15.04.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

contestaba que hay dos clases <strong>de</strong> problemas, los que se arreglan<br />

solos y los que no tienen solución, así es que no la molestara con<br />

tonterías. Menos mal que su mano había sanado rápidamente, si<br />

no ella sería capaz <strong>de</strong> resolver el asunto sugiriendo que se la<br />

amputara. Era mujer <strong>de</strong> medidas extremas. Le había prestado<br />

mapas y libros sobre el Amazonas, para que él mismo buscara la<br />

información que le interesaba. Si Alex le comentaba sus lecturas<br />

sobre los indios o le planteaba sus teorías sobre la Bestia, ella<br />

replicaba sin levantar la vista <strong>de</strong> la página que tenía por <strong>de</strong>lante:<br />

«Nunca pierdas una buena ocasión <strong>de</strong> callarte la boca,<br />

Alexan<strong>de</strong>r».<br />

Todo en ese viaje resultaba tan diferente al mundo en que el<br />

muchacho se había criado, que se sentía como un visitante <strong>de</strong> otra<br />

galaxia. Ya no contaba con las comodida<strong>de</strong>s que antes usaba sin<br />

pensar, como una cama, baño, agua corriente, electricidad. Se<br />

<strong>de</strong>dicó a tomar fotografías con la cámara <strong>de</strong> su abuela para llevar<br />

pruebas <strong>de</strong> vuelta a California. ¡Sus amigos jamás le creerían que<br />

había tenido en las manos un caimán <strong>de</strong> casi un metro <strong>de</strong> largo!<br />

Su problema más grave era alimentarse. Siempre había sido<br />

quisquilloso para comer y ahora le servían cosas que ni siquiera<br />

sabia nombrar. Lo único que podía i<strong>de</strong>ntificar a bordo eran<br />

frijoles en lata, carne seca salada y café, nada <strong>de</strong> lo cual le<br />

apetecía. Los tripulantes cazaron a tiros un par <strong>de</strong> monos y esa<br />

noche, cuando el bote atracó en la orilla, los asaron. Tenían un<br />

aspecto tan humano, que se sintió enfermo al verlos: parecían dos<br />

niños quemados. A la mañana siguiente pescaron una pirarucú,<br />

un enorme pez cuya carne resultó <strong>de</strong>liciosa para todos menos<br />

para él, porque se negó a probarla. Había <strong>de</strong>cidido a los tres años<br />

que no le gustaba el pescado. Su madre, cansada <strong>de</strong> batallar para<br />

obligarlo a comer, se había resignado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces a servirle<br />

los alimentos que le gustaban. No eran muchos. Esa limitación lo<br />

mantenía hambriento durante el viaje; sólo disponía <strong>de</strong> bananas,<br />

un tarro <strong>de</strong> leche con<strong>de</strong>nsada y varios paquetes <strong>de</strong> galletas. A su<br />

abuela no pareció importarle que él tuviera hambre, tampoco a<br />

los <strong>de</strong>más. Nadie le hizo caso.<br />

Varias veces al día caía una breve y torrencial lluvia; <strong>de</strong>bió<br />

acostumbrarse a la permanente humedad, al hecho <strong>de</strong> que la ropa<br />

nunca se secaba <strong>de</strong>l todo. Al ponerse el sol atacaban nubes <strong>de</strong><br />

mosquitos. Los extranjeros se <strong>de</strong>fendían empapándose en<br />

insecticida, sobre todo Ludovic Leblanc, quien no perdía ocasión

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!