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Hoy, como habitualmente hacemos<br />
en estas páginas, queremos hablar<br />
de nuestros antepasados, pero también<br />
deseamos hacerlo de las cosas<br />
de la vida cotidiana de la época en<br />
la que ellos vivieron, algunas de las<br />
cuales ya no se usan mientras que<br />
otras siguen bien vigentes. Vamos a<br />
meternos en una casa para ver qué<br />
es lo que encontramos, para conocer<br />
un poco el decorado y la atmósfera<br />
de aquellos hogares.<br />
Si esta visita es posible, es gracias<br />
a uno de los numerosos inventarios<br />
que se pueden encontrar en los protocolos<br />
notariales. Porque nuestros<br />
paisanos, tan apegados al Derecho<br />
y la Justicia y, por qué no, a sus<br />
bienes, no tenían ningún pudor en<br />
llamar al notario y pedir que inventariara<br />
los bienes de la familia<br />
cuando creían que sus intereses<br />
estaban amenazados. Los requerían<br />
cuando pensaban, por ejemplo, que<br />
el padre o la madre que gozaban de<br />
un usufructo malgastaban lo que no<br />
era suyo, o si uno de los cónyuges<br />
creía que el otro no cuidaba bien<br />
del patrimonio familiar, etc.<br />
<strong>El</strong> caso del que hoy nos ocuparemos<br />
se refiere a la familia Lascorz<br />
de Olsón. Sabemos que este apellido<br />
también se encuentra en<br />
<strong>Labuerda</strong>, y exiten muchas probabilidades<br />
de que estuvieran emparentados<br />
entre sí. La historia es la<br />
siguiente:<br />
Corría el año 1593 y Joan Lascorz,<br />
de Olsón, pidió al Lugarteniente de<br />
Justicia de la Baronía de Monclús,<br />
en presencia de algunos testigos y<br />
del notario Francisco Sánchez que<br />
dio fe de dicho acto, que realizara<br />
Conociendo a nuestros antepasados:<br />
– 16 –<br />
Agosto de 2006 • <strong>Labuerda</strong><br />
Juan de Lascorz de Olsón:<br />
EL HIJO QUE NO SE FIABA NI DE SU PADRE<br />
un Inventario de los bienes de su<br />
padre, porque creía que su progenitor<br />
estaba gastando lo que él tenía<br />
derecho a heredar, como único descendiente<br />
suyo que era.<br />
Aceptada la requisición, se presentaron<br />
el Lugarteniente y el notario<br />
en casa del padre de Juan y le<br />
advirtieron que iban a proceder a<br />
inventariar todos los bienes, a petición<br />
de su hijo. Así lo hicieron, y<br />
gracias a eso podemos entrar ahora<br />
en la casa (y cuadra) de una familia<br />
altoaragonesa de aquella época.<br />
Con la frase: “Et primo dixo el<br />
dicho Joan Lascorz, padre del<br />
dicho agente” empieza la enumeración<br />
de los bienes y, en primer<br />
lugar, aparece el recuento de los<br />
animales, que eran: “Dos mulos, el<br />
uno de pelo grixo de tiempo de<br />
doze años poco más o menos, otro<br />
de pelo negro, de quatro años poco<br />
más o menos. Dos bueyes de pelo<br />
bermejo, los dos de cada quatro<br />
años a cinco años. Una semera con<br />
un pollino fuera de señal”. Más<br />
adelante se hace referencia a “un<br />
puerco” que tenía en un compartimento<br />
cerca de la cocina.<br />
Continúa la enumeración: “Vino<br />
tinto diez o doze metros. Trigo tres<br />
cahizes. Cebada carrón quatro<br />
cahizes. Harina un cahíz”.<br />
Declara el padre contar también<br />
con tres censales, por los que cobra<br />
un total de 240 sueldos de pensión<br />
anual, más: “Dos quintales de<br />
azeite. Obejas ocho. Corderos<br />
siete. Cabras y segallas nuebe.<br />
Cabritos tres. Carneros y borregos<br />
doze”. Todo lo arriba inventariado,<br />
dice el dicho Joan de Lascorz, lo<br />
tenía y tiene de sus bienes propios.<br />
Continúa: “En la entrada de la<br />
casa: tres ballestas. Una carraça<br />
de cányamo, habrá veyte libras<br />
poco más o menos. Otra carraça<br />
de borrons, habrá diez libras. Una<br />
espada. Dos queros de tener azeite.<br />
Una caxa de nogal. Otra caxa farinera.<br />
Dos bancos de quatro pies.<br />
Un crebillo. Tres axadas. Un<br />
esgramenador. Un caldero de un<br />
quantaro. Quatro ruellos de labrar.<br />
Dos albardas, una nueba, otra<br />
trayda. Un pico de fierro martillo.<br />
Una vara de fierro. Dos pillas de<br />
tener azeite, la una quebrada. Una<br />
trasca de labrar.<br />
En la masadería: Una caxa llana.<br />
Dos baçias de massar. Un tablero<br />
de massar. Quatro cedaços. Una<br />
barraça. Un hazo de caxigo con<br />
dos quartales de sal”.<br />
En un cuarto al lado de la masadería:<br />
“Una arroba de cáyamo, sola-