Khan, World of<br />

Sci<strong>en</strong>ce Vol. 1, No. 4 July-September 2003, UNESCO’s Natural Sci<strong>en</strong>ces Sector.<br />

http://portal.unesco.org/ci/<strong>en</strong>/ev.p...<br />

[4] Gorz André. - L’immatériel. - Galilée, 2004. - citación p. 13.<br />

[5] Castells, Manuel. - La Era de la Información: Economía, Sociedad y Cultura: La<br />

sociedad Red, México, Siglo XXI, 1999. citación: p. 47.<br />

[6] idem citación p. 58.<br />

[7] Castells, Manuel. 2002 “La dim<strong>en</strong>sión cultural de Internet”, Universitat Oberta<br />

de Catalunya, julio. http://www.uoc.edu/culturaxxi/esp/a...<br />

[8] Courrier, Yves, “Société de l’information et technologies”,


http://www.unesco.org/webworld/poin...<br />

[9] CMSI (2003). “Declaración de Principios”, Ginebra, diciembre,<br />

http://www.itu.int/wsis/docum<strong>en</strong>ts/d...<br />

[10] CMSI (2003). “Construir sociedades de la información que ati<strong>en</strong>dan a las<br />

necesidades humanas”, Declaración de la Sociedad Civil, Ginebra, diciembre.<br />

http://alainet.org/active/show_text...<br />

[11] Bajo este concepto, hubo incluso qui<strong>en</strong>es llegaran a sost<strong>en</strong>er que la<br />

“sociedad de la información”, estaría circunscrita al ámbito digital: lo que no está<br />

digitalizado no sería parte de esta nueva sociedad.<br />

[12] Una mirada hacia la historia desmi<strong>en</strong>te esta teoría del desarrollo. Como lo<br />

argum<strong>en</strong>ta Yves Courrier (s/f), <strong>en</strong> los países desarrollados “fue la demanda de<br />

fines de los años set<strong>en</strong>ta ocasionada por el desarrollo del sector terciario y el<br />

crecimi<strong>en</strong>to palpable de una población con acceso a la educación superior lo que<br />

permitió el desarrollo de un mercado de TIC (...) No fue el desarrollo de las TIC lo<br />

que permitió pasar de la sociedad industrial a la sociedad de la información. Las<br />

tecnologías vinieron después, para facilitar y multiplicar los efectos del paso a la<br />

sociedad de la información”, basándose <strong>en</strong> una infraestructura material y humana<br />

sofisticada. “Para muchos países <strong>en</strong> desarrollo, donde ciertos factores es<strong>en</strong>ciales<br />

de esta infraestructura son inexist<strong>en</strong>tes, las tecnologías no pued<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er efectos<br />

similares”.<br />

[13] Esta visión “c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> el mercado- es la que predomina <strong>en</strong> el Plan de<br />

Acción de la Cumbre (CMSI 2003-b), incluso desde el primer párrafo, que expresa<br />

que “la visión común y los principios fundam<strong>en</strong>tales de la Declaración de<br />

Principios se traduc<strong>en</strong> <strong>en</strong> líneas de acción concretas para alcanzar los objetivos<br />

de desarrollo acordados (...) mediante el fom<strong>en</strong>to del uso de productos, redes,<br />

servicios y aplicaciones basados <strong>en</strong> las tecnologías de la información y las<br />

comunicaciones (TIC)”. (Las cursivas son nuestras). En: CMSI (2003 b). “Plan de<br />

Acción”, Ginebra, diciembre, http://www.itu.int/wsis/docum<strong>en</strong>ts/d...<br />

[14] Al respecto, <strong>en</strong> una pon<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la Confer<strong>en</strong>cia Regional Américas de la<br />

Cumbre, señalamos: “Considerar a la sociedad de la información como una<br />

dim<strong>en</strong>sión separada de la realidad, que requiere de un marco legal y regulatorio<br />

exclusivo, podría incluso ser peligroso. ¿Vamos a definir otra ciudadanía que<br />

habite ese otro mundo? ¿Cuáles serán los parámetros democráticos que rijan el<br />

debate, la definición, el control y la vigilancia de este marco legal? Si bi<strong>en</strong> puede<br />

ser cierto que las particularidades del ciberespacio hac<strong>en</strong> necesarios otros<br />

mecanismos de implem<strong>en</strong>tación de las leyes y reglam<strong>en</strong>tos, cuestionamos la<br />

conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia de dotarle de un marco legal propio”. En: Burch, Sally. “CRIS <strong>en</strong> la<br />

Confer<strong>en</strong>cia Ministerial Regional preparatoria sobre la Sociedad de la<br />

Información”, Enero 2003. http://alainet.org/docs/3047.html<br />

[15] Campaña CRIS (2003). “La Pregunta para la Sociedad Civil”, Docum<strong>en</strong>to<br />

temático No. 1, http://movimi<strong>en</strong>tos.org/foro_comunic...<br />

[16] Pasquali, Antonio (2002) “Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información:<br />

Dos precauciones a tomar”, junio. http://www.movimi<strong>en</strong>tos.org/foro_com... Esta<br />

pon<strong>en</strong>cia fue pres<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> el “Encu<strong>en</strong>tro Latinoamericano: ¿Y por qué no una<br />

sociedad de la comunicación”, preparatorio de la Cumbre, Quito, junio 2002.<br />

http://movimi<strong>en</strong>tos.org/foro_comunic.... Fue pres<strong>en</strong>tada por ALAI <strong>en</strong> el primer<br />

Comité Preparatorio de la Cumbre de julio 2002.


[17] Citado <strong>en</strong> el resum<strong>en</strong> del ev<strong>en</strong>to: “Cooperación, diversidad y paz”, II Coloquio<br />

de los Tres Espacios Lingüísticos, México, 2-4 de abril de 2003.<br />

http://www.3el.refer.org/rubriqueES...<br />

Lecturas complem<strong>en</strong>tarias<br />

Burch, Sally et al, 2004. “Se cayó el sistema”: Enredos de la Sociedad de la<br />

Información, ALAI, Quito.<br />

Mattelart, Armand (2001) Histoire de la societé de l’information, Editions La<br />

Découverte.<br />

Mattelart, Armand (2002) “La Communication à l’assaut de la culture, L’empire des<br />

médias”, Manière de Voir, No. 63, Paris, Le Monde Diplomatique, mai-juin.<br />

Picardo, Óscar “El esc<strong>en</strong>ario actual de las ci<strong>en</strong>cias sociales: la sociedad del<br />

conocimi<strong>en</strong>to”, Universitat Oberta de Catalunya, Biblioteca virtual<br />

http://www.uoc.edu/dt/20318/index.html<br />

Siggaard J<strong>en</strong>s<strong>en</strong>, Hans “History of the concept of knowledge”,<br />

http://www.kursus.kvl.dk/shares/soa...<br />

Unesco, “Building knowledge societies: some preliminary points of reflexion”,<br />

http://unesdoc.unesco.org/images/00...<br />

Unesco, L’UNESCO promeut les ‘sociétés du savoir’ pour maximiser l’impact des<br />

technologies de la communication,03-10-2003 http://portal.unesco.org/ci/fr/ev.p...<br />

Val<strong>en</strong>duc, Gerard (2002) Nouvelles technologies, nouvelle economie et cycles<br />

longs, Mondialisation: Compr<strong>en</strong>dre pour Agir, Bruxelles, Belgique, Coédition<br />

GRIP- Complexe.<br />

Ziegler, Jean (2002) Les Nouveaux Maîtres du Monde et ceux qui leur résist<strong>en</strong>t,<br />

París, Fayard.


Gobernanza <strong>en</strong> red y gobernanza electrónica<br />

Partha Pratim Sarker<br />

La evolución del término “gobernanza <strong>en</strong> red” o “gobernanza electrónica” ti<strong>en</strong>e<br />

que verse <strong>en</strong> la intersección de dos grandes movimi<strong>en</strong>tos - gobernanza y<br />

revolución de la información. Hace algún tiempo se vi<strong>en</strong>e hablando del tema de la<br />

“gobernanza”. Según el Concise Oxford Dictionary (9na Edición), la palabra<br />

“gobernanza” provi<strong>en</strong>e de la voz griega “kuberna”, que significa “dirigir”. Los<br />

primeros <strong>en</strong>sayos de las ci<strong>en</strong>cias políticas clásicas sobre el tema hacían<br />

refer<strong>en</strong>cia al concepto de “gobernabilidad” que convirtió al estado de derecho <strong>en</strong><br />

la piedra angular del desarrollo [1].<br />

La toma de conci<strong>en</strong>cia antecede a la tecnología<br />

Sin embargo, el concepto com<strong>en</strong>zó a tomar otro significado con la interacción de<br />

tres actores -el Estado, el mercado y la sociedad civil- <strong>en</strong> el período posterior a la<br />

Segunda Guerra Mundial. Un cuarto de siglo después de la Guerra Fría, era muy<br />

evid<strong>en</strong>te que el mercado, por sí solo, no podría asegurar el crecimi<strong>en</strong>to, y que <strong>en</strong><br />

realidad el Estado t<strong>en</strong>ía una función que cumplir. En Occid<strong>en</strong>te, John Maynard<br />

Keynes justificó teóricam<strong>en</strong>te el hecho de que el Estado manipulara los precios y<br />

combatiera el desempleo y las crisis comerciales. Los Estados socialistas<br />

adoptaron y consolidaron sistemas de planificación c<strong>en</strong>tralizada. En el Tercer<br />

Mundo, el Estado también asumió la función de proyectista, fom<strong>en</strong>tador, promotor<br />

y director del esfuerzo de desarrollo acelerado. Por consigui<strong>en</strong>te, los Estados no<br />

solo t<strong>en</strong>ían que asumir un papel c<strong>en</strong>tral, sino también habían creado sus propias<br />

empresas. Pero el hecho de tratar las <strong>en</strong>tidades comerciales con objetivos<br />

sociales dificultaba la compet<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> igualdad de condiciones d<strong>en</strong>tro la<br />

economía. Por consigui<strong>en</strong>te, se expandieron la corrupción y las pérdidas de las<br />

empresas. En muchos Estados donde el régim<strong>en</strong> tributario era regresivo, las<br />

pérdidas fueron asumidas principalm<strong>en</strong>te por los pobres. Esto condujo al<br />

descont<strong>en</strong>to y a la desilusión por las políticas interv<strong>en</strong>cionistas y a una demanda<br />

de privatización que alejó al Estado de su papel c<strong>en</strong>tral. Sin embargo, el sector<br />

privado, por sí solo, no podría t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta los aspectos de la distribución que<br />

llevaron a replantearse el desarrollo como crecimi<strong>en</strong>to económico <strong>en</strong> primer lugar.<br />

La imposibilidad de que las ganancias económicas produjeran niveles aceptables<br />

de redistribución, reducción de la pobreza y libertades políticas despertó a la<br />

sociedad civil [2].<br />

El término “gobernanza” se introdujo <strong>en</strong> el discurso sobre el desarrollo alrededor<br />

del período de finales de los años och<strong>en</strong>ta. El Informe de Desarrollo Humano de


1991 [3] acepta el hecho de que la libertad y la democracia, aunque no sean una<br />

condición necesaria, son completam<strong>en</strong>te consecu<strong>en</strong>tes con el crecimi<strong>en</strong>to y el<br />

desarrollo. El “desarrollo internacional” cambió su <strong>en</strong>foque de los años cincu<strong>en</strong>ta<br />

(décadas de desarrollo de la ONU), de “crecimi<strong>en</strong>to económico” por el de<br />

“desarrollo humano sost<strong>en</strong>ible”, lo que provocó que las preocupaciones por las<br />

personas y la naturaleza sean aceptadas ampliam<strong>en</strong>te por el Estado, el mercado<br />

y la sociedad civil. El movimi<strong>en</strong>to medioambi<strong>en</strong>tal ha planteado que la<br />

“gobernanza” es una urg<strong>en</strong>cia para llevar a cabo las ag<strong>en</strong>das de desarrollo de<br />

manera holística: incluye no sólo al sector <strong>en</strong> cuestión y las partes involucradas<br />

obvias, sino también a los demás afectados <strong>en</strong> otras áreas. Ha forzado una<br />

redefinición del interés público <strong>en</strong> la que se reconoce a la propia naturaleza como<br />

participante.<br />

La globalización influye <strong>en</strong> los argum<strong>en</strong>tos de los sistemas reguladores, <strong>en</strong> el<br />

s<strong>en</strong>tido de que, teóricam<strong>en</strong>te, los gobiernos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que crear condiciones iguales<br />

para los difer<strong>en</strong>tes participantes, de manera tal que exista una situación <strong>en</strong> la que<br />

todos ganan. La idea es definida por los “participantes” y por las “instituciones”.<br />

Los participantes se esfuerzan por lograr un máximo poder discrecional, mi<strong>en</strong>tras<br />

las instituciones regulan la conducta de esos participantes. Cuánto tiempo esos<br />

ejercicios reguladores pudieran continuar mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do esa posición o, <strong>en</strong> su<br />

lugar, convertirse <strong>en</strong> una “interv<strong>en</strong>ción” es un debate difer<strong>en</strong>te, pero la razón<br />

fundam<strong>en</strong>tal era esta “interacción” - un concepto que ha sido incorporado <strong>en</strong> la<br />

definición de gobernanza <strong>en</strong> red.<br />

La emerg<strong>en</strong>cia de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones<br />

(TIC), también tuvo un impacto profundo <strong>en</strong> el desarrollo de la gobernanza <strong>en</strong> red.<br />

Por primera vez <strong>en</strong> los últimos dos siglos, las TIC reemplazaron dos elem<strong>en</strong>tos<br />

básicos de la producción - “obrero” y “capital” - por “información” y “conocimi<strong>en</strong>to”<br />

[4]. Internet significó un avance tan importante como el de la impr<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> el siglo<br />

XV. Ofrece la posibilidad de comunicar, compartir, distribuir, intercambiar,<br />

formalizar, usar y poner <strong>en</strong> red la información a una velocidad nunca antes<br />

experim<strong>en</strong>tada. La ley de Moore [5] señaló que el poder de procesami<strong>en</strong>to de los<br />

microchips se duplica cada 18 meses mi<strong>en</strong>tras que el precio de las computadoras<br />

decrece <strong>en</strong> un 20-30%, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el ajuste de la calidad.. Esto significa<br />

que las computadoras son cada vez más baratas, pot<strong>en</strong>tes y ubicuas, lo que<br />

posibilita gobernar la red y la automatización de servicios. Por otro lado, el<br />

activismo político también está utilizando el espacio con un creci<strong>en</strong>te número de<br />

grupos de interés público, organizaciones comunitarias o voluntarias que están<br />

propagando sus demandas y actividades <strong>en</strong> la red electrónica.<br />

Los principios weberianos de gobernanza burocrática [6] se están reemplazando<br />

por las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias de gobernanza horizontal, lineal, dinámica y <strong>en</strong> red. La reforma<br />

administrativa y el desarrollo experim<strong>en</strong>taron la gestión de la calidad total (TQM<br />

por sus siglas <strong>en</strong> inglés) [7] <strong>en</strong> los años och<strong>en</strong>ta, y la “reing<strong>en</strong>iería y reinv<strong>en</strong>ción<br />

del gobierno” <strong>en</strong> los años nov<strong>en</strong>ta. La gobernanza <strong>en</strong> red refleja este proceso de<br />

reinv<strong>en</strong>ción y reing<strong>en</strong>iería <strong>en</strong> la gobernanza y “apunta a adaptar la administración<br />

al flujo cada vez más creci<strong>en</strong>te de información: acelerando el proceso de toma de<br />

decisiones con una optimización de los recursos, y haci<strong>en</strong>do que el mecanismo<br />

de toma de decisiones se autorregule” [8]. Esto ha llevado a que la “gobernanza”<br />

se defina indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te desde “la acción de gobernar” hasta la práctica de<br />

obt<strong>en</strong>er el cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to y la cooperación de los gobernados. El objetivo<br />

concreto de la gobernanza electrónica es apoyar y simplificar la gobernanza para


todas las partes - gobierno, ciudadanos y empresas.<br />

Algunos plantean que este modo de gobernanza <strong>en</strong> red “utiliza medios<br />

electrónicos para apoyar y estimular la bu<strong>en</strong>a gobernanza” [9]. Sin embargo, lo<br />

que significa “bu<strong>en</strong>a” es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o relativo y varía considerablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la<br />

práctica y <strong>en</strong> la realidad. Por ejemplo, el Dr. Thomas F. Gordon, del “eGovernm<strong>en</strong>t<br />

Compet<strong>en</strong>ce C<strong>en</strong>ter”, plantea que es la calidad y la efici<strong>en</strong>cia de todas las fases<br />

del ciclo de vida de la legislación, que se refleja <strong>en</strong> la corrección, la consist<strong>en</strong>cia,<br />

la transpar<strong>en</strong>cia y la efici<strong>en</strong>cia de las transacciones (del gobierno). Mi<strong>en</strong>tras, por<br />

otro lado, el “Informe de la ONU de la Reunión del Grupo Ad Hoc de Expertos<br />

sobre la gobernanza electrónica y los cambios <strong>en</strong> las estructuras administrativas”<br />

sugiere que la gobernanza <strong>en</strong> red se aleja del gobierno burocrático tradicional,<br />

pero puede o no promover la bu<strong>en</strong>a gobernanza. “Pued<strong>en</strong> servir para reforzar, de<br />

forma maligna o b<strong>en</strong>igna, las inefici<strong>en</strong>tes e inefectivas prácticas gubernam<strong>en</strong>tales<br />

exist<strong>en</strong>tes o introducir nuevas “formas de hacer negocios” que incluyan a los<br />

participantes del sector privado, a qui<strong>en</strong>es poco preocupa el interés público” [10].<br />

El surgimi<strong>en</strong>to de guías y de principios de acción para la gobernanza<br />

electrónica<br />

Tanto la gobernanza <strong>en</strong> red como la gobernanza electrónica son una idea<br />

emerg<strong>en</strong>te y se basan <strong>en</strong> el rechazo a la gobernanza burocrática, que no<br />

responde a los imperativos de la sociedad del conocimi<strong>en</strong>to, a las realidades de<br />

un mundo más interconectado y complejo, a la naturaleza interdisciplinaria de la<br />

política actual y a las herrami<strong>en</strong>tas de las TIC.<br />

Pero la red no es solo un sitio Web o una digitalización del mecanismo de<br />

prestación de servicios. En realidad, consiste <strong>en</strong> una definición más amplia del<br />

compromiso y la profundidad de las relaciones <strong>en</strong>tre los ciudadanos y el gobierno<br />

[11]. En este s<strong>en</strong>tido también es importante establecer una difer<strong>en</strong>cia de<br />

significado <strong>en</strong>tre gobernanza y gobierno. La gobernanza es la manera o el<br />

proceso de guiar a una sociedad a lograr mejor sus metas e intereses, mi<strong>en</strong>tras el<br />

gobierno es la institución o el instrum<strong>en</strong>to para realizar ese trabajo. Esto significa<br />

que el gobierno es uno (de los muchos) ejemplos de la gobernanza.<br />

Resulta interesante que los difer<strong>en</strong>tes organismos internacionales destaqu<strong>en</strong> el<br />

tema de la gobernanza según sus intereses y objetivos inmin<strong>en</strong>tes. El término<br />

más empleado por ellos es “gobernanza electrónica”.<br />

Por ejemplo, la preocupación del Banco Mundial con respecto a la gobernanza se<br />

relaciona exclusivam<strong>en</strong>te con la contribución que hace al desarrollo social y<br />

económico mediante la liberalización económica y estructural. Por consigui<strong>en</strong>te,<br />

para ellos, la gobernanza electrónica implica el uso de los canales de TIC para<br />

cambiar la forma <strong>en</strong> que los ciudadanos y las empresas interactúan con el<br />

gobierno para posibilitar la participación de los ciudadanos <strong>en</strong> la toma de<br />

decisiones, un mayor acceso a la información, más transpar<strong>en</strong>cia y el<br />

fortalecimi<strong>en</strong>to de la sociedad civil [12].<br />

El PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) relaciona el<br />

concepto de gobernanza con el de desarrollo humano sost<strong>en</strong>ible. Considera que<br />

la gobernanza electrónica es un proceso de “creación de valor público con el<br />

empleo de las modernas TIC”. El valor público está definido como una noción<br />

“arraigada <strong>en</strong> las prefer<strong>en</strong>cias de las personas”. La gobernanza electrónica se<br />

justifica si amplía la capacidad de la administración pública de aum<strong>en</strong>tar la


<strong>en</strong>trega de valor público - el resultado de una alta calidad de vida. Más <strong>en</strong>focado<br />

<strong>en</strong> las posibilidades de la “gobernanza”, considera que la gobernanza electrónica<br />

puede “equipar a las personas para una participación g<strong>en</strong>uina <strong>en</strong> un proceso<br />

político inclusivo que puede producir un cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to público bi<strong>en</strong> informado, la<br />

base cada vez más prevaleci<strong>en</strong>te para la legitimidad de los gobiernos”. [13]<br />

Los Cinco Principios Rectores de la ONU con respecto a los objetivos de la<br />

gobernanza electrónica son: [14]<br />

1. Crear servicios relacionados con las decisiones de los ciudadanos.<br />

2. Hacer que el gobierno y sus servicios sean más accesibles.<br />

3. Promover la inclusión social.<br />

4. Proporcionar información de manera responsable.<br />

5. Emplear las TI y los recursos humanos de manera efectiva y efici<strong>en</strong>te.<br />

El Grupo de Administración Pública (PUMA por sus siglas <strong>en</strong> inglés) de la<br />

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se c<strong>en</strong>tra<br />

<strong>en</strong> tres elem<strong>en</strong>tos principales de la gobernanza electrónica <strong>en</strong> línea y<br />

participativa: “la información, la participación activa y la consulta” [15].<br />

El gobierno de la India se basó <strong>en</strong> SMART para plantear su punto de vista sobre<br />

la gobernanza electrónica. Este se refiere a “la aplicación de las TI al proceso de<br />

funcionami<strong>en</strong>to del gobierno para lograr una gobernanza simple, moral,<br />

responsable, s<strong>en</strong>sata y transpar<strong>en</strong>te (SMART por sus siglas <strong>en</strong> inglés)” [16]. Esta<br />

visión ayudó a la India a trazar otros objetivos e iniciativas estratégicas sobre la<br />

gobernanza electrónica.<br />

Rogers W’O Okot-Uma, de la Secretaría de la Mancomunidad Británica de<br />

Naciones <strong>en</strong> Londres, considera que la gobernanza electrónica ti<strong>en</strong>e el objetivo<br />

de materializar procesos y estructuras para aprovechar las pot<strong>en</strong>cialidades de las<br />

tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) <strong>en</strong> varios niveles de<br />

gobierno y del sector público y mucho más [17].<br />

De cualquier manera, la gobernanza <strong>en</strong> red funciona a través de un instrum<strong>en</strong>to<br />

<strong>en</strong> red <strong>en</strong> que la política se implem<strong>en</strong>ta mediante consulta, las organizaciones<br />

trabajan como coproductores <strong>en</strong> el proceso de toma de decisiones y de<br />

implem<strong>en</strong>tación. Pero, ¿cuál es esa red que es es<strong>en</strong>cial para esta gobernanza?<br />

El informe de las Naciones Unidas de 1994 ofrece una respuesta interesante que<br />

confronta, posteriorm<strong>en</strong>te a Jones, Hesterly y Borgatti [18], las diversas<br />

definiciones de la noción de red <strong>en</strong> el ámbito de la gobernanza.<br />

Jones, Hesterly y Borgatti (1997) defin<strong>en</strong> las redes como interacciones<br />

sistemáticas “<strong>en</strong>tre unidades autónomas involucradas <strong>en</strong> la creación de productos<br />

y servicios sobre la base de contratos implícitos o indefinidos” para adaptarse a<br />

las conting<strong>en</strong>cias ambi<strong>en</strong>tales y para coordinar y salvaguardar los intercambios.<br />

Dubini y Aldrich (1993) y Kreiner y Schultz (1993) describ<strong>en</strong> las redes como<br />

“modelos de colaboración <strong>en</strong>tre individuos y organizaciones”.<br />

Larson (1992) y Liebeskind, Oliver, Zucker y Brewer (1996) <strong>en</strong>fatizan los<br />

intercambios a largo plazo basados <strong>en</strong> la confianza y los intereses mutuos.<br />

Powell (1990) agrega que las redes se basan <strong>en</strong> “intercambios horizontales”.<br />

Grandori y Soda (1995) hac<strong>en</strong> énfasis <strong>en</strong> las “redes que proporcionan conexiones<br />

<strong>en</strong>tre las partes correspondi<strong>en</strong>tes que participan <strong>en</strong> intercambios mutuos”.


Gobernanza <strong>en</strong> red y administración electrónica<br />

La gobernanza <strong>en</strong> red se asemeja y se difer<strong>en</strong>cia desde el punto de vista<br />

conceptual de la gobernanza electrónica - algo que parece confundir a muchos<br />

analistas. La gobernanza <strong>en</strong> red <strong>en</strong>fatiza <strong>en</strong> la soberanía de las unidades (<strong>en</strong> el<br />

Estado) cuyas interacciones facilitan o inhib<strong>en</strong> el funcionami<strong>en</strong>to de todo el<br />

sistema. La “gobernanza electrónica” que se practica <strong>en</strong> la actualidad puede<br />

<strong>en</strong>fatizar o no <strong>en</strong> esa soberanía y no puede c<strong>en</strong>trarse principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la<br />

interacción. Por ejemplo, la iniciativa de gobernanza electrónica puede dar la<br />

oportunidad de descargar el cont<strong>en</strong>ido elaborado por ag<strong>en</strong>cias gubernam<strong>en</strong>tales,<br />

mi<strong>en</strong>tras la gobernanza <strong>en</strong> red pone a los ciudadanos <strong>en</strong> contacto para permitirles<br />

apr<strong>en</strong>der, debatir y participar <strong>en</strong> los temas de elaboración de políticas.<br />

Prácticam<strong>en</strong>te, todo el valor de una red es trabajar <strong>en</strong> gobernanza.<br />

La gobernanza <strong>en</strong> red puede repres<strong>en</strong>tar una forma de gobernanza electrónica y<br />

no abarcar todas las formas avanzadas de tecnología que utiliza la gobernanza<br />

electrónica. Incluso, algunos plantean que el concepto de gobernanza <strong>en</strong> red es<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Para<br />

ellos, más bi<strong>en</strong> repres<strong>en</strong>ta una reforma de la administración pública, sea apoyada<br />

por la tecnología o no.<br />

La gobernanza electrónica no se ocupa del acuerdo o del cons<strong>en</strong>so mutuam<strong>en</strong>te<br />

acordado, o al m<strong>en</strong>os deja que ese asunto sea gestionado por las instituciones.<br />

Entretanto, <strong>en</strong> el caso de la gobernanza <strong>en</strong> red, el objetivo es <strong>en</strong>contrar un<br />

cons<strong>en</strong>so <strong>en</strong> la diversidad. El int<strong>en</strong>to de desarrollar el “conocimi<strong>en</strong>to<br />

cons<strong>en</strong>suado” puede favorecer al mínimo d<strong>en</strong>ominador común como resultado<br />

ev<strong>en</strong>tual de la política. Además, las redes no solo adicionan recursos, sino<br />

también están estructuradas para b<strong>en</strong>eficiarse del hecho de que cada sector<br />

participante aporte difer<strong>en</strong>tes recursos al debate. Sin embargo, también es cierto<br />

que lograr el cons<strong>en</strong>so puede ser un proceso l<strong>en</strong>to y costoso, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

un <strong>en</strong>torno conflictivo.<br />

Muchos plantean que la misión de la gobernanza electrónica es acercar las<br />

administraciones nacional, regional y local a las personas comunes para ofrecer<br />

servicios eficaces y efici<strong>en</strong>tes. Esto significa que el gobierno brinda servicios a los<br />

ciudadanos, pero se pone m<strong>en</strong>os énfasis <strong>en</strong> cómo los ciudadanos participan y<br />

toman decisiones <strong>en</strong> el proceso democrático. El concepto de gobernanza<br />

electrónica hace p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> una interacción <strong>en</strong> ambos s<strong>en</strong>tidos y promete una<br />

interacción más amplia con los ciudadanos. Pero <strong>en</strong> la literatura sobre la<br />

gobernanza electrónica sigue si<strong>en</strong>do incierto el cuándo y cómo se haría. En<br />

realidad, los gobiernos se c<strong>en</strong>tran principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la prestación electrónica de<br />

servicios y pued<strong>en</strong> evitar los aspectos polémicos de la bu<strong>en</strong>a gobernanza (tales<br />

como democracia, participación, igualdad, etcétera). Algunos también pi<strong>en</strong>san que<br />

el desarrollo de la gobernanza electrónica conducirá inevitablem<strong>en</strong>te a la<br />

democracia electrónica. Clift considera que a medida que los gobiernos prest<strong>en</strong><br />

más servicios <strong>en</strong> línea se producirá un cambio extraordinario <strong>en</strong> la voluntad de los<br />

ciudadanos de usar las difer<strong>en</strong>tes herrami<strong>en</strong>tas de la democracia electrónica.<br />

Pero el simple hecho de que el gobierno participe <strong>en</strong> actividades <strong>en</strong> línea con los<br />

ciudadanos no significa necesariam<strong>en</strong>te que se producirá un mecanismo de<br />

democracia electrónica [18].<br />

La gobernanza electrónica, <strong>en</strong> los casos <strong>en</strong> que se refiere a una “ciudadanía más<br />

comprometida e interactiva”, se aproxima prácticam<strong>en</strong>te a la gobernanza <strong>en</strong> red.


Pero puede ser que a los gobiernos u órganos legislativos, que por lo g<strong>en</strong>eral se<br />

resist<strong>en</strong> al “cambio”, les resulte difícil la transición. El compromiso, el cambio de<br />

actitud o el liderazgo que requiere estimulan el debate acerca de cómo el<br />

gobierno puede manejar esta situación. El mayor obstáculo que t<strong>en</strong>drán que<br />

resolver los gobiernos para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar este nuevo desafío será desarrollar medios<br />

administrativos y un servicio de gestión consist<strong>en</strong>te <strong>en</strong> recursos, fondos y<br />

personal sufici<strong>en</strong>tes para lograrlo [19]. La falta de compromiso político puede<br />

aum<strong>en</strong>tar, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los casos <strong>en</strong> que la gobernanza electrónica no está<br />

al servicio de los intereses políticos propios de los principales participantes, aun<br />

cuando estén pres<strong>en</strong>tes otros factores. Por otra parte, <strong>en</strong> un modo de gobernanza<br />

<strong>en</strong> red, el Estado es una de las muchas organizaciones (<strong>en</strong>tre las que se incluy<strong>en</strong><br />

el sector público y el privado, las sociedades civiles, etcétera) y todas esas<br />

organizaciones actúan con considerable indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia. El papel tradicional del<br />

Estado se ve limitado solo a una posición de seguimi<strong>en</strong>to o a un papel de<br />

facilitador.<br />

Si la gobernanza electrónica o la gobernanza <strong>en</strong> red se implican a una mayor<br />

participación de los ciudadanos a través de los medios digitales, habría <strong>en</strong>tonces<br />

que inquietarse de la brecha digital. Las causas de la “brecha digital” no son<br />

técnicas, sino socioeconómicas. Por consigui<strong>en</strong>te, exist<strong>en</strong> aspectos relacionados<br />

con el acceso, la conectividad, la educación, la habilidad, la capacidad de<br />

financiami<strong>en</strong>to, etc., que continúan si<strong>en</strong>do los elem<strong>en</strong>tos es<strong>en</strong>ciales subyac<strong>en</strong>tes<br />

de la gobernanza electrónica. El Informe Mundial del Sector Público 2003 de la<br />

ONU, (E-Governm<strong>en</strong>t at the Crossroads) sugiere tres requisitos previos para la<br />

gobernanza electrónica: un mínimo de infraestructura tecnológica, capital humano<br />

y conectividad - para todos. Por tanto, “el desafío primario del gobierno<br />

electrónico para el desarrollo es cómo lograrlo” - plantea el informe.<br />

La gobernanza <strong>en</strong> red y la gobernanza electrónica son un proceso, no un fin<br />

decisivo de la evolución de su significado. Tampoco implica una trayectoria<br />

estándar de progresión. Por consigui<strong>en</strong>te, los países necesitan <strong>en</strong>contrar la<br />

manera que mejor se ajuste a ellos y deb<strong>en</strong> participar <strong>en</strong> un proceso de “diálogo,<br />

apr<strong>en</strong>dizaje, creación de capacidades y facilitación” [20] - que es un <strong>en</strong>foque de<br />

“apr<strong>en</strong>der haciéndolo”. El concepto de la gobernanza <strong>en</strong> red es relativam<strong>en</strong>te<br />

nuevo, y es necesaria una idea más estructurada para evaluar sus dinámicas.<br />

“Algunos críticos malinterpretan las redes como simples productos de la<br />

tecnocracia, mi<strong>en</strong>tras otros pued<strong>en</strong> referirse ing<strong>en</strong>uam<strong>en</strong>te a las redes<br />

multisectoriales como la solución a todos los problemas” [21].<br />

La gobernanza electrónica, cuya base radica fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las TIC, a<br />

m<strong>en</strong>udo se aleja de la gobernanza real. Como planteara Richard Heeks, “la<br />

gobernanza electrónica puede ser poco útil si sugiere, erróneam<strong>en</strong>te, que la<br />

aplicación de las TIC es un fin <strong>en</strong> sí misma. Puede ser que resulte más apropiado<br />

hablar de gobernanza integrada o, quizás, de gobernanza intelig<strong>en</strong>te que prioriza<br />

los objetivos de la gobernanza y considera las TIC como una parte de los medios<br />

para lograr esos objetivos conjuntam<strong>en</strong>te con las personas, los procesos y la<br />

información.<br />

La dim<strong>en</strong>sión de “mercado” de la gobernanza electrónica se distingue claram<strong>en</strong>te<br />

de su dim<strong>en</strong>sión “económico-política”. Por ejemplo, el Banco Mundial hace un<br />

llamado a los gobiernos a “crear un marco legal e institucional para la<br />

transpar<strong>en</strong>cia, previsibilidad y la compet<strong>en</strong>cia, así como la gestión del desarrollo<br />

económico”. El argum<strong>en</strong>to es que, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que el mercado es el


equilibrio fundam<strong>en</strong>tal, este rectificará con el tiempo las preocupaciones de la<br />

distribución desigual, mi<strong>en</strong>tras que el gobierno es qui<strong>en</strong> debe proporcionar<br />

condiciones iguales para todos <strong>en</strong> el mercado, liberalizando el marco económico e<br />

institucional. Los ejemplos apuntan a medios electrónicos anteriores (tales como<br />

la radio, la televisión, etcétera) y otras formas de infraestructura, tales como la<br />

distribución de electricidad, el tratami<strong>en</strong>to de aguas residuales, la educación<br />

pública, el servicio telefónico, etc., que b<strong>en</strong>efician a toda la sociedad.<br />

Por otro lado, la dim<strong>en</strong>sión “económico-política” de la gobernanza electrónica se<br />

refiere al desarrollo humano sost<strong>en</strong>ible que no puede ser solo un subproducto o<br />

una decantación de los logros económicos. Como plantea el PNUD, la<br />

gobernanza legítima constituye “un marco de la administración pública basado <strong>en</strong><br />

el estado de derecho, un sistema de justicia imparcial y efici<strong>en</strong>te, y una amplia<br />

participación popular <strong>en</strong> el proceso de gobernar y ser gobernado [22]. Por<br />

consigui<strong>en</strong>te, este es un punto de vista totalitario y busca integrar las estructuras y<br />

actividades organizativas de los gobiernos c<strong>en</strong>tral, regional y local, el parlam<strong>en</strong>to,<br />

la magistratura y las instituciones, organizaciones e individuos que constituy<strong>en</strong> la<br />

sociedad civil, el sector privado y, por último, las formas <strong>en</strong> que todas sus<br />

acciones influy<strong>en</strong> <strong>en</strong> la política pública para el bi<strong>en</strong>estar público.<br />

De la gobernanza a la cooperación multi-actores<br />

Definitivam<strong>en</strong>te, “multi-participacionismo”, o “red multisectorial”, es, <strong>en</strong> este<br />

s<strong>en</strong>tido, un término relacionado. El multi-participacionismo surge del hecho de que<br />

el Estado no puede por sí solo abordar aspectos de interés público. Por<br />

consigui<strong>en</strong>te, un proceso poco regulado, que es flexible y de abajo arriba y ti<strong>en</strong>e<br />

un mínimo de control gubernam<strong>en</strong>tal, puede involucrar a otros grupos (tales como<br />

el sector privado, la sociedad privada, las ONG, los académicos, etcétera) con<br />

una preocupación legítima por el bi<strong>en</strong>estar común y el interés público. En la<br />

actualidad, difer<strong>en</strong>tes organismos internacionales han com<strong>en</strong>zado a integrar el<br />

“multi-participacionismo” <strong>en</strong> sus procesos negociadores y diplomáticos. Por<br />

ejemplo, la Declaración de Ginebra (<strong>en</strong> la CMSI) ha introducido el “multiparticipacionismo”<br />

como un principio guía del proceso de la CMSI, y esta forma de<br />

interacción <strong>en</strong>tre los difer<strong>en</strong>tes participantes conducirá a una mayor efici<strong>en</strong>cia y a<br />

fom<strong>en</strong>tar las innovaciones <strong>en</strong> la incipi<strong>en</strong>te nueva diplomacia mundial del siglo XXI.<br />

La red multisectorial se utiliza más comúnm<strong>en</strong>te para la gobernanza <strong>en</strong> red. Las<br />

redes multisectoriales ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> pu<strong>en</strong>tes a escala transnacional <strong>en</strong>tre el sector<br />

público (gobiernos nacionales, regionales o estatales y locales, así como grupos<br />

intergubernam<strong>en</strong>tales), el sector privado y la sociedad civil. Estas redes (a)<br />

reflejan los papeles cambiantes y la relativa importancia <strong>en</strong>tre ellos; (b) reún<strong>en</strong><br />

diversos grupos y recursos, y (c) abordan temas que ningún grupo puede resolver<br />

por sí solo [23].<br />

La democracia <strong>en</strong> red también es un término relevante. Douglas Rushkoff, <strong>en</strong> su<br />

artículo “Democracia de código abierto: cómo la comunicación <strong>en</strong> línea está<br />

cambiando las políticas fuera de línea”, [24] dio una interesante explicación sobre<br />

la democracia <strong>en</strong> red. Planteó: “El ord<strong>en</strong> que subyace <strong>en</strong> los sistemas<br />

apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te caóticos sugiere que los sistemas pued<strong>en</strong> comportarse de forma<br />

mutuam<strong>en</strong>te b<strong>en</strong>eficiosa para todos los miembros, incluso sin una jerarquía de<br />

mando. El término que emplean los ci<strong>en</strong>tíficos para describir la auto-organización<br />

natural de una comunidad es “emerg<strong>en</strong>cia”. La asombrosa organización de un<br />

hormiguero “emerge” de abajo hacia arriba, <strong>en</strong> una demostración colectiva de los<br />

instintos de cada una de las hormigas. En cierto s<strong>en</strong>tido, realm<strong>en</strong>te no está


organizado porque no hay una burocracia c<strong>en</strong>tral. La conducta colectiva de la<br />

colonia es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o emerg<strong>en</strong>te”. Él considera que la emerg<strong>en</strong>cia de una<br />

cultura <strong>en</strong> red, acompañada por el conocimi<strong>en</strong>to de los medios y el debate<br />

abierto, puede ser un primer paso para un sistema político más s<strong>en</strong>sible. El<br />

corazón de ese sistema político sería la participación <strong>en</strong> red de los ciudadanos <strong>en</strong><br />

los asuntos públicos. El autor también considera que el movimi<strong>en</strong>to del software<br />

de “código abierto” puede ser un modelo para el proceso participativo a través del<br />

cual t<strong>en</strong>dría lugar la legislación <strong>en</strong> una democracia <strong>en</strong> red.<br />

Por otro lado, la democracia electrónica se c<strong>en</strong>tra más <strong>en</strong> el aspecto tecnológico<br />

de la interacción. Steve Clift, estratega de la democracia <strong>en</strong> línea, describe la<br />

democracia electrónica como la “forma <strong>en</strong> que se puede utilizar Internet para<br />

mejorar nuestros procesos democráticos y proporcionar mejores oportunidades a<br />

los individuos y comunidades para interactuar con el gobierno y al gobierno para<br />

buscar la participación de la comunidad” [25]. El C<strong>en</strong>tro Internacional de<br />

Teledemocracia de Escocia se c<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el uso de las nuevas TIC para llevar a<br />

cabo procesos mejorados de toma de decisiones democráticas, lo que aum<strong>en</strong>ta la<br />

participación ciudadana específicam<strong>en</strong>te a través de la consulta electrónica y las<br />

peticiones electrónicas. Ake Gronlund, de la Universidad de Umea, <strong>en</strong> Suecia,<br />

está preocupado porque las definiciones de democracia electrónica se c<strong>en</strong>tran a<br />

m<strong>en</strong>udo <strong>en</strong> el uso y los proyectos de las TIC, y no <strong>en</strong> los procesos democráticos y<br />

la innovación institucional. Plantea que la democracia electrónica debe evaluarse<br />

<strong>en</strong> términos de sus procesos definitorios, no por la medida <strong>en</strong> que se emplean las<br />

TIC.<br />

“Gobernanza” es un término que rebasa el significado colectivo de algunos<br />

conceptos relacionados, como Estado, sociedad, gobierno, mercado, burocracia,<br />

etc. Incluye al Estado, pero también ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el papel de otros<br />

participantes de la sociedad. Si la “gobernanza electrónica” es el iniciador de este<br />

proceso, <strong>en</strong>tonces, la “gobernanza <strong>en</strong> red” probablem<strong>en</strong>te lo toma a un nivel <strong>en</strong> el<br />

que las organizaciones no solo están conectadas, sino que también son<br />

interdep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes al formar un grupo del proceso de elaboración de políticas.


La gobernanza de Internet<br />

Carlos Afonso<br />

La primera fase de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI),<br />

que culminó <strong>en</strong> la reunión de Ginebra de diciembre de 2003, dejó dos temas<br />

cruciales p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes. El primero de ellos apunta a cómo financiar la<br />

implem<strong>en</strong>tación adecuada de las tecnologías de información y comunicación para<br />

el desarrollo (TICD, o por sus siglas <strong>en</strong> inglés, ICT4D). Esto implica, sobre todo <strong>en</strong><br />

los países m<strong>en</strong>os desarrollados, la elevación de la tasa de r<strong>en</strong>tabilidad <strong>en</strong> las<br />

áreas de infraestructura, capacitación y sust<strong>en</strong>tabilidad, además de la inclusión<br />

digital. El informe final elaborado por un grupo de trabajo creado especialm<strong>en</strong>te<br />

por la ONU (la Fuerza de Tarea <strong>en</strong> Mecanismos de Financiami<strong>en</strong>to, FTMF, o<br />

TFFM por sus siglas <strong>en</strong> inglés) se divulgó oficialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>en</strong>ero de 2005.<br />

El segundo tema se refiere a la gobernanza global de Internet - cómo crear,<br />

mejorar o adaptar mecanismos globales que permitan discutir los temas c<strong>en</strong>trales<br />

derivados de la pres<strong>en</strong>cia cada vez más ext<strong>en</strong>sa de Internet <strong>en</strong> la economía,<br />

política, sociedad y cultura de todas las naciones. Temas como la definición y<br />

distribución de nombres de dominio y números IP, costos de conexión <strong>en</strong>tre los<br />

países, derecho de acceso a la infraestructura y a la información, libertad de<br />

expresión, seguridad y uso adecuado, <strong>en</strong>tre otros. A este respecto la ONU<br />

también creó, de acuerdo al Plan de Acción aprobado <strong>en</strong> la CMSI de Ginebra, un<br />

grupo internacional para abordar el tema - el Grupo de Trabajo sobre Gobernanza<br />

de Internet (GTGI, o WGIG por sus siglas <strong>en</strong> inglés), conformado por 40<br />

miembros prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de varios países y de varios grupos de interés (gobiernos,<br />

sector privado, sector académico, organizaciones de la sociedad civil). El informe<br />

final del GTGI se pres<strong>en</strong>tó <strong>en</strong> sesión pública el 18 de julio <strong>en</strong> Ginebra. Ambos<br />

informes servirán de base para el proceso preparatorio de la segunda fase de la<br />

CMSI/WSIS, a ser realizada <strong>en</strong> Túnez <strong>en</strong> noviembre de 2005.<br />

La gobernanza global de Internet es un tema complejo, que involucra poderosos<br />

intereses. Después de todo, se trata de definir o perfeccionar la coordinación<br />

global de los difer<strong>en</strong>tes compon<strong>en</strong>tes de la red, desde la infraestructura hasta los<br />

métodos adecuados de la ev<strong>en</strong>tual supervisión de cont<strong>en</strong>ido (que abarca temas<br />

que van desde la pornografía infantil hasta el uso indebido del e-mail para<br />

fraudes). Un cons<strong>en</strong>so existe ya: de la manera <strong>en</strong> que está no puede continuar.<br />

No existe un foro mundial para establecer acuerdos efectivos <strong>en</strong> relación a<br />

Internet para compartir de una forma justa los costos de conexión <strong>en</strong>tre países,<br />

para definir políticas eficaces contra el “spam” y el “phishing”, para garantizar la


libertad de expresión, el derecho a la información y muchos otros derechos (y<br />

deberes) que, con la pres<strong>en</strong>cia inevitable de Internet <strong>en</strong> nuestras vidas - así como<br />

<strong>en</strong> la vida de las personas que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso a la misma - pasan a ser<br />

cruciales.<br />

Un compon<strong>en</strong>te fundam<strong>en</strong>tal de la gobernanza es ejercido por una organización<br />

civil sin fines de lucro creada por el gobierno del presid<strong>en</strong>te Clinton <strong>en</strong> California<br />

<strong>en</strong> 1998 (la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números,<br />

conocida por la sigla <strong>en</strong> inglés ICANN - Internet Corporation for Assigned Names<br />

and Numbers). Esta organización coordina la distribución mundial de nombres de<br />

dominio de primer nivel (tanto los globales, conocidos como gTLDs o sTLDs, tales<br />

como “.com”, “.net”, “.org”, “.aero”, <strong>en</strong>tre otros; como los nacionales, o ccTLDs,<br />

tales como “.br”, “.iq”, “.fr”, <strong>en</strong>tre otros), a través de la gestión de los servidores<br />

raíz que permit<strong>en</strong> asociar tales dominios a direcciones IP (números que id<strong>en</strong>tifican<br />

de forma inequívoca cualquier computador conectado a Internet) y, de esta<br />

manera, localizar los computadores respectivos <strong>en</strong> cualquier parte de Internet. La<br />

organización coordina al mismo tiempo, la distribución mundial de las direcciones<br />

IP y la adopción de los protocolos de comunicación utilizados por la red. Este<br />

conjunto de atribuciones de la ICANN es lo que se puede llamar como<br />

“gobernanza de la infraestructura lógica” de Internet.<br />

En realidad, esta gobernanza es llevada a cabo por lo que d<strong>en</strong>omino el “sistema<br />

ICANN”. Una serie de mecanismos internos para consulta y ori<strong>en</strong>tación que se<br />

crearon <strong>en</strong> el interior de la organización, que contemplan la administración de los<br />

nombres de dominio globales (GNSO y una asamblea de usuarios no<br />

comerciales, la NCUC), la distribución de números IP (ASO/NRO), el espacio de<br />

los usuarios (ALAC), el espacio de los gobiernos (GAC), la organización de los<br />

administradores de dominios de país (ccNSO), <strong>en</strong>tre otros. La ICANN y este<br />

conjunto de mecanismos orgánicos internos, además de algunos externos como<br />

la IETF, organismos afines como la ISOC, y por lo m<strong>en</strong>os una empresa grande<br />

que ejerce el casi monopolio del comercio mundial de nombres de dominio<br />

globales (la Verisign), constituy<strong>en</strong> el “sistema ICANN” de gobernanza de la<br />

infraestructura lógica de la red - el único sistema global de gobernanza creado<br />

específicam<strong>en</strong>te para Internet hasta el mom<strong>en</strong>to.<br />

El control sobre la ICANN es ejercido por el gobierno de EEUU a través de<br />

contratos que involucran a la propia organización, al gobierno federal y a la<br />

empresa Verisign. Uno de estos contratos, un memorándum de acuerdo<br />

(Memorandum of Understanding) <strong>en</strong>tre la ICANN y el Departam<strong>en</strong>to de Comercio,<br />

expirará a finales de septiembre de 2006 - significando esto que la ICANN<br />

empezaría a operar de manera más autónoma (aunque aún dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, como<br />

organización no gubernam<strong>en</strong>tal nacional, de las leyes federales de EEUU y del<br />

estado de California). Sin embargo, el gobierno de EEUU <strong>en</strong> declaración reci<strong>en</strong>te<br />

acaba de dejar claro que aún con la expiración del memorándum, no permitirá que<br />

el control real sobre la infraestructura lógica deje de pert<strong>en</strong>ecer a los Estados<br />

Unidos, alegando razones de “seguridad y estabilidad” de la red.<br />

El hecho es que el conjunto de los contratos m<strong>en</strong>cionados permite que EEUU<br />

t<strong>en</strong>ga base legal sufici<strong>en</strong>te para tomar esta posición. Dicho de otro modo, la<br />

relación formal <strong>en</strong>tre la ICANN y el Departam<strong>en</strong>to de Comercio es de tal manera<br />

que la ICANN funciona como una concesionaria de servicios (“incumb<strong>en</strong>t”) que<br />

dep<strong>en</strong>de de la regulación del gobierno federal de EEUU - igual que la relación<br />

<strong>en</strong>tre una empresa de telecomunicaciones y la FCC (Comision federal de


comunicaciones).<br />

En la práctica, es un hecho que el proceso de toma de decisiones sobre la<br />

creación, delegación y redelegación de nombres de dominio globales (gTLDs o<br />

sTLDs) es un proceso de negocios, con la ICANN actuando como una bolsa de<br />

valores (“bourse”) o como ag<strong>en</strong>te (“broker”), que aprueba o no una nueva<br />

combinación de letras como un “commodity”. Hoy, esta actividad consume<br />

prácticam<strong>en</strong>te todo el tiempo y los recursos de la organización, que a su vez ti<strong>en</strong>e<br />

su presupuesto financiado básicam<strong>en</strong>te por el propio negocio de g/sTLDs -<br />

haci<strong>en</strong>do a la ICANN intrínsecam<strong>en</strong>te dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te y parte interesada del negocio.<br />

Concluir que el proceso decisivo de cualquier nuevo gTLD o sTLD, o de<br />

redelegación de cualquiera de los ya exist<strong>en</strong>tes es influ<strong>en</strong>ciado por esta relación<br />

comercial, es trivial.<br />

No es otra la explicación del hecho que la ICANN haya arriesgado su pellejo <strong>en</strong> la<br />

aprobación de gTLD “.xxx”, inclusive con la oposición explícita o implícita de<br />

varios miembros del Consejo, e inclusive conoci<strong>en</strong>do que habría resist<strong>en</strong>cia de<br />

gobiernos y comunidades - <strong>en</strong> esa necesidad de recaudar más recursos para un<br />

presupuesto cada vez mayor, a través de los “registries” de g/sTLDs, la ICANN<br />

ignora que un dominio global involucra mucho más que el retorno de una<br />

inversión, requiri<strong>en</strong>do consideraciones de tipo extra-económica y tomando <strong>en</strong><br />

cu<strong>en</strong>ta que el GAC (gobiernos) es muy frágil para expresar estas visiones a<br />

tiempo o de manera efectivam<strong>en</strong>te repres<strong>en</strong>tativa.<br />

Por otro lado, una de las demandas mundiales es que la gobernanza de la red<br />

como un todo (y no sólo de su infraestructura lógica) pase a ser efectivam<strong>en</strong>te<br />

global, democrática, transpar<strong>en</strong>te y pluralista - es decir, con repres<strong>en</strong>tación de<br />

todos los grupos de interés <strong>en</strong> el proceso decisivo. Algunos países llegan a<br />

def<strong>en</strong>der que la gobernanza de la infraestructura lógica se le <strong>en</strong>tregue a la<br />

UIT/ITU (Unión Internacional de Telecomunicación), un organismo de la ONU <strong>en</strong><br />

el que más de 180 gobiernos y cerca de 650 empresas de telecomunicaciones<br />

están repres<strong>en</strong>tados, pero que no se caracteriza (como de otro modo cualquier<br />

otra ag<strong>en</strong>cia de la ONU) por la democracia, transpar<strong>en</strong>cia y pluralismo.<br />

A pesar de los esfuerzos de la ICANN para mostrar que es transpar<strong>en</strong>te y<br />

democrática, algunos resultados de su trabajo apuntan <strong>en</strong> otra dirección, como <strong>en</strong><br />

el reci<strong>en</strong>te caso de la “redelegación” del gTLD “.net”, y <strong>en</strong> el proceso de indicación<br />

de dirig<strong>en</strong>tes, que es manipulado por miembros del propio comité de<br />

nombrami<strong>en</strong>to de la organización - a pesar del hecho ya m<strong>en</strong>cionado de que la<br />

organización es financieram<strong>en</strong>te dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de las empresas que comercializan<br />

los nombres de dominio globales. La declaración reci<strong>en</strong>te del gobierno de EEUU<br />

sólo contribuyó a profundizar la percepción mundial de esta dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de la<br />

organización al gobierno de los Estados Unidos.<br />

Es fundam<strong>en</strong>tal buscar organismos globales de gobernanza de un nuevo tipo, que<br />

puedan funcionar como foros de resolución de disputas y también como<br />

mecanismos de coordinación, recom<strong>en</strong>daciones y normatización sobre los<br />

diversos temas relacionados a la red (que van desde la administración de<br />

nombres y números hasta la libertad del conocimi<strong>en</strong>to). Si esto significa una única<br />

organización o un conjunto de organizaciones globales, con estructuras<br />

difer<strong>en</strong>ciadas para las difer<strong>en</strong>tes funciones, está <strong>en</strong> discusión.<br />

El GTGI trató de analizar los difer<strong>en</strong>tes esc<strong>en</strong>arios de esta estructura y proponer<br />

algunas alternativas para el debate que t<strong>en</strong>drá lugar desde ahora hasta Túnez.


Desafortunadam<strong>en</strong>te las “propuestas” pres<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> el informe del GTGI no se<br />

abordaron con la sufici<strong>en</strong>te profundidad y, ayudan poco <strong>en</strong> la precisión de todos<br />

los complejos detalles de un nuevo sistema de gobernanza y de la<br />

correspondi<strong>en</strong>te conv<strong>en</strong>ción internacional que lo legitime ante todos los gobiernos<br />

nacionales.<br />

Si exist<strong>en</strong> dos cons<strong>en</strong>sos claros <strong>en</strong> el informe final del GTGI, son, <strong>en</strong> primer lugar,<br />

que la gobernanza mundial de cualquier compon<strong>en</strong>te de Internet no puede estar<br />

bajo la hegemonía de un único gobierno; <strong>en</strong> segundo lugar, que es necesario y<br />

urg<strong>en</strong>te un fórum global, incluso si al principio tan sólo t<strong>en</strong>ga funciones de<br />

consulta y resolución de disputas. Los miembros de organizaciones de la<br />

sociedad civil <strong>en</strong> el GTGI fueron decisivos <strong>en</strong> el proceso que coincidió para esta<br />

visión. En las propuestas pres<strong>en</strong>tadas por el GTGI, se espera que de algún modo<br />

la actual ICANN pueda convertirse <strong>en</strong> un organismo global efectivo, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te<br />

y autónomo (posiblem<strong>en</strong>te a través de un Acuerdo de Sede con el gobierno de<br />

EEUU) para incluirse <strong>en</strong> la nueva estructura de la gobernanza.<br />

Sin embargo, falta mucho más que la simple real internacionalización de la<br />

ICANN. Dos ejemplos <strong>en</strong>tre los considerados por el GTGI como los compon<strong>en</strong>tes<br />

más importantes (<strong>en</strong>tre más de 40 temas) de un futuro sistema global de<br />

gobernanza de Internet son ilustrativos: la interconexión internacional y la<br />

seguridad <strong>en</strong> el intercambio de m<strong>en</strong>sajes.<br />

Si Internet es muchas veces considerada un espacio global horizontal de<br />

intercambio de información, la dura realidad muestra lo contrario <strong>en</strong> los aspectos<br />

claves de la red. La interconexión revela <strong>en</strong> la práctica una “cad<strong>en</strong>a alim<strong>en</strong>taria”<br />

<strong>en</strong> cuyo tope están las grandes operadoras de las espinas dorsales de la red<br />

(“backbones”), de las cuales las multinacionales norteamericanas son las<br />

principales. Si la conexión física se rige por acuerdos internacionales de<br />

telecomunicaciones negociados <strong>en</strong> el ámbito de la UIT, lo mismo no sucede con la<br />

capa de transporte de datos.<br />

En realidad, lo que está <strong>en</strong> <strong>juego</strong> es quién paga por el ancho de banda de Internet<br />

<strong>en</strong>tre países, <strong>en</strong> vista de que por lo g<strong>en</strong>eral el costo involucra una conexión<br />

bidireccional (es decir, usuarios <strong>en</strong> cualesquiera de los países pued<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er<br />

acceso <strong>en</strong> principio a todos los servicios de Internet ofrecidos <strong>en</strong> los dos países).<br />

Si estamos hablando de una conexión <strong>en</strong>tre dos países de niveles de desarrollo<br />

similares (Australia y EEUU, por ejemplo), actualm<strong>en</strong>te casi siempre existe una<br />

negociación bilateral que establece un arreglo de pago mutuo aceptable para las<br />

dos partes. Adicionalm<strong>en</strong>te, si los países son de culturas e idiomas similares, esta<br />

negociación se facilita todavía más, y normalm<strong>en</strong>te no involucra la interv<strong>en</strong>ción de<br />

gobiernos. Como resultado, el costo de acceso a Internet para el usuario final es<br />

de magnitud similar para todos los países desarrollados, variando ap<strong>en</strong>as el costo<br />

de telecomunicaciones local implicado. En los países <strong>en</strong> que se cobra una<br />

suscripción de valor fijo m<strong>en</strong>sual sin cargo por pulsos adicionales, como <strong>en</strong> EEUU<br />

y el Canadá, el costo total de conexión vía línea telefónica (sumando la cu<strong>en</strong>ta<br />

telefónica con la cu<strong>en</strong>ta del proveedor de Internet) es g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te m<strong>en</strong>or que <strong>en</strong><br />

los países europeos, <strong>en</strong> los cuales se cobran pulsos por tiempo de conexión -<br />

limitante eliminada <strong>en</strong> las conexiones por línea telefónica vía sistemas xDSL<br />

(conocidas como “conexiones de banda ancha”).<br />

La situación es extremam<strong>en</strong>te desfavorable <strong>en</strong> los países m<strong>en</strong>os desarrollados,<br />

que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> poco o ningún cont<strong>en</strong>ido de interés internacional para ofrecer. En estos


casos, el poder de intercambio bilateral es nulo, y sin ningún tipo de interv<strong>en</strong>ción<br />

internacional, estos países t<strong>en</strong>drán siempre la conexión más costosa para los<br />

usuarios finales (el extremo inferior de la “cad<strong>en</strong>a alim<strong>en</strong>taria” de la conexión), lo<br />

que es agravado por el bajo poder de compra de estos usuarios y por una<br />

infraestructura local ineficaz y/o mal distribuida de conectividad. En g<strong>en</strong>eral, <strong>en</strong><br />

estos casos el país sólo estará conectado a Internet si paga la totalidad de los<br />

costos de ancho de banda disponible (medida usualm<strong>en</strong>te, para la mayoría de los<br />

países, <strong>en</strong> megabites o gigabites por segundo), inclusive si los usuarios del país<br />

más rico usan servicios ubicados <strong>en</strong> servidores de un país más pobre. No existe<br />

ningún acuerdo o conv<strong>en</strong>ción internacional tan siquiera <strong>en</strong> discusión para hacer<br />

esta relación m<strong>en</strong>os desigual. La gobernanza global de Internet t<strong>en</strong>drá que<br />

resolver este problema para no perpetuar la brecha cada vez mayor de<br />

conectividad <strong>en</strong>tre naciones desarrolladas y naciones empobrecidas.<br />

En relación a la seguridad, no hay un organismo, mecanismo o fórum global de<br />

gobernanza establecido por conv<strong>en</strong>ción internacional. Exist<strong>en</strong> iniciativas privadas,<br />

como la red mundial de CERTs y organizaciones similares, así como redes que<br />

buscan combatir el llamado “spam” (<strong>en</strong>vío de correo electrónico no solicitado y<br />

con id<strong>en</strong>tificación de orig<strong>en</strong> falso), pero es necesario crear mecanismos mucho<br />

más efectivos, que se ocup<strong>en</strong> de las medidas prev<strong>en</strong>tivas y del desarrollo de<br />

sistemas seguros de intercambio de m<strong>en</strong>sajes que puedan ser mundialm<strong>en</strong>te<br />

uniformados.<br />

El intercambio de m<strong>en</strong>sajes sin mecanismos cons<strong>en</strong>suados y efectivos de<br />

aut<strong>en</strong>ticación de orig<strong>en</strong> es el problema más grave de seguridad de Internet para el<br />

usuario final. A través de las vulnerabilidades de los sistemas de intercambio de<br />

m<strong>en</strong>sajes, millares de usuarios son victimas de robo de contraseñas y de códigos<br />

de id<strong>en</strong>tificación a través de métodos de ing<strong>en</strong>iería social a través del “spam”<br />

(como el llamado “phishing”, que es la “pesca” de contraseñas y números de<br />

id<strong>en</strong>tificación a través de “spams” con cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong>gañoso, asociado a un sitio<br />

Web temporal del cual el usuario baja involuntariam<strong>en</strong>te un programa nocivo).<br />

Estos son ejemplos graves de temas de gobernanza que están fuera del objetivo<br />

de la ICANN y de cualquier otra organización exist<strong>en</strong>te. Inclusive los temas para<br />

los cuales exist<strong>en</strong> organizaciones internacionales o ag<strong>en</strong>cias de la ONU (como la<br />

OMPI/WIPO para el caso de las pat<strong>en</strong>tes, copyrights y marcas, o los llamados<br />

“derechos de propiedad intelectual”, o aún las organizaciones vinculadas al<br />

comercio internacional), estas organizaciones no cubr<strong>en</strong> adecuadam<strong>en</strong>te las<br />

demandas y resultados de los ev<strong>en</strong>tos, transacciones y procesos <strong>en</strong> el ámbito de<br />

Internet.<br />

Lo que ocurrirá <strong>en</strong> el debate de los subcomités temáticos preparatorios de la<br />

CMSI que t<strong>en</strong>drán lugar desde ahora hasta Túnez, sólo el tiempo lo dirá, pero es<br />

crucial que las organizaciones civiles estén participando int<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el<br />

proceso para insistir <strong>en</strong> la pluralidad, transpar<strong>en</strong>cia y democracia como bases<br />

c<strong>en</strong>trales de cualquier mecanismo global de gobernanza futuro, y que temas<br />

como los ejemplificados y dec<strong>en</strong>as de otros señalados por el GTGI se tom<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

cu<strong>en</strong>ta.<br />

Glosario de siglas<br />

ALAC At-Large Advisory Committee<br />

ASO Address Supporting Organization


ccNSO Country-code [Domain] Names Supporting Organization<br />

ccTLD Country-code top-level domain<br />

CERT Computer Emerg<strong>en</strong>cy Response Team<br />

FCC Federal Communications Commission<br />

GAC Governm<strong>en</strong>t Advisory Committee<br />

GNSO G<strong>en</strong>eric [Domain] Names Supporting Organization<br />

gTLD G<strong>en</strong>eric top-level domain<br />

ICANN Internet Corporation for Assigned Names and Numbers<br />

IETF Internet Engineering Task Force<br />

ISOC Internet Society<br />

ITU International Telecommunication Union<br />

NRO Number Resource Organization<br />

sTLD Sponsored top-level domain<br />

xDSL Digital subscriber line (ex.: ADSL)<br />

WIPO World Intellectual Property Organization<br />

WGIG Working Group on Internet Governance<br />

WSIS World Summit on the Information Society


Diversidad cultural<br />

Alain Kiyindou<br />

¿Cuál será el impacto de una red informática mundial que permita la expresión<br />

abierta y la circulación de todos los tipos de docum<strong>en</strong>tos sobre los foros<br />

culturales? La construcción de las sociedades de la información inclusivas vuelve<br />

a lanzar el debate sobre la diversidad cultural, r<strong>en</strong>ovando la percepción común y<br />

la evolución de este término de contornos mal definidos. Det<strong>en</strong>gámonos <strong>en</strong> el<br />

s<strong>en</strong>tido de los dos términos diversidad y cultura.<br />

La diversidad es a m<strong>en</strong>udo percibida como una disparidad, una variación, una<br />

pluralidad, es decir, lo contrario de la uniformidad y de la homog<strong>en</strong>eidad. En su<br />

s<strong>en</strong>tido original y literal, la diversidad cultural se referiría <strong>en</strong>tonces simplem<strong>en</strong>te a<br />

la multiplicidad de las culturas o de las id<strong>en</strong>tidades culturales. Pero hoy <strong>en</strong> día<br />

esta visión está superada, ya que para numerosos expertos, la “diversidad” se<br />

define no tanto por oposición a “homog<strong>en</strong>eidad” sino por oposición a “disparidad”.<br />

Es sinónimo de diálogo y de valores compartidos. En efecto, el concepto de<br />

diversidad cultural, así como el de biodiversidad, va más lejos <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de<br />

que considera la multiplicidad de las culturas <strong>en</strong> una perspectiva sistémica donde<br />

cada cultura se desarrolla y evoluciona <strong>en</strong> contacto con las otras culturas.<br />

En lo que se refiere a la cultura, ella ti<strong>en</strong>e sus oríg<strong>en</strong>es <strong>en</strong> la palabra latina cultura<br />

que designaba el cuidado de los campos y del ganado. A partir del siglo XVI,<br />

significará la acción de cultivar, es decir formar, acepción de la que se despr<strong>en</strong>de<br />

el s<strong>en</strong>tido que se le da hoy <strong>en</strong> día, a saber lo que forma y moldea el espíritu. La<br />

cultura se torna <strong>en</strong>tonces ese conjunto de significaciones, de valores y de<br />

cre<strong>en</strong>cias que determina nuestra manera de hacer y estructura nuestros modos<br />

de p<strong>en</strong>sar [1].<br />

Un desafó económico y cultural<br />

El término “diversidad cultural” ha sido utilizado <strong>en</strong> primer lugar con refer<strong>en</strong>cia a la<br />

diversidad <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de un sistema cultural dado, para designar la multiplicidad<br />

de sub - culturas y de sub - poblaciones de dim<strong>en</strong>siones variables que compart<strong>en</strong><br />

un conjunto de valores y de ideas fundam<strong>en</strong>tales. Seguidam<strong>en</strong>te, ha sido utilizado<br />

<strong>en</strong> un contexto de mestizaje social, para describir la cohabitación de difer<strong>en</strong>tes<br />

sistemas culturales, o por lo m<strong>en</strong>os la exist<strong>en</strong>cia de otros grupos sociales<br />

importantes <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de las mismas fronteras geopolíticas. En los países del<br />

Tercer Mundo, la diversidad de las id<strong>en</strong>tidades culturales se convertirá


ápidam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> la época de la descolonización, <strong>en</strong> un argum<strong>en</strong>to político a favor<br />

de la liberación y de la indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de los países colonizados. Posteriorm<strong>en</strong>te,<br />

a partir de los años 60, impulsará una nueva visión del desarrollo, el desarrollo<br />

<strong>en</strong>dóg<strong>en</strong>o. Será seguido, por otra parte, por la puesta <strong>en</strong> relieve de un nuevo<br />

vínculo, el de la cultura y la democracia, que conducirá a dar prioridad “a la<br />

promoción de las expresiones culturales de las minorías <strong>en</strong> el marco del<br />

pluralismo cultural”.<br />

Hoy <strong>en</strong> día, el término “diversidad cultural” ti<strong>en</strong>de a reemplazar la noción de<br />

“excepción cultural” utilizada <strong>en</strong> las negociaciones comerciales a partir del ciclo<br />

Uruguay <strong>en</strong> el GATT, luego de la OMC. En este <strong>en</strong>foque, la diversidad cultural<br />

apunta a garantizar el tratami<strong>en</strong>to particular de los bi<strong>en</strong>es y de los servicios<br />

culturales con medidas nacionales o internacionales. La UNESCO redacta<br />

actualm<strong>en</strong>te (firma prevista <strong>en</strong> noviembre de 2005) un “Conv<strong>en</strong>io sobre la<br />

protección y la promoción de la diversidad de los cont<strong>en</strong>idos culturales” [2].<br />

El proyecto reconoce la especificidad de los bi<strong>en</strong>es y servicios culturales y la<br />

legitimidad de las políticas culturales. Sin embargo, su artículo 20, que trata de las<br />

relaciones <strong>en</strong>tre este conv<strong>en</strong>io y los otros instrum<strong>en</strong>tos internacionales,<br />

especialm<strong>en</strong>te la OMC, ha sido objeto de fuertes debates con los Estados Unidos.<br />

En el estado actual, el conv<strong>en</strong>io obliga a las partes signatarias a tomar <strong>en</strong><br />

consideración las exig<strong>en</strong>cias de la diversidad cultural cuando ellas interpret<strong>en</strong> y<br />

apliqu<strong>en</strong> sus obligaciones internacionales o cuando suscriban nuevos<br />

compromisos, aun cuando el conv<strong>en</strong>io no pueda ser opuesto a los otros tratados.<br />

Una fórmula diplomática obt<strong>en</strong>ida después de largas negociaciones.<br />

La protección de la diversidad cultural desde un punto de vista político y<br />

económico se vuelve <strong>en</strong> efecto urg<strong>en</strong>te con la mundialización, que se caracteriza<br />

por la liberalización <strong>en</strong> gran escala de los intercambios económicos y comerciales,<br />

y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, lo que se ha llamado la mercantilización de la cultura. Se<br />

puede notar por ejemplo que <strong>en</strong> el curso de las dos últimas décadas, el comercio<br />

de los bi<strong>en</strong>es culturales se ha cuadriplicado y las nuevas reglas internacionales<br />

(OMC, OCDE) <strong>en</strong> materia de comercio suprim<strong>en</strong> cada vez más, <strong>en</strong> nombre de la<br />

libertad del mercado y del libre comercio, las interv<strong>en</strong>ciones de apoyo o de<br />

protección de los Estados a favor de los bi<strong>en</strong>es y servicios nacionales. La<br />

declaración indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de la sociedad civil SMSI señala la urg<strong>en</strong>cia de la<br />

situación <strong>en</strong> estos términos “La información y el saber son transformados cada<br />

vez más <strong>en</strong> recursos privados susceptibles de ser controlados, v<strong>en</strong>didos o<br />

comprados, como si fueran simples mercaderías y no compon<strong>en</strong>tes<br />

indisp<strong>en</strong>sables para la organización y el desarrollo social. Así, reconocemos que<br />

es urg<strong>en</strong>te <strong>en</strong>contrar soluciones a estos problemas, a los cuales las sociedades<br />

de la información y de la comunicación se confrontan <strong>en</strong> primer lugar”.<br />

Con el adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación,<br />

las grandes firmas comerciales han aprovechado estos cambios inducidos para<br />

hacer adoptar peligrosas revisiones de textos legislativos <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de una<br />

propiedad comercial de la cultura. Esta of<strong>en</strong>siva de una cultura “mercantilizada”<br />

ti<strong>en</strong>de a desplazar los lugares de debate y de decisión de los organismos<br />

multilaterales de la ONU hacia <strong>en</strong>tidades como la OMC y los acuerdos y tratados<br />

de libre intercambio regionales o bilaterales. El tema de los debates<br />

internacionales sobre la cultura consiste pues <strong>en</strong> garantizar la superviv<strong>en</strong>cia de la<br />

diversidad cultural, a pesar de los peligros de la sociedad de la información. En<br />

todo caso, para los repres<strong>en</strong>tantes de los pueblos autóctonos, la evolución de las


sociedades de la información y de la comunicación debe reposar sobre el respeto<br />

y la promoción de los derechos de las poblaciones indíg<strong>en</strong>as y de su carácter<br />

distintivo, aun cuando la idea de la promoción siga si<strong>en</strong>do difícilm<strong>en</strong>te aceptable<br />

para los partidarios del libre comercio.<br />

Para los que sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> la promoción cultural, <strong>en</strong>tre cuyas filas se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

Canadá, Francia, el Grupo de los 77 (agrupami<strong>en</strong>to de los países <strong>en</strong> desarrollo),<br />

se trata sobre todo de obt<strong>en</strong>er de los Estados Unidos la garantía, sancionada por<br />

ley, de que el Conv<strong>en</strong>io no esté subordinado a los instrum<strong>en</strong>tos comerciales<br />

internacionales. En efecto, para los Estados Unidos y otros partidarios del libre<br />

comercio, este conv<strong>en</strong>io es una mala idea [3], y las medidas m<strong>en</strong>cionadas<br />

anteriorm<strong>en</strong>te demuestran pura y simplem<strong>en</strong>te una visión interv<strong>en</strong>cionista del<br />

Estado, cuya naturaleza no es la de favorecer al mercado. Las subv<strong>en</strong>ciones a las<br />

empresas culturales, la imposición de cuotas de difusión, las restricciones a la<br />

propiedad extranjera de los medios de comunicación, serían, según ellos, fr<strong>en</strong>os<br />

al desarrollo natural del mercado. Además, aunque esto no ti<strong>en</strong>e nada de oficial,<br />

el conv<strong>en</strong>io sobre la diversidad cultural aparece para muchos norteamericanos<br />

como una t<strong>en</strong>tativa de debilitar la supremacía de sus industrias audiovisuales a<br />

través del mundo.<br />

Visión ética de la diversidad cultural<br />

Situándose <strong>en</strong> un plano ético, la Declaración Universal de la Unesco sobre la<br />

diversidad cultural, adoptada el 2 de noviembre de 2001 [4], reconoce la<br />

diversidad cultural como “patrimonio común de la humanidad”. De este modo, la<br />

lucha por la salvaguarda de las culturas am<strong>en</strong>azadas se convierte <strong>en</strong> un deber<br />

ciudadano. Esta posición se explica por el hecho de que la comunidad ci<strong>en</strong>tífica<br />

ha tomado conci<strong>en</strong>cia del riesgo de uniformidad de la cultura <strong>en</strong> una sociedad<br />

globalizada, aún si ésta permite <strong>en</strong> teóriá la manifestación de la diversidad<br />

cultural. En efecto, las tecnologías de la información y de la comunicación, lejos<br />

de ser únicam<strong>en</strong>te herrami<strong>en</strong>tas, modelan nuestras maneras de p<strong>en</strong>sar y de<br />

crear. La cultura, por ese hecho, se ve habitada por la tecnología, dialogando con<br />

ella, cont<strong>en</strong>iéndola a veces y dejándose elaborar por ella. Esta situación crea una<br />

desigualdad y una dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de la cultura hacia la tecnología, e impide la<br />

manifestación de la diversidad cultural, tan necesaria para la sociedad de los<br />

saberes [5]. Por otra parte, numerosos observadores afirman que la tecnología ha<br />

dejado <strong>en</strong> la sombra a toda una parte de la población, la que sigue vivi<strong>en</strong>do según<br />

los principios de la naturaleza, la que no cree <strong>en</strong> el Estado, sino <strong>en</strong> el poder de los<br />

ancestros, la que no cree <strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia, sino <strong>en</strong> el saber tradicional. La diversidad<br />

cultural se inscribe <strong>en</strong>tonces <strong>en</strong> la lógica que considera que exist<strong>en</strong> otras maneras<br />

de p<strong>en</strong>sar, de existir, de trabajar fuera de la manera antropo - c<strong>en</strong>trada y racio -<br />

c<strong>en</strong>trada moderna. En efecto, si bi<strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia y la tecnología son fácilm<strong>en</strong>te<br />

comunicables ¿ están,sin embargo, todas las culturas listas para aceptar el<br />

formalismo matemático que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> la base de la construcción de las<br />

tecnologíasy de sus usos ?<br />

En el contexto del debate sobre la edificación de la “sociedad de la información”,<br />

esta adaptación pasa, por supuesto, por la diversificación de los cont<strong>en</strong>idos, es<br />

decir la cohabitación de los cont<strong>en</strong>idos llamados clásicos y aquellos prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes<br />

de culturas minoritarias, de saberes locales y autóctonos [6]. Pero ¿cómo integrar<br />

las culturas y saberes autóctonos sin g<strong>en</strong>eralizarlos, ni particularizarlos [7]?


¿Cómo convalidarlos con la ayuda de criterios exóg<strong>en</strong>os? La declaración de<br />

principio de la CMSI, adoptada <strong>en</strong> Ginebra <strong>en</strong> diciembre de 2003, insiste sobre el<br />

hecho de que “las aplicaciones deberían ser amigables, accesibles a todos,<br />

abordables, adaptables a las necesidades locales <strong>en</strong> términos de culturas y de<br />

idiomas, y facilitar el desarrollo sost<strong>en</strong>ible”. Es por esa razón que convi<strong>en</strong>e p<strong>en</strong>sar<br />

el ciberespacio de otra manera, permiti<strong>en</strong>do a todos y a cada uno acceder a<br />

Internet <strong>en</strong> su propio idioma, p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> usos difer<strong>en</strong>tes adaptados a todas las<br />

poblaciones, especialm<strong>en</strong>te aquellas que funcionan sobre el modelo comunitario.<br />

Tomar <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta esto daría nacimi<strong>en</strong>to a la producción de aparatos y estructuras<br />

adaptadas, un despliegue que no puede hacerse sin el desarrollo de las industrias<br />

culturales locales y la implem<strong>en</strong>tación de modelos especificos a difer<strong>en</strong>tes<br />

contextos socioeconómicos. Pero esta expresión de las culturas se inscribe <strong>en</strong><br />

una relación de fuerza que convi<strong>en</strong>e matizar. Para la Red Internacional por la<br />

Diversidad Cultural [8], se trata antes que nada de introducir <strong>en</strong> el Conv<strong>en</strong>io,<br />

“medidas eficaces que permitirían a los países <strong>en</strong> desarrollo dotarse de<br />

herrami<strong>en</strong>tas eficaces de producción y de difusión”.<br />

Hacia un nuevo <strong>en</strong>foque de la diversidad cultural<br />

Si bi<strong>en</strong> la diversidad cultural es compr<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral tomando es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te<br />

como fundam<strong>en</strong>to distinciones binarias: cultura moderna/cultura local, la realidad<br />

de la diversidad cultural no es binaria, sino que se des provi<strong>en</strong>e del respeto y de<br />

la aceptación de las difer<strong>en</strong>cias, del diálogo y de la búsqueda de valores comunes<br />

para salir del monologismo que caracteriza a la sociedad de la información. La<br />

Declaración indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de la sociedad civil <strong>en</strong> la SMSI de Ginebra <strong>en</strong> 2003<br />

m<strong>en</strong>ciona por otra parte que cada cultura posee una dignidad y un valor que<br />

deb<strong>en</strong> ser respetados y preservados [9].<br />

En este nuevo contexto, la diversidad se convierte <strong>en</strong> una manera de abordar el<br />

mejorami<strong>en</strong>to de nuestra vida <strong>en</strong> común, cuyo fundam<strong>en</strong>to es la aceptación de<br />

una visión plural del mundo [10]. Se ve <strong>en</strong>tonces que la diversidad cultural es<br />

percibida aquí como integración y no como superposición o yuxtaposición de<br />

culturas, y que la sociedad de la información <strong>en</strong> la cual ella se expresa es ante<br />

todo una sociedad de saberes compartidos.<br />

En efecto, la noción de diversidad cultural nos remite a dos realidades bastantes<br />

distintas. Existe para empezar una primera concepción c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> las artes y <strong>en</strong><br />

las letras, que remite a su vez a la expresión cultural de una comunidad o de un<br />

grupo y que <strong>en</strong>globa la creación cultural bajo todas sus formas. Seguidam<strong>en</strong>te<br />

están los modos de vida, los derechos fundam<strong>en</strong>tales del ser humano, los<br />

sistemas de valores, las tradiciones y las cre<strong>en</strong>cias que remit<strong>en</strong> a una perspectiva<br />

más sociológica o antropológica de la cultura. Pero adhiri<strong>en</strong>do a una u otra<br />

concepción, se puede conv<strong>en</strong>ir <strong>en</strong> que el contexto social dominado por las<br />

tecnologías de la información y de la comunicación, necesita la implem<strong>en</strong>tación<br />

de medidas que sean a la vez incitativas y limitativas, que prevaleci<strong>en</strong>do sobre los<br />

acuerdos de la Organización Mundial del Comercio. De esta manera los debates<br />

actuales llegan hasta pedir, por ejemplo, que los países desarrollados se<br />

comprometan a aum<strong>en</strong>tar la parte de mercado que destinan a los profesionales,<br />

artistas y otros creadores de los países <strong>en</strong> desarrollo. Pero esta propuesta, que<br />

recuerda fuertem<strong>en</strong>te los debates sobre el Nuevo Ord<strong>en</strong> Mundial de la<br />

Información y de la Comunicación a propósito del reequilibrio de los flujos, suscita


por supuesto la oposición de los Estados que pose<strong>en</strong> las industrias culturales más<br />

grandes. Sin embargo, la pregunta que planteamos aquí se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> la base<br />

misma de la edificación de una sociedad de la información accesible para todos.


