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aquí - Nick Arandes

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Hay una diferencia muy sutil entre entregar algo al Espíritu Santo y no resistir. Cuando resisto algo,<br />

estoy juzgandolo. Yo no le entrego al Espíritu Santo mi situación, yo sencillamente no la resisto, y<br />

desde ese espacio me encuentro tomando decisiones que de una forma u otra me ayudan a que mi paz<br />

no se perturbe.<br />

Si no resistes tu experiencia como fumadora, y de todo corazón le pides al Espíritu Santo que te ayude<br />

a experimentar paz en todo momento, cuando tengas el próximo deseo de fumar, ahí es donde le dices<br />

al Espíritu Santo que te ayude a experimentar paz, sin juzgar el tipo de adicción.<br />

Dentro de ese espacio, quizás te encuentras receptiva o inspirada a caminar a tu biblioteca y encuentras<br />

un libro con sugerencias que te pueda ayudar a dejar de fumar, o quizás te ves inclinada a buscar en el<br />

internet, y ahí lees un articulo relacionado al fumar que quizás te ayude a eliminar esa adicción, o quien<br />

sabe si en ese momento te llama una amistad y al terminar la conversación deciden ayudarse a si<br />

mismas a dejar de fumar, o, también cabe la posibilidad de que ese deseo disminuya naturalmente.<br />

Y por cierto, esas sugerencias que compartí, como la de leer un libro que te ayude a eliminar una<br />

adicción, obviamente esa no es la solución, pero el Espíritu Santo sabe donde te encuentras, y quizás,<br />

para algunos, es necesario buscar magias o agentes especiales antes de que finalmente el Espíritu Santo<br />

pueda deshacer esa área donde el ego todavía aparenta tener poder sobre nosotros. Es por eso que el<br />

curso me recuerda, "El programa de estudios es sumamente individualizado, y todos sus aspectos están<br />

bajo el cuidado y la dirección especial del Espíritu Santo." M-29.2:7<br />

También recuerda que cuando le entregamos al Espíritu Santo algo especifico para que El lo corrija, si<br />

le entregamos una adicción por ejemplo, El te preguntaría, ¿cual adicción?, ¿de que estas hablando? Y<br />

aunque parezca que me estoy contradiciendo, el Espíritu Santo puede ver nuestras ilusiones sin creer en<br />

ellas, que es por eso que el curso me recuerda, “El Espíritu Santo puede hacer eso porque, si bien por<br />

una parte reconoce la verdad, reconoce también nuestras ilusiones, aunque no cree en ellas.”<br />

Prefacio<br />

Ahora, por qué te decía que El te preguntaría ¿cual adicción?, ¿de que estas hablando? Porque El no<br />

pone su atención en los efectos (la adicción), El va directamente a la causa (mente, la responsable de<br />

proyectar toda aparente adicción, y todo lo que tenga que ver con el cuerpo y el mundo dual), que es<br />

por eso que el curso me recuerda, “Es Espíritu Santo, sonriendo dulcemente, percibe la causa y no le<br />

presta atención a los efectos.” T-27.VIII.9:1<br />

Así que lo que le entregamos es nuestra resistencia a no sentir paz puesto que los detalles son<br />

irrelevantes. Es por eso que el curso nos recuerda, "Es fácil entender las razones por las que no le<br />

pides al Espíritu Santo que resuelva todos tus problemas por ti. Para Él no es más difícil resolver unos<br />

que otros. Todos los problemas son iguales para Él, puesto que cada uno se resuelve de la misma<br />

manera y con el mismo enfoque. Los aspectos que necesitan solución no cambian, sea cual sea la<br />

forma que el problema parezca adoptar. Un problema puede manifestarse de muchas maneras, y lo<br />

hará mientras el problema persista. De nada sirve intentar resolverlo de una manera especial." T-<br />

26.II.1:1-6<br />

Si le entregas a El cada circunstancia especifica, vas a estar entregando millones de cosas en cada<br />

momento. Es mas fácil entregarle a El tu resistencia a la paz mental, y de ahí en adelante deja que El se<br />

encargue de los detalles.

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