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aquítica industrialización y un proletariado agrícola<br />

estacional y muy disminuido.<br />

Para el socialismo del siglo XIX y XX, el sujeto encargado<br />

de desplazar por la revolución al capitalismo<br />

era un proletariado industrial muy consciente y organizado,<br />

encargado de gestionar la producción y mejorar<br />

el nivel de vida de la población a través de una<br />

mejor distribución de los excedentes.<br />

A pesar de que los supuestos económicos y sociales<br />

del socialismo no se han cumplido en nuestros países,<br />

durante el siglo pasado tuvimos muchas revoluciones<br />

en los países colonizados y semicolonizados, bajo liderazgo<br />

con una orientación socialista. El esfuerzo fue<br />

inmenso, algunos países (Rusia o China por ejemplo)<br />

lograron desarrollar un proceso de acumulación semejante<br />

al llevado a cabo por los países capitalistas metropolitanos;<br />

otros países lograron su independencia<br />

política a través de un proceso de descolonización,<br />

aunque quedaron atados al mercado mundial y al monopolio<br />

del capital metropolitano.<br />

Hoy en día, el capitalismo global o imperialismo,<br />

con hegemonía de las empresas transnacionales sobre<br />

los Estados, incluso sobre sus propios Estados,<br />

se ha generalizado en todo el mundo y ha contribuido<br />

a desmantelar a muchos capitalismos nacionales<br />

crecientes. La pregunta que surge es la siguiente: ¿es<br />

posible que durante el capitalismo global, nuestros<br />

países puedan industrializarse, creando así las condiciones<br />

del socialismo proletarizante que los clásicos<br />

del socialismo diseñaron para Europa (economías industriales<br />

y Estados fuertes)? ¿Debe el socialismo, en<br />

cualquier circunstancia reducirse a un socialismo donde<br />

todos los medios de producción estén en manos del<br />

Estado, después de la experiencia del socialismo real<br />

del Este europeo? ¿Podemos retomar los principios<br />

del socialismo y cambiar la estrategia?<br />

Esta última pregunta es la que nos puede entusiasmar<br />

de nuevo. Para lo cual yo les propongo que discutamos<br />

las condiciones para llevar a cabo un socialismo<br />

de carácter comunitario, retomando así la tradición<br />

comunista comunitaria que desde hace muchos siglos<br />

ejercieron y soñaron nuestros antepasados.<br />

En esencia y en términos muy gruesos, el socialismo<br />

comienza con la igualdad de oportunidades<br />

económicas para todos, lo que es dificultado por la<br />

existencia de la desigualdad en la propiedad privada<br />

de los grandes medios de producción (fábricas) y de<br />

circulación (bancos). Por lo tanto, un sistema socialista<br />

comienza creando mecanismos de gestión social<br />

y económica en manos de los trabajadores con<br />

el objetivo de eliminar, a través de la planificación,<br />

la anarquía y diferenciación generada por el mercado.<br />

Eso fue lo que hicieron las sociedades socialistas<br />

del siglo pasado, pero con un nivel de centralización,<br />

donde la gestión social se concentró en manos<br />

del Estado y la competencia dentro del capitalismo<br />

mundial terminó descalabrando a muchas sociedades<br />

socialistas, entre ellas muchas que habían sido<br />

subsidiadas por la Unión Soviética. Hoy en día subsisten<br />

algunos países que han inventado lo que ellos<br />

llaman: socialismo de mercado, con un Estado distributivo<br />

y centralizado, entre ellos China, Libia o<br />

Corea del Norte. El dilema para estos países es convertir<br />

el socialismo de mercado en una economía<br />

de mercado con hegemonía del capital extranjero,<br />

o, tal como pasó en la Unión Soviética, centralizar<br />

tanto el poder que no pudieron ofrecer a la población<br />

una opción aceptable para ejercer la libertad o<br />

la democracia política.<br />

El desarrollo del capitalismo actual sigue proletarizando<br />

al mundo entero, pero no en el sentido de crear<br />

una gigantesca clase obrera industrial, sino en el sentido<br />

de sobreexplotación y pauperización de toda la población<br />

mundial. La mayoría de la clase trabajadora vive<br />

en el desempleo, subempleo o en una indigente y masiva<br />

marginación. Además se ha incrementado la destrucción<br />

del medio ambiente, el crimen organizado, la<br />

violencia contra la mujer, el recrudecimiento del poder<br />

y de las jerarquías. De tal manera que si el socialismo<br />

tiene la responsabilidad de superar las tareas del capitalismo,<br />

tiene también que incorporar nuevas banderas<br />

que se enarbolen contra las nuevas fuentes de injusticia.<br />

El socialismo comunitario<br />

La hipótesis que estamos proponiendo tiene como<br />

premisa precisamente afirmar que aún en las condiciones<br />

actuales de nuestros países, existe la posibilidad<br />

de levantar los embriones del socialismo comunitario,<br />

el que necesariamente debería estar encabezado en<br />

igualdad de condiciones por mujeres y hombres.<br />

En el caso del programa Hambre Cero implementado<br />

por el gobierno sandinista y al empezar el último año del<br />

período de gobierno, el balance es el siguiente (marzo<br />

2011): existen más de 60.000 mujeres que han recibido<br />

el bono productivo alimentario, aunque no siempre en<br />

forma completa, por razones de recursos. Existen más de<br />

mil organizaciones llamadas núcleos o cooperativas, con<br />

un promedio de cincuenta mujeres por organización. En<br />

el caso de Managua, la capital del país, las 2.700 mujeres<br />

del programa Hambre Cero están organizadas en cooperativas,<br />

estas cooperativas están organizadas en uniones<br />

y para el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) está<br />

previsto lanzar la primera Federación de Mujeres del Programa<br />

Hambre Cero. Todo una meta jamás soñada en<br />

los últimos quinientos años de colonialismo, capitalismo,<br />

imperialismo, neocolonialismo y capitalismo global, ni siquiera<br />

en el socialismo conocido.<br />

En el socialismo, las relaciones deben ser relaciones<br />

de cooperación y de solidaridad. ¿Existe en alguna comunidad<br />

relaciones de cooperación y de solidaridad?<br />

La respuesta es sencilla y categórica. En toda familia<br />

las relaciones son de cooperación y de solidaridad,<br />

27<br />

<strong>correo</strong><br />

febrero-marzo<br />

2011

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