Infraestructura y acceso universal<br />

Raphaël Ntambue<br />

Las nociones de infraestructura y de acceso universal se aplican a realidades<br />

diversas. Se habla así de infraestructura vial, de infraestructura de<br />

telecomunicaciones, de acceso universal al conocimi<strong>en</strong>to, a los medicam<strong>en</strong>tos, a<br />

la información, a las tecnologías de la comunicación, etc. Lo que muestra la<br />

importancia de estos términos, pero también favorece su ambigüedad.<br />

De igual manera, estos términos transportan ideologías difer<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong>tre otras, la<br />

imposibilidad de desarrollar una sociedad sin infraestructuras ni acceso universal,<br />

el proyecto de servicio universal y el ideal de una sociedad que distribuye a todos<br />

los esfuerzos de todos. La literatura actual sobre la “sociedad de la información”<br />

deja aparecer así la infraestructura de comunicación como la base o la condición<br />

sine qua non del acceso universal al saber. Este último, a su vez, se pres<strong>en</strong>ta<br />

como la motivación principal, o mejor, el término <strong>en</strong> el cual debería desembocar el<br />

proceso de despliegue de las infraestructuras. Y aunque esconde los intereses<br />

económicos de aquellos que implem<strong>en</strong>tan su cont<strong>en</strong>ido, el concepto de acceso<br />

universal parece cristalizar por el mom<strong>en</strong>to la esperanza social y la ética de la<br />

distribución de las consecu<strong>en</strong>cias de la revolución digital.<br />

Se llega <strong>en</strong>tonces a una expresión que traduce las relaciones <strong>en</strong>tre estos dos<br />

conceptos, a saber, “infraestructura de acceso universal”. Lo es<strong>en</strong>cial de ésta se<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> su despliegue y su repartición sobre el conjunto de un territorio, que<br />

puede ser mundial, <strong>en</strong> condiciones accesibles para todos. Ello implica el concepto<br />

de interoperabilidad, que remite a la intercomunicabilidad de los sistemas<br />

idénticos o difer<strong>en</strong>tes.<br />

Los términos “infraestructura” y “acceso universal”, así como sus relaciones,<br />

sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do, <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, polisémicos e ideológicos. Para hacer<br />

compr<strong>en</strong>der sus implicancias y su significación actual, recordaremos, según un<br />

abordaje histórico, los contextos que le confier<strong>en</strong> tal o cual s<strong>en</strong>tido, tal o cual<br />

importancia, limitándonos al campo de las tecnologías de la información y de la<br />

comunicación (TIC).<br />

El largo camino del concepto de infraestructura<br />

Este concepto adquiere una importancia preponderante <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de la<br />

ruptura epistemológica de las ci<strong>en</strong>cias de la naturaleza <strong>en</strong> el siglo XVII occid<strong>en</strong>tal,<br />

a partir del cual se pone énfasis sobre la experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> laboratorio, sobre los<br />

métodos inductivos es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te experim<strong>en</strong>tales, y sobre las condiciones


materiales del conocimi<strong>en</strong>to.[1] Slogans de la época, como “conocer es fabricar”,<br />

“el mundo es desconocido, y por conocer”, etc., refuerzan <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia las<br />

ideas de logística, utilería, visibilidad y de algo palpable sobre las que se apoya<br />

por definición la noción de infraestructura.<br />

El mom<strong>en</strong>to de apoteosis ideológica del término “infraestructura” coincide con el<br />

adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to del p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to marxista <strong>en</strong> los siglos XIX y XX. La infraestructura<br />

compr<strong>en</strong>de y significa el conjunto de las fuerzas de producción (medios de<br />

producción, fuerza de trabajo o capacidad físico - intelectual de los trabajadores) y<br />

de las relaciones de producción (formas de propiedad, organización de las clases<br />

sociales, sistemas de repartición de los ingresos). Se opone a la superestructura<br />

fundada por ella y que remite a las difer<strong>en</strong>tes formas de conci<strong>en</strong>cia social<br />

(ideología, religión, filosofía) y al aparato político - jurídico (administración,<br />

estructura política). La infraestructura ya está limitada a la logística, lo político la<br />

convierte <strong>en</strong> una prioridad, aquellos que se ocupan de ella gozan de un bu<strong>en</strong><br />

estatus social, <strong>en</strong> suma, ella refleja la vivacidad y el grado de organización de la<br />

sociedad.<br />

El auge de las telecomunicaciones a principios del siglo XX permite aplicar el<br />

concepto de infraestructura al conjunto de las redes, datos y equipami<strong>en</strong>tos de las<br />

telecomunicaciones.<br />

La expresión “infraestructura de las telecomunicaciones” remite <strong>en</strong>tonces a todo lo<br />

que permite físicam<strong>en</strong>te la transmisión analógica de las informaciones. Esta<br />

acepción perdurará hasta el adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la telemática, hacia fines de los<br />

años 60. Ella conlleva la distinción <strong>en</strong>tre infraestructura pesada y liviana de la<br />

comunicación.<br />

La revolución digital, marcada por el sello de un alfabeto de dos letras (0 y 1) al<br />

que se atribuye poder expresar todo por medio de una máquina que “hace hacer”<br />

<strong>en</strong> lugar del hombre, irrumpe desde fines de la primera mitad del siglo XX. Ella<br />

abre un nuevo campo de aplicación del concepto de infraestructura. Este último,<br />

convertido <strong>en</strong> “infraestructura informática” disminuye <strong>en</strong> primer lugar su campo<br />

semántico para evocar solam<strong>en</strong>te la arquitectura informática. Más adelante,<br />

aum<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> d<strong>en</strong>sidad para expresar el conjunto de los materiales informáticos, de<br />

softwares, de normas de interface. La novedad de la expresión, es que asocia a la<br />

idea de lo “concreto” que explota lo material, a la idea de lo “abstracto” que<br />

expresan el software y su proceso de modelización. Bi<strong>en</strong>es materiales y bi<strong>en</strong>es<br />

inmateriales forman, de ahora <strong>en</strong> más, parte de la infraestructura.<br />

El adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de Internet amplió aún más la semántica de la infraestructura,<br />

ext<strong>en</strong>diéndola a la estructura de malla, acoplada a la vez con la comunicación por<br />

paquete, los protocolos de intercambio, la interface Web (instalada a partir de<br />

1992) y los estándares de comunicación (http, htlm, XML). El equipami<strong>en</strong>to de la<br />

red informática se volvió pesado con la arquitectura clásica de las<br />

telecomunicaciones. Nuevos conceptos aparec<strong>en</strong>: “infraestructura de telemática”,<br />

“infraestructura del sistema de información”, etc. Esta significación de<br />

infraestructura es la que ha sost<strong>en</strong>ido las relaciones internacionales sobre los<br />

accesos Internet mundiales, donde se trató de tasas de crecimi<strong>en</strong>to de las redes,<br />

así como del número de servidores, de POP locales, de puntos de acceso, de<br />

conexión física, de cibercafés, de ord<strong>en</strong>adores por habitante, de mercado del<br />

software, etc. Pero la importancia atribuida tanto al cont<strong>en</strong>ido de la red o a la<br />

información así como a los modos de producción o de funcionami<strong>en</strong>to de las


infraestructuras, justificó un nuevo concepto, el de la “infoestructura” que se sitúa<br />

<strong>en</strong>tre las nociones marxistas de infraestructura y de superestructura y que remite<br />

a los dispositivos no físicos de la infraestructura (lo inmaterial, las normas, la<br />

reglam<strong>en</strong>tación, etc.).<br />

El contexto de la globalización de los intercambios económicos, o mejor, de la<br />

ext<strong>en</strong>sión de los mercados de productos de información, permitió consolidar la<br />

ideología de despliegue de la infraestructura de telemática a todos los rincones<br />

del mundo. Los discursos políticos internacionales de fines del siglo XX refer<strong>en</strong>tes<br />

a las TIC, probablem<strong>en</strong>te influ<strong>en</strong>ciados por el norteamericano pronunciado <strong>en</strong><br />

1992 por Al Gore, <strong>en</strong>tonces vicepresid<strong>en</strong>te de los Estados Unidos, recurrieron al<br />

concepto de “infraestructura global de comunicación” (IGC). En un contexto de<br />

voluntad política americana de promover una sociedad fundada sobre las<br />

“autopistas de la información” cuya tecnología y cuyo comercio eran manejados<br />

<strong>en</strong>tonces por los Estados Unidos, este concepto remite a todo material y software<br />

capaz de democratizar tanto el cont<strong>en</strong>ido circulante sobre la red informática<br />

mundial como los servicios universales de telecomunicación. Se trata de toda<br />

infraestructura que se base sobre las técnicas de digitalización y sobre la<br />

converg<strong>en</strong>cia, es decir sobre la integración continua de las telecomunicaciones, la<br />

informática y los multimedia. Ella se aplica, <strong>en</strong>tre otros, a la educación, la salud, la<br />

economía, la investigación, <strong>en</strong> suma, a todos los sectores de la vida de los<br />

Estados.<br />

Acceso, cont<strong>en</strong>ido y servicios, forman actualm<strong>en</strong>te un cuerpo con el nuevo<br />

concepto de infraestructura. Alrededor de este último, grupos de intereses se<br />

constituy<strong>en</strong>, a veces por una estrategia de hegemonía económica, otras veces<br />

para dr<strong>en</strong>ar la ayuda internacional hacia zonas de solidaridad prioritaria. En ese<br />

contexto nace la Comisión de Infraestructura Mundial de la Información (GIIC),<br />

que instala, sin resultado notable, la Comisión de la Infraestructura Mundial de la<br />

Información para el Africa, con miras a apoyar al sector privado africano que<br />

trabaja <strong>en</strong> el campo de las industrias del conocimi<strong>en</strong>to y de la información. El<br />

NEPAD sigue este movimi<strong>en</strong>to previ<strong>en</strong>do una parte prioritaria de financiami<strong>en</strong>to<br />

de las infraestructuras de la información y de la comunicación. Las instituciones<br />

de Breton Wood (Grupo del Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional)<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran igualm<strong>en</strong>te aquí la ocasión de anunciar inversiones a favor de las<br />

empresas privadas, <strong>en</strong> vastos programas de despliegue de infraestructuras de<br />

comunicación cuya realización se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra actualm<strong>en</strong>te mitigada.<br />

En este contexto de IGC y de GIIC aparece otra noción para poder ser aplicada a<br />

los Estados. Se trata de “infraestructura nacional de información y de la<br />

comunicación” (NICI), que evoca aquí el conjunto de equipami<strong>en</strong>tos que se<br />

inscrib<strong>en</strong> <strong>en</strong> políticas públicas de los Estados <strong>en</strong> materia de las TIC. En la<br />

práctica, según esta acepción, el Estado africano no ha jugado un rol específico<br />

<strong>en</strong> el despliegue de las infraestructuras “pre Internet” antes de 1990. Y cuando se<br />

inició <strong>en</strong> la conectividad Internet, usando su monopolio <strong>en</strong> el sector de las<br />

telecomunicaciones, se <strong>en</strong>contró muy pronto superado, por una parte, por las<br />

iniciativas de liberalización de los organismos internacionales (Banco Mundial,<br />

FMI, empresas del Norte), y por otra, por la “proliferación de actividades no<br />

controladas y transnacionales” [2].<br />

La Comisión económica de la ONU para el Africa (CEA) ha ampliado esta noción<br />

de NICI a “la reglam<strong>en</strong>tación, el <strong>en</strong>torno favorable, (...) de los procedimi<strong>en</strong>tos que<br />

pued<strong>en</strong> llevar a las actividades ligadas a las NICI, (así como al) desarrollo de los


ecursos humanos” [3]. Lo que se aproxima a la concepción marxista de<br />

infraestructura y a la noción de infoestructura.<br />

Necesidades y problemas actuales, preguntas y desafíos que v<strong>en</strong>drán<br />

Podemos sacar de estas acepciones de infraestructura cinco consecu<strong>en</strong>cias<br />

mayores:<br />

1. La infraestructura es el conjunto de respuestas materiales, de software y<br />

reglam<strong>en</strong>tarias a los desafíos de comunicar de una sociedad determinada. Ella es<br />

s<strong>en</strong>tida como “necesidad” y expresada como “problema” <strong>en</strong> función, no solam<strong>en</strong>te<br />

de los objetivos y de las metas a alcanzar <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to dado, sino también del<br />

modo de compr<strong>en</strong>sión o de los hábitos variables de comunicar de una persona o<br />

de una colectividad. Estos factores (metas, objetivos, hábitos, etc.) explican <strong>en</strong><br />

gran parte los conflictos de interpretación de las necesidades de infraestructura<br />

que surg<strong>en</strong> a m<strong>en</strong>udo <strong>en</strong> ocasión de la elección de los equipami<strong>en</strong>tos a desplegar<br />

<strong>en</strong> los países <strong>en</strong> desarrollo. ¿Acaso estos últimos tuvieron alguna vez la opción<br />

de tecnología y de normas de interoperabilidad <strong>en</strong> el contexto de la cooperación<br />

para el desarrollo? Y aunque hubieran t<strong>en</strong>ido esa opción ¿acaso ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las<br />

compet<strong>en</strong>cias necesarias y los medios sufici<strong>en</strong>tes para desarrollar la lógica<br />

interna de las infraestructuras?<br />

2. La infraestructura es también un problema a resolver. Se trata de ponerla al día<br />

y de desplegarla <strong>en</strong> todos los lugares donde debe jugar su rol. Este doble desafío<br />

es el que los Estados y las empresas expresan g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> sus políticas<br />

prioritarias <strong>en</strong> materia de infraestructura. Por ejemplo, <strong>en</strong> 2003, las prioridades de<br />

los países de la OCDE se referían a los despliegues nacionales de alta velocidad,<br />

la instalación de estructuras que garantizan el pago electrónico y la<br />

“normalización” de los equipos digitales [4]. En Africa, son más bi<strong>en</strong> el aum<strong>en</strong>to<br />

del ancho de banda, la conexión de las ciudades secundarias, la interconexión de<br />

las difer<strong>en</strong>tes redes de telefonía móvil y los equipami<strong>en</strong>tos WIFI para un Internet<br />

sin cable. Estas soluciones son sost<strong>en</strong>idas desde arriba por los proyectos<br />

mediáticos de constelación satelital iniciados bajo el concepto de RASCOM y el<br />

proyecto de conectividad por cable submarino que Africa One trató p<strong>en</strong>osam<strong>en</strong>te<br />

de realizar. La pregunta que se plantea a m<strong>en</strong>udo es la de saber si la<br />

infraestructura propuesta o difundida <strong>en</strong> el Sur debe ser adaptada o debe hacer<br />

estallar el contexto de pobreza o de escasez de compet<strong>en</strong>cia.<br />

3. La relatividad de la necesidad y de la importancia atribuida a la infraestructura,<br />

a causa del costo elevado o del desc<strong>en</strong>so de r<strong>en</strong>tabilidad de aquella. Varias<br />

empresas prefier<strong>en</strong> así desarrollarse y especializarse <strong>en</strong> los servicios que se cree<br />

darán un trabajo perman<strong>en</strong>te, antes que proseguir la actividad de producción de<br />

los equipami<strong>en</strong>tos considerada comercialm<strong>en</strong>te muy restrictiva. Se puede<br />

compr<strong>en</strong>der <strong>en</strong>tonces por qué se aconseja a los países del Sur que se ori<strong>en</strong>t<strong>en</strong><br />

hacia el desarrollo de los servicios. Semejante opción es, por cierto, estratégica,<br />

pero ¿garantiza un mínimo de indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia tecnológica y comercial de los<br />

países <strong>en</strong> desarrollo?<br />

4. La diversidad tecnológica (panoplia de técnicas) y su diversificación (acceso<br />

por cable y por satélite) concurr<strong>en</strong> a la complejidad y al progreso constante de la<br />

infraestructura. Lo que plantea el problema de disponer perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de las<br />

compet<strong>en</strong>cias nacionales que necesitan igualm<strong>en</strong>te los promotores exteriores de<br />

equipami<strong>en</strong>tos. El despliegue óptimo de las infraestructuras se vuelve de este


modo tributario del desarrollo de las compet<strong>en</strong>cias y necesita la formación de<br />

recursos humanos.<br />

5. Grandes inversiones son esperadas para la investigación y la instalación de las<br />

infraestructuras pesadas. Lo que precipita a los países <strong>en</strong> desarrollo “sin dinero”<br />

no solam<strong>en</strong>te a alianzas complicadas con difer<strong>en</strong>tes donantes y diversas<br />

empresas del Norte, sino también a negociaciones regionales g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te muy<br />

largas <strong>en</strong> torno a estatutos o formas jurídicas de las sociedades llamadas a<br />

administrar proyectos de infraestructuras regionales. Estas han permitido la<br />

ocasión, para los Estados del Sur, de volver a <strong>en</strong>deudarse y de dep<strong>en</strong>der<br />

sistemáticam<strong>en</strong>te de los det<strong>en</strong>tadores americanos, europeos y asiáticos (Japón,<br />

China) de soluciones tecnológicas y capitales. ¿Hay alternativas a estas<br />

dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias a m<strong>en</strong>udo no r<strong>en</strong>tables?¿Cuáles son los márg<strong>en</strong>es de maniobra de<br />

los Estados <strong>en</strong> la definición de los roles de estos det<strong>en</strong>tadores de soluciones <strong>en</strong> el<br />

desarrollo nacional? ¿Cómo proteger las inversiones anteriores y futuras ante el<br />

progreso rápido de las infraestructuras? ¿Hay que adoptar la estrategia de la<br />

“revolución”, que obliga a cambiar todo el equipo antiguo, o la de la “evolución”<br />

que adapta las soluciones tecnológicas del pasado a las innovaciones reci<strong>en</strong>tes?<br />

El grupo de trabajo sobre el financiami<strong>en</strong>to de las infraestructuras del CMSI trató<br />

de at<strong>en</strong>der a estos desafíos y su informe parece provocar más preguntas que<br />

resolver problemas [5].<br />

Acceso universal: la nueva frontera<br />

El acceso universal es compr<strong>en</strong>dido como la posibilidad, para todo ciudadano de<br />

este mundo, cualquiera sea su grado de compet<strong>en</strong>cia digital y su situación<br />

geográfica y socioeconómica, de crear y/o utilizar por sí mismo o por mediación<br />

las redes telemáticas previam<strong>en</strong>te instaladas <strong>en</strong> su medio, así como de <strong>en</strong>contrar<br />

y de poner <strong>en</strong> la Net las informaciones útiles para su proyecto de vida.<br />

El concepto de acceso universal supone <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia la proximidad y la<br />

disponibilidad de las redes digitales y su interoperabilidad, el servicio universal (a<br />

alta velocidad, por ejemplo), el uso y la accesibilidad para todos a la tecnología y<br />

a la información, la capacidad de interpretar los datos, así como la participación<br />

<strong>en</strong> la r<strong>en</strong>ovación del sistema y del cont<strong>en</strong>ido de la Web. Lo que obliga a los<br />

Estados a tomar diversas iniciativas que van <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de la formación de los<br />

ciudadanos, del equipami<strong>en</strong>to adaptado, de la accesibilidad económica, etc.<br />

En la medida <strong>en</strong> que se trata de implicar y de hacer b<strong>en</strong>eficiar a todos de las<br />

oportunidades de las TIC, el acceso universal requiere tomar <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta las<br />

particularidades regionales, físicas y sociales (diversidad lingüística, cultural y<br />

social) <strong>en</strong> el proceso de la producción industrial de la infraestructura. Es el s<strong>en</strong>tido<br />

del discurso que había desarrollado la Comisión Europea <strong>en</strong> los años 1990,<br />

principalm<strong>en</strong>te el Libro blanco sobre el crecimi<strong>en</strong>to, la competitividad y el empleo<br />

pres<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> 1993 por Jacques Delors, el <strong>en</strong>tonces Presid<strong>en</strong>te [6]. La Ag<strong>en</strong>ce<br />

internationale de la Francophonie se manifestó también <strong>en</strong> el mismo s<strong>en</strong>tido<br />

insisti<strong>en</strong>do sobre la producción y la promoción de software <strong>en</strong> idioma francés [7].<br />

La noción de acceso universal se pres<strong>en</strong>ta así como una respuesta a un modo<br />

desigual de acceso, de uso y de participación <strong>en</strong> la elaboración de los productos<br />

de la información. Esa es toda la implicancia sociopolítica del concepto <strong>en</strong> el<br />

contexto de las TIC. Se sabe, por ejemplo, que <strong>en</strong> los años 1990, los proyectos de<br />

difusión de las nuevas tecnologías <strong>en</strong> los países del Sur se adecuaban y


eflejaban las metas particulares de los donantes de fondos. Los accesos eran<br />

restrictivos y reservados a usuarios privilegiados, los precios excesivos, los<br />

puntos de acceso escasos, los monopolios de algunas l<strong>en</strong>guas, el inglés a la<br />

cabeza, las interfaces exclusivas para categorías sociales (ciegos), el carácter<br />

obsoleto de los sistemas informáticos, etc.<br />

Fue <strong>en</strong>tonces necesario debatir a nivel internacional [8] las implicancias sociales<br />

de las TIC <strong>en</strong> el mundo para ver emerger sinergias alrededor del concepto de<br />

acceso universal. P<strong>en</strong>semos <strong>en</strong> el <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro de los G8 de Okinawa, las<br />

confer<strong>en</strong>cias regionales sobre el tema de inserción digital, y el establecimi<strong>en</strong>to de<br />

las instituciones globales (difunto GEANT del G8, UN - ICT TASK FORCE, GKN,<br />

etc), <strong>en</strong>cargadas de ori<strong>en</strong>tar a la comunidad internacional y de proponer<br />

respuestas a escala mundial a lo que se llama la “fractura digital”. De las<br />

difer<strong>en</strong>tes fases de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información<br />

(CMSI), precedida por confer<strong>en</strong>cias regionales preparatorias, se despr<strong>en</strong>de<br />

<strong>en</strong>tonces un cons<strong>en</strong>so de acceso universal. La idea de una infraestructura global<br />

de comunicación para democratizar el acceso a las TIC se precisa y se reafirma.<br />

La UIT puede así definir, <strong>en</strong> 1998, su acepción de acceso universal que incluye,<br />

no solam<strong>en</strong>te la noción de una infraestructura flexible capaz de responder a las<br />

necesidades de todos los utilizadores, sino también el pot<strong>en</strong>cial de las<br />

modalidades de acceso colectivo (telec<strong>en</strong>tros) o de c<strong>en</strong>tros de acceso comunitario<br />

[9]. Al mismo tiempo, las instrucciones de construcción de sitios Web integran de<br />

ahora <strong>en</strong> más la necesidad de legibilidad universal de los mismos. Es la<br />

significación que adopta el World Wide Web Consortium (W3C) que propone <strong>en</strong><br />

1999 la idea de accesibilidad unilateral a todos los recursos de la Web [10]. El<br />

movimi<strong>en</strong>to de los software libres puede a su vez exigir la apertura de los códigos<br />

fu<strong>en</strong>te para hacer participar a todos <strong>en</strong> la innovación de los software suprimi<strong>en</strong>do<br />

las limitaciones legales, económicas y tecnológicas.<br />

Sin embargo, el acceso universal no es una panacea. Queda por saber si aquello<br />

a lo que se ti<strong>en</strong>e acceso participa <strong>en</strong> el mejorami<strong>en</strong>to tanto de la vida como de las<br />

relaciones <strong>en</strong>tre humanos. Lo que no siempre es evid<strong>en</strong>te. Porque, la tela mundial<br />

es también el esc<strong>en</strong>ario de los contrarios y de las relaciones de fuerza, y las<br />

infraestructuras de acceso, como la alta velocidad, deb<strong>en</strong> pasar por ásperas<br />

negociaciones de intereses para poder ser puestas <strong>en</strong> práctica.<br />

Infraestructura de acceso<br />

Este concepto expresa las relaciones inextricables <strong>en</strong>tre infraestructuras y acceso<br />

universal. Traduce ciertam<strong>en</strong>te su carácter complem<strong>en</strong>tario. Pero, de hecho, los<br />

proyectos de despliegue de las infraestructuras acarrean, ante todo, intereses<br />

económicos que van a veces <strong>en</strong> contra del acceso universal <strong>en</strong> un régim<strong>en</strong> de<br />

compet<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre proveedores. De todos modos el proyecto de mejorami<strong>en</strong>to<br />

técnico - ci<strong>en</strong>tífico y de difusión social de las infraestructuras se refiere a la<br />

necesidad absoluta de acceso universal. Lo que, por otra parte, garantiza la<br />

ext<strong>en</strong>sión del mercado de los productos de comunicación.<br />

Los desafíos sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do numerosos: desarrollar las capacidades ciudadanas<br />

de selección ante el volum<strong>en</strong> de información de la red telemática y a la panoplia<br />

de tecnologías de acceso, la adaptabilidad a la evolución rápida de las<br />

infraestructuras, la accesibilidad para las personas discapacitadas, la vigilancia de<br />

la compet<strong>en</strong>cia digital o de los conocimi<strong>en</strong>tos indisp<strong>en</strong>sables a la participación <strong>en</strong>


la sociedad de la información <strong>en</strong> curso, la elaboración de presupuestos de los<br />

gastos de infraestructuras, etc.<br />

Resulta de este análisis que el concepto de acceso universal remite simplem<strong>en</strong>te<br />

a la democratización de los accesos y usos de las TIC. La noción de<br />

infraestructura evoca la matriz tecnológica, reglam<strong>en</strong>taria y organizacional de esta<br />

democratización. La relación <strong>en</strong>tre estos dos conceptos expresa las relaciones de<br />

reciclaje mutuo y de causalidad recíproca <strong>en</strong>tre ellos, a condición de colocarse <strong>en</strong><br />

el contexto donde el acceso del mayor número sirve de leitmotiv a las empresas<br />

que crean productos de información, y donde las infraestructuras obedec<strong>en</strong> a los<br />

principios de interoperabilidad, normalización internacional y contabilidad <strong>en</strong>tre<br />

ellas.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, el desafío de palabras reside <strong>en</strong> la formulación de las políticas<br />

sociales que garantic<strong>en</strong> el despliegue de las infraestructuras de comunicación y el<br />

acceso universal a la red digital, a su cont<strong>en</strong>ido, a su gestión y a su producción.


La Brecha digital<br />

Kemly Camacho<br />

La brecha digital es probablem<strong>en</strong>te uno de los primeros conceptos con que se<br />

inicia la reflexión alrededor del tema del impacto social de las tecnologías de<br />

información y comunicación (TIC). Desde <strong>en</strong>tonces se percibe que estas<br />

tecnologías van a producir difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> las oportunidades de desarrollo de las<br />

poblaciones y que se establecerá una distancia <strong>en</strong>tre aquellas que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> o no<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso a las mismas.<br />

Desarrollo y solidaridad digital<br />

Para hacer una revisión histórica del concepto hay que recordar que, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral,<br />

la relación <strong>en</strong>tre tecnología y desarrollo ha sido muy frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te percibida<br />

como una relación lineal. Inclusive, <strong>en</strong> los años 60-70, se propiciaron - al m<strong>en</strong>os<br />

<strong>en</strong> Latinoamérica - una gran cantidad de programas nacionales con el apoyo de<br />

los organismos internacionales y bilaterales ori<strong>en</strong>tados a la “transfer<strong>en</strong>cia<br />

tecnológica” de los países desarrollados hacia los países pobres. Aunque <strong>en</strong> esta<br />

ocasión se referían principalm<strong>en</strong>te a la transfer<strong>en</strong>cia tecnológica ori<strong>en</strong>tada a la<br />

producción industrial ya se suponía que la disponibilidad de tecnología produciría<br />

desarrollo.<br />

Cuando, alrededor del año 1978, <strong>en</strong> los países ricos se dio el auge del desarrollo<br />

informático se discutía sobre el impacto de esta tecnología <strong>en</strong> el desarrollo. Con<br />

este propósito la UNESCO crea un organismo intergubernam<strong>en</strong>tal de informática<br />

(IBI) cuyo propósito es crear las condiciones para que los países pobres lograran<br />

su crecimi<strong>en</strong>to informático y con eso se redujera la brecha con los países ricos.<br />

Es <strong>en</strong>tonces desde la informática y no necesariam<strong>en</strong>te desde la expansión de la<br />

Internet que se comi<strong>en</strong>za a construir el discurso sobre la brecha digital.<br />

“La adopción de la informática por los países del Tercer mundo y la aplicación de<br />

una política <strong>en</strong> este ámbito les permitirá acceder al mismo nivel de desarrollo que<br />

los países industrializados.<br />

La experi<strong>en</strong>cia de los países industrializados prueba que la informática, nacida<br />

del progreso, puede, a cambio, acelerar el desarrollo. Si los países <strong>en</strong> desarrollo<br />

logran dominarla, puede incluso, gracias a una mejor administración de los<br />

recursos, contribuir a at<strong>en</strong>uar la brecha que los separa de los países<br />

poderosos”[1]<br />

Este discurso se g<strong>en</strong>eraliza posteriorm<strong>en</strong>te con la expansión de la Internet. En el<br />

año 2000 <strong>en</strong> Okinawa, el G7 [2] define como uno de sus principales nortes el


desarrollo de la sociedad de la información (global information society) y crea la<br />

Dot Force con el propósito de integrar esfuerzos internacionales y <strong>en</strong>contrar<br />

maneras efectivas de reducir la brecha digital. Aunque ese docum<strong>en</strong>to no da una<br />

definición precisa de la brecha digital, se puede deducir que se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de como la<br />

inclusión o exclusión de los b<strong>en</strong>eficios de la sociedad de la información.<br />

“R<strong>en</strong>ovamos nuestro compromiso con el principio de inclusión: todo el mundo,<br />

donde sea que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre, debe t<strong>en</strong>er la posibilidad de participar; nadie debe<br />

quedar excluido de los b<strong>en</strong>eficios de la sociedad de la información.” [3]<br />

Otro hito <strong>en</strong> la construcción del concepto se da <strong>en</strong> la Cumbre de la Sociedad de la<br />

Información <strong>en</strong> Ginebra, 2003 [4] cuyo tema de convocatoria es precisam<strong>en</strong>te la<br />

reducción de la brecha digital. Se compr<strong>en</strong>de que la misma se reducirá con el<br />

acceso a las TIC y con la creación de oportunidades digitales. En esta Cumbre se<br />

propone como estrategia la solidaridad digital de los países ricos con los países<br />

<strong>en</strong> desarrollo.<br />

“Reconocemos que la construcción de una Sociedad de la Información<br />

integradora requiere nuevas modalidades de solidaridad, asociación y<br />

cooperación <strong>en</strong>tre los gobiernos y demás partes interesadas, es decir, el sector<br />

privado, la sociedad civil y las organizaciones internacionales. Reconoci<strong>en</strong>do que<br />

el ambicioso objetivo de la pres<strong>en</strong>te Declaración -colmar la brecha digital y<br />

garantizar un desarrollo armonioso, justo y equitativo para todos- exigirá un<br />

compromiso sólido de todas las partes interesadas, hacemos un llamami<strong>en</strong>to a la<br />

solidaridad digital, <strong>en</strong> los planos nacional e internacional.” [5]<br />

Posterior a la Cumbre del 2003, se crea la UN ICT Task Force (Fuerza de Tarea<br />

de TIC de la ONU) que sustituye <strong>en</strong> cierta medida la Dot Force y cuyo objetivo<br />

principal es relacionar el uso de las TIC con la consecución de los objetivos del<br />

mil<strong>en</strong>io también definidos por las Naciones Unidas. Con este acercami<strong>en</strong>to se<br />

pret<strong>en</strong>de explicitar cómo las tecnologías de información y comunicación pued<strong>en</strong><br />

ser utilizadas como instrum<strong>en</strong>to de desarrollo. Otro aspecto importante de<br />

rescatar de esta propuesta es que ya no se habla solam<strong>en</strong>te de la Internet sino de<br />

otras tecnologías de información y comunicación como la telefonía móvil.<br />

La UN ICT Task Force define la brecha digital de la sigui<strong>en</strong>te manera:<br />

“En los últimos años, como consecu<strong>en</strong>cia de que las tecnologías de la<br />

información y de la comunicación se han convertido <strong>en</strong> la columna vertebral de la<br />

economía de la información mundial y de que han dado lugar a la sociedad de la<br />

información, se ha puesto mayor at<strong>en</strong>ción a la difer<strong>en</strong>cia de acceso a las TIC<br />

<strong>en</strong>tre los países desarrollados y los países <strong>en</strong> desarrollo. Esta difer<strong>en</strong>cia se<br />

conoce como la “brecha digital”. Pero ¿qué tan grande es? ¿Está creci<strong>en</strong>do o se<br />

está reduci<strong>en</strong>do?<br />

Una manera significativa de medir esta difer<strong>en</strong>cia de acceso a las TIC es estudiar<br />

las diverg<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre los países desarrollados y los países <strong>en</strong> desarrollo <strong>en</strong> lo<br />

concerni<strong>en</strong>te a la introducción de diversos servicios de TIC (teléfono, teléfono<br />

celular, internet) y de computadoras portátiles, <strong>en</strong> la última década. [...] La<br />

difer<strong>en</strong>cia se ha reducido visiblem<strong>en</strong>te, con un progreso particularm<strong>en</strong>te rápido <strong>en</strong><br />

el sector de los teléfonos celulares y <strong>en</strong> el uso de internet.”<br />

La UIT convoca, <strong>en</strong> el 2004, al ev<strong>en</strong>to “Building digital bridges” [6] <strong>en</strong> el cual se<br />

retoma el concepto de brecha digital a partir de las difer<strong>en</strong>cias de conectividad,<br />

ahora incluy<strong>en</strong>do además la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las velocidades de conexión, <strong>en</strong>tre el


dial up y el wireless por ejemplo.<br />

Los tres aspectos de la brecha digital<br />

También se posiciona <strong>en</strong> este ev<strong>en</strong>to de UIT que la brecha digital está basada <strong>en</strong><br />

aspectos de acceso pero también <strong>en</strong> los relacionados con el uso de las TIC. Se<br />

propon<strong>en</strong> tres tipos de brecha digital: la de acceso, basada <strong>en</strong> la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre<br />

las personas que pued<strong>en</strong> acceder y las que no a las TIC ; la de uso, basada <strong>en</strong><br />

las personas que sab<strong>en</strong> utilizarlas y las que no ; y las de la calidad del uso,<br />

basada <strong>en</strong> las difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre los mismos usuarios [7].<br />

Como puede deducirse, el concepto de brecha digital se ha modificado a través<br />

del tiempo. En un principio se refería básicam<strong>en</strong>te a los problemas de<br />

conectividad. Posteriorm<strong>en</strong>te, se empieza a introducir la preocupación por el<br />

desarrollo de las capacidades y habilidades requeridas para utilizar las TIC<br />

(capacitación y educación) y últimam<strong>en</strong>te también se hace refer<strong>en</strong>cia al uso de los<br />

recursos integrados <strong>en</strong> la tecnología. Así, el concepto de brecha digital incorpora<br />

los sigui<strong>en</strong>tes <strong>en</strong>foques básicam<strong>en</strong>te:<br />

a) El <strong>en</strong>foque hacia la infraestructura: o sea, la posibilidad/dificultad de<br />

disponer de computadoras conectadas a la red mundial. Esto incluye también el<br />

problema de servidores y de backbones. De hecho, los países del sur sigu<strong>en</strong><br />

dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de los equipami<strong>en</strong>tos del norte.<br />

b) El <strong>en</strong>foque hacia la capacitación: es decir, la capacidad/dificultad de usar<br />

estas tecnologías. Se empezó a contemplar que también existe una difer<strong>en</strong>cia<br />

relacionada con las habilidades y capacidades para utilizar adecuadam<strong>en</strong>te la<br />

tecnología y no solam<strong>en</strong>te con la posibilidad de disponer de computadoras. En<br />

este s<strong>en</strong>tido, se comi<strong>en</strong>za a desarrollar el concepto de alfabetización digital<br />

relacionado con el de brecha digital.<br />

c) El <strong>en</strong>foque hacia el uso de los recursos: se refiere a la limitación/posibilidad<br />

que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las personas para utilizar los recursos disponibles <strong>en</strong> la red. En los<br />

últimos tiempos, se ha integrado <strong>en</strong> el concepto de brecha digital las posibilidades<br />

de utilizar la tecnología no solam<strong>en</strong>te para acceder a la información, el<br />

conocimi<strong>en</strong>to sino también a un nuevo modo de educación y para aprovechar de<br />

las “nuevas oportunidades” como el desarrollo de los negocios, la at<strong>en</strong>ción<br />

médica <strong>en</strong> línea, el teletrabajo, el disfrute de nuevas formas de <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to y<br />

ocio.<br />

Basados <strong>en</strong> estos elem<strong>en</strong>tos, muchos de los organismos internacionales han<br />

definido una política de desarrollo ori<strong>en</strong>tada a la reducción de la brecha digital. Sin<br />

embargo, a pesar de la evolución <strong>en</strong> el concepto, se <strong>en</strong>fatiza principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el<br />

desarrollo de la infraestructura tecnológica. Las inversiones y las políticas<br />

nacionales para la reducción de la brecha digital sigu<strong>en</strong> ori<strong>en</strong>tadas principalm<strong>en</strong>te<br />

hacia el desarrollo de la conectividad.<br />

Una de las mejores maneras de concretar la compr<strong>en</strong>sión de un concepto es la<br />

forma <strong>en</strong> que este se le valora. En este s<strong>en</strong>tido, las más importantes mediciones<br />

de la brecha digital (e-readiness, UIT) están relacionadas con el grado de<br />

masificación del uso de las TIC <strong>en</strong>tre países, regiones, grupos o personas y se<br />

mide por variables como la disponibilidad de computadoras, la d<strong>en</strong>sidad telefónica<br />

y la velocidad de acceso por persona[8].<br />

Los imaginarios políticos de la brecha digital


Es importante visitar estas definiciones porque son refer<strong>en</strong>tes para la<br />

conformación de las políticas nacionales de tecnología. Primero t<strong>en</strong>emos que<br />

tomar <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el hecho de que, vinculados a la brecha digital, se muev<strong>en</strong> varios<br />

imaginarios sobre los cuales proponemos reflexionar. La difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el acceso a<br />

las tecnologías increm<strong>en</strong>tará las difer<strong>en</strong>cias sociales ya exist<strong>en</strong>tes.<br />

a) La ilusión de la relación causa-efecto<br />

Uno de los aspectos más delicados <strong>en</strong> la compr<strong>en</strong>sión de la brecha digital es la<br />

relación de causalidad que subyace <strong>en</strong> propuestas como la del sitio de CMSI. “Se<br />

ha hecho cada vez más grande la brecha que separa el conocimi<strong>en</strong>to de la<br />

ignorancia y los ricos de los pobres, tanto d<strong>en</strong>tro de cada país como <strong>en</strong>tre países”<br />

[9]<br />

En las definiciones se establece una relación directa <strong>en</strong>tre el acceso a la<br />

tecnología y las oportunidades de desarrollo (determinismo tecnológico),<br />

expresadas <strong>en</strong> mejores condiciones de bi<strong>en</strong>estar, reducción de la pobreza y<br />

mejorami<strong>en</strong>to de la calidad de vida. De la misma manera se establece lo<br />

contrario, es decir que un m<strong>en</strong>or acceso a las TIC implicará mayores dificultades<br />

para mejorar las condiciones de vida. Sin embargo, esta relación causa-efecto no<br />

se explica y las consecu<strong>en</strong>cias positivas y negativas que se produc<strong>en</strong><br />

directam<strong>en</strong>te del acceso a la tecnología aparec<strong>en</strong> como una solución mágica.<br />

Esta explicación causal implícita <strong>en</strong> el concepto oculta la complejidad de la brecha<br />

digital y la posible relación <strong>en</strong>tre la incorporación de las tecnologías <strong>en</strong> las<br />

dinámicas sociales y la transformación social que implica.<br />

Para los grupos sociales que posicionan un nuevo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to de este<br />

concepto, los factores que pued<strong>en</strong> pot<strong>en</strong>ciar el uso de la tecnología como<br />

instrum<strong>en</strong>to de desarrollo son diversos, complejos y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> interrelaciones <strong>en</strong>tre sí<br />

que dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> del contexto, la cultura y la historia del grupo <strong>en</strong> el que estas se<br />

incorporan.<br />

Entonces, se puede decir que las tecnologías de información y comunicación<br />

pued<strong>en</strong> ser un elem<strong>en</strong>to que pot<strong>en</strong>cia del desarrollo, pero hacer efectivo este<br />

pot<strong>en</strong>cial dep<strong>en</strong>de de aspectos organizativos, de desarrollo de habilidades y<br />

capacidades, de acciones de integración d<strong>en</strong>tro de la id<strong>en</strong>tidad cultural y social<br />

del grupo, de modificación de procesos sociales, <strong>en</strong>tre otros.<br />

Cuando un grupo social se apropia de la tecnología, es capaz no solam<strong>en</strong>te de<br />

usarla para transformar sus propias condiciones de vida, sino que la transforma a<br />

ella misma por medio de procesos de innovación tecnológica con id<strong>en</strong>tidad social.<br />

b) Los “incluidos” de la sociedad de la información podrán participar <strong>en</strong> la<br />

construcción de una “nueva sociedad”<br />

Las TIC serán un elem<strong>en</strong>to dinamizador fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> la sociedad. Por<br />

consigui<strong>en</strong>te qui<strong>en</strong>es, individual y colectivam<strong>en</strong>te, logr<strong>en</strong> desarrollar la<br />

infraestructura y las capacidades para utilizarlas serán privilegiados, t<strong>en</strong>drán<br />

mayor capacidad de decisión e influirán la construcción de esta “nueva sociedad”<br />

[10].<br />

c) La brecha digital resulta de las brechas sociales<br />

Esta percepción basada <strong>en</strong> la relación causa-efecto oculta la relación dinámica y<br />

dialéctica <strong>en</strong>tre la brecha digital y las otras brechas sociales. Se suele considerar


que la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el acceso a las tecnologías increm<strong>en</strong>tará las difer<strong>en</strong>cias<br />

sociales ya exist<strong>en</strong>tes. Es decir, que la brecha digital implicará más desarrollo <strong>en</strong><br />

los países, regiones y personas con mejores oportunidades de acceso <strong>en</strong><br />

detrim<strong>en</strong>to de qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> m<strong>en</strong>os. Esta difer<strong>en</strong>cia se hará evid<strong>en</strong>te no solo<br />

<strong>en</strong>tre países, sino también d<strong>en</strong>tro de cada país privilegiando a las poblaciones<br />

con mejores condiciones económicas, políticas, sociales y culturales.<br />

Por cierto, la brecha digital es producto de las brechas sociales producidas por las<br />

desigualdades económicas, políticas, sociales, culturales, de género,<br />

g<strong>en</strong>eracionales, geográficas, etc.<br />

d) Una sola brecha digital - una sola solución<br />

Uno de los aspectos más relevantes del concepto que se analiza es que expresa<br />

unicidad. Se habla de la brecha digital <strong>en</strong> el mundo <strong>en</strong>tero, como si existiera solo<br />

una y como si tuviera las mismas características <strong>en</strong> cualquier tiempo o espacio<br />

social. Este es uno de los aspectos más fuertes del imaginario que está detrás de<br />

la definición.<br />

El problema de hablar de la brecha como una sola es que, <strong>en</strong>tonces, se buscan<br />

soluciones únicas y g<strong>en</strong>eralizables.<br />

En realidad se debería de hablar de las brechas digitales, dadas por la condición<br />

de género, edad, cultural, localización geográfica o socioeconómica y por las<br />

combinaciones <strong>en</strong>tre estos factores. De esta manera, el abordaje conceptual,<br />

metodológico y los recursos y acciones para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarlas estarían relacionados<br />

con las condiciones específicas de las mismas.<br />

e) La brecha digital no aparece por sí misma<br />

Otro de los aspectos que se destacan es el carácter ahistórico del concepto. En<br />

g<strong>en</strong>eral, si se estudian los discursos tradicionales relacionados con el tema de la<br />

sociedad de la información llama la at<strong>en</strong>ción que la mayoría de ellos no relatan la<br />

historia que da surgimi<strong>en</strong>to a la misma. En g<strong>en</strong>eral, da la s<strong>en</strong>sación de que la<br />

sociedad de la información aparece sin que sea producto de una dinámica social y<br />

un proceso histórico.<br />

Parece como si la sociedad de la información se construye a partir de la<br />

incorporación de las tecnologías y no a partir de las realidades estructurales y las<br />

contradicciones exist<strong>en</strong>tes. En este s<strong>en</strong>tido, se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de como una brecha<br />

producida por los aspectos tecnológicos, y estos aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> el discurso como<br />

neutrales.<br />

f) La individualización<br />

Otro de los imaginarios que rodean este concepto es la individualidad. Al realizar<br />

las mediciones de la brecha digital basándose <strong>en</strong> la relación <strong>en</strong>tre población<br />

conectada y población desconectada se estimula un uso individual de la<br />

tecnología.<br />

Ya de por sí, se ha estimulado el uso individualizado de la computadora <strong>en</strong> la<br />

escuela, la empresa, el Estado y otros espacios donde esta se ha integrado como<br />

parte de los recursos cotidianos. Son poco g<strong>en</strong>eralizadas las acciones que tratan<br />

de establecer usos colectivos de las TIC. Pero adicionalm<strong>en</strong>te a esto, el concepto<br />

de brecha digital analiza la disponibilidad individualizada parti<strong>en</strong>do del supuesto<br />

de que el b<strong>en</strong>eficio de una computadora es para una persona.<br />

Desde algunos esfuerzos de la sociedad civil, como los telec<strong>en</strong>tros o los puntos


de acceso comunitario, la reducción de las brechas digitales y la medición de las<br />

mismas se basan <strong>en</strong> los usos colectivos de los equipos de cómputo y estimulan y<br />

compr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> los b<strong>en</strong>eficios grupales de los mismos. La brecha digital debería<br />

referir a las capacidades/dificultades que ti<strong>en</strong>e un grupo social de utilizar las TIC<br />

como recurso común para el desarrollo de la colectividad y la transformación de<br />

las condiciones de vida de sus integrantes.<br />

g) Las nuevas brechas digitales<br />

Hasta este mom<strong>en</strong>to se habla de la brecha digital como la difer<strong>en</strong>cia que produce<br />

<strong>en</strong> el desarrollo el t<strong>en</strong>er acceso o no a las tecnologías.<br />

Sin embargo, nuevas brechas digitales van apareci<strong>en</strong>do a medida que las TIC se<br />

incorporan <strong>en</strong> la vida social. Ya no se trata únicam<strong>en</strong>te de un problema de t<strong>en</strong>er<br />

acceso o no, sino de las difer<strong>en</strong>cias que aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es ya ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

conexión.<br />

No todos los que dispon<strong>en</strong> de conexión ti<strong>en</strong><strong>en</strong> posibilidades de desarrollar sus<br />

capacidades y habilidades para el teletrabajo, por ejemplo. Y nuevam<strong>en</strong>te, no por<br />

la tecnología misma, sino porque las condiciones que se requier<strong>en</strong> para integrarse<br />

<strong>en</strong> esta nueva fuerza laboral como una educación bilingüe, un alto manejo<br />

tecnológico, capacidades de interacción multicultural, condiciones de<br />

inestabilidad, aptitud para trabajar de manera aislada y tomar mayores<br />

responsabilidades vinculadas al teletrabajo, <strong>en</strong>tre otras, son costosas y difíciles de<br />

adquirir y por consigui<strong>en</strong>te no pued<strong>en</strong> ser asumidas por la mayoría de la<br />

“población conectada”.<br />

O tampoco por ejemplo, todas las empresas locales a pesar de t<strong>en</strong>er conexión,<br />

podrán aprovechar las v<strong>en</strong>tajas de la comercialización <strong>en</strong> línea o podrán<br />

incorporarse <strong>en</strong> las redes productivas multinacionales. Nuevam<strong>en</strong>te no es el<br />

aspecto tecnológico el que las limita sino las condiciones económicas, sociales y<br />

culturales <strong>en</strong> las cuales se des<strong>en</strong>vuelv<strong>en</strong> y las posibilidades de desarrollar<br />

capacidades y transformar sus procesos productivos.<br />

Agregando a esta reflexión se deja m<strong>en</strong>cionada la gran discusión sobre propiedad<br />

intelectual donde se juega el futuro del conocimi<strong>en</strong>to como derecho privado o<br />

colectivo y que ti<strong>en</strong>e la pot<strong>en</strong>cialidad de abrir nuevas brechas relacionadas con el<br />

acceso, uso y producción del conocimi<strong>en</strong>to y la información que viaja por la red.<br />

Con la inserción de las tecnologías <strong>en</strong> la vida cotidiana aparecerán nuevas<br />

brechas digitales que se refier<strong>en</strong> a las posibilidades reales de aprovechami<strong>en</strong>to<br />

de las mismas, principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre la clase media que aunque ti<strong>en</strong>e mejores<br />

condiciones de acceso que las clases más populares, no siempre ti<strong>en</strong>e todos los<br />

recursos para desarrollar las capacidades y habilidades que les permitan<br />

aprovecharlos para transformar las condiciones actuales.<br />

h) Inversión focalizada <strong>en</strong> infraestructura<br />

Si se aborda la brecha digital bajo el supuesto de causalidad es posible que los<br />

Estados, los organismos internacionales y algunas instancias de la sociedad civil<br />

ori<strong>en</strong>t<strong>en</strong> los esfuerzos y recursos directam<strong>en</strong>te al desarrollo de la infraestructura y<br />

<strong>en</strong> algunos pocos casos a procesos de capacitación técnica básica. Invertir <strong>en</strong><br />

estos aspectos ti<strong>en</strong>e además la v<strong>en</strong>taja, para qui<strong>en</strong>es lo hac<strong>en</strong>, de que es fácil<br />

hacer evid<strong>en</strong>te el destino de los recursos (<strong>en</strong> computadoras, laboratorios,<br />

conexiones, líneas, etc). Se supone que una vez que se ha desarrollado la<br />

infraestructura el resto de los b<strong>en</strong>eficios v<strong>en</strong>drán luego; se desatarán


mágicam<strong>en</strong>te.<br />

i) La brecha digital como negocio<br />

La brecha digital <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como brecha tecnológica únicam<strong>en</strong>te y basar su<br />

solución principal <strong>en</strong> el desarrollo de la infraestructura es sumam<strong>en</strong>te conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te<br />

para las grandes empresas de telecomunicaciones y las productoras y<br />

comercializadoras de equipo de cómputo.<br />

La inversión social que implica abordar integralm<strong>en</strong>te las brechas digitales, por<br />

medio de procesos de fortalecimi<strong>en</strong>to organizativo y de desarrollo de<br />

capacidades, no repres<strong>en</strong>tan un negocio tan importante como si es la v<strong>en</strong>ta<br />

masiva de conectividad y computadoras.<br />

j) La brecha digital - un espejismo<br />

La discusión sobre la sociedad de la información y el conocimi<strong>en</strong>to ha estado<br />

bastante conc<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> el tema de la brecha digital y cómo reducirla. Esto<br />

provoca un espejismo ya que disimula o minimiza la discusión sobre los otros<br />

aspectos que implica la sociedad de la información y el conocimi<strong>en</strong>to como<br />

creación de empleo y cambios de condiciones de trabajo <strong>en</strong> relación con las TICs,<br />

transformación de los modelos económicos y de creación de valor, los aspectos<br />

legales, la nueva educación, la propiedad intelectual, el conocimi<strong>en</strong>to abierto etc.<br />

Participar <strong>en</strong> los procesos de apropiación social de la tecnología<br />

La sociedad civil organizada, así como difer<strong>en</strong>tes investigadores y académicos,<br />

han propuesto nuevas compr<strong>en</strong>siones de este concepto, haciéndolo más<br />

complejo y poniéndolo <strong>en</strong> contextos.<br />

Una de las manifestaciones más claras de estas propuestas se da d<strong>en</strong>tro del<br />

marco de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información <strong>en</strong> Ginebra, 2003<br />

donde la sociedad civil tuvo un papel fundam<strong>en</strong>tal posicionando nuevas<br />

compr<strong>en</strong>siones y conceptos que fueron desarrollados a través de procesos<br />

participativos durante los meses anteriores a este ev<strong>en</strong>to. El tema de la brecha<br />

digital también fue redefinido por la sociedad civil como puede deducirse de la<br />

declaración final de la sociedad civil.<br />

“Consideramos que las tecnologías pued<strong>en</strong> utilizarse como medios<br />

fundam<strong>en</strong>tales, y no así como fines <strong>en</strong> sí mismas, por lo cual reconocemos que<br />

reducir la brecha digital es un paso más, <strong>en</strong>tre otros, <strong>en</strong> el camino para conseguir<br />

el desarrollo <strong>en</strong> favor de todos y todas.<br />

La desigual distribución de las TIC y la falta de acceso a la información que ti<strong>en</strong>e<br />

una gran parte de la población mundial, f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os que suel<strong>en</strong> d<strong>en</strong>ominarse<br />

brecha digital, son de hecho una expresión de nuevas asimetrías <strong>en</strong> el conjunto<br />

de brechas sociales exist<strong>en</strong>tes. Éstas incluy<strong>en</strong> las brechas <strong>en</strong>tre el Norte y el Sur,<br />

los ricos y los pobres, los hombres y las mujeres, las poblaciones urbanas y<br />

rurales, aquellos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso a la información y aquellos que carec<strong>en</strong> del<br />

mismo. Dichas disparidades pued<strong>en</strong> verse no sólo <strong>en</strong>tre las difer<strong>en</strong>tes culturas,<br />

sino también d<strong>en</strong>tro de las fronteras nacionales. La comunidad internacional debe<br />

ejercer su poder colectivo para garantizar que los Estados adopt<strong>en</strong> medidas con<br />

el fin de reducir las brechas digitales nacionales.” [11]<br />

Desde estos grupos se compr<strong>en</strong>de la brecha digital a partir de las condiciones<br />

que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que desarrollarse para la apropiación de las tecnologías y para la<br />

incorporación de las mismas como una herrami<strong>en</strong>ta que debe ser integrada <strong>en</strong> la


vida cotidiana para transformar las realidades <strong>en</strong> un proceso continuo. Un reflejo<br />

de esto es lo expresado por Jean-François Soupizet [12]<br />

“La mínima capacidad de apropiarse de las tecnologías de la información y de la<br />

comunicación <strong>en</strong> un contexto estructural de innovaciones sucesivas es lo que<br />

hace la difer<strong>en</strong>cia. En efecto, <strong>en</strong> un mundo <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>a globalización, este retraso<br />

am<strong>en</strong>aza con agudizar el resto de disparidades, razón por la cual se presta<br />

especial at<strong>en</strong>ción a la brecha digital.”<br />

Otra refer<strong>en</strong>cia a esta compr<strong>en</strong>sión del concepto se puede <strong>en</strong>contrar <strong>en</strong> la<br />

comunidad virtual Mística que ti<strong>en</strong>e la virtud de unir las experi<strong>en</strong>cias y los<br />

p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos de investigadores y actores de la sociedad civil latinoamericana.<br />

[13]<br />

“La brecha digital es una expresión de las brechas sociales. Para compr<strong>en</strong>derla<br />

es necesario analizar las condiciones de acceso, uso y apropiación social de las<br />

mismas y no solam<strong>en</strong>te reducir su compr<strong>en</strong>sión a la infraestructura y<br />

conectividad.”<br />

Cambiar de perspectiva para que las tecnologías estén al servicio de las<br />

sociedades<br />

Parti<strong>en</strong>do del análisis del concepto y de las opciones pres<strong>en</strong>tadas desde la<br />

sociedad civil, se propone una nueva acepción al concepto que vaya <strong>en</strong> el<br />

sigui<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>tido:<br />

Las brechas digitales están dadas por las posibilidades o dificultades que ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

los grupos sociales de aprovechar colectivam<strong>en</strong>te las tecnologías de información<br />

y comunicación para transformar la realidad <strong>en</strong> la que se des<strong>en</strong>vuelv<strong>en</strong> y mejorar<br />

las condiciones de vida de sus integrantes.<br />

Se propone que para hablar de brecha digital y de las estrategias para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarla<br />

se parta de la sociedad que soñamos y no de la tecnología. Y que una vez<br />

definida la utopía se reflexione de cómo las tecnologías pued<strong>en</strong> contribuir para<br />

alcanzarla. Por ejemplo, se habla de la solidaridad digital como estrategia de<br />

reducción, sin embargo, la reflexión debería estar c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> cómo las<br />

tecnologías pued<strong>en</strong> apoyar la construcción de sociedades solidarias y qué<br />

condiciones requier<strong>en</strong> los grupos sociales para utilizar las TIC para llegar a esta<br />

aspiración. Definitivam<strong>en</strong>te este cambio de <strong>en</strong>foque transforma a su vez la<br />

compr<strong>en</strong>sión de lo que es la brecha digital.<br />

Notas y refer<strong>en</strong>cias<br />

[1] Unesco-IBI. Rapport général de la confér<strong>en</strong>ce Stratégies et politiques<br />

informatiques nationales, Torremolinos, 1978, p. 17.<br />

[2] Grupo de los 7, luego de los 8, G8.<br />

[3] G7, Okinawa Charter on Global Information Society, Okinawa, July 22, 2000.<br />

http://www.g7.utoronto.ca/summit/20...<br />

[4] Declaración de principios CMSI, Ginebra, 2003<br />

http://www.itu.int/wsis/docs/g<strong>en</strong>eva...<br />

[5] http://www.unicttaskforce.org/perl/...<br />

[6] http://www.itu.int/digitalbridges/d...<br />

[7] http://www.itu.int/digitalbridges/d...<br />

[8] ITU Digital Access Index: World’s First Global ICT Ranking Education and<br />

Affordability Key to Boosting New Technology Adoption<br />

http://www.itu.int/newsarchive/pres...


[9] ¿Por qué una Cumbre sobre la Sociedad de la Información?<br />

http://www.itu.int/wsis/basic/why-e...<br />

[10] “El poder acceder a las tecnologías de información y comunicación es un<br />

requisito importante para participar de una sociedad cada vez más dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te<br />

de la tecnología” (CristiAn Fu<strong>en</strong>zalida) http://www.dcc.uchile.cl/ cfu<strong>en</strong>zal/...<br />

[11] Construir sociedades de la información que ati<strong>en</strong>dan a las necesidades<br />

humanas : Declaración de la sociedad civil <strong>en</strong> la Cumbre Mundial sobre la<br />

Sociedad de la Información, Adoptada por unanimidad <strong>en</strong> Pl<strong>en</strong>aria por la sociedad<br />

civil de la CMSI el 8 de diciembre de 2003. http://alainet.org/active/show_news...<br />

[12] Soupizet, Jean-François. La fracture Numérique Nord Sud, Édition<br />

Economica, Paris.<br />

[13] [http://www.funredes.org/mistica<br />

Lecturas complem<strong>en</strong>tarias<br />

http://www.funredes.org/mistica<br />

http://www.barcelona2004.org/esp/ba...<br />

http://www.monografias.com/trabajos...<br />

http://www.labrechadigital.org<br />

http://www.cibersociedad.net/archiv...<br />

http://www.revistainterforum.com/es...<br />

http://www.fundacionctic.org/pr<strong>en</strong>sa...<br />

http://www.geocities.com/brecha_digital/<br />

http://www.el4ei.net/first/charter%...<br />

http://www.ssb.no/ikt/ict_nord/kap2.pdf<br />

http://www.n-economia.com/informes_...<br />

http://www.bvs.sld.cu/revistas/aci/...<br />

http://wwww.catunescomujer.org/glor... ww.isis.cl/temas/cominf/quehay8.htm<br />

http://www.nordinfo.helsink.fi/publ...


Acceso público a Internet<br />

Subbiah Arunachalam<br />

El adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de Internet trajo consigo posibilidades hasta ahora desconocidas<br />

para la creatividad humana, el acceso a la información y la comunicación<br />

internacional. ¿Cuándo estas posibilidades se convirtieron realm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un amplio<br />

acceso público a Internet? Es difícil especificar una fecha, pero se pued<strong>en</strong><br />

id<strong>en</strong>tificar algunos hechos fundam<strong>en</strong>tales y los principales participantes <strong>en</strong> esos<br />

hechos.<br />

Mucho antes del adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de Internet, el movimi<strong>en</strong>to contracultural - guerra<br />

de Vietnam, tecnologías alternativas, etcétera - dio a luz a la primera red<br />

comunitaria, cuando un grupo de piratas informáticos desarrolló <strong>en</strong> San Francisco,<br />

a inicios de los años ses<strong>en</strong>ta, el sistema Community Memory. Luego, <strong>en</strong> 1986 la<br />

Free-Net de Cleveland, Ohio, dio inicio a una nueva g<strong>en</strong>eración de redes<br />

comunitarias. Las Free-Net pronto atrajeron a miles de nuevos usuarios, y los<br />

nuevos sistemas se establecieron <strong>en</strong> doc<strong>en</strong>as de ciudades, sobre todo <strong>en</strong> la<br />

región c<strong>en</strong>tral de los EE.UU. Estas redes de computadoras de acceso público<br />

gratuito permitieron a las personas no solo intercambiar y acceder a la<br />

información, sino que también les concedieron poderes.<br />

En el año 1971 tuvieron lugar dos hechos importantes: La inv<strong>en</strong>ción por parte de<br />

Raymond Tomlinson de un programa de correo electrónico [1] para ARPANET, la<br />

red de los ci<strong>en</strong>tíficos que trabajaban <strong>en</strong> la investigación relacionada con la<br />

def<strong>en</strong>sa, cambió la forma <strong>en</strong> que las personas veían a las computadoras y la<br />

comunicación humana [2]; y el proyecto Gut<strong>en</strong>berg de Michael Hart, que puso a<br />

disposición por vía electrónica libros sin derechos de autor [3], permitió a la<br />

creación de <strong>en</strong>ormes volúm<strong>en</strong>es de cont<strong>en</strong>idos electrónicos que pued<strong>en</strong> ser<br />

compartidos por todo el mundo. En 1973 ocurrieron dos hechos: Vinton Cerf y<br />

Robert Kahn pres<strong>en</strong>taron las nociones básicas de Internet basadas <strong>en</strong> las ideas<br />

para el Protocolo de Control de Transmisión (TCP, llamado posteriorm<strong>en</strong>te<br />

TCP/IP) <strong>en</strong> una reunión <strong>en</strong> la Universidad de Sussex [4]; y ARPANET tuvo su<br />

primera conexión intercontin<strong>en</strong>tal - con el Colegio Universitario de Londres,<br />

Inglaterra. A principios de los años och<strong>en</strong>ta, muchas instituciones que no<br />

realizaban investigaciones para la def<strong>en</strong>sa se unieron a la red, con lo que el<br />

número de usuarios creció de lo cual aum<strong>en</strong>tó el número de usuarios a varios<br />

c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ares de miles..<br />

En 1985, Internet ya se había establecido como tecnología que servía de apoyo a<br />

una amplia comunidad de investigadores y creadores, y com<strong>en</strong>zaba a atraer a


otras comunidades. El correo electrónico era utilizado ampliam<strong>en</strong>te por varias<br />

comunidades, que a m<strong>en</strong>udo empleaban sistemas difer<strong>en</strong>tes.<br />

Los primeros servicios comerciales de Internet fueron ofrecidos por PSI y AlterNet<br />

a principios de 1990. En agosto de 1991, el Consejo Europeo para la<br />

Investigación Nuclear (CERN por sus siglas <strong>en</strong> francés) lanzó la World Wide Web,<br />

marcando un hito <strong>en</strong> la historia del acceso público a Internet. El 15 de septiembre<br />

de 1993, la administración Clinton lanzó formalm<strong>en</strong>te la iniciativa de<br />

Infraestructura Nacional de Información <strong>en</strong> los EE.UU., gracias a las iniciativas<br />

tomadas por el vicepresid<strong>en</strong>te Al Gore. La versión 1.0 del navegador Web Mosaic<br />

también fue pres<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> 1993, y ya <strong>en</strong> 1996 el término “Internet” era utilizado<br />

de manera común, pero hacía refer<strong>en</strong>cia casi completam<strong>en</strong>te a la World Wide<br />

Web.<br />

Aunque el nuevo desarrollo fue comparado con las autopistas que <strong>en</strong> una<br />

g<strong>en</strong>eración anterior transformaron el transporte, pronto quedó claro que Internet<br />

era mucho más que la ‘autopista de la información’ y que era capaz de<br />

proporcionar acceso a niveles más elevados de información solicitada de manera<br />

intelig<strong>en</strong>te y distribuida de forma funcionalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>riquecida. Es aquí donde<br />

radica lo que difer<strong>en</strong>cia a Internet de la biblioteca tradicional, el lugar donde la<br />

g<strong>en</strong>te iba a buscar información.<br />

La creci<strong>en</strong>te popularidad de la comunicación computarizada incitó el debate con<br />

respecto a muchos aspectos fundam<strong>en</strong>tales de la interacción social, incluy<strong>en</strong>do<br />

las cuestiones relacionadas con la privacidad, la comunidad, el intercambio<br />

cultural, la propiedad del conocimi<strong>en</strong>to y el control gubernam<strong>en</strong>tal de la<br />

información, vinculados al acceso público.<br />

¿Qué es el acceso público?<br />

El «acceso público» incluye el acceso a la tecnología (computadora, conectividad,<br />

ancho de banda, etcétera) y el acceso a todo el cont<strong>en</strong>ido almac<strong>en</strong>ado <strong>en</strong> la red<br />

artificial más grande del mundo, como ha definido la revista Newsweek al Internet.<br />

De estos dos aspectos, el segundo está jerárquicam<strong>en</strong>te por <strong>en</strong>cima del primero,<br />

pues la tecnología está subordinada al cont<strong>en</strong>ido (conocimi<strong>en</strong>to) que puede<br />

transmitir. Esto es similar a suministrar agua a un pueblo a través de una tubería,<br />

donde naturalm<strong>en</strong>te el agua es más importante que las tuberías. El acceso a la<br />

tecnología y el acceso al cont<strong>en</strong>ido pued<strong>en</strong> ser gratuitos o basados <strong>en</strong> una tarifa.<br />

El cont<strong>en</strong>ido podría ser de texto, audio, video o multimedia. La conectividad puede<br />

ser a través de una variedad de tecnologías que van desde el marcado manual<br />

usando un teléfono y un módem hasta redes inalámbricas y dispositivos portátiles<br />

(teléfonos intelig<strong>en</strong>tes, consolas de <strong>juego</strong>...).<br />

El público puede utilizar el acceso a Internet para <strong>en</strong>viar y recibir correos<br />

electrónicos, participar <strong>en</strong> servicios de listas y grupos de discusión, y buscar<br />

información. Los ci<strong>en</strong>tíficos también la utilizan para la investigación colaborativa, y<br />

las personas comunes la utilizan para hablar con otros, sea a través de charlas,<br />

sea a través de voz por IP. Aplicaciones más reci<strong>en</strong>tes del acceso a Internet<br />

incluy<strong>en</strong> el intercambio de datos a través de las tecnologías punto a punto, la<br />

distribución de música, los boletines electrónicos, el vlogging, el periodismo<br />

ciudadano, la obt<strong>en</strong>ción de RSS de noticias de diversas fu<strong>en</strong>tes, y el podcasting.<br />

El público puede t<strong>en</strong>er acceso a Internet desde sus propios hogares y oficinas,<br />

pero también desde bibliotecas públicas y cibercafés, y <strong>en</strong> cierto grado desde


instituciones educativas y los siempre creci<strong>en</strong>tes telec<strong>en</strong>tros, así como desde los<br />

vestíbulos de los hoteles y los salones de aeropuertos equipados para el acceso a<br />

redes inalámbricas.<br />

Las <strong>en</strong>ormes cantidades de información a las que cualquier persona puede t<strong>en</strong>er<br />

acceso, dondequiera, <strong>en</strong> cualquier mom<strong>en</strong>to y sin costo alguno pued<strong>en</strong> ser<br />

llamadas áreas públicas de la información. El acceso público a Internet se basa<br />

<strong>en</strong> la idea de que incluso <strong>en</strong> economías de mercado dominadas por la obt<strong>en</strong>ción<br />

de ganancias, la propiedad y el control comunitarios de los recursos de<br />

información pued<strong>en</strong> ser efici<strong>en</strong>tes y eficaces [5].<br />

Hacia el acceso universal a escala mundial<br />

El debate más importante de la actualidad gira <strong>en</strong> torno a la ‘universalización’ del<br />

acceso. ¿Por qué es tan importante la universalización? Investigadores como<br />

Ernest Wilson se preocupan por el hecho de que, <strong>en</strong> aus<strong>en</strong>cia del acceso<br />

universal, la difusión rápida de Internet <strong>en</strong> las organizaciones, las culturas, y las<br />

sociedades de naciones industrializadas pueda <strong>en</strong>sanchar el espacio<br />

multidim<strong>en</strong>sional que las separa de los países <strong>en</strong> desarrollo, exacerbando un<br />

problema moral y práctico ya significativo [6]. Larry Press considera que la<br />

comunicación barata y flexible por Internet puede conducir a mejorar la<br />

productividad económica, la educación, la at<strong>en</strong>ción médica, el <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to, el<br />

conocimi<strong>en</strong>to del mundo, así como la calidad de vida <strong>en</strong> países <strong>en</strong> desarrollo y los<br />

los focos de pobreza <strong>en</strong> el interior de los países, reduci<strong>en</strong>do así la disparidad [7].<br />

Sin embargo, exist<strong>en</strong> numerosos obstáculos para lograr el acceso universal.<br />

Mi<strong>en</strong>tras <strong>en</strong> gran parte de Norteamérica y de Europa Occid<strong>en</strong>tal la p<strong>en</strong>etración del<br />

Internet es muy elevada y prácticam<strong>en</strong>te cada ciudadano que desee t<strong>en</strong>er acceso<br />

a la red puede hacerlo, <strong>en</strong> muchas partes del mundo <strong>en</strong> vías de desarrollo, y <strong>en</strong><br />

particular <strong>en</strong> África Subsaharial, solo un pequeño porc<strong>en</strong>taje de la población<br />

puede t<strong>en</strong>er acceso, con un acceso <strong>en</strong> banda ancha extremadam<strong>en</strong>te l<strong>en</strong>to y por<br />

un costo que repres<strong>en</strong>ta una parte sustancial de sus ingresos. Los números de<br />

computadoras, teléfonos, etc., por cada mil habitantes y el ancho de banda <strong>en</strong> la<br />

mayoría de estos países son muy bajos comparados con los países avanzados y<br />

están distribuidos de manera desigual [8]. Precisam<strong>en</strong>te para erradicar esta<br />

‘división digital’ los países <strong>en</strong> vías de desarrollo están abogando por la creación<br />

de un Fondo de Solidaridad Digital [9].<br />

En muchos países <strong>en</strong> vías de desarrollo se están realizando esfuerzos para<br />

erradicar la división digital o la car<strong>en</strong>cia de tecnología mediante la creación de<br />

telec<strong>en</strong>tros comunitarios y la puesta a disposición de la información que la g<strong>en</strong>te<br />

local necesita.<br />

Desarrollo de los telec<strong>en</strong>tros<br />

Los telec<strong>en</strong>tros, también conocidos como puntos de acceso público (Francia),<br />

c<strong>en</strong>tros comunitarios digitales (México), etcétera, difier<strong>en</strong> de los cibercafés <strong>en</strong> su<br />

forma de trabajo. Los cibercafés han sido concebidos, ante todo, para<br />

proporcionar a las personas que los utilizan una conexión a Internet, y, cuando<br />

sea necesario, una introducción muy básica al empleo del equipami<strong>en</strong>to.<br />

Funcionan de manera similar a un establecimi<strong>en</strong>to de autoservicio. Los<br />

telec<strong>en</strong>tros han sido concebidos para acompañar la utilización comunitaria de<br />

Internet (educación, salud, microcomercios, etcétera). G<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se abr<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

vecindades <strong>en</strong> las que no hay cibercafés y están destinados a las comunidades<br />

excluidas a priori de la sociedad de la información. Además de poner a disposición


equipos y conexiones, los telec<strong>en</strong>tros proporcionan adiestrami<strong>en</strong>to y ayuda a los<br />

usuarios (por ejemplo, ayudan a los vecinos a desarrollar aplicaciones<br />

comunitarias).<br />

En la práctica, la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre los telec<strong>en</strong>tros y los cibercafés no siempre<br />

queda clara, y ambos pued<strong>en</strong> solaparse según los objetivos de la g<strong>en</strong>te que los<br />

opera y el modelo de desarrollo seleccionado.<br />

De hecho, exist<strong>en</strong> tres modelos principales para el establecimi<strong>en</strong>to de los<br />

telec<strong>en</strong>tros:<br />

Telec<strong>en</strong>tros apoyados por las autoridades públicas locales o nacionales.<br />

Por ejemplo, una ciudad como Brest [10], <strong>en</strong> Francia, se ha equipado<br />

sistemáticam<strong>en</strong>te de modo que cada habitante t<strong>en</strong>ga un punto de acceso<br />

público a m<strong>en</strong>os de 300 metros de su casa. Entre 1999 y 2001, Arg<strong>en</strong>tina puso<br />

<strong>en</strong> práctica un vasto programa de infraestructura que implicó la creación de 1<br />

350 c<strong>en</strong>tros tecnológicos de la comunidad (CTC) [11]. El gobierno de la India<br />

aplicó el mismo <strong>en</strong>foque <strong>en</strong> los estados del norte [12] y ahora la mayoría de los<br />

planes nacionales para la sociedad de la información incluy<strong>en</strong> proyectos de<br />

telec<strong>en</strong>tros bajo el título “inclusión social”.<br />

Telec<strong>en</strong>tros como iniciativa de un grupo local de personas, un grupo voluntario<br />

local o una escuela.<br />

A m<strong>en</strong>udo, <strong>en</strong> su fase inicial recib<strong>en</strong> financiami<strong>en</strong>to de una ONG [13] o de una<br />

ag<strong>en</strong>cia de ayuda internacional. Por ejemplo, el IDRC, una ag<strong>en</strong>cia canadi<strong>en</strong>se<br />

para el desarrollo, y el IICD, una ag<strong>en</strong>cia de los Países Bajos, desarrollaron<br />

grandes planes de ayuda a los telec<strong>en</strong>tros a principios de los dos mil. La<br />

UNESCO también ha apoyado muchos c<strong>en</strong>tros multimedia de la comunidad<br />

(CMC) para promover la participación de la comunidad y <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la división<br />

digital mediante la combinación de la difusión comunitaria con Internet y las<br />

tecnologías relacionadas [14].<br />

Telec<strong>en</strong>tros diseñados como empresas privadas con verdaderos planes de<br />

negocio que pued<strong>en</strong> existir solo <strong>en</strong> áreas donde pued<strong>en</strong> resolverse las<br />

necesidades básicas. Aunque su actividad lucrativa los asemeja más a los<br />

cibercafés, se dedican a satisfacer las necesidades de la comunidad.<br />

A m<strong>en</strong>udo, estos modelos se mezclan <strong>en</strong> la práctica. Los primeros experim<strong>en</strong>tos<br />

datan de finales de los años nov<strong>en</strong>ta, y como muchos telec<strong>en</strong>tros han sido<br />

cerrados desde <strong>en</strong>tonces, es posible id<strong>en</strong>tificar ciertas condiciones que son<br />

es<strong>en</strong>ciales (aunque <strong>en</strong> realidad, por sí mismas no lo son lo sufici<strong>en</strong>te) para el<br />

éxito de los telec<strong>en</strong>tros:<br />

Creación de un telec<strong>en</strong>tro que responda <strong>en</strong> verdad a las necesidades de los<br />

habitantes locales; estas necesidades varían considerablem<strong>en</strong>te no solo de un<br />

país a otro, sino de un pueblo o una vecindad a otra;<br />

El financiami<strong>en</strong>to debe contemplar el adiestrami<strong>en</strong>to del personal y no<br />

solam<strong>en</strong>te los equipos;<br />

La puesta a disposición de software gratuitos que permitan la autonomía<br />

tecnológica y evit<strong>en</strong> la reinversión constante <strong>en</strong> aplicaciones y actualizaciones;<br />

La exist<strong>en</strong>cia de la infraestructura mínima que permita el funcionami<strong>en</strong>to técnico<br />

(<strong>en</strong>ergía, viabilidad de las instalaciones, etcétera);


Los espacios de implantación deb<strong>en</strong> responder a otras necesidades de la<br />

población aparte de la simple conectividad (c<strong>en</strong>tros de salud, c<strong>en</strong>tros sociales,<br />

bibliotecas, escuelas, ...);<br />

La elaboración de un modelo de desarrollo que permita gradualm<strong>en</strong>te la<br />

autonomía financiera con respecto a los patrocinadores iniciales. Muchos<br />

fracasos ocurridos son debido a la susp<strong>en</strong>sión de los subsidios externos.<br />

Los puntos de acceso público, o telec<strong>en</strong>tros, se han desarrollado<br />

considerablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> América Latina y el Caribe y muchos de ellos han unido sus<br />

fuerzas <strong>en</strong> la red de intercambio [15].<br />

Por supuesto, África es el contin<strong>en</strong>te donde esos c<strong>en</strong>tros han t<strong>en</strong>ido más<br />

problemas para mant<strong>en</strong>erse funcionando. La baja d<strong>en</strong>sidad demográfica, los<br />

bajos niveles de instrucción, la cultura oral y la mala calidad de lo que suministran<br />

los operadores significan que de manera g<strong>en</strong>eral el desarrollo de Internet es<br />

difícil. Además de estas dificultades g<strong>en</strong>éricas, los telec<strong>en</strong>tros también han t<strong>en</strong>ido<br />

que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la imposibilidad estructural de <strong>en</strong>contrar ingresos indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes:<br />

<strong>en</strong> las áreas solv<strong>en</strong>tes, los cibercafés han surgido a gran velocidad, impidi<strong>en</strong>do el<br />

establecimi<strong>en</strong>to de telec<strong>en</strong>tros con ingresos mixtos; <strong>en</strong> las áreas insolv<strong>en</strong>tes, a<br />

m<strong>en</strong>udo los donantes internacionales se han cansado de los proyectos de<br />

financiami<strong>en</strong>to que <strong>en</strong> ocasiones eran demasiado ambiciosos desde el principio<br />

(África es el contin<strong>en</strong>te donde se han transpuesto las visiones de la sociedad de<br />

la información c<strong>en</strong>tradas <strong>en</strong> el Norte sin t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta realm<strong>en</strong>te las<br />

necesidades locales, lo que ha cond<strong>en</strong>ado a los proyectos al desuso) [16].<br />

Por otra parte, la India multiplicó los experim<strong>en</strong>tos de los telec<strong>en</strong>tros adoptando<br />

diversos modelos, <strong>en</strong>tre los que se incluy<strong>en</strong> el modelo de ingresos propiedad de<br />

la comunidad y los c<strong>en</strong>tros apoyados por el gobierno.<br />

Un bu<strong>en</strong> ejemplo del modelo propiedad de la comunidad son los c<strong>en</strong>tros de<br />

conocimi<strong>en</strong>to del pueblo creados por la Fundación para la Investigación M S<br />

Swaminathan (MSSRF por sus siglas <strong>en</strong> inglés) <strong>en</strong> varios pueblos del sur de la<br />

India [17] [18]. El uso más conocido de Internet <strong>en</strong> estos c<strong>en</strong>tros es la difusión, a<br />

través de un sistema de megafonía, de información preliminar sobre la altura de<br />

las olas <strong>en</strong> la costa de Pondicherry, descargada de un sitio Web de la marina de<br />

los EE.UU. de modo que los pescadores de los pueblos costeros puedan decidir<br />

si es seguro o no av<strong>en</strong>turarse al mar <strong>en</strong> un día determinado. Desde que se inició<br />

este servicio <strong>en</strong> 1999, no ha habido ni una sola muerte <strong>en</strong> el mar <strong>en</strong> estos<br />

pueblos. En colaboración con OneWorld International, MSSRF creó Op<strong>en</strong><br />

Knowledge Network (OKN), que conecta a comunidades rurales de Asia y África<br />

para intercambiar el cont<strong>en</strong>ido local, el conocimi<strong>en</strong>to indíg<strong>en</strong>a y las prácticas<br />

tradicionales [19]. Además de Internet, la OKN utiliza teléfonos celulares y la radio<br />

para comunicarse.<br />

Los eChoupals de ITC son un bu<strong>en</strong> ejemplo del modelo de ingresos [20]. El<br />

C<strong>en</strong>tro Nacional de Informática del gobierno de la India ha creado muchos c<strong>en</strong>tros<br />

<strong>en</strong> los estados norori<strong>en</strong>tales [21]. Gracias a la iniciativa empr<strong>en</strong>dida por la<br />

MSSRF, se ha creado una alianza nacional, quizás la mayor sociedad con<br />

participación múltiple <strong>en</strong> el desarrollo, para llevar la revolución del conocimi<strong>en</strong>to a<br />

cada uno de los 638 000 pueblos de la India antes del LX Aniversario de la<br />

Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de la India [22]. El gobierno de la India ha asumido gran parte de<br />

los costos, por una suma de $1 500 millones de dólares.<br />

Aunque <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral las tecnologías ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a exacerbar las desigualdades y a


favorecer a los primeros que las adoptan a costa de los que llegan después,<br />

gracias al libre e ilimitado flujo de información que facilita, Internet es<br />

intrínsecam<strong>en</strong>te una tecnología democratizadora y puede hacer que el acceso a<br />

la información se produzca <strong>en</strong> igualdad de condiciones. ¿Cómo podemos traducir<br />

este pot<strong>en</strong>cial inher<strong>en</strong>te <strong>en</strong> realidad? Es aquí donde reconocemos el gran valor<br />

del <strong>en</strong>foque del ‘patrimonio común’ para el uso compartido de la información.<br />

Patrimonio común y uso compartido de la información<br />

Veamos cómo el <strong>en</strong>foque de patrimonio común para la diseminación del<br />

conocimi<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífico afecta la manera <strong>en</strong> que se realiza la investigación<br />

ci<strong>en</strong>tífica <strong>en</strong> el mundo. Este ejemplo, que ha alcanzado la madurez, muestra el<br />

impacto del concepto de patrimonio común <strong>en</strong> la difusión del acceso público<br />

internacional al cont<strong>en</strong>ido de la información<br />

Hace aproximadam<strong>en</strong>te 15 años, Paul Ginsparg, qui<strong>en</strong> <strong>en</strong>tonces laboraba <strong>en</strong> el<br />

Laboratorio Nacional de Los Álamos, p<strong>en</strong>só <strong>en</strong> un archivo c<strong>en</strong>tral para los<br />

artículos de investigación sobre física. Ahora el “arXiv” florece con sede <strong>en</strong> Cornell<br />

y ti<strong>en</strong>e más de 15 sitios espejo (algunos de ellos <strong>en</strong> los países <strong>en</strong> vías de<br />

desarrollo) [23]. Steve Lawr<strong>en</strong>ce, qui<strong>en</strong> <strong>en</strong> ese <strong>en</strong>tonces trabajaba <strong>en</strong> NEC<br />

Research, Princeton, inició CiteSeer que no espera a que los autores<br />

<strong>en</strong>ví<strong>en</strong>/deposit<strong>en</strong> sus artículos, sino que busca <strong>en</strong> la red y recoge todos los<br />

artículos sobre informática y los campos afines [24]. Stevan Harnad creó, <strong>en</strong><br />

Southampton, Cogprint, un archivo para las ci<strong>en</strong>cias cognoscitivas [25]. También<br />

escribió algunos artículos provocativos sobre lo que él llama una “propuesta<br />

subersiva” para ampliar “scholarly skywriting” (la escritura ci<strong>en</strong>tífica <strong>en</strong> el cielo), la<br />

manera <strong>en</strong> que los ci<strong>en</strong>tíficos pued<strong>en</strong> escribir <strong>en</strong> el cielo de Internet, para que<br />

todos lo lean [26]. Después de este impulso, <strong>en</strong> los últimos años, los ci<strong>en</strong>tíficos<br />

han com<strong>en</strong>zado a depositar sus artículos de investigación, además de publicarlos<br />

<strong>en</strong> revistas arbitradas que escog<strong>en</strong>, <strong>en</strong> archivos institucionales interoperables de<br />

libre acceso. Los softwares para crear estos archivos de texto son absolutam<strong>en</strong>te<br />

gratuito. El protocolo de interoperabilidad (OAI-PMH [27]) y el software asociado<br />

permite a un usuario rastrear todos los artículos sobre un tema dado o de un autor<br />

determinado desde cualquiera de los archivos (situados <strong>en</strong> cualquier parte del<br />

mundo) como si todos se <strong>en</strong>contraran <strong>en</strong> un solo archivo (universal)- todo esto es<br />

absolutam<strong>en</strong>te gratuito.<br />

En la actualidad, exist<strong>en</strong> más de 400 de esos archivos institucionales<br />

interoperables que proporcionan acceso a textos de muchos miles de artículos de<br />

investigación. Esto es especialm<strong>en</strong>te provechoso para los ci<strong>en</strong>tíficos de los países<br />

<strong>en</strong> vías de desarrollo. Peter Suber manti<strong>en</strong>e un boletín electrónico [Op<strong>en</strong> Access<br />

News] e informa exhaustivam<strong>en</strong>te sobre los progresos del movimi<strong>en</strong>to de libre<br />

acceso alrededor del mundo [28].<br />

Además de los archivos de libre acceso, también hay revistas de libre acceso<br />

donde los lectores y sus bibliotecas no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que pagar una suscripción. Varios<br />

ci<strong>en</strong>tos de revistas - incluy<strong>en</strong>do una parte prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de los de países <strong>en</strong> vías de<br />

desarrollo - son ahora revistas de libre acceso. [29]<br />

Acceso al conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> todo el mundo<br />

Se puede apreciar un paralelo <strong>en</strong>tre los telec<strong>en</strong>tros y los archivos de libre acceso.<br />

Ambos están utilizando los avances tecnológicos para incluir a los excluidos y<br />

poni<strong>en</strong>do a disposición una información muy necesaria a bajo costo con el


<strong>en</strong>foque de ‘patrimonio común’. Ambos están superando un serio problema al<br />

vincular de manera intelig<strong>en</strong>te la tecnología y el <strong>en</strong>foque de patrimonio común.<br />

Ambos tratan de compartir y cuidar. Ambos están emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te equipados para<br />

aum<strong>en</strong>tar la productividad g<strong>en</strong>eral del mundo como un todo y conducir a una<br />

mayor felicidad colectiva. Parec<strong>en</strong> casi utópicos.<br />

Pero muchos editores, incluy<strong>en</strong>do algunas sociedades ci<strong>en</strong>tíficas, están tratando<br />

de det<strong>en</strong>er el progreso del movimi<strong>en</strong>to de libre acceso, pues lo consideran una<br />

am<strong>en</strong>aza pot<strong>en</strong>cial para sus intereses comerciales. Por otra parte, muchas<br />

ag<strong>en</strong>cias donantes, tales como Wellcome Trust, que financian a los ci<strong>en</strong>tíficos<br />

para que realic<strong>en</strong> la investigación son ávidas partidarias del movimi<strong>en</strong>to.<br />

En el área de datos ci<strong>en</strong>tíficos, a difer<strong>en</strong>cia de los textos completos de los<br />

artículos de investigación, organizaciones tales como ICSU (y CODATA) están<br />

promovi<strong>en</strong>do la cultura del libre acceso. Incluso Celera G<strong>en</strong>omics Corp., la<br />

compañía con fines de lucro que obtuvo la secu<strong>en</strong>cia del g<strong>en</strong>oma humano<br />

simultáneam<strong>en</strong>te con Human G<strong>en</strong>ome Project, que lo hizo con fondos públicos,<br />

ha dejado de v<strong>en</strong>der suscripciones para el acceso a su secu<strong>en</strong>cia/a sus datos y<br />

donará los datos al C<strong>en</strong>tro Nacional de Información Biotecnológica, EE.UU. Como<br />

planteara Francis Collins, del Instituto Nacional de Investigación del G<strong>en</strong>oma<br />

Humano, “los datos solo desean ser públicos.”<br />

Los ci<strong>en</strong>tíficos de los países <strong>en</strong> vías de desarrollo necesitan una at<strong>en</strong>ción<br />

particular, plantea Bruce Alberts, antiguo presid<strong>en</strong>te de la Academia Nacional de<br />

Ci<strong>en</strong>cias de los Estados Unidos. En su discurso presid<strong>en</strong>cial de 1999 [30] ante la<br />

Academia Nacional de Ci<strong>en</strong>cias de los Estados Unidos, sugirió “conectar a todos<br />

los ci<strong>en</strong>tíficos a la World Wide Web, cuando sea necesario, proporcionando un<br />

acceso subv<strong>en</strong>cionado a Internet a través de las redes de satélite comerciales,” y<br />

“asumir la responsabilidad de g<strong>en</strong>erar un rico ars<strong>en</strong>al de recursos de<br />

conocimi<strong>en</strong>to validado ci<strong>en</strong>tíficam<strong>en</strong>te, puesto a disposición de manera gratuita<br />

<strong>en</strong> la Web, a modo de preparación para una época <strong>en</strong> la que el acceso universal<br />

a Internet para los ci<strong>en</strong>tíficos se logre tanto <strong>en</strong> las naciones <strong>en</strong> vías de desarrollo<br />

como <strong>en</strong> las industrializadas.”<br />

Del ciberespacio al mundo real<br />

En los primeros días de la red, se t<strong>en</strong>ía la s<strong>en</strong>sación de que la red nos había dado<br />

la libertad de hacer cosas indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de los gobiernos y de la legislación<br />

nacional. De hecho, <strong>en</strong> febrero de 1996, John Perry Barlow, un activista de<br />

Internet, publicó una “Declaración de Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia del Ciberespacio” [31].<br />

“Gobiernos del mundo industrializado”, declaró el Sr. Barlow, “a nombre del futuro,<br />

les pido desde el pasado que nos dej<strong>en</strong> <strong>en</strong> paz. No son bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>idos <strong>en</strong>tre<br />

nosotros. No ti<strong>en</strong><strong>en</strong> ninguna soberanía donde nos reunimos. No ti<strong>en</strong><strong>en</strong> ningún<br />

derecho moral a gobernarnos ni pose<strong>en</strong> ningún método de aplicación de la ley<br />

que nos haga temer. El ciberespacio no está d<strong>en</strong>tro de sus fronteras”. E Internet<br />

se convirtió <strong>en</strong> una de las herrami<strong>en</strong>tas más importantes de def<strong>en</strong>sa ciudadana<br />

utilizada para la investigación, la educación pública, la organización, la discusión<br />

política, la coordinación y mucho más todavía.<br />

Desafortunadam<strong>en</strong>te la tecnología digital también ha traído consigo nuevas<br />

formas de confinami<strong>en</strong>to de la información que minan el derecho público de<br />

utilizar, compartir y reproducir la información. Esos confinami<strong>en</strong>tos am<strong>en</strong>azan con<br />

minar el discurso político, el discurso libre y la creatividad necesaria para una<br />

democracia sana. En realidad, los gobiernos pued<strong>en</strong> y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un considerable


control sobre lo que se realiza <strong>en</strong> Internet. Como señaló The Economist, “Internet<br />

es parte del mundo real. Como todos «los Dorados», sus inicios fueron un poco<br />

salvajes, pero finalm<strong>en</strong>te la policía siempre llega”. [32]<br />

El carácter democrático de Internet y su capacidad de alcanzar una base de<br />

conocimi<strong>en</strong>to “casi infinita” han sido cuestionados. Si bi<strong>en</strong> el alto costo, la baja<br />

calidad y la falta de acceso a Internet constituy<strong>en</strong> la primera barrera para el<br />

acceso público a Internet <strong>en</strong> los países pobres, las políticas y las actitudes<br />

institucionales y gubernam<strong>en</strong>tales conduc<strong>en</strong> a un segundo tipo de barrera. Como<br />

concluyera Carnegie Endowm<strong>en</strong>t for International Peace (CEIP), los gobiernos<br />

pued<strong>en</strong> impedir que sus ciudadanos visit<strong>en</strong> ciertos sitios que consideran dañinos<br />

para el interés nacional, controlar el acceso a los sitios extranjeros, monitorear lo<br />

que publican sus ciudadanos y aislar literalm<strong>en</strong>te a su g<strong>en</strong>te del resto de la red<br />

[33]. Las escuelas y los padres pued<strong>en</strong> utilizar un filtro para proteger a sus niños<br />

de la pres<strong>en</strong>cia cada vez mayor de sitios obsc<strong>en</strong>os <strong>en</strong> la red. ¿De qué otra forma<br />

podemos protegernos a nosotros mismos y a nuestros niños de la am<strong>en</strong>aza que<br />

constituye la pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la red de la desnudez, de los actos sexuales, de las<br />

drogas, del alcohol, del tabaco, de la viol<strong>en</strong>cia y la profanidad, de los cultos, de<br />

los grupos racistas, extremistas e intolerantes, del <strong>juego</strong> ilegal y de las empresas<br />

de negocios fraudul<strong>en</strong>tos? El desafío consiste <strong>en</strong> <strong>en</strong>contrar un equilibrio <strong>en</strong>tre<br />

nuestra búsqueda de libertad y aperturta, y la necesidad de fr<strong>en</strong>ar la pornografía,<br />

la obsc<strong>en</strong>idad y la intolerancia.<br />

Ese es el gran dilema que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan las bibliotecas que ofrec<strong>en</strong> acceso público a<br />

Internet. Mi<strong>en</strong>tras casi todas las bibliotecas públicas de los EE.UU. proporcionan a<br />

sus cli<strong>en</strong>tes acceso gratuito a Internet, la situación es desastrosa <strong>en</strong> casi todos los<br />

países <strong>en</strong> vías de desarrollo.<br />

Como planteara Nancy Kranich, el acceso público a Internet es es<strong>en</strong>cial para<br />

revitalizar la participación cívica, así como para reclamar el espacio público y<br />

promover el interés público <strong>en</strong> la era digital.<br />

Exist<strong>en</strong> dos formas de considerar el acceso público a Internet:<br />

Permitir a los ciudadanos de todo el mundo utilizar las herrami<strong>en</strong>tas de la red de<br />

información para acceder a la información disponible, así como crear su propia<br />

información y difundir sus habilidades.<br />

Asegurar el acceso libre a la información es<strong>en</strong>cial, de modo que las<br />

oportunidades proporcionadas por Internet sean utilizadas realm<strong>en</strong>te para que<br />

todo el mundo pueda acceder al conocimi<strong>en</strong>to.


