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Hay una diferencia muy sutil entre entregar algo al Espíritu Santo y no resistir. Cuando resisto algo,<br />
estoy juzgandolo. Yo no le entrego al Espíritu Santo mi situación, yo sencillamente no la resisto, y<br />
desde ese espacio me encuentro tomando decisiones que de una forma u otra me ayudan a que mi paz<br />
no se perturbe.<br />
Si no resistes tu experiencia como fumadora, y de todo corazón le pides al Espíritu Santo que te ayude<br />
a experimentar paz en todo momento, cuando tengas el próximo deseo de fumar, ahí es donde le dices<br />
al Espíritu Santo que te ayude a experimentar paz, sin juzgar el tipo de adicción.<br />
Dentro de ese espacio, quizás te encuentras receptiva o inspirada a caminar a tu biblioteca y encuentras<br />
un libro con sugerencias que te pueda ayudar a dejar de fumar, o quizás te ves inclinada a buscar en el<br />
internet, y ahí lees un articulo relacionado al fumar que quizás te ayude a eliminar esa adicción, o quien<br />
sabe si en ese momento te llama una amistad y al terminar la conversación deciden ayudarse a si<br />
mismas a dejar de fumar, o, también cabe la posibilidad de que ese deseo disminuya naturalmente.<br />
Y por cierto, esas sugerencias que compartí, como la de leer un libro que te ayude a eliminar una<br />
adicción, obviamente esa no es la solución, pero el Espíritu Santo sabe donde te encuentras, y quizás,<br />
para algunos, es necesario buscar magias o agentes especiales antes de que finalmente el Espíritu Santo<br />
pueda deshacer esa área donde el ego todavía aparenta tener poder sobre nosotros. Es por eso que el<br />
curso me recuerda, "El programa de estudios es sumamente individualizado, y todos sus aspectos están<br />
bajo el cuidado y la dirección especial del Espíritu Santo." M-29.2:7<br />
También recuerda que cuando le entregamos al Espíritu Santo algo especifico para que El lo corrija, si<br />
le entregamos una adicción por ejemplo, El te preguntaría, ¿cual adicción?, ¿de que estas hablando? Y<br />
aunque parezca que me estoy contradiciendo, el Espíritu Santo puede ver nuestras ilusiones sin creer en<br />
ellas, que es por eso que el curso me recuerda, “El Espíritu Santo puede hacer eso porque, si bien por<br />
una parte reconoce la verdad, reconoce también nuestras ilusiones, aunque no cree en ellas.”<br />
Prefacio<br />
Ahora, por qué te decía que El te preguntaría ¿cual adicción?, ¿de que estas hablando? Porque El no<br />
pone su atención en los efectos (la adicción), El va directamente a la causa (mente, la responsable de<br />
proyectar toda aparente adicción, y todo lo que tenga que ver con el cuerpo y el mundo dual), que es<br />
por eso que el curso me recuerda, “Es Espíritu Santo, sonriendo dulcemente, percibe la causa y no le<br />
presta atención a los efectos.” T-27.VIII.9:1<br />
Así que lo que le entregamos es nuestra resistencia a no sentir paz puesto que los detalles son<br />
irrelevantes. Es por eso que el curso nos recuerda, "Es fácil entender las razones por las que no le<br />
pides al Espíritu Santo que resuelva todos tus problemas por ti. Para Él no es más difícil resolver unos<br />
que otros. Todos los problemas son iguales para Él, puesto que cada uno se resuelve de la misma<br />
manera y con el mismo enfoque. Los aspectos que necesitan solución no cambian, sea cual sea la<br />
forma que el problema parezca adoptar. Un problema puede manifestarse de muchas maneras, y lo<br />
hará mientras el problema persista. De nada sirve intentar resolverlo de una manera especial." T-<br />
26.II.1:1-6<br />
Si le entregas a El cada circunstancia especifica, vas a estar entregando millones de cosas en cada<br />
momento. Es mas fácil entregarle a El tu resistencia a la paz mental, y de ahí en adelante deja que El se<br />
encargue de los detalles.