REFLEXIONES SOBRE EL FENÓMENO DE LA CORRUPCIÓN ...

la jornada electoral genera inestabilidad y tensiones, y sobre todo lastima la
credibilidad que precisa toda oferta política para ser gobierno.
Las condiciones de la competencia política en términos jurídicos e institucionales
son claras, todos los partidos políticos han aceptado, y reciben financiamiento
público en acuerdo a las leyes que por sí mismos aprobaron.
A la par, las instituciones electorales garantizan la organización del proceso y la
certeza en los resultados electorales, y cada partido está en libertad de ofertar a
los ciudadanos su visión, proyecto y principios de país y de gobierno.
Sin embargo, y más allá de que todos los participantes comparten normas que
obligan a desarrollar una acción política fundada en la transparencia y la civilidad,
es preciso asentar que están presentes otra serie de circunstancias en el proceso
electoral que deben ser consideradas con atención por los ciudadanos y en
especial por quienes tenemos responsabilidades en alguno de los poderes
públicos y ordenes de gobierno de nuestro país.
En principio, la circunstancia de una alta competencia política obliga a todos los
involucrados de manera directa o indirecta en el proceso electoral a guardar el
más estricto apego a las normas para evitar tensiones, conflictos o turbulencias
derivadas de acciones que podrían comprometer la equidad de la contienda o en
su caso el ejercicio de los derechos políticos.
Todos tenemos una responsabilidad con el desarrollo del proceso electoral, todos
tenemos algo que aportar a la democracia en México y todos debemos asumirnos
como constituyentes y a la vez como instituyentes de un Estado de derecho y
democrático donde la igualdad de las diferencias y la equidad son posibles.
Al mismo tiempo, debemos asumir una postura que convoque al diálogo, a la
reflexión, al debate de ideas y a la generación de propuestas por parte de los
actores políticos, porque de este conjunto de factores depende la participación
ciudadana, el interés por los asuntos públicos y que las personas asistan a las
urnas.
La exigencia de un debate político fundado en el respeto, la altura de miras y en
definiciones sobre lo que cada actor aportará a la modernidad política, jurídica e
institucional del país, dependen de todos; y al mismo nuestro interés y
participación en las cosas públicas son centrales para evitar el abstencionismo
electoral, el desinterés por la política, y el alejamiento del debate político.
México es y puede ser una sociedad sufragante y deliberativa, y debemos lograr
que la democracia alcance cada uno de los espacios de la vida social. Ante las
elecciones, es preciso recuperar el poder perfeccionador de la política y
trascender las percepciones negativas sobre diferentes actores de la vida pública
que diversos estudios nacionales e internacionales han advertido.
Las condiciones y circunstancias de los procesos electorales las construimos
todos, debemos asumir que la opinión pública es un factor real en el desarrollo de
18