15.04.2013 Views

Engels: Introducción de 1895 a “La lucha de clases en Francia”

Engels: Introducción de 1895 a “La lucha de clases en Francia”

Engels: Introducción de 1895 a “La lucha de clases en Francia”

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Después <strong>de</strong> las <strong>de</strong>rrotas <strong>de</strong> 1849, nosotros no compartimos, ni mucho m<strong>en</strong>os, las<br />

ilusiones <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia vulgar agrupada <strong>en</strong> torno a los futuros gobiernos<br />

provisionales in partibus [6]. Esta <strong>de</strong>mocracia vulgar contaba con una victoria pronta,<br />

<strong>de</strong>cisiva y <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong>l «pueblo» sobre los «opresores»; nosotros, con una larga <strong>lucha</strong>,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> eliminados los «opresores», <strong>en</strong>tre los elem<strong>en</strong>tos contradictorios que se<br />

escondían <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este mismo «pueblo». La <strong>de</strong>mocracia vulgar esperaba que el<br />

estallido volviese a producirse <strong>de</strong> la noche a la mañana; nosotros <strong>de</strong>claramos ya <strong>en</strong> el<br />

otoño <strong>de</strong> 1850, que por lo m<strong>en</strong>os la primera etapa <strong>de</strong>l período revolucionario había<br />

terminado y que hasta que no estallase una nueva crisis económica mundial no había<br />

nada que esperar. Y esto nos valió el ser proscritos y anatematizados como traidores a<br />

la revolución por los mismos que luego, casi sin excepción, hicieron las paces con<br />

Bismarck, siempre que Bismarck creyó que merecían ser tomados <strong>en</strong> consi<strong>de</strong>ración.<br />

Pero la historia nos dio también a nosotros un m<strong>en</strong>tís y reveló como una ilusión<br />

nuestro punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> <strong>en</strong>tonces. Y fue todavía más allá: no sólo <strong>de</strong>struyó el error <strong>en</strong><br />

que nos <strong>en</strong>contrábamos, sino que a<strong>de</strong>más transformó <strong>de</strong> arriba abajo las condiciones <strong>de</strong><br />

<strong>lucha</strong> <strong>de</strong>l proletariado. El método <strong>de</strong> <strong>lucha</strong> <strong>de</strong> 1848 está hoy anticuado <strong>en</strong> todos los<br />

aspectos, y es éste un punto que merece ser investigado ahora más <strong>de</strong>t<strong>en</strong>idam<strong>en</strong>te.<br />

Hasta aquella fecha todas las revoluciones se habían reducido a la sustitución <strong>de</strong> una<br />

<strong>de</strong>terminada dominación <strong>de</strong> clase por otra; pero todas las <strong>clases</strong> dominantes anteriores<br />

sólo eran pequeñas minorías, comparadas con la masa <strong>de</strong>l pueblo dominada. Una<br />

minoría dominante era <strong>de</strong>rribada, y otra minoría empuñaba <strong>en</strong> su lugar el timón <strong>de</strong>l<br />

Estado y amoldaba a sus intereses las instituciones estatales. Este papel correspondía<br />

siempre al grupo minoritario capacitado para la dominación y llamado a ella por el<br />

estado <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo económico y, precisam<strong>en</strong>te por esto y sólo por esto, la mayoría<br />

dominada, o bi<strong>en</strong> interv<strong>en</strong>ía a favor <strong>de</strong> aquélla <strong>en</strong> la revolución o aceptaba la<br />

revolución tranquilam<strong>en</strong>te. Pero, prescindi<strong>en</strong>do <strong>de</strong>l cont<strong>en</strong>ido concreto <strong>de</strong> cada caso, la<br />

forma común a todas estas revoluciones era la <strong>de</strong> ser revoluciones minoritarias. Aun<br />

cuando la mayoría cooperase a ellas, lo hacia —consci<strong>en</strong>te o inconsci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te— al<br />

servicio <strong>de</strong> una minoría; pero esto, o simplem<strong>en</strong>te la actitud pasiva, la no resist<strong>en</strong>cia por<br />

parte <strong>de</strong> la mayoría, daba al grupo minoritario la apari<strong>en</strong>cia <strong>de</strong> ser el repres<strong>en</strong>tante <strong>de</strong><br />

todo el pueblo.<br />

Después <strong>de</strong>l primer éxito gran<strong>de</strong>, la minoría v<strong>en</strong>cedora solía escindirse: una parte<br />

estaba satisfecha con lo conseguido; otra parte quería ir todavía más allá y pres<strong>en</strong>taba<br />

nuevas reivindicaciones que <strong>en</strong> parte, al m<strong>en</strong>os, iban también <strong>en</strong> interés real o apar<strong>en</strong>te<br />

<strong>de</strong> la gran muchedumbre <strong>de</strong>l pueblo. En algunos casos, estas reivindicaciones más<br />

radicales eran satisfechas también; pero, con frecu<strong>en</strong>cia, sólo por el mom<strong>en</strong>to, pues el<br />

partido más mo<strong>de</strong>rado volvía a hacerse dueño <strong>de</strong> la situación y lo conquistado <strong>en</strong> el<br />

último tiempo se perdía <strong>de</strong> nuevo, total o parcialm<strong>en</strong>te; y <strong>en</strong>tonces, los v<strong>en</strong>cidos<br />

clamaban traición o achacaban la <strong>de</strong>rrota a la mala suerte. Pero, <strong>en</strong> realidad, las cosas<br />

ocurrían casi siempre así: las conquistas <strong>de</strong> la primera victoria sólo se consolidaban<br />

mediante la segunda victoria <strong>de</strong>l partido más radical; una vez conseguido esto, y con<br />

ello lo necesario por el mom<strong>en</strong>to, los radicales y sus éxitos <strong>de</strong>saparecían nuevam<strong>en</strong>te <strong>de</strong><br />

la esc<strong>en</strong>a.<br />

Todas las revoluciones <strong>de</strong> los tiempos mo<strong>de</strong>rnos, a partir <strong>de</strong> la gran revolución<br />

inglesa <strong>de</strong>l siglo XVII, pres<strong>en</strong>taban estos rasgos, que parecían inseparables <strong>de</strong> toda<br />

<strong>lucha</strong> revolucionaria. Y estos rasgos parecían aplicables también a las <strong>lucha</strong>s <strong>de</strong>l<br />

4

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!