Mujeres<br />

Mavic Cabrera-Balleza<br />

El tema de la información y la comunicación es clave <strong>en</strong> el discurso feminista y <strong>en</strong><br />

la práctica política cotidiana de las militantes del movimi<strong>en</strong>to feminista.<br />

Es clave porque aborda aspectos como el l<strong>en</strong>guaje y las formas de expresión que<br />

no solo reflejan las realidades sociales y las relaciones de género y poder, sino<br />

también conforman, defin<strong>en</strong> y dictan cómo deb<strong>en</strong> ser esas relaciones de género y<br />

poder. Las herrami<strong>en</strong>tas y metodologías de la información y la comunicación<br />

reproduc<strong>en</strong> las desigualdades, las contradicciones y los prejuicios de la sociedad.<br />

Por otro lado, también pued<strong>en</strong> ser cruciales <strong>en</strong> la educación y movilización de las<br />

personas para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar las desigualdades y prejuicios sociales que afectan a las<br />

mujeres. A la vez, pued<strong>en</strong> servir de instrum<strong>en</strong>tos para subvertir las instituciones<br />

sociales patriarcales, así como para promover la igualdad de sexos y el<br />

otorgami<strong>en</strong>to de responsabilidades a las mujeres.<br />

Desarrollo y evolución de una ag<strong>en</strong>da feminista<br />

<strong>en</strong> la sociedad de la información<br />

Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) han cambiado<br />

considerablem<strong>en</strong>te las maneras <strong>en</strong> que las mujeres se informan y se comunican<br />

<strong>en</strong>tre sí y con sus respectivas comunidades geopolíticas locales, nacionales,<br />

regionales e internacionales. También han contribuido positivam<strong>en</strong>te al<br />

desmantelami<strong>en</strong>to de las barreras para el acceso a los medios de comunicación,<br />

de modo que permit<strong>en</strong> que más mujeres realic<strong>en</strong> y distribuyan producciones <strong>en</strong><br />

los medios de comunicación que expres<strong>en</strong> correcta y adecuadam<strong>en</strong>te sus<br />

problemas, sus preocupaciones y sus aspiraciones. Las TIC han ampliado el<br />

alcance de medios de comunicación establecidos, como la radio comunitaria.<br />

Además, los nuevos métodos de redes electrónicas han hecho posible que las<br />

mujeres adquieran nuevas habilidades, id<strong>en</strong>tifiqu<strong>en</strong> nuevos contactos y<br />

consolid<strong>en</strong> sus redes. Evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, las TIC han sido y continúan si<strong>en</strong>do<br />

importantes herrami<strong>en</strong>tas para fom<strong>en</strong>tar la solidaridad y facilitar la creación de<br />

estructuras que apoy<strong>en</strong> las luchas populares por alcanzar una paz verdadera y un<br />

tratami<strong>en</strong>to equitativo de los géneros.<br />

Sin embargo, aunque las TIC ofrec<strong>en</strong> una amplia gama de oportunidades,<br />

también contribuy<strong>en</strong> a ampliar la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre los que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso a los<br />

recursos y los que no lo ti<strong>en</strong><strong>en</strong>. Existe una gran división de géneros d<strong>en</strong>tro de la<br />

división digital. En todo el mundo, las mujeres <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan barreras económicas,


sociales, culturales y políticas que las limitan o les impid<strong>en</strong> acceder a las<br />

tecnologías de la información y las comunicaciones y b<strong>en</strong>eficiarse de ellas. Por<br />

consigui<strong>en</strong>te, resulta imperativo que las activistas feministas <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>dan el discurso<br />

tecnológico, socioeconómico y político pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las TIC. Es es<strong>en</strong>cial que<br />

examin<strong>en</strong> constantem<strong>en</strong>te las pot<strong>en</strong>cialidades y los impactos de las TIC, con el<br />

objetivo de emplearlas como herrami<strong>en</strong>tas eficaces <strong>en</strong> la organización feminista y<br />

<strong>en</strong> un activismo social más amplio.<br />

Los inicios<br />

El impacto de las tecnologías de la información y las comunicaciones <strong>en</strong> las<br />

mujeres se evid<strong>en</strong>ció por primera vez durante el proceso preparatorio de la Cuarta<br />

Confer<strong>en</strong>cia Mundial de Mujeres, que tuvo lugar <strong>en</strong> Beijing, China, <strong>en</strong> 1995. El<br />

trabajo de información y diseminación para estimular a las mujeres del mundo a<br />

participar fue realizado por organizaciones fem<strong>en</strong>inas a través del correo<br />

electrónico, una herrami<strong>en</strong>ta que muchas de ellas estaban apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a utilizar<br />

precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to. Cuando el Comité Organizador Chino anunció de<br />

rep<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> marzo de 1995, que el Foro de las ONG de Mujeres cambiaba su<br />

sede del c<strong>en</strong>tro de Beijing a un sitio ubicado a 64 kilómetros, <strong>en</strong> Huairou, el<br />

C<strong>en</strong>tro Internacional de la Tribuna de la Mujer <strong>en</strong>vió un alerta urg<strong>en</strong>te a<br />

WOMENET, una red por fax compuesta por 28 redes de medios de comunicación<br />

de mujeres de todo mundo surgida después de un taller de medios de<br />

comunicación de mujeres realizado <strong>en</strong> Barbados, <strong>en</strong> 1991. Cada red de medios<br />

de comunicación de mujeres <strong>en</strong>vió el m<strong>en</strong>saje por fax a su propia red <strong>en</strong> cada<br />

región del mundo y, rápidam<strong>en</strong>te, dec<strong>en</strong>as de miles de firmas fueron <strong>en</strong>viadas <strong>en</strong><br />

señal de protesta a las Naciones Unidas y al Comité Organizador Chino <strong>en</strong><br />

Beijing. Desgraciadam<strong>en</strong>te, esto no hizo que los anfitriones chinos cambiaran de<br />

parecer, aunque sirvió para que redoblaran sus esfuerzos con vistas a<br />

proporcionar mejores alojami<strong>en</strong>tos e instalaciones <strong>en</strong> Huairou. Sin embargo,<br />

mostró cuán rápida y eficazm<strong>en</strong>te las mujeres podrían contactarse y apoyarse<br />

<strong>en</strong>tre sí <strong>en</strong> tiempos de crisis, lo que constituyó un mom<strong>en</strong>to de fortalecimi<strong>en</strong>to<br />

para las mujeres a escala internacional [1].<br />

En América Latina (que estaba más avanzada <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> cuanto a la<br />

conectividad por correo electrónico que Asia-Pacífico asiático o África), una gran<br />

cantidad de mujeres se b<strong>en</strong>eficiaron con las facilidades de comunicación <strong>en</strong> línea<br />

disponibles durante la preparación de la Confer<strong>en</strong>cia de Beijing. En otras<br />

regiones, las mujeres empleaban una combinación de nuevas TIC con otros<br />

medios y facilidades de comunicación <strong>en</strong>tre las que se incluían teléfono, fax, y<br />

reuniones personales.<br />

Durante la confer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> Beijing, la Asociación para el Progreso de las<br />

Comunicaciones organizó un equipo de 40 miembros, todas mujeres, que brindó<br />

servicios pl<strong>en</strong>os de Internet a todos los participantes del Foro de ONG de Beijing y<br />

a la confer<strong>en</strong>cia intergubernam<strong>en</strong>tal. Mujeres y hombres de todo el mundo<br />

pudieron acceder a la información proced<strong>en</strong>te directam<strong>en</strong>te del Foro de ONG y de<br />

la confer<strong>en</strong>cia a través del correo electrónico, de confer<strong>en</strong>cias electrónicas y<br />

páginas Web [2].<br />

La participación fem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> los preparativos regionales y mundiales del<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro de Beijing contribuyó evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te a crear una red de mujeres<br />

preocupadas por los temas y las políticas de género y las TIC. No obstante, a<br />

pesar del empleo relativam<strong>en</strong>te popular de las tecnologías <strong>en</strong> la fase preparatoria<br />

y durante el Foro de ONG y la Confer<strong>en</strong>cia de Beijing, la Plataforma de Acción de


Beijing, principal docum<strong>en</strong>to emanado de la confer<strong>en</strong>cia, no abordó<br />

adecuadam<strong>en</strong>te los temas de género y las TIC. Al reflexionar sobre lo ocurrido,<br />

solo puede decirse que ni la sociedad civil ni los gobiernos previeron <strong>en</strong> ese<br />

mom<strong>en</strong>to el impacto que t<strong>en</strong>drían las nuevas TIC <strong>en</strong> las mujeres. Lo estipulado <strong>en</strong><br />

la sección Mujeres y Medios de Comunicación (sección J) de la Plataforma de<br />

Beijing con respecto a las TIC se limitó a mejorar las habilidades, los<br />

conocimi<strong>en</strong>tos y el acceso de las mujeres a las tecnologías de la información. No<br />

obstante, la Confer<strong>en</strong>cia de Beijing marcó un giro decisivo <strong>en</strong> la def<strong>en</strong>sa de la<br />

mujer <strong>en</strong> los aspectos relacionados con la comunicación y las TIC. Amplió y<br />

profundizó el discurso sobre la mujer y la comunicación, que hasta ese mom<strong>en</strong>to<br />

se había c<strong>en</strong>trado casi exclusivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las imág<strong>en</strong>es negativas y<br />

estereotipadas de las mujeres <strong>en</strong> los medios de comunicación. La Confer<strong>en</strong>cia de<br />

Beijing permitió la introducción del concepto de las mujeres como participantes<br />

claves <strong>en</strong> el campo de los medios de comunicación y las TIC, tanto a escala<br />

tecnológica como <strong>en</strong> la elaboración de políticas. También subrayó la necesidad de<br />

subv<strong>en</strong>cionar los requerimi<strong>en</strong>tos de la infraestructura y los esfuerzos<br />

experim<strong>en</strong>tales [sobre] el empleo de las TIC. Además, fom<strong>en</strong>tó el empleo de las<br />

tecnologías como un medio para fortalecer la participación de la mujer <strong>en</strong> los<br />

procesos democráticos. Algunas de las organizaciones que han influido <strong>en</strong> los<br />

debates sobre los medios y las TIC <strong>en</strong> la Confer<strong>en</strong>cia de Beijing fueron la Ag<strong>en</strong>cia<br />

Latinoamericana de Información, la Asociación para el Progreso de las<br />

Comunicaciones, el Programa de Apoyo a la Red de Mujeres, Isis International, el<br />

C<strong>en</strong>tro Internacional de Tribuna de la Mujer, y la Asociación Mundial para la<br />

Comunicación Cristiana. Estos grupos, junto a otros participantes de la sociedad<br />

civil continuaron participando activam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los espacios de debate sobre el<br />

género, los medios y TIC, y durante el proceso han s<strong>en</strong>tado preced<strong>en</strong>tes <strong>en</strong><br />

términos de propuestas de la política sobre las TIC.<br />

Entretanto, como una contribución a la confer<strong>en</strong>cia de Beijing, la Comisión de las<br />

Naciones Unidas sobre Ci<strong>en</strong>cia y Tecnología para el Desarrollo (UNCSTD, por sus<br />

siglas <strong>en</strong> inglés) llevó a cabo un abarcador conjunto de estudios sobre las<br />

relaciones <strong>en</strong>tre género, ci<strong>en</strong>cia y tecnología, y desarrollo. Los informes sobre<br />

este estudio revelaron que existían importantes difer<strong>en</strong>cias de género <strong>en</strong> los<br />

niveles de acceso, control y b<strong>en</strong>eficios obt<strong>en</strong>idos de una amplia gama de<br />

desarrollos tecnológicos. Específicam<strong>en</strong>te con respecto a las TIC, el estudio<br />

realizado por la UNCSTD concluyó que la revolución de la información al parecer<br />

no t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta a las mujeres, que la literatura sobre la sociedad de la<br />

información no se refería a los temas de género, y que ni las investigaciones ni los<br />

proyectos prácticos <strong>en</strong> el campo de la tecnología de la información habían<br />

abordado las circunstancias particulares de las mujeres [3].<br />

Inclusión <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da internacional<br />

Cinco años después cambiaron considerablem<strong>en</strong>te los puntos de vista sobre las<br />

TIC, tanto desde las perspectivas de las instituciones de mujeres y de género,<br />

como desde las del propio movimi<strong>en</strong>to feminista. En el análisis de la Plataforma<br />

de Beijing, realizado <strong>en</strong> el año 2000, se prestó gran at<strong>en</strong>ción a las TIC y su<br />

impacto <strong>en</strong> las mujeres. El análisis de la puesta <strong>en</strong> práctica de la Plataforma de<br />

Acción de Beijing, realizado <strong>en</strong> el año 2000, reconoció las creci<strong>en</strong>tes<br />

oportunidades puestas a disposición de las mujeres mediante el empleo de las<br />

TIC -compartir conocimi<strong>en</strong>tos, trabajar <strong>en</strong> red y comercio electrónico. Sin<br />

embargo, también mostró que la pobreza, la falta de acceso a la infraestructura de


las telecomunicaciones, las barreras lingüísticas, el desconocimi<strong>en</strong>to de la<br />

computación y el analfabetismo impid<strong>en</strong> a las mujeres utilizar las tic, incluy<strong>en</strong>do<br />

Internet.<br />

En los años posteriores a la Confer<strong>en</strong>cia de Beijing ha aum<strong>en</strong>tado<br />

considerablem<strong>en</strong>te el reconocimi<strong>en</strong>to internacional de los temas de género y las<br />

TIC. Las mujeres han aprovechado los espacios nacionales, regionales e<br />

internacionales de discusión sobre las TIC. Ellas han ejercido presiones sobre los<br />

gobiernos nacionales, los organismos intergubernam<strong>en</strong>tales que dictan la política<br />

de género, así como sobre las instituciones de telecomunicaciones. Docum<strong>en</strong>tos<br />

reci<strong>en</strong>tes de política internacional han reconocido las implicaciones de género de<br />

las nuevas TIC y han id<strong>en</strong>tificado el perfeccionami<strong>en</strong>to y desarrollo de las<br />

habilidades de las mujeres, su conocimi<strong>en</strong>to, empleo y acceso a las tecnologías<br />

de la información como grandes retos para la Sociedad de la Información.<br />

Global Knowledge 97 (GK 97) fue la primera gran confer<strong>en</strong>cia internacional <strong>en</strong><br />

explorar el pot<strong>en</strong>cial de las tecnologías de la información y su posible impacto <strong>en</strong><br />

los países <strong>en</strong> desarrollo. Una int<strong>en</strong>sa campaña de correo electrónico y cabildeo<br />

institucional, iniciada por el Comité ad hoc de Mujeres <strong>en</strong> GK97, trajo como<br />

resultado una considerable participación fem<strong>en</strong>ina y constituyó un paso<br />

importante <strong>en</strong> la inclusión de las mujeres <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da del “conocimi<strong>en</strong>to para el<br />

desarrollo”. El Precepto sobre Género, Asociaciones y Desarrollo de las TIC<br />

emanado de esta reunión reconoció “la importancia de las nuevas TIC como un<br />

medio para reunir y distribuir nuestros conocimi<strong>en</strong>tos y her<strong>en</strong>cia compartidos.”<br />

Plantea que todas las facetas de ing<strong>en</strong>iería, diseño, desarrollo y <strong>en</strong>trega de las<br />

TIC deb<strong>en</strong> incluir la igualdad de géneros o de lo contrario correrán el riesgo de no<br />

ser eficaces.<br />

Entre las acciones prioritarias que considera necesarias se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran [4]:<br />

incorporar el análisis de género a toda la investigación de política ci<strong>en</strong>tífica y<br />

tecnológica;<br />

desarrollar y subv<strong>en</strong>cionar evaluaciones del impacto de las nuevas TIC <strong>en</strong> las<br />

necesidades de comunicación de las mujeres;<br />

y proporcionar adiestrami<strong>en</strong>tos, sistemas de acceso y <strong>en</strong>trega, incluy<strong>en</strong>do<br />

versiones desarrolladas para mujeres.<br />

Por su parte, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), actuando según<br />

una resolución adoptada <strong>en</strong> 1998 <strong>en</strong> la Confer<strong>en</strong>cia Mundial para el Desarrollo de<br />

las Telecomunicaciones, <strong>en</strong> Valetta, Malta, creó el Grupo de Expertos sobre los<br />

temas de género (TFGI) d<strong>en</strong>tro de su Sector de Desarrollo de las<br />

Telecomunicaciones. Su misión era trabajar con vistas a asegurar que los<br />

b<strong>en</strong>eficios de las telecomunicaciones y de la emerg<strong>en</strong>te sociedad de la<br />

información estuvieran a disposición de todas las mujeres y hombres <strong>en</strong> los<br />

países <strong>en</strong> desarrollo sobre una base justa y equitativa. También t<strong>en</strong>ía como<br />

objetivo estimular la contratación, el empleo, el adiestrami<strong>en</strong>to y la promoción de<br />

las mujeres <strong>en</strong> el campo de las telecomunicaciones [5]. En 2002, después de la<br />

Confer<strong>en</strong>cia Mundial de Desarrollo de las Telecomunicaciones (CMDT) <strong>en</strong><br />

Estambul, Turquía, se adoptó una nueva resolución que convirtió al TFGI <strong>en</strong> un<br />

Grupo de Trabajo sobre los temas de género al que se asignaron recursos<br />

prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes del gobierno de Noruega. La CMDT también instó a incluir una<br />

perspectiva de género <strong>en</strong> los temas y <strong>en</strong> el trabajo de la Cumbre Mundial sobre la<br />

Sociedad de la Información (CMSI).


Antes de la creación del Grupo de Trabajo sobre los temas de género, la UIT, el<br />

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo de<br />

Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) firmaron un<br />

memorando de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to para colaborar <strong>en</strong> el desarrollo de estrategias<br />

s<strong>en</strong>sibles al género para el desarrollo de las telecomunicaciones y de la política<br />

de las TIC, <strong>en</strong> julio del año 2000.<br />

En noviembre de 2002, la División de las Naciones Unidas para el Progreso de la<br />

Mujer efectuó <strong>en</strong> Seúl, Corea, una Reunión del Grupo de Expertos sobre<br />

“tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto y empleo como<br />

instrum<strong>en</strong>to para el desarrollo y la habilitación de las mujeres”. Los participantes<br />

<strong>en</strong> la reunión pres<strong>en</strong>taron varios ejemplos de cómo las mujeres marginadas<br />

utilizaban las TIC para capacitarse. Sin embargo, también subrayaron que estos<br />

ejemplos no eran sufici<strong>en</strong>tes. Una de las conclusiones a que llegaron es que aún<br />

existe una falta g<strong>en</strong>eral de análisis de género <strong>en</strong> la formulación de la política de<br />

las TIC y <strong>en</strong> la pres<strong>en</strong>tación del programa. Los resultados de la reunión sirvieron<br />

como puntos de partida para la sesión de la Comisión de la Condición de la Mujer<br />

de 2003, así como para la primera fase de la CMSI celebrada <strong>en</strong> Ginebra <strong>en</strong><br />

diciembre de 2003.<br />

Los géneros y la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información<br />

(CMSI)<br />

La CMSI es uno de los grandes ev<strong>en</strong>tos internacionales <strong>en</strong> que m<strong>en</strong>os<br />

participación ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las militantes feministas. Una de las razones para ello podría<br />

ser la escasez de fondos para asistir a las reuniones preparatorias. Sin embargo,<br />

la razón más convinc<strong>en</strong>te es la falta de compr<strong>en</strong>sión del proceso y la apreciación<br />

de la relación <strong>en</strong>tre los problemas y la lucha de las mujeres por alcanzar la<br />

igualdad de géneros. No obstante, se han logrado éxitos considerables <strong>en</strong> lo<br />

refer<strong>en</strong>te a la incorporación de los temas de género <strong>en</strong> los docum<strong>en</strong>tos oficiales<br />

emanados de la fase de la Cumbre de Ginebra.<br />

Dos grupos contribuyeron activam<strong>en</strong>te a asegurar las perspectivas de género <strong>en</strong><br />

todas las discusiones <strong>en</strong> la primera fase de la CMSI. Estos fueron la ONG Grupo<br />

de Trabajo de Estrategias de Género (GSWG) y el Comité de Género (GC) de la<br />

CMSI. El GSWG se formó <strong>en</strong> la primera Reunión del Comité Preparatorio de la<br />

CMSI <strong>en</strong> Ginebra, <strong>en</strong> julio de 2002, como uno de los subcomités del Grupo de<br />

Coordinación de la Sociedad Civil (CSCG). Los grupos involucrados <strong>en</strong> este<br />

esfuerzo fueron: la Red de Mujeres Africanas para el Desarrollo y las<br />

Comunicaciones (FEMNET), la Ag<strong>en</strong>cia Latinoamericana de Información,<br />

Asociación para el Progreso de las Comunicaciones - Programa de Apoyo a la<br />

Red de la Mujer, C<strong>en</strong>tro Internacional de Tribuna de las Mujeres, e Isis<br />

International-Manila. La ONG Grupo de Trabajo de Estrategias de Género moderó<br />

la discusión NGOwom<strong>en</strong>@g<strong>en</strong>derit.org, una lista de correo electrónico dirigida a<br />

trazar estrategias y organizar la participación de las mujeres <strong>en</strong> el proceso de la<br />

CMSI. NGOwom<strong>en</strong>@g<strong>en</strong>derit.org t<strong>en</strong>ía como objetivo crear iniciativas sobre la<br />

igualdad de sexos y las TIC y fom<strong>en</strong>tar el <strong>en</strong>riquecimi<strong>en</strong>to de las discusiones <strong>en</strong><br />

b<strong>en</strong>eficio de todas las mujeres.<br />

Por otro lado, el CG es un grupo multi-participativo de mujeres y hombres de<br />

gobiernos nacionales, de la sociedad civil y las organizaciones no<br />

gubernam<strong>en</strong>tales, del sector privado y del sistema de las Naciones Unidas. El<br />

objetivo estratégico del Comité de Género de la CMSI es asegurar que la igualdad


de géneros y los derechos de las mujeres se integr<strong>en</strong> a la CMSI y a sus procesos<br />

resultantes. El Comité de Género de la CMSI fue creado durante la confer<strong>en</strong>cia<br />

regional preparatoria africana que tuvo lugar <strong>en</strong> Bamako, Mali, <strong>en</strong>tre el 25 y el 30<br />

de mayo de 2002 [6].<br />

Estos grupos contribuyeron positivam<strong>en</strong>te a la inclusión de un texto <strong>en</strong> la<br />

Declaración de Principios y Plan de Acción de la CMSI que refleja los análisis y<br />

las perspectivas de género. A continuación aparec<strong>en</strong> algunas de las<br />

recom<strong>en</strong>daciones adoptadas <strong>en</strong> los docum<strong>en</strong>tos oficiales de la CMS [7]:<br />

Habilitación para una participación pl<strong>en</strong>a. La alfabetización y la educación<br />

primaria universal son factores es<strong>en</strong>ciales para crear una Sociedad de la<br />

Información pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te integradora, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> particular las<br />

necesidades especiales de las niñas y las mujeres (Declaración de principios,<br />

Creación de Capacidades, párrafo 4).<br />

Procurar eliminar los obstáculos de género que dificultan la educación y la<br />

formación <strong>en</strong> materia de TIC, y promover la igualdad de oportunidades de<br />

capacitación para las mujeres y niñas <strong>en</strong> los ámbitos relacionados con las TIC.<br />

Se debe incluir a las niñas <strong>en</strong>tre los programas de iniciación temprana <strong>en</strong> las<br />

ci<strong>en</strong>cias y la tecnología, para aum<strong>en</strong>tar el número de mujeres <strong>en</strong> las carreras<br />

relacionadas con las TIC. Promover el intercambio de prácticas óptimas <strong>en</strong> la<br />

integración de los temas de género <strong>en</strong> la <strong>en</strong>señanza de las TIC (Plan de Acción,<br />

Desarrollo de Capacidades, párrafo 11g).<br />

Se ali<strong>en</strong>ta a los gobiernos a que, <strong>en</strong> colaboración con las partes interesadas,<br />

definan políticas de las TIC que propici<strong>en</strong> la actividad empresarial, la innovación<br />

y la inversión, haci<strong>en</strong>do especial hincapié <strong>en</strong> la promoción de la participación de<br />

la mujer (Plan de Acción, Ambi<strong>en</strong>te propicio, párrafo 13l).<br />

Al<strong>en</strong>tar la definición de prácticas óptimas para los cibertrabajadores y los<br />

ciberempleadores basadas, a escala nacional, <strong>en</strong> los principios de justicia e<br />

igualdad de género y <strong>en</strong> el respeto de todas las normas internacionales<br />

pertin<strong>en</strong>tes (Plan de Acción, Ciberempleo, párrafo 19a).<br />

Promover programas de iniciación temprana de las niñas jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> la esfera<br />

de la ci<strong>en</strong>cia y la tecnología, para acrec<strong>en</strong>tar el número de mujeres <strong>en</strong> carreras<br />

relacionadas con las TIC. (Plan de Acción, Ciberempleo, párrafo 19d).<br />

En la segunda fase de la CMSI, que t<strong>en</strong>drá lugar <strong>en</strong> Túnez <strong>en</strong> noviembre de 2005,<br />

los grupos de mujeres esperan poder fortalecer los principios de igualdad de<br />

sexos formulados <strong>en</strong> la Declaración de Principios de la Cumbre. Las militantes<br />

fem<strong>en</strong>inas consideran que los principios de género incluidos <strong>en</strong> el docum<strong>en</strong>to final<br />

(a saber, “Afirmamos que el desarrollo de las TIC brinda ing<strong>en</strong>tes oportunidades a<br />

las mujeres, las cuales deb<strong>en</strong> ser parte integrante y participantes clave de la<br />

Sociedad de la Información. Nos comprometemos a garantizar que la Sociedad<br />

de la Información fom<strong>en</strong>te la pot<strong>en</strong>ciación de las mujeres y su pl<strong>en</strong>a participación,<br />

<strong>en</strong> pie de igualdad, <strong>en</strong> todas las esferas de la sociedad y <strong>en</strong> todos los procesos<br />

de adopción de decisiones. A dicho efecto, debemos integrar una perspectiva de<br />

igualdad de género y utilizar las TIC como un instrum<strong>en</strong>to para conseguir este<br />

objetivo.”) son más débiles que los del texto cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> los anteproyectos de la<br />

declaración [8]. Además, desean asegurar que los problemas e inquietudes de las<br />

mujeres se integr<strong>en</strong> a las discusiones sobre la gobernanza y los mecanismos de<br />

financiami<strong>en</strong>to de Internet, los dos temas principales que serán abordados <strong>en</strong> la


segunda fase de la Cumbre <strong>en</strong> Túnez.<br />

Exist<strong>en</strong> varios problemas a los que se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan las militantes feministas <strong>en</strong> la<br />

elaboración de políticas de género y las TIC y <strong>en</strong> la implem<strong>en</strong>tación del programa.<br />

A continuación pres<strong>en</strong>tamos algunos de esos problemas.<br />

Acceso<br />

El tema del acceso es fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> el discurso de género y las TIC. El acceso<br />

está indisolublem<strong>en</strong>te relacionado con la disponibilidad de la infraestructura<br />

necesaria, y <strong>en</strong> casi todos los países <strong>en</strong> desarrollo las infraestructuras de<br />

comunicación son m<strong>en</strong>os estables y están m<strong>en</strong>os disponibles <strong>en</strong> las áreas rurales<br />

y urbanas pobres, donde vive la mayoría de las mujeres. Como señalaron la<br />

UNIFEM y la UNU/TECH: “A las mujeres, que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> responsabilidades<br />

especiales con los niños y los ancianos, les resulta más difícil que a los hombres<br />

migrar a los pueblos y ciudades. Por consigui<strong>en</strong>te, el carácter urbano de la<br />

posibilidad de conexión priva a las mujeres, más que a los hombres, del derecho<br />

universal a la comunicación” [9].<br />

El tema del acceso es considerado también como la manifestación más concreta<br />

de la división de género d<strong>en</strong>tro de la división digital. Esto se aprecia <strong>en</strong> el hecho<br />

de que son m<strong>en</strong>os las mujeres que utilizan las TIC <strong>en</strong> comparación con los<br />

hombres. Por ejemplo, la mayoría de las mujeres del mundo no emplea Internet y,<br />

por consigui<strong>en</strong>te, está excluida de la World Wide Web. La división digital d<strong>en</strong>tro de<br />

los países refleja ampliam<strong>en</strong>te la división de género. La t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a la<br />

difer<strong>en</strong>ciación <strong>en</strong> el uso com<strong>en</strong>zó antes, como se aprecia <strong>en</strong> los Estados Unidos,<br />

donde los chicos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> cinco veces más probabilidades que las chicas de usar<br />

las computadoras <strong>en</strong> casa y los padres gastan dos veces más <strong>en</strong> productos de las<br />

TIC para sus hijos que para sus hijas [10].<br />

También hay que v<strong>en</strong>cer barreras socioculturales con respecto al acceso de las<br />

mujeres a las TIC. Esto incluye el analfabetismo, el desconocimi<strong>en</strong>to del inglés y<br />

de otros idiomas dominantes <strong>en</strong> Internet, la aus<strong>en</strong>cia o falta de adiestrami<strong>en</strong>to <strong>en</strong><br />

computación, las responsabilidades domésticas y el hecho de que la información<br />

ofrecida por las TIC no es tan valiosa para ellas. Además, las mujeres ganan<br />

m<strong>en</strong>os y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> m<strong>en</strong>os recursos disponibles que los hombres para gastar <strong>en</strong> las<br />

comunicaciones. Adicionalm<strong>en</strong>te, los cafés de Internet están situados <strong>en</strong> lugares<br />

de difícil acceso para las mujeres o que culturalm<strong>en</strong>te están considerados<br />

inapropiados para ellas. Con frecu<strong>en</strong>cia, los servicios de comunicación <strong>en</strong> los<br />

países <strong>en</strong> desarrollo se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> las oficinas o <strong>en</strong> espacios públicos que<br />

operan <strong>en</strong> horario de oficina. T<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta las múltiples tareas basadas <strong>en</strong><br />

el género y las responsabilidades reproductivas asignadas a ellas, las mujeres<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> poco tiempo extra y puede suceder que esos c<strong>en</strong>tros de acceso público no<br />

estén abiertos <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que las mujeres pued<strong>en</strong> visitarlos. Algunos<br />

c<strong>en</strong>tros de comunicación están abiertos durante la noche, pero debido a las<br />

limitaciones culturales o a la falta de seguridad g<strong>en</strong>eral para salir de noche, las<br />

mujeres optan por no visitarlos. Obviam<strong>en</strong>te, es necesario crear algunos<br />

establecimi<strong>en</strong>tos y otras condiciones que asegur<strong>en</strong> a las mujeres la igualdad de<br />

género <strong>en</strong> el acceso y uso de las TIC.<br />

Formación, adiestrami<strong>en</strong>to, y desarrollo de capacidades<br />

En todo el mundo, las mujeres están condicionadas culturalm<strong>en</strong>te de forma tal<br />

que son desal<strong>en</strong>tadas a seguir la ci<strong>en</strong>cia y las matemáticas. Históricam<strong>en</strong>te, la


ci<strong>en</strong>cia y la tecnología han sido consideradas campos masculinos, y si existía<br />

algún papel para las mujeres, sería aquel <strong>en</strong> el que se convertían <strong>en</strong> mano de<br />

obra gratis <strong>en</strong> experim<strong>en</strong>tos aburridos que requerían gran paci<strong>en</strong>cia, confiabilidad<br />

y capacidad para empr<strong>en</strong>der tareas tediosas durante largos períodos, <strong>en</strong> las que<br />

ponían <strong>en</strong> práctica las cualidades “fem<strong>en</strong>inas” de perseverancia y paci<strong>en</strong>cia.<br />

El hecho de que las mujeres y las jóv<strong>en</strong>es t<strong>en</strong>gan m<strong>en</strong>os acceso a la educación<br />

es un factor principal que contribuye a que no se b<strong>en</strong>efici<strong>en</strong> igual de las<br />

oportunidades que ofrec<strong>en</strong> las nuevas TIC. Por ejemplo, de los 300 millones de<br />

niños sin acceso a la educación, dos tercios son niñas. De manera similar, las<br />

mujeres constituy<strong>en</strong> dos tercios de los 880 millones de adultos analfabetos que<br />

exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> el mundo [11]. Sophia Huyer, Directora ejecutiva del Comité Asesor de<br />

Género de la Comisión de las Naciones Unidas sobre Ci<strong>en</strong>cia y Tecnología para<br />

el Desarrollo (UNCSTD), describe el desgaste sost<strong>en</strong>ido de las jóv<strong>en</strong>es y mujeres<br />

a lo largo del sistema formal de ci<strong>en</strong>cia y tecnología (CyT), desde la educación<br />

primaria hasta la toma de decisiones de CyT como un “conducto agujereado”<br />

[12]). Nancy Hafkin, Directora de la Knowledge Working Consulting Firm y ex-jefa<br />

de la Sección de Información para el Desarrollo, UNECA, plantea que los agujeros<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> todas las fases del proceso como resultado de un conjunto de<br />

barreras para las jóv<strong>en</strong>es y mujeres, y pued<strong>en</strong> dividirse <strong>en</strong> cuatro categorías:<br />

Barreras culturales y actitudinales, como las percepciones sobre el papel y el<br />

estatus de las mujeres.<br />

Barreras contextuales, que incluy<strong>en</strong> la falta de compromiso familiar, la falta de<br />

apoyo de la pareja y el hecho de vivir <strong>en</strong> áreas rurales o aisladas.<br />

Barreras de calificación; a m<strong>en</strong>udo la falta de formación formal <strong>en</strong> matemática y<br />

ci<strong>en</strong>cias o la falta de experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las técnicas de programación de<br />

computadoras se percib<strong>en</strong> como una barrera, tanto por los departam<strong>en</strong>tos de<br />

admisiones como por los estudiantes y maestros.<br />

Barreras institucionales que bloquean el acceso de las mujeres al estudio de la<br />

ci<strong>en</strong>cia y la tecnología. Entre esas barreras se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran la car<strong>en</strong>cia de<br />

maestras y las presunciones de los maestros sobre las capacidades de las<br />

estudiantes; la falta de flexibilidad <strong>en</strong> las admisiones; los requisitos de selección<br />

y <strong>en</strong>trada, que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta las difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> cuanto a los anteced<strong>en</strong>tes<br />

educacionales, los <strong>en</strong>foques y las habilidades de las mujeres; y los rígidos<br />

requisitos de asist<strong>en</strong>cia a las prácticas y al trabajo de laboratorio, cuyo<br />

cumplimi<strong>en</strong>to resulta más difícil para las mujeres debido a sus responsabilidades<br />

familiares y domésticas [13].<br />

Willie Pearson Jr., Director de la Escuela de Historia, Tecnología y Sociedad <strong>en</strong> el<br />

Georgia Institute of Technology’s Ivan All<strong>en</strong> College, valida las observaciones de<br />

Huyer y Hafkin: “Es obvio por qué las mujeres no pued<strong>en</strong> asistir a nuestras<br />

facultades. Esperamos que ellas trabaj<strong>en</strong> el doble que los hombres, que form<strong>en</strong><br />

parte de los comités y se ocup<strong>en</strong> de la crianza y otros ci<strong>en</strong>tos de cosas mi<strong>en</strong>tras<br />

realizan su investigación, tutoran a los estudiantes graduados y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> su vida<br />

personal,” señaló Pearson durante la reunión nacional de la Sociedad<br />

Norteamericana de Química, celebrada <strong>en</strong> Chicago, <strong>en</strong> agosto de 2001.<br />

Empleo<br />

El panorama de empleo <strong>en</strong> la industria de las TIC está dominado por el sexo<br />

masculino. Por lo g<strong>en</strong>eral, las mujeres trabajan <strong>en</strong> niveles más bajos y están


elegadas a la introducción de datos, al procesami<strong>en</strong>to de textos y al trabajo de<br />

transcripción. Ello refleja patrones de formación y adiestrami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> las TIC, <strong>en</strong><br />

los que las mujeres jóv<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a ser la gran mayoría de la matrícula <strong>en</strong><br />

cursos de computación para trabajar <strong>en</strong> una oficina, pero solo un pequeño grupo<br />

de ellas estudia programación o ing<strong>en</strong>iería <strong>en</strong> computación.<br />

Business Process Outsourcing (BPO), el segm<strong>en</strong>to de servicios de trabajo <strong>en</strong> las<br />

TIC, es actualm<strong>en</strong>te el único gran empleador de mujeres <strong>en</strong> el área de la<br />

tecnología. Se refiere a la subcontratación de procesos y funciones comerciales<br />

<strong>en</strong> las áreas de administración, finanzas, recursos humanos, logísticas de<br />

distribución, servicios industriales, v<strong>en</strong>tas, marketing y protección al cli<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

lugares que pued<strong>en</strong> ofrecer estos servicios a un costo más bajo a través de<br />

<strong>en</strong>laces de transmisión de datos a alta velocidad que garantizan la <strong>en</strong>trega<br />

oportuna de los datos y servicios [14]. Exist<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes tipos de trabajo <strong>en</strong> las<br />

BPO que incluy<strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros de llamada de asist<strong>en</strong>cia al cli<strong>en</strong>te, los proveedores<br />

de ayuda por correo electrónico, los transcriptores médicos y los procesadores de<br />

las demandas de seguros. Cada vez son mayores los debates sobre las<br />

implicaciones del empleo <strong>en</strong> las empresas de BPO - <strong>en</strong> particular sus<br />

implicaciones <strong>en</strong> las vidas y trabajos de las mujeres. La principal pregunta que ha<br />

surgido es: ¿Constituye el empleo <strong>en</strong> las BPO una participación s<strong>en</strong>sible al<br />

género de las mujeres <strong>en</strong> la sociedad de la información? Por una parte, los<br />

críticos plantean que el trabajo <strong>en</strong> las BPO, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros de<br />

llamadas, está c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> aspectos culturales de autolimitación, donde la<br />

prioridad número uno es adquirir un ac<strong>en</strong>to americano o británico, un l<strong>en</strong>guaje y<br />

una cultura populares, así como adoptar nombres americanos o británicos (no se<br />

puede ser Lakhsmi o Deepa y, por consigui<strong>en</strong>te, hay que adoptar nombres como<br />

Anne o Debbie).<br />

Kalyani M<strong>en</strong>on-S<strong>en</strong>, de Jagori, un c<strong>en</strong>tro de recursos, comunicación y<br />

docum<strong>en</strong>tación de mujeres feministas, <strong>en</strong> la India se refiere a esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de<br />

empleo como una “simplificación de una g<strong>en</strong>eración” porque es “abrumadora y<br />

una pérdida de habilidades - aquí no se aplican el conocimi<strong>en</strong>to y las habilidades<br />

adquiridas <strong>en</strong> la escuela y <strong>en</strong> la universidad. El propio trabajo es aburrido y<br />

estresante, y se pret<strong>en</strong>de que las jóv<strong>en</strong>es mant<strong>en</strong>gan la compostura y la<br />

paci<strong>en</strong>cia incluso ante los insultos verbales de cli<strong>en</strong>tes <strong>en</strong>colerizados [15].” La<br />

razón principal para establecer las empresas de BPO <strong>en</strong> la India, Filipinas y Brasil<br />

es disminuir el costo de las operaciones multinacionales. Exist<strong>en</strong> informes que<br />

indican que los salarios que recib<strong>en</strong> las mujeres <strong>en</strong> las empresas de BPO <strong>en</strong> los<br />

países <strong>en</strong> desarrollo son hasta un 80% más bajos que los que recib<strong>en</strong> <strong>en</strong> los<br />

países desarrollados [16]. De hecho, un bu<strong>en</strong> inc<strong>en</strong>tivo para que las compañías<br />

multinacionales mant<strong>en</strong>gan, e incluso aum<strong>en</strong>t<strong>en</strong> sus márg<strong>en</strong>es de ganancia.<br />

Otra forma de BPO es la que se conoce g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te como trabajo tecnológico<br />

desde la casa. Las mujeres que trabajan <strong>en</strong> esas áreas están <strong>en</strong> peor situación<br />

que las que trabajan <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros de llamada, porque recib<strong>en</strong> salarios más bajos<br />

<strong>en</strong> relación con las que trabajan <strong>en</strong> el sector organizado y están sujetas a<br />

contratos de trabajo inseguros - si es que existe algún contrato. Estas mujeres,<br />

llamadas asist<strong>en</strong>tes virtuales, son un número considerable - de nuevo <strong>en</strong> la India<br />

y Filipinas, debido a su conocimi<strong>en</strong>to del idioma inglés y a que pose<strong>en</strong> habilidades<br />

de computación relativam<strong>en</strong>te más avanzadas. Realizan transcripciones médicas<br />

y legales y llevan la contabilidad diaria de pequeñas empresas ubicadas <strong>en</strong> los<br />

países del Norte. Aunque apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te se b<strong>en</strong>efician de la flexibilidad de poder


trabajar <strong>en</strong> casa <strong>en</strong> un horario m<strong>en</strong>os limitado, las múltiples cargas sobre las<br />

mujeres se hac<strong>en</strong> más definidas debido a que realizan su trabajo además de<br />

todos los quehaceres domésticos normales que se espera de ellas. Las mujeres<br />

que trabajan <strong>en</strong> esta industria basada <strong>en</strong> la tecnología también ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que hacer<br />

grandes inversiones para obt<strong>en</strong>er el empleo. Compran sus propias computadoras,<br />

pagan la electricidad y la conexión a Internet.<br />

Por lo g<strong>en</strong>eral, las mujeres todavía no figuran <strong>en</strong> los puestos de ger<strong>en</strong>te y de<br />

toma de decisiones <strong>en</strong> la industria de las TI. La mayoría de ellas tampoco es<br />

considerada como profesionales de las TI debido a que el empleo <strong>en</strong> la BPO no<br />

es un empleo profesional <strong>en</strong> las tecnologías de la información. El desarrollo de<br />

hardware y el de software son los únicos considerados como trabajos<br />

profesionales, aunque, sin dudas, son áreas dominadas por hombres.<br />

Indiscutiblem<strong>en</strong>te, el trabajo <strong>en</strong> las empresas de BPO perpetúa la desvalorización<br />

de la mano de obra fem<strong>en</strong>ina. Además, se están reproduci<strong>en</strong>do patrones de<br />

segregación de la mujer <strong>en</strong> los que los hombres ocupan la mayoría de los<br />

empleos de mayor calificación, y de alto valor añadido, mi<strong>en</strong>tras las mujeres se<br />

conc<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> empleos de m<strong>en</strong>or calificación y m<strong>en</strong>or valor añadido.<br />

Por otro lado, algunos estudiosos de los temas de género y las TIC, como Swasti<br />

Mitter, consideran que la subcontratación <strong>en</strong> el extranjero de trabajos de<br />

procesami<strong>en</strong>to de la información ofrece mayor oportunidad para la habilitación<br />

económica de las mujeres, que indica un “b<strong>en</strong>eficio sin preced<strong>en</strong>tes” que se<br />

ofrece a las mujeres que trabajan <strong>en</strong> estas áreas <strong>en</strong> la India, Malasia y las<br />

Filipinas, con salarios que g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te oscilan <strong>en</strong> alrededor de los $5000<br />

anuales - casi una fortuna para las mujeres de los países pobres donde el ingreso<br />

per cápita está por debajo de los $500 anuales. Según Mitter, “este es uno de los<br />

casos donde es posible afirmar sin temor a equivocarnos que la globalización ha<br />

traído ganancias para algunos países <strong>en</strong> desarrollo y para las mujeres que viv<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> ellos” [17]. Consci<strong>en</strong>te del síndrome de la apatía, con el que las mujeres sal<strong>en</strong><br />

del estrés, la ansiedad y la fatiga m<strong>en</strong>tal del trabajo de BPO, Mitter sosti<strong>en</strong>e que<br />

<strong>en</strong> dichos empleos los b<strong>en</strong>eficios para las mujeres son superiores a los costos.<br />

Ella cita a la BPO como una dim<strong>en</strong>sión positiva de la globalización para la que...<br />

los gobiernos nacionales deb<strong>en</strong> crear un ambi<strong>en</strong>te político para captar una parte<br />

mayor del mercado global <strong>en</strong> el procesami<strong>en</strong>to de la información y asegurar su<br />

sost<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to y reproducción.<br />

Es importante ser consci<strong>en</strong>te de la desv<strong>en</strong>taja de este tipo de empleo y educar al<br />

sector laboral y al público para poder exigir mejores condiciones de trabajo para<br />

las mujeres <strong>en</strong> la industria de las TI.<br />

Cont<strong>en</strong>ido<br />

El campo del diseño y el desarrollo del cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> línea y de los nuevos medios<br />

de comunicación está dominado principalm<strong>en</strong>te por los hombres y por el Norte.<br />

Esto define la calidad de la información disponible <strong>en</strong> Internet y <strong>en</strong> otros medios<br />

basados <strong>en</strong> la tecnología, como los <strong>juego</strong>s de video. Por tanto, no resulta<br />

sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que las imág<strong>en</strong>es de mujeres predominantes <strong>en</strong> Internet y <strong>en</strong> las<br />

producciones de los nuevos medios de comunicación sean estereotipadas,<br />

altam<strong>en</strong>te sexualizadas y a m<strong>en</strong>udo sexistas, y reflej<strong>en</strong> la cultura popular y los<br />

estilos de vida de los creadores del cont<strong>en</strong>ido. Las voces fem<strong>en</strong>inas, portadoras<br />

de las experi<strong>en</strong>cias, conocimi<strong>en</strong>tos, inquietudes y preocupaciones de las mujeres<br />

no están reflejadas sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te. Además, la mayoría de las mujeres del


mundo no hablan los idiomas dominantes de Internet - es decir, inglés, francés,<br />

alemán, japonés, y chino. Hay que señalar también que no solo el cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong><br />

línea se produce <strong>en</strong> estos idiomas - incluso el l<strong>en</strong>guaje de programación se basa<br />

fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el inglés. La falta de conocimi<strong>en</strong>to es un factor importante<br />

que limita los b<strong>en</strong>eficios que las mujeres pued<strong>en</strong> obt<strong>en</strong>er de las TIC - si no es que<br />

las excluye totalm<strong>en</strong>te.<br />

Las productoras individuales fem<strong>en</strong>inas y las organizaciones de mujeres <strong>en</strong> el<br />

mundo han <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tado este desafío con mucha creatividad e iniciativa. La radio<br />

Feminist International Radio Endeavor’s Internet salva el vacío exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre la<br />

comunicación para las personas sin instrucción y las nuevas TIC. La transmisión<br />

<strong>en</strong> español, inglés, y <strong>en</strong> ocasiones <strong>en</strong> otros idiomas, como portugués y francés,<br />

llega a una amplia audi<strong>en</strong>cia sin necesidad de disponer de un estudio totalm<strong>en</strong>te<br />

equipado o incluso de una lic<strong>en</strong>cia para utilizar las ondas sonoras. La estación de<br />

Internet fire’s combina la Internet con otros medios para crear un espacio<br />

interactivo dirigido a aum<strong>en</strong>tar al máximo la participación de las oy<strong>en</strong>tes<br />

fem<strong>en</strong>inas a través de cartas, listas de correo electrónico, acuerdos de<br />

retransmisión con las estaciones de radio comunitarias, y los sitios Web<br />

conectados [18]. El C<strong>en</strong>tro Internacional de Tribuna de las Mujeres produjo un<br />

disco compacto o “libro de computadora” innovador e interactivo para mujeres<br />

empresarias rurales africanas que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso a una computadora a través de<br />

un telec<strong>en</strong>tro, pero no pose<strong>en</strong> experi<strong>en</strong>cia de cómo usarlas. El disco ofrece<br />

consejos de cómo mejorar los r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos de las cosechas y el ganado, cómo<br />

comercializar lo que se produce y cómo ayudar a las mujeres a p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> los<br />

nuevos productos que ellas pued<strong>en</strong> hacer y v<strong>en</strong>der. Doblado <strong>en</strong> inglés y ugandés,<br />

el cont<strong>en</strong>ido del disco compacto también está disponible <strong>en</strong> línea para uso directo,<br />

gratis, para qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso a una conexión de Internet. Durante los<br />

ev<strong>en</strong>tos internacionales, tales como la revisión de 10 años de la Plataforma de<br />

Acción de Beijing, <strong>en</strong> Nueva York, <strong>en</strong> marzo de 2005, miembros de Asia-Pacific<br />

Wom<strong>en</strong>’s Watch traduc<strong>en</strong> sus informes in situ al ruso y al kirguiz y los distribuy<strong>en</strong><br />

a sus redes. A pesar de los limitados recursos, las militantes fem<strong>en</strong>inas produc<strong>en</strong><br />

continuam<strong>en</strong>te cont<strong>en</strong>idos diversos y relevantes y <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran las vías para hacer<br />

uso de las TIC de manera eficaz y significativa <strong>en</strong> las vidas de las mujeres.<br />

Explotación y acoso sexual<br />

No se puede hablar sobre las mujeres e Internet y el cont<strong>en</strong>ido de los nuevos<br />

medios de comunicación sin hacer refer<strong>en</strong>cia a asuntos tales como la pornografía,<br />

el acoso por correo electrónico, el “flaming” (abuso verbal <strong>en</strong> línea), y el ciberacecho.<br />

Se han informado numerosos casos de hombres que utilizan los sitios<br />

Web para acosar a las mujeres y violar su privacidad.<br />

Se estima que 10% de las v<strong>en</strong>tas por Internet son de naturaleza sexual, <strong>en</strong> forma<br />

de libros, video clips, fotografías, <strong>en</strong>trevistas <strong>en</strong> línea u otros artículos. Las<br />

innovaciones técnicas facilitan la explotación sexual de mujeres y niños, porque<br />

permit<strong>en</strong> a las personas comprar, v<strong>en</strong>der e intercambiar fácilm<strong>en</strong>te millones de<br />

imág<strong>en</strong>es y videos de explotación sexual de mujeres y niños. Estas tecnologías<br />

permit<strong>en</strong> a los depredadores sexuales of<strong>en</strong>der o explotar a mujeres y niños de<br />

manera eficaz y anónima. Como resultado del <strong>en</strong>orme mercado de pornografía<br />

exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la Web y la compet<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre los sitios, las imág<strong>en</strong>es pornográficas<br />

son cada vez más crudas, más viol<strong>en</strong>tas y más degradantes [19]. El barato<br />

acceso a las tecnologías de comunicación internacional permite a los usuarios<br />

llevar a cabo estas actividades desde la privacidad de sus casas [20]. La Internet


también se ha convertido <strong>en</strong> un instrum<strong>en</strong>to para la prostitución y el tráfico de<br />

mujeres. En 1995, aproximadam<strong>en</strong>te 1.8 millones de mujeres y jóv<strong>en</strong>es fueron<br />

víctimas del tráfico ilegal, y las cifras van <strong>en</strong> asc<strong>en</strong>so. La red es utilizada para<br />

anunciar viajes de prostitución para hombres de los países industrializados. Luego<br />

los hombres viajan a los países más pobres para conocer y comprar a jóv<strong>en</strong>es y<br />

mujeres prostitutas [21]. Los comerciantes y traficantes sexuales utilizan anuncios<br />

de trabajo <strong>en</strong> línea y sitios de servicio de contactos para anunciar y buscar<br />

información sobre las jóv<strong>en</strong>es y mujeres que ejerc<strong>en</strong> la prostitución <strong>en</strong> el mundo.<br />

Los grupos de mujeres han planteado su demanda de seguridad y garantía <strong>en</strong><br />

línea <strong>en</strong> muchas instancias. Han pedido a los gobiernos que empr<strong>en</strong>dan acciones,<br />

pero a la vez son cuidadosas con la aplicación de medidas legislativas, porque<br />

esto podría usarse como argum<strong>en</strong>to para que el Estado interv<strong>en</strong>ga y c<strong>en</strong>sure las<br />

TIC.<br />

El género <strong>en</strong> la política de las TIC<br />

El cabildeo y la def<strong>en</strong>sa alrededor de la elaboración de la política de las TIC es un<br />

área <strong>en</strong> que los grupos fem<strong>en</strong>inos de información y comunicación están<br />

desempeñando un activo papel. Las mujeres lo consideran como algo imperativo,<br />

porque si el análisis y las perspectivas de género no se reflejan <strong>en</strong> la política,<br />

tampoco aparecerán <strong>en</strong> la implem<strong>en</strong>tación del programa.<br />

Actualm<strong>en</strong>te, las mujeres ti<strong>en</strong><strong>en</strong> muy poca participación e influ<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los<br />

procesos de elaboración de políticas y de toma de decisiones sobre las TIC,<br />

debido a que no están repres<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> el sector privado y <strong>en</strong> los organismos<br />

gubernam<strong>en</strong>tales e intergubernam<strong>en</strong>tales que controlan este campo. Una<br />

investigación realizada <strong>en</strong> seis países (Australia, Japón, India, Malasia, Filipinas y<br />

la República de Corea), <strong>en</strong>cargada por la Comisión Económica y Social de la onu<br />

para Asia y Pacífico <strong>en</strong> 2001, con el objetivo de analizar el marco político y el<br />

ambi<strong>en</strong>te legislativo regional de las TIC, demostró la falta de at<strong>en</strong>ción a los<br />

objetivos de igualdad de sexos y al avance de las mujeres <strong>en</strong> las estructuras y<br />

estrategias nacionales de desarrollo de las TIC. Las principales áreas de<br />

resultado, comunes <strong>en</strong> las estructuras políticas de los países cubiertos <strong>en</strong> el<br />

estudio, fueron: la exist<strong>en</strong>cia de una infraestructura de redes y<br />

telecomunicaciones, la facilitación del comercio electrónico y de oportunidades de<br />

trabajo, el desarrollo de los recursos humanos, así como la promoción de la<br />

bu<strong>en</strong>a gobernanza y la participación de los ciudadanos. La mayoría de los marcos<br />

políticos nacionales y los planes estratégicos de TI exist<strong>en</strong>tes, por lo g<strong>en</strong>eral, no<br />

abordan los temas de género o c<strong>en</strong>trados <strong>en</strong> la mujer. La igualdad de sexos no es<br />

un tema explícito <strong>en</strong> los planes nacionales de las TIC [22]. Sin embargo, deb<strong>en</strong><br />

señalarse algunos hechos positivos. La República de Corea ha com<strong>en</strong>zado a dar<br />

los primeros pasos para integrar la ag<strong>en</strong>da de igualdad de sexos al marco de la<br />

política nacional de TI. En el área de planificación y gestión de la política, el<br />

gobierno australiano implem<strong>en</strong>ta métodos estadísticos y de recogida de datos que<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta los géneros con respecto a su política de las TIC y de comercio<br />

electrónico.<br />

Es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te, tanto los elaboradores de políticas de las TIC, como los<br />

def<strong>en</strong>sores de la igualdad de sexos, deb<strong>en</strong> ser consci<strong>en</strong>tes de la importancia del<br />

género <strong>en</strong> la política de las TIC. Los que elaboran la política deb<strong>en</strong> compr<strong>en</strong>der<br />

que las políticas serán más eficaces y s<strong>en</strong>sibles a las necesidades de sus<br />

electores si el tema del género se integra totalm<strong>en</strong>te. Por otro lado, los def<strong>en</strong>sores


del género deb<strong>en</strong> apr<strong>en</strong>der a no desat<strong>en</strong>der las TIC, particularm<strong>en</strong>te la política de<br />

las TIC, como un área técnica que no concierne a las mujeres, sobre todo a las<br />

mujeres comunes. Deb<strong>en</strong> trabajar continuam<strong>en</strong>te para incluir <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da de la<br />

política y las estrategias de las TIC los asuntos que les interesan.<br />

Es necesario continuar desarrollando y evolucionando un programa feminista <strong>en</strong><br />

términos de comunicación, del mismo modo <strong>en</strong> que hablamos de un programa<br />

social de comunicación basada <strong>en</strong> el derecho a comunicar de mujeres y hombres.<br />

Esta programa debe estar arraigado <strong>en</strong> la continua lucha del movimi<strong>en</strong>to feminista<br />

y los movimi<strong>en</strong>tos sociales más amplios de forma tal que refleje de manera exacta<br />

las diversas realidades de las mujeres.


Accesibilidad<br />

Catherine Roy<br />

“La accesibilidad es... una noción escurridiza... Uno de esos términos que todo el<br />

mundo utiliza hasta el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que uno se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra fr<strong>en</strong>te al problema de<br />

definirlo y evaluarlo” [1]<br />

Esta frase de Gould ha sido citada muchas veces porque resume muy bi<strong>en</strong> la<br />

complejidad de este concepto. La accesibilidad es una noción relativa y contextual<br />

y la definición apropiada dep<strong>en</strong>de mucho del alcance y del contexto del<br />

cuestionami<strong>en</strong>to. Según Scott, este concepto, hasta se diría esta percepción, es<br />

algo que cada uno de nosotros vive, evalúa y juzga de manera difer<strong>en</strong>te. [2]<br />

Del acceso universal a la accesibilidad<br />

de las personas discapacitadas:<br />

una problemática continua<br />

El término de accesibilidad, así como el de “acceso”, con el que se confunde a<br />

m<strong>en</strong>udo, sea hoy una de esas palabras - valija que son utilizadas<br />

indifer<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> diversos contextos y que sirv<strong>en</strong> a m<strong>en</strong>udo para disfrazar<br />

ciertas realidades, <strong>en</strong> lugar de aclararlas. Así pues, hablar de acceso o<br />

accesibilidad a la educación, la salud o la información como ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a hacerlo<br />

cada vez más las formulaciones “políticam<strong>en</strong>te correctas” de los conv<strong>en</strong>ios<br />

internacionales, es un modo de relegar los derechos fundam<strong>en</strong>tales (a la<br />

educación, salud, información, etc.) a un lugar secundario y de poner énfasis<br />

solam<strong>en</strong>te sobre su distribución y su práctica. Para las personas discapacitadas,<br />

sin embargo, la accesibilidad siempre ha repres<strong>en</strong>tado una cuestión importante.<br />

Son testimonio de ello las luchas empr<strong>en</strong>didas por los repres<strong>en</strong>tantes de ese<br />

ámbito desde hace más de medio siglo. La era digital y el ritmo de los desarrollos<br />

tecnológicos han aportado también su parte de desafíos <strong>en</strong> tanto que han abierto<br />

nuevas oportunidades para esta población. Es importante reconocer la gran<br />

contribución de esta comunidad al desarrollo de la noción de accesibilidad. Esa<br />

perspectiva y la problemática de la inclusión pl<strong>en</strong>a e integral de las personas<br />

discapacitadas <strong>en</strong> la sociedad de los saberes compartidos constituy<strong>en</strong> el hilo<br />

conductor de este artículo.<br />

La accesibilidad, una condición de acceso universal para todos<br />

De <strong>en</strong>trada, para compr<strong>en</strong>der bi<strong>en</strong> lo que está <strong>en</strong> <strong>juego</strong> <strong>en</strong> la accesibilidad,<br />

convi<strong>en</strong>e definir lo que se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de por “acceso universal”. En el campo de las<br />

tecnologías de la información, el acceso universal se refiere a nociones de


interoperabilidad, de compatibilidad, de equipami<strong>en</strong>to, de infraestructuras...y de<br />

accesibilidad. El acceso universal descansa pues sobre la posibilidad de alcanzar<br />

ciertas condiciones. El World Wide Web Consortium (W3C) define la noción de<br />

acceso universal como la posibilidad para todos los individuos de acceder a los<br />

recursos <strong>en</strong> la Web, cualquiera sea su material o software, su infraestructura de<br />

red, su l<strong>en</strong>gua materna, su cultura, su localización geográfica, o sus aptitudes<br />

físicas o m<strong>en</strong>tales. [3]<br />

Entre las diversas condiciones de acceso universal, la accesibilidad es<br />

probablem<strong>en</strong>te la que más se presta a confusión, ya que cada uno hace la<br />

promoción según los intereses y las necesidades de su comunidad. Así, para<br />

algunos ámbitos, la accesibilidad se refiere a la conectividad, para otros a los<br />

medios económicos, a la infraestructura, a los medios cognitivos y a la educación,<br />

a la disponibilidad de las informaciones o hasta al grado “de posibilidad de<br />

utilización” de los recursos para una persona que ti<strong>en</strong>e una defici<strong>en</strong>cia.<br />

Si bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> el orig<strong>en</strong> la accesibilidad se refería tradicionalm<strong>en</strong>te a la facilidad con la<br />

cual se accede o se interactúa con el <strong>en</strong>torno físico, el adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la<br />

sociedad de la información vio evolucionar el concepto de accesibilidad a fin de<br />

t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta las nuevas realidades. Según Kwan, la naturaleza del acceso a<br />

las oportunidades es radicalm<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>te del mundo físico, porque <strong>en</strong> el<br />

ciberespacio la interacción <strong>en</strong>tre los individuos dep<strong>en</strong>de más bi<strong>en</strong> de la<br />

disponibilidad de los recursos de comunicación que del tiempo y de los costos<br />

necesarios para superar la separación física. [4] En el c<strong>en</strong>tro de los numerosos<br />

cambios <strong>en</strong> curso, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra la disociación creci<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre el lugar y la función.<br />

Las actividades están basadas más bi<strong>en</strong> sobre la persona que sobre la<br />

localización: la accesibilidad <strong>en</strong> el ciberespacio es una cuestión no territorializada.<br />

Además, la noción “de accesibilidad a la información” propuesta por Dodge<br />

descansa sobre el acceso a los recursos pertin<strong>en</strong>tes y esto, <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to<br />

oportuno. Esta preocupación vi<strong>en</strong>e de la idea de que Internet puede dar acceso a<br />

una vasta colección de recursos de información pero, <strong>en</strong> razón justam<strong>en</strong>te de este<br />

exceso de información, no da necesariam<strong>en</strong>te acceso a informaciones útiles,<br />

corri<strong>en</strong>tes, confiables y abordables <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to oportuno. [5]<br />

Algunos llevan el debate más lejos, afirmando que hay que agregar a la definición<br />

de este concepto las dim<strong>en</strong>siones de información, sociales y culturales. En efecto,<br />

el abordaje tradicional de la accesibilidad no reconoce que los individuos forman<br />

parte de redes sociales a través de las cuales la información es intercambiada y<br />

que estas redes dan forma a normas y valores que, <strong>en</strong> sí mismos, condicionan <strong>en</strong><br />

gran medida, la accesibilidad. [6]<br />

Reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te ha sido posible observar el impacto de ciertas tecnologías<br />

emerg<strong>en</strong>tes sobre la accesibilidad, tales como la Wi-Fi o la Web semántica. En<br />

efecto, la Wi-Fi da actualm<strong>en</strong>te la posibilidad de conectarse <strong>en</strong> esta vasta red que<br />

es la Web gracias a la tecnología sin hilos y es considerada como una importante<br />

solución para responder a las necesidades de conectividad de algunos medios<br />

que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las infraestructuras necesarias (tales como las zonas rurales o los<br />

países <strong>en</strong> desarrollo o <strong>en</strong> transición). En lo que respecta a la Web semántica,<br />

aunque esta tecnología aún no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te desarrollada y<br />

ext<strong>en</strong>dida como para medir todas sus consecu<strong>en</strong>cias, ella apunta a mejorar la<br />

accesibilidad a la información, permiti<strong>en</strong>do responder, <strong>en</strong>tre otras cosas, a las<br />

preocupaciones <strong>en</strong> materia de acceso a informaciones pertin<strong>en</strong>tes y confiables.


La accesibilidad, una condición de acceso es<strong>en</strong>cial para personas<br />

discapacitadas<br />

Las transformaciones provocadas por el desarrollo de las tecnologías de la<br />

información y las comunicaciones (TIC) también han t<strong>en</strong>ido repercusiones <strong>en</strong> la<br />

comunidad de las personas discapacitadas.<br />

Tradicionalm<strong>en</strong>te, para una persona discapacitada, la accesibilidad significa que<br />

un lugar está acondicionado a fin de que ella pueda p<strong>en</strong>etrar y circular <strong>en</strong> él sin<br />

obstáculos, que las instalaciones, los equipos y los medios de comunicación están<br />

concebidos para permitir su uso, con o sin adaptación, por una persona que ti<strong>en</strong>e<br />

limitaciones motrices, s<strong>en</strong>soriales o cognitivas [7]. Esta accesibilidad esta basada<br />

sobre el desarrollo y la adopción de normas y su eficacia dep<strong>en</strong>de igualm<strong>en</strong>te del<br />

mom<strong>en</strong>to de implem<strong>en</strong>tación (i.e. cuanto mas previam<strong>en</strong>te la accesibilidad sea<br />

tomada <strong>en</strong> consideración <strong>en</strong> la planificación - de la construcción de un edificio, de<br />

un sitio web - mejor será).<br />

Esta necesidad de adaptación se transpone igualm<strong>en</strong>te a un contexto tecnológico.<br />

Varias definiciones han sido propuestas <strong>en</strong> lo que concierne a la accesibilidad a<br />

las tecnologías para las personas discapacitadas. Para la ONU, se trata de las<br />

aplicaciones flexibles capaces de adaptarse a cada prefer<strong>en</strong>cia y necesidad del<br />

utilizador [8]. Para el programa Web Accessibility Initiative (WAI) del W3C, se trata<br />

de cont<strong>en</strong>ido accesible cuando puede ser utilizado por una persona que ti<strong>en</strong>e una<br />

discapacidad [9]. Según Thatcher et al., cuando se habla de la accesibilidad de<br />

sitios Web, se habla de t<strong>en</strong>er acceso y de poder utilizar el cont<strong>en</strong>ido Web<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de la interface o el modo de conexión utilizado [10].<br />

Es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> el campo de la defici<strong>en</strong>cia, la accesibilidad a las TIC significa<br />

que esas tecnologías (sitios web, software, equipami<strong>en</strong>tos informáticos, telefonía,<br />

quioscos de información y v<strong>en</strong>tanillas de servicios automatizados, etc.) son<br />

utilizables por las personas discapacitadas, sin importar sus incapacidades o sus<br />

medios para paliarlas [11].<br />

Las tecnologías siempre han jugado un papel importante para favorecer el<br />

desarrollo de la autonomía de las personas discapacitadas: ayuda a la<br />

comunicación o a la movilidad, ayuda informática, domótica o, más reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te,<br />

innovaciones que permit<strong>en</strong> ori<strong>en</strong>tar sus desplazami<strong>en</strong>tos con la tecnología GPS...<br />

Un vasto campo de pericia a favor del acceso de las personas discapacitadas a<br />

estas tecnologías se ha desplegado progresivam<strong>en</strong>te alrededor de dos ejes: el<br />

desarrollo de soluciones tecnológicas, por una parte, la información, la<br />

s<strong>en</strong>sibilización y el lobying político, por la otra. Las cuestiones que rodean la<br />

accesibilidad de las tecnologías y de los cont<strong>en</strong>idos para las personas<br />

discapacitadas o de movilidad reducida son cada vez más tomadas <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta <strong>en</strong><br />

ciertas sociedades, habi<strong>en</strong>do varios países adoptado <strong>en</strong> los últimos quince años<br />

leyes y adherido a normas a fin de que las personas discapacitadas puedan jugar<br />

<strong>en</strong> pl<strong>en</strong>itud su rol de ciberciudadanos. Después de que los Estados Unidos,<br />

Australia y el Reino Unido adoptaran legislaciones, hace ya algunos años, Francia<br />

acaba de adoptar una ley que conti<strong>en</strong>e obligaciones <strong>en</strong> materia de accesibilidad a<br />

los sitios web públicos. Otros países como el Japón, Canadá, Nueva Zelanda e<br />

Italia también han hecho esfuerzos <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido. Una lista de las leyes y<br />

políticas vig<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el mundo puede ser consultada <strong>en</strong> el sitio del W3C. [12]<br />

No obstante, aun <strong>en</strong> los países más s<strong>en</strong>sibles a estas cuestiones, quedan todavía<br />

algunas barreras que pasar y, <strong>en</strong> materia de la sociedad de la información,


algunos aspectos es<strong>en</strong>ciales no son g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te tomados <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta de modo<br />

sufici<strong>en</strong>te. En efecto, el alcance de la accesibilidad está limitado, <strong>en</strong> la mayoría de<br />

los casos, a la infraestructura tecnológica, mi<strong>en</strong>tras que otras condiciones son<br />

es<strong>en</strong>ciales para garantizar el acceso a esta sociedad emerg<strong>en</strong>te.<br />

Así, las personas discapacitadas se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong>tre las más pobres, las m<strong>en</strong>os<br />

instruidas y las más marginalizadas de todas las sociedades. Ellas constituy<strong>en</strong><br />

más de 600 millones de personas a escala planetaria, <strong>en</strong>tre las cuales el 80% vive<br />

<strong>en</strong> países <strong>en</strong> vías de desarrollo o <strong>en</strong> transición. Ti<strong>en</strong><strong>en</strong> pocas oportunidades de<br />

participar <strong>en</strong> el desarrollo de sus comunidades y de ejercer una influ<strong>en</strong>cia sobre<br />

su suerte. Mi<strong>en</strong>tras que su efectiva integración <strong>en</strong> la sociedad actual tarda <strong>en</strong><br />

concretarse, las discusiones sobre su integración <strong>en</strong> la sociedad <strong>en</strong> construcción<br />

son de gran magnitud y no pued<strong>en</strong> limitarse solam<strong>en</strong>te a consideraciones<br />

tecnológicas.<br />

Las tres condiciones del desarrollo de la accesibilidad<br />

Como lo hemos visto anteriorm<strong>en</strong>te, la demanda de tomar <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta las<br />

dim<strong>en</strong>siones sociales y culturales <strong>en</strong> el desarrollo del acceso universal no es<br />

nueva. En este espíritu, los trabajos alrededor de la Cumbre Mundial de la<br />

Sociedad de la Información (SMSI) trataron de considerar necesidades<br />

particulares, tales como la educación (<strong>en</strong> una óptica de refuerzo de las<br />

capacidades) y el acceso a recursos comunitarios [13]. La ONU ha hecho trabajos<br />

interesantes <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido por vía de su programa de acción mundial. Plantea la<br />

noción “de accesibilidad al <strong>en</strong>torno”, que incluye la planificación y la introducción<br />

de medidas con el fin de promover la integración así como la pl<strong>en</strong>a y efectiva<br />

participación de todos sobre una base igualitaria. [14]<br />

En el contexto que nos preocupa, debemos ver <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia la accesibilidad<br />

para las a la sociedad de la información. Esta accesibilidad debe concretarse por<br />

medio de una acción inclusiva, participativa y normalizada:<br />

Inclusiva <strong>en</strong> una óptica de tomar <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta necesidades de todos <strong>en</strong> la<br />

concepción, implantación y evaluación de estrategias, políticas, programas y<br />

proyectos;<br />

Participativa <strong>en</strong> una óptica de participación de todos <strong>en</strong> la toma de decisiones<br />

que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un impacto sobre la vida de los individuos y de las comunidades;<br />

Normalizada <strong>en</strong> una óptica de desarrollo y de adopción de conceptos,<br />

procedimi<strong>en</strong>tos y estándares que tom<strong>en</strong> <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta las difer<strong>en</strong>cias sociales,<br />

económicas, culturales, lingüísticas, físicas y geográficas de todos.


Intelig<strong>en</strong>cia cooperativa<br />

Felix Stalder<br />

El término “intelig<strong>en</strong>cia de código abierto” ti<strong>en</strong>e dos significados. En el contexto de<br />

las operaciones tradicionales de intelig<strong>en</strong>cia (servicios secretos gubernam<strong>en</strong>tales<br />

y privados) se refiere a la información que puede extraerse de fu<strong>en</strong>tes públicas,<br />

incluy<strong>en</strong>do los periódicos, los sitios Web y los libros. Esto contrasta con la<br />

información recogida a través del espionaje, la vigilancia o los informantes, que no<br />

está disponible fuera de la organización de intelig<strong>en</strong>cia. Un código abierto, <strong>en</strong> este<br />

contexto, es cualquier recurso de información al que puede acceder el público.<br />

Reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, el término también se ha empleado para hacer refer<strong>en</strong>cia a una<br />

práctica de creación colaborativa del conocimi<strong>en</strong>to inspirada <strong>en</strong> el movimi<strong>en</strong>to<br />

Free and Op<strong>en</strong> Source Software (software libre y de código abierto, FOSS). El<br />

término fue utilizado por primera vez con este s<strong>en</strong>tido <strong>en</strong> un artículo publicado <strong>en</strong><br />

el diario <strong>en</strong> línea First Monday, <strong>en</strong> el año 2002 [1]. Es esta segunda acepción que<br />

utilizaremos <strong>en</strong> este artículo.<br />

Definición y contexto<br />

Durante las dos últimas décadas, el movimi<strong>en</strong>to de software libre y de código<br />

abierto ha establecido un proceso colaborativo de creación capaz de producir<br />

información de alta calidad (por ejemplo, el sistema operativo Linux). No obstante,<br />

este proceso está más vinculado a la creación del conocimi<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífico que a la<br />

producción de bi<strong>en</strong>es comerciales. Descansa <strong>en</strong> algunos principios g<strong>en</strong>erales:<br />

acceso sin restricción a la información creada por la comunidad; evaluación por<br />

pares de las contribuciones realizadas por los miembros de la comunidad;<br />

dirección basada <strong>en</strong> la autoridad y no <strong>en</strong> la sanción, y niveles flexibles de<br />

participación y responsabilidad.<br />

En la práctica, esto significa lo sigui<strong>en</strong>te: todos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso a toda la<br />

información creada como parte del proyecto colaborativo. Nadie puede eliminar<br />

información del fondo común. Las lic<strong>en</strong>cias Copyleft, como la Lic<strong>en</strong>cia Pública<br />

G<strong>en</strong>eral GNU, proporcionan protecciones legales [2]. Los miembros de la<br />

comunidad decid<strong>en</strong>, de manera colaborativa, cuáles contribuciones son lo<br />

sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te válidas como para ser introducidas <strong>en</strong> el fondo común de<br />

conocimi<strong>en</strong>tos y cuáles no serán aceptadas. Este proceso de evaluación por<br />

pares es importante para asegurar un elevado nivel de calidad del recurso común.<br />

Los proyectos de código abierto no son caóticos. La mayoría de ellos son dirigidos<br />

por una o más personas que se han ganado la confianza de la comunidad durante<br />

el ciclo de vida del proyecto. Por lo g<strong>en</strong>eral, estas personas son los árbitros


supremos <strong>en</strong> caso de conflicto. Su dirección se basa <strong>en</strong> la autoridad que les ha<br />

atribuido la comunidad y no <strong>en</strong> su habilidad de aplicar sanciones contra<br />

cualquiera. Todo el proceso se basa <strong>en</strong> contribuciones voluntarias; por<br />

consigui<strong>en</strong>te, la tarea más importante del líder del proyecto es mant<strong>en</strong>er a la<br />

comunidad feliz y motivada. Por último, los niveles flexibles de participación<br />

permit<strong>en</strong> que prácticam<strong>en</strong>te cualquiera pueda participar <strong>en</strong> un proyecto, ya sea<br />

con pequeñas contribuciones, de una sola vez, o con una participación más<br />

grande, a largo plazo, <strong>en</strong> dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia del interés, las calificaciones y los<br />

recursos.<br />

Estos principios, aun cuando se emplearon por primera vez <strong>en</strong> el desarrollo de<br />

software a través de Internet, <strong>en</strong> estos mom<strong>en</strong>tos se están aplicando <strong>en</strong> la<br />

creación de otras formas de conocimi<strong>en</strong>to, una práctica llamada “intelig<strong>en</strong>cia de<br />

código abierto” o “intelig<strong>en</strong>cia cooperativa”.<br />

Historia y práctica<br />

La creación colaborativa del conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> Internet es tan vieja como la propia<br />

Internet. Durante mucho tiempo, la distribución libre de información ha sido un<br />

aspecto c<strong>en</strong>tral de la cultura de Internet (“la información quiere ser libre” era un<br />

eslogan popular). Los ambi<strong>en</strong>tes colaborativos simples, como las listas de correo<br />

electrónico, exist<strong>en</strong> desde principios de los años 70, y los sistemas ligeram<strong>en</strong>te<br />

más avanzados tales como Us<strong>en</strong>et y los tableros electrónicos de anuncios (BBS),<br />

desde principios de los 80. Sin embargo, con la comercialización de Internet <strong>en</strong><br />

los años nov<strong>en</strong>ta y el éxito del software libre y de código abierto, se reconoce que<br />

la creación colaborativa del conocimi<strong>en</strong>to es una práctica particular e innovadora<br />

cuyo éxito exige un marco social, técnico y legal difer<strong>en</strong>te. Desde el punto de vista<br />

social, requiere que los participantes reconozcan los méritos de la colaboración y<br />

t<strong>en</strong>gan la voluntad no solo de compartir sus propios conocimi<strong>en</strong>tos, sino también<br />

de aceptar que esas otras personas puedan transformar ese conocimi<strong>en</strong>to de<br />

maneras inesperadas. En lugar de una separación clara <strong>en</strong>tre el autor y el público,<br />

<strong>en</strong>tre el experto y el novato, t<strong>en</strong>emos una situación <strong>en</strong> la cual todos ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

derecho a leer y escribir. Desde el punto de vista técnico, las plataformas<br />

especializadas apoyan este proceso para facilitar que las personas desarroll<strong>en</strong> las<br />

contribuciones de otras personas y asegurar la transpar<strong>en</strong>cia de la forma <strong>en</strong> que<br />

un recurso ha sido transformado. Desde el punto de vista legal, la concepción<br />

tradicional de copyright, que concede al autor un control casi ilimitado sobre el uso<br />

de sus obras, está si<strong>en</strong>do reemplazada por copyleft, que se basa <strong>en</strong> los derechos<br />

casi ilimitados de distribuir y adaptar las obras.<br />

Quizás, el ejemplo más promin<strong>en</strong>te de proyecto de intelig<strong>en</strong>cia cooperativa es la<br />

<strong>en</strong>ciclopedia libre <strong>en</strong> línea Wikipedia [3]. Técnicam<strong>en</strong>te, se basa <strong>en</strong> una<br />

plataforma Wiki, que permite que todo el que posea un navegador normal de<br />

Internet pueda editar la página. El software conserva una historia de las<br />

modificaciones de una página, lo que facilita ver cómo ha evolucionado el<br />

cont<strong>en</strong>ido con el tiempo y, si fuera necesario, eliminar las modificaciones no<br />

calificadas o el vandalismo. Fundada a principios del año 2001, ha aum<strong>en</strong>tado a<br />

más de 450 000 artículos para finales del año 2004; todos ellos escritos por<br />

voluntarios, sin una edición o coordinación c<strong>en</strong>tralizada. Se publica con una<br />

lic<strong>en</strong>cia de docum<strong>en</strong>tación libre GNU. Muchos de estos artículos pued<strong>en</strong> alcanzar<br />

el nivel de calidad <strong>en</strong>contrado <strong>en</strong> las <strong>en</strong>ciclopedias comerciales, aunque otros aún<br />

están por debajo de la norma. Como demostrara un reci<strong>en</strong>te estudio realizado por<br />

la IBM [4], el proyecto - a pesar de su apertura - es sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te estable y


esist<strong>en</strong>te al uso indebido. Hasta el mom<strong>en</strong>to, su historia justifica el optimismo de<br />

que los artículos mejorarán con el tiempo, a medida que personas conocedoras<br />

rell<strong>en</strong><strong>en</strong> las lagunas que todavía exist<strong>en</strong> y la edición colaborativa elimine los<br />

errores aún pres<strong>en</strong>tes. En una ocasión, Eric S. Raymond, destacado analista del<br />

movimi<strong>en</strong>to de software libre y de código abierto, expresó la asunción subyac<strong>en</strong>te<br />

de la sigui<strong>en</strong>te manera: “Con sufici<strong>en</strong>tes ojos, todos los errores saldrán a la<br />

superficie.” [5] Con esto quiso decir que personas con difer<strong>en</strong>tes habilidades y<br />

dominios del conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>contrarán difer<strong>en</strong>tes errores, que les result<strong>en</strong> fáciles<br />

de señalar y corregir. Lo que para una persona resulta un problema difícil, podría<br />

ser s<strong>en</strong>cillo para otra. Si hay sufici<strong>en</strong>tes personas que examin<strong>en</strong> la página, todos<br />

los errores serán <strong>en</strong>contrados y eliminados. Como ocurre con todos los proyectos<br />

colaborativos, Wikipedia es un proyecto vivo, <strong>en</strong> constante cambio, y no un<br />

producto fijo cuyas actualizaciones son puestas a disposición del público cada<br />

cierto tiempo.<br />

Otro ejemplo promin<strong>en</strong>te incluye la red Indymedia de noticias alternativas dirigidas<br />

a la comunidad [5], el sitio de edición colaborativa kuro5hin [6], y, <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or grado,<br />

las bases de datos creadas por los usuarios, como la CDDB, que conti<strong>en</strong>e<br />

información sobre archivos de sonido [7].<br />

Pot<strong>en</strong>cial<br />

Parece que la intelig<strong>en</strong>cia cooperativa funciona mejor para dominios <strong>en</strong> los que el<br />

conocimi<strong>en</strong>to es distribuido de manera amplia pero irregular. Exist<strong>en</strong> dec<strong>en</strong>as de<br />

miles de personas que pose<strong>en</strong> algún conocimi<strong>en</strong>to especializado para mejorar<br />

Wikipedia, pero todas reconoc<strong>en</strong> que dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te de las demás<br />

si desean que el recurso sea exhaustivo. Nadie podría escribirlo solo.<br />

En las áreas <strong>en</strong> que no existe una autoridad establecida, sea porque el área es<br />

demasiado dinámica, sea porque el conocimi<strong>en</strong>to es demasiado específico de una<br />

comunidad o un proyecto, a m<strong>en</strong>udo no existe otra vía que la creación del<br />

conocimi<strong>en</strong>to de forma colaborativa. Los ejemplos de intelig<strong>en</strong>cia cooperativa<br />

pued<strong>en</strong> ayudar a organizar este proceso de manera efici<strong>en</strong>te.<br />

Aspectos fundam<strong>en</strong>tales<br />

El problema c<strong>en</strong>tral de la intelig<strong>en</strong>cia cooperativa es cómo validar el conocimi<strong>en</strong>to<br />

producido. En el caso del software libre y de código abierto, esto es relativam<strong>en</strong>te<br />

simple, porque siempre se puede ejecutar el código y observar qué sucede. Si la<br />

nueva versión es más rápida que la antigua o puede hacer cosas nuevas,<br />

<strong>en</strong>tonces ha sido mejorada. Si falla, <strong>en</strong>tonces es necesario mejorarla. En el caso<br />

de una <strong>en</strong>ciclopedia (o un periódico) tradicional, cada artículo es revisado antes<br />

de su publicación por un equipo de editores especializados, apoyado por un grupo<br />

de verificadores de datos, archiveros, etcétera. Sabemos (o al m<strong>en</strong>os suponemos)<br />

que toda la información que vemos ha pasado por este proceso. Por tanto, los<br />

especialistas validan por nosotros la información y confiamos <strong>en</strong> que el editor ha<br />

empleado a las personas correctas.<br />

Por otro lado, la mayoría de los proyectos de intelig<strong>en</strong>cia cooperativa permite que<br />

todos contribuyan y la información esté accesible de inmediato. En otros términos,<br />

por lo g<strong>en</strong>eral no sabemos si algo no es más que un primer borrador o la<br />

sabiduría colectiva de una comunidad. Además, un proceso editorial abierto<br />

puede ori<strong>en</strong>tar el cont<strong>en</strong>ido hacia una sabiduría conv<strong>en</strong>cional, o sea la opinión<br />

aceptada por la mayoría que, <strong>en</strong> cualquier comunidad, puede estar equivocada <strong>en</strong><br />

ciertos aspectos [8]. Por consigui<strong>en</strong>te, un gran número de “ojos” podría aum<strong>en</strong>tar,


<strong>en</strong> lugar de eliminar, un error. No existe un método s<strong>en</strong>cillo, como ejecutar el<br />

código, mediante el cual se pueda evaluar la calidad del trabajo colaborativo.<br />

En la actualidad, existe un gran debate sobre cómo tratar estos proyectos.<br />

Algunos propon<strong>en</strong> reintroducir una distinción <strong>en</strong>tre los expertos y los novatos [9],<br />

mi<strong>en</strong>tras otros, como la plataforma de discusión Slashdot [10], han desarrollado<br />

un esquema moderador que clasifica las contribuciones y luego permite filtrarlas<br />

sobre la base de esa clasificación. El problema no es s<strong>en</strong>cillo, y no existe una<br />

solución aplicable a todos los casos. Más bi<strong>en</strong>, es probable que difer<strong>en</strong>tes<br />

contextos desarroll<strong>en</strong> soluciones difer<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong> dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de sus necesidades<br />

y capacidades particulares.<br />

Con el surgimi<strong>en</strong>to de los blogs (weblogs, software que permite hacer<br />

publicaciones personales <strong>en</strong> forma de diario) se han acuñado términos como<br />

“periodismo de código abierto”, “periodismo ciudadano” o “periodismo punto a<br />

punto” para describir procesos colaborativos similares <strong>en</strong> el área de la creación y<br />

discusión de informes noticiosos. Su abogado más promin<strong>en</strong>te es el periodista de<br />

blogs Dan Gillmor, qui<strong>en</strong> reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te ha publicado un libro sobre este<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o, llamado We the Media [11].


Expresión ciudadana<br />

Michel Briand<br />

La “expresión ciudadana” es, <strong>en</strong> primer lugar, una forma de tomar la palabra, una<br />

expresión de carácter público relativa a la vida <strong>en</strong> sociedad. Se difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> esto<br />

de la expresión personal, y <strong>en</strong> carácter de tal exige una mayor at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> la<br />

organización de la libertad, <strong>en</strong> la ext<strong>en</strong>sión de los “derechos de la comunicación”.<br />

Diarios, boletines, afiches, radios, discursos, teatro, poemas, música, televisión,<br />

cine, videos: las formas de expresión y los medios son tan variados como los<br />

medios de comunicación. Lo mismo es válido para los tipos de expresiones:<br />

individual, asociativa, artística, partidaria, foro, petición, voto...que reflejan la<br />

diversidad de las interv<strong>en</strong>ciones <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de la sociedad.<br />

La palabra “ciudadano” está formada a partir de civitas, que designa la ciudad,<br />

formada a su vez sobre “civis” que significa ciudadano, que habita <strong>en</strong> la ciudad. El<br />

término “ciudadano” integrado <strong>en</strong> la Marsellesa, himno nacional francés, y<br />

empleado durante la Revolución de 1789, es probablem<strong>en</strong>te más fuerte y está<br />

más cargado de historia <strong>en</strong> Francia que <strong>en</strong> otros países donde es utilizado <strong>en</strong> un<br />

contexto únicam<strong>en</strong>te descriptivo y funcional.<br />

La ciudadanía se expresa históricam<strong>en</strong>te sobre un territorio, geográfico o<br />

simbólico (“ciudadano del mundo”). Se desarrolla <strong>en</strong> sociedades abiertas donde<br />

puede constituirse un espacio público. Herrami<strong>en</strong>ta es<strong>en</strong>cial de la ext<strong>en</strong>sión de la<br />

democracia, la expresión ciudadana es la expresión individual o colectiva que<br />

habla de las relaciones con los demás, de la vida <strong>en</strong> la ciudad y <strong>en</strong> sociedad.<br />

Expresión ciudadana y gobernabilidad<br />

Para t<strong>en</strong>er s<strong>en</strong>tido <strong>en</strong> la sociedad, la expresión libre, no c<strong>en</strong>surada, creadora de<br />

mundos nuevos debe poder actuar sobre lo real. Así pues, la expresión se<br />

confronta con un límite: el de la decisión y la acción.<br />

Los pueblos que han apr<strong>en</strong>dido a leer y escribir y obt<strong>en</strong>ido poco a poco la<br />

ext<strong>en</strong>sión de los derechos democráticos, reivindican hoy <strong>en</strong> día un derecho de<br />

control sobre la manera <strong>en</strong> que son gobernados y una justificación de las<br />

decisiones tomadas. En esta interacción con la decisión es donde la expresión<br />

ciudadana se confronta con la “gobernabilidad”.<br />

¿Cómo asegurar la continuidad <strong>en</strong>tre “expresión ciudadana” y “decisión<br />

ciudadana”?<br />

Las fu<strong>en</strong>tes de información necesarias a la formación de una opinión, condición


previa a la expresión ¿son accesibles?<br />

¿Cómo asegurar a la expresión una calidad argum<strong>en</strong>tativa que le dé fuerza y<br />

libertad?<br />

¿Cómo integra el político tomador de decisiones lo que <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de incorporar de la<br />

expresión ciudadana? ¿La decisión elegida tomará <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta lo que ha sido<br />

expresado?<br />

Los usos de Internet para la expresión ciudadana ya ti<strong>en</strong><strong>en</strong> cierto éxito,<br />

especialm<strong>en</strong>te al ser capaces de relacionar las cuestiones locales con las<br />

cuestiones globales: ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de la ciudad, presupuesto participativo,<br />

exclusiones sociales, desigualdades Norte - Sur, posibilidad de pat<strong>en</strong>tar lo<br />

vivi<strong>en</strong>te, Organismos G<strong>en</strong>éticam<strong>en</strong>te Modificados, derechos y lugar de las<br />

mujeres... tantas temáticas que han tomado su lugar <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de las sociedades<br />

abiertas únicam<strong>en</strong>te a través del debate y de la expresión ciudadana.<br />

Una expresión que crea id<strong>en</strong>tidad<br />

Al lado de una función democrática, por la confrontación de los argum<strong>en</strong>tos, la<br />

expresión pública, la expresión de un público, ll<strong>en</strong>a también una función<br />

id<strong>en</strong>titaria: la de afirmarse ante los demás. Para la expresión de públicos alejados,<br />

la id<strong>en</strong>tidad es a m<strong>en</strong>udo un resorte de esta expresión pública. Ella es el resultado<br />

de una brecha <strong>en</strong>tre la imag<strong>en</strong> proyectada por el grupo y la imag<strong>en</strong> que el grupo<br />

ti<strong>en</strong>e de sí mismo. Estigmatizado, un grupo busca apropiarse de este estigma e<br />

invertirlo, o por lo m<strong>en</strong>os hacer de él un recurso id<strong>en</strong>titario que pueda ser<br />

movilizado.<br />

La expresión ciudadana nos remite aquí a un reconocimi<strong>en</strong>to de las personas<br />

(individual y colectivo). Las capacidades de Internet para proyectar esta<br />

reivindicación de id<strong>en</strong>tidad también la conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> una tecnología que construye<br />

un vínculo social.<br />

Jalón de una democracia participativa<br />

Desde el punto de vista de los habitantes, este pedido de debate público<br />

argum<strong>en</strong>tado, de reconocimi<strong>en</strong>to de las personas, pone los jalones de una<br />

democracia participativa que prolonga la democracia repres<strong>en</strong>tativa.<br />

Prestar at<strong>en</strong>ción a la expresión es también reconocer la importancia de los puntos<br />

de vista de los ciudadanos.<br />

Según los modos de participación elegidos, las formas de expresión varían:<br />

La información es una expresión desc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que no espera retorno.<br />

La consulta solicita una opinión que será contabilizada (voto) o sintetizada<br />

(<strong>en</strong>cuesta de utilidad pública).<br />

La concertación implica un diálogo que pueda influir sobre la decisión.<br />

La co-construcción apela a la intelig<strong>en</strong>cia colectiva, a la pericia de uso de los<br />

ciudadanos para coproducir al lado de los expertos y de los electos depositarios<br />

del poder.<br />

Esta última forma, bastante rara actualm<strong>en</strong>te, es ciertam<strong>en</strong>te la más completa,<br />

pero también la más exig<strong>en</strong>te y compleja de la democracia participativa.<br />

La expresión ciudadana contestataria también juega un rol de preservación del


conjunto del sistema democrático, osando plantear problemas a m<strong>en</strong>udo<br />

ignorados o descuidados por los dirig<strong>en</strong>tes.<br />

Acerca de la expresión ciudadana<br />

La expresión ciudadana es sinónima de cierta libertad, adquirida o reivindicada.<br />

Las sanciones y am<strong>en</strong>azas provocadas por palabras y escritos públicos<br />

atestiguan el carácter no democrático de una sociedad, como aún se constata<br />

comúnm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> numerosos países.<br />

Las tribunas de personalidades, de responsables asociativos, de opositores<br />

políticos a la mayoría o la expresión de organizaciones no gubernam<strong>en</strong>tales, de<br />

redes militantes, de movimi<strong>en</strong>tos sociales, forman parte de una expresión<br />

ciudadana <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que son expresiones de personas, actores<br />

ciudadanos. Pero ellas solo constituy<strong>en</strong> una pequeña parte.<br />

T<strong>en</strong>emos que interrogarnos sobre la función simbólica de la expresión: ¿quién se<br />

si<strong>en</strong>te legitimado para hablar? ¿Sobre qué base se construye esta legitimidad?<br />

Numerosas expresiones utilizan un “nosotros” indeterminado que se presta a<br />

confusión.<br />

No es sufici<strong>en</strong>te que algunos “ciudadanos” que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso a los medios de<br />

comunicación, a los lugares de debate, se autoproclam<strong>en</strong> expresión ciudadana<br />

para que las condiciones de una expresión ciudadana de calidad estén reunidas.<br />

Si bi<strong>en</strong> la libertad de expresión es una condición de base de la expresión<br />

ciudadana, está lejos de ser sufici<strong>en</strong>te.<br />

Raras son las personas que toman la palabra o la pluma. Al mirar alrededor, cada<br />

uno y cada una constatará que la expresión pública no es fácil para la mayoría de<br />

las personas. Colocar escritos <strong>en</strong> la plaza pública no es un acto anodino.<br />

Pres<strong>en</strong>tar para ver y debatir ya es un acto político, constitutivo de un proyecto (de<br />

vida o de sociedad) y constitutivo de trayectorias sociales.<br />

De la palabra pública a la expresión ciudadana<br />

Así pues, la expresión ciudadana no cae de su peso, ella implica también un<br />

recorrido, un acompañami<strong>en</strong>to, una mirada crítica, un reconocimi<strong>en</strong>to individual y<br />

colectivo de las personas.<br />

El camino es largo para que la expresión ciudadana sea un derecho efectivo<br />

como el voto. Un camino que pasa primero por el apr<strong>en</strong>dizaje, la formación de la<br />

expresión y por una mutación cultural: la interiorización por la mayor cantidad de<br />

personas de que esta expresión es, no solam<strong>en</strong>te un derecho, sino también un<br />

resorte de transformación social.<br />

Raras son actualm<strong>en</strong>te las políticas públicas que favorec<strong>en</strong> y acompañan esta<br />

toma de la palabra.<br />

Es por eso que la expresión ciudadana no es solam<strong>en</strong>te tomar la palabra, una<br />

expresión de carácter público relativa a la vida <strong>en</strong> sociedad, sino también el<br />

producto de un acompañami<strong>en</strong>to, de un apr<strong>en</strong>dizaje. Es el conjunto de un proceso<br />

que permite el acceso a la toma de la palabra de los habitantes de un territorio <strong>en</strong><br />

lo que se refiere a la vida <strong>en</strong> sociedad, <strong>en</strong> una acción participativa.<br />

Esta idea de proceso evoca una dinámica <strong>en</strong> construcción, una organización<br />

colectiva, un reconocimi<strong>en</strong>to de las id<strong>en</strong>tidades colectivas e individuales que<br />

deb<strong>en</strong> plasmarse por medio de la observación, la compr<strong>en</strong>sión, el análisis y la


aproximación de situaciones. ¿En qué condiciones sociales, qué contexto político<br />

se desarrolla la expresión ciudadana?¿Cuáles son sus relaciones con las<br />

acciones participativas realizadas?<br />

En el s<strong>en</strong>o de sociedades de la información<br />

Hoy <strong>en</strong> día la expresión ciudadana nos interpela como habitante de la ciudad y<br />

ciudadano del mundo, explorando nuevas modalidades para el vivir <strong>en</strong> común.<br />

Mi<strong>en</strong>tras las fronteras de lo local y de lo global se mezclan cada vez más<br />

estrecham<strong>en</strong>te, las mutaciones ligadas a la era de la información repercut<strong>en</strong><br />

sobre la expresión y la participación ciudadana.<br />

Lo digital introduce varias rupturas:<br />

La codificación de la información hace la información reproducible: lo que recibo<br />

también está disponible para los demás, lo que escribo puede circular;<br />

La converg<strong>en</strong>cia digital agrega a la corri<strong>en</strong>te de los progresos tecnológicos la<br />

posibilidad de intercambios digitales de datos, textos, fotos, sonidos e imág<strong>en</strong>es<br />

animadas;<br />

Las formas de la expresión ciudadana se multiplican, permiti<strong>en</strong>do a cada uno<br />

tomar la “palabra” <strong>en</strong> función de sus mejores aptitudes.<br />

Las redes electrónicas conectan a las personas más allá de las fronteras por<br />

múltiples objetos comunicantes ligados <strong>en</strong> red por las ondas, las redes por cable o<br />

telefónicas. La c<strong>en</strong>sura local se torna imposible, la información toca a las<br />

diásporas, la ciudadanía local se vive bajo la mirada del mundo.<br />

Las turbul<strong>en</strong>cias de lo digital<br />

Hasta hace poco, la expresión de un individuo estaba limitada por el alcance de lo<br />

oral o de lo escrito. El adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de los medios masivos de comunicación ha<br />

multiplicado las capacidades para recibir la información. Estamos lejos de<br />

<strong>en</strong>contrar tal ext<strong>en</strong>sión para que un ciudadano ordinario pueda acceder a los<br />

diarios, las radios o la televisión a fin de hacerse escuchar.<br />

Las redes electrónicas y las nuevas culturas digitales abr<strong>en</strong> a contrario<br />

posibilidades inéditas para el habitante “conectado” de la ciudad de expresarse y<br />

de interactuar con la esfera social, pública y política.<br />

Si bi<strong>en</strong> los laboratorios de informática o de telecomunicaciones están <strong>en</strong> el<br />

corazón de la expansión incesante de las innovaciones tecnológicas, los<br />

intercambios <strong>en</strong>tre personas son un elem<strong>en</strong>to es<strong>en</strong>cial del desarrollo de los usos.<br />

Las aplicaciones mayores de la era digital, tales como el correo electrónico, la<br />

web, el chat, los foros, los blogs fueron inv<strong>en</strong>tados y plebiscitados <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de<br />

las comunidades de usuarios.<br />

La difusión de las herrami<strong>en</strong>tas digitales <strong>en</strong> la sociedad está acompañada por la<br />

emerg<strong>en</strong>cia de nuevas prácticas de comunicación. Los millones de sitios de la<br />

web se vuelv<strong>en</strong> una fu<strong>en</strong>te de información concurr<strong>en</strong>te de los medios masivos de<br />

comunicación. En un mom<strong>en</strong>to de debate político, un blog, obra de una sola<br />

persona, puede erigirse al mismo nivel de lectura que un diario o una radio, con el<br />

agregado de la interactividad. Sobre un territorio local, un webzine se afirma <strong>en</strong><br />

contrapunto a la expresión municipal [1]. Sitios colectivos similares a Indymedia,<br />

la red de información contestataria más conocida, se sitúan como alternativa de<br />

testimonio a los informes de manifestaciones o de ev<strong>en</strong>tos.


Esta emerg<strong>en</strong>cia, al lado de los medios difundidos “uno hacia todos” (diarios,<br />

radios, televisión), de los medios distribuidos donde es la expresión de personas o<br />

de colectivos la que predomina, interpela hoy <strong>en</strong> día a las formas de<br />

gobernabilidad. La difusión rápida de las informaciones a través del mundo<br />

permite la organización de movimi<strong>en</strong>tos de opinión <strong>en</strong> forma de redes inéditas. El<br />

acceso a la información contradictoria abre el debate e impone argum<strong>en</strong>tar a los<br />

tomadores de decisión. La confrontación de las ideas acelera la elaboración<br />

colectiva de propuestas que se plantean como alternativas.<br />

Cuando el éxito de un medio distribuido vi<strong>en</strong>e de la calidad de sus cont<strong>en</strong>idos y<br />

de su animación, eso no puede más que interpelar a los tomadores de decisión<br />

habituados a una difusión jerárquica <strong>en</strong> nombre de su función, hacia aquellas y<br />

aquellos que les han dado un mandato directa o indirectam<strong>en</strong>te. La participación<br />

es una cultura emerg<strong>en</strong>te que ti<strong>en</strong>e todavía poco lugar <strong>en</strong> sociedades<br />

organizadas mayoritariam<strong>en</strong>te alrededor de la repres<strong>en</strong>tación y de los mandatos<br />

acordados u otorgados.<br />

Es también necesario interrogarse sobre los valores de uso de las mediaciones<br />

por ord<strong>en</strong>adores. Las articulaciones <strong>en</strong>tre “actuar localm<strong>en</strong>te y p<strong>en</strong>sar<br />

globalm<strong>en</strong>te”, pertin<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el marco de los Nuevos Movimi<strong>en</strong>tos Sociales,<br />

solam<strong>en</strong>te funcionan para una franja limitada de la población.<br />

En efecto, las expresiones orales, por escrito, por gestos no requier<strong>en</strong> las mismas<br />

habilidades ni los mismos códigos. Conversar <strong>en</strong> un chat, <strong>en</strong>viar un correo<br />

electrónico a una lista de difusión, participar <strong>en</strong> un foro, abrir un blog, escribir <strong>en</strong><br />

un sitio asociativo, tomar la palabra <strong>en</strong> un sitio público, fabricar una radio o un<br />

video: no todo el mundo dispone de las mismas herrami<strong>en</strong>tas culturales,<br />

intelectuales, cognitivas (sin hablar de las herrami<strong>en</strong>tas técnicas) para apropiarse<br />

de las nuevas formas de expresión. Ext<strong>en</strong>der estas prácticas hacia todos los<br />

ciudadanos y todas las ciudadanas se vuelve una tarea que debe concernir a<br />

todos los actores de la expresión ciudadana.<br />

La expresión ciudadana plantea interrogantes a los medios masivos de<br />

comunicación tradicionales<br />

El éxito de los medios distribuidos demuestra también una desconfianza con<br />

respecto a los tomadores públicos de decisiones y a los medios masivos. La<br />

difusión de las mismas imág<strong>en</strong>es <strong>en</strong> todos los canales de televisión, los textos<br />

intercambiables de la pr<strong>en</strong>sa cotidiana alertan a los ciudadanos activos sobre la<br />

conc<strong>en</strong>tración de los medios masivos. ¡Sin embargo, se constata que los más<br />

grandes éxitos del P2P son los mismos que los del Top 50!<br />

Los medios distribuidos, reflejo de nuestras prácticas sociales emerg<strong>en</strong>tes,<br />

pued<strong>en</strong> también favorecer la repetición de un modelo “que funciona” <strong>en</strong> lugar de<br />

inv<strong>en</strong>tar otra manera de decir.<br />

A este movimi<strong>en</strong>to emerg<strong>en</strong>te nos proponemos interrogar.<br />

El aporte de las redes digitales: nuevos posibles y sus límites<br />

Para que la expresión exista, le es necesario disponer de medios para difundirla.<br />

Aquí es donde el aporte de las herrami<strong>en</strong>tas digitales elimina ciertas barreras de<br />

acceso a los medios masivos de comunicación casi infranqueables <strong>en</strong> otras<br />

épocas para un ciudadano o una ciudadana ordinarios.<br />

Se vuelve posible, a partir de un ord<strong>en</strong>ador conectado, publicar una revista de


información comunal, realizar un sitio especializado sobre un tema de sociedad <strong>en</strong><br />

debate, juntar rápidam<strong>en</strong>te informaciones de los cuatro rincones de un país o del<br />

planeta. El testimonio que provi<strong>en</strong>e directam<strong>en</strong>te de los actores se transforma <strong>en</strong><br />

un medio es<strong>en</strong>cial de promover una relación de los acontecimi<strong>en</strong>tos que toma <strong>en</strong><br />

cu<strong>en</strong>ta todos los puntos de vista y todas las situaciones. Esto se ha podido ver <strong>en</strong><br />

ocasión de las últimas catástrofes naturales que sacudieron al globo.<br />

Pero <strong>en</strong>tre los millones de blogs, muy pocos se refier<strong>en</strong> a la expresión ciudadana,<br />

la inm<strong>en</strong>sa mayoría apunta <strong>en</strong> primer lugar a la expresión personal o <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o<br />

de pequeños grupos. Y como <strong>en</strong> el caso de los diarios de barrio, las publicaciones<br />

asociativas, las radios libres, debemos constatar que la escritura colectiva que<br />

hace al debate, que reúne a la g<strong>en</strong>te sobre un territorio o aporta s<strong>en</strong>tido,<br />

concierne actualm<strong>en</strong>te a muy poca g<strong>en</strong>te. Los sitios de publicación sobrepasan<br />

muy raram<strong>en</strong>te el c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ar de redactores, la inm<strong>en</strong>sa mayoría de los lectores no<br />

franquea espontáneam<strong>en</strong>te el umbral hacia la redacción o la escritura de<br />

com<strong>en</strong>tarios.<br />

Conservar una perspectiva abierta<br />

La expresión ciudadana es una actividad <strong>en</strong> dev<strong>en</strong>ir, un proyecto. Lo que hoy<br />

importa, es a la vez apoyarse sobre las experi<strong>en</strong>cias que van hacia delante y<br />

también permitir una transfer<strong>en</strong>cia del know - how que allí se desarrolla hacia las<br />

poblaciones que se expresan m<strong>en</strong>os. Porque las herrami<strong>en</strong>tas de escritura <strong>en</strong><br />

colaboración o los software libres nos muestran que las ganas de participar <strong>en</strong> el<br />

bi<strong>en</strong> común puede reunir a millares de personas alrededor de un proyecto<br />

cooperativo.<br />

Los medios distribuidos hac<strong>en</strong> posible la puesta <strong>en</strong> movimi<strong>en</strong>to de vastas<br />

comunidades que se implican para coproducir cont<strong>en</strong>idos habitualm<strong>en</strong>te<br />

difundidos por las estructuras públicas. Ya se trate de herrami<strong>en</strong>tas de oficina<br />

para comunicar (Op<strong>en</strong> Office, Firefox), <strong>en</strong>ciclopedias (Wikipedia), mapas, atlas<br />

(Op<strong>en</strong> Geodata), revistas ci<strong>en</strong>tíficas (Llamado de Budapest), conocimi<strong>en</strong>tos<br />

accesibles (los sitios de formación y de autoformación <strong>en</strong> Internet), cont<strong>en</strong>idos<br />

pedagógicos (Op<strong>en</strong> Courseware), las iniciativas que provi<strong>en</strong><strong>en</strong> directam<strong>en</strong>te de<br />

los individuos y de los grupos se multiplican fuera de las instituciones que ti<strong>en</strong><strong>en</strong>,<br />

sin embargo, esa misión. Todas estas acciones que nutr<strong>en</strong> un patrimonio común<br />

del saber, no se viv<strong>en</strong> forzosam<strong>en</strong>te como políticas (<strong>en</strong>tre los contribuidores de<br />

wikipedia, son numerosos los que lo hac<strong>en</strong> como <strong>juego</strong>, por pasión), constituy<strong>en</strong><br />

igualm<strong>en</strong>te una forma de expresión ciudadana.<br />

Del mismo modo, los artistas que utilizan los multimedia participan <strong>en</strong> ese<br />

movimi<strong>en</strong>to. La repres<strong>en</strong>tación digital por el texto, la imag<strong>en</strong> o el sonido, el<br />

recurso a la simulación, a la 3D, al sampling, a la mezcla, la multiplicación de las<br />

obras colectivas, abiertas a las interacciones, multiplican los campos de<br />

investigación de los artistas. También ciertos colectivos artísticos ocupan ese<br />

campo de expresión dándole una dim<strong>en</strong>sión política.<br />

Ante esta profusión de experi<strong>en</strong>cias, de voluntades, ante las dificultades<br />

<strong>en</strong>contradas para ampliar el número de participantes, queda por hacer todo un<br />

trabajo para interrogar a las múltiples formas de la expresión ciudadana y las<br />

condiciones de su expansión.<br />

Preguntas abiertas<br />

Las tecnologías de la información y de la comunicación multiplican las tomas de


palabra posibles para aquellas y aquellos que pose<strong>en</strong> sus claves de acceso y de<br />

uso. Para calificar la expresión ciudadana, es necesario preguntar:<br />

¿Quién toma la palabra? (cantidad, lugar <strong>en</strong> la sociedad) ¿En nombre de quién?<br />

¿Por qué? (¿<strong>en</strong> qué se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> legitimados para hacerlo?)<br />

¿Cómo? (¿por qué medios de comunicación, palabra individual o colectiva?)<br />

¿Cuál es el dispositivo que permite esta toma de palabra? (técnico, cognitivo)<br />

¿Qué acompañami<strong>en</strong>to lo hace posible? (iniciación, mediación, formación)<br />

¿Se toma <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta esta expresión <strong>en</strong> la gobernabilidad? (qué <strong>en</strong>laces, qué<br />

incorporación a los procesos democráticos clásicos)<br />

¿Se toma <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta a las personas naturalm<strong>en</strong>te alejadas de la toma de la<br />

palabra <strong>en</strong> consideración a la equidad?<br />

¿Qué difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre “expresión ciudadana” y “opinión pública”? ¿Es una de<br />

ellas fruto de la otra?<br />

Mi<strong>en</strong>tras que los debates tradicionales sobre la “libertad de expresión” y el<br />

“derecho a la información” se refier<strong>en</strong> a la organización social de herrami<strong>en</strong>tas de<br />

difusión de la información (libertad de la pr<strong>en</strong>sa), sobre su pluralismo (control<br />

económico o político de los medios) y sobre la información indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, la<br />

irrupción de Internet vi<strong>en</strong>e a alterar este paisaje.<br />

Gracias los medios distribuidos de Internet, la expresión ciudadana cuestiona las<br />

formas de organización de la democracia, ext<strong>en</strong>diéndola hacia una mayor<br />

participación.<br />

¿Cómo puede cada habitante utilizar esta red para comunicar públicam<strong>en</strong>te?<br />

No solam<strong>en</strong>te intercambiar <strong>en</strong>tre pares, <strong>en</strong>tre amigos o <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de redes<br />

asociativas, sino ¿cómo la escritura multimedia sobre la esc<strong>en</strong>a pública de<br />

Internet vi<strong>en</strong>e a alterar las relaciones que los ciudadanos manti<strong>en</strong><strong>en</strong> con la<br />

información y con aquellos que los gobiernan?<br />

¿Cómo hacer <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der las necesidades de las poblaciones y hacer emerger las<br />

soluciones que reposan <strong>en</strong> la intelig<strong>en</strong>cia colectiva? Las herrami<strong>en</strong>tas están<br />

disponibles (e-mail, sitios web, blogs, <strong>en</strong>ciclopedias cooperativas, ficheros<br />

compartidos) pero un nuevo saber hacer, un “saber decir” debe ser inv<strong>en</strong>tado y<br />

transmitido a todos, especialm<strong>en</strong>te a los sectores marginales.


La innovación por el uso<br />

Dominique Cardon<br />

El usuario de las nuevas tecnologías de información y de comunicación (TIC)<br />

pres<strong>en</strong>ta características que lo difer<strong>en</strong>cian de las figuras del lector, del oy<strong>en</strong>te o<br />

del telespectador, asociadas a los difer<strong>en</strong>tes medios masivos de comunicación.<br />

La posibilidad de comunicar, de producir y de intercambiar con las TIC invita a<br />

definir a aquellos que las utilizan subrayando la dim<strong>en</strong>sión activa, simétrica y<br />

participativa de su implicación con las tecnologías. Así pues, la figura de usuario<br />

pareció particularm<strong>en</strong>te bi<strong>en</strong> adaptada al universo de las nuevas tecnologías <strong>en</strong> el<br />

s<strong>en</strong>tido de que permite disociarse de la caracterización mercantil del consumidor<br />

o de la repres<strong>en</strong>tación pasiva del receptor de los medios masivos. Al hablar de<br />

usuario antes que de utilizador, es también posible insistir sobre el hecho de que<br />

la relación de las personas con las herrami<strong>en</strong>tas técnicas no puede ser reducida a<br />

la aplicación de las funciones previstas por los que las concibieron, sino que la<br />

apropiación de las tecnologías es una actividad social, cultural, económica y<br />

política de pl<strong>en</strong>o derecho. El uso de las tecnologías, <strong>en</strong> efecto, se inscribe<br />

profundam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la vida social de las personas y es reductor considerar el<br />

impacto de las TIC como un simple asunto de costo, de funcionalidad o de<br />

simplicidad de las interfaces. Es la razón por la cual la cuestión de la apropiación<br />

por el uso juega un papel importante <strong>en</strong> el análisis de las transformaciones que<br />

las nuevas herrami<strong>en</strong>tas de comunicación aportan a nuestras sociedades.<br />

En este artículo, proponemos volver sobre la génesis de la noción de usuario e<br />

insistir sobre una característica es<strong>en</strong>cial del uso de las nuevas tecnologías: la<br />

innovación nace tanto <strong>en</strong> las prácticas de los usuarios como <strong>en</strong> los laboratorios de<br />

los c<strong>en</strong>tros de investigación pública o industrial. En efecto, ciertas rupturas más<br />

significativas <strong>en</strong> los comportami<strong>en</strong>tos de comunicación (el software libre, las<br />

herrami<strong>en</strong>tas cooperativas de publicación, el wifi, el P2P, los blogs, etc.) no fueron<br />

iniciadas “desde arriba”, por un plan de desarrollo industrial que acompañara la<br />

puesta a disposición de una nueva tecnología salida de los laboratorios de<br />

investigación, sino que han tomado forma “desde abajo”, <strong>en</strong> términos de un<br />

proceso cooperativo que reúne de manera voluntaria a redes de usuarios. Se<br />

definirá a las innovaciones por el uso (también llamadas “innovaciones<br />

asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes” [bottom-up innovations] o “innovaciones horizontales”) como<br />

innovaciones tecnológicas o de servicios que nac<strong>en</strong> de las prácticas de los<br />

usuarios y se difund<strong>en</strong> a través de las redes de intercambios <strong>en</strong>tre usuarios. Estas<br />

innovaciones por el uso, que se desarrollan indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de los ciclos<br />

“verticales” de la innovación, se volvieron una característica es<strong>en</strong>cial, aunque no


exclusiva, del desarrollo de la sociedad de la información.<br />

Usos y usuarios de los medios y de las TIC<br />

La noción de “uso” apareció <strong>en</strong> la sociología de los medios con la corri<strong>en</strong>te<br />

funcionalista de los “Uses and gratifications” <strong>en</strong> los trabajos americanos de los<br />

años 60 y 70 [1]. Los promotores de este abordaje buscaban tomar distancia con<br />

el paradigma <strong>en</strong>tonces predominante que analizaba exclusivam<strong>en</strong>te la acción de<br />

los medios masivos de comunicación <strong>en</strong> términos de efecto. Que la conclusión<br />

sea la exist<strong>en</strong>cia de “efectos fuertes” como la escuela de Frankfurt (Adorno,<br />

Horkheimer) o de “efectos limitados” (Lazarsfeld), las primeras tradiciones de<br />

estudios de las herrami<strong>en</strong>tas de la comunicación planteaban la misma pregunta:<br />

¿Qué hac<strong>en</strong> los medios a la g<strong>en</strong>te que está expuesta a ellos? La corri<strong>en</strong>te de los<br />

“Uses and gratifications” buscó apartarse de este mediac<strong>en</strong>trismo transformando<br />

el s<strong>en</strong>tido de la pregunta planteada por los fundadores de los estudios de<br />

comunicación. Ya no preguntan cómo los medios influy<strong>en</strong> sobre las personas, sino<br />

¿qué hace la g<strong>en</strong>te con los medios? Este cambio de paradigma va a abrir el<br />

espacio de investigación a otra concepción de la relación de los usuarios con las<br />

herrami<strong>en</strong>tas de comunicación. En una perspectiva funcionalista, los<br />

investigadores de la corri<strong>en</strong>te de los “Uses and gratifications” consideran <strong>en</strong><br />

consecu<strong>en</strong>cia que los utilizadores no recib<strong>en</strong> m<strong>en</strong>sajes pasivam<strong>en</strong>te, sino que<br />

utilizan activam<strong>en</strong>te los medios para retirar de ellos satisfacciones específicas que<br />

respond<strong>en</strong> a necesidades sicológicas. Aunque esta escuela ha sido criticada<br />

porque reducía a m<strong>en</strong>udo la atracción por las tecnologías a mecanismos de<br />

comp<strong>en</strong>sación sicológica, estos primeros trabajos abrieron el camino para un<br />

análisis del uso que se emancipa de un determinismo unilateral de la técnica<br />

sobre la sociedad.<br />

En Francia, la obra colectiva de Michel de Certeau, L’inv<strong>en</strong>tion du quotidi<strong>en</strong> (1980)<br />

[2], jugó un papel fundador <strong>en</strong> materia de estudio de los usos. Historiador y<br />

sicoanalista, Michel de Certeau reconoce de bu<strong>en</strong>as a primeras la capacidad de<br />

los individuos para la autonomía y la libertad. Su abordaje consiste <strong>en</strong> detectar los<br />

mecanismos por los cuales los individuos se vuelv<strong>en</strong> sujetos que manifiestan<br />

formas de autonomía <strong>en</strong> un conjunto muy amplio de prácticas de la vida cotidiana,<br />

el consumo, la lectura o la vivi<strong>en</strong>da. Con sus descripciones finas de las “artes de<br />

usar” y de las “maneras de hacer” de los usuarios, Michel de Certeau muestra<br />

cómo las prácticas de los usuarios marcan una separación, una difer<strong>en</strong>cia con el<br />

programa que la tecnocracia y las industrias culturales buscan imponerles. Las<br />

personas ordinarias, afirma, muestran capacidades creativas que los industriales<br />

no sospechan: mediante astucias, bricolaje o rodeos - que Michel de Certeau<br />

reunirá bajo el término de “caza furtiva” - pued<strong>en</strong> inv<strong>en</strong>tar una manera propia de<br />

caminar <strong>en</strong> los universos construidos por las industrias de la cultura o las<br />

tecnologías de comunicación. Accionando un <strong>juego</strong> sutil de tácticas (que les<br />

aseguran el control por el tiempo) que se opon<strong>en</strong> a las estrategias de las grandes<br />

tecnocracias (que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el control sobre el espacio), los usuarios manifiestan una<br />

forma de resist<strong>en</strong>cia moral y política.<br />

Los trabajos de Michel de Certeau han influ<strong>en</strong>ciado fuertem<strong>en</strong>te los estudios de<br />

usos <strong>en</strong> Francia o <strong>en</strong> la corri<strong>en</strong>te británica de los cultural studies. Ellos permitieron<br />

ampliar la visión más allá de la relación individual de las personas con las<br />

interfaces tecnológicas. Introdujeron el tiempo y las dinámicas de apr<strong>en</strong>dizaje<br />

como un factor clave de la apropiación y de la estabilización de los usos <strong>en</strong><br />

hábitos o rutinas. Permitieron finalm<strong>en</strong>te insistir sobre el carácter


fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te imprevisible de los usuarios que no cesan de transformar y de<br />

desviar los servicios y las tecnologías que les son ofrecidos, como lo atestigua el<br />

éxito de los SMS que los industriales no habían previsto.<br />

En cuanto a la noción de apropiación, se remonta a las preocupaciones de los<br />

investigadores que formaron el núcleo constitutivo de los primeros estudios de<br />

uso de las TIC. Próximos a la corri<strong>en</strong>te de inspiración marxista de la autonomía<br />

social, los promotores francocanadi<strong>en</strong>ses y franceses de la noción de apropiación<br />

<strong>en</strong> los años 70 y 80, deseaban desarrollar una sociopolítica de los usos que<br />

llamara la at<strong>en</strong>ción sobre la dim<strong>en</strong>sión conflictiva de la apropiación de las<br />

tecnologías <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de las relaciones de producción y de reproducción de la<br />

economía capitalista. La noción de apropiación permite describir el proceso de<br />

interiorización progresiva de compet<strong>en</strong>cias técnicas y cognitivas obrantes <strong>en</strong>tre<br />

los individuos y los grupos que manejan cotidianam<strong>en</strong>te estas tecnologías. Serge<br />

Proulx considera que se requier<strong>en</strong> cuatro condiciones para la apropiación social<br />

de una tecnología:<br />

“a) El dominio técnico y cognitivo del artefacto;<br />

“b) la integración significativa del objeto técnico <strong>en</strong> la práctica cotidiana del<br />

usuario;<br />

“c) el uso repetido de esta tecnología que abre hacia posibilidades de creación<br />

(acciones que g<strong>en</strong>eran novedad <strong>en</strong> la práctica social);<br />

“d) finalm<strong>en</strong>te, a un nivel propiam<strong>en</strong>te más colectivo, la apropiación social supone<br />

que los usuarios estén adecuadam<strong>en</strong>te repres<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> el establecimi<strong>en</strong>to de<br />

políticas públicas y al mismo tiempo sean t<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> los procesos de<br />

innovación (producción industrial y distribución comercial”) [3].<br />

Como lo atestigua esta reconstitución sucinta de la historia de la noción de uso <strong>en</strong><br />

el campo de las TIC, lo que está <strong>en</strong> <strong>juego</strong> es un vuelco de la perspectiva que<br />

apunta a devolver a las personas un poder de actuar, adaptar y crear, fr<strong>en</strong>te a las<br />

tecnologías que pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> prescribirles maneras de hacer y de actuar.<br />

El uso creador<br />

La historia de las reci<strong>en</strong>tes tecnologías exitosas muestra que los usuarios son<br />

también frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te actores es<strong>en</strong>ciales de la innovación. Es, <strong>en</strong> efecto, cada<br />

vez más difícil aislar un proceso de innovación que solo t<strong>en</strong>dría lugar <strong>en</strong> los<br />

c<strong>en</strong>tros de investigación, de las dinámicas sociales que asocian muy<br />

estrecham<strong>en</strong>te a usuarios, tecnologías, innovadores y militantes que forman un<br />

ambi<strong>en</strong>te propicio para la innovación <strong>en</strong> el campo de las TIC. De hecho,<br />

estudiantes ing<strong>en</strong>iosos y apasionados de la música dieron orig<strong>en</strong> a la concepción<br />

de los sistemas P2P que permitieron el uso masivo y popular de Internet de alta<br />

velocidad. Militantes asociativos americanos fueron a buscar una frecu<strong>en</strong>cia no<br />

utilizada de la banda de radio, la 802.11, o “wifi”, para hacer despegar la alta<br />

velocidad de radio que los industriales tardaban <strong>en</strong> iniciar. Informáticos<br />

interesados <strong>en</strong> cultura g<strong>en</strong>eral iniciaron la concepción cooperativa de una<br />

<strong>en</strong>ciclopedia universal y múltiple, Wikipedia, que rivaliza actualm<strong>en</strong>te con los<br />

productos editoriales del sector. Militantes de la sociedad civil internacional<br />

desarrollaron las herrami<strong>en</strong>tas más originales de comunicación y de coordinación<br />

multilingüe para intercambiar alrededor de todo el planeta. Aunque muy<br />

difer<strong>en</strong>tes, estas múltiples innovaciones pres<strong>en</strong>tan características que provi<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

de la lógica de innovaciones por el uso: ellas part<strong>en</strong> de los usuarios y se difund<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> la red organizando la cooperación <strong>en</strong>tre los usuarios.


Aun si este proceso de innovación por los usuarios no se limita al universo de las<br />

tecnologías informáticas y de telecomunicación, el desarrollo del modelo de<br />

producción cooperativa y abierta del software libre constituye la forma más<br />

emblemática y de más alto r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to de las innovaciones asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes. La<br />

g<strong>en</strong>eralización de la disponibilidad de las herrami<strong>en</strong>tas de comunicación y la<br />

digitalización de la información constituy<strong>en</strong>, <strong>en</strong> efecto, un contexto particularm<strong>en</strong>te<br />

propicio para la difusión de estas innovaciones que se sustra<strong>en</strong>, al m<strong>en</strong>os<br />

parcialm<strong>en</strong>te, del mercado, cuando los innovadores juzgan necesario mant<strong>en</strong>er<br />

abierta la innovación y asegurar el acceso gratuito. Ahora bi<strong>en</strong>, se constata<br />

actualm<strong>en</strong>te que el modo de organización y el espíritu del software libre se<br />

exti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> y se g<strong>en</strong>eralizan a otros sectores. A la producción y a la distribución de<br />

cont<strong>en</strong>idos, <strong>en</strong> primer lugar: medios de comunicación alternativos <strong>en</strong> modo op<strong>en</strong><br />

publishing (Indymedia, OurMedia), <strong>en</strong>ciclopedias abiertas (Wikipedia), puesta a<br />

disposición de conocimi<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífico (como los proyectos Telabotanica,<br />

Gutemberg o el sistema de publicaciones ci<strong>en</strong>tíficas de la Public Library of<br />

Sci<strong>en</strong>ce). Al hacer de las infraestructuras de comunicación un bi<strong>en</strong> común, como<br />

<strong>en</strong> el caso de ciertos def<strong>en</strong>sores del wifi, el ing<strong>en</strong>io de los utilizadores se dirige<br />

actualm<strong>en</strong>te hacia las maneras de desarrollar servicios para compartir la<br />

conectividad. Esta proliferación produce una t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a la fragm<strong>en</strong>tación del<br />

conjunto del sector de las TIC, que t<strong>en</strong>drá consecu<strong>en</strong>cias importantes sobre los<br />

modelos industriales de los grandes operadores.<br />

La noción de innovación por el uso se inspira <strong>en</strong> una intuición desarrollada <strong>en</strong> los<br />

trabajos de Eric Von Hippel [4], profesor de la Sloan School of Managem<strong>en</strong>t del<br />

MIT, sobre las “innovaciones horizontales” <strong>en</strong> las cuales el usuario no es<br />

simplem<strong>en</strong>te “astuto” o “furtivo”, como <strong>en</strong> la figura del desvío inesperado de las<br />

herrami<strong>en</strong>tas técnicas que la sociología del uso ha popularizado, sino que se<br />

compromete un poco más lejos, participando directam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la confección de<br />

innovaciones a partir de las tecnologías y de los servicios que se hallan a su<br />

disposición. Eric Von Hippel aísla de este modo a un grupo de actores, los<br />

user/self-manufacturers, del conjunto de los usuarios, y señala, a partir de<br />

<strong>en</strong>cuestas sobre segm<strong>en</strong>tos industriales muy difer<strong>en</strong>tes que, según los mercados,<br />

10 a 40% de los utilizadores remodelan o arreglan con sus propias manos los<br />

productos que compran [5]. Los actores de la innovación horizontal no son pues<br />

necesariam<strong>en</strong>te usuarios “avanzados”, “int<strong>en</strong>sivos” o “high-tech” que sirv<strong>en</strong> como<br />

“grupos de refer<strong>en</strong>cia” <strong>en</strong> los estudios de mercado para id<strong>en</strong>tificar las dinámicas<br />

de difusión de los nuevos productos y servicios. En efecto, ni el nivel económico,<br />

ni la tecnofilia, el nomadismo o el estatus profesional conduc<strong>en</strong>, más<br />

específicam<strong>en</strong>te que otras variables, a estos lead users a convertirse ellos<br />

mismos <strong>en</strong> productores de innovaciones o de nuevos servicios. Lo que constituye<br />

a un grupo de usuarios <strong>en</strong> la vanguardia de una “innovación horizontal”, es antes<br />

que nada la inquietud práctica y concreta de <strong>en</strong>contrar por sí mismos y con sus<br />

propios medios soluciones adaptadas a sus necesidades - estrategia que los<br />

actores económicam<strong>en</strong>te favorecidos adoptan pocas veces, a m<strong>en</strong>udo porque el<br />

tiempo, a difer<strong>en</strong>cia del dinero, les falta. La innovación asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te procede del<br />

uso y ella toma impulso <strong>en</strong> las múltiples exploraciones que ciertos usuarios<br />

empr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> procedi<strong>en</strong>do a adaptaciones, astucias ing<strong>en</strong>iosas, bricolages low-tech<br />

y <strong>en</strong>samblado de productos exist<strong>en</strong>tes.<br />

Adaptar los productos y servicios a sus propias necesidades transformándolos no<br />

es exclusivo del mundo del software libre y de las nuevas tecnologías. Esta


manera de hacer nacer la innovación de las prácticas inv<strong>en</strong>tivas de los<br />

utilizadores es hasta muy frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los mercados “gran público” donde ella ha<br />

sido adoptada por los dispositivos avanzados del marketing. El mundo del surf,<br />

explica por ejemplo Eric Von Hippel, ha sido revolucionado por una innovación<br />

producida <strong>en</strong> 1978 <strong>en</strong> Hawai por un grupo de jóv<strong>en</strong>es surfistas que improvisaron<br />

un soporte de pies para sost<strong>en</strong>er la tabla cuando saltaban sobre las olas. Esta<br />

pequeña adaptación técnica, que requería algunas cintas y un pote de cola,<br />

permitió hacer más accesibles las figuras acrobáticas complejas reservadas a una<br />

élite de surfistas súper <strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ados. La práctica elitista y restringida del surf se vio<br />

revolucionada y la sucesión de innovaciones aportadas por sus practicantes a la<br />

tabla para mant<strong>en</strong>er el contacto con el surfista favoreció la ampliación de esta<br />

actividad a nuevos públicos. Si bi<strong>en</strong> los industriales adoptaron rápidam<strong>en</strong>te las<br />

micro-innovaciones aportadas a la tabla de surf, solo pudieron acceder a ellas<br />

observando, <strong>en</strong> las playas y <strong>en</strong> los pequeños talleres de los alrededores, los<br />

múltiples bricolajes que los surfistas intercambiaban con <strong>en</strong>tusiasmo.<br />

Confiar <strong>en</strong> la sagacidad de los utilizadores permite hacer emerger funcionalidades<br />

que respond<strong>en</strong> directam<strong>en</strong>te a sus necesidades. Los usuarios avanzados son<br />

siempre los mejores intérpretes de sus necesidades y la expresión de éstas está a<br />

m<strong>en</strong>udo tan fuertem<strong>en</strong>te incorporada <strong>en</strong> contextos de utilización específicos que<br />

es difícil y costoso para los industriales compr<strong>en</strong>derlas y extraerlas de su <strong>en</strong>torno.<br />

Es la razón por la cual cuando la necesidad “adhiere” fuertem<strong>en</strong>te al contexto del<br />

uso, puede ser más fácil para los usuarios desarrollar por sí mismos la solución a<br />

sus problemas. La innovación por los usuarios despeja más fácilm<strong>en</strong>te el camino<br />

a nuevas funciones que vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a satisfacer necesidades, hasta <strong>en</strong>tonces mal o<br />

poco id<strong>en</strong>tificadas. En efecto, las incitaciones a innovar de los usuarios y de los<br />

industriales son difer<strong>en</strong>tes; mi<strong>en</strong>tras que los usuarios buscan <strong>en</strong>contrar la mejor<br />

funcionalidad para su necesidad, los industriales se v<strong>en</strong> incitados a desarrollar<br />

una solución a partir de su dominio de los procedimi<strong>en</strong>tos g<strong>en</strong>éricos con el fin de<br />

reducir los costos de transfer<strong>en</strong>cias de la necesidad específica de los cli<strong>en</strong>tes. De<br />

suerte que usuarios e industriales ti<strong>en</strong><strong>en</strong> t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a desarrollar dos tipos<br />

difer<strong>en</strong>tes de innovación porque dispon<strong>en</strong> de informaciones asimétricas. Un<br />

estudio sobre el desarrollo por los usuarios o por los industriales de las<br />

innovaciones <strong>en</strong> las funcionalidades de los instrum<strong>en</strong>tos ci<strong>en</strong>tíficos ha<br />

demostrado así que los utilizadores t<strong>en</strong>ían más bi<strong>en</strong> t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a desarrollar<br />

instrum<strong>en</strong>tos que les permitieran hacer cosas nuevas, mi<strong>en</strong>tras que los<br />

industriales t<strong>en</strong>ían t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a desarrollar nuevos instrum<strong>en</strong>tos que hicieran la<br />

misma cosa, pero de manera más simple o más segura [6]. Cuando la necesidad<br />

y la solución pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a la experi<strong>en</strong>cia del utilizador, éste puede crear un nicho<br />

de innovación de bajo costo (user’s low-cost innovation), un verdadero pequeño<br />

laboratorio personal, que se refiere g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te al desarrollo de funcionalidades<br />

inéditas.<br />

Abrir y compartir<br />

Mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> el modelo de la innovación c<strong>en</strong>trado sobre la firma, las<br />

innovaciones son protegidas por cláusulas de propiedad intelectual y destinadas a<br />

un mercado de cli<strong>en</strong>tes individuales y atomizados, <strong>en</strong> el modelo de innovación por<br />

el uso, las innovaciones están abiertas y circulan, de manera reticular, <strong>en</strong>tre los<br />

usuarios. Existe una relación estrecha <strong>en</strong>tre el hecho de revelar su innovación y el<br />

hecho de compartir su desarrollo con los otros usuarios. Cuando la innovación es<br />

conducida por los usuarios, explica Von Hippel, éstos están interesados <strong>en</strong> revelar


a los demás su innovación antes que <strong>en</strong> conservarla secreta o tratar de protegerla<br />

por cláusulas de propiedad intelectual. Numerosos argum<strong>en</strong>tos vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a sost<strong>en</strong>er<br />

esta hipótesis. Los primeros son conting<strong>en</strong>tes. Es, <strong>en</strong> efecto, muy difícil para las<br />

personas privadas disponer de recursos sufici<strong>en</strong>tes para mant<strong>en</strong>er una pat<strong>en</strong>te y<br />

lic<strong>en</strong>ciar una innovación. Y estas protecciones jurídicas son a m<strong>en</strong>udo fáciles de<br />

obviar, tanto más t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que las innovaciones de usuarios emerg<strong>en</strong><br />

frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el mismo mom<strong>en</strong>to y <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes lugares. La segunda<br />

categoría de argum<strong>en</strong>tos es más fundam<strong>en</strong>tal. Numerosos anteced<strong>en</strong>tes, a los<br />

cuales la av<strong>en</strong>tura del software libre ha dado una nueva escala, muestran que la<br />

innovación mejora su calidad gracias al apoyo colectivo que recibe y a su<br />

capacidad de integrar por ajustes sucesivos las mejoras aportadas por otros. La<br />

innovación es un proceso de apr<strong>en</strong>dizaje por el uso, tanto que buscar protegerla y<br />

controlar sus utilizaciones debilita su calidad y sus oportunidades de atraer la<br />

at<strong>en</strong>ción de los industriales. Esta ley de efici<strong>en</strong>cia de la cooperación abierta ha<br />

sido resaltada por los promotores del software libre, detrás de la célebre fórmula<br />

de Eric Raymond “giv<strong>en</strong> <strong>en</strong>ough eyeballs, all bugs are shallow” : “More users find<br />

more bugs because adding more users adds more ways of stressing the<br />

program... Each [user] approaches the task of bug characterization with a slightly<br />

differ<strong>en</strong>t perceptual set and analytical toolkit, a differ<strong>en</strong>t angle on the problem. So<br />

adding more beta-testers... increases the probability that someone’s toolkit will be<br />

matched to the problem in such a way that the bug is shallow to that person” [7].<br />

Es también <strong>en</strong> razón del carácter heterogéneo de las capacidades y de las<br />

necesidades de los usuarios int<strong>en</strong>sivos que la innovación puede b<strong>en</strong>eficiarse de la<br />

diversidad de sus puntos de vista y de sus soluciones para <strong>en</strong>contrar una forma<br />

estable y g<strong>en</strong>eralizable. Mi<strong>en</strong>tras que la innovación industrial trata de producir una<br />

solución g<strong>en</strong>érica a partir de las compet<strong>en</strong>cias específicas y de los<br />

procedimi<strong>en</strong>tos de fabricación que ella domina apuntando a una figura promedio y<br />

estándar de la necesidad, las innovaciones por el uso produc<strong>en</strong> por su parte<br />

innovaciones que hac<strong>en</strong> converger las especificidades de las soluciones de los<br />

utilizadores. A lo g<strong>en</strong>érico producido “desde arriba” <strong>en</strong> dirección de una necesidad<br />

promedio, la innovación por el uso opone otra forma de lo g<strong>en</strong>érico, construida por<br />

ajuste progresivo de la multiplicidad de las soluciones aportadas por los<br />

utilizadores. Ella privilegia la integración de las difer<strong>en</strong>cias a la reducción hacia el<br />

promedio. “Wh<strong>en</strong> users’ needs are heterog<strong>en</strong>eous and wh<strong>en</strong> information drawn on<br />

by innovators is sticky, it is likely that product-developm<strong>en</strong>t activities will be widely<br />

distributed among users, rather than produced by just a few prolific userinnovators”<br />

[8] Se compr<strong>en</strong>de <strong>en</strong>tonces que este proceso parezca más “creativo”,<br />

<strong>en</strong> tanto que permite más fácilm<strong>en</strong>te la integración de puntos de vista heterodoxos<br />

<strong>en</strong> la concepción.<br />

Los tres círculos de la innovación por el uso<br />

En los procesos de innovación por el uso, se puede distinguir tres círculos de<br />

actores difer<strong>en</strong>tes: el núcleo de los innovadores, la nebulosa de los contribuidores<br />

y el círculo de los reformadores. La mayoría de los procesos observados<br />

funcionan según este modelo por círculos concéntricos (cf. fig. 1)


Fig. 1. Los tres círculos de la innovación por el uso<br />

1. Un núcleo restringido de innovadores<br />

La iniciativa de las innovaciones por el uso es conducida por un grupo muy<br />

pequeño de personas, como el colectivo Minirézo <strong>en</strong> el orig<strong>en</strong> de SPIP, o a<br />

m<strong>en</strong>udo hasta por un solo individuo que ejerce luego un control vigilante sobre el<br />

destino de su iniciativa, como es el caso del fundador de Wikipedia, Jimmy Wales.<br />

Contrariam<strong>en</strong>te a la idea frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te difundida por los def<strong>en</strong>sores de<br />

innovaciones con base cooperativa, el desarrollo “técnico” de estas innovaciones<br />

es raram<strong>en</strong>te una producción colectiva ampliada, sino que a m<strong>en</strong>udo esconde a<br />

un grupo restringido de fundadores y una verdadera jerarquía <strong>en</strong> las formas de<br />

participación <strong>en</strong> la innovación, aun cuando esta jerarquía esté a veces disimulada,<br />

a fin de no <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> contradicción con el discurso igualitario de los promotores de<br />

dichas innovaciones.<br />

Esta primera iniciativa está asociada a m<strong>en</strong>udo muy estrecham<strong>en</strong>te con la<br />

resolución de un problema práctico que <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra el iniciador <strong>en</strong> su vida personal.<br />

En 1989, Col Needham se cansó de no poder recordar los títulos de las películas<br />

que le gustaban. Así pues creó una base de datos personal para registrar títulos<br />

de películas, sus directores y actores, <strong>en</strong> un newsgroup de Us<strong>en</strong>et. Diez años<br />

más tarde, el Internet Movie Database, más conocido bajo el acrónimo IMDb, se<br />

convirtió <strong>en</strong> uno de los “10 sitios es<strong>en</strong>ciales” según Time Magazine. 25 millones<br />

de personas se conectan a él cada mes para consultar una base de 6,3 millones<br />

de películas, construida de manera cooperativa por sus utilizadores. Los<br />

innovadores mezclan a m<strong>en</strong>udo sus actividades personales o de distracción a las<br />

compet<strong>en</strong>cias técnicas que han adquirido y desarrollado <strong>en</strong> un marco universitario<br />

o profesional. Este efecto de “apr<strong>en</strong>dizaje por el uso” adquiere una importancia<br />

muy grande <strong>en</strong> el caso de las innovaciones con base cooperativa, lo que les<br />

confiere como propiedad es<strong>en</strong>cial una “adher<strong>en</strong>cia” (stickiness) al contexto de uso<br />

colectivo que les ha dado orig<strong>en</strong> y hace muy difícil su desplazami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el marco<br />

cerrado de la investigación <strong>en</strong> laboratorio.<br />

2. La fuerza de la nebulosa de los contribuidores<br />

Un segundo rasgo común a estas innovaciones es el al hecho de que estos<br />

proyectos personales adquier<strong>en</strong> fuerza y consist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la movilización de redes<br />

sociales de allegados, que vi<strong>en</strong><strong>en</strong> no solam<strong>en</strong>te a al<strong>en</strong>tar a los iniciadores, sino<br />

también a aportar su contribución al proyecto. Los amigos de Col Needham<br />

inscrib<strong>en</strong> sus películas favoritas <strong>en</strong> la base que él acaba de crear, los de Jimmy<br />

Wales le propon<strong>en</strong> rápidam<strong>en</strong>te los primeros artículos de la Wikipedia, la<br />

notoriedad de SPIP y de sus primeras utilizaciones siguieron, <strong>en</strong> su primera fase,


a una difusión a través de la red de amigos y militantes de sus promotores, etc.<br />

Los innovadores se hallan de este modo reforzados <strong>en</strong> su proyecto por la fuerza<br />

de los compromisos que suscitan. La interv<strong>en</strong>ción de los contribuidores procede<br />

de la reputación <strong>en</strong> la red de la notoriedad de la innovación. Ella es raram<strong>en</strong>te<br />

sost<strong>en</strong>ida por técnicas de difusión comercial o estrategias promocionales de gran<br />

<strong>en</strong>vergadura. Por otra parte, esta nebulosa de contribuidores que rodea al núcleo<br />

de los innovadores intervi<strong>en</strong>e más bi<strong>en</strong> para animar intercambiando cont<strong>en</strong>idos,<br />

que sobre el dispositivo técnico <strong>en</strong> sí mismo. Una división de roles aparece<br />

<strong>en</strong>tonces <strong>en</strong>tre participación <strong>en</strong> la innovación técnica y contribución a los<br />

cont<strong>en</strong>idos. Esta difer<strong>en</strong>cia de naturaleza <strong>en</strong> las formas de compromiso constituye<br />

un resorte es<strong>en</strong>cial <strong>en</strong> el modo de difusión de las innovaciones con base<br />

cooperativa y determinan a m<strong>en</strong>udo su destino.<br />

3. El ecosistema de los reformadores<br />

En la articulación <strong>en</strong>tre el núcleo de los innovadores y la nebulosa de los<br />

contribuidores se forma progresivam<strong>en</strong>te un segundo círculo de reformadores<br />

más involucrados que intervi<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> el proyecto técnico para reforzarlo y<br />

mejorarlo. Este segundo círculo aparece principalm<strong>en</strong>te cuando efectos de escala<br />

obligan a modificar y a interv<strong>en</strong>ir sobre el dispositivo técnico inicial para garantizar<br />

su per<strong>en</strong>nidad, produci<strong>en</strong>do un conjunto de variantes, agregados, funcionalidades<br />

especializadas que van a reforzar progresivam<strong>en</strong>te los dispositivos instalados.<br />

Los hilos RSS refuerzan a los blogs, la Fundación Wikimedia capitaliza los<br />

proyectos con base cooperativa para Wikipedia, etc. Las innovaciones<br />

asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes forman así ecosistemas, que funcionan a veces según las lógicas de<br />

compet<strong>en</strong>cia de un mercado, sancionando los proyectos por el uso, pero que<br />

también permit<strong>en</strong> a cada innovación b<strong>en</strong>eficiarse con los efectos externos que<br />

juegan unas con respecto a otras. Las consultas sobre IMDb, por ejemplo,<br />

tomaron una nueva dim<strong>en</strong>sión con el desarrollo de “softwares P2P”, a los cuales<br />

ofrec<strong>en</strong> un sistema de búsqueda de bu<strong>en</strong> r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to y universal. La interv<strong>en</strong>ción<br />

de los “reformadores” contribuye de este modo a convertir <strong>en</strong> g<strong>en</strong>érica a la<br />

innovación, sacándola de su contexto local, haci<strong>en</strong>do que se vuelva banal y<br />

estándar.<br />

T<strong>en</strong>siones y debates <strong>en</strong> torno a las innovaciones por el uso<br />

Cuando son confrontadas con el cambio de escala que suscita la multiplicación de<br />

los contribuidores, las innovaciones asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes deb<strong>en</strong> aceptar cierto número de<br />

desafíos.<br />

1. La dialéctica contin<strong>en</strong>te/cont<strong>en</strong>ido<br />

La ext<strong>en</strong>sión de las dinámicas gratuitas <strong>en</strong> el mundo de las TIC dep<strong>en</strong>de<br />

estrecham<strong>en</strong>te de la manera <strong>en</strong> que se articulan las inversiones ori<strong>en</strong>tadas hacia<br />

el contin<strong>en</strong>te (la innovación técnica) y aquellos que se refier<strong>en</strong> a los cont<strong>en</strong>idos<br />

(las producciones intercambiadas por la nebulosa de contribuidores). Aun cuando<br />

ellas sean a m<strong>en</strong>udo paralelas, estas dos dinámicas constituy<strong>en</strong> dos<br />

compon<strong>en</strong>tes difer<strong>en</strong>tes de los proyectos con base cooperativa. Ahora bi<strong>en</strong>, el<br />

éxito de las innovaciones asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes dep<strong>en</strong>de a m<strong>en</strong>udo de la tolerancia que<br />

sepan mostrar sus iniciadores ante la diversidad de formas de compromiso <strong>en</strong> su<br />

proyecto. No sin dificultad, los promotores del software libre, verdadera<br />

aristocracia de técnicos, han debido aceptar abrir su software a utilizadores<br />

profanos simplificando las interfaces de sus herrami<strong>en</strong>tas como, por ejemplo, con<br />

Op<strong>en</strong> Office o Firefox. Los sitios contributivos deb<strong>en</strong> tolerar una misma diversidad


de participaciones que va desde el desarrollo informático hasta la corrección de<br />

faltas de ortografía. Los animadores de Wikipedia se esfuerzan, por ejemplo, por<br />

ampliar los medios sociales de sus contribuidores, con el fin de que los artículos<br />

sobre la Edad Media no sean exclusivam<strong>en</strong>te redactados por informáticos<br />

aficionados de la cultura gótica, sino también por profesores de historia,<br />

apasionados por las catedrales y lectores de Chréti<strong>en</strong> de Troyes. El desarrollo de<br />

las innovaciones con base cooperativa se juega pues <strong>en</strong> la manera <strong>en</strong> que ellas<br />

llegan a extraerse de la cultura técnica <strong>en</strong> la cual nacieron, sin r<strong>en</strong>egar por ello de<br />

los principios de comportami<strong>en</strong>to abierto y colaborador que importaron del mundo<br />

de la informática.<br />

2. Politización/despolitización<br />

En el curso de su desarrollo, las innovaciones por el uso deb<strong>en</strong>, a m<strong>en</strong>udo, hacer<br />

fr<strong>en</strong>te a un mom<strong>en</strong>to de redefinición de su proyecto inicial. En efecto, las<br />

inversiones iniciales de las cuales eran el soporte pres<strong>en</strong>tan frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

objetivos militantes afirmados, sobre todo cuando sus impulsores hac<strong>en</strong> de la<br />

apropiación de tecnologías un medio de resistir y de concebir alternativas al<br />

mundo mercantil. Sin embargo, al dar cabida a nuevas formas de contribución y<br />

tolerar una amplia diversidad de compromisos, los proyectos con base<br />

cooperativa son a veces colonizados por usos más cercanos al consumo de<br />

servicios gratuitos que al compromiso <strong>en</strong> una informática “ciudadana”. Es el caso,<br />

por ejemplo de las telecargas que usan herrami<strong>en</strong>tas libres P2P o accesos<br />

“oportunistas” a la red wifi. El cambio de escala parece diluir la vocación inicial de<br />

las innovaciones y g<strong>en</strong>era toda una serie de dilemas para los conductores de<br />

proyectos, como fue el caso <strong>en</strong> las primeras comunidades wifi. Estas t<strong>en</strong>siones<br />

normativas están inscriptas <strong>en</strong> el corazón de la mayoría de las innovaciones por el<br />

uso. A m<strong>en</strong>udo, por otra parte, juegan un efecto positivo sobre las capacidades de<br />

innovación, favoreci<strong>en</strong>do la multiplicación de las contra-iniciativas y de los efectos<br />

de corrección. Pero esta oposición <strong>en</strong>tre “puro” e “impuro” puede también<br />

constituir un peligro mortífero para los proyectos con base cooperativa. Así pues<br />

la instauración de una gobernabilidad pluralista de las innovaciones con base<br />

cooperativa, tolerante con la diversidad de las razones que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los actores para<br />

comprometerse, parece a m<strong>en</strong>udo indisp<strong>en</strong>sable para su éxito.<br />

3. Los riesgos de desintegración<br />

Las innovaciones por el uso viv<strong>en</strong> siempre bajo la am<strong>en</strong>aza de la desintegración<br />

del colectivo inicial. Esta se perfila primeram<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de la ampliación<br />

del núcleo de los fundadores a nuevos integrantes, mom<strong>en</strong>to crucial del desarrollo<br />

de las innovaciones con base cooperativa donde se juega la distribución de tareas<br />

<strong>en</strong>tre antiguos y nuevos y el mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la autoridad simbólica de los<br />

fundadores <strong>en</strong> la conducción colectiva del proceso. Pero el riesgo de<br />

desintegración aparece sobre todo con la proliferación de las innovaciones<br />

complem<strong>en</strong>tarias aportadas por el segundo círculo de los reformadores. Estos<br />

aportan especificaciones nuevas al proyecto fundador, pero sucede también que<br />

“bifurcan” para crear un proyecto paralelo. Esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a la desintegración<br />

aparece hasta como una constante <strong>en</strong> el universo de las innovaciones<br />

asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes: multiplicación de las lic<strong>en</strong>cias libres, distribuciones de Linux,<br />

herrami<strong>en</strong>tas de CMS, desarrollo de la “bifurcación” AGORA a partir de SPIP, etc.<br />

Estas lógicas c<strong>en</strong>trífugas son las consecu<strong>en</strong>cias de la necesaria diversificación de<br />

los servicios que conduc<strong>en</strong> a las innovaciones por el uso a buscar el mejor ajuste<br />

a una multiplicidad de contextos. Pero ellas obligan también a los portadores de


innovaciones a mant<strong>en</strong>er estándares de interoperabilidad <strong>en</strong>tre los servicios que<br />

g<strong>en</strong>eran.<br />

4. La articulación con el mundo mercantil<br />

El desarrollo de la infraestructura técnica de los proyectos gratuitos se vuelve<br />

rápidam<strong>en</strong>te crítico cuando se amplía la nebulosa de los contribuidores. Así pues<br />

es necesario <strong>en</strong>contrar financiami<strong>en</strong>tos que cubran la gestión técnica de los<br />

proyectos (albergue, banda, etc.), pero también a veces atribuir salarios a los<br />

animadores de sitios, con el fin de liberarlos de un voluntariado que se vuelve<br />

ext<strong>en</strong>uante con el crecimi<strong>en</strong>to de las contribuciones, como <strong>en</strong> el caso de IMDb.<br />

Las innovaciones por el uso se vuelv<strong>en</strong> <strong>en</strong>tonces hacia patrocinantes<br />

institucionales (universidades, programas de apoyo gubernam<strong>en</strong>tal) o privados<br />

(fundaciones, mec<strong>en</strong>as, donaciones privadas). Pero ellas se prestan también a<br />

articulaciones más complejas con el universo mercantil, mant<strong>en</strong>iéndolo al mismo<br />

tiempo al marg<strong>en</strong> de sus proyectos con servicios de adaptación y de<br />

personalización de la innovación, como es el caso de las sociedades de servicios<br />

desarrolladas <strong>en</strong> torno al software libre (RedHat) o del sistema de retribución por<br />

los servicios mercantiles ante los cuales ellas produc<strong>en</strong> efectos externos<br />

positivos, como lo atestigua el reci<strong>en</strong>te part<strong>en</strong>ariado de Google con Wikipedia.<br />

5. El reconocimi<strong>en</strong>to de la creatividad de los usuarios<br />

Como lo señala Eric Von Hippel, las innovaciones de los usuarios constituy<strong>en</strong> un<br />

hecho externo positivo para el mundo mercantil y un factor de crecimi<strong>en</strong>to del<br />

bi<strong>en</strong>estar social para la sociedad <strong>en</strong> su conjunto. Al permitir id<strong>en</strong>tificar<br />

necesidades y conocer usos de bajo costo, ellas constituy<strong>en</strong> un espacio de<br />

exploración de nuevas necesidades sociales sin duda más eficaces que los<br />

grupos de creatividad que el marketing trata de desarrollar pidi<strong>en</strong>do a cobayos<br />

improbables imaginar sus usos de las tecnologías futuras. Las innovaciones por el<br />

uso ali<strong>en</strong>tan la creatividad y ofrec<strong>en</strong> servicios de utilidad social que respond<strong>en</strong> a<br />

necesidades específicas que el mercado no sabe o no quiere satisfacer. Por eso<br />

es útil aportar un mejor reconocimi<strong>en</strong>to a la creatividad y a la inv<strong>en</strong>tiva de los<br />

usuarios <strong>en</strong> el campo de las TIC y reforzar las condiciones que la hac<strong>en</strong> posible,<br />

preservando el carácter flexible, abierto y no apropiable de las tecnologías de<br />

Internet. Las innovaciones por el uso que mucho han aportado al dinamismo de<br />

Internet son actualm<strong>en</strong>te am<strong>en</strong>azadas por el refuerzo de las lógicas propietarias,<br />

atestiguado por el <strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to de las reglas de propiedad intelectual o el cierre<br />

de ciertos dispositivos técnicos (DRM). Aun cuando los usuarios t<strong>en</strong>gan que<br />

<strong>en</strong>contrar todavía su propio camino a través de las limitaciones tecnológicas y las<br />

prescripciones comerciales, sería sin embargo lam<strong>en</strong>table que se cierre el<br />

espacio de innovación y de creatividad de Internet.


Comunidades virtuales<br />

Luis Ángel Fernández Hermana<br />

Como testimonia el ya clásico libro de Howard Rheingold “The Virtual Community:<br />

Homesteading in the Electronic Frontier” (La Comunidad Virtual, Editorial Gedisa,<br />

Barcelona), los años 80 registraron la discreta efervesc<strong>en</strong>cia de las comunidades<br />

virtuales <strong>en</strong> EEUU de la mano de la difusión de Internet <strong>en</strong> c<strong>en</strong>tros académicos y<br />

de investigación y la incipi<strong>en</strong>te popularización de las BBS. Por primera vez, se<br />

experim<strong>en</strong>taba la bidireccionalidad <strong>en</strong> espacios virtuales lo que significó, al mismo<br />

tiempo, la diseminación de una forma peculiar de autoorganizarse, de<br />

autogestionar el acopio, producción y gestión de información y conocimi<strong>en</strong>to.<br />

Aquellas formas de organización no t<strong>en</strong>ían parangón <strong>en</strong> el mundo real: la relación<br />

asíncrona, el estar siempre conectado sin estarlo (una especie de contestador<br />

automático multitudinario), el ser protagonista de estos procesos y no mera<br />

audi<strong>en</strong>cia pasiva, invitaban lógicam<strong>en</strong>te a mirar la realidad de otra manera.<br />

Una evolución global de la relación con la información<br />

Pero ¿qué pasaba <strong>en</strong> la realidad <strong>en</strong> aquellos años? ¿Hasta qué punto la<br />

evolución social era indifer<strong>en</strong>te o marcaba las pautas de lo que ocurría <strong>en</strong> ese<br />

nuevo territorio, más allá de la “frontera electrónica”? El concepto de que<br />

“Información es poder”, el pilar del modelo político sust<strong>en</strong>tado por los dos<br />

imperios, se volvió de golpe insost<strong>en</strong>ible, <strong>en</strong>tró <strong>en</strong> crisis justam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la era de<br />

Ronald Reagan. Todo el poder basado <strong>en</strong> el uso estratégico de la información<br />

sobre la fuerza militar, el PIB, la actividad industrial de la población, el control de<br />

los recursos <strong>en</strong>ergéticos y naturales, no permitieron anticipar ni <strong>en</strong> un segundo el<br />

colapso de la URSS (ni siquiera el surgimi<strong>en</strong>to de una pot<strong>en</strong>cia como Japón). Por<br />

<strong>en</strong>tre los resquicios de esta crisis que puso al mundo patas arriba, se filtraban<br />

hacia la superficie nuevos elem<strong>en</strong>tos que pujaban por un protagonismo<br />

definitivam<strong>en</strong>te destinado a tumbar el rígido marco de relaciones impuesto por la<br />

guerra fría. Las tecnologías de la información, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, e Internet, <strong>en</strong> particular,<br />

las t<strong>en</strong>siones del sistema educativo, la flexibilidad organizativa de las empresas al<br />

amparo de nuevos modelos de gestión del conocimi<strong>en</strong>to (frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te más<br />

exitosos <strong>en</strong> el papel que <strong>en</strong> la realidad), el manejo de información que excedía el<br />

habitual marco <strong>en</strong> el que se des<strong>en</strong>volvían individuos y colectivos, todo ello cosido<br />

por el sutil hilo de la interacción, conformaba lo que podríamos d<strong>en</strong>ominar la<br />

“factoría” de un nuevo poder.<br />

En ese nuevo esc<strong>en</strong>ario se produjeron dos cambios significativos con<br />

respecto a la fase anterior.


Por una parte, la información cambió de naturaleza. Ahora no dep<strong>en</strong>día tanto de<br />

la capacidad de acopiar y procesar información por ag<strong>en</strong>tes especializados para<br />

hacer un uso estratégico de ella a partir de un proyecto jerarquizado (y bipolar), se<br />

tratara de ag<strong>en</strong>cias públicas o privadas o de medios de comunicación. La relación<br />

<strong>en</strong>tre el poseedor de la información y el resto de la sociedad que cuajó tras la<br />

segunda guerra mundial, <strong>en</strong>tre el emisor y el receptor, el primero jugando un<br />

papel activo y determinante <strong>en</strong> el proceso de selección y distribución y el segundo<br />

uno pasivo, de consumidor sin capacidad de respuesta significativa, com<strong>en</strong>zó a<br />

volar por los aires cuando las tecnologías de la información inyectaron dos rasgos<br />

nuevos y subversivos: cualquiera podía publicar <strong>en</strong> la Red y lo que se publicaba<br />

estaba sometido de inmediato al <strong>juego</strong> dinámico de la interacción.<br />

Hasta <strong>en</strong>tonces, el conocimi<strong>en</strong>to estaba fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te confinado <strong>en</strong>tre los<br />

muros de las organizaciones que lo protegían como un “bi<strong>en</strong> estratégico”.<br />

Hablamos de ciertos individuos (ci<strong>en</strong>tíficos, expertos, etc.), empresas,<br />

corporaciones, ag<strong>en</strong>cias públicas, ag<strong>en</strong>cias policiales o militares, c<strong>en</strong>tros de<br />

investigación, universidades, partidos políticos, sistema educativo formal, etc.<br />

Ahora, sin embargo, desde la irrupción pública de la Red, sobre todo desde lo que<br />

podríamos llamar el proceso de resocialización de la “world wide web”, una parte<br />

sustancial de ese conocimi<strong>en</strong>to reside <strong>en</strong> individuos, colectivos, empresas,<br />

organizaciones, administraciones e instituciones que se expresan <strong>en</strong> redes<br />

abiertas, turbul<strong>en</strong>tas y expansivas.<br />

Estos tres últimos términos no son metáforas literarias, sino que son categorías<br />

que nos permit<strong>en</strong> compr<strong>en</strong>der la estructura de la Red que recibimos <strong>en</strong> cuanto<br />

nuevos usuarios:<br />

Una red abierta: nadie controla al que <strong>en</strong>tra, no hay cancerbero, ni ger<strong>en</strong>te, ni<br />

“espigador digital” que se <strong>en</strong>cargue de aplicar criterios selectivos de acceso;<br />

Una red turbul<strong>en</strong>ta: nadie controla la actividad de los demás (los gobiernos cada<br />

vez lo int<strong>en</strong>tan más, pero, <strong>en</strong> principio, tratan de luchar contra este principio sin<br />

mucho éxito);<br />

Una red expansiva: si no hay forma de controlar a qui<strong>en</strong> <strong>en</strong>tra y lo que hace, el<br />

cont<strong>en</strong>ido de la red crece constantem<strong>en</strong>te de manera caótica, redundante y<br />

expon<strong>en</strong>cial.<br />

La frontera <strong>en</strong>tre los det<strong>en</strong>tadores del poder informativo y lo que podríamos llamar<br />

<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido amplio como la “audi<strong>en</strong>cia” se volvió de rep<strong>en</strong>te difusa, ambigua,<br />

compleja. El medio virtual, poblado por ord<strong>en</strong>adores <strong>en</strong> red, teléfonos, televisión,<br />

los multimedia y sistemas de satélites, com<strong>en</strong>zó a solaparse con poderes<br />

tradicionales corporativos, militares, sociales, económicos y políticos. En unos<br />

casos, recortando s<strong>en</strong>siblem<strong>en</strong>te su fuerza y la lógica de su preemin<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong><br />

otros pot<strong>en</strong>ciándolos y multiplicándolos.<br />

En segundo lugar, el poder de la información estaba basado anteriorm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el<br />

criterio de la exclusión (contra m<strong>en</strong>os la poseyeran, más valiosa, más “puro” el<br />

poder que emanaba de ella). Sin embargo, <strong>en</strong> un mundo integrado por las<br />

comunidades virtuales apos<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> las tecnologías de la información, el valor<br />

se desplazaba hacia la capacidad cooperativa de los ag<strong>en</strong>tes sociales. El ámbito<br />

digital convirtió a la información y el conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> mercancías cruciales <strong>en</strong> las<br />

nuevas relaciones internacionales <strong>en</strong> un mundo rápidam<strong>en</strong>te cambiante donde lo<br />

global y local adquirieron un significado nuevo, específico. Poseer información <strong>en</strong>


exclusiva se volvió una tarea cada vez más espinosa, costosa, insost<strong>en</strong>ible y, a la<br />

postre, estéril. La sociedad de la información reclamaba una participación que<br />

dinamitaba tales int<strong>en</strong>tos exclusivistas, por más que durante bastante tiempo<br />

estos perdurarán con éxito pues todavía subsist<strong>en</strong> poderosas estructuras<br />

heredadas de la guerra fría.<br />

De esta manera, fr<strong>en</strong>te al “poder duro” de la guerra fría, blindado por la fuerza<br />

nuclear con su capacidad de destrucción y el valor de la información con el fin de<br />

mant<strong>en</strong>er la vig<strong>en</strong>cia de la política de bloques, surgió el “poder blando” sust<strong>en</strong>tado<br />

<strong>en</strong> las tecnologías de la información. De la transfer<strong>en</strong>cia de información <strong>en</strong> una<br />

relación unilineal <strong>en</strong>tre el procesador activo de información (Estado, empresa,<br />

medio de comunicación, etc.) y el receptor pasivo, hemos pasado al diálogo<br />

multilateral, transversal, interactivo, hasta alcanzar lo que podríamos d<strong>en</strong>ominar la<br />

unidad básica de producción de información y conocimi<strong>en</strong>to socialm<strong>en</strong>te útil: la<br />

comunidad virtual (CV). En otras palabras, estamos construy<strong>en</strong>do un mundo<br />

mucho más complejo, más ambiguo y m<strong>en</strong>os esquemático, donde interactuar es<br />

poder. Un nuevo estado de las cosas caracterizado por multitud de archipiélagos<br />

de comunidades virtuales cuyas leyes de funcionami<strong>en</strong>to contravi<strong>en</strong><strong>en</strong> las rígidas<br />

reglas del poder duro que hemos conocido hasta ahora.<br />

Características de las comunidades virtuales<br />

Ahora se trata de saber cuál ha sido la progresión de la actividad que se<br />

des<strong>en</strong>vuelve más allá de la frontera electrónica y qué podemos hacer al respecto.<br />

Y la respuesta ya no nos vi<strong>en</strong>e de los poderes establecidos, no sólo, sino<br />

fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te de la creci<strong>en</strong>te capacidad para promover y actuar <strong>en</strong> CV que<br />

colocan a los individuos fr<strong>en</strong>te a la ev<strong>en</strong>tualidad de organizar sus deseos, sus<br />

aspiraciones o incluso su propia cotidianeidad <strong>en</strong> contextos virtuales <strong>en</strong> principio<br />

vacíos, que aguardan la acción de los conectados para adquirir la forma que estos<br />

les otorgu<strong>en</strong>.<br />

Este cambio se ha convertido <strong>en</strong> una fuerza pluralizadora que construye<br />

mercados no represivos y que, además, no refuerza necesariam<strong>en</strong>te - como<br />

antaño - un poder c<strong>en</strong>tralizado, aunque lógicam<strong>en</strong>te no lo excluye, porque son los<br />

individuos y las organizaciones qui<strong>en</strong>es decid<strong>en</strong> la fisonomía y funciones de las<br />

CV que crean y <strong>en</strong> las que actúan.<br />

Las CV, sólo exist<strong>en</strong> y funcionan <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que sean fruto de la actividad de<br />

los ciudadanos, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didos estos como individuos, colectivos formales o<br />

informales, empresas, organizaciones, etc. Asi se han creado espacios artificiales<br />

(virtuales) nuevos, dotados de una serie de características no siempre<br />

compr<strong>en</strong>sibles desde los parámetros del “mundo real”.<br />

1.- La información es de los usuarios. Es decir, la Red, <strong>en</strong> principio, está<br />

“vacía” y son los usuarios qui<strong>en</strong>es decid<strong>en</strong> qué información van a almac<strong>en</strong>ar,<br />

mostrar e intercambiar. Por tanto, cada usuario decide por dónde empieza a ver la<br />

Red, para qué y con quiénes.<br />

2.- El acceso a la red es<br />

universal: basta acceder a un ord<strong>en</strong>ador de la red, para acceder a toda la red o<br />

“ver” toda la Red (otra cosa es que, una vez d<strong>en</strong>tro de la Red, haya lugares donde<br />

se pida el registro para acceder a la información que conti<strong>en</strong><strong>en</strong>);<br />

simultáneo: todos estamos <strong>en</strong> la Red al mismo tiempo, pues existimos <strong>en</strong>


cuanto información (ceros y unos). En realidad, la red es desde sus oríg<strong>en</strong>es el<br />

primer contestador automático que se puso <strong>en</strong> funcionami<strong>en</strong>to. Nadie sabe si<br />

estamos conectados o no, pero nos relacionamos <strong>en</strong>tre todos como si lo<br />

estuviéramos a través de nuestra pres<strong>en</strong>cia numérica, de la información que<br />

“movemos” y de las interacciones que promovemos;<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te del tiempo (24h./365d.) y de la distancia. Es el primer espacio<br />

abierto constantem<strong>en</strong>te a la actividad del ser humano indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de<br />

donde se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre. Sólo necesita acceder a un ord<strong>en</strong>ador de la Red para que<br />

todo lo expuesto anteriorm<strong>en</strong>te funcione.<br />

3.- Finalm<strong>en</strong>te, los otros dos rasgos que cierran este comprimido código g<strong>en</strong>ético<br />

es que la red crece de manera desc<strong>en</strong>tralizada y desjerarquizada. Basta seguir<br />

añadi<strong>en</strong>do ord<strong>en</strong>adores (servidores) para que se esparza física y virtualm<strong>en</strong>te y<br />

no hay ord<strong>en</strong>adores que desempeñ<strong>en</strong> tareas de “comando y control” sobre los<br />

otros ord<strong>en</strong>adores de la Red.<br />

Si la información de la red es la que colocan o publican sus usuarios, estamos <strong>en</strong><br />

un <strong>en</strong>torno emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te PARTICIPATIVO. De hecho, la red se retroalim<strong>en</strong>ta<br />

constantem<strong>en</strong>te de las señales que emit<strong>en</strong> sus usuarios. Esta participación<br />

conduce inexorablem<strong>en</strong>te a la INTERACCIÓN, es decir, a la relación con lo que<br />

hac<strong>en</strong> los demás (no hablamos de int<strong>en</strong>sidad o grados de dicha relación, sino que<br />

participar significa “mover” información propia <strong>en</strong> relación con los otros y mover<br />

información de los otros <strong>en</strong> relación con la propia).<br />

El resultado inescapable de ambos puntos es un CRECIMIENTO constante de la<br />

información y el conocimi<strong>en</strong>to que circula por el sistema. La evolución, por tanto,<br />

es un factor incorporado a la propia estructura de Internet. Crecimi<strong>en</strong>to no<br />

significa sólo añadir más información, sino también todo lo que esto conlleva:<br />

sistemas de búsqueda, de clasificación, de síntesis, de participación e interacción,<br />

de reagrupami<strong>en</strong>tos sistémicos o efímeros, de transacción e intercambio, de<br />

organización de la información y de su visibilidad, etc.<br />

La emerg<strong>en</strong>cia rápida y multiforme de las CV<br />

Los cambios desde este punto de vista han sido f<strong>en</strong>om<strong>en</strong>ales y muy rápidos. Las<br />

primeras CV tuvieron como protagonistas a ing<strong>en</strong>ieros, programadores y hackers,<br />

tras lo que vino Us<strong>en</strong>et y los espacios de colaboración <strong>en</strong> el sector de la I+D.<br />

Estas actividades <strong>en</strong> los nuevos espacios virtuales rápidam<strong>en</strong>te abarcaron un<br />

índice temático amplísimo. Poco después eclosionaron las CV despr<strong>en</strong>didas de<br />

las BBS, así como las que se organizaron d<strong>en</strong>tro de Compuserve y AOL, <strong>en</strong>tre<br />

otras, así como la aparición de organizaciones sociales de amplio espectro, <strong>en</strong>tre<br />

las que podríamos citar por su repres<strong>en</strong>tatividad a APC, paraguas de dec<strong>en</strong>as de<br />

redes <strong>en</strong> los cinco contin<strong>en</strong>tes pobladas por comunidades virtuales agrupadas por<br />

áreas de intereses claram<strong>en</strong>te definidos. La actividad desarrollada bajo este<br />

paraguas ya apuntaba a un cambio paradigmático de la complejidad del mundo<br />

de las comunidades virtuales y de una incipi<strong>en</strong>te forma de interv<strong>en</strong>ción política<br />

con características muy difer<strong>en</strong>tes a lo que hemos conocido hasta ahora.<br />

La APC jugó un papel importantísimo <strong>en</strong> la Confer<strong>en</strong>cia Mundial del Medio<br />

Ambi<strong>en</strong>te y el Desarrollo, más conocida como Cumbre para la Tierra, que se<br />

celebró <strong>en</strong> Río de Janeiro <strong>en</strong> 1992. En el campus del Global Forum (confer<strong>en</strong>cia<br />

alternativa a la oficial) instalaron salas repletas de ord<strong>en</strong>adores donde instruyeron<br />

a ci<strong>en</strong>tos de ONG de todo el planeta a utilizar Internet. Durante los años


sigui<strong>en</strong>tes, miles de personas de los cinco contin<strong>en</strong>tes, constituidas <strong>en</strong> CV más o<br />

m<strong>en</strong>os formalizadas, se autoorganizaron para el intercambio de información,<br />

pusieron <strong>en</strong> marcha proyectos, canalizaron fondos y organizaron protestas desde<br />

la Red. Mi<strong>en</strong>tras los medios de comunicación guardaban un vergonzoso sil<strong>en</strong>cio<br />

sobre las políticas de ajuste estructural del Banco Mundial, estas CV estaban<br />

perfectam<strong>en</strong>te versadas <strong>en</strong> su significado y consecu<strong>en</strong>cias, <strong>en</strong> el papel<br />

complem<strong>en</strong>tario del FMI y <strong>en</strong> el impacto que ambas <strong>en</strong>tidades causaban <strong>en</strong> India<br />

o América Latina. Esta caldera explotó siete anos mas tarde <strong>en</strong> Seattle ante la<br />

pres<strong>en</strong>tación de una organización nueva y desconocida como la Organización<br />

Mundial del Comercio (OMC) que procedía de los no m<strong>en</strong>os misteriosos aledaños<br />

del GATT y la Ronda de Uruguay. Pocos de los que vivían <strong>en</strong> la superficie de la<br />

sociedad “real” pudieron compr<strong>en</strong>der de dónde v<strong>en</strong>ía y qué significaba aquel<br />

movimi<strong>en</strong>to que se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>taba con conocimi<strong>en</strong>to de causa al BM, al FMI y a la<br />

OMC y que com<strong>en</strong>zó -erróneam<strong>en</strong>te- a autod<strong>en</strong>ominarse antiglobalizador.<br />

Una nueva forma de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la política<br />

¿Estábamos ante una nueva forma de hacer política? Posiblem<strong>en</strong>te. Pero<br />

claram<strong>en</strong>te no se trataba de la política como la habíamos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido hasta<br />

<strong>en</strong>tonces con las características de continuidad <strong>en</strong> la actividad, crecimi<strong>en</strong>to sobre<br />

lo hecho (tradición), propósito explícito de conquista de espacios sociales o<br />

administrativos y elaboración de ag<strong>en</strong>das de actividad a partir de lo actuado. Lo<br />

que no se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>día -y creo que todavía no se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de claram<strong>en</strong>te- es que<br />

algunos de los rasgos definitorios de las CV planteaban un esc<strong>en</strong>ario político<br />

difer<strong>en</strong>te:<br />

la multiplicidad posible de CV -como la multiplicidad posible de ecosistemas, por<br />

eso muchos hablan de nichos <strong>en</strong> los ecosistemas ante la dificultad de “r<strong>en</strong>ombrar”<br />

dichos nichos al interior de una concepción sistémica de los hábitat-, lo cual no<br />

permitía catalogar claram<strong>en</strong>te dónde residía el poder ni <strong>en</strong> qué consistía éste<br />

cuando se reclamaba prohijado por comunidades autoorganizadas.<br />

El proceso constante, sost<strong>en</strong>ido, incontrolado, de crecimi<strong>en</strong>to de la población<br />

conectada, lo cual desplaza sin cesar la frontera <strong>en</strong>tre el sector “maduro” de las<br />

CV, con amplia experi<strong>en</strong>cia, consci<strong>en</strong>te o no, de lo que significa trabajar con los<br />

otros, interactuar con los otros, <strong>en</strong> contextos más o m<strong>en</strong>os organizados, y el<br />

sector de los “recién llegados”. Esto lleva a una reinv<strong>en</strong>ción perman<strong>en</strong>te de la<br />

actividad <strong>en</strong> la Red lo cual conspira contra el as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to de las formas m<strong>en</strong>os<br />

organizadas (más efímeras) de relación <strong>en</strong> la red, por importante que ellas sean.<br />

El respeto compartido a los fines y las metodologías acordadas por los<br />

miembros. Esta es la nueva ética, o la ética de la Red. Prácticam<strong>en</strong>te no existe un<br />

espacio equiparable <strong>en</strong> el mundo físico donde sus ocupantes t<strong>en</strong>gan la<br />

oportunidad de verificar lo que sucede, examinar la naturaleza de los intercambios<br />

registrados y analizar si cumpl<strong>en</strong> con las normas colectivam<strong>en</strong>te aprobadas. Este<br />

proceso de retroalim<strong>en</strong>tación de la propia actividad conlleva una fuerte carga<br />

ética, porque el respeto no es compartido tan sólo a partir de una mera<br />

declaración de int<strong>en</strong>ciones, sino de la forma como éstas se plasman <strong>en</strong> los<br />

archivos comunes de la CV, para sus miembros y para qui<strong>en</strong>es no lo son.<br />

Los rasgos de los archivos donde se registra la actividad de las CV. Este es un<br />

factor crucial al que no siempre se le presta la debida at<strong>en</strong>ción. Cuando se habla<br />

de formas de relación política, o expresión de una nueva ética de las relaciones,<br />

etc., esto no sucede sólo para la foto fija de una CV que ha t<strong>en</strong>ido la oportunidad


de compartir una parte de su trayecto, sino que, a través de sus archivos,<br />

repres<strong>en</strong>ta un factor pedagógico de primer ord<strong>en</strong> para los que se van uni<strong>en</strong>do<br />

progresivam<strong>en</strong>te a la CV, algo que no existe comparativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el mundo real.<br />

Por tanto, ese factor está determinado por los rasgos de la organización de su<br />

histórico, su transpar<strong>en</strong>cia, grado de compr<strong>en</strong>sión y de la capacidad de<br />

diseminación de su cont<strong>en</strong>ido a otras CV o áreas de población conectada (o no).<br />

Por consigui<strong>en</strong>te, el elem<strong>en</strong>to tecnológico, desde este punto de vista, es tan<br />

importante como, por poner un ejemplo, lo es organizar nuestra biblioteca<br />

particular para que la compr<strong>en</strong>da un vecino, no sólo <strong>en</strong> cuanto organización<br />

formal de los libros, sino como expresión también del trayecto recorrido por uno<br />

mismo.<br />

La creación de un espacio virtual para el apr<strong>en</strong>dizaje no formal, un <strong>en</strong>torno que<br />

no podemos <strong>en</strong>contrar <strong>en</strong> el mundo real. No se trata de procesos de apr<strong>en</strong>dizaje<br />

especulativo o intelectual. Lo determinante es la acción colectiva, a través de la<br />

cual se comparte información, conocimi<strong>en</strong>tos y experi<strong>en</strong>cias de una manera más<br />

o m<strong>en</strong>os formalizada, más o m<strong>en</strong>os cons<strong>en</strong>suada.<br />

Los interrogantes compartidos y la metodología de trabajo <strong>en</strong> un espacio virtual<br />

común consigu<strong>en</strong> que elem<strong>en</strong>tos dispersos de conocimi<strong>en</strong>to se manifiest<strong>en</strong>, se<br />

socialic<strong>en</strong>, se intercambi<strong>en</strong>, se combin<strong>en</strong> para g<strong>en</strong>erar un conocimi<strong>en</strong>to operativo.<br />

Las CV maduras o complejas las llamamos también redes intelig<strong>en</strong>tes por las<br />

sigui<strong>en</strong>te razones:<br />

Su cont<strong>en</strong>ido está relacionado con la consecución de objetivos concretos<br />

(intelig<strong>en</strong>cia del proyecto);<br />

Su cont<strong>en</strong>ido no reside sólo <strong>en</strong> lo que sab<strong>en</strong> algunos de sus miembros, sino <strong>en</strong><br />

la g<strong>en</strong>eración y gestión colectiva del conocimi<strong>en</strong>to que interesa a la CV<br />

(intelig<strong>en</strong>cia del trabajo <strong>en</strong> colaboración);<br />

Su cont<strong>en</strong>ido dep<strong>en</strong>de de la ori<strong>en</strong>tación de la red hacia otras redes para<br />

intercambiar información y conocimi<strong>en</strong>to, estén o no <strong>en</strong> la misma organización<br />

(intelig<strong>en</strong>cia de las interacciones <strong>en</strong> red).<br />

La dificultad objetiva para construir una religión de la CV <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido estricto<br />

del término, es decir de “religar” la actividad que ocurre <strong>en</strong> el espacio virtual<br />

(tomando <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la amplia diversidad de actuaciones, organizaciones,<br />

metodologías, objetivos, organización de trayectorias, relaciones <strong>en</strong>tre CV, etc.)<br />

con lo que ocurre <strong>en</strong> el mundo real, incluso <strong>en</strong> aquellos casos <strong>en</strong> que <strong>en</strong> éste<br />

último se manifieste la emerg<strong>en</strong>cia de movimi<strong>en</strong>tos sociales organizados <strong>en</strong> red.<br />

Esta dificultad at<strong>en</strong>ta contra la construcción de un concepto como el del valor,<br />

visto ya sea desde el prisma político, económico o cultural, pues <strong>en</strong> realidad ti<strong>en</strong>e<br />

más valor el “vapor” que el valor <strong>en</strong> cuanto seña de id<strong>en</strong>tidad de esta época. Y,<br />

desde mi punto de vista, la CV expresa claram<strong>en</strong>te este rasgo difuso e, incluso,<br />

es su portadora y promotora.<br />

Este punto anterior es crucial porque está relacionado con el trasvase que se<br />

pueda hacer desde las actividades que los individuos desarrollan <strong>en</strong> CV de<br />

difer<strong>en</strong>tes características y con difer<strong>en</strong>tes propósitos, a una actividad fuera de la<br />

red que plantee un modelo de organización social basado <strong>en</strong> principios de<br />

autogestión y autoorganización. A veces, al querer aplicar la misma escala de<br />

valores (o semejante) <strong>en</strong>tre una y otra, <strong>en</strong>tre lo virtual y lo real, nos hace perder<br />

de vista hasta qué punto lo que podríamos d<strong>en</strong>ominar “filosofía de la CV” desde el


punto de vista organizativo (autoorganización, autogestión, transpar<strong>en</strong>cia de las<br />

actuaciones, registro histórico abierto a la consulta y a la diseminación de sus<br />

cont<strong>en</strong>idos, etc.), permea actualm<strong>en</strong>te un sinfín de relaciones a todas las escalas<br />

<strong>en</strong> el mundo real: individual, profesional, empresarial, gubernam<strong>en</strong>tal y no<br />

gubernam<strong>en</strong>tal (ONG), institucional, ciudadana, etc. Esto no significa, por<br />

supuesto, que se produzca necesariam<strong>en</strong>te un trasvase automático de formas<br />

organizativas típicas de la CV al mundo real, de la misma manera que las formas<br />

organizativas del mundo real <strong>en</strong>tran inmediatam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> t<strong>en</strong>sión y conflicto cuando<br />

se las pret<strong>en</strong>de imponer <strong>en</strong> el mundo virtual como forma de alcanzar metas a<br />

través de la interacción y el trabajo colectivo.<br />

La tipología de las CV es ilimitada, es casi una función de la s<strong>en</strong>cillez para<br />

constituirlas y desarrollarlas: un objetivo explícito, un grupo de g<strong>en</strong>te que coincide<br />

<strong>en</strong> desarrollar ese objetivo mediante intercambios, una metodología de trabajo<br />

(que incluye la posibilidad de la moderación), un espacio virtual organizado (que<br />

abarca desde la lista de distribución hasta <strong>en</strong>tornos virtuales altam<strong>en</strong>te<br />

organizados con servicios de asist<strong>en</strong>cia a la comunidad virtual -consultores,<br />

materiales adicionales obt<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> la web, refer<strong>en</strong>cias bibliográficas, conexiones<br />

a otras redes o CV, buscadores de los materiales g<strong>en</strong>erados por la CV, etc.-) y<br />

archivos transpar<strong>en</strong>tes y con difer<strong>en</strong>tes grados de organización. Además, el<br />

territorio susceptible de ser colonizado por las CV tampoco reconoce límites: dede<br />

las agrupaciones espontáneas o más o m<strong>en</strong>os dirigidas <strong>en</strong> ámbitos abiertos,<br />

hasta las que se organizan <strong>en</strong> empresas e instituciones, <strong>en</strong> las relaciones <strong>en</strong>tre<br />

ciudadanos y <strong>en</strong>tre estos y las administraciones públicas, <strong>en</strong> <strong>en</strong>tornos<br />

profesionales o de ocio, o las que persigu<strong>en</strong> objetivos sociales, económicos,<br />

culturales o ci<strong>en</strong>tíficos que manti<strong>en</strong><strong>en</strong> una diversidad <strong>en</strong>orme de criterios respecto<br />

a la proced<strong>en</strong>cia o características de sus integrantes. En realidad, como dijimos<br />

más arriba, estamos hablando de la célula básica de producción de información y<br />

conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la Sociedad del Conocimi<strong>en</strong>to, por tanto estamos apuntando a<br />

los rasgos políticos de dicha producción cuando la <strong>en</strong>marcamos <strong>en</strong> las CV.<br />

A lo ilimitado de la tipología de las CV posibles, se une otro factor: su gobierno.<br />

Desde las reglas difusas de las primeras BBS que cont<strong>en</strong>ían CV dedicadas a<br />

abordar determinadas temáticas -al principio, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te, las relativas a la<br />

propia tecnología y los programas informáticos que permitían conformar el<br />

espacio virtual <strong>en</strong> red para el funcionami<strong>en</strong>to de la propia CV, por elem<strong>en</strong>tal que<br />

esta fuera- hasta las CV de una mayor complejidad <strong>en</strong> su normativa interna que<br />

prefigura elem<strong>en</strong>tos avanzados de autogobierno, de cons<strong>en</strong>so democrático y de<br />

una nueva forma de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la política a través de un contexto deliberativo<br />

implícito que emerge con toda su fuerza <strong>en</strong> los mom<strong>en</strong>tos críticos del<br />

funcionami<strong>en</strong>to de la CV.<br />

En este gobierno de la CV ha desempeñado históricam<strong>en</strong>te un papel es<strong>en</strong>cial el<br />

moderador, que progresivam<strong>en</strong>te va emergi<strong>en</strong>do como una figura nueva <strong>en</strong> los<br />

modelos de cooperación asíncrona y de autoorganización de lo que, de otra<br />

manera, t<strong>en</strong>dería a un caos por acumulación. El moderador, si está armado de<br />

una clara metodología de trabajo, es una de las pocas personas de la CV que<br />

puede modular su calidad, ritmo de funcionami<strong>en</strong>to y la calidad y el tono de los<br />

intercambios.<br />

En definitiva, la Sociedad del Conocimi<strong>en</strong>to se construye sobre la capacidad de<br />

crear, tratar y transmitir información y conocimi<strong>en</strong>to. Y esta capacidad implica una<br />

nueva percepción -o conjugación- de términos como productividad, efici<strong>en</strong>cia y


<strong>en</strong>tabilidad de los saberes. La CV ti<strong>en</strong>de a optimizar la creación, gestión y<br />

difusión del conocimi<strong>en</strong>to que resulta de las prácticas de sus miembros, lo cual<br />

supone un aum<strong>en</strong>to de la libertad de acción de cada uno de ellos.<br />

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http://lafh.info/articleViewPage.ph... L.A. Fernández Hermana. (2003) Los<br />

cimi<strong>en</strong>tos del espacio virtual. Editorial <strong>en</strong>.red.ando 356.<br />

http://lafh.info/articleViewPage.ph...<br />

Ciberoteca del proyecto MISTICA: http://funredes.org/mistica/castell...


Bibliotecas digitales<br />

Hervé Le Crosnier<br />

Ante la explosión docum<strong>en</strong>tal provocada por la red informática, el papel de las<br />

bibliotecas <strong>en</strong> la organización, conservación y puesta a disposición de los<br />

docum<strong>en</strong>tos sigue ocupando un lugar fundam<strong>en</strong>tal. Contra la ilusión técnica de un<br />

universo docum<strong>en</strong>tal “auto - organizado”, abierto a todos, <strong>en</strong> el cual la información<br />

circula librem<strong>en</strong>te, abordar la cuestión a partir de la experi<strong>en</strong>cia de las bibliotecas<br />

nos permite concebir, por el contrario, un equilibrio <strong>en</strong>tre innovaciones técnicas y<br />

condiciones sociales de creación y difusión de los docum<strong>en</strong>tos. El acceso al saber<br />

para todos necesita “bibliotecas” <strong>en</strong> el universo digital, y las bibliotecas cambian<br />

de naturaleza y de función confrontándose a la necesidad de ll<strong>en</strong>ar sus misiones<br />

sociales y culturales <strong>en</strong> el ciberespacio.<br />

Una definición socio - técnica<br />

En el s<strong>en</strong>tido tradicional, una “biblioteca” es un lugar <strong>en</strong> el cual los libros son:<br />

conservados para las g<strong>en</strong>eraciones futuras, con el fin de ofrecer una continuidad<br />

a la producción cultural y constituir la memoria colectiva;<br />

organizados: la “clasificación” forma parte de la emerg<strong>en</strong>cia de nuevos saberes<br />

y facilita la ubicación de docum<strong>en</strong>tos;<br />

y abiertos a la lectura por todos y <strong>en</strong> todo lugar. El usuario de una biblioteca<br />

puede consultar los libros “in situ” o utilizar la “red de bibliotecas” con el fin de<br />

obt<strong>en</strong>er <strong>en</strong> su propia ciudad docum<strong>en</strong>tos que no están pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la colección<br />

local.<br />

Las bibliotecas funcionan desde hace tiempo “<strong>en</strong> red”, para compartir el trabajo<br />

creando los “catálogos colectivos”, y para garantizar el Acceso Universal a las<br />

Publicaciones. Desde la inv<strong>en</strong>ción de los ord<strong>en</strong>adores, los c<strong>en</strong>tros docum<strong>en</strong>tales<br />

han aprovechado para crear “bancos de datos”, verdaderos puntos de acceso a<br />

las refer<strong>en</strong>cias, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el campo ci<strong>en</strong>tífico.<br />

De este modo las bibliotecas se vuelv<strong>en</strong> responsables ante los lectores<br />

(permitirles acceder a toda la información del mundo) y ante los docum<strong>en</strong>tos<br />

(garantizar que serán legibles mañana, y que serán descritos <strong>en</strong> un banco de<br />

datos clasificado). Su experi<strong>en</strong>cia puede servirnos de marco de trabajo para<br />

p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> “docum<strong>en</strong>tos digitales” <strong>en</strong> la duración y <strong>en</strong> la organización del libre<br />

acceso al saber.<br />

En los años 90, el mundo de las bibliotecas da nacimi<strong>en</strong>to al concepto de


“bibliotecas digitales” y decide conferirle tanto preocupaciones técnicas como<br />

misiones sociales y culturales. Christine Borgman [1] m<strong>en</strong>ciona <strong>en</strong> 1999 dos<br />

<strong>en</strong>foques distintos que son utilizados <strong>en</strong>tre los profesionales de las bibliotecas.<br />

Ella describe “un conjunto de recursos y de capacidades técnicas para crear,<br />

buscar y utilizar la información”, pero subraya también que “las bibliotecas<br />

digitales están concebidas y organizadas para (y por) una comunidad de<br />

usuarios, y sus medios son utilizados para responder a las necesidades de<br />

información y a los usos de esta comunidad”. Un <strong>en</strong>foque que también fue<br />

propuesto por el Virginia Tech Institute <strong>en</strong> 1998: “una biblioteca digital no se<br />

resume <strong>en</strong> una colección digitalizada y <strong>en</strong> herrami<strong>en</strong>tas de gestión de la<br />

información. Es también un conjunto de actividades que pon<strong>en</strong> <strong>en</strong> relación las<br />

colecciones, los servicios y los usuarios a todo lo largo del ciclo de creación,<br />

difusión, uso y conservación de datos, información y conocimi<strong>en</strong>tos” [2].<br />

El uso de la informática <strong>en</strong> las bibliotecas digitales ya no se limita a la creación de<br />

catálogos o de portales de acceso, sino que cubre el almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to, la<br />

búsqueda y la provisión <strong>en</strong> un formato siempre legible, de los docum<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> sí<br />

mismos, <strong>en</strong> su diversidad. Para la Association of Research Libraries, “las<br />

colecciones de las bibliotecas digitales no se limitan a un cúmulo de refer<strong>en</strong>cias,<br />

sino que se refier<strong>en</strong> a todos los artefactos digitales que no pued<strong>en</strong> ser<br />

pres<strong>en</strong>tados o repres<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> forma impresa”[3]. La biblioteca digital es<br />

también una biblioteca “multimedia”.<br />

Digitalizar y archivar<br />

Con el desarrollo de las redes, la lectura de los docum<strong>en</strong>tos se hace cada vez<br />

más a través de lo digital. Las bibliotecas se plantearon <strong>en</strong>tonces muy rápido la<br />

pregunta acerca de la “digitalización” de los docum<strong>en</strong>tos impresos, pero también<br />

de la transformación de las películas o de las grabaciones sonoras, con el fin de<br />

facilitar su difusión. Rápidam<strong>en</strong>te, también se dieron cu<strong>en</strong>ta de que existía, <strong>en</strong> un<br />

crecimi<strong>en</strong>to acelerado, un conjunto de docum<strong>en</strong>tos que originalm<strong>en</strong>te eran<br />

digitales, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los sitios web. Otro aspecto de su trabajo se destinó a<br />

organizar estos docum<strong>en</strong>tos y a asegurarles su duplicado.<br />

La digitalización de las obras impresas ha sido lanzada a principios de los años<br />

nov<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> numerosas bibliotecas y c<strong>en</strong>tros de archivos <strong>en</strong> el mundo. Así, el<br />

programa Gallica de la Biblioteca Nacional de Francia propone más de 7000<br />

obras del siglo XIX, 80.000 imág<strong>en</strong>es y dec<strong>en</strong>as de horas de grabaciones sonoras<br />

[5]. El programa “Google Print” [6], anunciado con grandes refuerzos mediáticos<br />

<strong>en</strong> diciembre de 2004, se propone digitalizar c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ares de miles de obras de<br />

cinco bibliotecas de los Estados Unidos. Este anuncio hizo correr ríos de tinta,<br />

especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Francia, donde el presid<strong>en</strong>te de la Biblioteca Nacional de<br />

Francia aprovechó la ocasión para ampliar Gallica hacia un programa europeo<br />

multilingüe de digitalización [7]. El acceso a la cultura del pasado se vuelve, a<br />

través de la digitalización, no solam<strong>en</strong>te una cuestión económica, sino también<br />

“geopolítica” [8]: hay varias visiones del mundo, y ellas están inscritas <strong>en</strong> los<br />

libros. Para construir la Paz, hay que hacer cohabitar <strong>en</strong> el universo digital todas<br />

las formas lingüísticas, pero también las diversas trayectorias históricas. La China<br />

y la India, al lanzar un part<strong>en</strong>ariado <strong>en</strong> Internet Archive y la Universidad de<br />

Michigan [9]; el mundo árabe, a pesar del pillaje y la destrucción de la Biblioteca<br />

de Bagdad, lugar de inv<strong>en</strong>ción de la escritura; y el Africa para los manuscritos del<br />

siglo XIII hallados <strong>en</strong> Tombuctú [10], ti<strong>en</strong><strong>en</strong> proyectos de digitalización que<br />

pued<strong>en</strong> reequilibrar una visión demasiado “occid<strong>en</strong>tal” de la cultura y del


conocimi<strong>en</strong>to.<br />

Sin embargo, es grande el peligro de que el financiami<strong>en</strong>to por los países<br />

desarrollados o las organizaciones internacionales se traduzca <strong>en</strong> un flujo <strong>en</strong><br />

s<strong>en</strong>tido único de cultura y de conocimi<strong>en</strong>to. Especialm<strong>en</strong>te porque el estatuto<br />

jurídico de las obras digitales no está claram<strong>en</strong>te establecido. La digitalización<br />

daría nuevos derechos a la empresa que la ha realizado, lo que se traduciría <strong>en</strong><br />

una nueva apropiación del patrimonio. El ejemplo del Código Leicester de<br />

Leonardo da Vinci es significativo: comprado por Bill Gates se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> un<br />

cofre de banco, la única versión es digital, y el copyright ha sido atribuido a<br />

Corbis. Si no tomamos precauciones, la digitalización puede traducirse <strong>en</strong> una<br />

nueva privatización del dominio público.<br />

La otra parte de la constitución de bibliotecas digitales consiste <strong>en</strong> “archivar la<br />

web”. Así como Internet Archive [4], numerosos programas públicos y privados<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> como objetivo constituir “colecciones” de imág<strong>en</strong>es digitales del pasado sin<br />

embargo, cercanas a Internet. Estamos pues confrontados a varios problemas:<br />

¿cómo seleccionar la parte de la web que será archivada (muestreo)?<br />

¿tal archivo debe ser hecho <strong>en</strong> conexión con los editores de los sitios web, o<br />

bi<strong>en</strong> una biblioteca puede considerar que esos docum<strong>en</strong>tos disponibles pued<strong>en</strong><br />

ser archivados por ellas <strong>en</strong> nombre del uso legítimo (fair use)?<br />

¿cómo colectar docum<strong>en</strong>tos dispersos <strong>en</strong> millones de máquinas?<br />

¿cómo transformar esos docum<strong>en</strong>tos (páginas web) con el fin de permitir al<br />

lector del mañana abordar la experi<strong>en</strong>cia que pudo ser la de un lector <strong>en</strong> el<br />

mom<strong>en</strong>to de la aparición (reproducir lo más fielm<strong>en</strong>te posible no solam<strong>en</strong>te el<br />

cont<strong>en</strong>ido de los sitios, sino también su apari<strong>en</strong>cia)?<br />

¿cómo permitir a un lector leer docum<strong>en</strong>tos que ya no exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> Internet, <strong>en</strong><br />

razón de la desaparición de los sitios, pero que todavía no son del dominio<br />

público? Se puede p<strong>en</strong>sar que numerosos autores desean que las obras que<br />

dejan librem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Internet <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de su creación pued<strong>en</strong> quedar <strong>en</strong><br />

los archivos de las bibliotecas.<br />

Esta cuestión de archivo de la web plantea también un problema más<br />

fundam<strong>en</strong>tal de definición del docum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> su paso a formato digital. [11]. Uno<br />

de los mitos de Internet consiste <strong>en</strong> reemplazar el “docum<strong>en</strong>to”, que se puede leer<br />

y releer, por el “flujo de información”, siempre r<strong>en</strong>ovado, más próximo a la<br />

“comunicación audiovisual”. Este mito se apoya sobre una evolución muy real de<br />

las prácticas sociales <strong>en</strong> torno a la escritura/lectura: blogs, mail, secu<strong>en</strong>cias video,<br />

podcasts, sitios evolutivos, wiki, etc. El estatuto de los autores cambia. ¿Cómo<br />

guardar el rastro de este cambio?¿Cómo hacer disponibles las ideas y las<br />

acciones de los años anteriores? En suma, cómo transformar el flujo de Internet<br />

de hoy <strong>en</strong> docum<strong>en</strong>tos que seguirán si<strong>en</strong>do legibles mañana?<br />

Dos estrategias para <strong>en</strong>contrar docum<strong>en</strong>tos digitales<br />

Porque el ord<strong>en</strong>ador se vuelve la herrami<strong>en</strong>ta privilegiada de la creación de<br />

nuevos docum<strong>en</strong>tos, tanto <strong>en</strong> la mesa del escritor como para el investigador<br />

universitario, tanto para el montaje de video como para la creación musical, el<br />

número de docum<strong>en</strong>tos editados (<strong>en</strong> este caso, colocados <strong>en</strong> la web) se multiplica<br />

sin medida común con los problemas anteriores. Como la cuestión de la<br />

id<strong>en</strong>tificación de los docum<strong>en</strong>tos responde a la necesidad de un lector, el hecho


de que esta necesidad sea ci<strong>en</strong>tífica, política o cultural adquiere <strong>en</strong>tonces un<br />

lugar preponderante.¿Cómo <strong>en</strong>contrar una aguja <strong>en</strong> esta proliferación de<br />

información?<br />

Dos estrategias han sido establecidas:<br />

los “motores de búsqueda” (Google, Yahoo, MSN) utilizan el cont<strong>en</strong>ido de los<br />

docum<strong>en</strong>tos para efectuar la búsqueda. Esto favorece las búsquedas precisas<br />

cuando la pregunta conlleva varias palabras (por ejemplo, la búsqueda de una<br />

cita). Pero hace más difícil la búsqueda de conceptos.<br />

Las clasificaciones de las bibliotecas digitales, y cada vez más de las<br />

herrami<strong>en</strong>tas propuestas <strong>en</strong> el marco de la “web semántica” [12], apuntan a<br />

elaborar “l<strong>en</strong>guajes docum<strong>en</strong>tales” <strong>en</strong> los cuales se puede “navegar” a fin de<br />

<strong>en</strong>contrar <strong>en</strong> ellos los docum<strong>en</strong>tos que se hallan agrupados por proximidad de<br />

s<strong>en</strong>tido.<br />

Estas dos estrategias son complem<strong>en</strong>tarias [13]. Si la primera se apoya sobre el<br />

cálculo y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, sobre la pot<strong>en</strong>cia informática, la segunda demanda<br />

una interv<strong>en</strong>ción humana. La primera está sometida a las imprecisiones del<br />

l<strong>en</strong>guaje, a las manipulaciones por los servicios de “refer<strong>en</strong>ciación” y a las<br />

opciones escondidas de los algoritmos; la segunda sufre de visiones a m<strong>en</strong>udo<br />

demasiado específicas y parciales de la clasificación de conocimi<strong>en</strong>tos.<br />

Cada clasificación (desde la Dewey de las bibliotecas hasta el anuario de Yahoo!)<br />

es el reflejo de visiones acerca del mundo, de las preocupaciones “actuales” del<br />

grupo que la crea, la desarrolla y la utiliza. Las clasificaciones utilizadas <strong>en</strong><br />

Internet están principalm<strong>en</strong>te ligadas, hoy, a las necesidades de los países<br />

desarrollados. Disponer de un sistema de clasificación evolutivo, completo, de<br />

facetas múltiples y realm<strong>en</strong>te mundial exige mucha inversión humana. Ahora bi<strong>en</strong>,<br />

disponemos con Internet de la capacidad de hacer cooperar a muchas personas<br />

para esas tareas. Los proyectos cooperativos como el Op<strong>en</strong> Directory Project. [14]<br />

o la folksonomía [15] permit<strong>en</strong> a los mismos lectores participar <strong>en</strong> la clasificación<br />

de los docum<strong>en</strong>tos digitales. Se constituye un nuevo rol de las bibliotecas digitales<br />

<strong>en</strong>contrar los medios técnicos y humanos para animar esta dinámica, para<br />

garantizar que los puntos de vista del mundo <strong>en</strong>tero sean bi<strong>en</strong> respetados, y para<br />

facilitar las traducciones de los conceptos.<br />

El modelo calculatorio de los motores de búsqueda está, por su parte, sesgado<br />

por las limitaciones económicas que pesan sobre esas empresas. Asociar las<br />

búsquedas docum<strong>en</strong>tales y las ganancias publicitarias se vuelve <strong>en</strong>tonces une<br />

necesidad que pesa a su vez sobre el equilibrio de notoriedad de los docum<strong>en</strong>tos<br />

<strong>en</strong>contrados. Los docum<strong>en</strong>tos que aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> primer lugar <strong>en</strong> una lista de<br />

respuestas son a la vez citados, lo que les hace aun más conocidos. Es un efecto<br />

“mediático” que ti<strong>en</strong>de a dividir los docum<strong>en</strong>tos <strong>en</strong>tre un pequeño número leído y<br />

citado muy a m<strong>en</strong>udo y los otros que seguirán si<strong>en</strong>do casi desconocidos. La<br />

cuestión de la diversidad cultural y lingüística y la de la calificación de la ci<strong>en</strong>cia<br />

(el control por los pares - peer review) no pued<strong>en</strong> ser tomadas <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta por el<br />

modelo algorítmico de los motores de búsqueda. Y esto más aun cuando se trata<br />

de docum<strong>en</strong>tos largos, como los libros [16].<br />

Con los grandes motores de búsqueda, vemos emerger un real “nuevo media” <strong>en</strong><br />

Internet. Ahora bi<strong>en</strong>, este media, herrami<strong>en</strong>ta de promoción, de v<strong>en</strong>ta de espacio<br />

publicitario y amplificador del “éxito” de audi<strong>en</strong>cia, se pres<strong>en</strong>ta únicam<strong>en</strong>te bajo el


ángulo de una herrami<strong>en</strong>ta “técnica” destinada a explotar mejor los recursos de la<br />

web. Bajo esta apar<strong>en</strong>te banalidad, podemos sin embargo desde ya notar los<br />

deslices que van a favorecer a los docum<strong>en</strong>tos producidos <strong>en</strong> inglés, <strong>en</strong> los<br />

países desarrollados. Los docum<strong>en</strong>tos “gran público” van a ser privilegiados por el<br />

sistema de descu<strong>en</strong>to de los vínculos (la page rank de Google) <strong>en</strong> detrim<strong>en</strong>to de<br />

la búsqueda y de las obras críticas. En suma, lejos de constituir un medio de<br />

acceder a toda la información, es grande el riesgo de favorecer solo a una parte<br />

de la información, la que ti<strong>en</strong>e los medios de constituir audi<strong>en</strong>cia gracias a las<br />

diversas técnicas de marketing que apuntan a hacer aparecer a los sitios al<br />

comi<strong>en</strong>zo de la lista. Esta nueva dominación mediática emerg<strong>en</strong>te es motivo de<br />

preocupación para los países <strong>en</strong> desarrollo. Más aún t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que<br />

ninguna regla de limitación de la conc<strong>en</strong>tración, ninguna ley antimonopolio ha sido<br />

establecida para ese sector.<br />

El libre acceso al conocimi<strong>en</strong>to<br />

Las bibliotecas, porque permit<strong>en</strong> leer docum<strong>en</strong>tos hallados y clasificados fuera de<br />

las reglas del mercado y de las presiones religiosas o ideológicas, son<br />

herrami<strong>en</strong>tas es<strong>en</strong>ciales para ampliar al mundo <strong>en</strong>tero, y sobre todo <strong>en</strong> dirección<br />

de las mujeres, el libre acceso al conocimi<strong>en</strong>to. Es porque son servicios abiertos a<br />

todos (y a todas) que las bibliotecas han buscado siempre promover la lectura, la<br />

reflexión, el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to, para todas las categorías de la población. Para<br />

asegurar esas misiones, y finalm<strong>en</strong>te mejorar el nivel de vida y de conci<strong>en</strong>cia de<br />

los individuos y de los países, las bibliotecas se apoyan <strong>en</strong> “limitaciones y<br />

excepciones” <strong>en</strong> el marco de las leyes sobre los Derechos de Propiedad<br />

Intelectual. La lectura pública, el uso de obras bajo copyright <strong>en</strong> las escuelas y<br />

universidades, la difusión de la ci<strong>en</strong>cia se han hecho posibles por medio de<br />

numerosas reglas de uso pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> las leyes y la jurisprud<strong>en</strong>cia sobre el<br />

derecho de autor o sobre el copyright. Así, es posible la noción de “fair use” (uso<br />

legítimo) que permite a las bibliotecas hacer leer a su público, <strong>en</strong> su local o a<br />

domicilio, las obras, las músicas o las películas y reportajes que ellas han<br />

adquirido regularm<strong>en</strong>te. Las compras de las bibliotecas constituy<strong>en</strong> un motor<br />

económico es<strong>en</strong>cial para un gran número de obras, especialm<strong>en</strong>te los<br />

docum<strong>en</strong>tos críticos, especializados, de alto nivel, o <strong>en</strong> l<strong>en</strong>guas minoritarias <strong>en</strong> el<br />

s<strong>en</strong>o de un país determinado.<br />

Ahora bi<strong>en</strong>, esas excepciones y limitaciones son profundam<strong>en</strong>te alteradas por el<br />

pasaje a formato digital y aún más por la difusión de los docum<strong>en</strong>tos por vía<br />

electrónica <strong>en</strong> red.<br />

En tal s<strong>en</strong>tido, la IFLA (International Federation of Library Associations) recoge:<br />

la instauración de nuevas capas legales sobre las leyes de copyright, como el<br />

“derecho de las bases de datos” (la organización de las informaciones <strong>en</strong> base<br />

de datos confiere una propiedad, aun si las informaciones no están sometidas a<br />

copyright);<br />

las Medidas Técnicas de Protección (DRM), que impid<strong>en</strong> a los lectores utilizar<br />

las excepciones legales (por ejemplo, la copia privada);<br />

las lic<strong>en</strong>cias no negociables que van más allá de las reglas sobre los usos<br />

legítimos (cada docum<strong>en</strong>to digital propone une “lic<strong>en</strong>cia”, contrato privado cuyos<br />

términos, redactados únicam<strong>en</strong>te por el editor, se vuelv<strong>en</strong> superiores a la Ley).<br />

Agreguemos que las reglas de conservación de los docum<strong>en</strong>tos electrónicos no


siempre son observadas por las prácticas de los editores. Ahora bi<strong>en</strong>, solo los<br />

organismos indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, que hayan recibido una misión, pued<strong>en</strong> garantizar la<br />

imparcialidad y la completitud del archivo y de la preservación de los docum<strong>en</strong>tos.<br />

Los ejemplos sobre la historia de docum<strong>en</strong>tos que desaparecieron una vez que su<br />

uso salió de la esfera económica, son abundantes.<br />

Agreguemos también que las bibliotecas participan <strong>en</strong> la ext<strong>en</strong>sión de los usos<br />

colectivos de Internet. Ellas albergan telec<strong>en</strong>tros o lugares de creación<br />

multimedia. Herrami<strong>en</strong>tas de educación popular, las bibliotecas permit<strong>en</strong> a<br />

muchas personas el apr<strong>en</strong>dizaje colectivo de la lectura de docum<strong>en</strong>tos<br />

electrónicos. Ahora bi<strong>en</strong>, las reglas de derecho, así como las prácticas del<br />

comercio, solam<strong>en</strong>te ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta los usos “individuales de los docum<strong>en</strong>tos.<br />

Un concepto tan restringido afecta <strong>en</strong> particular a las mujeres, <strong>en</strong> los países<br />

donde ellas están sometidas a una presión que limita su acceso a la escuela y al<br />

conocimi<strong>en</strong>to, y para qui<strong>en</strong>es las bibliotecas son refugios culturales.<br />

Entonces ¿cómo mant<strong>en</strong>er y ampliar <strong>en</strong> los países <strong>en</strong> desarrollo y a las capas de<br />

población que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> poco acceso a la lectura, el servicio que prestan las<br />

bibliotecas <strong>en</strong> el universo digital? Esta pregunta constituye un desafío<br />

fundam<strong>en</strong>tal para un desarrollo mundial sost<strong>en</strong>ible. Es también una cuestión de<br />

salud pública (acceso a los conocimi<strong>en</strong>tos que permit<strong>en</strong> hacer fr<strong>en</strong>te a las<br />

pandemias), de construcción de la Paz (por la inter - compr<strong>en</strong>sión de los pueblos<br />

y de las culturas), y de ext<strong>en</strong>sión de la democracia y de los Derechos Humanos.<br />

Es una de las razones que conduc<strong>en</strong> a los bibliotecarios, <strong>en</strong> particular los de la<br />

IFLA, a participar <strong>en</strong> la acción de la sociedad civil para escribir un “Tratado para el<br />

libre acceso al conocimi<strong>en</strong>to” [18].<br />

Los tres desafíos de las bibliotecas digitales<br />

Hemos hallado tres ejes alrededor de los cuales parece necesario concebir la<br />

construcción de bibliotecas digitales. Estos tres ejes cubr<strong>en</strong> las actividades<br />

tradicionales de las bibliotecas y al hacerlo muestran que la experi<strong>en</strong>cia adquirida<br />

con los libros y revistas <strong>en</strong> las últimas décadas puede servir también <strong>en</strong> una<br />

situación <strong>en</strong> evolución muy rápida, más marcada por la comunicación que por la<br />

gestión de la información docum<strong>en</strong>tal, como la de Internet actualm<strong>en</strong>te.<br />

la conservación y la digitalización: ¿cómo elegir los docum<strong>en</strong>tos a digitalizar,<br />

cómo garantizar la cobertura de todas las ideas y todos los idiomas? ¿Cómo<br />

archiva los flujos de informaciones que circulan <strong>en</strong> Internet <strong>en</strong> provecho de<br />

g<strong>en</strong>eraciones futuras? ¿Cómo conservar <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de los bi<strong>en</strong>es comunes los<br />

docum<strong>en</strong>tos del dominio público que son digitalizados?<br />

la búsqueda docum<strong>en</strong>tal: ¿cómo articular los modelos de motores de búsqueda<br />

y los de clasificación, a fin de evitar que el conocimi<strong>en</strong>to se convierta<br />

únicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un registro de la “popularidad” de tal o cual idea o concepción?<br />

¿Cómo desarrollar el multilingüismo y la navegación por conceptos prometidos<br />

por la “web semántica” asociando a todos los internautas del mundo <strong>en</strong>tero?<br />

el acceso a los docum<strong>en</strong>tos: ¿cómo mant<strong>en</strong>er las limitaciones y excepciones a<br />

la propiedad intelectual que permit<strong>en</strong> a los bibliotecarios participar <strong>en</strong> la libre<br />

circulación de los conocimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> el universo digital? ¿Cómo evitar que<br />

nuevos derechos y técnicas de propiedad asociados a los docum<strong>en</strong>tos<br />

numéricos v<strong>en</strong>gan a reducir la capacidad de todos y de todas, de acceder al<br />

conocimi<strong>en</strong>to?


Al mirar Internet con ojos de bibliotecario, podemos percibir mejor la necesidad de<br />

guardar los rastros de su int<strong>en</strong>sa actividad. Podemos situar mejor la reflexión <strong>en</strong><br />

la duración y <strong>en</strong>contrarnos m<strong>en</strong>os sometidos a los <strong>en</strong>tusiasmos mediáticos.<br />

Podemos, <strong>en</strong> fin, medir <strong>en</strong> el campo de las ideas, la importancia de la<br />

implem<strong>en</strong>tación de normas de descripción (los metadatos) y la interoperabilidad<br />

(la traducción, la cooperación <strong>en</strong> la descripción docum<strong>en</strong>tal y la necesidad de<br />

reformatear perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te los docum<strong>en</strong>tos para que sigan si<strong>en</strong>do legibles,<br />

sigui<strong>en</strong>do la evolución técnica) que están <strong>en</strong> el fundam<strong>en</strong>to de las técnicas de<br />

Internet.<br />

Haci<strong>en</strong>do esto, volvemos a <strong>en</strong>contrar una concepción social de la información y<br />

del conocimi<strong>en</strong>to, que construye a la vez patrimonio (las obras del pasado) y<br />

acceso a las informaciones más actuales (las publicaciones ci<strong>en</strong>tíficas).<br />

Relativizamos las visiones estrictam<strong>en</strong>te comerciales de la producción de cultura<br />

y de conocimi<strong>en</strong>to situándonos desde el punto de vista de los bi<strong>en</strong>es comunes de<br />

la información y de sus efectos sobre el desarrollo de las personas y de los<br />

países.


Gestión de saberes<br />

Pascal R<strong>en</strong>aud<br />

En bu<strong>en</strong>a Filosofía, toda deducción que ti<strong>en</strong>e como base hechos o<br />

verdades reconocidas, es preferible a lo que no se apoya más que<br />

<strong>en</strong> hipótesis, por ing<strong>en</strong>iosas que sean.<br />

Diderot & D’Alembert - Discurso preliminar<br />

Conservar, transmitir, difundir las ideas, los saberes. La cuestión no es nueva. Ha<br />

sido abordada con tal<strong>en</strong>to por los <strong>en</strong>ciclopedistas, así como ha alim<strong>en</strong>tado<br />

numerosos debates <strong>en</strong>tre bibliotecarios...<br />

Pero con la llegada de la informática, esta cuestión de gestión de conocimi<strong>en</strong>tos<br />

se pres<strong>en</strong>tará de una manera nueva. Cierto número de “visionarios”, tales como<br />

Alvin Toffler con el “choque del futuro” luego los “nuevos poderes”, Jean Jacques<br />

Servan Schreiber con “el Desafío Mundial” pon<strong>en</strong> <strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia el lugar creci<strong>en</strong>te<br />

ocupado por los saberes <strong>en</strong> los procesos de producción y el papel determinante<br />

que la informática deberá jugar <strong>en</strong> la conservación y difusión de los<br />

conocimi<strong>en</strong>tos. Estamos a finales de los años 70, los ord<strong>en</strong>adores se multiplican<br />

<strong>en</strong> las universidades y <strong>en</strong> los laboratorios de investigación. Poco a poco, ellos irán<br />

revolucionando el tratami<strong>en</strong>to de los conocimi<strong>en</strong>tos.<br />

Su utilización para describir las obras hace nacer una nueva tecnología: la<br />

informática docum<strong>en</strong>tal. Ella permite efectuar operaciones de indexación y de<br />

investigación sobre la creci<strong>en</strong>te cantidad de obras. Se proyecta el desarrollo de<br />

grandes bancos de datos docum<strong>en</strong>tales capaces de indexar aspectos <strong>en</strong>teros del<br />

conocimi<strong>en</strong>to humano. Se inician inm<strong>en</strong>sas obras con el objeto de construir bases<br />

de datos multidisciplinarios.<br />

Al mismo tiempo, los que investigan la intelig<strong>en</strong>cia artificial, exploran una vía aún<br />

más ambiciosa. Se trata de hacer interactuar los conocimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong>tre ellos. Por<br />

medio de softwares que aplican los principios de la lógica matemática, logran<br />

simular razonami<strong>en</strong>tos humanos sobre fracciones de texto. Estos dispositivos,<br />

bautizados “sistemas expertos” formulan conclusiones explorando una “base de<br />

conocimi<strong>en</strong>tos”. Parec<strong>en</strong> capaces incluso de establecer diagnósticos (Mycin) o<br />

evaluar situaciones...<br />

Con la llegada de Internet <strong>en</strong> los años 90, las grandes bases docum<strong>en</strong>tales<br />

pierd<strong>en</strong> su lugar de punto de acceso c<strong>en</strong>tral a las novedades ci<strong>en</strong>tíficas ante el<br />

desarrollo del intercambio directo <strong>en</strong>tre investigadores. Las listas de correo


electrónico, las noticias o “news”, luego la Web, favorec<strong>en</strong> nuevas practicas de<br />

intercambio de saber. Los “newsgroups” y otros foros electrónicos se multiplican<br />

mucho más allá de los medios ci<strong>en</strong>tíficos y técnicos. Algunos son cerrados,<br />

reservados al uso exclusivo de sus miembros, y muchos son abiertos con un<br />

objetivo altruista o militante.<br />

Son estas experi<strong>en</strong>cias de mutualidad de conocimi<strong>en</strong>tos y de libre publicación las<br />

que finalm<strong>en</strong>te van a inspirar a los teóricos de la gestión de empresa. La gestión<br />

de conocimi<strong>en</strong>tos, nueva disciplina de las ci<strong>en</strong>cias del managem<strong>en</strong>t, agrupa un<br />

conjunto de recetas destinado a obt<strong>en</strong>er el mejor partido del know how y de la<br />

experi<strong>en</strong>cia de los asalariados de la empresa.<br />

Utilizaremos <strong>en</strong> este texto el término inglés reconocido internacionalm<strong>en</strong>te de<br />

“Knowledge Managem<strong>en</strong>t” o KM. Pero volvamos un poco sobre estos difer<strong>en</strong>tes<br />

conceptos y su evolución.<br />

Las bases de datos docum<strong>en</strong>tales<br />

A fines de los años 70, parecía <strong>en</strong>tonces posible agrupar <strong>en</strong> una inm<strong>en</strong>sa base de<br />

datos la docum<strong>en</strong>tación de numerosas bibliotecas, aun de todas la bibliotecas, y<br />

hacerla accesible a distancia gracias a la “telemática [1]”. El principio es indexar<br />

cada docum<strong>en</strong>to (obra, mapa, artículo...), es decir describirlo con palabras clave<br />

<strong>en</strong> un resum<strong>en</strong>. Estas descripciones son llamadas actualm<strong>en</strong>te metadatos [2].<br />

Se pi<strong>en</strong>sa poder ofrecer al utilizador la información exhaustiva sobre un tema,<br />

siempre que las obras del campo correspondi<strong>en</strong>te hayan sido indexadas y que<br />

sea posible formular la pregunta <strong>en</strong> el l<strong>en</strong>guaje de la base de datos. En Francia se<br />

crea un instituto especializado para tratar la información ci<strong>en</strong>tífica y técnica [3] y<br />

se inicia el desarrollo de dos inm<strong>en</strong>sas bases de datos para cubrir el conjunto de<br />

las ci<strong>en</strong>cias y técnicas: Pascal [4] para las ci<strong>en</strong>cias exactas y experim<strong>en</strong>tales y<br />

Francis [5] para las ci<strong>en</strong>cias humanas.<br />

Los proyectos de bases de datos docum<strong>en</strong>tales se revelarán muy onerosos.<br />

Tropiezan con el crecimi<strong>en</strong>to vertiginoso del número de publicaciones ci<strong>en</strong>tíficas<br />

<strong>en</strong> una situación de estancami<strong>en</strong>to relativo de sus recursos presupuestarios [6]. A<br />

esto se agregará la dificultad de <strong>en</strong>contrar descriptores comunes a varias<br />

disciplinas, sabi<strong>en</strong>do que cada escuela de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to adopta un vocabulario<br />

específico, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te muy rico y muy preciso. Ante el crecimi<strong>en</strong>to de las<br />

dificultades, numerosos proyectos serán abandonados, otros reformulados con<br />

costos más bajos. Y finalm<strong>en</strong>te solam<strong>en</strong>te las bases de datos más especializadas<br />

destinadas a comunidades ci<strong>en</strong>tíficas determinadas lograrán imponerse <strong>en</strong> la<br />

comunidad ci<strong>en</strong>tífica internacional. Una de las más célebres es “Medline” que<br />

posee un repertorio de más de 80 millones de artículos <strong>en</strong> ci<strong>en</strong>cias médicas.<br />

En los años 90, con la multiplicación de los sitios Web, un número creci<strong>en</strong>te de<br />

docum<strong>en</strong>tos fue puesto <strong>en</strong> línea. Los primeros motores de búsqueda aparec<strong>en</strong>,<br />

de los cuales el más célebre es “AltaVista”. Pero es con Google <strong>en</strong> los años 2000<br />

que los motores de búsqueda <strong>en</strong> Internet van a com<strong>en</strong>zar a destronar a las bases<br />

de datos docum<strong>en</strong>tales.<br />

El aum<strong>en</strong>to de pot<strong>en</strong>cia de los ord<strong>en</strong>adores, la estandarización de los formatos de<br />

docum<strong>en</strong>tos, la eficacia de las técnicas de digitalización y de reconocimi<strong>en</strong>to<br />

automático de caracteres, permit<strong>en</strong> conservar íntegram<strong>en</strong>te obras <strong>en</strong> forma<br />

digital. La indexación manual, muy costosa y muy dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de un contexto,<br />

puede ser reemplazada por una indexación automática de todas las palabras.


Esos inm<strong>en</strong>sos índices son explotados por motores de búsqueda cada vez más<br />

sofisticados que son capaces de tomar <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el perfil del utilizador, evaluar y<br />

resumir el cont<strong>en</strong>ido de cada docum<strong>en</strong>to y clasificar los resultados por ord<strong>en</strong> de<br />

pertin<strong>en</strong>cia.<br />

Como la búsqueda de algunos docum<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> la montaña de información<br />

pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la Web se parece un poco a la de un mineral <strong>en</strong> un subsuelo<br />

desconocido, se habla de “data mining”.<br />

Los sistemas expertos o sistemas de bases de conocimi<strong>en</strong>tos<br />

Se trata de otra rama del tratami<strong>en</strong>to informático de los saberes. El objeto de los<br />

sistemas expertos (SE) no es solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>contrar información sino razonar sobre<br />

ella. Un SE se compone de un “motor de infer<strong>en</strong>cia” y de un conjunto de<br />

informaciones muy estructuradas, llamado “base de conocimi<strong>en</strong>tos”. El motor<br />

aplica la lógica matemática a la base de conocimi<strong>en</strong>tos con el fin de llegar a<br />

conclusiones. Los principios lógicos son g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te un poco improvisados para<br />

simular el carácter incierto del razonami<strong>en</strong>to humano. Mi<strong>en</strong>tras que la base de<br />

conocimi<strong>en</strong>tos está formada por reglas que constituy<strong>en</strong> la pericia <strong>en</strong> un campo.<br />

Una regla indica por ejemplo que “si el paci<strong>en</strong>te ti<strong>en</strong>e fiebre y la garganta<br />

<strong>en</strong>rojecida, <strong>en</strong>tonces ti<strong>en</strong>e muy probablem<strong>en</strong>te (0,8) una angina”. El SE <strong>en</strong>tabla<br />

un diálogo con el utilizador <strong>en</strong> función del contexto “¿El paci<strong>en</strong>te ti<strong>en</strong>e fiebre?”,<br />

“¿Es alérgico a tal medicam<strong>en</strong>to? Con el fin de proporcionar un diagnóstico y<br />

proponer un tratami<strong>en</strong>to.<br />

Los SE obtuvieron los resultados más impresionantes <strong>en</strong> el campo médico. Las<br />

primeras experi<strong>en</strong>cias (sistema Mycin, DENDRAL) se revelan muy prometedores<br />

[7]. Pero finalm<strong>en</strong>te los investigadores trabajan int<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te para poner a punto<br />

sistemas capaces de tratar una gran cantidad de conocimi<strong>en</strong>tos. El SE es tanto<br />

más eficaz <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que su campo de aplicación es restringido. Los SE de<br />

hoy son muy especializados, están integrados a softwares de diagnóstico y de<br />

ayuda a la decisión.<br />

EL SE es un dispositivo inquietante, porque pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> forma de modelo la toma<br />

de decisión. Plantea el problema de la responsabilidad de esta decisión.<br />

El “Knowledge Managem<strong>en</strong>t”<br />

El término su<strong>en</strong>a bi<strong>en</strong>. Responde a la lógica de marketing <strong>en</strong>señada <strong>en</strong> las<br />

escuelas de comercio. Considera el saber como un bi<strong>en</strong> de la empresa, un capital<br />

de conocimi<strong>en</strong>to que convi<strong>en</strong>e, <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, explotar lo mejor posible.<br />

En el plano técnico, el KM asocia los métodos docum<strong>en</strong>tales: digitalización,<br />

indexación, ev<strong>en</strong>tualm<strong>en</strong>te sistemas expertos y sobre todo listas de difusión por<br />

comunidad que comparte la misma práctica o el mismo c<strong>en</strong>tro de interés. Se<br />

puede considerar que el KM recicla <strong>en</strong> provecho de la empresa capitalista,<br />

tecnologías y usos de Internet nacidos <strong>en</strong> las comunidades ci<strong>en</strong>tíficas o militantes<br />

y que las hicieron eficaces.<br />

Pero el KM no se reduce a la utilización de un conjunto de tecnologías. El objetivo<br />

es antes que nada obt<strong>en</strong>er el mejor partido de los saberes de los asalariados,<br />

explicitándolos y valorizándolos. El KM es a las compet<strong>en</strong>cias inmovilizadas, lo<br />

que la gestión financiera es a los activos monetarios de la empresa. Se trata de<br />

obt<strong>en</strong>er de ellas el mayor provecho. El KM permite de este modo administrar<br />

mejor el conjunto de las compet<strong>en</strong>cias de los asalariados y especialm<strong>en</strong>te sacar


partido de todos los tal<strong>en</strong>tos y saberes extra profesionales. Los conocimi<strong>en</strong>tos<br />

lingüísticos, técnicos, culturales que los empleados han heredado de su historia<br />

personal o han adquirido <strong>en</strong> el marco de su tiempo libre podrán ser listados.<br />

Luego los interesados son inscriptos <strong>en</strong> la «comunidad de práctica»<br />

correspondi<strong>en</strong>te. Estos saberes constituy<strong>en</strong> lo que André Gorz d<strong>en</strong>omina el<br />

capital humano [8]. “Las firmas deb<strong>en</strong> apropiarse de la creatividad del personal,<br />

canalizarla hacia acciones y metas predeterminadas y obt<strong>en</strong>er su sumisión”.<br />

El KM es el instrum<strong>en</strong>to de esta canalización. Impone a los cuadros que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la<br />

misión de alim<strong>en</strong>tar las bases de datos el respeto de normas estrictas que<br />

permitirá comparar las experi<strong>en</strong>cias. Ellos deb<strong>en</strong> poner <strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia las lecciones<br />

apr<strong>en</strong>didas, las dificultades <strong>en</strong>contradas y deducir las bu<strong>en</strong>as prácticas. El<br />

conjunto de notas y de informes es registrado, indexado, archivado. La base de<br />

datos será consultada sistemáticam<strong>en</strong>te para preparar cada misión. El registro de<br />

la experi<strong>en</strong>cia de la empresa forma una suerte de molde intelectual al cual cada<br />

uno deberá conformarse. El KM refuerza de este modo la cultura de la empresa<br />

<strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de que ésta es el resultado de prácticas y de una historia colectiva.<br />

Si bi<strong>en</strong> puede evitar reeditar los mismos errores, el KM estimula de esta manera<br />

el conformismo y perjudica las iniciativas originales. Los responsables deberán<br />

desarrollar una argum<strong>en</strong>tación muy sólida para justificar un cambio de actitud.<br />

Señalemos que British Petroleum (BP) estuvo <strong>en</strong>tre las primeras empresas<br />

comprometidas <strong>en</strong> un vasto proyecto de KM. Mi<strong>en</strong>tras que el Banco Mundial se<br />

dotó de un importante servicio “para mejorar la velocidad y la calidad de los<br />

servicios, reducir los costos evitando repetir el mismo trabajo, acelerar las<br />

innovaciones y ext<strong>en</strong>der el part<strong>en</strong>ariado <strong>en</strong> la lucha contra la pobreza.” [9]<br />

¿El KM para el desarrollo?<br />

Luego del Banco Mundial, varias ag<strong>en</strong>cias de cooperación se interesaron <strong>en</strong> el<br />

KM. Es el caso, principalm<strong>en</strong>te, de Bellanet [10] con su proyecto de compartir<br />

conocimi<strong>en</strong>tos [11] y de OxFam que acaba de repetir una guía completa sobre el<br />

tema. [12]<br />

Debemos interrogarnos sobre la pertin<strong>en</strong>cia de conceptos salidos de las escuelas<br />

de comercio para la gestión de un servicio público o de una ONG. Hemos<br />

mostrado hasta qué punto el KM forma parte de la paleta del “managem<strong>en</strong>t” de la<br />

empresa capitalista, apuntando a optimizar el r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to de su capital humano.<br />

¿Acaso los métodos de gestión de la empresa privada cuyo objetivo es el lucro,<br />

pued<strong>en</strong> ser transpuestos <strong>en</strong> un establecimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>cargado de una misión de<br />

interés g<strong>en</strong>eral y financiado por fondos públicos, ya sean nacionales o<br />

internacionales?<br />

Examinemos más de cerca la introducción del KM <strong>en</strong> el Banco Mundial. En junio<br />

de 1995, James D. Wolf<strong>en</strong>son, nuevo Presid<strong>en</strong>te del grupo, debe acallar las<br />

críticas de inmovilismo y de burocracia de ciertos miembros de su Consejo de<br />

Administración. Wolf<strong>en</strong>son quiere acelerar la adaptación del Banco a la<br />

“extraordinaria mutación de la economía mundial (...) que se caracteriza por el<br />

auge prodigioso del comercio mundial y de la inversión privada.” [13] Desea<br />

g<strong>en</strong>eralizar los métodos de gestión de las empresas privadas y hacer de la<br />

institución un organismo reactivo y competitivo, capaz de arrebatar mercados a<br />

otras instituciones de cooperación internacional.<br />

Introduce el KM y lanza una vasta reorganización de las estructuras jerárquicas


[14] y de las modalidades de evaluación del personal. Para conciliar el principio<br />

del KM, ori<strong>en</strong>tado hacia la valorización egoísta del capital humano de la empresa<br />

y la misión altruista de la institución, introduce la noción de Knowledge Sharing y<br />

lanza el “concepto” de “Knowledge Bank” <strong>en</strong>cargado de valorizar los saberes <strong>en</strong> el<br />

Sur para luchar contra la pobreza.<br />

En un docum<strong>en</strong>to de 20 páginas, traducido <strong>en</strong> varios idiomas, “saber al servicio<br />

del desarrollo” [15], el Banco nos explica muy claram<strong>en</strong>te cómo se supone que el<br />

KM favorece el desarrollo. “Los países <strong>en</strong> desarrollo no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que volver a<br />

inv<strong>en</strong>tar la rueda (...) <strong>en</strong> lugar de rehacer el camino ya recorrido, pued<strong>en</strong> adquirir<br />

y adaptar una bu<strong>en</strong>a parte de los conocimi<strong>en</strong>tos disponibles <strong>en</strong> los países ricos.<br />

Como el costo de las comunicaciones no cesa de disminuir, nunca la<br />

transfer<strong>en</strong>cia de conocimi<strong>en</strong>tos ha sido tan barata” y un poco más lejos <strong>en</strong> las<br />

estrategias nacionales para reducir las desigualdades, el BM nos explica que “tres<br />

factores facilitan esta adquisición: el libre intercambio, la inversión extranjera y la<br />

explotación bajo lic<strong>en</strong>cia de tecnologías importadas”. Haci<strong>en</strong>do notar sin embargo<br />

que “los países <strong>en</strong> desarrollo sólo podrán sacar partido de la masa de<br />

conocimi<strong>en</strong>tos disponibles <strong>en</strong> el mundo si adquier<strong>en</strong> la compet<strong>en</strong>cia técnica<br />

requerida para investigar y seleccionar las tecnologías... asimilarlas y adaptarlas”,<br />

propone “transformar los institutos públicos de investigación <strong>en</strong> sociedades por<br />

acciones”. A la lectura de este docum<strong>en</strong>to escrito <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to cumbre de la<br />

implantación del KM <strong>en</strong> el Banco, es forzoso constatar que el saber propuesto<br />

está altam<strong>en</strong>te impregnado de ideología.<br />

¿Es esa la razón por la cual los gabinetes de expertos consideran la introducción<br />

del KM <strong>en</strong> el Banco Mundial como un éxito total? En 2004 y por cincu<strong>en</strong>ta años<br />

consecutivos, el Banco Mundial es clasificado por Teleos <strong>en</strong>tre las 20 “empresas<br />

de saber más admiradas” [16], codeándose con BP, Shell, Ernst & Young, HP,<br />

IBM y Microsoft. Evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, es más difícil saber si los mejores cli<strong>en</strong>tes del<br />

Banco Mundial, es decir los países m<strong>en</strong>os avanzados, están satisfechos con el<br />

Banco del saber.<br />

Estos mismos expertos hac<strong>en</strong> notar que el Banco Mundial es a la vez una<br />

empresa con una cultura dirigida hacia los saberes, y una empresa abierta a<br />

compartir el saber <strong>en</strong> colaboración. Se trata aquí de una característica específica<br />

que se <strong>en</strong>contrará <strong>en</strong> términos parecidos <strong>en</strong> OxFam [17]. La particularidad del KM<br />

para el desarrollo es que, a la vez, es un dispositivo de valorización de los<br />

saberes internos y un programa de transfer<strong>en</strong>cia de compet<strong>en</strong>cias destinado a<br />

cli<strong>en</strong>tes y socios.<br />

¿Qué puede ser más g<strong>en</strong>eroso para el Banco que compartir su capital de saber,<br />

su cultura interna? Este procedimi<strong>en</strong>to, que se inscribe <strong>en</strong> la tradición de las<br />

relaciones Norte - Sur, no es nuevo ni sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te. Los países donadores son<br />

llevados g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te a imponer su cultura a los países b<strong>en</strong>eficiarios de la<br />

ayuda. El KM es solo un nuevo embalaje destinado a disfrazar la relación de<br />

dominación. Esta expresión vi<strong>en</strong>e a r<strong>en</strong>ovar oportunam<strong>en</strong>te nociones demasiado<br />

gastadas o consideradas paternalistas, tales como “asist<strong>en</strong>cia técnica”,<br />

“fortalecimi<strong>en</strong>to de las capacidades” o “desarrollo de las capacidades” [18].<br />

¿Qué hacer con el KM?<br />

¿Es el KM una noción es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te neoliberal? ¿Se puede practicar un KM<br />

alternativo cuyo objetivo no sería ni la explotación del capital humano del que nos<br />

habla André Gorz, ni la forma contemporánea de la relación de tipo neocolonial


que analiza K<strong>en</strong>neth King?<br />

Señalemos <strong>en</strong> primer lugar que el término saberes crea una ambigüedad. “El<br />

conocimi<strong>en</strong>to se adquiere por la experi<strong>en</strong>cia, todo el resto no es más que<br />

información” decía Albert Einstein. El saber no se extrae, como el agua, del fondo<br />

de un pozo. No está compuesto por elem<strong>en</strong>tos indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes que se elig<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

un almacén de repuestos. Se adquiere por la experi<strong>en</strong>cia y el apr<strong>en</strong>dizaje <strong>en</strong> un<br />

proceso complejo que incluye una relación de confianza <strong>en</strong>tre el maestro y el<br />

alumno. Va acompañado necesariam<strong>en</strong>te de la aceptación de valores comunes<br />

que legitiman ese saber.<br />

Pero dejemos de lado el empleo impropio de la palabra “saber” con fines de<br />

marketing y veamos cuáles son las ideas fuerza del KM:<br />

Administrar la información relativa a la experi<strong>en</strong>cia y al know how: registrar esta<br />

información <strong>en</strong> bases de datos docum<strong>en</strong>tales; asegurar su disponibilidad a<br />

través de dispositivos sofisticados de búsqueda de información (Data Mining);<br />

alim<strong>en</strong>tar ev<strong>en</strong>tualm<strong>en</strong>te otras herrami<strong>en</strong>tas de conservación de la expertise,<br />

tales como sistemas expertos;<br />

Favorecer la emerg<strong>en</strong>cia de redes de colaboradores que compartan saberes y<br />

motivaciones (comunidad de práctica); utilizar dispositivos informáticos basados<br />

sobre listas de e-mail, foros <strong>en</strong> línea, o software de trabajo <strong>en</strong> grupo [19] para<br />

animar esas redes;<br />

Para los KS (knowledge sharing), agreguemos el hecho de compartir<br />

informaciones (de conocimi<strong>en</strong>tos) <strong>en</strong>tre varios donadores y el compartir<br />

informaciones (¿las mismas?) <strong>en</strong>tre los donadores y sus cli<strong>en</strong>tes o socios.<br />

Resulta forzoso constatar que estas prácticas de expertise colectiva, hasta se<br />

diría de intelig<strong>en</strong>cia colectiva [20] han sido inv<strong>en</strong>tadas por comunidades que se<br />

dedican a compartir el saber. Se trata principalm<strong>en</strong>te de comunidades ci<strong>en</strong>tíficas,<br />

donde la investigación fundam<strong>en</strong>tal no puede desarrollarse sin la libre circulación<br />

de los conocimi<strong>en</strong>tos. Se trata también de comunidades de desarrolladores de<br />

software libres. Una de las características es<strong>en</strong>ciales de esas comunidades es la<br />

de funcionar sobre una modalidad de intercambio no mercantil que les sitúa <strong>en</strong><br />

constante oposición con los excesos de la economía liberal [21]. Mi<strong>en</strong>tras que el<br />

concepto de KM está construido sobre una lógica exactam<strong>en</strong>te opuesta, que<br />

consiste <strong>en</strong> recuperar los saberes no contractuales de los empleados de una<br />

empresa, canalizarlos e insertarlos <strong>en</strong> la cultura oficial de la empresa. El objetivo<br />

no es compartir, sino la v<strong>en</strong>taja comparativa <strong>en</strong> la compet<strong>en</strong>cia comercial.<br />

En consecu<strong>en</strong>cia, dejemos el KM a las escuelas de comercio y elijamos un<br />

vocabulario m<strong>en</strong>os ambiguo y cargado de más s<strong>en</strong>tido: experim<strong>en</strong>tación,<br />

apr<strong>en</strong>dizaje, concertación, colaboración, publicación, gestión y repartición de<br />

cont<strong>en</strong>idos libres, intelig<strong>en</strong>cia cooperativa.


Educacion <strong>en</strong> la sociedad de la información<br />

Rosa-María Torres<br />

¿Estamos realm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia de un concepto al hablar de Educación <strong>en</strong> la<br />

sociedad de la información?. El término no emerge con impulso y s<strong>en</strong>tido propios,<br />

sino adosado a la retórica de la “sociedad de la información” (SI), anunciada como<br />

la sociedad del futuro, del siglo XXI. No ti<strong>en</strong>e un significado único, convive con<br />

muchos términos afines sin bordes claros, y ti<strong>en</strong>e escaso desarrollo conceptual,<br />

teórico y pedagógico. Igual que <strong>en</strong> la propia SI, <strong>en</strong> la Educación <strong>en</strong> la SI la idea de<br />

información, de conocimi<strong>en</strong>to y, creci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, incluso de apr<strong>en</strong>dizaje, ha ido<br />

quedando reducida fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te a las llamadas Modernas Tecnologías de la<br />

Información y la Comunicación (TIC), que a su vez ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a c<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> la<br />

computadora y la Internet, creando así nuevas id<strong>en</strong>tidades y formas de<br />

inclusión/exclusión: los conectados y los desconectados.<br />

Las tecnologias, ¿al servicio de que proyecto educativo-cultural?<br />

Aproximarse a las compr<strong>en</strong>siones y usos que vi<strong>en</strong>e adoptando la Educación <strong>en</strong> la<br />

SI implica aproximarse a cada uno de los términos que la conforman: “educación”<br />

y “sociedad de la información”.<br />

Tradicionalm<strong>en</strong>te, el término educación evoca sistema escolar, educación formal e<br />

infancia. El énfasis se ha puesto sobre la <strong>en</strong>señanza antes que sobre el<br />

apr<strong>en</strong>dizaje. Se ha dado escasa importancia a este último, prevaleci<strong>en</strong>do los<br />

indicadores cuantitativos de acceso y terminación de grados y ciclos. Apr<strong>en</strong>der se<br />

confunde con asimilar y repetir información. Suele darse más importancia a la<br />

infraestrucura y al equipami<strong>en</strong>to que a las condiciones de <strong>en</strong>señanza y<br />

apr<strong>en</strong>dizaje, al punto de vista de la oferta más que al de la demanda, a los<br />

resultados por sobre los procesos. La m<strong>en</strong>talidad escolar ha contribuido a<br />

restringir la visión y el campo de lo educativo, separándolo de lo económico, lo<br />

social y lo cultural <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido amplio.<br />

Vistas desde la historia de la educación, las “modernas” TIC constituy<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

verdad la última oleada de un continuo. La tecnología educativa o instruccional<br />

vi<strong>en</strong>e adquiri<strong>en</strong>do un alto perfil <strong>en</strong> el campo educativo desde hace varias<br />

décadas: <strong>en</strong> los años 60 y 70 fueron la radio y la televisión; <strong>en</strong> los años 80 y 90<br />

los textos escolares, el video y la computadora como auxiliar <strong>en</strong> la instrucción;<br />

desde mediados de 1990 domina el esc<strong>en</strong>ario la computadora y el cederrón y, <strong>en</strong><br />

años más reci<strong>en</strong>tes, la Internet, desplazando a las “tecnologías conv<strong>en</strong>cionales”.<br />

A fines de 1980 la UNICEF adoptó el término “Tercer Canal” para referirse a


“todos los instrum<strong>en</strong>tos disponibles y canales de información, comunicación y<br />

acción social (que) pued<strong>en</strong> ser usados para ayudar a transmitir los conocimi<strong>en</strong>tos<br />

es<strong>en</strong>ciales e informar y educar a la población <strong>en</strong> asuntos sociales”, asumi<strong>en</strong>do la<br />

educación formal y no-formal como los otros dos canales educativos (UNICEF,<br />

1990). La Confer<strong>en</strong>cia Mundial sobre Educación para Todos (Jomti<strong>en</strong>, Tailandia,<br />

1990), organizada por a UNESCO, la UNICEF, el PNUD y el Banco Mundial, cifró<br />

grandes esperanzas <strong>en</strong> este “tercer canal” para alcanzar las seis metas de<br />

educación básica para todos a cumplirse para el año 2000. Llegado el 2000, no<br />

obstante, e incumplidas las metas, éstas se redujeron y los plazos se aplazaron<br />

hasta el 2015. Hoy la meta para los países del Sur ya no es la “educación básica”<br />

(satisfacción de las necesidades básicas de apr<strong>en</strong>dizaje de las personas, a lo<br />

largo de la vida, según ésta fue definida <strong>en</strong> Jomti<strong>en</strong>) sino ap<strong>en</strong>as “educación<br />

primaria” (4, 5, 6 años de escolaridad). El “tercer canal”, antes p<strong>en</strong>sado como un<br />

canal amplio compartido por tecnologías tradicionales y modernas, desapareció<br />

de las metas educativas y se redujo a las TIC. El discurso de la Educación <strong>en</strong> la<br />

SI <strong>en</strong> los últimos años se metió de ll<strong>en</strong>o <strong>en</strong> el mundo virtual, dejando atrás la<br />

discusión acerca de las necesidades básicas de apr<strong>en</strong>dizaje de la g<strong>en</strong>te y<br />

adoptando como temas c<strong>en</strong>trales la competitividad y las nuevas habilidades<br />

requeridas por el mercado, para “adecuarse al cambio” antes que para incidir<br />

sobre él.<br />

Es preciso ubicar espacial y temporalm<strong>en</strong>te la “revolución tecnológica” y el<br />

anuncio de la SI y de la “era de la información”. Todas ellas part<strong>en</strong> de los países<br />

desarrollados, especialm<strong>en</strong>te de Estados Unidos, para ser luego trasladados o<br />

bi<strong>en</strong> apropiados por los “países <strong>en</strong> desarrollo” (el Sur). Emerg<strong>en</strong> <strong>en</strong> la década de<br />

1990, década que marca un giro <strong>en</strong> la historia de la humanidad, <strong>en</strong> la que se<br />

instala el modelo neoliberal <strong>en</strong> el mundo, con sus grandes paradojas: revolución<br />

tecnológica con creci<strong>en</strong>te exclusión social, globalización con mayor localización,<br />

conc<strong>en</strong>tración del poder político y económico <strong>en</strong> pocas manos junto con<br />

expansión y articulación también global de la protesta social y los movimi<strong>en</strong>tos<br />

sociales. En bu<strong>en</strong>a medida inspirada por el alargami<strong>en</strong>to de la vida y por la<br />

expansión de las TIC, <strong>en</strong> la década de 1990 resurge la vieja utopía del<br />

“apr<strong>en</strong>dizaje a lo largo de toda la vida”, planteada como el paradigma que deberá<br />

ori<strong>en</strong>tar los sistemas de educación, capacitación e investigación y permitirá<br />

avizorar la “escuela del futuro” (Delors et.al. 1996; Comisión de las Comunidades<br />

Europeas, 2000). De este contexto y mom<strong>en</strong>to, cruzados por poderosos intereses<br />

y conflictos, surg<strong>en</strong> visiones muy distintas de la SI <strong>en</strong> ciernes: una SI <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida<br />

como acceso a las TIC, que aspira a reducir la “brecha digital” y lograr un mundo<br />

de “conectados” a la red, y una SI “con rostro humano” que trasci<strong>en</strong>de a las TIC,<br />

comprometida con el apr<strong>en</strong>dizaje a lo largo de toda la vida y con la construcción<br />

de un nuevo paradigma societal con justicia económica, equidad y bi<strong>en</strong>estar para<br />

todos. Ambas visiones están <strong>en</strong> pugna y estuvieron pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la Cumbre<br />

Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI, Ginebra 2003; Túnez 2005).<br />

A m<strong>en</strong>udo, los términos sociedad y era, así como información, comunicación,<br />

conocimi<strong>en</strong>to, saber, apr<strong>en</strong>dizaje se utilizan de manera indistinta, sin las debidas<br />

difer<strong>en</strong>ciaciones. Un caso claro es la Encuesta Internacional de Alfabetización de<br />

Adultos (International Adult Literacy Survey-IALS), que <strong>en</strong> 1997 hablaba de<br />

compet<strong>en</strong>cias para la “sociedad del conocimi<strong>en</strong>to” y <strong>en</strong> el 2000 de compet<strong>en</strong>cias<br />

para la “era de la información” (OECD/Statistics Canada 1997, 2000). La CMSI<br />

oficializó el término SI, optando por hablar de sociedad y de información. No


obstante, el término SI se presta a múltiples interpretaciones, es controversial e<br />

incluso abiertam<strong>en</strong>te cuestionado.<br />

Una “sociedad de la informacion” que am<strong>en</strong>aza con ac<strong>en</strong>tuar las<br />

desigualdades<br />

El término “educación para la sociedad de la información” no ti<strong>en</strong>e una definición<br />

clara o única. De hecho, no ha sido incorporado a los Glosarios de los informes<br />

mundiales sobre la educación o sobre temas vinculados a ésta. No se han<br />

establecido parámetros o indicadores para dar cu<strong>en</strong>ta de su viabilidad, pertin<strong>en</strong>cia<br />

y calidad. El Indice de Educación, compon<strong>en</strong>te del Indice de Desarrollo Humano<br />

(IDH) calculado por el PNUD, se sigue construy<strong>en</strong>do a partir de dos datos<br />

elem<strong>en</strong>tales - matrícula agregada de los diversos niveles educativos y tasa de<br />

alfabetización - claram<strong>en</strong>te insufici<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la actualidad para captar el perfil y los<br />

requerimi<strong>en</strong>tos educativos de cualquier sociedad.<br />

En el marco de la fuerte t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a reducir la SI a las TIC, la Educación <strong>en</strong> la SI<br />

ti<strong>en</strong>de a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse simplem<strong>en</strong>te como aprovechami<strong>en</strong>to de las TIC para fines<br />

educativo-escolares (fu<strong>en</strong>te de cont<strong>en</strong>idos, reforzador didáctico, individualizador<br />

de la <strong>en</strong>señanza y el apr<strong>en</strong>dizaje, ayuda para la capacitación y la labor doc<strong>en</strong>te,<br />

facilitador <strong>en</strong> la <strong>en</strong>señanza a personas con necesidades educativas especiales,<br />

etc.), para usar <strong>en</strong> la escuela o para ampliar el campo de los apr<strong>en</strong>dizajes fuera<br />

de ésta, para ayudar al doc<strong>en</strong>te o bi<strong>en</strong> para sustituirlo. “Educación y TIC” o “Uso<br />

de las TIC <strong>en</strong> educación”, o “alfabetización digital”, son hoy modos concretos de<br />

referirse a esta visión de la Educación <strong>en</strong> la SI. Muchos incluso la confund<strong>en</strong> con<br />

educación virtual o electrónica (e-learning), privilegiando así el medio y los<br />

<strong>en</strong>tornos, desplazando al sistema escolar como eje de la educación y los<br />

apr<strong>en</strong>dizajes sistemáticos, y a m<strong>en</strong>udo reforzando por esta vía la fuerte t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />

actual a la privatización de la educación.<br />

Como rasgos constitutivos de la Educación <strong>en</strong> la SI suel<strong>en</strong> m<strong>en</strong>cionarse: oferta<br />

educativa flexible, diversificada, individualizada, adecuada a las necesidades de<br />

grupos y objetivos específicos. Las preocupaciones continúan c<strong>en</strong>tradas <strong>en</strong> torno<br />

a la oferta, las oportunidades y el acceso (a la computadora, a Internet), más que<br />

<strong>en</strong> torno a la pertin<strong>en</strong>cia y calidad de cont<strong>en</strong>idos y métodos, las condiciones de<br />

producción y difusión de dichos cont<strong>en</strong>idos, y, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, a la pregunta de qué<br />

información/educación y para qué (impacto social). El hardware domina sobre el<br />

software de las tecnologías y de la propia educación, la información sobre la<br />

comunicación, el conocimi<strong>en</strong>to y el apr<strong>en</strong>dizaje. Asimismo, prima un <strong>en</strong>foque<br />

pasivo y reactivo fr<strong>en</strong>te a las TIC - vistas como herrami<strong>en</strong>tas capaces de difundir<br />

información- antes que un <strong>en</strong>foque activo y proactivo que ve a los sujetos no<br />

únicam<strong>en</strong>te como consumidores sino también y fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te como<br />

creadores de información y conocimi<strong>en</strong>to.<br />

De las primeras redes telemáticas (años 80), empeñadas <strong>en</strong> conectar escuelas<br />

<strong>en</strong>tre sí a nivel nacional e internacional, hemos pasado a macropolíticas y<br />

proyectos que se propon<strong>en</strong> instalar computadoras <strong>en</strong> cada escuela y, más<br />

ambiciosos aún, a hacer realidad el apr<strong>en</strong>dizaje personalizado y a lo largo de toda<br />

la vida, <strong>en</strong>tre otros con ayuda de artefactos manuales que cab<strong>en</strong> <strong>en</strong> la palma de<br />

la mano y que cada persona puede llevar consigo. Nunca estuvo tan cerca y a la<br />

vez tan lejos, <strong>en</strong> efecto, la posibilidad del apr<strong>en</strong>dizaje perman<strong>en</strong>te: cerca para la<br />

minoría que puede hoy acceder a estas y otras vías de apr<strong>en</strong>dizaje; muy lejos<br />

para la inm<strong>en</strong>sa mayoría de la humanidad, para los pobres, para las personas


analfabetas (más de 900 millones <strong>en</strong> el mundo) y para los que viv<strong>en</strong> con m<strong>en</strong>os<br />

de 1 dólar por día (1.200 millones de indig<strong>en</strong>tes), para qui<strong>en</strong>es se prescribe hoy<br />

cuatro años de escuela primaria, a cursarse d<strong>en</strong>tro de la llamada “edad escolar”.<br />

Concretam<strong>en</strong>te, esto es lo que propon<strong>en</strong> hoy para la educación los Objetivos de<br />

Desarrollo del Mil<strong>en</strong>io (2000-2015) - adoptados acríticam<strong>en</strong>te por la CMSI - junto<br />

con la igualdad de sexo <strong>en</strong> términos de acceso a la educación primaria y<br />

secundaria, sin ninguna meta específica referida al analfabetismo adulto. Estamos<br />

pues participando de una curiosa era de la información, <strong>en</strong> la que el derecho a la<br />

educación se achica, mi<strong>en</strong>tras se agranda la brecha económica y social <strong>en</strong>tre el<br />

Norte y el Sur, y <strong>en</strong>tre pobres y ricos.<br />

Algunos nudos criticos para la reflexion y el debate<br />

Enunciamos aquí algunos problemas y dilemas (de ord<strong>en</strong> conceptual, político,<br />

social, ético y pedagógico) vinculados a la SI y a la Educación <strong>en</strong> la SI <strong>en</strong> ese<br />

marco.<br />

La educación <strong>en</strong> la sociedad de la información es un <strong>en</strong>unciado problemático,<br />

difícil de resignificar, atrapado <strong>en</strong> dos términos: educación (cuando lo que se<br />

busca el apr<strong>en</strong>dizaje, el apr<strong>en</strong>der a apr<strong>en</strong>der) e información (cuando el objetivo<br />

es trasc<strong>en</strong>der el dato, conocer, compr<strong>en</strong>der, apr<strong>en</strong>der, crear).<br />

Indifer<strong>en</strong>ciación <strong>en</strong>tre información y conocimi<strong>en</strong>to, <strong>en</strong>tre SI y SC, y uso de<br />

ambos como si fues<strong>en</strong> intercambiables, con ac<strong>en</strong>to sobre la información más<br />

que sobre la comunicación.<br />

Indifer<strong>en</strong>ciación <strong>en</strong>tre información y educación, capacitación y formación,<br />

educación y apr<strong>en</strong>dizaje. De estas indifer<strong>en</strong>ciaciones y simplificaciones surg<strong>en</strong><br />

atribuciones a las TIC que no correspond<strong>en</strong> y aún pocas exploraciones<br />

sistemáticas acerca del pot<strong>en</strong>cial informativo, comunicacional y propiam<strong>en</strong>te<br />

educativo/formativo de las TIC y sus variados usos.<br />

Las modernas TIC colocadas <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro de la información y la comunicación,<br />

desplazando a las TIC tradicionales y a instituciones claves como la familia, la<br />

comunidad, el sistema escolar, los medios masivos de comunicación, la<br />

biblioteca, el lugar de trabajo, etc.<br />

Las TIC (y las propias nociones de información y comunicación) reducidas a<br />

computadora e Internet. Además, el apelativo de “modernas” para calificar a las<br />

TIC es relativo; hay otras tecnologías modernas, otras lo fueron antes y éstas<br />

dejarán de serlo pronto.<br />

Las TIC <strong>en</strong>tre la resist<strong>en</strong>cia y la fascinación, con la fascinación ganando la<br />

batalla. “T<strong>en</strong>er computadora y hablar inglés” han pasado a ser expectativas y<br />

falsos indicadores de calidad <strong>en</strong> el sistema escolar, público y privado, y <strong>en</strong><br />

muchas ofertas educativas no-formales.<br />

Entre la domesticación y el empoderami<strong>en</strong>to: el doble filo de las TIC, que se<br />

prestan tanto para la globalización del modelo neoliberal como para la<br />

globalización de la protesta, la solidaridad y la construcción de otro mundo<br />

posible (Foro Social Mundial).<br />

“Reducir la brecha digital” planteada como un objetivo <strong>en</strong> sí mismo, sin at<strong>en</strong>ción<br />

a las brechas estructurales (políticas, económicas y sociales, <strong>en</strong>tre el Norte y el<br />

Sur, y d<strong>en</strong>tro de cada país) que la sust<strong>en</strong>tan.


Poderosos intereses y réditos financieros y políticos detrás de la carrera por las<br />

TIC quedan ocultos tras la retórica de la SI. El campo educativo se ha convertido<br />

<strong>en</strong> mercado privilegiado, disputado desde la política y desde la empresa privada<br />

y las grandes corporaciones multinacionales.<br />

T<strong>en</strong>sión <strong>en</strong>tre lo local, lo nacional y lo global, con una fuerte t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />

fagocitadora de los poderes y las industrias culturales globales, y el avance de la<br />

inculturación, la homog<strong>en</strong>ización y el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to único.<br />

Grandes expectativas puestas sobre las TIC como artífices de la esperada<br />

revolución educativa, desviando la at<strong>en</strong>ción y los recursos de las condiciones<br />

es<strong>en</strong>ciales y los factores estructurales que condicionan la oferta y la demanda<br />

educativa: el modelo económico, las políticas sociales, la deuda externa, la<br />

cooperación internacional, la cuestión doc<strong>en</strong>te. Una mala escuela con<br />

computadora sigue si<strong>en</strong>do una mala escuela.<br />

La SI y el énfasis <strong>en</strong> la información contribuy<strong>en</strong> a reforzar, antes que a evitar,<br />

problemas de viejo arrastre de la educación y los sistemas escolares, como la<br />

memorización, el <strong>en</strong>ciclopedismo, el apr<strong>en</strong>dizaje sin compr<strong>en</strong>sión, las<br />

jerarquías, asimetrías y roles fijos <strong>en</strong>tre emisores-doc<strong>en</strong>tes y receptoresalumnos.<br />

La “educación bancaria” ha salido del aula de clases y se ha ext<strong>en</strong>dido<br />

a escala planetaria.<br />

Reiteración de los errores, desestimando las lecciones apr<strong>en</strong>didas. Países y<br />

ag<strong>en</strong>cias internacionales reiteran los mismos problemas y errores <strong>en</strong> el diseño y<br />

ejecución de políticas y proyectos vinculados a las TIC y la educación.<br />

Dobles discursos y ag<strong>en</strong>das duales para el Norte y para el Sur. En pl<strong>en</strong>a<br />

emerg<strong>en</strong>cia de la SI, el Norte adopta para sí el apr<strong>en</strong>dizaje a lo largo de toda la<br />

vida y prescribe para el Sur cuatro años de escolaridad, p<strong>en</strong>sar globalm<strong>en</strong>te y<br />

actuar localm<strong>en</strong>te. La “ayuda oficial para el desarrollo”, ni por su volum<strong>en</strong> ni por<br />

sus condicionalidades, no soluciona un problema histórico de asimetría,<br />

inequidad y creci<strong>en</strong>te <strong>en</strong>deudami<strong>en</strong>to externo.<br />

Hacia una sociedad del apr<strong>en</strong>dizaje para todos<br />

Partimos de constatar que la SI es un proceso <strong>en</strong> marcha, antes que una realidad<br />

dada, y que la verdadera aspiración es construir sociedades que apr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>,<br />

sociedades del apr<strong>en</strong>dizaje. En esa ruta, una educación <strong>en</strong> y para la sociedad de<br />

la información debería ser una educación que:<br />

Asegura la alfabetización universal y una formación básica, relevante y de<br />

calidad, a toda la población, <strong>en</strong> los países del Norte y <strong>en</strong> los del Sur.<br />

Promueve y busca articular los apr<strong>en</strong>dizajes d<strong>en</strong>tro y fuera del sistema escolar,<br />

<strong>en</strong> la educación formal, no-formal e informal, <strong>en</strong> la familia, <strong>en</strong> la comunidad, <strong>en</strong><br />

los espacios de trabajo, de producción, de creación y recreación, de<br />

participación social, etc.<br />

Aprovecha todas las herrami<strong>en</strong>tas y tecnologías disponibles - no sólo las TIC -<br />

<strong>en</strong> el marco de una estrategia integral de comunicación y apr<strong>en</strong>dizaje<br />

Enseña a buscar y aprovechar selectiva y críticam<strong>en</strong>te la información y el<br />

conocimi<strong>en</strong>to disponibles; a id<strong>en</strong>tificar, producir y difundir información,<br />

conocimi<strong>en</strong>tos y saberes; a desarrollar el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to autónomo y el<br />

p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to complejo; a participar activam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la acción social


transformadora y superadora de la propia realidad, a su vez fu<strong>en</strong>te y proceso de<br />

conocimi<strong>en</strong>to y apr<strong>en</strong>dizaje.<br />

Defi<strong>en</strong>de y <strong>en</strong>carna <strong>en</strong> su propia práctica el derecho a la educación <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida<br />

fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te como derecho de todos y todas a apr<strong>en</strong>der, a apr<strong>en</strong>der a<br />

apr<strong>en</strong>der, y a apr<strong>en</strong>der a lo largo de toda la vida.<br />

Fu<strong>en</strong>tes y refer<strong>en</strong>cias<br />

Ballantyne, Peter. 2002. Collecting and Propagating Local Developm<strong>en</strong>t Cont<strong>en</strong>t.<br />

Synthesis and Conclusions. Research Report, Nº7, May 2002. International<br />

Institute for Communication and Developm<strong>en</strong>t (IICD in collaboration with the<br />

Tanzania Commission for Sci<strong>en</strong>ce and Technology. Funded by the UK Departm<strong>en</strong>t<br />

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Al mom<strong>en</strong>to de su acceso (marzo 2011) <strong>en</strong> el website del libro no hay versión <strong>en</strong><br />

español de este artículo. Hay traducciones al francés y al portugués<br />

Derechos humanos<br />

Rikke Frank Jørg<strong>en</strong>s<strong>en</strong><br />

The concept of human rights in the information society involve compreh<strong>en</strong>sion of<br />

two key phrases; human rights and the information society.<br />

Linking a legal tradition to a vaguely defined policy concept<br />

Human rights draw on deep and widespread historical roots since practically all<br />

cultures, religions, and philosophies include human rights principles, though they<br />

also contain practices which are incompatible with human rights. However, one<br />

important date for placing it on the international ag<strong>en</strong>da is December 10, 1948<br />

wh<strong>en</strong> the Universal Declaration of Human Rights (UDHR) was adopted at the UN<br />

G<strong>en</strong>eral Assembly in the aftermath of the Second World War to <strong>en</strong>sure that such<br />

horror would never again occur. The UDHR has since be<strong>en</strong> developed into a large<br />

body of international conv<strong>en</strong>tions and declarations, some of them legally binding,<br />

others political statem<strong>en</strong>ts, which UN member states commit to follow in their<br />

national legislation and practice. [1]<br />

In the following, human rights are referred to as defined in the Universal<br />

Declaration of Human Rights, the International Cov<strong>en</strong>ant on Civil and Political<br />

Rights, and the International Cov<strong>en</strong>ant on Economic, Social and Cultural Rights,<br />

as civil and political rights of citiz<strong>en</strong>s, as well as their economic, cultural, and social<br />

rights. At the 1993 UN World Confer<strong>en</strong>ce on Human Rights held in Vi<strong>en</strong>na, the<br />

international community reaffirmed the four principles that lie at the heart of the<br />

human rights regime: human rights are universal (rights belong to all persons),<br />

indivisible (rights cannot be separated from one another), interrelated (rights<br />

impact upon one another) and interdep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>t (a right cannot be fully achieved<br />

without fulfilm<strong>en</strong>t of all other rights) [2].<br />

The term information society has academic roots dating back to the mid-sev<strong>en</strong>ties<br />

[3] but was politically revitalized by the American and European project to privatize<br />

and liberalize the telecommunication sector globally. In 1994, Al Gore as the US<br />

Vice Presid<strong>en</strong>t, announced the creation of “the Global Information Infrastructure”,<br />

echoed at the European level in a number of white papers and reports in the mid-<br />

¬nineties, the most famous of which was the Report of the Bangemann High Level<br />

Expert Group in 1994. In official rhetoric the many political, economic, sci<strong>en</strong>tific,<br />

and social changes related to globalization and communication infrastructure soon


ecame “the information society” [4].<br />

At civil society level, American and European NGOs in particular have since the<br />

early nineties focused on specific human rights chall<strong>en</strong>ges within a digital<br />

<strong>en</strong>vironm<strong>en</strong>t, especially in relation to the protection of privacy and freedom of<br />

expression. This initial US / European lead has today turned into an increasingly<br />

large number of civil society groups from all over the world, focusing on analysis<br />

and policy campaigns for the def<strong>en</strong>se of human rights standards in a digital<br />

context. [5] One of the largest networks of these groups is the Global Internet<br />

Liberty Campaign (GILC), an umbrella organization with curr<strong>en</strong>tly more than 60<br />

member organizations [6]. However, long before the developm<strong>en</strong>t of the cyber<br />

rights community with its more specific Internet focus, a number of social<br />

movem<strong>en</strong>ts had raised issues of information and media ownership and access to<br />

communication. [7]<br />

Wh<strong>en</strong> the World Summit of the Information Society (WSIS) process took off in<br />

2002, one of its important contributions was to create and facilitate a global space<br />

where these very diverse civil society groups and movem<strong>en</strong>ts met and were forced<br />

to interact since they were included in a formal UN process as one voice; the voice<br />

of “civil society” [8]. Both in terms of mutual ¬learning and networking on a global<br />

scale, and in terms of ¬putting human rights on the information society ag<strong>en</strong>da [9],<br />

the WSIS process played a significant role.<br />

Dignity, liberty, and the equity of all human beings<br />

No single definition of the rather broad concept of “human rights in the information<br />

society” exists, although many docum<strong>en</strong>ts praise human rights as the foundation<br />

for the information age.<br />

The concept has at least two connotations. One relates to the ways in which<br />

technology can be used as an <strong>en</strong>abler for human rights workers. Countless<br />

examples exist showing how Internet has facilitated communication from<br />

suppressed groups, have <strong>en</strong>abled human rights activists to report on violations, to<br />

campaign across borders and to reach global information, and support to<br />

str<strong>en</strong>gth<strong>en</strong> their case [10].<br />

The other use of the concept, which is the main focus here, relates to the<br />

chall<strong>en</strong>ge of protecting and <strong>en</strong>forcing human rights standards at a point in time<br />

wh<strong>en</strong> new communicative means are ess<strong>en</strong>tially changing the way we live, work,<br />

and develop. Human rights are subject to dynamic interpretation, and part of their<br />

ess<strong>en</strong>ce is their recognition as standards in a giv<strong>en</strong> context at a giv<strong>en</strong> time. This<br />

requires analysis as to how human rights are affected by curr<strong>en</strong>t developm<strong>en</strong>ts,<br />

how the core of a giv<strong>en</strong> right is pot<strong>en</strong>tially threat<strong>en</strong>ed, how it can be <strong>en</strong>hanced,<br />

and - crucially - to what ext<strong>en</strong>t the existing system of protection is adequate and<br />

effective giv<strong>en</strong> the realities of new technological developm<strong>en</strong>ts. The international<br />

body of human rights is thus in perpetual evolution to dismiss new threats as well<br />

as to <strong>en</strong>compass new opportunities for their ext<strong>en</strong>sion. Historically this evolution<br />

has always be<strong>en</strong> the result of social struggles led by differ<strong>en</strong>t groups in specific<br />

historical junctures. The relatively rec<strong>en</strong>t codification of wom<strong>en</strong>’s rights and the<br />

rights of indig<strong>en</strong>ous peoples are a case in point.<br />

Civil Society repres<strong>en</strong>tatives att<strong>en</strong>ding the WSIS have stressed that to apply the<br />

human rights framework to the information society implies taking dignity, liberty<br />

and the equity of all human beings as the starting point of refer<strong>en</strong>ce rather than


technological considerations. It <strong>en</strong>tails the task of addressing the basic values we<br />

wish to guide the direction of the information society, and to <strong>en</strong>sure that these<br />

standards continue to be upheld.<br />

One c<strong>en</strong>tral human rights chall<strong>en</strong>ge to the many societal changes, which we call<br />

the information society, is the protection of human dignity, liberty, and equity as<br />

technology becomes more invasive, as measures for information control,<br />

ownership and surveillance stronger, and inequality more visible. [11]<br />

Several tr<strong>en</strong>ds that characterize the developm<strong>en</strong>t of the information society<br />

repres<strong>en</strong>t chall<strong>en</strong>ges to, and in many cases serious dangers for, a human rightsbased<br />

information society. These include ext<strong>en</strong>ded regimes for information<br />

ownership and managem<strong>en</strong>t (i.e. copyright and pat<strong>en</strong>t regulation, trade<br />

agreem<strong>en</strong>ts, digital rights managem<strong>en</strong>t systems), rapid advances in surveillance,<br />

profiling, and ret<strong>en</strong>tion of personal data (i.e. counter terror legislation, radio<br />

frequ<strong>en</strong>cy id<strong>en</strong>tification devices, IPV6, etc.) [12], and new means for c<strong>en</strong>soring<br />

and blocking information (i.e. state firewalls and filters, ISP lic<strong>en</strong>sing), to m<strong>en</strong>tion<br />

but a few of the curr<strong>en</strong>t developm<strong>en</strong>ts [13].<br />

The Human Rights framework is in perpetual evolution<br />

The acknowledgm<strong>en</strong>t of human rights as the foundation for the information society<br />

was after many negotiations included in the official outcome from the WSIS<br />

G<strong>en</strong>eva Summit in 2003. The Declaration of Principles [14] in Article One speaks<br />

of an information society “respecting fully and upholding the Universal Declaration<br />

of Human Rights”. The vision articulated by the Declaration also stresses the four<br />

principles of universality, indivisibility, interrelated, interdep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cy as reaffirmed<br />

in the Vi<strong>en</strong>na Declaration and Programme of Action. In other words, human rights<br />

in the information society are not only about civil and political rights, such as<br />

freedom of expression, freedom of assembly, the right to a fair trial or the right to<br />

privacy, but equally include economic, social, and cultural rights, such as the right<br />

to an adequate standard of living, to education, to health, to b<strong>en</strong>efit from sci<strong>en</strong>tific<br />

progress, and so on. This is important to bear in mind, since some civil society<br />

groups t<strong>en</strong>d to see human rights as something secondary to issues of<br />

developm<strong>en</strong>t, rather than the normative foundation for any society indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tly<br />

of its level of developm<strong>en</strong>t. At the same time, some civil society organizations,<br />

especially from northern countries, have a narrow understanding of human rights,<br />

and focus primarily on civil and political rights - or only freedom of expression [15].<br />

The G<strong>en</strong>eva Declaration of Principles affirms that the information society must not<br />

result in discrimination or deprivation of human rights and that states are obliged to<br />

promote and respects all human rights within this context. [16] However, as stated<br />

by the th<strong>en</strong> Acting UN High Commissioner for Human Rights, there is yet no clear<br />

response on how to meet this chall<strong>en</strong>ge: “We seek to build an Information Society<br />

where people and individuals are placed at its c<strong>en</strong>tre, where human dignity is<br />

firmly upheld and where human rights are recognized as its guiding principles.<br />

How can we best <strong>en</strong>sure that these principles are reflected in an Information<br />

Society? How can we make best use of information and communication<br />

technologies, which are the vital tools and building blocks in this <strong>en</strong>deavor? These<br />

questions await our answer, our commitm<strong>en</strong>t and our concerted action” [17].<br />

From a legal perspective, many of the regulatory chall<strong>en</strong>ges relate to the<br />

transnational nature of the Internet. International agreem<strong>en</strong>ts have traditionally<br />

be<strong>en</strong> based on the premise of territorial jurisdiction, and Internet as a global


communication space chall<strong>en</strong>ges this premise. One of the curr<strong>en</strong>t policy debates<br />

related to the global nature of Internet concerns human rights and Internet<br />

governance, and to what ext<strong>en</strong>t the curr<strong>en</strong>t mechanisms for Internet governance<br />

have an impact on human rights. Many civil society groups argue that human right<br />

issues of privacy, freedom of expression, access to information, and the public<br />

domain of knowledge are at stake in the existing governance structures.<br />

Furthermore, there is the chall<strong>en</strong>ge of reforming the existing governing structures,<br />

since the curr<strong>en</strong>t forum for domain name managem<strong>en</strong>t is a private party<br />

dominated by a limited number of countries and based on a contract with a single<br />

governm<strong>en</strong>t. Here the human rights stance has be<strong>en</strong> that the result of the ongoing<br />

negotiations must <strong>en</strong>sure that the future mechanisms for Internet governance are<br />

human rights compliant, both in their composition and governing structures and<br />

through regular monitoring and assessm<strong>en</strong>t of their decisions. “It is a state<br />

responsibility to <strong>en</strong>sure that Internet governance mechanisms are compliant with<br />

human right standards, that there are means to <strong>en</strong>force them, and that<br />

governm<strong>en</strong>ts can be held accountable for human rights violations, including before<br />

international courts. Internet governance mechanisms can and should further<br />

human rights by <strong>en</strong>suring an <strong>en</strong>abling <strong>en</strong>vironm<strong>en</strong>t that protects and <strong>en</strong>forces<br />

human rights standards and democratic principles of inclusiv<strong>en</strong>ess, transpar<strong>en</strong>cy,<br />

checks and balances, and the rule of law”[18]. At pres<strong>en</strong>t, there seem to be a<br />

growing acceptance of Internet as a global commons, which implies effective<br />

access for all countries to participate in decisions regarding <strong>en</strong>joym<strong>en</strong>t of this<br />

common good.<br />

Another debate concerns the global CRIS (Communication Rights in the<br />

Information Society) campaign. The CRIS campaign has raised issues of<br />

knowledge ownership and media diversity within the information society ag<strong>en</strong>da,<br />

and demands the recognition of a new human right; the right to communicate. In<br />

response to this, a number of human rights groups have argued that these issues<br />

can and should be addressed within the existing human rights framework. The<br />

right to communicate should not be conceived as a new and indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>t right but<br />

rather as an umbrella concept; communication rights, <strong>en</strong>compassing the effective<br />

implem<strong>en</strong>tation of a group of related existing rights. [19]<br />

A continuous and final battlefield to be m<strong>en</strong>tioned is the struggle to <strong>en</strong>sure that<br />

working for and with human rights in the information society does not limit itself<br />

solely to the affirmation of already set human rights standards, but includes the<br />

effective protection and implem<strong>en</strong>tation of these rights.<br />

With regard to technical developm<strong>en</strong>ts <strong>en</strong>tailing privacy threats, these call for a<br />

tight legal and political framing, which must be built upstream through privacy<br />

impact assessm<strong>en</strong>ts, and not only once the risks have manifested themselves in<br />

our everyday life.<br />

It is urg<strong>en</strong>t that we continuously address the chall<strong>en</strong>ge of bringing people and<br />

countries closer to the standards outlined in the human rights treaties, and<br />

evaluate their realization through b<strong>en</strong>chmarks and indicators for national<br />

<strong>en</strong>forcem<strong>en</strong>t and compliance. So far the WSIS process has shown little political<br />

willingness to address this chall<strong>en</strong>ge.


Delito informático<br />

Stephanie Perrin<br />

El término delito informático se acuñó a finales de los años nov<strong>en</strong>ta, a medida que<br />

Internet se expandió por toda Norteamérica. Después de una reunión <strong>en</strong> Lyón,<br />

Francia, se fundó un subgrupo del grupo de naciones que conforman el<br />

d<strong>en</strong>ominado “G8” con el objetivo de estudiar los problemas emerg<strong>en</strong>tes de<br />

criminalidad que eran propiciados por o que migraron a Internet. El “Grupo de<br />

Lyón” utilizó el término para describir, de forma muy imprecisa, todos los tipos de<br />

delitos perpetrados <strong>en</strong> la red o <strong>en</strong> las nuevas redes de telecomunicaciones que<br />

tuvieran un rápido desc<strong>en</strong>so <strong>en</strong> los costos.<br />

Al mismo tiempo, y guiado por los participantes <strong>en</strong> el grupo de Lyón, el Consejo<br />

Europeo com<strong>en</strong>zó a diseñar el Tratado sobre Delito Informático [1]. Este tratado,<br />

que fuera pres<strong>en</strong>tado a la opinión pública por primera vez <strong>en</strong> el año 2000,<br />

incorporó una nueva gama de técnicas de vigilancia que las ag<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>cargadas<br />

de la aplicación de la ley consideraban necesarias para combatir el “delito<br />

informático”. ¿Cómo se definió el delito informático? La versión final de ese<br />

tratado, aprobada <strong>en</strong> noviembre de 2001 después de los acontecimi<strong>en</strong>tos del 11<br />

de septiembre, no definió el término. Es un término muy amplio referido a los<br />

problemas que aum<strong>en</strong>taron el poder informático, abarataron las comunicaciones y<br />

provocaron que haya surgido el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de Internet para las ag<strong>en</strong>cias policiales<br />

y de intelig<strong>en</strong>cia. El tratado describe de la sigui<strong>en</strong>te manera las difer<strong>en</strong>tes<br />

disposiciones y áreas temáticas <strong>en</strong> las que se requiere una nueva legislación:<br />

Título 1 - Delitos contra la confid<strong>en</strong>cialidad, integridad y disponibilidad de los<br />

datos y sistemas informáticos.<br />

Título 2 - Delitos relacionados con las computadoras [falsificación y fraude].<br />

Título 3 - Delitos relacionados con el cont<strong>en</strong>ido [pornografía].<br />

Título 4 - Delitos relacionados con la violación del derecho de autor y los<br />

derechos asociados.<br />

Título 5 - Responsabilidades secundarias y sanciones [cooperación delictiva,<br />

responsabilidad empresarial].<br />

Delito informático: la caja de Pandora<br />

Las disposiciones relativas a los delitos son <strong>en</strong> realidad muy concisas; la mayor<br />

parte del tratado se refiere al derecho procesal y la cooperación internacional. El<br />

proceso judicial exitoso exigía nuevas técnicas para recoger evid<strong>en</strong>cias, asegurar


su integridad y compartirlas a escala internacional. Las órd<strong>en</strong>es expeditas de<br />

preservación de los datos, las garantías electrónicas, la captura de datos <strong>en</strong><br />

tiempo real y la ret<strong>en</strong>ción de los datos del tráfico traían consigo una intrusión <strong>en</strong><br />

las libertades civiles. El aum<strong>en</strong>to de la dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de los tratados mutuos de<br />

asist<strong>en</strong>cia legal, incluso <strong>en</strong> los casos <strong>en</strong> que no existía un doble carácter delictivo,<br />

destapó una Caja de Pandora de cargos criminales pot<strong>en</strong>ciales que yacían <strong>en</strong> los<br />

regím<strong>en</strong>es de todo el mundo. Aunque el Tratado sobre Delito Informático ha<br />

<strong>en</strong>unciado claram<strong>en</strong>te los problemas inher<strong>en</strong>tes a la investigación internacional<br />

del delito, no ha abordado los métodos para mant<strong>en</strong>er la privacidad y los<br />

derechos humanos.<br />

Al principio hubo una gran confusión. El delito informático se aplicaba a nuevos<br />

tipos de criminalidad, tales como la pornografía cibernética o la distribución de<br />

imág<strong>en</strong>es pornográficas que violaban algunas (pero no todas) leyes de los países<br />

con respecto a la pornografía inaceptable o al material utilizado para explotar. El<br />

hecho de que Internet no t<strong>en</strong>ga fronteras, facilitó a las personas la distribución de<br />

materiales a escala internacional, <strong>en</strong> ocasiones sin dejar rastros sobre su autor.<br />

Una nueva forma de delito fue también la p<strong>en</strong>etración ilegal <strong>en</strong> los sistemas<br />

computarizados o “piratería informática”, que <strong>en</strong> muchos países aún no constituía<br />

un delito p<strong>en</strong>al. Uno de los propósitos del Tratado sobre Delito Informático fue<br />

establecer y acordar las disposiciones que debían aparecer <strong>en</strong> las legislaciones<br />

de los signatarios con el objetivo de luchar contra la nueva actividad delictiva con<br />

más coordinación. Otro tema fueron los <strong>juego</strong>s de azar <strong>en</strong> línea; estaban<br />

surgi<strong>en</strong>do pistas de carreras virtuales <strong>en</strong> Internet, y a pesar de que los países<br />

variaron considerablem<strong>en</strong>te su <strong>en</strong>foque con respecto a los <strong>juego</strong>s de azar,<br />

muchos países desarrollados contaban con las ganancias prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de estos<br />

<strong>juego</strong>s para los presupuestos del gobierno o las economías basadas <strong>en</strong> el<br />

turismo; para ellos, el surgimi<strong>en</strong>to de competidores virtuales que operaban desde<br />

paraísos fiscales constituyó una gran preocupación.<br />

Ret<strong>en</strong>ción de datos, criptografía: dos temas fundam<strong>en</strong>tales de la seguridad<br />

que están <strong>en</strong> peligro<br />

Antes de que se pres<strong>en</strong>tara a la opinión pública el Tratado sobre Delito<br />

Informático, los libertarios civiles del mundo estaban ocupados <strong>en</strong> combatir<br />

difer<strong>en</strong>tes cambios domésticos destinados a introducir la ret<strong>en</strong>ción obligatoria de<br />

datos o el almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de los ficheros de registros de las telecomunicaciones<br />

y del tráfico <strong>en</strong> Internet con el propósito de investigar el delito. La ret<strong>en</strong>ción de<br />

datos se consideraba parte de un paquete de controles, que el FBI había<br />

introducido por primera vez alrededor del año nov<strong>en</strong>ta y dos, necesario para<br />

combatir el delito <strong>en</strong> la “autopista de la información” como lo d<strong>en</strong>ominamos <strong>en</strong> los<br />

primeros años de Internet. Durante los años nov<strong>en</strong>ta, los activistas de Internet, los<br />

expertos técnicos y las empresas privadas lograron aunarse <strong>en</strong> la lucha contra la<br />

imposición de controles sobre la criptografía, incluy<strong>en</strong>do los proyectos de<br />

depósitos de clave, <strong>en</strong> los que el gobierno conservaría una copia de todas las<br />

claves criptográficas con el objetivo de investigar con mayor facilidad la actividad<br />

y la evid<strong>en</strong>cia delictiva. El más famoso de estos fue el “Clipper chip”<br />

estadounid<strong>en</strong>se, un proyecto que no solo proponía que el gobierno controlara las<br />

claves de codificación, sino que desarrolló un algoritmo cerrado o propietario que<br />

ningún experto t<strong>en</strong>ía la autorización de analizar ni de evaluar. La seguridad es una<br />

carrera armam<strong>en</strong>tista, <strong>en</strong> la que los algoritmos y los controles de seguridad<br />

necesarios para su exitosa puesta <strong>en</strong> funcionami<strong>en</strong>to son atacados tan pronto se


pres<strong>en</strong>tan, de modo que los únicas medidas de seguridad <strong>en</strong> que confían los<br />

expertos son los sistemas que han sido expuestos a ataques y han sobrevivido la<br />

prueba. Originalm<strong>en</strong>te, la criptografía era dominio de los expertos militares y de<br />

seguridad nacional, pero cada vez más los civiles fueron estudiándola y pasó a<br />

ser de uso público.<br />

En 1991, Phil Zimmerman, pacifista y experto <strong>en</strong> criptografía, pres<strong>en</strong>tó <strong>en</strong><br />

“Us<strong>en</strong>et” un programa criptográfico d<strong>en</strong>ominado Pretty Good Privacy o PGP, con<br />

lo que hizo que pot<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te estuviera disponible <strong>en</strong> los países donde los<br />

Estados Unidos se negaban a exportar la criptografía fuerte. El gobierno de los<br />

Estados Unidos inició una investigación del Gran Jurado que duró tres años,<br />

hasta que se retiró sin cargos criminales <strong>en</strong> <strong>en</strong>ero de 1996. Phil se convirtió <strong>en</strong> un<br />

héroe <strong>en</strong> la comunidad “Net”, puesto que había contribuido a que los disid<strong>en</strong>tes<br />

políticos <strong>en</strong> países como Letonia codificaran sus comunicaciones y evitaran la<br />

vigilancia del Estado, pero durante un período de tres años <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tó una posible<br />

cond<strong>en</strong>a por la exportación de criptografía.<br />

Este <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la exportación de criptografía continuó durante varios<br />

años, ya que era una clásica situación <strong>en</strong> la que nadie gana: Si bi<strong>en</strong> era cierto<br />

que, por ejemplo, un delito cometido por personal administrativo podía ser<br />

<strong>en</strong>cubierto completam<strong>en</strong>te por una persona que utilizara una criptografía<br />

indescifrable y fuerte, también era cierto que una compañía necesitaba protegerse<br />

del espionaje industrial y de la manipulación indebida delictiva con sus propios<br />

registros mediante el uso de la misma criptografía fuerte. Al final, el “Clipper chip”<br />

dejó de ser utilizado, y Estados Unidos y los países miembros del G8 suavizaron<br />

sus controles sobre la criptografía, casi al mismo tiempo <strong>en</strong> que surgía el Tratado<br />

sobre Delito Informático. No obstante, durante este tiempo el clima <strong>en</strong>tre los<br />

activistas de Internet y los expertos estaba contaminado por la desconfianza,<br />

debido a las acciones de los gobiernos que int<strong>en</strong>taban bloquear la privacidad y la<br />

codificación <strong>en</strong> la red. Se había iniciado una importante lucha por el poder <strong>en</strong>tre el<br />

Estado, que deseaba leer todo lo que se transmitiera por las redes de<br />

telecomunicaciones, especialm<strong>en</strong>te Internet, y los individuos (repres<strong>en</strong>tados por<br />

los grupos de libertades civiles), que no consideraban que el gobierno realm<strong>en</strong>te<br />

los estuviera protegi<strong>en</strong>do, sino que por el contrario tomaba el poder al comi<strong>en</strong>zo<br />

de la nueva era de la información y creaba sistemas de vigilancia que proliferarían<br />

y am<strong>en</strong>azarían nuestras libertades.<br />

El delito informático no es virtual<br />

Entonces, ¿qué es el delito informático? Primero, ¿qué es el ciberespacio? El<br />

término lo acuño el escritor de ci<strong>en</strong>cia ficción William Gibson <strong>en</strong> el año 1982 y fue<br />

aplicado a Internet por Howard Rheingold, de modo que se ext<strong>en</strong>dió como<br />

d<strong>en</strong>ominación para esta nueva infraestructura de comunicaciones. Pero a veces<br />

olvidamos que <strong>en</strong> realidad no existe. Lo que existe es una red y muchos<br />

servidores y equipos. Las comunicaciones por Internet parec<strong>en</strong> ser efímeras y<br />

que se evaporan y lo que funciona <strong>en</strong> las m<strong>en</strong>tes de las personas es la gestalt.<br />

Quizás sea por la fragilidad de la relación propia del individuo promedio con su<br />

computadora y los programas de correo electrónico. ¿Quién no ha perdido un<br />

docum<strong>en</strong>to al olvidar guardarlo o ha desaparecido su ag<strong>en</strong>da o su correo<br />

electrónico? De hecho, un bu<strong>en</strong> investigador con herrami<strong>en</strong>tas for<strong>en</strong>ses puede<br />

<strong>en</strong>contrar y resucitar prácticam<strong>en</strong>te todo, porque a difer<strong>en</strong>cia del mundo<br />

analógico, el mundo digital deja tras de sí la información de cada bit y de cada<br />

byte que se <strong>en</strong>vía. Dichas herrami<strong>en</strong>tas y habilidades no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran


disponibles para el consumidor promedio, por lo que parece apropiado el<br />

concepto de ciberespacio, un tipo de hiperespacio mágico a partir del cual los<br />

datos <strong>en</strong>tran y sal<strong>en</strong>.<br />

Cuando se iniciaron los primeros esfuerzos para la elaboración del Tratado sobre<br />

Delito Informático, la mayoría de las ag<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>cargadas de la aplicación de la<br />

ley estaba retrasada desde el punto de vista tecnológico. No sabían cómo<br />

investigar, cómo buscar evid<strong>en</strong>cias informáticas sin contaminarlas, cómo<br />

conservar los datos para que <strong>en</strong> caso de que el propietario hubiese <strong>en</strong>viado un<br />

programa asesino poder destruirlo, cómo rastrear a los autores de un m<strong>en</strong>saje,<br />

particularm<strong>en</strong>te cuando están codificados o se utilizan fu<strong>en</strong>tes anónimas. Estos<br />

no son problemas triviales, y parte del trabajo inicial de las ag<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>cargadas<br />

de aplicar la ley estuvo dirigido a desacelerar el proceso y prestar at<strong>en</strong>ción a sus<br />

propias necesidades de recursos para atacar un nuevo problema. Debido a que<br />

g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te es más fácil obt<strong>en</strong>er nuevos recursos para luchar contra un<br />

problema nuevo que mejorar los recursos antiguos, no resulta sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que<br />

se acuñaran nuevos términos. Sin embargo, no está claro que el término “delito<br />

informático” sea un término útil y puede ser totalm<strong>en</strong>te malinterpretado. El delito<br />

ocurre <strong>en</strong> el mundo real y por lo g<strong>en</strong>eral involucra a personas y dinero reales. Es<br />

importante c<strong>en</strong>trarse más <strong>en</strong> ese aspecto del problema que <strong>en</strong> otros aspectos<br />

más efímeros sobre cómo se <strong>en</strong>vían las comunicaciones.<br />

Exist<strong>en</strong> tres aspectos del “delito informático”<br />

Existe el nuevo delito de p<strong>en</strong>etración del código, invasión o espionaje d<strong>en</strong>tro de<br />

los sistemas informáticos de otras personas u organizaciones. Las opiniones<br />

diferían <strong>en</strong> cuanto a si el hecho de solo mirar constituía un delito, especialm<strong>en</strong>te<br />

debido a que los primeros hackers [2] detectaban a m<strong>en</strong>udo fisuras <strong>en</strong> la<br />

seguridad y se consideraban ciudadanos honestos al informarlas. Naturalm<strong>en</strong>te,<br />

p<strong>en</strong>etrar un sistema con int<strong>en</strong>ciones delictivas es otra cosa.<br />

En segundo lugar, exist<strong>en</strong> situaciones <strong>en</strong> las que el delito es viejo, pero el sistema<br />

es nuevo, como es el caso de las estafas fraudul<strong>en</strong>tas por Internet. El fraude<br />

comercial ha existido durante miles de años, las estafas telefónicas han existido<br />

durante décadas y ahora t<strong>en</strong>emos las estafas por Internet. Esto también es válido<br />

para la pornografía y el fraude al derecho de autor.<br />

El tercer elem<strong>en</strong>to es el referido a la investigación, donde la computadora sirve<br />

como depósito de evid<strong>en</strong>cias, necesarias para el procesami<strong>en</strong>to judicial exitoso<br />

de cualquier delito que se cometa. Lo que solía archivarse <strong>en</strong> expedi<strong>en</strong>tes de<br />

papel, prácticam<strong>en</strong>te ya no se archiva de otra forma que no sea la digital y puede<br />

ser destruido y decodificado a distancia.<br />

Un perro de caza con un bu<strong>en</strong> olfato da la impresión de habitar <strong>en</strong> un universo<br />

paralelo... puede vivir con nosotros y caminar por la misma calle, pero<br />

experim<strong>en</strong>ta algo totalm<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>te a lo que experim<strong>en</strong>ta el ser humano, un<br />

mundo rico <strong>en</strong> información a escala química. En la actualidad, el hombre ha<br />

construido un mundo donde los chips de silicio g<strong>en</strong>eran información nueva, la<br />

<strong>en</strong>vían alrededor del mundo <strong>en</strong> secu<strong>en</strong>cias digitales electrónicas y no somos<br />

capaces de detectarlas sin la ayuda de las computadoras. No obstante, este<br />

mundo digital paralelo existe y los bits digitales constituy<strong>en</strong> un nuevo tipo de<br />

evid<strong>en</strong>cia. Los bits digitales también constituy<strong>en</strong> un nuevo tipo de riesgo para el<br />

individuo, porque el que sepa cómo falsificar la evid<strong>en</strong>cia digital puede crear una<br />

nueva persona digital. Este es un cuarto tipo de delito, es más sutil que el resto y


más conocido cuando se pres<strong>en</strong>ta como ladrón de id<strong>en</strong>tidad. Si esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />

persiste, el término delito informático podría ser útil para describir el delito contra<br />

la persona digital.<br />

La persona digital<br />

¿Qué es la persona digital? ¿Es este un término útil? La expresión se ha utilizado,<br />

al m<strong>en</strong>os durante la última década, para describir la impresión que una persona<br />

deja <strong>en</strong> Internet. El Dr. Roger Clarke la describió bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> el resum<strong>en</strong> de uno de los<br />

primeros artículos sobre el tema [3]<br />

La persona digital es un modelo de individuo creado mediante la recopilación,<br />

almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to y análisis de los datos sobre dicha persona. Es un concepto muy<br />

útil e incluso necesario para compr<strong>en</strong>der el comportami<strong>en</strong>to del nuevo mundo <strong>en</strong><br />

red. Este artículo introduce la idea, investiga sus oríg<strong>en</strong>es y proporciona ejemplos<br />

de su aplicación. Se sugiere que mediante el uso de la idea será posible o se<br />

mejorará una compr<strong>en</strong>sión de muchos de los aspectos del comportami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la<br />

red.<br />

La persona digital es también un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o pot<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te am<strong>en</strong>azante,<br />

degradante y quizás socialm<strong>en</strong>te peligroso. Un área cuyos aspectos más<br />

am<strong>en</strong>azadores que requier<strong>en</strong> consideración radican <strong>en</strong> la vigilancia de datos, el<br />

monitoreo de personas a través de sus datos. La vigilancia de datos es un medio<br />

económicam<strong>en</strong>te eficaz para ejercer control sobre el comportami<strong>en</strong>to de los<br />

individuos y las sociedades. Se analiza el modo <strong>en</strong> el cual la persona digital<br />

contribuye a una compresión de técnicas particulares de vigilancia de datos tales<br />

como la comparación y la caracterización por computadora y se esbozan los<br />

riegos inher<strong>en</strong>tes al monitoreo de la persona digital.<br />

Actualm<strong>en</strong>te hemos recorrido una distancia preocupante <strong>en</strong> el camino que señaló<br />

<strong>en</strong> su artículo, hace once años. Clarke id<strong>en</strong>tifica a la persona digital como un<br />

modelo, útil para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la sombra que proyectamos <strong>en</strong> el mundo digital del<br />

ciberespacio y distinguir <strong>en</strong>tre las personas pasivas, activas y autónomas. Lo<br />

define como:<br />

La persona digital es un modelo de la personalidad pública de un individuo,<br />

basado <strong>en</strong> los datos y mant<strong>en</strong>ido por las transacciones y que ha sido<br />

concebido para ser utilizado <strong>en</strong> repres<strong>en</strong>tación del individuo.<br />

Útiles como modelo para id<strong>en</strong>tificar a los individuos con el fin de dirigirse a ellos<br />

(por ejemplo, las direcciones de correo electrónico) o id<strong>en</strong>tificarlos como personas<br />

con permisos para realizar una función (pagar cu<strong>en</strong>tas <strong>en</strong> línea, planificar viajes),<br />

los bits pronto desarrollan un conjunto de hábitos y una personalidad que son tan<br />

reales como el ser humano que está detrás de ellos. Actualm<strong>en</strong>te, los gobiernos y<br />

los negocios se basan <strong>en</strong> ellos para “conocer a sus cli<strong>en</strong>tes” y se confía más <strong>en</strong><br />

las pruebas electrónicas y la persona digital que <strong>en</strong> los propios individuos. Sin<br />

embargo, las fragilidades <strong>en</strong> la seguridad demuestran <strong>en</strong> nuestros días cuán<br />

desacertada puede estar esa confianza. Los ataques de “Phishing” [4] y<br />

“Pharming” o la suplantación ilegal de correos electrónicos o páginas Web<br />

seduc<strong>en</strong> a las personas para que d<strong>en</strong> información personal por Internet, y los<br />

actores fraudul<strong>en</strong>tos luego utilizan esos datos para conv<strong>en</strong>cer a comerciantes, al<br />

gobierno o al banco de que son la persona real. En el <strong>en</strong>torno actual es aún más<br />

complejo, los ladrones colocan amalgamas de datos para crear personas ficticias<br />

pero probables.


En el mundo del ciberespacio, podría existir cualquier número de estos modelos<br />

que actúan, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te (pero no siempre), con fines delictivos. Ag<strong>en</strong>tes del<br />

ord<strong>en</strong> se pres<strong>en</strong>tan como niños <strong>en</strong> las salas de charla para atraer a posibles<br />

violadores de niños con el fin de ponerlos bajo arresto. Misteriosos compradores<br />

comprueban los servicios de at<strong>en</strong>ción al cli<strong>en</strong>te. Los adultos <strong>en</strong> todo el mundo<br />

crean una persona <strong>en</strong> los sitios de citas por Internet, para esconder su verdadera<br />

id<strong>en</strong>tidad hasta que hayan alcanzado un nivel de confianza con las personas<br />

desconocidas con las que conversan.<br />

A medida que avanzamos hacia un mundo donde la vigilancia digital de los seres<br />

humanos crece expon<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te, debemos preguntarnos hacia dónde vamos.<br />

Pronto los chips de id<strong>en</strong>tificación por frecu<strong>en</strong>cia de radio <strong>en</strong> las ropas que usamos<br />

y los carnés de id<strong>en</strong>tidad que llevamos se comunicarán con el medio donde<br />

vivimos y transmisores incorporados seguirán nuestros movimi<strong>en</strong>tos. Si algui<strong>en</strong><br />

falsifica correctam<strong>en</strong>te esas huellas, un ser humano real podría <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarse <strong>en</strong> la<br />

corte a una persona digital, muy bi<strong>en</strong> fabricada fuera del control del individuo <strong>en</strong><br />

cuestión. Los int<strong>en</strong>tos para relacionar esas huellas con el individuo mediante el<br />

uso de la biometría pued<strong>en</strong> resolver el problema, o <strong>en</strong> realidad pudieran<br />

empeorarlo. Los expertos <strong>en</strong> libertades civiles se preocupan acerca de la<br />

intromisión de los lectores biométricos <strong>en</strong> nuestras vidas cotidianas, al afirmar que<br />

no son confiables y produc<strong>en</strong> demasiados positivos falsos y negativos falsos. Un<br />

exitoso experim<strong>en</strong>to reci<strong>en</strong>te para <strong>en</strong>gañar a los lectores de huellas digitales<br />

mediante el levantami<strong>en</strong>to de estas y su aplicación a dedos falsos moldeados con<br />

gelatina, como los ositos de goma, ha confirmado estas sospechas, pero ha<br />

hecho poco por disminuir la introducción de sistemas [5].<br />

En su artículo sobre la persona digital, Roger Clarke señaló el modelo jungiano<br />

del individuo, con el alma virada hacia ad<strong>en</strong>tro para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar el inconsci<strong>en</strong>te y la<br />

persona <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tando al mundo. A medida que la persona digital crece <strong>en</strong><br />

importancia social y económica, atrae la at<strong>en</strong>ción de los delincu<strong>en</strong>tes. ¿Qué<br />

ocurre con el alma al <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar una carrera armam<strong>en</strong>tista digital para controlar a la<br />

propia persona individual, <strong>en</strong> lugar de dejarla <strong>en</strong> manos del mercado o de los<br />

delincu<strong>en</strong>tes? Si <strong>en</strong> realidad el individuo se ve obligado a distanciarse de su<br />

persona, solo para hacer fr<strong>en</strong>te a las perspectivas de la constante vigilancia y<br />

am<strong>en</strong>aza que ahora estamos soportando, esto no es bu<strong>en</strong> augurio para nuestra<br />

sanidad colectiva.


Derechos de la comunicación<br />

Alan Alegre<br />

Sean O’Siochru<br />

Los derechos referidos a la comunicación han sido es<strong>en</strong>ciales para el concepto de<br />

los derechos humanos universales surgido a mediados del siglo XX, y para su<br />

consolidación <strong>en</strong> la Carta de las Naciones Unidas y <strong>en</strong> la Declaración Universal<br />

de los Derechos Humanos (DUDH). Pero de manera g<strong>en</strong>eral se acredita a Jean<br />

d’Arcy el haber sido el primero <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tar explícitam<strong>en</strong>te argum<strong>en</strong>tos a favor de<br />

un “derecho a comunicar”. En 1969, mi<strong>en</strong>tras ocupaba el cargo de Director de los<br />

Servicios Radiales y Visuales <strong>en</strong> la Oficina de Información Pública de las<br />

Naciones Unidas, escribió:<br />

“Llegará el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que las (DUDH) t<strong>en</strong>drán que incluir un derecho<br />

más amplio que el derecho humano a la información, planteado por<br />

primera vez hace 21 años <strong>en</strong> el Artículo 19. Se trata del derecho humano a<br />

comunicar. Este es el punto de vista desde el que t<strong>en</strong>drá que verse el<br />

desarrollo futuro de las comunicaciones si se desea <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derlo<br />

completam<strong>en</strong>te”. [2]<br />

Plataformas intergubernam<strong>en</strong>tales:<br />

NOMIC, UNESCO y Comisión MacBride<br />

Poco después, el tema fue catapultado a los primeros planos geopolíticos. Pronto<br />

la idea de un “derecho a comunicar” se convirtió <strong>en</strong> el tema fundam<strong>en</strong>tal de un<br />

debate diplomático internacional que duró varios años - el debate sobre lo que se<br />

dio <strong>en</strong> llamar Nuevo Ord<strong>en</strong> Mundial de la Información y la Comunicación<br />

(NOMIC).<br />

Desde la perspectiva del papel emerg<strong>en</strong>te de los medios y la comunicación,<br />

muchos países com<strong>en</strong>zaron a preocuparse seriam<strong>en</strong>te por el impacto que<br />

t<strong>en</strong>drían <strong>en</strong> la id<strong>en</strong>tidad nacional, la integridad cultural y la soberanía política y<br />

económica. El NOMIC, liderado por el Movimi<strong>en</strong>to de Países No Alineados<br />

(NOAL) de la ONU, se c<strong>en</strong>tró <strong>en</strong>:<br />

la doctrina de la libre circulación de la información, que reforzaba el dominio de<br />

los medios y del cont<strong>en</strong>ido de noticias occid<strong>en</strong>tales;<br />

la creci<strong>en</strong>te conc<strong>en</strong>tración de los medios y de la industria de la comunicación, lo<br />

que se traduce <strong>en</strong> una mayor posesión extranjera de los medios <strong>en</strong> los países<br />

más pequeños y más pobres;


la forma <strong>en</strong> que la creci<strong>en</strong>te importancia de las tecnologías controladas por<br />

Occid<strong>en</strong>te para la producción y difusión de los medios era difícil de seguir por<br />

los demás.<br />

Como único organismo de las Naciones Unidas equipado para debatir de manera<br />

coher<strong>en</strong>te la gama de temas surgidos, la batalla se llevaría a cabo sobre todo <strong>en</strong><br />

la UNESCO, donde permanecería durante una década. A partir de 1973, el NOAL<br />

desarrolló un plan mucho más sofisticado para un Nuevo Ord<strong>en</strong> Mundial de la<br />

Información. En la Asamblea G<strong>en</strong>eral de la UNESCO del año 1976, se puso <strong>en</strong><br />

evid<strong>en</strong>cia el gran vacío exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre los países miembros del NOAL y los<br />

países occid<strong>en</strong>tales (EE.UU., Reino Unido y otros). Solo pudo evitarse un<br />

<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to mediante la creación de una Comisión Internacional para el<br />

Estudio de los Problemas de la Comunicación, conocida como la Comisión<br />

MacBride debido al nombre de su presid<strong>en</strong>te, Seán MacBride.<br />

El informe de la Comisión de MacBride a la Asamblea G<strong>en</strong>eral del año 1980,<br />

Muchas voces <strong>en</strong> un solo mundo, llevaba la marca distintiva de un proceso<br />

político polémico, pues eludía muchos temas y cont<strong>en</strong>ía numerosas advert<strong>en</strong>cias;<br />

pero era abarcador (con una notable debilidad <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te al tema del género)<br />

y vasto, e hizo recom<strong>en</strong>daciones concretas, <strong>en</strong>tre las que se incluye:<br />

“Las necesidades de comunicación <strong>en</strong> una sociedad democrática se deb<strong>en</strong><br />

resolver mediante la ext<strong>en</strong>sión de derechos específicos tales como el derecho a<br />

estar informado, el derecho a informar, el derecho a la privacidad, el derecho a<br />

participar <strong>en</strong> la comunicación pública - todos ellos son elem<strong>en</strong>tos de un nuevo<br />

concepto, el derecho a comunicar. En el desarrollo de lo que pudiera llamarse una<br />

nueva era de los derechos sociales, sugerimos que se investigu<strong>en</strong> más a fondo<br />

todas las implicaciones del derecho a comunicar.” [3]<br />

Por primera vez, el NOMIC t<strong>en</strong>ía un marco g<strong>en</strong>eral, una justificación detallada, un<br />

sistema de propuestas y un concepto unificador - el “derecho a comunicar”.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, los resultados de la Comisión fueron aprobados - un mom<strong>en</strong>to<br />

definitorio para el NOMIC, pero que duró poco. El acuerdo era muy débil; <strong>en</strong> lugar<br />

de unir a ambas partes, el proceso simplem<strong>en</strong>te puso al descubierto el vacío<br />

exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre ellas y un atrincherami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> sus posiciones, especialm<strong>en</strong>te de<br />

los gobiernos occid<strong>en</strong>tales <strong>en</strong>vueltos <strong>en</strong> la geopolítica de la guerra fría.<br />

EE.UU. lideró una “contraof<strong>en</strong>siva” <strong>en</strong> la UNESCO, contando con un fuerte apoyo<br />

de la industria privada de los medios y de los grupos de presión. Su principal<br />

argum<strong>en</strong>to era que los países m<strong>en</strong>os desarrollados trataban de imponer el control<br />

gubernam<strong>en</strong>tal sobre los medios y suprimir la libertad de la pr<strong>en</strong>sa - a pesar del<br />

hecho de que la libertad de pr<strong>en</strong>sa fue muy apoyada <strong>en</strong> todo mom<strong>en</strong>to por el<br />

NOMIC. A la larga, Estados Unidos (<strong>en</strong> 1984) y el Reino Unido (<strong>en</strong> 1985) se<br />

retiraron de la UNESCO, <strong>en</strong> parte debido al NOMIC.<br />

Mi<strong>en</strong>tras surgía una nueva “sociedad de la información” politizada, el NOMIC <strong>en</strong><br />

su forma original había declinado. Trató de permanecer <strong>en</strong> el programa de la<br />

UNESCO, aunque con poca acción, hasta 1987. Su fin oficial tuvo lugar <strong>en</strong> 1989,<br />

con la adopción de la “Nueva Estrategia de la Comunicación”, bajo el mandato del<br />

de Federico Mayor como Director G<strong>en</strong>eral de la UNESCO. No obstante, los<br />

argum<strong>en</strong>tos que dieron orig<strong>en</strong> al movimi<strong>en</strong>to del NOMIC siguieron existi<strong>en</strong>do e<br />

incluso <strong>en</strong> algunos casos llegaron a ser más agudos. Los argum<strong>en</strong>tos continuaron<br />

emergi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> nuevos llamados - esta vez fuera de los gobiernos - a los<br />

“derechos a la comunicación”.


Después del NOMIC: Participación de la sociedad civil<br />

Para muchos, la principal lección del NOMIC fue que la forma de seguir adelante<br />

t<strong>en</strong>dría que ser a través de la democratización de los medios y de la<br />

comunicación, y no mediante esfuerzos dirigidos por el Estado o la industria para<br />

crear nuevos órd<strong>en</strong>es internacionales. En la práctica, era necesario realizar un<br />

cambio significativo hacia la sociedad civil, que hasta ese mom<strong>en</strong>to había sido<br />

excluida <strong>en</strong> su mayor parte. Los que habían estado participando -principalm<strong>en</strong>te<br />

organizaciones periodísticas y <strong>en</strong> algunos casos académicas - continuaron el<br />

debate bajo el contexto de la Mesa redonda MacBride, que se reunió anualm<strong>en</strong>te<br />

de 1989 a 1999, e incorporó a la discusión a nuevos miembros de la sociedad<br />

civil.<br />

Un número creci<strong>en</strong>te de ONG, algunas completam<strong>en</strong>te indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de los<br />

debates anteriores y <strong>en</strong> su mayoría aj<strong>en</strong>as a ellos (y a m<strong>en</strong>udo sin conocerse<br />

<strong>en</strong>tre sí), también com<strong>en</strong>zaron a cuestionar las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias de los medios, el<br />

conocimi<strong>en</strong>to y la comunicación. Entre esas organizaciones se incluían<br />

asociaciones de medios comunitarios, organizaciones religiosas, sindicatos<br />

internacionales, ONG emerg<strong>en</strong>tes de Internet y grupos de def<strong>en</strong>sa surgidos para<br />

abordar diversos temas (por ejemplo, el acceso a los medios, la ayuda a los<br />

medios indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, la participación <strong>en</strong> las políticas reguladoras de los<br />

medios, la conc<strong>en</strong>tración de la propiedad de los medios, la c<strong>en</strong>sura comercial, la<br />

vigilancia de Internet, el exceso de derechos de autor y de pat<strong>en</strong>tes). Estos<br />

aspectos fueron colocados junto a preocupaciones más tradicionales como la<br />

c<strong>en</strong>sura y los controles gubernam<strong>en</strong>tales. La importancia cada vez mayor de las<br />

tecnologías digitales y la aparición de Internet constituyeron también nuevos<br />

argum<strong>en</strong>tos para la democratización, pues las contradicciones sociales exist<strong>en</strong>tes<br />

se manifestaron <strong>en</strong> las llamadas “divisiones digitales”. Se abrieron nuevos<br />

esc<strong>en</strong>arios <strong>en</strong> los que podrían converger las reivindicaciones tradicionales y las<br />

emerg<strong>en</strong>tes.<br />

Debido a que era su punto fuerte, la sociedad civil dejó que su práctica sobre el<br />

terr<strong>en</strong>o y las def<strong>en</strong>sas <strong>en</strong> los esc<strong>en</strong>arios nacionales y regionales dictaran el<br />

discurso, aunque, <strong>en</strong> ese <strong>en</strong>tonces, las iniciativas no se consideraron trabajo de<br />

los “derechos a la comunicación”. Sin embargo, si se escribiera una historia del<br />

movimi<strong>en</strong>to de derechos a la comunicación “desde sus inicios”, probablem<strong>en</strong>te<br />

incluiría varias formas de activismo: el movimi<strong>en</strong>to de telec<strong>en</strong>tros, las<br />

comunidades de programas libre de código abierto (FLOSS), los c<strong>en</strong>tros<br />

mediáticos indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, las organizaciones de género <strong>en</strong> las comunicaciones,<br />

los que abogan por que los cont<strong>en</strong>idos locales se escriban <strong>en</strong> la l<strong>en</strong>gua local, los<br />

proveedores de servicios de Internet (ISP) no lucrativos - todos ellos fortalecidos<br />

por las nuevas herrami<strong>en</strong>tas y tecnologías de trabajo <strong>en</strong> red. Estas formaciones -<br />

apoyadas por instituciones donantes y académicos favorables - se desarrollaron<br />

de manera indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te y agudizaron las críticas a las nuevas jerarquías de la<br />

información y la comunicación.<br />

Durante los años nov<strong>en</strong>ta, se crearon varias coaliciones y se empr<strong>en</strong>dieron<br />

iniciativas para abordar la situación más amplia implícita <strong>en</strong> muchos de estos<br />

aspectos; <strong>en</strong>tre esas iniciativas se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran la Carta de la Comunicación de las<br />

Personas y la Plataforma para la Democratización de las Comunicaciones. Se<br />

efectuaron muchas confer<strong>en</strong>cias y reuniones g<strong>en</strong>erales para aunar criterios e<br />

intercambiar ideas a escala internacional.


Poco a poco fue surgi<strong>en</strong>do una nueva comunidad de usuarios basada <strong>en</strong> la<br />

sociedad civil, pero ahora desde una perspectiva difer<strong>en</strong>te y que se b<strong>en</strong>eficiaba<br />

gradualm<strong>en</strong>te de la experi<strong>en</strong>cia histórica y de la práctica sobre el terr<strong>en</strong>o [4].<br />

Muchos de sus miembros se unieron <strong>en</strong> octubre de 2001 <strong>en</strong> la Campaña por los<br />

Derechos de la Comunicación <strong>en</strong> la Sociedad de la Información (Campaña CRIS)<br />

[5], <strong>en</strong> los inicios de otro lugar de debate mundial sobre la gobernanza - la<br />

Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI).<br />

El “derecho a comunicar” y los “derechos de la comunicación”<br />

Los términos “derecho a comunicar” y “derechos a la comunicación” no son<br />

sinónimos, y su historia, su principio y sus tácticas están vinculados a su uso por<br />

parte de difer<strong>en</strong>tes grupos.<br />

Como hemos visto, el término “derecho a comunicar” se asoció a una (mala)<br />

interpretación del NOMIC promovida por sus opositores. Aún <strong>en</strong> la actualidad, <strong>en</strong><br />

el contexto de la CMSI, exist<strong>en</strong> algunos que plantean que los int<strong>en</strong>tos de<br />

promover un “derecho a comunicar” son simplem<strong>en</strong>te esfuerzos <strong>en</strong>cubiertos para<br />

restablecer el NOMIC [6]. A estos opositores les resulta más difícil criticar la idea<br />

de los “derechos a la comunicación” que la del “derecho a comunicar”, puesto que<br />

ha dejado detrás las connotaciones del NOMIC.<br />

En la esfera política también se ha convocado a la creación de un nuevo derecho<br />

conforme al derecho internacional. Este derecho se basaría <strong>en</strong> el actual marco<br />

jurídico internacional, al establecer el “derecho de comunicar” como un derecho<br />

inequívoco de todas las personas. Esta posición reconoce claram<strong>en</strong>te que<br />

muchos de los actuales derechos humanos son compon<strong>en</strong>tes es<strong>en</strong>ciales de este<br />

derecho, pero que un “derecho a comunicar” explícito lo reforzaría tanto desde el<br />

punto de vista conceptual como real. Sin embargo, no se han expuesto<br />

completam<strong>en</strong>te las especificidades de este derecho, su formulación exacta, la<br />

forma legal <strong>en</strong> que sería incorporado, etcétera.<br />

Por otra parte, el término “derechos a la comunicación”, <strong>en</strong> plural, se refiere<br />

implícitam<strong>en</strong>te a los actuales derechos relacionados con la comunicación. El<br />

énfasis cambia ligeram<strong>en</strong>te hacia la aplicación <strong>en</strong> la práctica de los actuales<br />

derechos a la comunicación, no hacia el establecimi<strong>en</strong>to de un nuevo conv<strong>en</strong>io<br />

internacional.<br />

El llamado a la materialización de los derechos a la comunicación, y la<br />

reafirmación de que todos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> - o deb<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er - un derecho a comunicar, son<br />

totalm<strong>en</strong>te complem<strong>en</strong>tarios. El “derecho a comunicar” se debe utilizar como<br />

llamado informal de convocatoria para la def<strong>en</strong>sa, aunque también puede<br />

utilizarse <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido legal formal, <strong>en</strong> el cual debe tomar su lugar junto a otros<br />

derechos fundam<strong>en</strong>tales consagrados <strong>en</strong> el derecho internacional.<br />

Los “derechos de la comunicación” se refier<strong>en</strong> inmediatam<strong>en</strong>te a un conjunto de<br />

derechos humanos exist<strong>en</strong>tes, negados a muchas personas, y cuyo significado<br />

completo puede ser observado solo cuando son t<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta juntos como un<br />

grupo correlacionado.<br />

La campaña de CRIS es la alianza internacional más articulada de la sociedad<br />

civil que pret<strong>en</strong>de promover el concepto y la práctica de los derechos a la<br />

comunicación. Pero además de esta formación, muchos otros han adoptado el<br />

término <strong>en</strong> varias plataformas.


El “derecho a comunicar” fue muy apoyado <strong>en</strong> varios puntos por influy<strong>en</strong>tes<br />

participantes durante el proceso de CMSI. El tema adquirió cierta importancia,<br />

aunque los esfuerzos por desacreditarlo y el miedo a la controversia<br />

probablem<strong>en</strong>te fueron responsables de su exclusión del texto final [7]. El<br />

Secretario G<strong>en</strong>eral de las Naciones Unidas, Kofi Annan, indicó: “millones de<br />

personas <strong>en</strong> los países más pobres continúan si<strong>en</strong>do excluidos del “derecho a<br />

comunicar”, considerado cada vez más como un derecho humano fundam<strong>en</strong>tal”<br />

[8]. La Comisión Europea señaló: “la cumbre debe reafirmar el derecho a<br />

comunicar y al acceso a la información y al conocimi<strong>en</strong>to”. [9]<br />

Otras importantes ONG, que no son miembros de la campaña de CRIS, también<br />

lo han apoyado. El Artículo 19, <strong>en</strong> su descripción del derecho a comunicar, lo<br />

describe como: “un término g<strong>en</strong>eral, que abarca un grupo de derechos<br />

relacionados exist<strong>en</strong>tes. Esto significa que cualquier elaboración del derecho a<br />

comunicar debe ocurrir <strong>en</strong> el marco de los derechos exist<strong>en</strong>tes.” [10]<br />

Derechos a la comunicación vs.libertad de expresión<br />

La “libertad de la expresión” es uno de los fundam<strong>en</strong>tos sacrosantos de todos los<br />

derechos humanos. Está cont<strong>en</strong>ida <strong>en</strong> numerosos tratados y conv<strong>en</strong>ios<br />

internacionales, y consagrada <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes formulaciones cont<strong>en</strong>idas<br />

virtualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> todas las constituciones y legislaciones nacionales. La refer<strong>en</strong>cia<br />

más citada es el Artículo 19 de la DUDH:<br />

“Todos t<strong>en</strong>emos derecho a la libertad de opinión y de expresión; este<br />

derecho incluye la libertad de opinar sin interfer<strong>en</strong>cia y de buscar, recibir y<br />

transmitir información e ideas a través de cualquier medio y sin t<strong>en</strong>er <strong>en</strong><br />

cu<strong>en</strong>ta las fronteras.”<br />

¿Es sufici<strong>en</strong>te la libertad de expresión?<br />

La pregunta a que se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan los def<strong>en</strong>sores de los derechos a la comunicación<br />

es por qué se necesita algo más que la “libertad de la expresión”. Además, si <strong>en</strong> la<br />

práctica un derecho tan fundam<strong>en</strong>tal sigue si<strong>en</strong>do negado a muchos, ¿debemos<br />

realm<strong>en</strong>te c<strong>en</strong>trar nuestras <strong>en</strong>ergías <strong>en</strong> asegurar la libertad de expresión para<br />

todos? ¿El asegurar la libertad de expresión aseguraría <strong>en</strong> efecto los derechos a<br />

la comunicación?<br />

El ideal <strong>en</strong> que se basa la legitimidad de la libertad de expresión presupone un<br />

grupo de individuos que se comunican, cada uno de ellos con un derecho igual a<br />

concebir, transmitir y recibir ideas de otros, y de ese modo a llegar a decisiones<br />

racionales para b<strong>en</strong>eficio mutuo. El problema con esto es que no vivimos como<br />

grupo de individuos con iguales derechos. Vivimos <strong>en</strong> una sociedad con grandes<br />

difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> los niveles de acceso al poder, una sociedad <strong>en</strong> la que la mayoría<br />

de la comunicación <strong>en</strong>tre las personas es muy mediada y filtrada - <strong>en</strong> la cual los<br />

medios de comunicación, los gobiernos, las corporaciones comerciales, los<br />

grupos de interés especial y muchos otros se disputan la at<strong>en</strong>ción y tratan de<br />

influir <strong>en</strong> y controlar el cont<strong>en</strong>ido y el flujo de las comunicaciones. Una insist<strong>en</strong>cia<br />

exclusiva <strong>en</strong> la libertad de expresión no dice nada con respecto al proceso por el<br />

cual son controlados los medios de expresión de la sociedad - periódicos,<br />

televisión, radio, filmes, música y material educativo - y <strong>en</strong> interés de quién<br />

operan.<br />

En este contexto, la libertad de expresión - <strong>en</strong> que las leyes impidan una<br />

interv<strong>en</strong>ción directa del Estado y defi<strong>en</strong>dan la libetad de palabra - puede hacer


muy poco para evitar el dominio de las voces más fuertes, es decir, las que ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

más posibilidades de influir <strong>en</strong> los medios de la comunicación d<strong>en</strong>tro de la<br />

sociedad, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de que se trate del gobierno, los propietarios de<br />

periódicos y los dueños de los medios, o de poderosos grupos de interés.<br />

En este ejemplo, ¿cuán real es la “libertad para recibir y transmitir la información”,<br />

si una persona ap<strong>en</strong>as puede leer o escribir, o no puede hablar la l<strong>en</strong>gua oficial<br />

del país? O, ¿cuán real es la libertad de “buscar y recibir información”, si los<br />

gobiernos y las corporaciones no están obligadas a proporcionarla? O, ¿si usted<br />

no puede darse el lujo de pagar materiales educativos o medios fundam<strong>en</strong>tales de<br />

acceso a la comunicación tales como el teléfono o (cada vez más) la Internet? ¿Si<br />

usted sabe que sus medios de comunicación están si<strong>en</strong>do espiados? Estos son<br />

síntomas del acceso desigual al poder, <strong>en</strong> un mundo <strong>en</strong> el cual la comunicación<br />

es posible cada vez más solo a través de medios y mecanismos complejos y<br />

controvertidos.<br />

Por tanto, un desafío es<strong>en</strong>cial para los def<strong>en</strong>sores de la libertad de expresión es<br />

el cambio conceptual de la idea de individuos iguales, a la de una sociedad<br />

compleja y abigarrada con una comunicación muy mediada y difer<strong>en</strong>tes<br />

estructuras de poder. Para poder <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarlo es necesario un conjunto adicional<br />

de conceptos e instrum<strong>en</strong>tos, que constituy<strong>en</strong> el núcleo del discurso de los<br />

“derechos de la comunicación”.<br />

Formulación de los “derechos a la comunicación”<br />

Los derechos a la comunicación pued<strong>en</strong> verse como una creación de las<br />

condiciones para el ejercicio completo de la libertad de expresión <strong>en</strong> una sociedad<br />

compleja y mediada, <strong>en</strong> la cual el poder y el control de los recursos están<br />

distribuidos de manera muy desigual. De hecho, la libertad de expresión forma<br />

parte del núcleo de los derechos a la comunicación. Sin embargo, la def<strong>en</strong>sa de<br />

los derechos a la comunicación va más allá <strong>en</strong> tanto crea el ambi<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el cual<br />

se puede consumar pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te la libertad de expresión a escala de la sociedad.<br />

Los derechos a la comunicación se basan <strong>en</strong> la comunicación, la realización de<br />

una interacción <strong>en</strong>tre las personas; Estos derechos que la libertad de interactuar<br />

con otras personas radica, <strong>en</strong> última instancia, <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>eración de un ciclo de<br />

comunicación, del cual puede sobrev<strong>en</strong>ir el apr<strong>en</strong>dizaje, la compr<strong>en</strong>sión y la<br />

cooperación. Una aproximación inicial al objetivo de los derechos a la<br />

comunicación es la sigui<strong>en</strong>te: asegurar la g<strong>en</strong>eración de un ciclo considerado,<br />

creativo y respetuoso de interacción <strong>en</strong>tre las personas y los grupos <strong>en</strong> la<br />

sociedad, que respalde <strong>en</strong> la práctica el derecho de todos por igual a hacer que<br />

sus ideas sean expresadas, oídas, escuchadas, t<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta y respondidas.<br />

Derechos habilitadores<br />

Los derechos a la comunicación se basan <strong>en</strong> aspectos de otros derechos<br />

humanos -derechos “colaterales” o derechos “habilitadores”- cont<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> la<br />

Declaración Internacional de Derechos y <strong>en</strong> tratados y docum<strong>en</strong>tos legales<br />

suplem<strong>en</strong>tarios. Por ejemplo:<br />

Derecho a participar <strong>en</strong> su propia cultura, y a utilizar su l<strong>en</strong>gua materna,<br />

incluy<strong>en</strong>do a las minorías étnicas, religiosas o lingüísticas;<br />

derecho a la información con respecto a la gobernanza y a temas de interés<br />

público (libertad de información);


derecho a la protección de los intereses morales y materiales de la autoría;<br />

derecho al honor y la reputación propia, y a la protección contra ataques;<br />

derecho a la privacidad;<br />

derecho a la reunión y asociación pacíficas;<br />

derecho a la educación primaria gratuita y a la introducción progresiva de la<br />

educación secundaria gratuita.<br />

Una dim<strong>en</strong>sión de cada uno de esos derechos trata sobre el proceso de<br />

comunicación <strong>en</strong> la sociedad (a todos se les podría añadir “<strong>en</strong> relación con los<br />

medios y la comunicación”). Estos derechos pudieran ser ser considerados el más<br />

alto nivel de los derechos a la comunicación. Sin embargo, se sigu<strong>en</strong><br />

especificando y <strong>en</strong> ocasiones se les añad<strong>en</strong> otras dim<strong>en</strong>siones.<br />

Por ejemplo: el derecho a utilizar medios diversos e indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes y al acceso a<br />

los medios ha sido reconocido <strong>en</strong> foros tan difer<strong>en</strong>tes como el Tribunal Europeo<br />

de Derechos Humanos, el Tribunal Supremo de Sri Lanka, el Tribunal<br />

Constitucional Federal Alemán, la UNESCO, y las Resoluciones del Consejo de la<br />

Unión Europea. (Artículo IX, 2003)<br />

La promoción de los derechos a la comunicación pret<strong>en</strong>de eliminar las barreras<br />

sociales, históricas, económicas y sicológicas de la comunicación, fom<strong>en</strong>tar un<br />

ambi<strong>en</strong>te de respecto mutuo y desarrollar las capacidades de todos <strong>en</strong><br />

comunicación e interacción.<br />

Valor agregado de los derechos a la comunicación<br />

Esta interpretación de los derechos a la comunicación ti<strong>en</strong>e varias implicaciones.<br />

En primer lugar, el conjunto de derechos a la comunicación es más que la suma<br />

de sus partes. Los derechos a la comunicación agrupan dim<strong>en</strong>siones relevantes<br />

de un conjunto de derechos habilitadores que los compon<strong>en</strong>, y pued<strong>en</strong> ser<br />

aplicados solo a través de ellos. Sin embargo, los derechos a la comunicación<br />

pued<strong>en</strong> ser considerados también como metaderechos, que dan un significado<br />

nuevo y adicional a esos derechos habilitadores.<br />

En segundo lugar, el surgimi<strong>en</strong>to de los derechos a la comunicación <strong>en</strong> la práctica<br />

es la creación de un clima de respeto y tolerancia mutuos no solo <strong>en</strong>tre los<br />

individuos que pose<strong>en</strong> esos derechos, sino también <strong>en</strong>tre diversas comunidades<br />

y culturas, grupos étnicos y nacionalidades. El llamado a los derechos a la<br />

comunicación respalda y apoya, a la vez, la idea y el valor de la diversidad.<br />

En tercer lugar, los derechos a la comunicación implican inevitablem<strong>en</strong>te<br />

procesos y dinámicas sociales. Los derechos a la comunicación, por su propia<br />

naturaleza, cuestionan el hecho de si las estructuras sociales limitan y posibilitan<br />

de manera difer<strong>en</strong>ciada la capacidad de difer<strong>en</strong>tes individuos y grupos de<br />

comunicarse con eficacia d<strong>en</strong>tro de las sociedades.<br />

El concepto de derechos de la comunicación nos obliga a hacernos partícipes de<br />

manera más exhaustiva del espíritu de la “libertad de la expresión” hacia la<br />

eliminación de las limitaciones <strong>en</strong> secciones completas de la sociedad, y a<br />

desarrollar el acceso y las capacidades de los excluidos.<br />

Derechos a la comunicación: ¿por qué ahora?<br />

¿Por qué los derechos a la comunicación como concepto son especialm<strong>en</strong>te más


importantes ahora que <strong>en</strong> el pasado? ¿Qué justifica <strong>en</strong> este mom<strong>en</strong>to un<br />

movimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>caminado a hacer cumplir y profundizar nuestros derechos a la<br />

comunicación?<br />

En las últimas décadas, la importancia de los derechos a la comunicación ha<br />

aum<strong>en</strong>tado considerablem<strong>en</strong>te, debido a un conjunto de factores y t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias <strong>en</strong><br />

la esfera de la información y las comunicaciones internacionales, <strong>en</strong>tre los que se<br />

incluy<strong>en</strong>:<br />

Dominio corporativo y conc<strong>en</strong>tración de los medios.<br />

Efectos negativos de los sistemas de los medios <strong>en</strong> sobre la(s) id<strong>en</strong>tidad(es) y<br />

la(s) cultura(s).<br />

Aparición de regím<strong>en</strong>es de “derechos de autor” y erosión del dominio público del<br />

conocimi<strong>en</strong>to mundial.<br />

Limitaciones de las iniciativas del mercado de las telecomunicaciones y las TIC.<br />

Erosión de los derechos civiles <strong>en</strong> el <strong>en</strong>torno digital, especialm<strong>en</strong>te después del<br />

11 de septiembre (por ejemplo, estructuras de vigilancia electrónica más<br />

completas y <strong>en</strong>marcadas y aplicadas internacionalm<strong>en</strong>te).<br />

Mediante el empleo del concepto de derechos a la comunicación se pued<strong>en</strong><br />

analizar y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der todos esos temas y diseñar soluciones integrales.<br />

En conjunto, estas dinámicas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> gran influ<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> cada paso del proceso de<br />

comunicación <strong>en</strong> la sociedad. Estas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias pued<strong>en</strong> dar forma<br />

fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te a los resultados de la comunicación social y a qui<strong>en</strong> se<br />

b<strong>en</strong>eficia de ellos, mediante el control de la creación y propiedad del<br />

conocimi<strong>en</strong>to, los procesos y medios de difusión y comunicación, y su empleo<br />

para alcanzar objetivos políticos, económicos y sociales.<br />

El peligro inmin<strong>en</strong>te es que cada mom<strong>en</strong>to del ciclo se está vinculando a las<br />

necesidades de capital y de mercado. El peligro final es que el ciclo del proceso<br />

de comunicación social de la sociedad se interrumpa, el proceso de apr<strong>en</strong>dizaje<br />

social sea cada vez más débil, y, <strong>en</strong> definitiva, el proceso de creatividad se<br />

transforme y se reduzca <strong>en</strong> una reducida producción de b<strong>en</strong>eficios, insost<strong>en</strong>ibles<br />

y de corto plazo, para una pequeña minoría. La sociedad puede <strong>en</strong>contrarse con<br />

que prácticam<strong>en</strong>te ha perdido la capacidad de crear, de compartir de manera<br />

inclusiva y equitativa el conocimi<strong>en</strong>to, de participar democráticam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las<br />

estructuras políticas, de expresar la diversidad cultural y la id<strong>en</strong>tidad, e incluso la<br />

capacidad de apr<strong>en</strong>der de las g<strong>en</strong>eraciones pasadas y pres<strong>en</strong>tes.<br />

Los “derechos a la comunicación”, como concepto y como práctica, ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

pot<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te la profundidad y la amplitud para analizar y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der estos<br />

peligros y diseñar soluciones integrales para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarlos.


Medios de comunicación<br />

Marc Raboy Marcelo Solervinc<strong>en</strong>s<br />

“Medios” es, <strong>en</strong> muchos s<strong>en</strong>tidos, un término antiguo. Un “medio” es, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido<br />

estricto, un ag<strong>en</strong>te de transmisión. Los antiguos creían que el universo estaba<br />

conformado por el medio del éter. Para que se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>da mejor, el aire, o el agua,<br />

es un medio. En este s<strong>en</strong>tido, un medio de transmisión -o comunicación- es un<br />

ag<strong>en</strong>te neutro. Sin embargo, se puede apreciar con facilidad que a pesar de su<br />

estado apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te objetivo, la naturaleza de un medio ya determina el tipo y<br />

la calidad de la información que puede pasar por él.<br />

El uso moderno se apropió del término con el significado de medios de<br />

comunicación. Aunque <strong>en</strong> la actualidad consideraríamos al libro o la pr<strong>en</strong>sa como<br />

medios, el término tomó vig<strong>en</strong>cia con el surgimi<strong>en</strong>to de la comunicación a larga<br />

distancia a través de la tecnología -o la telecomunicación. La telegrafía fue el<br />

primer medio de comunicación verdaderam<strong>en</strong>te moderno, seguido rápidam<strong>en</strong>te<br />

por la telefonía, la radio, la televisión, la transmisión por cable y satélite, y por<br />

supuesto Internet. Todo este desarrollo ocurrió <strong>en</strong> los últimos 150 años, la mayor<br />

parte durante el último siglo con Internet <strong>en</strong> la ultima década.<br />

A lo largo del progreso de la tecnología, cada nueva g<strong>en</strong>eración de medios de<br />

comunicación trajo consigo su carga de utopías de creación de espacios públicos<br />

de interacción participativa <strong>en</strong>tre ciudadanos informados que hac<strong>en</strong> uso de su<br />

derecho a la palabra. Todo medio de comunicación nuevo constituye al mismo<br />

tiempo el punto de disputas <strong>en</strong>tre lógicas societales <strong>en</strong> compet<strong>en</strong>cia del Estado,<br />

del mercado y de la sociedad civil. Históricam<strong>en</strong>te, las luchas por la libertad de<br />

pr<strong>en</strong>sa, y la libertad de expresión que ella implicaba <strong>en</strong> ese <strong>en</strong>tonces, han<br />

estimulado y participado <strong>en</strong> las grandes batallas democráticas contra la c<strong>en</strong>sura,<br />

los derechos humanos, la esclavitud, etc. Estas luchas han contribuido <strong>en</strong> gran<br />

medida a la elaboración y la fundación de nuestras democracias y los principios y<br />

legislaciones que prevalec<strong>en</strong> <strong>en</strong> la actualidad <strong>en</strong> términos de derechos a la<br />

información y a la comunicación. Asimismo, lograron modelar una intersección de<br />

espacios mediáticos <strong>en</strong> el cual coexist<strong>en</strong> diversas formas de medios de<br />

comunicación y de instituciones mediáticas.<br />

Hoy consideramos a los medios de comunicación como las instancias masivas de<br />

la comunicación, ya sea la pr<strong>en</strong>sa, la radio y la televisión <strong>en</strong> sus acepciones<br />

públicas, privadas o comunitarias. Se trata de mecanismos que permit<strong>en</strong> la<br />

diseminación masiva de información facilitando la construcción de cons<strong>en</strong>sos<br />

sociales, la construcción y reproducción del discurso público y ciertos niveles de


interacción principalm<strong>en</strong>te de los nuevos medios indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, alternativos y<br />

comunitarios. [1]<br />

El papel y el lugar de los medios de comunicación <strong>en</strong> la sociedad<br />

Las reflexiones sobre los medios de comunicación se c<strong>en</strong>tran tradicionalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

la capacidad de las instituciones mediáticas y de las tecnologías de comunicación<br />

de desempeñar un papel <strong>en</strong> la democratización de las sociedades, <strong>en</strong> la creación<br />

de una esfera pública a través de la cual las personas pudieran participar <strong>en</strong><br />

asuntos cívicos, <strong>en</strong> el realce de la id<strong>en</strong>tidad nacional y cultural, <strong>en</strong> la promoción<br />

de la expresión y el diálogo creativos. Por ello, los debates sobre las difer<strong>en</strong>tes<br />

formas de c<strong>en</strong>sura y sobre la propiedad de los medios de comunicación siempre<br />

han formado parte de las ag<strong>en</strong>das de trabajo. El s<strong>en</strong>tido de las preguntas que se<br />

plantean las lógicas del mercado así como las estatales es más bi<strong>en</strong> de cómo<br />

constituir una vía para la publicidad, cómo g<strong>en</strong>erar b<strong>en</strong>eficios financieros para los<br />

accionistas y cómo servir como instrum<strong>en</strong>tos de propaganda y control social y<br />

político.<br />

En casi todos los contextos nacionales, se considera necesaria cierta forma de<br />

interv<strong>en</strong>ción -o regulación- gubernam<strong>en</strong>tal que permita a los medios de<br />

comunicación desempeñar uno u otro de los roles antes m<strong>en</strong>cionados. Tan pronto<br />

como la producción y distribución de los medios requiera un mayor grado de<br />

organización y de recursos que los que pued<strong>en</strong> proporcionar artistas o creadores<br />

individuales que trabajan <strong>en</strong> grupos relativam<strong>en</strong>te pequeños -es decir, tan pronto<br />

como los medios de comunicación se industrialic<strong>en</strong>- normalm<strong>en</strong>te el estado<br />

asume cierta forma de organización estructural, ya sea directam<strong>en</strong>te o a través de<br />

una autoridad a distancia. Esto se puede hacer de varias maneras.<br />

En el modelo de mercado libre, el estado crea un ambi<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el cual las<br />

corporaciones de los medios de comunicación gozan de pl<strong>en</strong>a libertad para<br />

operar comercialm<strong>en</strong>te; el acceso al mercado <strong>en</strong> algunos sectores tales como la<br />

difusión sigue estando controlado fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te mediante la concesión de<br />

frecu<strong>en</strong>cias de transmisión, mi<strong>en</strong>tras que el área de la pr<strong>en</strong>sa escrita queda<br />

abierta a cualquier persona que disponga de los recursos para poseer y operar un<br />

medio de comunicación. En el modelo autoritario, los medios de comunicación se<br />

consideran una ext<strong>en</strong>sión de la autoridad estatal. El modelo de servicio público<br />

pone énfasis <strong>en</strong> la creación de servicios de radio y televisión al servicio público,<br />

<strong>en</strong> el financiami<strong>en</strong>to de unos medios de comunicación no lucrativos basados <strong>en</strong> la<br />

comunidad y <strong>en</strong> varias restricciones sobre la propiedad de los medios de<br />

comunicación comerciales (limitando la cantidad de puntos de distribución que<br />

una firma particular podría controlar o prohibi<strong>en</strong>do que los propietarios de dichos<br />

medios de comunicación sean extranjeros). En realidad, <strong>en</strong> muchas sociedades,<br />

si no <strong>en</strong> la mayoría, los medios de comunicación funcionan según un modelo<br />

mixto basado <strong>en</strong> una combinación de dos o más de los antes m<strong>en</strong>cionados. En la<br />

mayoría de los casos existe una instancia reguladora que dicta y controla las<br />

reglas de funcionami<strong>en</strong>to a nivel nacional.<br />

En la actualidad, todo el mundo reconoce que la lógica del mercado es la que<br />

predomina y la que impone sus valores y sus condicionami<strong>en</strong>tos sobre los modos<br />

de producción y de distribución, lo que acarrea consecu<strong>en</strong>cias mayores sobre los<br />

cont<strong>en</strong>idos y la naturaleza misma de la información. Ahora bi<strong>en</strong>, aquí aparec<strong>en</strong><br />

nuevos desafíos mucho más complejos relacionados con la conc<strong>en</strong>tración de<br />

medios de comunicación, la uniformización y la pobreza de los cont<strong>en</strong>idos, el


desequilibrio de los flujos de información y la falta de diversidad cultural, el papel<br />

regulador de los Estados <strong>en</strong> los planes nacionales e internacionales, y la<br />

necesaria redefinición de un servicio público <strong>en</strong> términos de información.<br />

Además de esto, la reci<strong>en</strong>te revolución digital vi<strong>en</strong>e a cuestionar a los medios de<br />

comunicación respecto a su propia definición y redefine su papel <strong>en</strong> términos<br />

completam<strong>en</strong>te inéditos colocándolos <strong>en</strong> una “sociedad de la información” que se<br />

esfuerza por delimitar.<br />

La relación <strong>en</strong>tre los medios de comunicación y la sociedad de la información<br />

plantea efectivam<strong>en</strong>te un desafío apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te paradójico. Por un lado, los<br />

medios de comunicación de masa (pr<strong>en</strong>sa, radio, televisión) viv<strong>en</strong> un proceso de<br />

conc<strong>en</strong>tración de la propiedad y de integración horizontal y vertical de sonido,<br />

audio e imag<strong>en</strong> gracias al adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to del soporte numérico. Por otro lado,<br />

Internet y el soporte digital <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral individualizan y democratizan el acceso a la<br />

comunicación y a la interacción, permiti<strong>en</strong>do el desarrollo inédito de nuevos<br />

medios alternativos o cooperativos que afectan al mismo tiempo a los medios<br />

masivos tradicionales.<br />

La relación <strong>en</strong>tre los medios de “comunicación” y la sociedad de la “información”<br />

aparece por tanto bajo la forma de una disociación contradictoria que es difícil<br />

explicar sin considerar la definición del proyecto de la sociedad de la información,<br />

el contexto <strong>en</strong> el que evolucionan los actores que construy<strong>en</strong> la sociedad de la<br />

información y los desafíos que plantean los avances tecnológicos.<br />

Estado actual: medios de comunicación globalizados<br />

Un análisis del estado actual de los medios de comunicación sobre todo <strong>en</strong> esta<br />

época de globalización ilustra los nuevos desafíos que reubican el papel de los<br />

medios de comunicación d<strong>en</strong>tro de una sociedad de saberes compartidos.<br />

Es necesario destacar que <strong>en</strong> el contexto de la globalización neoliberal, la<br />

información “digital” se ha transformado <strong>en</strong> una mercancía más que circula de<br />

acuerdo a las leyes del mercado de la oferta y la demanda.<br />

Según esta lógica, los medios no están v<strong>en</strong>diéndole información a los ciudadanos,<br />

están v<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do los ciudadanos a los publicistas. En esta medida, los cont<strong>en</strong>idos<br />

resultan <strong>en</strong> distorsión de la realidad, fortaleci<strong>en</strong>do los estereotipos y reduci<strong>en</strong>do<br />

claram<strong>en</strong>te la diversidad de los cont<strong>en</strong>idos distribuidos. A manera de ejemplo<br />

-bastante utilizado- del resultado de este proceso de desregulación de los últimos<br />

30 años, se pued<strong>en</strong> citar las declaraciones del jefe de la Instancia reguladora<br />

estadounid<strong>en</strong>se bajo Ronald Reagan <strong>en</strong> 1980, quién <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>a fiebre<br />

desreguladora declaró que la televisión era como cualquier aparato doméstico,<br />

como un “tostador con imág<strong>en</strong>es.” Y como no se regulan los tostadores, por qué<br />

regular la televisión. Lo cierto es que la privatización y la liberalización que<br />

acompañan a la globalización no han producido medios más diversos y<br />

pluralistas. [2]<br />

La irrupción de la revolución de Internet y de la era digital atrajo al sector de la<br />

información, con la perspectiva de ganancia fácil, a una plétora de industriales de<br />

los sectores más variados -electricidad, informática, armam<strong>en</strong>to, construcción,<br />

teléfono, agua. Edificaron gigantescos imperios que acapararon <strong>en</strong> pocas manos<br />

los medios de comunicación e integraron de manera vertical y horizontal los<br />

sectores de la información, la cultura y la diversión, separados anteriorm<strong>en</strong>te, con<br />

el desarrollo de conglomerados donde el conocimi<strong>en</strong>to y los cont<strong>en</strong>idos se


transforman <strong>en</strong> una nueva mercancía.<br />

Estos conglomerados multi-medios influy<strong>en</strong> <strong>en</strong> todos los aspectos de la vida<br />

cultural, social y política. Sin embargo, su lógica misma ha g<strong>en</strong>erado que los<br />

medios de masa hayan dejado de funcionar como contrapoder. Los medios de<br />

comunicación de masa (radio, periódicos, televisión, Internet), se realinean <strong>en</strong><br />

función de una vocación mundial, y ya no más de carácter nacional. El proceso de<br />

conc<strong>en</strong>tración de los medios se traduce como el control de una gran variedad de<br />

medios <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes países y contin<strong>en</strong>tes. Por ello, no actúan como contrapoder<br />

al interior de los países.<br />

Estos principales grupos son: Viv<strong>en</strong>di Universal, AOL Time Warner, Disney: News<br />

Corporation, Viacom y Bertelsmann, G<strong>en</strong>eral Electric, Microsoft, Telefónica,<br />

France Telecom [ * ]. El poder real se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra ahora <strong>en</strong>tre las manos de estos<br />

conglomerados que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> más poder económico que la mayoría de los<br />

gobiernos. [3] La aus<strong>en</strong>cia de los principales conglomerados mediáticos <strong>en</strong> los<br />

debates de la CMSI da cu<strong>en</strong>ta de esta realidad.<br />

La conc<strong>en</strong>tración de la propiedad de los medios significa por ejemplo que los<br />

cinco mayores conglomerados estadounid<strong>en</strong>ses controlan casi la totalidad de las<br />

cad<strong>en</strong>as de radio y de televisión de este país. Lo importante no es el número de<br />

* NOTA DE MEC<br />

Viv<strong>en</strong>di Universal (actualm<strong>en</strong>te Viv<strong>en</strong>di S.A.): conglomerado francés con pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los mercados de<br />

telecomunicaciones y <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to, actor principal <strong>en</strong> la industria discográfica y de video<strong>juego</strong>s a<br />

escala mundial a través de sus subsidiarias Universal Music Group y Activision Blizzard.<br />

Time Warner (d<strong>en</strong>ominada AOL-Time Warner <strong>en</strong>tre 2001 y 2003, tras la fusión <strong>en</strong>tre America Online y<br />

Time Warner): empresa estadounid<strong>en</strong>se dedicada a la comunicación, con divisiones dedicadas a Internet,<br />

a la publicación, televisión y a las telecomunicaciones.<br />

The Walt Disney Company S.A. (también conocida como Disney Enterprises, Inc., simplem<strong>en</strong>te Disney o<br />

Grupo Disney S.A.): una de las compañías de medios de comunicación y <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to más grandes<br />

del mundo con sede corporativa <strong>en</strong> Burbank, California.<br />

News Corporation (abreviado News Corp): empresa de medios de comunicación estadounid<strong>en</strong>se con<br />

sede c<strong>en</strong>tral <strong>en</strong> Nueva York. El presid<strong>en</strong>te, consejero delegado y fundador de la compañía es Rupert<br />

Murdoch. En 2009 la Oficina Contable del Gobierno estadounid<strong>en</strong>se informó de que News Corp posee<br />

152 empresas subsidiarias <strong>en</strong> paraísos donde no pagarían impuestos o donde estos serían muy<br />

reducidos.<br />

Viacom Inc. o simplem<strong>en</strong>te Viacom: es un conglomerado de medios de comunicación estadounid<strong>en</strong>ses<br />

de intereses mundiales por cable y satélite (MTV Networks y BET) y la producción de películas<br />

(Paramount Pictures y DreamWorks).Sumner Redstone es el presid<strong>en</strong>te y mayor accionista de Viacom.<br />

También es dueño de Nickelodeon y Neopets.<br />

Viacom y CBS Corporation ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el mismo dueño y mayor accionista manejándolos.<br />

Bertelsmann AG: empresa de medios de comunicación multinacional con sede <strong>en</strong> Gütersloh, Alemania.<br />

Opera <strong>en</strong> 63 países y da empleo a más de ci<strong>en</strong> mil personas. Consta de seis divisiones corporativas: RTL<br />

Group, empresa de radiodifusión europea; Gruner + Jahr, empresa editora de revistas (la más grande <strong>en</strong><br />

Europa y la segunda más grande mundialm<strong>en</strong>te); Prisma; BMG (Bertelsmann Music Group); BMG Music<br />

Publishing; Random House, el mayor editor de libros (literatura popular); Direct Group, el mayor<br />

distribuidor de libros y música; Arvato, un servicio internacional para medios de comunicación.<br />

G<strong>en</strong>eral Electric: empresa multinacional de infraestructuras, servicios financieros y medios de<br />

comunicación altam<strong>en</strong>te diversificada con sede c<strong>en</strong>tral <strong>en</strong> Fairfield, Estados Unidos. Está pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

más de 100 países, con más de 300.000 empleados. Constas de cinco divisiones -GE Technology<br />

Infrastructure, Home & Business Solutions, Energy Infrastructure, GE Capital y NBC Universal- que<br />

operan <strong>en</strong> numeroso sectores de actividad, desde <strong>en</strong>ergía, agua, transporte y salud hasta servicios de<br />

financiación e información.<br />

Microsoft Corporation: empresa multinacional de orig<strong>en</strong> estadounid<strong>en</strong>se, dedicada al sector de la<br />

informática, con sede <strong>en</strong> Redmond, Washington, Estados Unidos. Desarrolla, fabrica, lic<strong>en</strong>cia y produce<br />

software y equipos electrónicos.<br />

Telefónica S. A.: operador multinacional de servicios de telecomunicaciones con sede c<strong>en</strong>tral <strong>en</strong> Madrid,<br />

España, con pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> Europa, África, Latinoamérica y, desde 2010, <strong>en</strong> Asia. Al mes de julio de 2010<br />

es la quinta compañía de telecomunicaciones <strong>en</strong> tamaño e importancia <strong>en</strong> el mundo.<br />

France Telecom: principal operador de telecomunicaciones <strong>en</strong> Francia. Emplea cerca de 220.000<br />

personas y ti<strong>en</strong>e unos 150 millones de cli<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> todo el mundo.


canales de televisión sino la diversidad de fu<strong>en</strong>tes y de propietarios. Del primer<br />

caso resulta un m<strong>en</strong>saje simplificado para el consumo masivo. Con ello, es el<br />

derecho a la información el que aparece limitado y <strong>en</strong> <strong>en</strong>tredicho. Por un lado, el<br />

fin de los monopolios estatales <strong>en</strong> países del Sur y <strong>en</strong> Europa ha traído consigo<br />

avances <strong>en</strong> la pluralidad de medios, aunque existe preocupación por la<br />

deslegitimación de los medios tradicionales. Sin embargo, la desreglam<strong>en</strong>tación<br />

favorece este proceso porque a pesar de que las leyes de la libertad de pr<strong>en</strong>sa<br />

hayan sido establecidas para limitar el poder estatal, ahora resultan insufici<strong>en</strong>tes<br />

para asegurar que la información y la comunicación sean un bi<strong>en</strong> común. Como lo<br />

indica Ignacio Ramonet, aunque <strong>en</strong> los países del Norte la libertad de palabra<br />

esté garantizada, el derecho a estar bi<strong>en</strong> informado es cuestionado por la<br />

conc<strong>en</strong>tración de los medios.<br />

Por último, estos conglomerados no difer<strong>en</strong>cian las tres formas tradicionales de<br />

comunicación (escrita, verbal o con imág<strong>en</strong>es), fom<strong>en</strong>tando tanto Internet como<br />

las telecomunicaciones <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral como un nuevo y poderoso medio que abarca<br />

las actividades culturales, de diversión y deportivas, de comunicación y de<br />

información. En esta medida cada vez es más difícil distinguir a los difer<strong>en</strong>tes<br />

sectores industriales de la información de los de la cultura de masas y de la<br />

diversión. Los grandes conglomerados mundiales adquier<strong>en</strong> dim<strong>en</strong>siones de<br />

multimedia y v<strong>en</strong>d<strong>en</strong> sus productos bajo otros soportes aparte de la radio, la<br />

televisión y los periódicos tradicionales, o sea con filmes, videos, discos<br />

compactos, DVDs, parques de diversiones, cines, teatros, deportes.<br />

El desarrollo de las cad<strong>en</strong>as mundiales de información continua del tipo CNN ha<br />

sido imitado por otras cad<strong>en</strong>as estadounid<strong>en</strong>se y del mundo, <strong>en</strong>tre otras BBC, con<br />

gran impacto. La manipulación de la información y la resist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los países del<br />

Sur del planeta han dado orig<strong>en</strong>, <strong>en</strong> primer lugar, a la cad<strong>en</strong>a árabe Al’Jazeera,<br />

para contrarrestar la campaña contra el islamismo. Más reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, ha surgido<br />

Telesur con base <strong>en</strong> V<strong>en</strong>ezuela, para contrarrestar la “propaganda<br />

estadounid<strong>en</strong>se”. Estas experi<strong>en</strong>cias evocan el cuestionami<strong>en</strong>to del Informe<br />

MacBride <strong>en</strong> los años 70 y las esperanzas fallidas de los países no alineados <strong>en</strong><br />

un proyecto de “Nuevo Ord<strong>en</strong> Mundial de la Información y de la Comunicación”<br />

propuesto por la Unesco. [4]<br />

Y al mismo tiempo, revelan la capacidad de adaptación de los medios<br />

tradicionales a las nuevas tecnologías y su persist<strong>en</strong>cia como vehículos masivos<br />

de producción de cons<strong>en</strong>sos sociales y políticos.<br />

Los nuevos medios de comunicación.<br />

La apropiación por las comunidades y los ciudadanos<br />

El impacto de los nuevos medios de comunicación de la sociedad de los saberes<br />

y del conocimi<strong>en</strong>to está ligado a la posibilidad de una mayor apropiación de qui<strong>en</strong><br />

los usa, ya sea como individuo o como una comunidad o grupo activo. A<br />

comi<strong>en</strong>zos de los años 70 los medios de comunicación masivos tradicionales ya<br />

habían <strong>en</strong>trado <strong>en</strong> crisis <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que la radio, la pr<strong>en</strong>sa y la televisión<br />

dejaban de lado a las minorías y a los asuntos locales.<br />

En ese contexto los cambios tecnológicos favorecieron el desarrollo de proyectos<br />

colectivos de comunicación. En los años 60 y 70, <strong>en</strong> todas las regiones del<br />

mundo, se empezaron a desarrollar proyectos de videos y de emisoras de radio<br />

locales y comunitarias contra la hegemonía y las limitaciones de los medios<br />

tradicionales. Estas acciones se vieron b<strong>en</strong>eficiadas con la revolución provocada


por la aparición de los transistores, de los transmisores FM, del video. A esta<br />

etapa pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> las radios piratas <strong>en</strong> el Reino Unido, las radios libres <strong>en</strong><br />

Francia, las televisiones comunitarias, las radios y clubes de video involucrados<br />

<strong>en</strong> la comunicación para el desarrollo, [5] movimi<strong>en</strong>tos sociales que usan las<br />

tecnologías apropiadas para llevar a cabo proyectos contra la crisis de<br />

repres<strong>en</strong>tatividad de los sistemas políticos exist<strong>en</strong>tes y que constituy<strong>en</strong> una<br />

resist<strong>en</strong>cia contra los grandes medios de comunicación. Se trata de procesos de<br />

contra-información y de procesos de comunicación <strong>en</strong> interactividad social que<br />

realizan las comunidades a partir, por ejemplo, de radios comunitarias <strong>en</strong> zonas<br />

rurales. [6]<br />

Estos nuevos actores multiplican los espacios mediáticos y forman redes<br />

nacionales, regionales e internacionales que tarde o temprano harán su aparición<br />

sobre el esc<strong>en</strong>ario político mundial, intervini<strong>en</strong>do <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes instancias<br />

políticas. [7]<br />

La llegada de Internet no sólo tuvo un impacto importante <strong>en</strong> los medios<br />

tradicionales, como ya se ha señalado, sino también <strong>en</strong> el fortalecimi<strong>en</strong>to de los<br />

medios alternativos y comunitarios como la radio, la televisión y la pr<strong>en</strong>sa<br />

comunitaria favoreci<strong>en</strong>do procesos sociales de comunicación interactiva e<br />

intercambios <strong>en</strong> multimedia producto de la digitalización de los m<strong>en</strong>sajes y de la<br />

integración de los “telec<strong>en</strong>tros”. Internet abrió la posibilidad de un espacio inédito<br />

de intercambio de la información fuera de los circuitos de los conglomerados<br />

mediáticos, lo que contribuyó a dar una dim<strong>en</strong>sión real al movimi<strong>en</strong>to social<br />

mundial de la sociedad civil <strong>en</strong> temas globales. Algunos ev<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> los que la<br />

circulación libre de información <strong>en</strong> Internet fue relevante son: la Rebelión<br />

Zapatista, <strong>en</strong> 1995 <strong>en</strong> Chiapas; la creación <strong>en</strong> red del movimi<strong>en</strong>to francés ATTAC,<br />

a fines de 1998; el desarrollo <strong>en</strong> Internet de fre<strong>en</strong>ets, de los C<strong>en</strong>tros de medios<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes como Indymedia que mostraron su eficacia <strong>en</strong> 1999 <strong>en</strong> Seattle<br />

para la cumbre de la OMC. Entre los movimi<strong>en</strong>tos reci<strong>en</strong>tes destaca el uso de<br />

Internet para canalizar la información alternativa y la organización ciudadana de<br />

reacción a la manipulación de la información por parte del gobierno de Aznar <strong>en</strong><br />

España, después de los at<strong>en</strong>tados de la estación Atocha de Madrid <strong>en</strong> 2004. En la<br />

misma t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de uso de las TIC para el fom<strong>en</strong>to de redes y medios<br />

alternativos de circulación de la información y de monitoreo se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran el<br />

Observatorio Francés de Medios de Comunicación, el CMAQ <strong>en</strong> Québec, Pulsar<br />

<strong>en</strong> América latina y Simbani <strong>en</strong> Africa. [8]<br />

Por otro lado, el desarrollo de los iPod y de los blogs, <strong>en</strong>tre otros avances<br />

tecnológicos, sumados al uso de Internet favoreció la creación de nuevos medios<br />

de comunicación y nuevas experi<strong>en</strong>cias de periodismo ciudadano que han t<strong>en</strong>ido<br />

gran éxito no sólo <strong>en</strong> Estados Unidos y <strong>en</strong> países desarrollados sino también <strong>en</strong><br />

la lucha por la libertad de expresión <strong>en</strong> los países del Sur.<br />

Entre los nuevos medios de comunicación alternativos destaca el desarrollo<br />

inédito de comunidades virtuales <strong>en</strong> una perspectiva de mayor apropiación<br />

individual, a la vez local e internacional. [9] Cabe m<strong>en</strong>cionar d<strong>en</strong>tro de los<br />

movimi<strong>en</strong>tos sociales y redes ciudadanas <strong>en</strong> Internet con esta óptica [10] a:<br />

Globalcn, Mistica, Vecam, la Comunidad Web de movimi<strong>en</strong>tos sociales.[11] Se<br />

trata, como lo señala Manuel Castells, del adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de las redes como nueva<br />

morfología social basada <strong>en</strong> la interconexión y la flexibilidad de la nueva topología<br />

que permite una circulación de <strong>en</strong>unciados que g<strong>en</strong>eran nuevos s<strong>en</strong>tidos y<br />

efectos para la acción social y ciudadana;[12] lo que permite la exist<strong>en</strong>cia de


edes de movimi<strong>en</strong>tos sociales, redes ciudadanas y cibercomunidades sobre<br />

temas de carácter mundial como la def<strong>en</strong>sa del medio ambi<strong>en</strong>te, la promoción de<br />

los derechos de la mujer <strong>en</strong> la organización de la cuarta Confer<strong>en</strong>cia Mundial de<br />

la Mujer de la ONU y de la Marcha Mundial de las Mujeres.<br />

Este desarrollo de los medios alternativos <strong>en</strong> la red y mediante el uso de nuevas<br />

tecnologías no deja de estar <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tado a <strong>en</strong>ormes desafíos <strong>en</strong>tre los que destaca<br />

la problemática de la excesiva circulación de información <strong>en</strong> Internet. Algunos<br />

estudios señalan [13] que si antes había ap<strong>en</strong>as algunos medios <strong>en</strong> cada<br />

localidad, ahora exist<strong>en</strong> millones de sitios accesibles, lo que hace que el 50% del<br />

tráfico <strong>en</strong> la red visita un 0.5% de los sitios web. De este modo, la riqueza de la<br />

información se traduce <strong>en</strong> disminución de la at<strong>en</strong>ción y la cuestión de la<br />

credibilidad de la información se transforma <strong>en</strong> una cuestión fundam<strong>en</strong>tal.<br />

Funciones y responsabilidades de los medios de comunicación.<br />

La regulación, tema c<strong>en</strong>tral del debate<br />

¿Cómo interv<strong>en</strong>drá la comunidad internacional para facilitar un proceso de<br />

democratización de las comunicaciones <strong>en</strong> la relación compleja <strong>en</strong>tre los medios<br />

y la sociedad de la información?<br />

Con el adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la globalización, debido a una variedad y combinación de<br />

razones -algunas técnicas, otras políticas, económicas, o ideológicas- los políticos<br />

nacionales están m<strong>en</strong>os dispuestos y son m<strong>en</strong>os capaces de interv<strong>en</strong>ir <strong>en</strong> la<br />

esfera de la actividad de los medios de comunicación. Al mismo tiempo, han<br />

surgido poderosos mecanismos formales e informales (tales como acuerdos<br />

comerciales internacionales) a escala internacional, que limitan la capacidad de<br />

los gobiernos nacionales de influir <strong>en</strong> este sector. El ambi<strong>en</strong>te internacional de los<br />

medios de comunicación <strong>en</strong> la era neoliberal es una nueva frontera <strong>en</strong> la que las<br />

reglas se van estableci<strong>en</strong>do sobre la marcha; como <strong>en</strong> toda situación fronteriza, el<br />

más poderoso establece las reglas para satisfacer sus necesidades particulares,<br />

mi<strong>en</strong>tras el m<strong>en</strong>os poderoso trata de sobrevivir <strong>en</strong> una situación que él no creó.<br />

Por otro lado, si dejamos de lado a las ag<strong>en</strong>cias internacionales como la UIT, que<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un papel puram<strong>en</strong>te más que nada técnico y que son subv<strong>en</strong>cionadas y<br />

controladas por las grandes empresas mediáticas, no quedan lugares ni<br />

instancias donde se pueda debatir y m<strong>en</strong>os aún tomar decisiones respecto a la<br />

información y los medios de comunicación como lo fue la UNESCO.<br />

En este contexto, la CMSI constituía habrá constituido una ocasión única para<br />

discutir sobre los medios de comunicación <strong>en</strong> la sociedad de la información.[14]<br />

Sin embargo, la clara aus<strong>en</strong>cia de los grandes medios de comunicación a lo largo<br />

del proceso preparatorio y de las Cumbres de Ginebra y Túnez no ha hecho<br />

posible dicho debate lo que pronostica resultados negativos. No obstante, la CMSI<br />

habrá permitido por lo m<strong>en</strong>os que los difer<strong>en</strong>tes actores sociales que participaron<br />

<strong>en</strong> este acontecimi<strong>en</strong>to fundam<strong>en</strong>tal se posicion<strong>en</strong>.<br />

Para algunos -incluy<strong>en</strong>do varios gobiernos y ag<strong>en</strong>cias internacionales importantes<br />

tales como la Unión Internacional de Telecomunicaciones y la Organización<br />

Mundial del Comercio-, los medios de comunicación no son otra cosa que un<br />

molde vacío a través del cual viaja la información. Según este punto de vista, no<br />

ti<strong>en</strong>e ningún s<strong>en</strong>tido, por ejemplo, debatir sobre los derechos humanos o la<br />

libertad de expresión <strong>en</strong> la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de Información.<br />

Para aquellos para qui<strong>en</strong>es el término “medios de comunicación” se refiere <strong>en</strong>


primer lugar al cont<strong>en</strong>ido y luego al <strong>en</strong>vase, una afirmación como la antes<br />

m<strong>en</strong>cionada es como valorar un vino por la forma de su botella.<br />

Otro aspecto de este debate gira alrededor de la regulación. Los def<strong>en</strong>sores de la<br />

desregulación de los medios plantean que la televisión, como hemos visto antes,<br />

no es más que “una tostadora con imág<strong>en</strong>es”. Por otro lado, aquellos que<br />

defi<strong>en</strong>d<strong>en</strong> la autorregulación de la industria o la regulación compartida <strong>en</strong>tre la<br />

industria y el gobierno son más s<strong>en</strong>sibles a la importancia del cont<strong>en</strong>ido, pero<br />

atribuy<strong>en</strong> un papel predominante a las <strong>en</strong>tidades corporativas que constituy<strong>en</strong> las<br />

grandes organizaciones de los medios de comunicación.<br />

El punto de vista de los medios de comunicación c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> las personas <strong>en</strong>foca<br />

el papel de éstas <strong>en</strong> la sociedad como facilitadores e intermediarios del debate<br />

público y del empoderami<strong>en</strong>to individual y colectivo. Desde este punto de vista,<br />

los medios de comunicación deb<strong>en</strong> disfrutar de libertad de expresión sujeta a<br />

ciertas obligaciones -por ejemplo, la necesidad de respetar la dignidad humana.<br />

En este s<strong>en</strong>tido, también son cuestiones claves el acceso y la accesibilidad -la<br />

capacidad de utilizar los medios de comunicación para <strong>en</strong>viar y recibir m<strong>en</strong>sajes.<br />

Esta visión también reconoce la naturaleza ambival<strong>en</strong>te de los medios de<br />

comunicación masiva contemporáneos como ag<strong>en</strong>tes del status quo social y<br />

como ag<strong>en</strong>tes pot<strong>en</strong>ciales del cambio. Ac<strong>en</strong>tuar el papel social de los medios de<br />

comunicación justifica las limitaciones que la sociedad les impone -por ejemplo,<br />

las restricciones <strong>en</strong> la conc<strong>en</strong>tración de la propiedad de los medios de<br />

comunicación, las reglas para los distribuidores por cable y por satélite, la<br />

obligación de trasmitir m<strong>en</strong>sajes de servicio público, el derecho a responder,<br />

etcétera.<br />

Las nuevas formas de comunicar y la creación de plataformas de comunicación<br />

interactiva y cooperativa implican también el reconocimi<strong>en</strong>to de nuevos bi<strong>en</strong>es<br />

comunes de la información, una redefinición de lo que se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de por “servicio<br />

público” de información y comunicación y una revisión de los regím<strong>en</strong>es de<br />

propiedad intelectual. Por consigui<strong>en</strong>te, los debates sobre los medios de<br />

comunicación están cada vez más implicados <strong>en</strong> el debate internacional más<br />

amplio sobre los derechos a la comunicación.<br />

Notas y Refer<strong>en</strong>cias<br />

[1] GKP, The Media & the Information Society, (2004) Kuala Lumpur, GKP.<br />

[2] Marc Raboy, Media and Democratization in the Information Society,<br />

http://files.crisinfo.org/raboy.pdf<br />

[3] Ignacio Ramonet, Le cinquième pouvoir, Le Monde Diplomatique, Octobre,<br />

2003.<br />

[4] Alfonso Gumucio’Dragón, Right to Communicate. From the Summit to the<br />

People, I4d, in http://www.i4donline.net/july05/rig...<br />

[5] Ignacio Ramonet <strong>en</strong> el seminario Democratizar las comunicaciones y los<br />

medios <strong>en</strong> el FSM el 25 de <strong>en</strong>ero de 2005.<br />

[6] No debe confundirse con la interactividad de las comunidades vituales a través<br />

del Internet. Ver Bruce Girard (Editor) The one to watch. Radio New ICTs and<br />

interactivity, 2003, FAO, Roma, p. 8 p. 12.<br />

[7] Alain Ambrosi, La difficile émerg<strong>en</strong>ce des réseaux de communication<br />

démocratique dans l’espace politique global in Proulx Serge et Vitalis André (dir.)<br />

Vers une citoy<strong>en</strong>neté simulée. Médias, Réseaux et mondialisation, Apogée,


R<strong>en</strong>nes, 1999.<br />

[8] http://www.amarc.org<br />

[9] RedISTIC, Otro lado de la brecha. Perspectivas latinoamericanas y del caribe<br />

ante la CMSI, (2003), RedISTIC, Caracas.<br />

[10] Valérie Peugeot, Réseaux humains, réseaux électroniques, Paris, Charles<br />

Léopold Mayer, 2002.<br />

[11] Osvaldo León et Al. Movimi<strong>en</strong>tos sociales <strong>en</strong> la red, (2001) Quito, ALAI.<br />

[12] Manuel Castells, La era de la información: Economía, sociedad y cultura - La<br />

sociedad <strong>en</strong> Red, (1999), México, Siglo XXI.<br />

[13] Matthew Hindman, Media Diversity and the Conc<strong>en</strong>tration of online att<strong>en</strong>tion,<br />

Harvard, 2002<br />

[14] Por otro lado, la Unión Europea de radiodifusión cooperó <strong>en</strong> la organización,<br />

<strong>en</strong> diciembre de 2003, de un Foro Mundial sobre los Medios de Comunicación<br />

Electrónicos, uno de los ev<strong>en</strong>tos más importantes realizados paralelam<strong>en</strong>te a la<br />

Cumbre <strong>en</strong> términos de financiami<strong>en</strong>to y asist<strong>en</strong>cia. http://www.wemfmedia.org/<br />

Bibliografia<br />

«Définir des sociétés de l’information c<strong>en</strong>trées sur les besoins des êtres humains<br />

», Déclaration de la société civile au Sommet mondial sur la société de<br />

l’information, 8 décembre 2003.<br />

Aigrain, Philippe, Cause commune. L’information <strong>en</strong>tre bi<strong>en</strong> commun et propriété,<br />

2005.<br />

Aprea, Gustavo, La Sociedad, Información y el Conocimi<strong>en</strong>to ante la difusión de<br />

las TIC, in http//www.littec.ungs.edu.ar<br />

Mattelart, Armand, G<strong>en</strong>èse de la notion de société de l’information ; Peugeot,<br />

Valérie (Coordonnatrice) Réseaux humains, réseaux électroniques, (2001) Paris,<br />

Charles Leopold Mayer-Vecam.<br />

Reich, Robert, The work of the Nations. Prospering Ourselves to XX! C<strong>en</strong>tury<br />

Capitalism, (1991) Nueva York, Knof.


Piratería<br />

Christine Schweidler Sasha Costanza-Chock<br />

Al m<strong>en</strong>os desde el siglo XV, la propaganda estatal y la corporativa han empleado<br />

el término “piratería” para referirse a la apropiación y rev<strong>en</strong>ta de la propiedad<br />

privada. Más reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, la aplicación de este término se ha ext<strong>en</strong>dido a la<br />

reproducción y distribución ilegal de bi<strong>en</strong>es intangibles, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de<br />

que los “piratas” t<strong>en</strong>gan o no afán de lucro. La campaña propagandística<br />

relacionada con la “piratería” <strong>en</strong> línea ha sido muy exitosa. Sin embargo, rara vez<br />

el análisis público incluye la valoración de la am<strong>en</strong>aza que repres<strong>en</strong>ta para el<br />

conocimi<strong>en</strong>to y la creatividad la limitación del área pública del conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong><br />

manos de empresas multinacionales privadas.<br />

En nuestra definición de “piratería”, com<strong>en</strong>zaremos haci<strong>en</strong>do un recorrido a través<br />

de la historia legal y popular del término, desde el “pirata” marítimo, que asoló a<br />

los monopolios de comercio marítimo, hasta los actuales “piratas” digitales, que se<br />

dedican a la duplicación, la distribución o el empleo desautorizados de materiales<br />

pat<strong>en</strong>tados o protegidos por el derecho de autor. Luego analizaremos el uso<br />

actual del término por parte de la industria como herrami<strong>en</strong>ta fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> sus<br />

esfuerzos por p<strong>en</strong>alizar el intercambio libre de información. Primero nos<br />

conc<strong>en</strong>traremos <strong>en</strong> el concepto de “piratería” empleado <strong>en</strong> discusiones de<br />

materiales audiovisuales, software y otras formas de información digital. No<br />

obstante, queremos destacar desde el principio las conexiones <strong>en</strong>tre la lucha por<br />

la p<strong>en</strong>alización de la invasión de la “propiedad intelectual” <strong>en</strong> la ar<strong>en</strong>a del<br />

cont<strong>en</strong>ido digital y las acciones relacionadas que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> lugar <strong>en</strong> otros sectores.<br />

La expansión mundial del sistema de la “propiedad intelectual” (<strong>en</strong> especial las<br />

pat<strong>en</strong>tes) ti<strong>en</strong>e un significativo impacto <strong>en</strong> el acceso al conocimi<strong>en</strong>to es<strong>en</strong>cial de<br />

la medicina, la biotecnología, la agricultura, la ci<strong>en</strong>cia, etcétera. Por último,<br />

concluiremos resaltando algunos proyectos y vías alternativas utilizados por los<br />

activistas de la sociedad civil para salvaguardar el valor social del conocimi<strong>en</strong>to.<br />

Historia del concepto<br />

El término moderno “piratería” fue utilizado por primera vez <strong>en</strong> el siglo XV [1]. Se<br />

aplicó inicialm<strong>en</strong>te a individuos apátridas que se apoderaban <strong>en</strong> alta mar de las<br />

mercancías transportadas por embarcaciones de compañías del Estado o<br />

respaldadas por este. Aunque puede parecer que el uso actual del término es lo<br />

sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>te como para garantizar apartarlo totalm<strong>en</strong>te de su s<strong>en</strong>tido<br />

marítimo, exist<strong>en</strong> varios vestigios de este uso inicial que aún persist<strong>en</strong>. El antiguo<br />

concepto de piratería marítima fue, <strong>en</strong> parte, una idea desarrollada y promovida


por poderosas empresas privadas que buscaban la protección legal del Estado<br />

para legitimar sus propios intereses materiales y los monopolios comerciales [2].<br />

Por consigui<strong>en</strong>te, incluso durante el apogeo del saqueo <strong>en</strong> alta mar, el uso del<br />

término dep<strong>en</strong>día completam<strong>en</strong>te de la posición que se tuviera [3]. Por ejemplo,<br />

fue muy importante la distinción legal británica <strong>en</strong>tre “corsarios”, que eran barcos<br />

o individuos reconocidos o patrocinados por un Estado europeo o cualquiera otro;<br />

y los “piratas”, que no pert<strong>en</strong>ecían a ningún Estado. El concepto de piratería se<br />

arraigó de forma tan int<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> el supuesto de un derecho a la dominación<br />

comercial, que a m<strong>en</strong>udo las naves europeas consideraron legítima su propia<br />

depredación de los comerciantes locales. En otros términos, la única difer<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong>tre “pirata” y “corsario” era que este último poseía una carta del gobierno que lo<br />

autorizaba a saquear.<br />

En la actualidad, la batalla contra la “piratería” se lleva a cabo <strong>en</strong> el reino del<br />

conocimi<strong>en</strong>to comercializado, y <strong>en</strong> la ley y la retórica del uso, la distribución y la<br />

producción ilegítimos de bi<strong>en</strong>es que giran <strong>en</strong> torno a políticas cada vez más<br />

proteccionistas que rig<strong>en</strong> los intangibles, tales como las marcas de fábrica, las<br />

pat<strong>en</strong>tes, y el derecho de autor. Los anteced<strong>en</strong>tes de estas políticas provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de<br />

los siglos XVI y XVII, cuando las leyes v<strong>en</strong>ecianas e inglesas concedieron los<br />

monopolios de la impresión a editoriales específicas, y establecieron el control<br />

directo del Estado (es decir, la c<strong>en</strong>sura). Durante el siglo XIX, el término “piratería”<br />

se aplicó cada vez más a las editoriales que hacían copias de libros para v<strong>en</strong>der<br />

sin permiso del autor o sin pagar comisiones por derecho de autor al autor<br />

original. Muchos de los debates <strong>en</strong> esta época giraban <strong>en</strong> torno a la reproducción<br />

no autorizada de trabajos <strong>en</strong> el extranjero, donde las leyes locales no t<strong>en</strong>ían<br />

jurisdicción.<br />

En una fase temprana <strong>en</strong> la historia de los Estados Unidos, el Congreso<br />

norteamericano reconoció el papel que desempeñarían la importación y la amplia<br />

diseminación de trabajos culturales, artísticos y ci<strong>en</strong>tíficos extranjeros <strong>en</strong> la<br />

promoción de la alfabetización y <strong>en</strong> el “desarrollo” económico, político, social y<br />

cultural. De esta forma, aunque la Ley Norteamericana de Derecho de autor de<br />

1790 ofrecía protección limitada a los autores nacionales, la Sección 5 de la Ley<br />

planteaba que:<br />

“...nada de lo dispuesto <strong>en</strong> esta ley se interpretará como una prohibición a<br />

la importación o v<strong>en</strong>ta, reimpresión o publicación d<strong>en</strong>tro de los Estados<br />

Unidos, de cualquier mapa, diagrama, libro o libros escritos, impresos o<br />

publicados por cualquier persona que no sea ciudadano de Estados<br />

Unidos, <strong>en</strong> el extranjero o <strong>en</strong> lugares que no estén bajo la jurisdicción de<br />

los Estados Unidos.” [4]<br />

Es decir, los que redactaron la primera ley norteamericana de derecho de autor<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dían que limitar el alcance de los derechos privados de propiedad del<br />

conocimi<strong>en</strong>to era de interés público y estatal. De esta forma, EE.UU. decidió<br />

establecer su propia soberanía sobre las reclamaciones de propiedad de otros<br />

Estados e individuos.<br />

De hecho, la “piratería” de libros y otras formas impresas estaba muy ext<strong>en</strong>dida<br />

<strong>en</strong> la época colonial de los estados norteamericanos [5]. Después de la<br />

indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, la apropiación de obras extranjeras fue estimulada por élites que<br />

planteaban que serviría para elevar el nivel cultural público (una definición<br />

demasiado inadecuada de “público”, compuesto por hombres blancos libres), así


como para estimular el desarrollo de la literatura nacional y de una industria<br />

editorial local [6]. Por ejemplo, Thomas Jefferson planteó que el acceso libre y<br />

abierto a la información era vital para el proceso democrático, y necesario para<br />

que el público se autogobernara. En realidad, el propio espíritu de la Cláusula de<br />

Derecho de autor 1787 de la Constitución de los Estados Unidos obliga al<br />

Congreso a equilibrar los intereses financieros individuales de los creadores con<br />

el interés del gran público con acceso a la información [7]. Esta cláusula se<br />

convirtió <strong>en</strong> la base legal del uso equitativo: el principio de que se harán<br />

excepciones del derecho de autor para fines de crítica, parodia, reportes de<br />

noticias y educación [8]. Los tiempos han cambiado.<br />

Para finales del siglo XIX, el desarrollo de la ley internacional de derecho de autor<br />

estaba bi<strong>en</strong> avanzado. En 1886, diez países (excluy<strong>en</strong>do a EE.UU., que no firmó<br />

hasta 1988) estaban preparados para firmar lo que se conoció como el Conv<strong>en</strong>io<br />

de Berna. Este Conv<strong>en</strong>io proporcionaba a todos los países participantes una<br />

garantía de respeto mutuo para las leyes nacionales de derecho de autor que<br />

proteg<strong>en</strong> las obras literarias, ci<strong>en</strong>tíficas y artísticas, y ofrecía excepciones<br />

limitadas para los países “<strong>en</strong> desarrollo”. Durante el sigui<strong>en</strong>te siglo, el Conv<strong>en</strong>io<br />

de Berna fue sometido a revisiones y firmado cada vez por más países. En 1967,<br />

se convirtió <strong>en</strong> la piedra angular de la Organización Mundial de la Propiedad<br />

Intelectual (OMPI), un órgano creado d<strong>en</strong>tro del sistema de la ONU para<br />

supervisar, desarrollar y promover la “propiedad intelectual” (derecho de autor,<br />

pat<strong>en</strong>tes, y marcas registradas).<br />

Entretanto, tecnologías como las fotocopiadoras, que impactaron el mercado <strong>en</strong><br />

1949 y cuyo empleo se ext<strong>en</strong>dió a finales de los años ses<strong>en</strong>ta, transformaron la<br />

“piratería” del libro y de partituras musicales <strong>en</strong> un floreci<strong>en</strong>te negocio<br />

internacional. Igualm<strong>en</strong>te a finales de los años ses<strong>en</strong>ta, la grabación de audio <strong>en</strong><br />

cintas magnetofónicas alteró la industria musical, los casetes rivalizaron con los<br />

discos de vinilo como forma estándar de distribución, y los propagandistas de la<br />

industria com<strong>en</strong>zaron a aplicar el término “piratería” a la duplicación masiva de<br />

forma ilícita de casetes de música para v<strong>en</strong>derlos a los consumidores [9]. En<br />

1971, la Ley Norteamericana de Grabación de Sonido inició la protección de las<br />

grabaciones de sonido bajo la ley de derecho de autor. En los años set<strong>en</strong>ta tuvo<br />

lugar el desarrollo y la difusión de las primeras video-caseteras prácticas para el<br />

hogar, y se produjeron las primeras copias “piratas” de películas comerciales. En<br />

respuesta a estos avances tecnológicos, las compañías de la industria<br />

cinematográfica presionaron al Congreso para la protección contra las propias<br />

tecnologías de duplicación, y demandaron mayores sanciones para la duplicación<br />

ilegal. Las compañías de grabación también influyeron para retardar la puesta <strong>en</strong><br />

circulación de las tecnologías que según ellas afectarían su monopolio de<br />

distribución. En la mayoría de los casos, la presión ejercida por la industria no<br />

logró impedir el desarrollo y la distribución de las tecnologías de duplicación [10].<br />

Sin embargo, la industria audiovisual presionó con éxito al Congreso<br />

norteamericano para p<strong>en</strong>alizar la “piratería”, y durante los últimos 30 a 40 años, el<br />

Congreso amplió repetidam<strong>en</strong>te las definiciones y sanciones por la infracción del<br />

derecho de autor. La Ley Norteamericana de Derecho de autor de 1976 expandió<br />

la aplicación de la ley a aquellos que incluso no habían obt<strong>en</strong>ido ni un c<strong>en</strong>tavo de<br />

la infracción, pero que se pudiera demostrar que int<strong>en</strong>taban obt<strong>en</strong>er ganancias; la<br />

Ley de Piratería y Modificaciones Falsificadas de EEUU de 1982 aum<strong>en</strong>tó<br />

significativam<strong>en</strong>te las sanciones por infringir las obras audiovisuales registradas


[11]. De modo similar, el rápido desarrollo de la industria de software de<br />

computación <strong>en</strong> los años och<strong>en</strong>ta estuvo acompañado de las exig<strong>en</strong>cias de la<br />

industria de software para la protección de sus “bi<strong>en</strong>es”. Sus esfuerzos se vieron<br />

premiados <strong>en</strong> 1992, cuando también se declaró ilegal la reproducción y<br />

distribución no autorizada de software con el fin de obt<strong>en</strong>er ganancias [12].<br />

Hasta hace muy poco, el término “piratería” se aplicaba sólo a la duplicación<br />

masiva con afán de lucro de copias impresas de textos, cont<strong>en</strong>ido audiovisual y<br />

software (copias realizadas <strong>en</strong> materiales físicos como papel, cinta magnetofónica<br />

o disco plástico). No fue hasta la adopción ext<strong>en</strong>dida de las nuevas tecnologías<br />

digitales y la Internet, a finales de los años nov<strong>en</strong>ta, que la industria com<strong>en</strong>zó a<br />

aplicar el término “piratería” a la práctica creci<strong>en</strong>te de intercambio libre de música,<br />

y a llamar “piratas” a los individuos que participaban <strong>en</strong> el intercambio libre de<br />

información. El Congreso hizo lo mismo. Aunque fue debatida acaloradam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong><br />

1997 salió a la luz la Ley Contra el Robo No Electrónico (NET por sus siglas <strong>en</strong><br />

inglés), que de hecho p<strong>en</strong>alizó el empleo de obras registradas,<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de la int<strong>en</strong>ción con que se hiciera. Al dejar de considerarse el<br />

afán de lucro como una característica que define la “piratería”, la int<strong>en</strong>ción de<br />

compartir librem<strong>en</strong>te el material ya no podría ser un pretexto para estar exonerado<br />

de una responsabilidad p<strong>en</strong>al. La Ley de Derechos de Autor <strong>en</strong> el Mil<strong>en</strong>io Digital<br />

(DMCA por sus siglas <strong>en</strong> inglés), promulgada <strong>en</strong> 1998 para acompasar la<br />

legislación norteamericana de propiedad intelectual con dos tratados de la<br />

Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) (el Tratado de Derecho<br />

de autor, de 1996, y el Tratado de Actuaciones y Fonogramas, de 1997), no solo<br />

materializó las expansiones antes m<strong>en</strong>cionadas, sino también restringió aún más<br />

el desarrollo de tecnologías que pudieran significar un debilitami<strong>en</strong>to de los<br />

sistemas de protección del derecho de autor. No obstante, la diseminación libre de<br />

archivos estalló <strong>en</strong> la conci<strong>en</strong>cia popular <strong>en</strong> 1999 con el conocido servicio de<br />

diseminación de archivos Napster.<br />

La historia norteamericana del derecho de autor, contada anteriorm<strong>en</strong>te, tuvo<br />

como telón de fondo el auge del desarrollo industrial norteamericano después de<br />

la II Guerra Mundial. Los procesos de investigación, producción y distribución<br />

surgidos como resultado de un complejo sólidam<strong>en</strong>te construido <strong>en</strong>tre la industria,<br />

la universidad y el ejército, proporcionaron a los Estados Unidos una creci<strong>en</strong>te<br />

v<strong>en</strong>taja económica basada principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la producción de nuevos<br />

conocimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> los sectores claves (tecnologías médicas y ci<strong>en</strong>tíficas,<br />

farmacéutica, química, electrónica, informática, etcétera). Particularm<strong>en</strong>te a lo<br />

largo de los últimos 60 años, el gobierno norteamericano reconoció que la<br />

producción del conocimi<strong>en</strong>to era fundam<strong>en</strong>tal para su crecimi<strong>en</strong>to económico y su<br />

seguridad nacional. Durante el mismo período, la propiedad del conocimi<strong>en</strong>to<br />

pasó de manos de los individuos a las corporaciones, y estas últimas tuvieron<br />

cada vez más éxito al exigir la aplicación de las protecciones del monopolio.<br />

Después de la II Guerra Mundial, el mundo seguía si<strong>en</strong>do muy desigual <strong>en</strong><br />

términos de la distribución del poder político y económico y, ciertam<strong>en</strong>te, lo mismo<br />

ocurría con respecto a las llamadas industrias del conocimi<strong>en</strong>to. En la década del<br />

set<strong>en</strong>ta, las poderosas industrias del conocimi<strong>en</strong>to d<strong>en</strong>tro de los EE.UU. habían<br />

incorporado de forma exitosa sus intereses a la política exterior norteamericana:<br />

la cláusula “301 Especial” de la Ley de Comercio de Estados Unidos de 1974 creó<br />

un mecanismo para presionar a los gobiernos extranjeros a acatar la ley<br />

norteamericana de derechos de autor y de pat<strong>en</strong>tes, elaborando una lista que


clasificaba a los países según su grado de infracción de “la propiedad intelectual”<br />

(“PI”). Ya <strong>en</strong> los años och<strong>en</strong>ta, EE.UU. había com<strong>en</strong>zado a tomar <strong>en</strong> serio su<br />

ag<strong>en</strong>da de “PI” <strong>en</strong> el extranjero mediante acuerdos comerciales, que presionaban<br />

a los países a acatar y aplicar las normas norteamericanas de derecho de autor y<br />

de pat<strong>en</strong>tes como una condición para el comercio. A pesar del hecho de que el<br />

Conv<strong>en</strong>io de Berna y otros acuerdos internacionales sobre “PI” concedieron<br />

excepciones a los países más pobres y a sus ag<strong>en</strong>das de desarrollo, aquellos<br />

países que no respetaron, o se negaron a aceptar, la ley norteamericana de “PI”,<br />

o hicieron uso pl<strong>en</strong>o de lic<strong>en</strong>cias reglam<strong>en</strong>tarias [13] u otras excepciones, fueron<br />

llamados cada vez más “piratas de la propiedad intelectual”.<br />

Sin embargo, los años och<strong>en</strong>ta eran solo el comi<strong>en</strong>zo de la relación <strong>en</strong>tre la ley de<br />

comercio y la “PI”. Frustrado porque los organismos internacionales exist<strong>en</strong>tes no<br />

obligaban a los países a observar las leyes de la “PI”, y superado <strong>en</strong> número <strong>en</strong><br />

los foros internacionales compuestos por delegados de nuevos Estados<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, que antes eran colonias (por ejemplo, instituciones de la ONU<br />

como la OMPI y la UNESCO), Estados Unidos desarrolló una estrategia para<br />

trasladar la lucha sobre la “PI” a otra parte. Las industrias de derecho de autor<br />

(audiovisual), <strong>en</strong> coordinación con las industrias de pat<strong>en</strong>tes (química y<br />

farmacéutica, y cada vez más del software), lucharon durante décadas por crear<br />

un fuerte sistema mundial de “PI”. Después de una feroz batalla d<strong>en</strong>tro de la<br />

OMPI (específicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre los gigantes de la industria del conocimi<strong>en</strong>to, como<br />

EE.UU., Japón, Reino Unido y Alemania, contra la inm<strong>en</strong>sa mayoría de los países<br />

<strong>en</strong> vías de desarrollo), la expansión del sistema de “PI” fue llevada a la fuerza a<br />

otro esc<strong>en</strong>ario. En 1996, el cont<strong>en</strong>ido y la int<strong>en</strong>ción del Conv<strong>en</strong>io de Berna y de<br />

otros conv<strong>en</strong>ios de derecho de autor, pat<strong>en</strong>tes, y marcas registradas fueron<br />

suplantados <strong>en</strong> gran medida por el acuerdo de la Organización Mundial del<br />

Comercio (OMC) sobre aspectos de los derechos de propiedad intelectual<br />

relacionados con el comercio (ADPIC). El ADPIC ha demostrado ser una<br />

herrami<strong>en</strong>ta muy eficaz para obligar a los países <strong>en</strong> vías de desarrollo a adoptar<br />

un sistema de “PI” al estilo norteamericano, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de que fuera o<br />

no por los mejores intereses de sus poblaciones, pues al incumplirlo se arriesgan<br />

a ser sometidos a sanciones comerciales. La OMPI quedó a la saga del ADPIC,<br />

pero continuó si<strong>en</strong>do parte importante de la armonización internacional de la ley<br />

de “PI”.<br />

A escala internacional, la campaña maximalista y anti-piratería de derecho de<br />

autor y de pat<strong>en</strong>te está ganando terr<strong>en</strong>o rápidam<strong>en</strong>te, sin una participación<br />

g<strong>en</strong>eral <strong>en</strong> el debate y sin que el público conozca lo que está <strong>en</strong> riesgo. Los<br />

gobiernos de Japón, la UE [14], Australia e incluso algunos países <strong>en</strong> vías de<br />

desarrollo [15], están adoptando cada vez más los argum<strong>en</strong>tos anti-piratería, que<br />

fueron desarrollados <strong>en</strong> un inicio por las industrias norteamericanas b<strong>en</strong>eficiadas.<br />

El término “piratería” no solo se emplea <strong>en</strong> las negociaciones comerciales<br />

bilaterales, regionales (ALCA) e internacionales (OMC), sino también ha sido<br />

utilizado de forma g<strong>en</strong>eralizada por el gobierno norteamericano <strong>en</strong> las<br />

instituciones multilaterales. Esto ocurre especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la OMPI, pero también<br />

d<strong>en</strong>tro de la UNESCO y <strong>en</strong> el proceso de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad<br />

de la Información (CMSI). Por ejemplo, la necesidad de combatir la “piratería” <strong>en</strong><br />

línea (y el “ciberterrorismo”) es un puntal de la posición norteamericana <strong>en</strong> la<br />

CMSI, así como <strong>en</strong> la UNESCO durante las negociaciones sobre el anteproyecto<br />

de Conv<strong>en</strong>io sobre la Protección y Promoción de Cont<strong>en</strong>idos Artísticos y


Expresiones Culturales [16].<br />

Un criterio de evaluación: acceso al conocimi<strong>en</strong>to<br />

Si se permite que continú<strong>en</strong> de forma descontrolada, los reci<strong>en</strong>tes<br />

acontecimi<strong>en</strong>tos de la ley de derechos de autor y de pat<strong>en</strong>te que amplían la<br />

definición y las sanciones por “piratería” traerán consigo serias implicaciones<br />

negativas para el fair use [17] y el dominio público, las tecnologías y las normas<br />

tecnológicas (por ejemplo, los requerimi<strong>en</strong>tos de los DRM), la educación y el área<br />

pública del conocimi<strong>en</strong>to. Un movimi<strong>en</strong>to creci<strong>en</strong>te y diverso considera que el<br />

actual sistema de “propiedad intelectual” es una am<strong>en</strong>aza para la democratización<br />

de la educación, la participación cívica, la promoción de la expresión creativa y la<br />

protección de una her<strong>en</strong>cia humana compartida de conocimi<strong>en</strong>to y creatividad.<br />

Muchos plantean que el problema debe ser reformulado: <strong>en</strong> lugar de preguntar<br />

“¿qué hay de malo <strong>en</strong> la piratería?”, se podría preguntar “¿qué hay de malo <strong>en</strong> la<br />

“propiedad intelectual”?” Sería un eufemismo decir que existe un acalorado<br />

debate sobre el actual empleo <strong>en</strong> la industria del término “piratería”.<br />

Las “industrias del derecho de autor” (de la música, el cine y especialm<strong>en</strong>te del<br />

software) emplean una definición sumam<strong>en</strong>te amplia de “piratería” que incluye<br />

toda duplicación, distribución y uso de material registrado sin autorización,<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de si dicha duplicación es realizada: 1) por empresas<br />

profesionales, que realizan una duplicación a gran escala y rev<strong>en</strong>d<strong>en</strong> materiales<br />

con afán de lucro; 2) por proveedores de servicios que pose<strong>en</strong> herrami<strong>en</strong>tas de<br />

distribución de archivos; 3) por individuos que usan las redes de distribución de<br />

archivos para intercambiar materiales librem<strong>en</strong>te; o incluso 4) por consumidores<br />

que sin saberlo se v<strong>en</strong> involucrados <strong>en</strong> la “piratería” al no compr<strong>en</strong>der totalm<strong>en</strong>te<br />

los términos de lic<strong>en</strong>cia de los productos que inicialm<strong>en</strong>te compraron, por ejemplo<br />

cuando hac<strong>en</strong> algunas copias extras para uso personal o familiar [18]. Todos<br />

estos usos del término “piratería”, exceptuando el primero, son ampliaciones<br />

serias que no deb<strong>en</strong> ser tomadas a la ligera. En parte debido a la expansión del<br />

término <strong>en</strong> la industria, los legisladores de la pasada década com<strong>en</strong>zaron a<br />

combinar la distribución gratis de cont<strong>en</strong>idos con la rev<strong>en</strong>ta de material registrado,<br />

al punto de que la distribución de archivos prácticam<strong>en</strong>te se ha convertido <strong>en</strong><br />

sinónimo de “piratería” [19].<br />

La propaganda de la industria (y del Estado) sobre la piratería dirigida a la opinión<br />

pública se basa <strong>en</strong> algunos puntos claves: primero, <strong>en</strong>fatizan <strong>en</strong> la vulnerabilidad<br />

del artista, el investigador o el programador, y el sufrimi<strong>en</strong>to directo de los<br />

creadores originales <strong>en</strong> manos de los “piratas”; segundo, plantean que sin los<br />

b<strong>en</strong>eficios económicos garantizados por una política fuerte de “propiedad<br />

intelectual” y una aplicación rigurosa, disminuiría la creatividad por falta de<br />

inc<strong>en</strong>tivos; tercero, afirman que las regulaciones débiles de la “propiedad<br />

intelectual”, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los países <strong>en</strong> vías de desarrollo, debilitan el<br />

“desarrollo”, impid<strong>en</strong> el sust<strong>en</strong>to de los artistas locales y el crecimi<strong>en</strong>to de la<br />

industria local, y am<strong>en</strong>azan el conocimi<strong>en</strong>to local. Aunque la industria financia<br />

costosos estudios que g<strong>en</strong>eran cifras muy especulativas para apoyar esas<br />

afirmaciones, los resultados son problemáticos y no concluy<strong>en</strong>tes [20].<br />

Aun si se aceptaran las cifras de la industria sobre las “ganancias perdidas”, esas<br />

cifras siempre <strong>en</strong>cubr<strong>en</strong> la relación explotadora <strong>en</strong>tre los titulares de los derechos<br />

corporativos y los productores originales. No resulta sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que exista un<br />

debate d<strong>en</strong>tro de la industria que rompe con las líneas de postura <strong>en</strong> la cad<strong>en</strong>a de


artículos de consumo. Los creadores, los editores, los pres<strong>en</strong>tadores, los<br />

publicistas, los v<strong>en</strong>dedores minoristas, todos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes intereses <strong>en</strong> <strong>juego</strong>.<br />

Incluso d<strong>en</strong>tro de cada categoría exist<strong>en</strong> intereses difer<strong>en</strong>tes; por ejemplo, <strong>en</strong>tre<br />

los artistas estrellas y la inm<strong>en</strong>sa mayoría, <strong>en</strong>tre las empresas titulares y las<br />

nuevas, <strong>en</strong>tre los distribuidores con modelo comercial basado <strong>en</strong> la v<strong>en</strong>ta de<br />

productos físicos y los que se dedican a la distribución digital. Sin embargo, existe<br />

un marcado y creci<strong>en</strong>te desacuerdo de los creadores que se resist<strong>en</strong> a la of<strong>en</strong>siva<br />

industrial contra la “piratería” <strong>en</strong> su nombre.<br />

También existe una polémica p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te con respecto a si las ganancias<br />

prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de las pat<strong>en</strong>tes y del derecho de autor son o no inc<strong>en</strong>tivos<br />

necesarios para la innovación. Hasta cierto punto, el debate está determinado por<br />

la dominación de la propaganda que describe las pérdidas por v<strong>en</strong>tas pot<strong>en</strong>ciales<br />

(y, <strong>en</strong> última instancia, no se puede comparar una copia “pirateada” con una<br />

compra perdida). Ahora bi<strong>en</strong>, afirmar que conferirles b<strong>en</strong>eficios económicos a los<br />

titulares de los derechos de “propiedad” intangible es el método más eficaz de<br />

apoyar la labor intangible es una posición ideológica, no un hecho económico<br />

concreto. La manera economicista estrecha <strong>en</strong> que se ha conducido el debate<br />

margina la exist<strong>en</strong>cia de otras estrategias para el apoyo económico.<br />

La estimación de la escala de “piratería” es sumam<strong>en</strong>te difícil aun cuando se<br />

conc<strong>en</strong>tre <strong>en</strong> la falsificación masiva de productos “duros” (casetes, CD, DVD). En<br />

lo refer<strong>en</strong>te a la “piratería” <strong>en</strong> línea, incluso la industria admite que sus mejores<br />

estimados son palos de ciego. Por ejemplo, <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que se escribe este<br />

artículo, los analistas del tráfico de Internet consideran que un tercio de todo el<br />

tráfico de Internet lo ocupan los archivos bittorr<strong>en</strong>t [21]. Se desconoce el<br />

porc<strong>en</strong>taje de tráfico de bittorr<strong>en</strong>t compuesto por la distribución gratuita de<br />

archivos de material audiovisual y software registrados, pero probablem<strong>en</strong>te sea<br />

alto. Si bi<strong>en</strong> resulta difícil calcular la cantidad de archivos que se intercambian, es<br />

más difícil aún solucionar las aseveraciones contradictorias acerca de los<br />

impactos de la “piratería” <strong>en</strong> las v<strong>en</strong>tas de la industria (¿repres<strong>en</strong>ta cada archivo<br />

intercambiado un producto que realm<strong>en</strong>te algui<strong>en</strong> quería comprar?), <strong>en</strong> la<br />

conducta del consumismo (¿estimula la frecu<strong>en</strong>te distribución de archivos a las<br />

personas a que escuch<strong>en</strong> una música que de otra forma nunca hubieran podido<br />

escuchar, y <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral las llevan a comprar más música?), y <strong>en</strong> los sust<strong>en</strong>tos de<br />

los creadores (¿crean los músicos mayores bases de admiradores, atra<strong>en</strong> a<br />

mayores multitudes para disfrutar los espectáculos <strong>en</strong> vivo, y v<strong>en</strong>d<strong>en</strong> más<br />

productos debido a la libre distribución de archivos?).<br />

En lo refer<strong>en</strong>te al software, la “piratería” ext<strong>en</strong>dida puede <strong>en</strong> última instancia<br />

contribuir a un aum<strong>en</strong>to de las v<strong>en</strong>tas, aun cuando las perjudiqu<strong>en</strong> a corto plazo.<br />

Esto se debe a que la “piratería” sirve para establecer una base de mercado para<br />

la explotación futura, y <strong>en</strong> algunos casos puede contribuir a la saturación casi<br />

monopolista del mercado. De hecho, esto es algo que los ejecutivos de Microsoft<br />

no han pasado por alto, y probablem<strong>en</strong>te sea la causa de la reci<strong>en</strong>te conducta<br />

“filantrópica” del gigante del software, particularm<strong>en</strong>te ante la “am<strong>en</strong>aza” que<br />

repres<strong>en</strong>tan los software libres de código abierto. El part<strong>en</strong>ariado de mil millones<br />

de dólares <strong>en</strong>tre Microsoft y el Programa de las Naciones Unidas para el<br />

Desarrollo, anunciada <strong>en</strong> el Foro Económico Mundial de 2004, constituye desde<br />

este punto de vista un esfuerzo para asegurar un segm<strong>en</strong>to del mercado, al<br />

atrapar a los usuarios de los países <strong>en</strong> vías de desarrollo <strong>en</strong> los productos de<br />

Microsoft. La expectativa es que las actuales “pérdidas” (el costo real de la


eproducción del software es casi cero) se comp<strong>en</strong>s<strong>en</strong> varias veces con las<br />

v<strong>en</strong>tas a los futuros mercados compuestos por empresas y consumidores, una<br />

vez que estos sean asegurados por la globalización continua de un fuerte sistema<br />

de “PI” al estilo norteamericano. El mismo argum<strong>en</strong>to puede aplicarse a la<br />

industria audiovisual, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de que el producto “pirata” <strong>en</strong> los países <strong>en</strong><br />

vías de desarrollo sirve para crear una demanda local de cont<strong>en</strong>ido, así como de<br />

infraestructura para la distribución y el consumo. Una vez creada la demanda,<br />

comi<strong>en</strong>za la presión para establecer una ley más estricta de “PI” y de “of<strong>en</strong>siva<br />

contra la piratería”, y la industria recogerá los b<strong>en</strong>eficios.<br />

A escala internacional, la industria ofrece cifras país por país que repres<strong>en</strong>tan las<br />

pérdidas estimadas por piratería cada año, y las emplea para presionar a los<br />

países <strong>en</strong> vías de desarrollo <strong>en</strong> las negociaciones comerciales [22]. Los grupos de<br />

la industria, que ejerc<strong>en</strong> presión a nombre de los gigantes titulares del derecho de<br />

autor y las pat<strong>en</strong>tes, plantean al gobierno norteamericano que el futuro de la<br />

hegemonía económica norteamericana será cada vez más dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de su<br />

dominio de la economía del conocimi<strong>en</strong>to [23]. Las recom<strong>en</strong>daciones de las<br />

industrias del derecho de autor para las negociaciones internacionales son<br />

aceptadas, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, casi al pie de la letra, y los países que aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> la<br />

lista ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que cambiar sus leyes nacionales de derecho de autor y pat<strong>en</strong>tes o<br />

recib<strong>en</strong> sanciones comerciales.<br />

Para resumir lo planteado hasta aquí: los limitados monopolios del conocimi<strong>en</strong>to<br />

protegidos por el Estado t<strong>en</strong>ían originalm<strong>en</strong>te la int<strong>en</strong>ción de promover la<br />

educación, las artes y las ci<strong>en</strong>cias equilibrando un mecanismo de inc<strong>en</strong>tivo para<br />

los creadores originales con los derechos del público a acceder al conocimi<strong>en</strong>to.<br />

Ahora, sin embargo, las grandes corporaciones son las dueñas de los monopolios<br />

del conocimi<strong>en</strong>to, no los creadores originales; los términos del derecho de autor<br />

se han ext<strong>en</strong>dido hasta casi un siglo [24] después de la muerte del autor, y las<br />

sanciones por las infracciones son mayores que nunca antes. La creci<strong>en</strong>te lista de<br />

“conocimi<strong>en</strong>to” protegido ha llegado a incluir hasta nuestro propio código g<strong>en</strong>ético,<br />

e incluso organismos vivos completos. ¿Cuáles son los costos? Un daño<br />

incalculable a la innovación, la educación, las artes, las ci<strong>en</strong>cias, al derecho de<br />

intercambiar información librem<strong>en</strong>te, y, <strong>en</strong> el caso de las pat<strong>en</strong>tes de<br />

medicam<strong>en</strong>tos, a las vidas humanas [25].<br />

En el contexto de la creci<strong>en</strong>te desigualdad económica, la estratificación del<br />

acceso al conocimi<strong>en</strong>to a través de los mecanismos del mercado marginará aún<br />

más la pobreza. Los países <strong>en</strong> vías de desarrollo, junto a innumerables grupos de<br />

la “sociedad civil”, continúan planteando que el paquete de “PI” de nombres de<br />

marcas, pat<strong>en</strong>tes y derechos de autor, ofrecido a través de ADPIC, la OMPI o<br />

acuerdos comerciales bilaterales, no es más que un medio para que las firmas ya<br />

dominantes se conviertan <strong>en</strong> monopolios regionales y mundiales. Además, a<br />

pesar de un discurso bi<strong>en</strong> elaborado sobre la necesidad especial de combatir la<br />

“piratería” audiovisual y otras formas de piratería <strong>en</strong> el mundo <strong>en</strong> vías de<br />

desarrollo, muchas personas plantean que los verdaderos piratas <strong>en</strong> el Sur son<br />

los biopiratas: las grandes empresas farmacéuticas y agrícolas del Norte que<br />

tratan de apoderarse de pat<strong>en</strong>tes de plantas medicinales y variedades de cultivos,<br />

“descubri<strong>en</strong>do” objetos que han sido desarrollados durante miles de años por los<br />

pueblos indíg<strong>en</strong>as [26].


Reclamación del patrimonio común<br />

Muchos reconoc<strong>en</strong> que el actual sistema proteccionista del derecho de autor y las<br />

pat<strong>en</strong>tes causa más daños que b<strong>en</strong>eficios. Algunos países <strong>en</strong> vías de desarrollo<br />

se están organizando, para asegurar que el sistema de “PI” incluido <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da<br />

“ADPIC-plus” no sea del todo contrario a sus intereses. Bibliotecarios, ci<strong>en</strong>tíficos,<br />

artistas y muchos otros continúan organizándose para promover un amplio acceso<br />

público libre al conocimi<strong>en</strong>to. La distribución de archivos ha aum<strong>en</strong>tado<br />

vertiginosam<strong>en</strong>te a pesar de los pleitos legales de la industria contra los usuarios<br />

finales. Históricam<strong>en</strong>te, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> EE.UU., el Congreso y los tribunales se han<br />

opuesto a c<strong>en</strong>surar completam<strong>en</strong>te el desarrollo tecnológico para aplacar las<br />

demandas de la industria [27]. En el pasado, las llamadas actividades “piratas”<br />

lograron alcanzar la legitimidad legal (por ejemplo, el movimi<strong>en</strong>to de radio “pirata”<br />

<strong>en</strong> EE.UU. trajo como resultado la legalización de estaciones FM de baja<br />

pot<strong>en</strong>cia). Al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> algunos casos, la privacidad ha triunfado por <strong>en</strong>cima de<br />

los intereses de la industria [28]. En el año 2004, la OMPI se vio forzada, por la<br />

presión de los países <strong>en</strong> vías de desarrollo y de la sociedad civil, a aceptar una<br />

revisión de sus actividades a la luz de los Objetivos de Desarrollo de las Naciones<br />

Unidas para el Mil<strong>en</strong>io. Reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, Brasil adoptó Creative Commons como la<br />

lic<strong>en</strong>cia preestablecida para las grabaciones musicales, y el software de código<br />

abierto <strong>en</strong> todas las instituciones públicas. Estas y muchas otras técnicas,<br />

estrategias y movimi<strong>en</strong>tos alternativos se están desarrollando d<strong>en</strong>tro y fuera del<br />

sistema actual de “propiedad intelectual”.<br />

Ag<strong>en</strong>da para el desarrollo.<br />

En el caso de medicam<strong>en</strong>tos es<strong>en</strong>ciales, una importante victoria <strong>en</strong> la ronda de la<br />

OMC efectuada <strong>en</strong> Doha aseguró excepciones de los ADPIC para el otorgami<strong>en</strong>to<br />

obligatorio de lic<strong>en</strong>cias para medicam<strong>en</strong>tos g<strong>en</strong>éricos bajo ciertas condiciones.<br />

Ahora, los países que lucharon por la excepción de Doha están presionando<br />

fuertem<strong>en</strong>te para reformar la OMPI de forma tal que la “PI” sea considerada como<br />

uno de los muchos mecanismos posibles para hacer llegar el conocimi<strong>en</strong>to<br />

necesario a los países <strong>en</strong> vías de desarrollo, y no como un fin <strong>en</strong> sí mismo.<br />

Además, Brasil, China y una lista creci<strong>en</strong>te de otros países <strong>en</strong> vías de desarrollo<br />

están movilizándose para adoptar el software de código abierto como norma <strong>en</strong><br />

las instituciones públicas. Sus argum<strong>en</strong>tos van desde la sost<strong>en</strong>ibilidad económica,<br />

dado el alto costo de mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to del software pat<strong>en</strong>tado, hasta la seguridad.<br />

En términos de “bi<strong>en</strong>es” culturales, el Ministerio de Cultura Brasileño, <strong>en</strong>cabezado<br />

por el músico y activista de la justicia social Gilberto Gil, propuso reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

adoptar una lic<strong>en</strong>cia similar a la asignación y distribución no comercial de<br />

Creative Commons como la lic<strong>en</strong>cia preestablecida para las grabaciones<br />

musicales, basado <strong>en</strong> el argum<strong>en</strong>to de que la disponibilidad de un patrimonio<br />

creativo común es es<strong>en</strong>cial para el nuevo trabajo creativo. Además, algunos<br />

países <strong>en</strong> vías de desarrollo han aum<strong>en</strong>tado la presión para instituir mecanismos<br />

legales internacionales para def<strong>en</strong>derse contra la “biopiratería” y para proteger a<br />

los pueblos indíg<strong>en</strong>as contra la apropiación de su conocimi<strong>en</strong>to tradicional y sus<br />

expresiones creativas a través de derechos de autor y pat<strong>en</strong>tes no validadas.<br />

Tratado de Acceso al Conocimi<strong>en</strong>to.<br />

En febrero de 2005, una importante confer<strong>en</strong>cia organizada <strong>en</strong> Ginebra por<br />

Consumer Project on Technology (CPTech), Third World Network (TWN) y la<br />

Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios (IFLA por sus siglas <strong>en</strong><br />

inglés) contó con una gran participación de grupos de interés público,


investigadores, académicos y diplomáticos para discutir la creación de un<br />

“Tratado de Acceso al Conocimi<strong>en</strong>to”. Esta acción de la sociedad civil dio<br />

seguimi<strong>en</strong>to a un reclamo de Arg<strong>en</strong>tina y Brasil a la OMPI de una “Ag<strong>en</strong>da para el<br />

Desarrollo”. Esta confer<strong>en</strong>cia “a2k” se c<strong>en</strong>tró <strong>en</strong> organizar estrategias y un<br />

pot<strong>en</strong>cial camino común a seguir: un tratado que equilibre mejor las necesidades<br />

de información de públicos difer<strong>en</strong>tes con los intereses privados de los titulares<br />

del derecho de autor. Materialm<strong>en</strong>te, el Tratado de Acceso al Conocimi<strong>en</strong>to podría<br />

incluir excepciones y limitaciones a pat<strong>en</strong>tes y derecho de autor <strong>en</strong> áreas claves<br />

como la salud pública y la educación [29].<br />

Movimi<strong>en</strong>to de software libre/de código abierto.<br />

La difusión mundial del movimi<strong>en</strong>to de software libre/de código abierto (F/LOSS<br />

por sus siglas <strong>en</strong> inglés) es uno de los ejemplos más importantes contra la<br />

cruzada anti-“piratería”. Miles de programadores consagran su tiempo a trabajar<br />

<strong>en</strong> software con código fu<strong>en</strong>te abierto al público (código abierto), y <strong>en</strong> muchos<br />

casos de uso gratuito y pat<strong>en</strong>tado de forma que otros puedan desarrollarlo y<br />

mejorarlo, pero sólo bajo la condición de que su trabajo también sea gratuito y<br />

abierto (software libre). A medida que aum<strong>en</strong>ta el éxito del software libre, los<br />

gigantes del software lo <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> forma de una creci<strong>en</strong>te presión para obt<strong>en</strong>er<br />

pat<strong>en</strong>tes de software, algo ya común <strong>en</strong> los Estados Unidos y que está si<strong>en</strong>do<br />

sometido a consideración <strong>en</strong> la UE.<br />

Distribución de la música.<br />

Muchos músicos indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes plantean que, para la inm<strong>en</strong>sa mayoría de los<br />

músicos que se ganan más la vida por las actuaciones <strong>en</strong> vivo que por el cobro de<br />

comisiones por derechos de autor sobre las grabaciones, la distribución gratis de<br />

la música a través de las redes de distribución de archivos no constituye una<br />

am<strong>en</strong>aza, sino una forma de publicidad gratuita y una manera de aum<strong>en</strong>tar el<br />

número de admiradores. Otros promuev<strong>en</strong> un modelo “shareware” de grabaciones<br />

de audio donde la distribución es gratuita, pero se insta a los admiradores a que<br />

don<strong>en</strong> una pequeña cantidad directam<strong>en</strong>te al artista si disfrutan de la grabación<br />

[30]. Como todo el dinero va directam<strong>en</strong>te al artista, incluso las pequeñas<br />

donaciones de los admiradores significan más para los músicos que el modelo de<br />

la industria, donde la inm<strong>en</strong>sa mayoría de los precios desaparece a lo largo de<br />

una cad<strong>en</strong>a de intermediarios. Tales actitudes hacia la distribución de archivos<br />

<strong>en</strong>tre los creadores no son marginales: un reci<strong>en</strong>te estudio realizado por Pew<br />

Internet y American Life sobre los músicos y artistas [31] concluyó que, aunque<br />

los artistas están divididos <strong>en</strong> sus actitudes con respecto a la distribución de<br />

archivos, la mayoría (2/3) no considera la Internet como una am<strong>en</strong>aza a su<br />

sust<strong>en</strong>to, y una parte significativa considera que la distribución gratuita de<br />

archivos los ha ayudado <strong>en</strong> sus carreras.<br />

Redes punto a punto (P2P).<br />

La tecnología P2P reemplaza al modelo <strong>en</strong> el cual la información está hospedada<br />

<strong>en</strong> un único servidor que <strong>en</strong>vía un archivo por usuario, por un modelo de red<br />

donde cada usuario puede recuperar la información compartida directam<strong>en</strong>te<br />

desde las máquinas de cada uno de los otros usuarios. De esta manera, se<br />

optimiza el uso del ancho de banda y resulta más fácil descargar los archivos que<br />

realm<strong>en</strong>te ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una alta demanda (debido a que exist<strong>en</strong> más copias disponibles<br />

y más máquinas que proporcionan acceso a ellos). Aunque las industrias<br />

audiovisuales están int<strong>en</strong>tando convertir la tecnología P2P <strong>en</strong> sinónimo de<br />

“piratería”, la propia tecnología ti<strong>en</strong>e una amplia gama de usos. La tecnología P2P


ha permitido la comunicación desc<strong>en</strong>tralizada a comunidades, movimi<strong>en</strong>tos,<br />

grupos de interés, campañas, etcétera. Esta tecnología permite a los disid<strong>en</strong>tes<br />

que viv<strong>en</strong> bajo gobiernos represivos comunicarse <strong>en</strong>tre sí y con el resto del<br />

mundo. Cada vez es mayor el número de personas que participa <strong>en</strong> lo que se ha<br />

dado <strong>en</strong> llamar “producción pública <strong>en</strong>tre colegas”, donde la producción del<br />

conocimi<strong>en</strong>to, de obras artísticas y de servicios se basa <strong>en</strong> recursos de dominio<br />

público y organizados por colegas. Sin embargo, la tecnología P2P está bajo la<br />

am<strong>en</strong>aza legal de la industria: <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que se escribe este artículo, la<br />

Corte Suprema de los Estados Unidos está escuchando los argum<strong>en</strong>tos sobre la<br />

tecnología P2P, y decidirá si se permitirá legalm<strong>en</strong>te continuar desarrollándola.<br />

Una amplia gama de grupos de interés público se ha unido para def<strong>en</strong>der la<br />

tecnología P2P e instar a la corte a que se apoye <strong>en</strong> el preced<strong>en</strong>te establecido <strong>en</strong><br />

el caso Betamax, que plantea que son los usuarios, y no las tecnologías, qui<strong>en</strong>es<br />

infring<strong>en</strong> el derecho de autor [32]. Entretanto, el número de usuarios de P2P<br />

continúa creci<strong>en</strong>do.<br />

Publicación de libre acceso.<br />

Las bases de datos y archivos que son propiedad de revistas académicas, a las<br />

que ni siquiera muchas universidades de los Estados Unidos pued<strong>en</strong> permitirse el<br />

lujo de suscribirse, garantizan virtualm<strong>en</strong>te que los países <strong>en</strong> vías de desarrollo<br />

no t<strong>en</strong>gan acceso sufici<strong>en</strong>te al conocimi<strong>en</strong>to producido <strong>en</strong> ambi<strong>en</strong>tes con más<br />

financiami<strong>en</strong>to. Esta grave desigualdad impide a los países <strong>en</strong> vías de desarrollo<br />

acceder a un conocimi<strong>en</strong>to que puede ser es<strong>en</strong>cial para mejorar las condiciones<br />

locales, impide su participación <strong>en</strong> la investigación actual, y establece ag<strong>en</strong>das de<br />

investigación según las prioridades de los países adinerados [33]. Sin embargo,<br />

existe una solución: la publicación libre, que básicam<strong>en</strong>te pone a disposición<br />

artículos de revistas y otros materiales <strong>en</strong> línea sin costo alguno y sin restricción<br />

de acceso, ha estado creci<strong>en</strong>do espectacularm<strong>en</strong>te. Exist<strong>en</strong> numerosos modelos<br />

de cómo subv<strong>en</strong>cionar la producción y evaluación por colegas, y un número<br />

creci<strong>en</strong>te de ag<strong>en</strong>cias y fundaciones exig<strong>en</strong> o promuev<strong>en</strong> el acceso gratuito <strong>en</strong><br />

línea a las publicaciones resultantes de la investigación que ellos han ayudado a<br />

financiar [34].<br />

Lic<strong>en</strong>cias alternativas.<br />

Están apareci<strong>en</strong>do varias formas de lic<strong>en</strong>cias alternativas, <strong>en</strong>tre las que se<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra la Lic<strong>en</strong>cia del Público G<strong>en</strong>eral (GPL por sus siglas <strong>en</strong> inglés) bajo la<br />

cual ti<strong>en</strong>e lugar el desarrollo de muchos software libres de código abierto, el<br />

copyleft y las lic<strong>en</strong>cias Creative Commons [35], que son una vía amigable al<br />

usuario para separar los derechos de autoría, de explotación y de duplicación. Por<br />

ejemplo, la lic<strong>en</strong>cia Creative Commons, similar a la asignación y distribución no<br />

comercial, significa que cualquiera puede usar librem<strong>en</strong>te la obra protegida por la<br />

lic<strong>en</strong>cia, y puede incorporar fragm<strong>en</strong>tos de ella <strong>en</strong> su propia obra. El que lo haga,<br />

debe dar crédito al autor de la obra protegida por la lic<strong>en</strong>cia y, lo más importante,<br />

debe lic<strong>en</strong>ciar su propia nueva obra bajo los mismos términos. Las lic<strong>en</strong>cias GPL,<br />

copyleft, y Creative Commons ayudan a g<strong>en</strong>erar un dominio público sólido.<br />

El futuro del conocimi<strong>en</strong>to<br />

¿Cuál será el futuro del conocimi<strong>en</strong>to? El conocimi<strong>en</strong>to, a difer<strong>en</strong>cia de la mano<br />

de obra o la tierra, puede reproducirse infinitam<strong>en</strong>te. El dinamismo del crecimi<strong>en</strong>to<br />

creativo dep<strong>en</strong>de de su reproducción. Las leyes basadas <strong>en</strong> el principio de la<br />

escasez son absurdas <strong>en</strong> este contexto. La “tragedia del área pública”, un<br />

argum<strong>en</strong>to empleado para justificar la delimitación de la tierra para garantizar el


aum<strong>en</strong>to de la producción, no se aplica al conocimi<strong>en</strong>to. La privatización del<br />

conocimi<strong>en</strong>to restringe la innovación y la productividad. Cuando los intereses<br />

corporativos patrocinados por el Estado continúan ampliando los términos de la<br />

propiedad sobre la creatividad humana, lo hac<strong>en</strong> a exp<strong>en</strong>sas del dominio público;<br />

<strong>en</strong>tonces, ¿quién es el ladrón <strong>en</strong> la batalla por los límites de las áreas públicas del<br />

conocimi<strong>en</strong>to? Esta batalla se está llevando a cabo <strong>en</strong> las instituciones políticas<br />

locales, nacionales, regionales e internacionales, y es un debate que ninguno de<br />

nosotros puede permitirse el lujo de ignorar.<br />

Notas y refer<strong>en</strong>cias<br />

[1] “[del griego] acometer, atacar, asaltar. Cf. Fr. pirate (1448 in Hatz.-Darm.), Es.,<br />

Pt., It. pirata, Ne. piraat, De. Su. Da. pirat. 1. Algui<strong>en</strong> que roba y saquea <strong>en</strong> el mar,<br />

<strong>en</strong> ríos navegables, etc., o navega con ese propósito; algui<strong>en</strong> que practica la<br />

piratería; o es ladrón del mar. 2. transf. Barco utilizado para la piratería o tripulado<br />

por piratas; un barco pirata. 3. Cualquiera que se dedique al saqueo, que robe<br />

con viol<strong>en</strong>cia; un maleante, saqueador, usurpador. También fig. 4. fig. a. Algui<strong>en</strong><br />

que reproduce sin permiso o se apropia, para su propio b<strong>en</strong>eficio, de una<br />

composición literaria, artística, o musical, o de una idea o inv<strong>en</strong>ción de otro, o, por<br />

lo g<strong>en</strong>eral de cualquier cosa a la que no t<strong>en</strong>ga derecho; específicam<strong>en</strong>te algui<strong>en</strong><br />

que usurpa el derecho de autor de otro. b. Algui<strong>en</strong> que recibe o transmite<br />

programas de radio sin t<strong>en</strong>er lic<strong>en</strong>cia para ello. El empleo actual se refiere a las<br />

transmisiones radiales.” Tomado de Oxford English Dictionary (1989). OED<br />

Online. Oxford University Press. 21 de marzo de 2005.<br />

http://dictionary.oed.com/cgi/<strong>en</strong>try...<br />

[2] Risso, Patricia (2001): “Cross-Cultural Perceptions of Piracy: Maritime Viol<strong>en</strong>ce<br />

in the Western Indian Ocean and Persian Gulf Region during a Long Eighte<strong>en</strong>th<br />

C<strong>en</strong>tury,” Journal of World History - Volum<strong>en</strong> 12, Número 2, Otoño de 2001, pp.<br />

293-319. University of Hawaii Press.<br />

[3] Por ejemplo, ver la descripción de Risso (2001), de un Kanhoji del siglo XVII,<br />

un “pirata” para los británicos, <strong>en</strong>emigo del estado Mogol, pero para otros un<br />

campeón de la resist<strong>en</strong>cia india; o de William Kidd, “pirata” para la Compañía<br />

Británica de las Indias Ori<strong>en</strong>tales, autoproclamado “corsario” al servicio de la<br />

corona, y agresor europeo para los Mogoles.<br />

[4] Ley de Derecho de autor, 31 de mayo de 1970, sección 5. Vea Paltry, William<br />

F. (1994): “Copyright Law and Practice.” The Bureau of National Affairs, Inc., 1994:<br />

33. http://digital-law-online.info/patr...<br />

[5] “Los Estados Unidos se destacaron con respecto a países como Francia,<br />

donde el Decreto de 1852 de Luis Napoleón prohibía la falsificación de<br />

docum<strong>en</strong>tos nacionales y extranjeros. Otros países que eran afectados por la<br />

piratería norteamericana tomaron represalias al rechazar el derecho de autor de<br />

los norteamericanos. A pesar de la presión de numerosos autores y celebridades<br />

a ambos lados del Atlántico, las leyes norteamericanas de derecho de autor no<br />

permitieron proteger el derecho de autor de docum<strong>en</strong>tos extranjeros durante todo<br />

un siglo.” Khan, B. Zorina (2002): “Intellectual Property and Economic<br />

Developm<strong>en</strong>t: Lessons from American and European History.” Comisión sobre los<br />

Derechos de la Propiedad Intelectual.http://www.iprcommission.org/papers...<br />

[6] Ibid.


[7] Las personificaciones originales del derecho de autor fueron mucho más<br />

protectoras de los intereses del público que de los monopolios de los titulares de<br />

los derechos. Vaidhyanathan, Siva (2001): Copyrights and copywrongs: the rise of<br />

intellectual property and how it threat<strong>en</strong>s creativity. Nueva York: New York<br />

University Press. Boyle, James (2003): “The second <strong>en</strong>closure movem<strong>en</strong>t and the<br />

construction of the public domain.” Law and Contemporary Problems, Enero de<br />

2003. http://www.law.duke.edu/journals/lc...<br />

[8] Vea las páginas sobre derecho de autor y fair use <strong>en</strong> Stanford University<br />

Libraries: http://fairuse.stanford.edu/index.html<br />

[9] Chesterman, John, y Andy Libman (1988): The Electronic pirates: DIY crime of<br />

the c<strong>en</strong>tury. Londres: Comedia Books.<br />

[10] Por ejemplo <strong>en</strong> el “caso Betamax” de 1984, la Corte Suprema de los Estados<br />

Unidos confirmó el derecho de la Sony a v<strong>en</strong>der equipos de grabación de videos<br />

para el hogar. Sony Corp. v. Universal City Studios (1984): 464 U.S. 417, 104 S.<br />

Ct. 774, 78 L. Ed. 2D 574. http://www.eff.org/legal/cases/sony...<br />

[11] Harvard Law Review (1999): “The criminalization of copyright infringem<strong>en</strong>t in<br />

the digital era.” Harvard Law Review, 112(7): 1705-1722. Recuperado el 20 de<br />

marzo de 2005 de la base de datos Academic Universe/Lexis-Nexis.<br />

[12] Ibid.<br />

[13] « Una lic<strong>en</strong>cia compulsoria es una lic<strong>en</strong>cia para emplear una pat<strong>en</strong>te, un<br />

derecho de autor u otro derecho exclusivo mediante la cual un gobierno obliga a<br />

su titular a concederla a otros. Ejemplos <strong>en</strong> la ley de pat<strong>en</strong>tes: Las lic<strong>en</strong>cias de<br />

pat<strong>en</strong>te compulsoria constituy<strong>en</strong> una flexibilidad de los requisitos de pat<strong>en</strong>tes<br />

otorgada a los gobiernos durante la Cuarta Confer<strong>en</strong>cia Ministerial del Tratado de<br />

la Organización Mundial de Comercio <strong>en</strong> el año 2001 para satisfacer necesidades<br />

emerg<strong>en</strong>tes de productos pat<strong>en</strong>tados (como los medicam<strong>en</strong>tos que salvan vidas).<br />

Los gobiernos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> derecho de decidir qué constituye una situación de<br />

emerg<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> su país. » http://<strong>en</strong>.wikipedia.org/wiki/Compul...<br />

[14] En los países ricos, el empleo del término “piratería”, aplicado a la distribución<br />

de archivos por Internet, ha estado <strong>en</strong>cabezado principalm<strong>en</strong>te por la industria<br />

norteamericana y, por ext<strong>en</strong>sión, por el gobierno de los Estados Unidos. Los<br />

países de la UE estaban algo divididos, por un lado, con respecto al acuerdo<br />

g<strong>en</strong>eral sobre la necesidad de fortalecer el sistema de PI y, por otro lado, a la<br />

resist<strong>en</strong>cia fr<strong>en</strong>te a algunos aspectos de la ley norteamericana de PI. Por ejemplo,<br />

<strong>en</strong> estos mom<strong>en</strong>tos está t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do lugar <strong>en</strong> la UE una <strong>en</strong>carnizada batalla que<br />

perdura desde el año 2004/2005 sobre si ext<strong>en</strong>der o no las pat<strong>en</strong>tes a los<br />

software. Finalm<strong>en</strong>te el Parlam<strong>en</strong>to Europeo decidió declinar la pat<strong>en</strong>tabilidad del<br />

software. En la actualidad también existe una propuesta para una Directiva<br />

europea sobre la Piratería.<br />

[15] Por ejemplo, durante las negociaciones de la UNESCO, la delegación de<br />

B<strong>en</strong>in planteó que el tema de la piratería debía ser incluido, debido a que esto<br />

contribuiría a proteger “a los famélicos músicos africanos que no pued<strong>en</strong><br />

alim<strong>en</strong>tarse debido a la piratería”, la delegación de K<strong>en</strong>ya tuvo una postura<br />

similar. Media Trade Monitor (2005). UNESCO intergovernm<strong>en</strong>tal session II,<br />

Fourth Day: Thursday, February 3, 2005. http://www.mediatrademonitor.org/no...<br />

[16] Vea las posiciones del Departam<strong>en</strong>to de Estado de los Estados Unidos con


especto a la CMSI <strong>en</strong> http://www.estate.gov/e/eb/cip/WSIS/; y vea<br />

http://www.mediatrademonitor.org para una actualización detallada de las<br />

posiciones de los Estados Unidos con respecto a la “piratería” durante las<br />

reci<strong>en</strong>tes negociaciones <strong>en</strong> la UNESCO.<br />

[17] “La doctrina de uso razonable es un aspecto de la ley del derecho de autor<br />

de Estados Unidos que permite la cita o incorporación legal o ilegal de material<br />

protegido por el derecho de autor <strong>en</strong> el trabajo de otros autores, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong><br />

cu<strong>en</strong>ta ciertas condiciones específicas. (...) El uso razonable pone a disposición<br />

del público los trabajos protegidos por el derecho de autor como materia prima sin<br />

que sea necesario un permiso o una autorización para su reproducción, siempre y<br />

cuando el uso libre sirva más a los propósitos de la ley de derecho de autor, que<br />

la Constitución de los Estados Unidos define como la promoción del “Progreso de<br />

la Ci<strong>en</strong>cia y las Artes aplicables” (I.1.8), que a la aplicación legal de<br />

reclamaciones por infracción. Por tanto, la doctrina int<strong>en</strong>ta equilibrar los intereses<br />

individuales de los titulares del derecho de autor con los b<strong>en</strong>eficios sociales o<br />

culturales que tra<strong>en</strong> consigo la creación y la distribución de los trabajos derivados”<br />

http://<strong>en</strong>.wikipedia.org/wiki/Fair_use En Europa, el “derecho a la copia privada”, a<br />

pesar de que se basa <strong>en</strong> un <strong>en</strong>foque jurídico totalm<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>te, desempeña un<br />

papel similar <strong>en</strong> el int<strong>en</strong>to de establecer un equilibrio <strong>en</strong>tre los difer<strong>en</strong>tes intereses<br />

de las partes implicadas.<br />

[18] Vea, por ejemplo, las actuales definiciones del término “piratería” que utilizan<br />

las industrias del software, del cine, y de las grabaciones: Software and<br />

Information Industry Alliance (2005): “What is Piracy?” SIAA.<br />

http://www.siia.net/piracy/whatis.asp ; Motion Picture Association of America<br />

(2005): “Anti-Piracy.” MPAA. http://www.mpaa.org/anti-piracy/ ; Recording Industry<br />

Association of America (2005): “Anti-Piracy.” RIAA.<br />

http://www.riaa.com/issues/piracy/d...<br />

[19] Vea <strong>en</strong> particular los debates sobre la Ley Contra el Robo No Electrónico de<br />

1997, que p<strong>en</strong>alizó la diseminación de archivos musicales aun cuando no fuera<br />

con fines de lucro (Goldman, Eric (2003): “A Road to No Warez: The No Electronic<br />

Theft Act and Criminal Copyright Infringem<strong>en</strong>t. “Oregon Law Review, Vol, 82.<br />

http://ssrn.com/abstract=520122), y la Ley de Derecho de Autor del Mil<strong>en</strong>io Digital<br />

de 1998, que concedió a los titulares de la propiedad intelectual el derecho a<br />

retirar el uso razonable y otros derechos relacionados del público para proteger un<br />

esquema comercial de “gestión de los derechos digitales”, e interferir el<br />

funcionami<strong>en</strong>to legítimo de los sistemas de distribución de archivos punto a punto.<br />

Probablem<strong>en</strong>te la DMCA sea “inconstitucional” (Electronic Frontier Foundation,<br />

2005 “Digital Mill<strong>en</strong>nium Copyright Act (DMCA) Archive.”<br />

http://www.eff.org/IP/DMCA/).<br />

[20] Exist<strong>en</strong> algunas evid<strong>en</strong>cias, principalm<strong>en</strong>te patrocinadas por la industria, de<br />

que la distribución de archivos perjudica las v<strong>en</strong>tas de música. Para una lista de<br />

<strong>en</strong>laces a los estudios (principalm<strong>en</strong>te patrocinados por la industria) <strong>en</strong> los que<br />

aparece este planteami<strong>en</strong>to, vea European Audiovisual Observatory, 2005 “Report<br />

and Studies of the Economic and Sociological Dim<strong>en</strong>sion of Peer-to-Peer.”,<br />

http://www.obs.coe.int/db/gavis/piracy.html#3>. Sin embargo, esto se contradice<br />

con estudios reci<strong>en</strong>tes que han hallado una fuerte evid<strong>en</strong>cia de que la distribución<br />

de archivos no ti<strong>en</strong>e un impacto estadístico, o de que quizás incluso aum<strong>en</strong>ta las<br />

v<strong>en</strong>tas de música, según Oberholzer y Strumpf (2004) qui<strong>en</strong>es concluyeron que el<br />

impacto de la distribución de archivos <strong>en</strong> las v<strong>en</strong>tas de música era


“estadísticam<strong>en</strong>te indistinguible de cero.” Oberholzer, Félix, y Koleman Strumpf<br />

(2004). “The Effect of Filesharing on Record Sales: an Empirical Analysis.”<br />

http://www.unc.edu/ cigar/papers/Fi...<br />

[21] Bittorr<strong>en</strong>t es un programa de distribución de archivos punto a punto muy<br />

popular http://www.bittorr<strong>en</strong>t.com. CacheLogic (2004). “The True Picture of Peer to<br />

Peer Filesharing.” CacheLogic. http://www.cachelogic.com/research/...<br />

[22] Vea el sitio Web de la Alianza Internacional de Propiedad Intelectual<br />

(http://www.iipa.com) para los estimados anuales de las “pérdidas como<br />

consecu<strong>en</strong>cia de la piratería”, así como la metodología empleada para “calcular”<br />

estas cifras y las suger<strong>en</strong>cias de la coalición industrial al USTR (por ejemplo,<br />

“2005 Special 301 Report on Global Copyright Protection and Enforcem<strong>en</strong>t.” IIPA.<br />

http://www.iipa.com/special301_TOCs.... La IIPA es una coalición de la Asociación<br />

de Editores Estadounid<strong>en</strong>ses (AAP), la Alianza de Software Comercial (BSA), la<br />

Asociación de Software de Entret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to (ESA), la Alianza de Cine y Televisión<br />

Indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes (IFTA), la Asociación Cinematográfica Estadounid<strong>en</strong>se (MPAA), y<br />

la Asociación Estadounid<strong>en</strong>se de la Industria Discográfica (RIAA).<br />

[23] El Informe anual de 2004 de la Alianza de Propiedad Intelectual Internacional<br />

(IIPA), titulado “Industrias del Derecho de Autor <strong>en</strong> la Economía norteamericana,”<br />

proporciona datos que indican la importancia de estas industrias para el bi<strong>en</strong>estar<br />

económico de los EE.UU. (http://www.iipa.com/pdf/2004_SIWEK_...). Pero la IIPA<br />

no se detuvo ahí: cada año, la organización pres<strong>en</strong>ta sus datos junto con<br />

recom<strong>en</strong>daciones al Repres<strong>en</strong>tante de Comercio de los Estados Unidos (USTR)<br />

para la actualización anual de la lista “Special 301”.<br />

[24] En Europa, el término es de 70 años después de la muerte del autor.<br />

[25] Para más información sobre los costos de un régim<strong>en</strong> maximalista derecho<br />

de autor y de pat<strong>en</strong>te, vea el trabajo de Lawr<strong>en</strong>ce Lessig (The Future of Ideas:<br />

The Fate of the Commons in a Connected World. Nueva York: Random House),<br />

Siva Vaidhyanathan (op. cit), Peter Drahos y John Braithwaite (Information<br />

Feudalism: Who Owns The Knowledge Economy? Londres: Earthscan. 2001), y<br />

James Boyle (op.cit.), <strong>en</strong>tre otros.<br />

[26] Por ejemplo, la India ha luchado <strong>en</strong> contra de pat<strong>en</strong>tar las plantas y otros<br />

organismos vivos, aunque los ADPIC requier<strong>en</strong> que esas formas de vida sean<br />

pat<strong>en</strong>tables (éste fue un problema muy polémico <strong>en</strong> la historia de la Ley<br />

Norteamericana de Pat<strong>en</strong>tes). La India obtuvo una victoria <strong>en</strong> la Oficina de<br />

Pat<strong>en</strong>te de la UE sobre un int<strong>en</strong>to del Departam<strong>en</strong>to de Agricultura de los Estados<br />

Unidos y la empresa WR Grace para pat<strong>en</strong>tar el acederaque que había sido<br />

empleado durante mucho tiempo <strong>en</strong> aplicaciones medicinales y fungicidas y no se<br />

consideraba de ninguna forma como producto novedoso “descubierto” por WR<br />

Grace o el Departam<strong>en</strong>to de Agricultura de los Estados Unidos. Está aum<strong>en</strong>tando<br />

la conci<strong>en</strong>cia sobre los riesgos que repres<strong>en</strong>ta el nuevo sistema de “PI” para los<br />

conocimi<strong>en</strong>tos tradicionales de todo tipo. La pregunta es, ¿será posible conv<strong>en</strong>cer<br />

a los países de que el propio sistema de “PI” no es necesario para “proteger” el<br />

conocimi<strong>en</strong>to tradicional? ¿Puede permanecer así el conocimi<strong>en</strong>to local <strong>en</strong> el<br />

dominio público? Y <strong>en</strong>tonces, ¿cuáles son los mecanismos que permitirían al<br />

conocimi<strong>en</strong>to tradicional o público seguirlo si<strong>en</strong>do, sin que siga vulnerable a la<br />

piratería corporativa? Algunas lecturas sobre la biopiratería: Merson J., “Bioprospecting<br />

or bio-piracy: intellectual property rights and biodiversity in a colonial<br />

and postcolonial context”: Osiris. 2000; 15: 282-96 Posey DA., “Commodification


of the sacred through intellectual property rights”, J Ethnopharmacol, noviembre<br />

de 2002; 83(1-2):3-12. Timmermans K., “Intellectual property rights and traditional<br />

medicine: policy dilemmas at the interface.” Soc Sci Med, agosto de 2003;<br />

57(4):745-56.<br />

[27] Por ejemplo <strong>en</strong> 1984 <strong>en</strong> el “caso Betamax,” el Tribunal Supremo de los<br />

Estados Unidos def<strong>en</strong>dió el derecho de la Sony a v<strong>en</strong>der equipos de video para el<br />

hogar (la decisión del Tribunal Supremo <strong>en</strong> Sony v. Universal Studios 464 U.S.<br />

417, 1984).<br />

[28] Vea el archivo del caso RIAA vs. Verizon:<br />

http://www.eff.org/legal/cases/RIAA...<br />

[29] Para más información sobre la Ag<strong>en</strong>da para el Desarrollo de la OMPI, vea,<br />

http://www.cptech.org/ip/wipo/g<strong>en</strong>eva declaration.html Para más información<br />

sobre el Tratado de Acceso al Conocimi<strong>en</strong>to: http://www.cptech.org/a2k/<br />

[30] Los artistas indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes están creando de forma activa sistemas para el<br />

pago directo de los fanáticos a los músicos, tanto <strong>en</strong> el terr<strong>en</strong>o como a escala<br />

política. Vea “The Future of Music Coalition in the US”:<br />

http://www.futureofmusic.org<br />

[31] Pew Internet y American Life Project (2004): “Artists, Musicians, and the<br />

Internet.” http://www.pewinternet.org/PPF/ r/142/report_display.asp<br />

[32] Para más información sobre MGM vs Grokster. Vea<br />

http://www.eff.org/IP/P2P/MGM_v_Gro...<br />

[33] Para más información vea People’s Health Movem<strong>en</strong>t<br />

http://www.phmovem<strong>en</strong>t.org y Médicos Sin Fronteras http://www.msf.org<br />

[34] Vea la Biblioteca Pública de Ci<strong>en</strong>cia: http://www.plos.org En teoría, se podría<br />

p<strong>en</strong>sar que cualquier investigación financiada con dinero público es de dominio<br />

público. Según el Instituto Nacional de Salud (NIH, EE.UU.), muchas<br />

organizaciones públicas del mundo están apoyando el acceso público a las<br />

publicaciones ci<strong>en</strong>tíficas.<br />

[35] Crative Commons: http://www.creativecommons.org Liang, Lawr<strong>en</strong>ce, “A<br />

Guide to Op<strong>en</strong> Cont<strong>en</strong>t Lic<strong>en</strong>ses”, Media Design Research, PZI Rotterdam 2004,<br />

http://pzwart.wdka.hro.nl/mdr/resea..., Critique of Creative Commons from Meta<br />

Mute: http://tinyurl.com/3pm2j


Software libre<br />

Marcelo D’Elia Branco<br />

Vivimos <strong>en</strong> un período histórico conocido como la “era de la información”. En esta<br />

fase del desarrollo capitalista convivimos con una revolución tecnológica que ti<strong>en</strong>e<br />

como elem<strong>en</strong>to c<strong>en</strong>tral la tecnología de la información y de la comunicación. La<br />

revolución digital o la sociedad de la información es el resultado de estímulos<br />

contradictorios provocados, por un lado, por los grandes intereses del capitalismo<br />

internacional <strong>en</strong> viabilizar la llamada globalización de la economía y, por otro lado,<br />

por la capacidad creativa y el espíritu libertario de los hackers.<br />

Los hackers fueron qui<strong>en</strong>es crearon prácticam<strong>en</strong>te todo lo que hace que Internet<br />

funcione, <strong>en</strong> la mayoría de los casos <strong>en</strong> forma voluntaria. Los protocolos TCP/IP<br />

[1], WWW (world wide web)[2], DNS[3], DHCP[4], FTP[5] y el e-mail fueron<br />

desarrollados por hackers y colocados para el uso libre de toda la humanidad. El<br />

desarrollo de Internet es el más grande ejemplo de la capacidad de innovación de<br />

las tecnologías libres.<br />

También fueron los hackers qui<strong>en</strong>es, <strong>en</strong> los años 80, iniciaron la creación del<br />

“Movimi<strong>en</strong>to Software Libre”.<br />

Sin embargo, <strong>en</strong> el transcurso de la década de los 90 se inició una reacción de las<br />

grandes corporaciones transnacionales, con la perspectiva de apropriarse y<br />

controlar toda la tecnología desarrollada. Importantes inversiones del llamado<br />

“capital de riesgo” especulativo y el peso de estas megacorporaciones fueron<br />

arriesgados <strong>en</strong> esta estrategia y, contradictoriam<strong>en</strong>te, contribuyeron<br />

decisivam<strong>en</strong>te a la expansión de la Red Mundial y a la consolidación de la<br />

revolución digital.<br />

No obstante, Internet manti<strong>en</strong>e hasta hoy su carácter original: libre,<br />

desc<strong>en</strong>tralizada, multifuncional y, hasta el mom<strong>en</strong>to, no puede ser controlada,<br />

convirtiéndose <strong>en</strong>tonces <strong>en</strong> un “espacio de debate”. Por un lado, los poderosos<br />

intereses políticos, financieros y comerciales que pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> que su función<br />

principal sea la de vigilar, controlar, anunciar y v<strong>en</strong>der. Por el otro lado, los<br />

intereses ciudadanos y democráticos que aspiran convertir Internet <strong>en</strong> un<br />

instrum<strong>en</strong>to al servicio de la democracia, del desarrollo sust<strong>en</strong>table, de la<br />

innovación, de la ci<strong>en</strong>cia, de la cultura, de la educación y de la salud.<br />

Uno de los elem<strong>en</strong>tos clave de este debate es el control por el l<strong>en</strong>guaje del siglo<br />

XXI: el código fu<strong>en</strong>te. Las corporaciones monopolistas desean “controlar” la<br />

innovación tecnológica a través de la restricción de estos códigos, atesorando los


programas de computadoras como sus propiedades y haci<strong>en</strong>do suyas las obras<br />

intelectuales y culturales (música, películas, libros). Por otro lado, el movimi<strong>en</strong>to<br />

por la libertad del conocimi<strong>en</strong>to y el movimi<strong>en</strong>to software libre, que están<br />

liberando el conocimi<strong>en</strong>to aprisionado por los verdaderos “piratas”, apuestan <strong>en</strong> la<br />

evolución y <strong>en</strong> la innovación como una forma de socialización de los b<strong>en</strong>eficios de<br />

la revolución digital.<br />

Historia del software libre<br />

“En el campo concreto de la informática, desde los años 80 se ha reproducido un<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o antiguo: el conocimi<strong>en</strong>to, transmitido mediante un código de l<strong>en</strong>guaje<br />

escrito, está si<strong>en</strong>do guardado celosam<strong>en</strong>te por individuos que lo utilizan para<br />

mant<strong>en</strong>er una estructura de poder a lo largo de los siglos. En los años 60 y 70, el<br />

desarrollo de la informática se debió, <strong>en</strong> parte, a que los técnicos compartían su<br />

conocimi<strong>en</strong>to. Los códigos de los programas de computadoras eran compartidos,<br />

de manera que los avances de uno eran utilizados por otros para mejorar dicho<br />

programa. Actualm<strong>en</strong>te, la gran parte de las aplicaciones de informática que<br />

utilizamos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> su código oculto, pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a sus propietarios, por eso no<br />

podemos copiarlas y tampoco compartir su desarrollo. Solo ellos, los propietarios,<br />

pued<strong>en</strong> modificarlas, mejorarlas. Si les interesa, por supuesto”.[6]<br />

El alto precio de los software utilizados <strong>en</strong> las computadoras y el bloqueo del libre<br />

conocimi<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífico y tecnológico impuesto por las lic<strong>en</strong>cias propietarias han<br />

dificultado e inclusive impedido que algunas regiones del planeta se b<strong>en</strong>efici<strong>en</strong> de<br />

esa revolución para proporcionar una mejor calidad de vida a sus habitantes.<br />

Cuando Richard Stallman [7](RMS) com<strong>en</strong>zó a trabajar <strong>en</strong> el Laboratório de<br />

Intelig<strong>en</strong>cia Artificial del MIT, <strong>en</strong> 1971, se incorporó a una comunidad que ya<br />

compartía software y que t<strong>en</strong>ía muchos años de exist<strong>en</strong>cia. Según RMS, “el acto<br />

de compartir software no estaba restringido a esta comunidad <strong>en</strong> particular; es tan<br />

antiguo como las computadoras”. Al principio esta comunidad no d<strong>en</strong>ominaba a<br />

estos programas como “software libre” pues, según RMS, este término no existía.<br />

El concepto de software libre surgió durante los años 70, <strong>en</strong> los Estados Unidos,<br />

especificam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los laboratórios del MIT -Massachusetts Institute of<br />

Technology[8] Richard Stallman no recuerda con exactitud <strong>en</strong> qué mom<strong>en</strong>to fue<br />

adoptado este término, sin embargo, “este término ya era corri<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el MIT”<br />

cuando fue lanzado, <strong>en</strong> 1984, el Manifiesto GNU [9] que dio orig<strong>en</strong> al Movimi<strong>en</strong>to<br />

Software Libre. La(s) autoría(s) del término también es desconocida, no obstante<br />

ganó gran significado y notoriedad gracias a Richard Stallman qui<strong>en</strong> lo utilizó<br />

desde el inicio, con el lanzami<strong>en</strong>to del Movimi<strong>en</strong>to Software Libre.<br />

Algunos motivos para el uso del software libre<br />

Razón macro-económica<br />

Brasil, por ejemplo, transfiere al exterior, anualm<strong>en</strong>te, más de un millardo de<br />

dólares <strong>en</strong> pagos de lic<strong>en</strong>cias de software, <strong>en</strong> un mercado interno que mueve<br />

anualm<strong>en</strong>te tres millardos de dólares. Esto significa que un tercio de lo que mueve<br />

la industria del software <strong>en</strong> el Brasil es transferido, <strong>en</strong> forma de pagos de<br />

royalties, a las mega-empresas monopolistas de software del extranjero.<br />

Esa realidad, además de significar un aum<strong>en</strong>to del déficit <strong>en</strong> la balanza<br />

internacional de servicios, inviabiliza el desarrollo de las empresas de informática


<strong>en</strong> el Brasil.<br />

Brasil, por ejemplo, ap<strong>en</strong>as ti<strong>en</strong>e el 8,6% de la población con conexión a Internet<br />

<strong>en</strong> la casa y, conforme datos oficiales, más del 53% de esos usuarios utilizan<br />

software ilegal - sin autorización de los propietarios. Por lo tanto, son<br />

considerados criminales según las leyes de propiedad intelectual.<br />

Para poder m<strong>en</strong>t<strong>en</strong>er el actual “mercado legal” de software, que alcanza ap<strong>en</strong>as<br />

el 4% de la población brasileña, t<strong>en</strong>emos que transferir al exterior más del doble<br />

del presupuesto anual del programa “Fome Zero” (Hambre Cero) [10] <strong>en</strong> un país<br />

<strong>en</strong> el cual 22 millones de personas pasan hambre y 44 millones - 1/3 de la<br />

población - viv<strong>en</strong> por debajo de la línea de pobreza. No se justifica para los países<br />

<strong>en</strong> desarrollo adoptar el modelo de software privativo <strong>en</strong> los programas de la<br />

Sociedad de la Información.<br />

Seguridad y confid<strong>en</strong>cialidad de la información<br />

Las cuestiones de la seguridad y de la confid<strong>en</strong>cialidad también son factores<br />

importantes para la escog<strong>en</strong>cia del software libre. Una plataforma tecnológica<br />

debe garantizar la seguridad <strong>en</strong> los sistemas de información y la confid<strong>en</strong>cialidad<br />

de los datos de los usuarios. Para que esto ocurra es imprescindible el acceso al<br />

código fu<strong>en</strong>te de los programas. Sin el código fu<strong>en</strong>te es imposible verificar si los<br />

programas hac<strong>en</strong> solam<strong>en</strong>te aquello que el fabricante dice que hac<strong>en</strong>, o si <strong>en</strong><br />

verdad hay una “puerta trasera” violando la confid<strong>en</strong>cialidad de la información.<br />

Igualm<strong>en</strong>te, sin el código fu<strong>en</strong>te se hace imposible corregir las fallas <strong>en</strong> el<br />

programa sin recurrir al fabricante propietario.<br />

Autonomía e indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia tecnológica<br />

El principal capital de la revolución digital y de la Sociedad de la Información es<br />

justam<strong>en</strong>te el conocimi<strong>en</strong>to digital. Esto implica que los excluidos digitales son<br />

aquellos que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> acceso al conocimi<strong>en</strong>to digital. ¿Cómo p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> la<br />

inclusión de cualquier país <strong>en</strong> la sociedad del conocimi<strong>en</strong>to sin que las<br />

universidades, escuelas, empresas, c<strong>en</strong>tros de búsqueda, gobiernos y sociedad<br />

t<strong>en</strong>gan conocimi<strong>en</strong>to pl<strong>en</strong>o de la tecnología que se está difundi<strong>en</strong>do? Por lo tanto,<br />

cualquier programa de inclusión digital o de inserción <strong>en</strong> la Sociedad de la<br />

Información sólo es consist<strong>en</strong>te si es realizado con software libre. Programas de<br />

inclusión digital, realizados con software secreto y privativo son, <strong>en</strong> verdad,<br />

programas de “exclusión” del conocimi<strong>en</strong>to digital.<br />

No queremos ser solam<strong>en</strong>te consumidores de productos y de tecnologías<br />

propietarias. Los países y sus habitantes ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el derecho a ser sujetos activos<br />

<strong>en</strong> la Sociedad de la Información.<br />

Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de los proveedores<br />

T<strong>en</strong>emos el derecho a conocer lo que estamos utilizando o comprando. Las<br />

dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias tecnológicas causadas por las plataformas propietarias inhib<strong>en</strong> la<br />

competitividad, imposibilitan el conocimi<strong>en</strong>to sobre el cont<strong>en</strong>ido del producto<br />

adquirido y crean una exclusividad de mercado a la empresa que v<strong>en</strong>dió al<br />

consumidor.<br />

El software libre da más indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> relación al proveedor de soluciones. El<br />

individuo que utiliza una solución de software libre ti<strong>en</strong>e acceso al código fu<strong>en</strong>te y<br />

a las cuatro libertades básicas del software libre. De esta manera, al t<strong>en</strong>er el<br />

código fu<strong>en</strong>te, no está supeditado al que desarrolló la solución original.


La utilización de software privativo es lo mismo, por ejemplo, que utilizar un<br />

medicam<strong>en</strong>to sin t<strong>en</strong>er el derecho a conocer la fórmula química. O aún, comprar<br />

alim<strong>en</strong>tos industrializados sin t<strong>en</strong>er el derecho a conocer de qué están hechos.<br />

Conocimi<strong>en</strong>to compartido<br />

Para que los países m<strong>en</strong>os desarrollados o <strong>en</strong> vías de desarrollo t<strong>en</strong>gan la<br />

oportunidad de superar una etapa histórica de dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia y subordinación <strong>en</strong> el<br />

esc<strong>en</strong>ario mundial, las actuales leyes y tratados internacionales de pat<strong>en</strong>tes,<br />

copyright y marcas, protegidas por la ideología de la propiedad intelectual,<br />

necesitan ser alteradas y flexibilizadas. Históricam<strong>en</strong>te, el discurso de la ideología<br />

de la propiedad intelectual se estableció para favorecer la libertad de creación,<br />

para estimular a los inv<strong>en</strong>tores y para promover los b<strong>en</strong>eficios para la sociedad.<br />

Hoy se ha convertido <strong>en</strong> un mercado exclusivo de los países desarrollados y sus<br />

monopolios. Alternativas como las lic<strong>en</strong>cias “copyleft”[11], GPL - G<strong>en</strong>eral Public<br />

Lic<strong>en</strong>se[12] y Creative Commons [13] trabajan con la expectativa de la libertad y<br />

del conocimi<strong>en</strong>to compartido, dando un s<strong>en</strong>tido positivo y actual, sintonizado con<br />

las nuevas posibilidades creadas por la revolución digital.<br />

Desafíos y perspectivas del software libre<br />

El software libre, a pesar de haber sido creado e inspirado <strong>en</strong> los conceptos<br />

libertarios de los hackers es, más allá de todo, una tecnología. El software libre<br />

como tecnología no es algo de izquierda o incompatible con el capitalismo. Según<br />

Manuel Castells [14], “el software libre es incompatible con las corporaciones<br />

monopolistas, como Microsoft. Es también incompatible con gobiernos represivos<br />

que quier<strong>en</strong> controlar la libertad, sean de derecha o de izquierda. Sin embargo,<br />

no es incompatible con IBM, e IBM no es un órgano revolucionario mundial. Ni<br />

tampoco es incompatible con gobiernos democráticos que quier<strong>en</strong> desarrollar la<br />

creatividad de los jóv<strong>en</strong>es. No obstante, yo no compararía el software libre con la<br />

izquierda pues es algo mucho más amplio. Sus valores son valores de<br />

transformación social y creo que más próximos del anarquismo. Las ideas que<br />

están por detrás del software libre creo que son antiautoritarias y de libertad. Para<br />

mí, esas ideas son revolucionarias. Sin embargo, cabe una difer<strong>en</strong>ciación de la<br />

expresión política organizada de izquierda. El movimi<strong>en</strong>to software libre es más<br />

amplio que el movimi<strong>en</strong>to anticapitalista y puede <strong>en</strong>contrar aliados <strong>en</strong> el<br />

capitalismo. Exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> común las ideas de libertad y ellos están dispuestos a<br />

aceptarlas. Esto es, <strong>en</strong> el fondo, muy revolucionario, pues los grandes poderes<br />

mundiales no están dispuestos a aceptar la libertad.”[15].<br />

Es importante destacar que no todos los millones de hackers que desarrollan<br />

software lo hac<strong>en</strong> por ideología o como una acción libertaria consci<strong>en</strong>te. La<br />

mayoría de ellos tampoco son activistas sociales, son “técnicos b<strong>en</strong>evolos” que<br />

respetan los principios de las lic<strong>en</strong>cias y el conocimi<strong>en</strong>to compartido, que tanto<br />

pued<strong>en</strong> estar al servicio de las grandes corporaciones globales como de las<br />

organizaciones sociales “alter-globales” que desean construir un “otro mundo<br />

posible”, inspiradas por el movimi<strong>en</strong>to del Forum Social Mundial.[16].<br />

También es verdad que la gran mayoría de las organizaciones sociales y casi la<br />

totalidad de los partidos de izquierda aún no han incorporado <strong>en</strong> sus programas<br />

de lucha y <strong>en</strong> su práctica cotidiana los desafíos de la “Era de la Información”. De<br />

acuerdo con el Ministro de la Cultura y músico brasileño Gilberto Gil[17], al hablar<br />

sobre su experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el 5° Forum Social Mundial, “una de esas contradicciones


es la conviv<strong>en</strong>cia cotidiana <strong>en</strong>tre el más arcaico discurso político, la más bizantina<br />

forma y el más bizantino cont<strong>en</strong>ido, la más antigua y superada ag<strong>en</strong>da, la más<br />

antigua y superada actitud y, las formas contemporáneas, los cont<strong>en</strong>idos, las<br />

ag<strong>en</strong>das y las actitudes más sintonizadas con nuestro tiempo. La conviv<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong>tre lo analógico y lo digital, <strong>en</strong>tre la hoz y el martillo y los flujos virtuales.<br />

Existe espacio y probablem<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>tido <strong>en</strong> todo esto, quizás porque el impulso<br />

básico del cambio, de la transformación y del progreso esté, o haya estado un<br />

día, <strong>en</strong> la génesis de todos los movimi<strong>en</strong>tos de crítica al ord<strong>en</strong> establecido y de<br />

construcción de nuevos órd<strong>en</strong>es. El impulso fundam<strong>en</strong>tal de superación, de<br />

av<strong>en</strong>tura y de peregrinación que se hizo y se hace pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> cada paso<br />

adelante de la humanidad. Las personas y las organizaciones que constituy<strong>en</strong> el<br />

Forum Social Mundial ti<strong>en</strong><strong>en</strong>, por lo tanto, una base <strong>en</strong> común, aunque las fallas,<br />

las visiones, los métodos y las prácticas sean difer<strong>en</strong>tes. Aquí está lo que explica<br />

la conviv<strong>en</strong>cia pacífica y estimulante <strong>en</strong>tre ag<strong>en</strong>das tan dispares, por ejemplo,<br />

como la ag<strong>en</strong>da de este <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro, sobre la revolución digital y las nuevas redes<br />

y las ag<strong>en</strong>das de los partidos marxistas tradicionales.” [18]<br />

Para nosotros, que deseamos y luchamos para construir una nueva Sociedad de<br />

la Información más justa y solidaria, el principal desafío es el de extrapolar el<br />

universo de ese debate más allá de la esfera selecta del “people de la information<br />

society” y s<strong>en</strong>sibilizar a las organizaciones sociales que luchan por cambios<br />

estructurales <strong>en</strong> el planeta a actualizar sus discursos, prácticas y programas<br />

políticos, incorporando los temas de la revolución digital al siglo XXI con la<br />

prioridad adecuada.<br />

De no ser posible realizar esta tarea, los programas o software y el propio<br />

movimi<strong>en</strong>to software libre serán incorporados por el capitalismo globalizado y las<br />

prácticas transformadoras de este movimi<strong>en</strong>to desaparecerán al poco tiempo.<br />

Una “Nueva Sociedad de la Información es Posible”, aunque eso no está<br />

garantizado como un curso único de la historia. Dep<strong>en</strong>derá del resultado de los<br />

diversos debates que t<strong>en</strong>dremos <strong>en</strong> adelante y, por lo tanto, de nuestra capacidad<br />

de ampliación de las tesis y prácticas libertarias del software libre con la sociedad<br />

global.<br />

Anexo:<br />

Definiciones de Software Libre y Fu<strong>en</strong>te Abierta<br />

El orig<strong>en</strong> del término “Free Software” vi<strong>en</strong>e de la l<strong>en</strong>gua Inglesa y como <strong>en</strong> este<br />

idioma free significa libre de freedom (libertad) y también significa gratuito,<br />

muchos errores de interpretación de su verdadero significado acompañan la<br />

historia.<br />

El término software libre aplicado correctam<strong>en</strong>te se refiere a “libre” de libertad y<br />

no ti<strong>en</strong>e nada que ver con el precio o con la gratuitidad. Un software libre puede<br />

ser distribuído gratuitam<strong>en</strong>te, pero también puede t<strong>en</strong>er un costo. No existe<br />

contradicción <strong>en</strong>tre software libre y software comercial. La contradicción está<br />

<strong>en</strong>tre el software libre y el software privativo [19], que son conceptos opuestos.<br />

Un software libre, por definición de la “Free Software Foundation” [20], debe t<strong>en</strong>er<br />

necesariam<strong>en</strong>te las cuatro libertades fundam<strong>en</strong>tales:<br />

“Software Libre” es una cuestión de libertad y no de precio. Para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el<br />

concepto debe p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> “libertad de expresión” y no <strong>en</strong> “cerveza gratis”.<br />

“Software libre” se refiere a la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar,


distribuir, estudiar, modificar y perfeccionar el software. Más exactam<strong>en</strong>te se<br />

refiere a las cuatro libertades del software para los usuarios:<br />

La libertad de ejecutar el programa para cualquier propósito (libertad no. 0);<br />

La libertad de estudiar cómo funciona el programa y adaptarlo a sus necesidades<br />

(libertad no. 1). El acceso al código fu<strong>en</strong>te es un pre-requisito para esta libertad;<br />

La libertad de redistribuir copias de manera que se pueda ayudar al prójimo<br />

(libertad no. 2);<br />

La libertad de perfeccionar el programa y divulgar esas mejoras de manera que<br />

toda la comunidad se b<strong>en</strong>eficie (libertad n° 3). El acceso al código fu<strong>en</strong>te es un<br />

pre-requisito para esta libertad.<br />

Un programa es software libre cuando los usuarios ti<strong>en</strong><strong>en</strong> todas estas libertades.<br />

Por lo tanto, usted debe ser libre de redistribuir copias, sea con o sin<br />

modificaciones, sea gratuitam<strong>en</strong>te o cobrando una tasa por la distribución, para<br />

cualquier persona <strong>en</strong> cualquier lugar. Ser libre para hacer esas cosas significa<br />

(<strong>en</strong>tre otras cosas) que usted no ti<strong>en</strong>e que pedir o pagar por la autorización.<br />

Usted debe también t<strong>en</strong>er la libertad de hacer modificaciones y usarlas<br />

exclusivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su trabajo o <strong>en</strong> sus mom<strong>en</strong>tos de ocio, sin siquiera m<strong>en</strong>cionar<br />

que ellas exist<strong>en</strong>. Si usted publica las modificaciones no puede ser obligado a<br />

avisarle a algui<strong>en</strong> <strong>en</strong> particular o de ningún modo <strong>en</strong> especial.<br />

La libertad de utilizar un programa significa t<strong>en</strong>er libertad para cualquier tipo de<br />

persona física o jurídica de utilizar el software <strong>en</strong> cualquier tipo de sistema<br />

informático, para cualquier tipo de trabajo o actividad, sin que sea necesario<br />

comunicarle al desarrollador o a cualquier otra <strong>en</strong>tidad <strong>en</strong> especial.<br />

La libertad de redistribuir copias debe incluir formas binarias o ejecutables del<br />

programa, así como el código fu<strong>en</strong>te, tanto para las versiones originales como<br />

para las modificadas. Está todo bi<strong>en</strong> si no es posible producir una forma binaria o<br />

ejecutable (pues algunos l<strong>en</strong>guajes de programación no soportan este recurso),<br />

pero debe ser concedida la libertad de redistribuir esas formas <strong>en</strong> caso que sea<br />

desarrollado un medio para crearlas.<br />

Para que la libertad de hacer modificaciones y de publicar versiones<br />

perfeccionadas t<strong>en</strong>ga algún significado, se debe t<strong>en</strong>er acceso al código fu<strong>en</strong>te del<br />

programa. Por lo tanto, el acceso al código fu<strong>en</strong>te es una condición necesaria<br />

para el software libre”. [21]<br />

El término “Op<strong>en</strong> Source” o “código abierto” fue descrito por primera vez <strong>en</strong> junio<br />

de 1997, por Bruce Per<strong>en</strong>s [22], <strong>en</strong> un docum<strong>en</strong>to para la confer<strong>en</strong>cia de<br />

desarrolladores Debian [23] de ese año. En esa oportunidad, Per<strong>en</strong>s suprimió las<br />

refer<strong>en</strong>cias originales de los docum<strong>en</strong>tos para crear la “Definición de Fu<strong>en</strong>te<br />

Abierta” [24]. Más tarde, <strong>en</strong> 1998, algunos miembros de la comunidad software<br />

libre lanzaron la “Iniciativa de Fu<strong>en</strong>te Abierta” - Op<strong>en</strong> Source Initiative (OSI)[25].<br />

Actualm<strong>en</strong>te, el liderazgo del movimi<strong>en</strong>to software libre y del movimi<strong>en</strong>to de<br />

fu<strong>en</strong>te abierta repres<strong>en</strong>ta movimi<strong>en</strong>tos separados que se difer<strong>en</strong>cian <strong>en</strong> la<br />

filosofía y <strong>en</strong> la política. Así describan programas de computadoras de igual<br />

categoría, los pres<strong>en</strong>tan de forma difer<strong>en</strong>te. Uno de los argum<strong>en</strong>tos utilizados por<br />

los líderes del OSI es que el término “código abierto” elimina la confusión de “free”<br />

como “gratis”. Esta iniciativa busca ser más atractiva para los ejecutivos del<br />

mercado y para las grandes empresas comerciales de programas de<br />

computadoras. Los argum<strong>en</strong>tos se c<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> las cuestiones tecnológicas, <strong>en</strong> la<br />

calidad del producto y <strong>en</strong> las posibilidades de la economía g<strong>en</strong>erada por el<br />

software libre, dejando de lado los principios de libertad y ética construidos desde


el inicio por la comunidad del software libre. Este movimi<strong>en</strong>to se expresa de forma<br />

más importante <strong>en</strong> los Estados Unidos y no ti<strong>en</strong>e mucha expresión <strong>en</strong> otros<br />

lugares del mundo. El término “código abierto” fuera de la l<strong>en</strong>gua inglesa es<br />

mucho m<strong>en</strong>os amplio, y de significado y compr<strong>en</strong>sión compleja fuera de la<br />

comunidad técnica, que el término “software libre”.<br />

Conceptos relacionados<br />

El término software libre es muchas veces confundido o m<strong>en</strong>cionado con otras<br />

categorías de software.<br />

Para fines de aclaración, será necesario describir las similitudes y difer<strong>en</strong>cias de<br />

estas otras categorías <strong>en</strong> relación al software libre: [26]<br />

Domínio Público - El software de domínio público no está protegido por copyright.<br />

Cualquier persona puede hacer una versión modificada o una copia no-libre<br />

(privativa), a partir del programa original. Un software libre no es conceptualm<strong>en</strong>te<br />

un software de domínio público.<br />

Software Semilibre - Software semilibre no es un programa totalm<strong>en</strong>te libre. Vi<strong>en</strong>e<br />

con autorización para ser utilizado, copiado, distribuido y modificado (incluy<strong>en</strong>do<br />

la distribución de versiones modificadas), pero solam<strong>en</strong>te para fines no<br />

comerciales.<br />

Software Privativo - Software privativo es aquel que no es libre ni semilibre. Su<br />

uso, redistribución o modificación está prohibida o requiere que usted solicite<br />

autorización o está restringida de tal forma que usted no puede hacerla libre de un<br />

modo efectivo.<br />

Software Freeware - El término “freeware’’ no posee una definición clara y<br />

aceptada. Es muy usado para paquetes que permit<strong>en</strong> la redistribución pero no la<br />

modificación (y su código fu<strong>en</strong>te no está disponible). Estos programas no son<br />

software libres.<br />

Software Shareware - Shareware es el software que vi<strong>en</strong>e con autorización para<br />

redistribuir copias, pero después de un tiempo determinado para continuar usando<br />

una copia debe pagarse la lic<strong>en</strong>cia. Shareware no es software libre ni semilibre,<br />

pues <strong>en</strong> su mayoría el código fu<strong>en</strong>te no está disponible y no vi<strong>en</strong>e con<br />

autorización de copia para nuevas instalaciones sin previo pago de lic<strong>en</strong>cia.<br />

Software Comercial -Software comercial es aquel desarrollado por una empresa<br />

que aspira lucrarse a través del uso del mismo. “Comercial” y “Privativo” no son la<br />

misma cosa. La mayor parte del software comercial es privativo, no obstante<br />

exist<strong>en</strong> softwares libres comerciales y softwares no-comerciales privativos.<br />

Software Libre de Fu<strong>en</strong>te Abierta - (Free and Op<strong>en</strong> Source Software - FOSS y<br />

Free/Libre and Op<strong>en</strong> Source Software - FLOSS: Definición muy utilizada<br />

reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Europa y que pret<strong>en</strong>de incluir y mezclar los conceptos del<br />

movimi<strong>en</strong>to software libre y del movimi<strong>en</strong>to de fu<strong>en</strong>te abierta, sin <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> el<br />

mérito de las difer<strong>en</strong>cias políticas y filosóficas exist<strong>en</strong>tes.


Los derechos de propiedad intelectual<br />

Mouhamadou Moustapha Lo<br />

Detrás de la expresión “Derechos de propiedad intelectual” se esconde <strong>en</strong><br />

realidad una batalla cultural, política y comercial mundial. ¿Acaso no vivimos <strong>en</strong><br />

un mundo donde algunos grupos industriales de los países del Norte, acaparando<br />

cierto número de pat<strong>en</strong>tes o lic<strong>en</strong>cias, llegan a imponer a los otros (la mayoría)<br />

límites al uso de sus obras y trabajos?<br />

En nuestros días, la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia dominante apunta a relacionar la complejidad de<br />

los “derechos de propiedad intelectual” sólo a su aspecto económico. Es lo que<br />

explica que las negociaciones c<strong>en</strong>trales t<strong>en</strong>gan lugar bajo la égida de la OMC<br />

(Organización Mundial del Comercio) y no <strong>en</strong> la UNESCO (Organización de las<br />

Naciones Unidas para la Educación, la Ci<strong>en</strong>cia y la Cultura). Hasta la Cumbre<br />

Mundial sobre la Sociedad de la Información evita el tema, aun cuando se trata de<br />

un fundam<strong>en</strong>to jurídico y social muy importante para la creación y transmisión del<br />

conocimi<strong>en</strong>to. Pero esta situación cambia, y numerosos países del Sur insist<strong>en</strong>,<br />

<strong>en</strong> todas las estructuras que debat<strong>en</strong> acerca de la propiedad intelectual, <strong>en</strong> poner<br />

<strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia sus preocupaciones. Así, quince países propon<strong>en</strong> a la OMPI la<br />

redacción de una “Iniciativa para el Desarrollo” [1], lo que va <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de la<br />

acción de <strong>en</strong>tidades de la Sociedad Civil que quier<strong>en</strong> redactar un Tratado para el<br />

“libre acceso al conocimi<strong>en</strong>to” [2]. De este modo, la protección de la “diversidad<br />

cultural” ha sido def<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de la UNESCO, rechazando que la creación<br />

sea alineada sobre las reglas del comercio [3]. Así, los programas libres, las<br />

lic<strong>en</strong>cias de tipo Creative Commons, la def<strong>en</strong>sa de un patrimonio digital mundial y<br />

el rol c<strong>en</strong>tral de las bibliotecas <strong>en</strong> la circulación de la información digital son ideas<br />

def<strong>en</strong>didas <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de la CMSI tanto por la Sociedad Civil como por numerosos<br />

países <strong>en</strong> desarrollo.<br />

¿Qué compr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> los “derechos de propiedad intelectual”?<br />

Los derechos de propiedad intelectual constituy<strong>en</strong> un haz de normas jurídicas a<br />

las cuales se puede recurrir con fines de protección, indemnización y<br />

conservación de los derechos refer<strong>en</strong>tes a una “creación intelectual” (inv<strong>en</strong>to, idea<br />

técnica, obra artística, diseño de objetos o marca registrada, etc.). Ellos cubr<strong>en</strong><br />

varios sectores: <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro, la propiedad literaria y artística (derecho de autor o<br />

copyright) y la propiedad industrial (pat<strong>en</strong>te, marca registrada, dibujos o modelos),


pero también cada vez más las reglas de derecho y los tratados refer<strong>en</strong>tes a los<br />

saberes indíg<strong>en</strong>as o tradicionales, a la biodiversidad, los derechos de los<br />

campesinos, o la salud pública.<br />

Una voluntad reci<strong>en</strong>te que data de los años 1980 provoca la reunión de todos<br />

estos <strong>en</strong>foques <strong>en</strong> un único marco global que trata de todas las obras y trabajos<br />

inmateriales.. El término consagrado hoy <strong>en</strong> el derecho y <strong>en</strong> los debates<br />

mundiales de “Derechos de la propiedad intelectual” es la traducción de una<br />

opción política y económica que apunta a considerar a la “propiedad intelectual”<br />

como un “derecho natural”, tomando como ejemplo la propiedad de la tierra o de<br />

los medios de producción. Ahora bi<strong>en</strong>, esto es ampliam<strong>en</strong>te contradicho tanto por<br />

la historia como por el análisis de las consecu<strong>en</strong>cias dramáticas que podría t<strong>en</strong>er<br />

esta acción, si se llegara a realizar.<br />

El derecho de propiedad intelectual ti<strong>en</strong>e una larga historia. Desde el “Statute of<br />

Anne”, ley británica, primera t<strong>en</strong>tativa de escribir un “derecho de autor” <strong>en</strong> 1710<br />

[4], la propiedad literaria ha sido concebida como un derecho de equilibrio <strong>en</strong>tre<br />

los intereses de la sociedad (“al<strong>en</strong>tar a los hombres esclarecidos a componer y<br />

escribir libros útiles”, decía el Estatuto de Ana) y los derechos de los autores.<br />

Estos últimos dispon<strong>en</strong> del monopolio de explotación de sus obras, que no<br />

pued<strong>en</strong> ser editadas o repres<strong>en</strong>tadas sin su cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to. Pero numerosas<br />

“excepciones y ex<strong>en</strong>ciones” son pres<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> todas las leyes que tratan de la<br />

creación. Estas apuntan a def<strong>en</strong>der la capacidad de la sociedad para utilizar el<br />

conocimi<strong>en</strong>to que está incorporado <strong>en</strong> obras y para facilitar el acceso a las obras<br />

y su circulación; excepciones para la educación y las bibliotecas, derecho de<br />

copia privada, derecho de citación, derecho de caricatura, derecho de trascripción<br />

para favorecer el acceso a personas discapacitadas, etc. Agreguemos que,<br />

tradicionalm<strong>en</strong>te, la propiedad literaria y artística se refiere a la forma de la<br />

creación, y no a las ideas que son cont<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> ellas. Engloba no solam<strong>en</strong>te la<br />

obra de arte original y la escritura creadora, sino también las bases de datos<br />

informatizadas y los programas informáticos.<br />

Esta relación de equilibrio <strong>en</strong>tre los creadores y la sociedad se manifiesta<br />

pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la exist<strong>en</strong>cia de un “dominio público”, <strong>en</strong> el cual se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

obras después de un cierto plazo (actualm<strong>en</strong>te 70 años después del deceso del<br />

autor, 50 años después de su difusión para las interpretaciones musicales, 20<br />

años después de su expedición para las pat<strong>en</strong>tes, 70 años después de su<br />

depósito para los dibujos y modelos, etc.). Este “dominio público” se <strong>en</strong>riquece<br />

también con trabajos creados para el poder público (Leyes, informes, decisiones,<br />

actas, etc.), descubrimi<strong>en</strong>tos ci<strong>en</strong>tíficos y datos experim<strong>en</strong>tales (descifrado del<br />

g<strong>en</strong>oma humano, teoremas matemáticos, etc.). Finalm<strong>en</strong>te, se ve aparecer la<br />

noción de un “dominio público autorizado”, <strong>en</strong> el cual los mismos autores y<br />

creadores decid<strong>en</strong> colocar sus obras <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de su creación. Es, por<br />

ejemplo el caso de los programas libres de tipo Creative commons, de los<br />

depósitos de datos ci<strong>en</strong>tíficos, de los bancos de datos de conocimi<strong>en</strong>tos prácticos<br />

de los archivos abiertos para la publicación de la ci<strong>en</strong>cia [5].<br />

El sistema de las pat<strong>en</strong>tes, por su parte, concede derechos exclusivos de<br />

propiedad sobre el objeto de la pat<strong>en</strong>te, más precisam<strong>en</strong>te sobre las<br />

“reivindicaciones” que sigu<strong>en</strong> a la descripción técnica de la inv<strong>en</strong>ción. Este<br />

régim<strong>en</strong> ofrece a su titular el derecho moral de impedir que cualquier otra persona<br />

utilice, fabrique o v<strong>en</strong>da el objeto de la pat<strong>en</strong>te, o utilizar la técnica o el proceso<br />

durante cierto período, a cambio de la inscripción de su conocimi<strong>en</strong>tos prácticos


<strong>en</strong> un docum<strong>en</strong>to técnico. Originalm<strong>en</strong>te las pat<strong>en</strong>tes fueron concebidas no <strong>en</strong><br />

contra del acceso al conocimi<strong>en</strong>to sino, por el contrario, para servirlo. Esto ha<br />

permitido a los países <strong>en</strong>tonces emerg<strong>en</strong>tes, como los Estados Unidos durante<br />

todo el siglo XIX, utilizar el conocimi<strong>en</strong>to práctico anterior o “extranjera”, porque<br />

las pat<strong>en</strong>tes deb<strong>en</strong> designar los países a los cuales se aplican. Así pues la<br />

pat<strong>en</strong>te está destinada a estimular la creatividad y la inv<strong>en</strong>ción, y es un privilegio<br />

otorgado a individuos <strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficio de la sociedad.<br />

Sobre el fundam<strong>en</strong>teo de la “pat<strong>en</strong>tización” no hay una unanimidad. Las<br />

negociaciones comerciales mundiales actuales apuntan a impedir el uso por parte<br />

de los países <strong>en</strong> desarrollo de esta oportunidad económica. Los países<br />

desarrollados quier<strong>en</strong> ext<strong>en</strong>der al mundo <strong>en</strong>tero las reglas que les son propias [6],<br />

lo que plantea el problema de equilibrio para los países del Sur, que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las<br />

capacidades de inversión necesarias <strong>en</strong> esta carrera contra el reloj.<br />

La propiedad intelectual ante las redes y lo digital<br />

Los ord<strong>en</strong>adores y, <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido más lato, la digitalización de la cultura y del<br />

conocimi<strong>en</strong>to, por una parte, y las redes que ofrec<strong>en</strong> la capacidad de hacer<br />

circular rápidam<strong>en</strong>te estos objetos digitales a escala mundial, por otra parte,<br />

abr<strong>en</strong> un nuevo desafío a las reglas de propiedad intelectual. ¿Cómo escribir, a<br />

escala mundial, un nuevo equilibrio que permita favorecer la creación y la<br />

innovación, garantizando el acceso de todos al conocimi<strong>en</strong>to, y la distribución<br />

mundial de los b<strong>en</strong>eficios de la investigación?<br />

Los nuevos soportes nacidos de la emerg<strong>en</strong>cia de las TIC ocasionan una<br />

aceleración de las innovaciones y una mundialización de los intercambios. En<br />

consecu<strong>en</strong>cia, se impone la urg<strong>en</strong>cia de un nuevo <strong>en</strong>foque, un nuevo derecho de<br />

la propiedad intelectual que elimine cualquier tipo de diktat de los grupos<br />

industriales de los países del Norte. Los derechos de propiedad intelectual no<br />

pued<strong>en</strong> ser concebidos únicam<strong>en</strong>te como una ext<strong>en</strong>sión del monopolio de<br />

explotación de un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to o de una obra intelectual, sino que deb<strong>en</strong> tomar<br />

<strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta otros intereses. A título de ejemplo, la aceleración de la innovación <strong>en</strong><br />

sectores como los de la informática o las biotécnicas ac<strong>en</strong>túa las diverg<strong>en</strong>cias de<br />

posición <strong>en</strong>tre los países del Norte y los del Sur. Los derechos de propiedad<br />

intelectual deb<strong>en</strong> consagrar un derecho <strong>en</strong> provecho de los creadores, limitado al<br />

mismo tiempo por obligaciones hacia los utilizadores, <strong>en</strong> nombre del derecho de<br />

acceso a la información, un derecho fundam<strong>en</strong>tal.<br />

Con el objeto de delimitar bi<strong>en</strong> los desafios del debate actual, hay que empezar<br />

t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do una visión clara de lo que cubre la expresión “derechos de propiedad<br />

intelectual”. El <strong>en</strong>foque jurídico nos ofrece dos tipos de visión: estática o dinámica.<br />

La primera consiste <strong>en</strong> cont<strong>en</strong>tarse con her<strong>en</strong>cia, tradiciones, privilegios [7]. Los<br />

derechos de propiedad intelectual aparec<strong>en</strong> así como un conjunto de textos cuya<br />

aplicación suscita interrogantes. Numerosas normas nacionales, regionales e<br />

internacionales son establecidas principalm<strong>en</strong>te para reforzar el monopolio sobre<br />

las obras e inv<strong>en</strong>ciones de los autores, inv<strong>en</strong>tores y más aun, de las empresas<br />

que valorizan y distribuy<strong>en</strong> esas creaciones. Esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a dictar leyes de<br />

control de la circulación del conocimi<strong>en</strong>to, ac<strong>en</strong>tuada por la implem<strong>en</strong>tación de<br />

“medidas técnicas de protección” directam<strong>en</strong>te al interior de los docum<strong>en</strong>tos


digitales ¿corresponde a los desafíos actuales de la sociedad de la información?<br />

Este concepto occid<strong>en</strong>tal de la cuestión es refutado por los países del Sur,<br />

víctimas de la regla según la cual el que llega primero, se sirve primero. Toda<br />

creación implica <strong>en</strong> el inicio una protección, pero convi<strong>en</strong>e medirla con el fin de no<br />

obstaculizar los procesos de producción o de acceso a la información <strong>en</strong> adelante.<br />

La segunda visión, dinámica, considera que los derechos intelectuales deb<strong>en</strong><br />

facilitar antes que nada la expresión de las ideas, su circulación a través de las<br />

tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) y su utilización<br />

sistemática posteriorm<strong>en</strong>te. La sociedad de la información cambia las<br />

modalidades de la creación y sobre todo de la transmisión de las obras. Las TIC,<br />

al abrir otras perspectivas con una difusión más amplia de las obras, crean<br />

nuevos modelos económicos, por un lado, y permit<strong>en</strong> un mayor seguimi<strong>en</strong>to de<br />

los usos, por el otro. Esto, tanto para las personas privadas como para las<br />

industrias y los países <strong>en</strong> desarrollo. En este contexto, los países del Sur trabajan<br />

para el fortalecimi<strong>en</strong>to y la ampliación de los derechos de los utilizadores. Ellos<br />

preconizan una demostración de inv<strong>en</strong>tiva <strong>en</strong> los mecanismos jurídicos a ser<br />

implem<strong>en</strong>tados. Además, para ellos, no es porque un grupo de países<br />

industrializados ti<strong>en</strong>e el monopolio mundial de las pat<strong>en</strong>tes (el 97% de las<br />

pat<strong>en</strong>tes es depositado por los países desarrollados) que esos países deban<br />

t<strong>en</strong>er el derecho de exigir a los países <strong>en</strong> desarrollo alinearse sobre sus propias<br />

normas. Esto significa reproducir la dominación haci<strong>en</strong>do competir a estos países<br />

con una desv<strong>en</strong>taja muy pesada, para poder ser admitidos <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de un<br />

sistema mundial de intercambio. Es también una cuestión de control del saber<br />

(incluy<strong>en</strong>do el de la c<strong>en</strong>sura). Martín Khor considera que para favorecer el libre<br />

acceso mundial al conocimi<strong>en</strong>to, convi<strong>en</strong>e limitar el “alcance del copyright y de las<br />

pat<strong>en</strong>tes a favor de los consumidores y del interés público” [8] con miras a<br />

favorecer un número más grande de accesos a la información y al conocimi<strong>en</strong>to.<br />

Una evolución mercantil que destruye el equilibrio<br />

La controversia <strong>en</strong> curso es suscitada por la actitud de un gran número de grupos<br />

de presión - actores de la creación, nuevas profesiones de lo digital [9] que quiere<br />

actuar sobre los derechos de propiedad intelectual. Su acción concertada<br />

conduce a imponer un fortalecimi<strong>en</strong>to de la idea de una mercantilización de la<br />

información, una visión estrictam<strong>en</strong>te económica de la propiedad intelectual [10].<br />

Esta evolución se hace a exp<strong>en</strong>sas de los bi<strong>en</strong>es comunes de la información y de<br />

las excepciones al uso que favorec<strong>en</strong> la circulación del conocimi<strong>en</strong>to. Además,<br />

ella apunta a ampliar perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te el campo de la propiedad intelectual,<br />

llegando hasta a tocar las reglas fundam<strong>en</strong>tales y los sectores vitales para la<br />

humanidad (medicam<strong>en</strong>tos, g<strong>en</strong>ética, pat<strong>en</strong>te de lo vivi<strong>en</strong>te, semillas agrícolas,<br />

conocimi<strong>en</strong>tos tradicionales, datos geográficos y botánicos, etc.). Esto confiere a<br />

las cuestiones relativas al derecho de la propiedad intelectual una importancia<br />

nueva <strong>en</strong> el universo digital, y más ampliam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> todas las técnicas de la era de<br />

la información.<br />

La carrera hacia el lucro empuja a los grupos de industriales de los países del<br />

Norte a pat<strong>en</strong>tar todo lo que puede ser imaginado para el futuro. Así colocan<br />

numerosos cerrojos sobre las técnicas <strong>en</strong> gestación, cuyos conocimi<strong>en</strong>tos<br />

prácticos están a m<strong>en</strong>udo lejos de ser formalizados. La parte descriptiva de las


pat<strong>en</strong>tes depositadas pierde <strong>en</strong>tonces su interés para la transmisión del saber<br />

técnico. La pat<strong>en</strong>te sirve más bi<strong>en</strong> para prospectar tranquilam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el futuro,<br />

que para proteger una innovación exist<strong>en</strong>te. Por ese hecho, limita la investigación<br />

y el desarrollo [11]. También acreci<strong>en</strong>ta de manera ineluctable el flujo de pagos de<br />

los países del Sur hacia los países del Norte, a título de royalties y de ganancias a<br />

los det<strong>en</strong>tadores de las pat<strong>en</strong>tes.<br />

Este procedimi<strong>en</strong>to conduce a multiplicar las pat<strong>en</strong>tes que reca<strong>en</strong> directam<strong>en</strong>te<br />

sobre el conocimi<strong>en</strong>to (algoritmos y software informáticos, secu<strong>en</strong>cias g<strong>en</strong>éticas),<br />

las formas de organización del mundo (pat<strong>en</strong>tes llamadas de “método”), las<br />

moléculas químicas (y no solam<strong>en</strong>te los procesos de fabricación), los saberes<br />

ancestrales (la “biopiratería”), los vegetales [12], los animales [13] y más<br />

ampliam<strong>en</strong>te todo lo vivi<strong>en</strong>te. Al “pat<strong>en</strong>tar lo vivi<strong>en</strong>te”, que consiste <strong>en</strong> conceder a<br />

una empresa o a un individuo la propiedad sobre un compon<strong>en</strong>te de lo vivi<strong>en</strong>te, se<br />

descubre una visión intelectualm<strong>en</strong>te aberrante y humanam<strong>en</strong>te inaceptable de la<br />

propiedad industrial. Hay que t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> m<strong>en</strong>te que hasta los años 90, el sistema de<br />

pat<strong>en</strong>tes compr<strong>en</strong>día es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te los objetos inanimados y los procesos<br />

mecánicos [14].<br />

Apoyándose sobre el registro de tales pat<strong>en</strong>tes, empresas transnacionales<br />

quier<strong>en</strong> prohibir a los países del Sur la utilización de los conocimi<strong>en</strong>tos para<br />

luchar contra las calamidades que les afectan. La ilustración más perfecta sigue<br />

si<strong>en</strong>do el proceso int<strong>en</strong>tado por varias multinacionales del sector farmacéutico<br />

contra el gobierno sudafricano cuando este último trató de democratizar el acceso<br />

a los tratami<strong>en</strong>tos de salud para los <strong>en</strong>fermos del sida [15]. Las excepciones que<br />

aún exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> los tratados internacionales como el tratado de la OMC, por<br />

ejemplo sobre las lic<strong>en</strong>cias legales de los medicam<strong>en</strong>tos por razones de salud<br />

pública, son cuestionadas <strong>en</strong> cada negociación y desmanteladas indirectam<strong>en</strong>te<br />

por negociaciones bilaterales [16].<br />

En el ámbito cultural, se asiste igualm<strong>en</strong>te a una ext<strong>en</strong>sión del campo de los<br />

derechos de autores más allá de un régim<strong>en</strong> equilibrado. Nuevos sectores son<br />

corroídos (desde las publicaciones ci<strong>en</strong>tíficas hasta los cursos de los doc<strong>en</strong>tes),<br />

producciones mecánicas ca<strong>en</strong> bajo la égida de los derechos de autor (ej.: las<br />

fotografías automáticas, como las de los satélites, tan útiles para prev<strong>en</strong>ir las<br />

catástrofes). Las empresas intermediarias, como los medios de comunicación o<br />

los editores ci<strong>en</strong>tíficos, se apoyan sobre una interpretación de s<strong>en</strong>tido único del<br />

derecho de autor para agregar limitaciones al libre acceso a la cultura,<br />

especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la escuela, las universidades y las bibliotecas.<br />

Esta ext<strong>en</strong>sión de la propiedad, además de la ext<strong>en</strong>sión de los campos cubiertos,<br />

sigue dos ejes: el del tiempo (prolongación de la duración de propiedad) y el de<br />

los usos. Con las “medidas de protección técnica” (DRM: digital right managem<strong>en</strong>t<br />

systems) o el “derecho de los difusores” (“broadcast flag”), los det<strong>en</strong>tadores de<br />

derechos quier<strong>en</strong> poder seguir los usos privados de los docum<strong>en</strong>tos digitales, lo<br />

que constituye una grave am<strong>en</strong>aza para la libertad de expresión, la vida privada y<br />

los Derechos Humanos [17].<br />

Hasta el pres<strong>en</strong>te, todos los mecanismos capitalistas de difusión de la información<br />

han apuntado a crear artificialm<strong>en</strong>te una escasez de información. Se trata de una<br />

estrategia de acaparami<strong>en</strong>to. Ahora bi<strong>en</strong>, <strong>en</strong> el campo del conocimi<strong>en</strong>to, la<br />

posesión por parte de uno no significa de ningún modo desposeer a los otros. Se<br />

puede efectivam<strong>en</strong>te poseer una información e intercambiarla sin ser por lo


mismo desposeído de ella.<br />

La búsqueda de un equilibrio que t<strong>en</strong>ga <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta esta naturaleza de los bi<strong>en</strong>es<br />

inmateriales es la aspiración de la acción empr<strong>en</strong>dida a escala mundial por la<br />

Sociedad Civil, acompañada por Estados <strong>en</strong> desarrollo, para obt<strong>en</strong>er un “Tratado<br />

para el libre acceso al conocimi<strong>en</strong>to” [18]. Se trata de permitir a todos, y<br />

especialm<strong>en</strong>te a los países <strong>en</strong> desarrollo, utilizar los conocimi<strong>en</strong>tos de la<br />

humanidad para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar los males del siglo XXI. Construir un dominio público<br />

universal de la información [19] aparece como una necesidad urg<strong>en</strong>te. De ahora<br />

<strong>en</strong> más, la técnica nos ofrece las condiciones de su realización. Convi<strong>en</strong>e que las<br />

reglas jurídicas y económicas permitan su realización.<br />

La protección de los derechos intelectuales no debe ser una desv<strong>en</strong>taja <strong>en</strong> un<br />

mundo donde cualquiera podría producir, intercambiar y acceder a los yacimi<strong>en</strong>tos<br />

intelectuales y recursos protegidos, es decir, a un dominio público abierto, de los<br />

recursos comunes. Este dominio público universal de la información supone una<br />

definición clara de los derechos reconocidos tanto a los creadores como a los<br />

utilizadores.<br />

Toda inv<strong>en</strong>ción merece recomp<strong>en</strong>sa a los esfuerzos realizados. Los países del<br />

Sur no niegan de ningún modo esa realidad. Sin embargo, solo las inv<strong>en</strong>ciones<br />

que son verdaderam<strong>en</strong>te únicas, nuevas o creativas merec<strong>en</strong> ser protegidas. Una<br />

opción semejante equivaldría a recomp<strong>en</strong>sar la creación y la innovación, antes<br />

que favorecer a los det<strong>en</strong>tadores de portafolios de derechos de propiedad. La<br />

época de las restricciones debe concluir porque “cuanto más librem<strong>en</strong>te accede la<br />

g<strong>en</strong>te a <strong>en</strong>tidades intelectuales, más capaz y deseosa es de dedicar tiempo a<br />

acceder y a crear <strong>en</strong>tidades de valor”. [20]<br />

La recomp<strong>en</strong>sa debe ser la respuesta a todo esfuerzo innovador. Pero no todo<br />

debe ser pat<strong>en</strong>table. En principio, toda inv<strong>en</strong>ción intelectual debe ser destinada al<br />

dominio público, salvo si es necesario hacer posible su apropiación temporaria, y<br />

aún así, solam<strong>en</strong>te si esto no acarrea discriminaciones inaceptables. La atribución<br />

de un derecho de propiedad, a justo precio, solo debe ser aceptada si la inversión<br />

<strong>en</strong> cuestión es importante excluy<strong>en</strong>do toda retribución económica sistemática.<br />

El reconocimi<strong>en</strong>to de un valor primordial de los bi<strong>en</strong>es comunes relativos a la<br />

información, librem<strong>en</strong>te accesibles y utilizables para todos, está lejos de ser<br />

realizado.[21] En este mom<strong>en</strong>to, el ejemplo más visible sigue si<strong>en</strong>do los<br />

programas libres. Es el único bi<strong>en</strong> común de la información que ha llegado a su<br />

madurez. Su utilización se g<strong>en</strong>eraliza poco a poco <strong>en</strong>tre los utilizadores privados,<br />

pero también <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o mismo de la administración y de los servicios de<br />

numerosos países o colectividades territoriales. Hay que ir más rápido y permitir a<br />

todos acceder a las otras fu<strong>en</strong>tes de información. Para eso, una solución pasa por<br />

la reducción de la duración de propiedad antes de la accesión al dominio público.<br />

Es tiempo de hacerla sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te corta, por el simple hecho de que la<br />

accesibilidad se ha vuelto más fácil y más rápida <strong>en</strong> nuestros días. [22]<br />

El derecho es una formalización de las relaciones sociales. En tal s<strong>en</strong>tido, los<br />

derechos de propiedad intelectual constituy<strong>en</strong> una cuestión política que debe ser<br />

discutida como tal por los gobiernos y por la sociedad civil. T<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la<br />

importancia de la información para la vida cotidiana, para la educación de las<br />

g<strong>en</strong>eraciones futuras y para el desarrollo económico sost<strong>en</strong>ible y la protección de<br />

la naturaleza, convi<strong>en</strong>e asegurar su protección por los Estados, asociando a los<br />

usuarios, los poderes económicos y ci<strong>en</strong>tíficos. No es el mercado el que debe


dictar su ley y no se puede dejar instalar una situación donde algunos grandes<br />

grupos se repartirían todo el conocimi<strong>en</strong>to del mundo. Las sociedades de la<br />

información sólo serán realm<strong>en</strong>te inclusivas si existe un dominio público universal<br />

de la información funcionando <strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficio de todos. La verdadera armonización<br />

de los derechos de propiedad intelectual pasa por un reequilibrio <strong>en</strong>tre los<br />

propietarios y los usuarios, pero también <strong>en</strong>tre los países desarrollados y los<br />

países <strong>en</strong> desarrollo. La información debe servir a la humanidad y que el saber<br />

siga si<strong>en</strong>do el vínculo del desarrollo.


Economía de la información<br />

Roberto Verzola<br />

El concepto de una sociedad y economía post-industrial fue m<strong>en</strong>cionado por<br />

primera vez <strong>en</strong> los años cincu<strong>en</strong>ta, cuando los investigadores se percataron de<br />

que existía una expansión gradual de las secciones no agrícolas, no industriales<br />

de las economías industriales avanzadas. Al constatar que estas secciones<br />

constituían la base de una nueva economía incipi<strong>en</strong>te, el término “post-industrial”<br />

fue empleado con frecu<strong>en</strong>cia para describir esta economía. Esto implicaba que los<br />

rasgos principales de esta nueva economía aún no estaban lo sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

claros o no se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dían lo sufici<strong>en</strong>te, por lo que la nueva economía fue definida<br />

simplem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> términos de la economía anterior que estaba reemplazando.<br />

Los primeros estudios de la economía “post-industrial” la consideraron<br />

erróneam<strong>en</strong>te como una economía de servicios. Uno de los primeros autores <strong>en</strong><br />

reconocer correctam<strong>en</strong>te la característica principal de la nueva economía<br />

incipi<strong>en</strong>te fue Machlup (1962), qui<strong>en</strong> para describirla empleó el término “industria<br />

basada <strong>en</strong> el conocimi<strong>en</strong>to”. Él descubrió que <strong>en</strong> el año 1959, las ocupaciones<br />

que g<strong>en</strong>eraban conocimi<strong>en</strong>to habían superado <strong>en</strong> número a las demás. Sin<br />

embargo, <strong>en</strong> 1973, autores como Daniel Bell (1973) seguían refiriéndose a la<br />

economía incipi<strong>en</strong>te como economía “post-industrial”. En 1977, Marc Uri Porat<br />

(1977), a quién más tarde se unió Rubin, escribió un <strong>en</strong>sayo de 9 volúm<strong>en</strong>es, que<br />

midió y estimó el alcance de esta economía, y describió este sector emerg<strong>en</strong>te<br />

como “economía de la información”. Desde <strong>en</strong>tonces su obra ha sido muy citada<br />

como la primera obra importante <strong>en</strong> que se empleó el término “economía de la<br />

información”.<br />

Cuando la tecnología digital posibilitó la producción sin límites de copias exactas<br />

de textos, imág<strong>en</strong>es, sonido, video y otros materiales de información, la economía<br />

de la información creció rápidam<strong>en</strong>te. Con el surgimi<strong>en</strong>to de Internet y después de<br />

la World Wide Web, la economía de la información maduró gradualm<strong>en</strong>te hasta<br />

convertirse <strong>en</strong> la floreci<strong>en</strong>te economía de la actualidad.<br />

Uno de los más reci<strong>en</strong>tes esfuerzos por estimar el alcance de la economía de la<br />

información de Estados Unidos fue realizado por Apte y Nath (2004), qui<strong>en</strong>es<br />

llegaron a la conclusión de que la participación del sector de la información de los<br />

Estados Unidos <strong>en</strong> el PNB aum<strong>en</strong>tó “de aproximadam<strong>en</strong>te 46% <strong>en</strong> 1967 a<br />

aproximadam<strong>en</strong>te 56% <strong>en</strong> 1992, y a 63% <strong>en</strong> 1997.”


Información: de un sector a toda una economía<br />

La definición más citada de “economía de la información” es la de Porat, qui<strong>en</strong><br />

distingue <strong>en</strong>tre dos dominios económicos: el dominio de la materia y la <strong>en</strong>ergía, y<br />

el dominio de la información. A este último lo llamó sector de la información y el<br />

primero incluye los sectores agrícola e industrial. El sector de la información se<br />

refiere a la transformación de la información “de un formato a otro.”<br />

Una economía se convierte <strong>en</strong> una economía de la información cuando el trabajo<br />

relacionado con la información comi<strong>en</strong>za a superar al trabajo relacionado con<br />

otros sectores. Según las valoraciones de varios sectores realizada por Porat,<br />

esto ocurrió <strong>en</strong> 1967, cuando el 53% de la mano de obra norteamericana<br />

realizaba un “trabajo de información.”<br />

Porat clasifica el sector de la información <strong>en</strong> dos sectores, el sector primario de la<br />

información y el sector secundario de la información. Los trabajadores del “sector<br />

primario de la información” son aquellos que se relacionan casi totalm<strong>en</strong>te con la<br />

creación o gestión de la información, como los ci<strong>en</strong>tíficos, escritores,<br />

bibliotecarios, etc. Los trabajadores del “sector secundario de la información” son<br />

aquellos que trabajan principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> cuestiones no relacionadas con la<br />

información, pero cuya labor implica un trabajo de información como aspecto<br />

secundario. Estos últimos son los trabajadores de empresas e industrias que no<br />

son de la información, pero g<strong>en</strong>eran información para uso interno <strong>en</strong> la producción<br />

de mercancías agrícolas o industriales (es decir que no son información).<br />

Porat incluye <strong>en</strong> el sector primario de la información a las sigui<strong>en</strong>tes industrias:<br />

1) producción de conocimi<strong>en</strong>tos e inv<strong>en</strong>ción (I+D y servicios de información<br />

privados);<br />

2) distribución de la información y comunicación (educación, servicios de<br />

información públicos, telecomunicaciones);<br />

3) gestión de riesgos (industrias de seguro y finanzas);<br />

4) búsqueda y coordinación (industrias de correduría, publicidad);<br />

5) servicios de procesami<strong>en</strong>to y transmisión de la información (procesami<strong>en</strong>to de<br />

la información por computadoras, infraestructura de las telecomunicaciones);<br />

6) mercancías de la información (calculadoras, semiconductores, computadoras);<br />

7) actividades gubernam<strong>en</strong>tales seleccionadas (educación y servicio postal);<br />

8) instalaciones de apoyo (edificios, mobiliario de oficina);<br />

9) la v<strong>en</strong>ta al por mayor y al por m<strong>en</strong>or de los productos y servicios de<br />

información.<br />

Porat incluye <strong>en</strong> el sector secundario de la información a “todos los servicios de la<br />

información g<strong>en</strong>erados para consumo interno por el gobierno y las empresas no<br />

pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a la esfera de la información”, exceptuando las actividades<br />

gubernam<strong>en</strong>tales que pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> al sector primario de la información como la<br />

educación y la impresión, pero incluy<strong>en</strong>do actividades gubernam<strong>en</strong>tales tales<br />

como planificación, coordinación, supervisión, control, evaluación y toma de<br />

decisiones. También se incluy<strong>en</strong> <strong>en</strong> el sector secundario de la información las<br />

áreas de las empresas e industrias privadas no pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a la esfera de la<br />

información involucradas <strong>en</strong> labores de información o de la producción de<br />

información no destinada a la v<strong>en</strong>ta o arri<strong>en</strong>do <strong>en</strong> el mercado, pero que apoyan<br />

solam<strong>en</strong>te la producción de productos no pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a la esfera de la<br />

información, <strong>en</strong>tre los que se incluy<strong>en</strong> los servicios internos de procesami<strong>en</strong>to de<br />

datos y de biblioteca.


La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha<br />

adoptado la definición de Porat <strong>en</strong> sus estudios sobre la naturaleza, el alcance y<br />

el crecimi<strong>en</strong>to de las economías de la información. Otras definiciones de la<br />

“economía de la información” son variantes de la definición de Porat o la de<br />

Machlup.<br />

Las fronteras elusivas de la economía de la información<br />

La cuestión referida a qué actividad o producto se considera parte de la economía<br />

de la información, presagiada por las difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre los <strong>en</strong>foques de Machlup y<br />

Porat, continúa suscitando los debates actuales sobre la economía de la<br />

información. Por ejemplo:<br />

¿Deb<strong>en</strong> incluirse <strong>en</strong> el sector de la información las actividades productoras de<br />

información <strong>en</strong> las empresas que por sí mismas no g<strong>en</strong>eran productos de<br />

información para el mercado? A fin de cu<strong>en</strong>tas, toda ocupación produce y<br />

gestiona información. Los agricultores, los mecánicos, los niños limpiabotas y<br />

los conserjes también necesitan información, la produc<strong>en</strong>, y la utilizan para sus<br />

propios fines. Como no g<strong>en</strong>eran productos de información para la v<strong>en</strong>ta o<br />

intercambio, hay qui<strong>en</strong>es consideran que no deb<strong>en</strong> formar parte del sector de la<br />

información.<br />

¿Deb<strong>en</strong> incluirse o no, al estimar el alcance del sector de la información, las<br />

salidas intermedias (que sirv<strong>en</strong> como <strong>en</strong>tradas para otras actividades de la<br />

producción)?<br />

¿Debe limitarse el sector de la información solo a las actividades que produc<strong>en</strong><br />

información, o debe abarcar también las que gestionan, distribuy<strong>en</strong>, muestran,<br />

etc. la información?<br />

¿Deb<strong>en</strong> considerarse parte del sector de la información las industrias que<br />

produc<strong>en</strong> bi<strong>en</strong>es tangibles (por ejemplo, computadoras, monitores, <strong>en</strong>rutadores,<br />

etcétera)?<br />

¿Deb<strong>en</strong> ser considerados parte del sector de la información los servicios que<br />

proporcionan información, pero no productos de información para el mercado<br />

(por ejemplo: un médico que emite un diagnóstico o administra medicam<strong>en</strong>tos)?<br />

Puede decirse que no, porque el servicio que proporcionan no ti<strong>en</strong>e el mismo<br />

costo marginal de producción, aproximadam<strong>en</strong>te cero, que la g<strong>en</strong>eración de los<br />

productos de información.<br />

¿Deb<strong>en</strong> incluirse las categorías basadas <strong>en</strong> las cu<strong>en</strong>tas exist<strong>en</strong>tes del ingreso<br />

nacional, o deb<strong>en</strong> incluirse las actividades no incluidas <strong>en</strong> esas cu<strong>en</strong>tas - quizás<br />

porque antes no existían?<br />

¿Los estimados de la contribución del sector de la información al PNB deb<strong>en</strong><br />

basarse <strong>en</strong> el “valor añadido” o <strong>en</strong> la “demanda final”? La demanda final se basa<br />

<strong>en</strong> las v<strong>en</strong>tas del producto, mi<strong>en</strong>tras el valor añadido se basa <strong>en</strong> el ingreso.<br />

¿Debe definirse la economía de la información <strong>en</strong> relación con su alcance con<br />

respecto a otros sectores de la economía, o cuando se haya alcanzado un nivel<br />

específico de informatización d<strong>en</strong>tro de una economía?<br />

¿Son los <strong>en</strong>foques monopolizadores como las pat<strong>en</strong>tes y los derechos de autor,<br />

normalm<strong>en</strong>te conocidos como derechos de propiedad intelectual (DPI), los<br />

medios más apropiados de propiedad sobre la información?


Apte y Nath (2004) resumieron las difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre los <strong>en</strong>foques de Machlup y<br />

Porat. Un análisis más profundo puede <strong>en</strong>contrarse <strong>en</strong> Huber y Rubin (1986).<br />

Como pudo apreciarse anteriorm<strong>en</strong>te, aunque la economía “post-industrial” ya ha<br />

sido id<strong>en</strong>tificada de forma clara como una “economía de la información”, continúa<br />

el debate <strong>en</strong> torno a cuáles actividades y qué productos deb<strong>en</strong> ser clasificados<br />

d<strong>en</strong>tro del sector de la información de dicha economía.<br />

Una gama de productos e instalaciones que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un impacto <strong>en</strong> el proceso<br />

de producción<br />

1. Una economía de la información es una economía <strong>en</strong> la que el sector de la<br />

información llega a ser más dominante que los sectores agrícola o industrial de la<br />

economía.<br />

2. El sector de la información es la parte de la economía que se ocupa de la<br />

creación, gestión, procesami<strong>en</strong>to, transmisión, distribución, y empleo de la<br />

información, donde la información se define como la reducción de la<br />

incertidumbre, y la incertidumbre es una medida del número de posibilidades. La<br />

unidad más pequeña de información es el bit que resuelve la incertidumbre <strong>en</strong>tre<br />

dos resultados igualm<strong>en</strong>te posibles. La información es un <strong>en</strong>te no material, sin<br />

<strong>en</strong>ergía y solo toma forma física cuando se almac<strong>en</strong>a <strong>en</strong> un medio físico (como <strong>en</strong><br />

un disco duro) o se comunica <strong>en</strong> forma física (como <strong>en</strong> una señal de radio).<br />

3. Según esta definición, la información incluye programas, bases de datos,<br />

música, video, cont<strong>en</strong>ido de un libro, diseños, información g<strong>en</strong>ética, memorias<br />

orgánicas y humanas, y otros <strong>en</strong>tes que ev<strong>en</strong>tualm<strong>en</strong>te puedan ser<br />

repres<strong>en</strong>tados, almac<strong>en</strong>ados y comunicados <strong>en</strong> forma de bits. Éstos pued<strong>en</strong><br />

llamarse productos de información. En ocasiones son incluidos d<strong>en</strong>tro de la<br />

categoría de cont<strong>en</strong>ido de la información. Entre los productos de información se<br />

incluy<strong>en</strong> productos que no son puram<strong>en</strong>te información, pero que conti<strong>en</strong><strong>en</strong> una<br />

cantidad de información tal que aporta la mayor parte del precio del producto.<br />

También incluy<strong>en</strong> los números de Protocolo de Internet (IP), nombres de dominio,<br />

formatos, normas, y aspectos similares empleados <strong>en</strong> los equipos e instalaciones<br />

de la información.<br />

4. La economía de la información también incluye el equipami<strong>en</strong>to físico y las<br />

instalaciones empleados para la g<strong>en</strong>eración y el procesami<strong>en</strong>to de la información,<br />

aun cuando este propio equipami<strong>en</strong>to pudo haber sido producido fuera de la<br />

economía de la información. Este equipami<strong>en</strong>to físico incluye computadoras,<br />

equipos de comunicaciones, equipos de conmutación, equipos de conexión de<br />

redes, equipos de audio y video, impr<strong>en</strong>tas, estudios y estaciones de radio y<br />

televisión, bibliotecas, cines, equipos de secu<strong>en</strong>ciami<strong>en</strong>to de ADN y otros equipos<br />

similares. Todos ellos pued<strong>en</strong> ser llamados equipos e instalaciones de<br />

información.<br />

5. La economía de la información incluye también a las personas que se ocupan<br />

de g<strong>en</strong>erar y distribuir información.<br />

6. La información es un <strong>en</strong>te no material, sin <strong>en</strong>ergía, y la materia y la <strong>en</strong>ergía son<br />

necesarias sólo <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que la información deba ser almac<strong>en</strong>adao<br />

comunicada. A medida que la tecnología de la información continúa avanzando,<br />

sigu<strong>en</strong> desarrollándose formas de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to/comunicación de la<br />

información que emplean m<strong>en</strong>os materia o <strong>en</strong>ergía. Por tanto, el costo de<br />

reproducción (es decir, duplicar, hacer copias) de la información se aproxima a


cero.<br />

7. El párrafo preced<strong>en</strong>te solo define los aspectos económicos de la información:<br />

un producto cuya creación requiere una cantidad importante de materia o <strong>en</strong>ergía,<br />

pero cuya reproducción no requiere prácticam<strong>en</strong>te ningún costo, conduce a una<br />

economía que es unívocam<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>te a la economía de productos físicos (es<br />

decir, productos que conti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> cada unidad una cantidad establecida de<br />

materia y <strong>en</strong>ergía consumida, que se reflejará inevitablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el costo de<br />

dichos productos). Los productos de información pued<strong>en</strong> reproducirse<br />

prácticam<strong>en</strong>te sin costo alguno (es decir, un costo marginal de producción de casi<br />

cero), lo cual significa que una vez creado, la car<strong>en</strong>cia de este producto puede<br />

erradicarse prácticam<strong>en</strong>te sin costo alguno. Por consigui<strong>en</strong>te, un estudio de la<br />

economía de la información no sólo debe implicar un estudio conv<strong>en</strong>cional de los<br />

aspectos económicos de la escasez, sino también un estudio de los aspectos<br />

económicos de la abundancia.<br />

8. Hoy resulta posible ser propietario de productos de información a través de un<br />

mecanismo llamado derechos de propiedad intelectual (DPI), que incluye<br />

mecanismos estatutarios monopolizadores tales como las pat<strong>en</strong>tes y los derechos<br />

de autor. Los DPI crean una car<strong>en</strong>cia artificial, al negar la abundancia pot<strong>en</strong>cial de<br />

un producto de información una vez creado y permitir a los titulares de los DPI<br />

mant<strong>en</strong>er artificialm<strong>en</strong>te el precio de un producto de información a un nivel<br />

arbitrario. Una economía de la información que se basa <strong>en</strong> mecanismos<br />

monopolizadores tales como los DPI para recomp<strong>en</strong>sar la actividad intelectual<br />

puede llamarse economía de la información monopolizadora. En el futuro,<br />

podremos ver también el surgimi<strong>en</strong>to de economías de información no<br />

monopolizadoras, donde la actividad intelectual será recomp<strong>en</strong>sada sólo a través<br />

de medios no monopolizadores, que le permitan al público disfrutar pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te<br />

de la abundancia de productos de información una vez creados. Los equipos e<br />

instalaciones de información son poseídos de la misma manera tradicional <strong>en</strong> que<br />

se posee un equipo industrial y la tierra, aun cuando aspectos individuales de<br />

tales equipos e instalaciones de información puedan cont<strong>en</strong>er también material<br />

pat<strong>en</strong>tado o registrado.<br />

En las economías de información monopolizadoras, los pagos por el uso tanto de<br />

los productos de información como de los equipos e instalaciones de información,<br />

no incluy<strong>en</strong> ninguna transfer<strong>en</strong>cia de propiedad, sino solo un permiso temporal<br />

para utilizar el producto, equipo o instalación. Por tanto, estos pagos adquier<strong>en</strong> la<br />

forma de arri<strong>en</strong>do. Las clases acaudaladas de la economía de la información, que<br />

pose<strong>en</strong> productos de información, equipos o instalaciones, son, por consigui<strong>en</strong>te,<br />

clases que pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> arr<strong>en</strong>dar. Estas clases arr<strong>en</strong>dadoras pued<strong>en</strong> ser<br />

d<strong>en</strong>ominadas terrat<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes del ciberespacio o cibert<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes.<br />

Conceptos relacionados, variante(s)<br />

El sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC)<br />

incluye los artículos del sector industrial y el sector de la información<br />

relacionados con el almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to, gestión, procesami<strong>en</strong>to, transmisión,<br />

pres<strong>en</strong>tación y empleo de la información. Pued<strong>en</strong> ser productos tangibles o<br />

intangibles.<br />

El comercio electrónico se refiere al uso de Internet y otras infraestructuras<br />

nacionales o internacionales de comunicaciones para iniciar o realizar<br />

transacciones comerciales, tales como consultas, pres<strong>en</strong>tación de pedidos,


ealización de pagos o transacciones de docum<strong>en</strong>tación.<br />

A m<strong>en</strong>udo se emplea como sinónimo de la economía de la información el<br />

término “economía del conocimi<strong>en</strong>to” o incluso “industrias del conocimi<strong>en</strong>to” o<br />

“industrias basadas <strong>en</strong> el conocimi<strong>en</strong>to”. Estos fueron los términos utilizados<br />

originalm<strong>en</strong>te por Machlup. Aún se emplean como término común para referirse<br />

a la economía de la información. Aunque ambos términos parec<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes,<br />

algunos autores consideran que el término “economía del conocimi<strong>en</strong>to” es el<br />

más g<strong>en</strong>eral, mi<strong>en</strong>tras otros cre<strong>en</strong> que es “economía de la información”.<br />

El autor del pres<strong>en</strong>te artículo prefiere el término “economía de la información”<br />

porque es la información, no el conocimi<strong>en</strong>to, lo que se transfiere o se<br />

intercambia. La información se convierte <strong>en</strong> conocimi<strong>en</strong>to sólo después que es<br />

procesada internam<strong>en</strong>te de manera apropiada por una persona. Personas que<br />

adquieran el mismo conjunto de información pued<strong>en</strong> g<strong>en</strong>erar internam<strong>en</strong>te<br />

difer<strong>en</strong>tes tipos de conocimi<strong>en</strong>tos parti<strong>en</strong>do de ese mismo conjunto de<br />

información. Además, las ci<strong>en</strong>cias de la información ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una definición muy<br />

específica y g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te aceptada de información <strong>en</strong> términos de resolver la<br />

incertidumbre y los medios y unidades para medirla, pero no existe una definición<br />

o unidad de conocimi<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te aceptada.


Los desafíos del multilingüismo<br />

Adriana Lau<br />

Desde un principio, la idea de que el pres<strong>en</strong>te glosario fuera multilingüe fue una<br />

de las piedras angulares <strong>en</strong> la concepción del proyecto: no se puede hablar de<br />

multiculturalidad <strong>en</strong> una obra redactada <strong>en</strong> un solo idioma y que por lo tanto<br />

refleja la idiosincrasia de una sola cultura. Se previó así convocar a expertos <strong>en</strong> el<br />

tema prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de difer<strong>en</strong>tes partes del mundo que hablaran portugués, inglés,<br />

español o francés, cuatro de los idiomas más repres<strong>en</strong>tativos <strong>en</strong> la materia a nivel<br />

mundial <strong>en</strong> la actualidad. Cada autor definiría un concepto <strong>en</strong> su l<strong>en</strong>gua materna y<br />

posteriorm<strong>en</strong>te debía <strong>en</strong>riquecerlo gracias a un debate conjunto <strong>en</strong>tre todos los<br />

autores participantes. Los artículos finales serían luego traducidos a los cuatro<br />

idiomas.<br />

El panorama se complicó al caer <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta de que no todos los autores hablaban<br />

los otros idiomas difer<strong>en</strong>tes del suyo propio. Se p<strong>en</strong>só <strong>en</strong>tonces recurrir a la<br />

ayuda de un equipo de traducción no sólo para la traducción de los artículos al<br />

final del proceso de redacción sino para la traducción de la primera versión de los<br />

artículos que serviría para la comunicación y el intercambio <strong>en</strong>tre los 27 autores y<br />

los 3 coordinadores.<br />

Para coordinar este complejo trabajo de traducción que se requeriría a lo largo de<br />

todo el desarrollo del proyecto se contó con la participación de la Unión Latina.<br />

El proceso de traducción<br />

Se convocó a profesionales de difer<strong>en</strong>tes países para conformar el equipo de<br />

traducción. La mayor preocupación fue tratar de mant<strong>en</strong>er la pluralidad del<br />

proyecto -sobre todo t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que estos 4 idiomas son hablados <strong>en</strong><br />

una vasta zona geográfica. Se logró mant<strong>en</strong>er la diversidad respecto a la<br />

proced<strong>en</strong>cia. Sin embargo, se corroboró una vez más que los interesados <strong>en</strong><br />

temas relacionados con las l<strong>en</strong>guas y por <strong>en</strong>de con la labor de traducción son <strong>en</strong><br />

su mayoría mujeres. Así, participaron <strong>en</strong> el proceso de traducción traductoras de<br />

Brasil, Cuba, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Paraguay y V<strong>en</strong>ezuela (ver<br />

pres<strong>en</strong>tación de las traductoras).<br />

La gestión del proceso de traducción no fue tarea fácil. El hecho de que las<br />

traductoras participantes tuvieran proced<strong>en</strong>cias tan variadas nos obligó a<br />

mant<strong>en</strong>er un contacto exclusivo vía m<strong>en</strong>sajería electrónica. Cada texto recibido <strong>en</strong><br />

una primera versión <strong>en</strong> su l<strong>en</strong>gua de orig<strong>en</strong> fue inmediatam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>viado a las<br />

traductoras para su respectiva traducción <strong>en</strong> los otros tres idiomas. Una vez


traducido, se incluía el artículo <strong>en</strong> el sitio web del proyecto para que estuviera a<br />

disposición de los demás autores y se pudiera iniciar así el debate sobre cada<br />

concepto.<br />

Gracias a los intercambios <strong>en</strong>tre los autores y coordinadores del proyecto, los<br />

artículos fueron mejorados, algunas veces añadi<strong>en</strong>do ideas, otras más bi<strong>en</strong><br />

suprimiéndolas o <strong>en</strong> ocasiones simplem<strong>en</strong>te modificando la estructura interna del<br />

texto para hacerlo más accesible al público <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral. Posteriorm<strong>en</strong>te, la nueva<br />

versión de los artículos fue <strong>en</strong>viada a las respectivas traductoras para realizar las<br />

modificaciones necesarias <strong>en</strong> los otros idiomas. Terminada esta etapa, los<br />

artículos quedaron listos para su publicación <strong>en</strong> el sitio web y <strong>en</strong> versión impresa.<br />

Este fue, a grosso modo, el sistema de trabajo. Sin embargo, vi<strong>en</strong>do un poco más<br />

<strong>en</strong> detalle el desarrollo de este proceso de traducción, pudimos observar que esta<br />

obra constituye <strong>en</strong> sí la prueba palpable de la utilidad de las nuevas tecnologías<br />

de la información <strong>en</strong> la sociedad actual. En efecto, un proyecto semejante no<br />

hubiera podido ver la luz - por lo m<strong>en</strong>os no <strong>en</strong> un periodo de tiempo tan reducido -<br />

hace algunos años, cuando no se disponía de una herrami<strong>en</strong>ta como Internet. La<br />

condición vital de contar con la participación de especialistas y de traductores de<br />

todas partes del mundo hubiera quedado <strong>en</strong> simple proyecto.<br />

Internet, multilingüismo y multiculturalidad<br />

Efectivam<strong>en</strong>te, esta obra fue realizada tal y como se p<strong>en</strong>só <strong>en</strong> gran medida<br />

gracias a Internet. Sin embargo, la comunicación por Internet y el trabajo <strong>en</strong><br />

equipo a distancia no sólo tra<strong>en</strong> v<strong>en</strong>tajas consigo, también repres<strong>en</strong>tan ciertas<br />

dificultades.<br />

Con el propósito de t<strong>en</strong>er una comunicación fluida tanto <strong>en</strong>tre los coordinadores,<br />

como <strong>en</strong>tre éstos con los autores y con las traductoras, se crearon difer<strong>en</strong>tes<br />

listas de discusión. Hubo una lista dedicada exclusivam<strong>en</strong>te al trabajo de<br />

coordinación, otra sirvió de medio de comunicación <strong>en</strong>tre los coordinadores, los<br />

autores y las traductoras, y una tercera fue puesta a <strong>en</strong>tera disposición de las<br />

traductoras para resolver dudas relativas a los idiomas.<br />

No obstante, uno de los mayores problemas “técnicos” es, por supuesto, el<br />

acceso a Internet. Como es del conocimi<strong>en</strong>to de todos, <strong>en</strong> muchos países del Sur,<br />

ya sea por cuestiones técnicas o de costos, no es fácil acceder a esta<br />

herrami<strong>en</strong>ta. En algunos casos, debido a este tipo de dificultades, las listas de<br />

discusión no cumplían su función comunicadora; algunas de las traductoras, al no<br />

t<strong>en</strong>er acceso directo a una conexión de Internet, no recibían <strong>en</strong> tiempo real<br />

m<strong>en</strong>sajes urg<strong>en</strong>tes de modificaciones de último minuto o interv<strong>en</strong>ciones de los<br />

autores que debían ser traducidas para alim<strong>en</strong>tar el intercambio <strong>en</strong>tre ellos, por<br />

citar algunos ejemplos.<br />

Este último caso de comunicación <strong>en</strong>tre los autores nos ayudó a tomar conci<strong>en</strong>cia<br />

de otro detalle “técnico”. Al no t<strong>en</strong>er pronta respuesta de las traductoras y con el<br />

objetivo de acelerar el intercambio de ideas <strong>en</strong>tre los miembros del equipo, se<br />

optó por utilizar un programa de traducción automática a nivel interno <strong>en</strong> las listas<br />

de discusión. Este recurso simplificó los problemas de comunicación cuando el<br />

lector final de dicha traducción t<strong>en</strong>ía ciertos conocimi<strong>en</strong>tos del idioma de orig<strong>en</strong>;<br />

no obstante, para aquellos que lo desconocían, estas traducciones no<br />

comunicaban ningún s<strong>en</strong>tido o, lo que es peor, transmitían contras<strong>en</strong>tidos.<br />

Entonces, la interv<strong>en</strong>ción de los coordinadores y de las traductoras se hacía


necesaria para aclarar las dudas.<br />

Esta situación puso de manifiesto el gran error de aquellos que pi<strong>en</strong>san que un<br />

traductor será reemplazado tarde o temprano por la traducción automática.<br />

Estamos lejos de que esto suceda. En todo caso, será difícil concebir un<br />

programa que sea capaz de id<strong>en</strong>tificar los pequeños -o grandes- matices de las<br />

difer<strong>en</strong>tes culturas que conforman nuestro planeta y, más aun, que sea capaz de<br />

<strong>en</strong>trar <strong>en</strong> comunicación con los autores de los textos tratados para aclarar<br />

términos ambiguos, como fue el caso <strong>en</strong> este proyecto.<br />

Cabe m<strong>en</strong>cionar también que algunos de los autores, como un síntoma más de la<br />

globalización, no resid<strong>en</strong> <strong>en</strong> sus países de orig<strong>en</strong> y hablan difer<strong>en</strong>tes idiomas,<br />

pudi<strong>en</strong>do expresarse mejor a nivel profesional <strong>en</strong> un idioma extranjero que han<br />

“adoptado” por haber realizado sus estudios o por desempeñar sus cargos <strong>en</strong><br />

estos idiomas. Algunos de estos autores redactaron sus artículos <strong>en</strong> estos<br />

idiomas “adoptados”. No obstante, si bi<strong>en</strong> es cierto que dominan la jerga<br />

profesional, la gramática puede t<strong>en</strong>er ciertas fallas.<br />

Por otro lado, muchas veces el autor de un texto se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra tan inmerso <strong>en</strong> el<br />

tema que le ocupa que no se percata de que su texto no es sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te claro<br />

para los lectores.<br />

En estos casos, fr<strong>en</strong>te a “deslices gramaticales” o ambigüedades terminológicas,<br />

el traductor juega un papel muy importante; un programa de traducción<br />

automática no t<strong>en</strong>drá nunca la capacidad intelectual de un traductor para<br />

interpretar dichas fallas ni contará con la posibilidad de hacer consultas sobre<br />

imprecisiones, ofreci<strong>en</strong>do como resultado un texto ininteligible.<br />

Quisiéramos finalm<strong>en</strong>te poner de relieve que fueron justam<strong>en</strong>te las interv<strong>en</strong>ciones<br />

de las traductoras <strong>en</strong> la lista de discusión común solicitando aclaraciones sobre<br />

terminología <strong>en</strong> este campo del saber las que provocaron numerosos debates<br />

<strong>en</strong>tre los autores. En estos debates cada autor def<strong>en</strong>dió su propio <strong>en</strong>foque fr<strong>en</strong>te<br />

a dichos términos, lo que confirmó la necesidad de una obra como ésta para<br />

llegar a ciertos “acuerdos” respecto a conceptos <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>a creación y constante<br />

cambio, sin olvidar las difer<strong>en</strong>cias que implica la diversidad cultural.<br />

En efecto, el carácter multicultural de esta obra le debe mucho a las traductoras<br />

participantes. ¿Hubiéramos podido hablar de multiculturalidad basándonos <strong>en</strong> una<br />

obra traducida mecánicam<strong>en</strong>te? Cada autor plasma la idiosincrasia de su pueblo<br />

con respecto a un concepto pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>te a un tema tan amplio como la llamada<br />

Sociedad de la Información, pero ¿hasta qué punto las nuevas tecnologías de<br />

esta nueva sociedad hubieran sido capaces de reflejar cabalm<strong>en</strong>te y por sí solas<br />

las difer<strong>en</strong>tes culturas que van cont<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> estos textos? Hemos visto que sólo<br />

la experi<strong>en</strong>cia de los traductores y la comunicación constante con los autores<br />

permit<strong>en</strong> obt<strong>en</strong>er un texto claro y preciso <strong>en</strong> un idioma difer<strong>en</strong>te. Y, muchas veces,<br />

es la participación de los traductores la que permite incluso <strong>en</strong>riquecer un texto <strong>en</strong><br />

l<strong>en</strong>gua original.<br />

Agradecemos pues una vez más a las traductoras participantes por su importante<br />

labor <strong>en</strong> la realización de este proyecto multicultural y multilingüe, así como por su<br />

capacidad de colaboración y compromiso con esta tarea comunicadora.<br />

F I N

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