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Año 2. Nro. 88. C . actualidad a diario, se entrega gratuitamente con el diario Crítica de la Argentina del 1 de noviembre de 2009. Prohibida su venta por separado.<br />
+Bayly<br />
Cucurto<br />
Viajar<br />
Comida<br />
Vinos<br />
Moda actualidad a diario<br />
<strong>Leonardo</strong><br />
<strong>Sbaraglia</strong><br />
"De lo único que me<br />
arrepiento es de no haber<br />
vivido más la adolescencia."<br />
Me tomo<br />
5 minutos<br />
La meditación es un<br />
boom hasta en los<br />
gimnasios de barrio.<br />
Quién<br />
paga<br />
La pareja y el<br />
dinero en tiempos<br />
de "jefas de hogar".<br />
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uscador<br />
El amor<br />
como objeto<br />
Muchas veces entre el<br />
amor y la obsesión<br />
hay un instante, un<br />
paso, que trastoca un sentimiento<br />
hermoso en algo que<br />
resulta insoportable. Es lo que<br />
le sucede a uno de los personajes<br />
de la nueva novela del<br />
turco Orham Pamuk: El museo<br />
de la inocencia. Aquí, Kemal y<br />
Füsun se enamoran; pero lo<br />
que empieza como una aventura<br />
evoluciona pronto hacia el<br />
amor sin límites cuando ella<br />
desaparece. Kemal descubre<br />
que recuperar los objetos que<br />
alguna vez habían sido de ella<br />
le produce un efecto calmante.<br />
Es por eso que como una<br />
forma de curar su enfermedad,<br />
él va recuperando los objetos<br />
de su amada.<br />
El ganador del Premio Nobel<br />
de Literatura 2006 volvió con<br />
una intensa novela de amor,<br />
que es también una visita<br />
guiada por la sociedad de<br />
Estambul. Acá transcribimos<br />
la primera oración del libro,<br />
para que nadie diga que no<br />
avisamos que hay que leerla:<br />
“Fue el momento más feliz de<br />
mi vida y no lo sabía”. Eso sí,<br />
no es apta para los que andan<br />
con problemas sentimentales.<br />
El museo de la inocencia<br />
(Mondadori): $79.<br />
4<br />
La familia Díaz<br />
Volcada de lleno al<br />
folclore, la ex Viuda e<br />
hijas del Roque Enroll<br />
vuelve a subirse a un<br />
escenario porteño en su<br />
gira Antología, donde<br />
repasará todos los temas<br />
del disco Baile en el cielo,<br />
CD grabado entre 2004 y<br />
2005 en España y la<br />
Argentina y en el que la<br />
cantante, compositora y<br />
productora recopila con<br />
estilo personal los temas<br />
cantados por su madre<br />
Victoria Díaz e<br />
interpretados por su padre,<br />
Hugo Díaz, el genial<br />
armonicista santiagueño.<br />
Este recital de Mavi, del<br />
que participarán músicos<br />
como Franco Luciani,<br />
Mariam Farias Gómez, Raúl<br />
Carnota, Peteco Carabajal,<br />
Koki y Pajarín Saavedra y<br />
Laura Ros, se da en el<br />
marco del lanzamiento de<br />
Hugo Díaz. Antología 1 y 2,<br />
una colección que<br />
recupera las primeras<br />
grabaciones de su padre,<br />
desde 1952 a 1957, años<br />
fundamentales en la vida<br />
artística del armonicista,<br />
quien junto a su conjunto<br />
Hugo Diaz y sus Changos<br />
(con Domingo Cura en<br />
percusión, Victoria Díaz en<br />
voz y las guitarras de José<br />
Las madres somos todas<br />
Cuando estaba embarazada de su tercer hijo, la artista plástica<br />
Jorgela Argañarás (conocida también en el ambiente periodístico<br />
como jefa de prensa de artistas) comenzó a experimentar<br />
con la pintura en negro y grises. Estimulada por su maestro, el reconocido<br />
pintor Juan Asticas, siguió en ese camino y de pronto esa<br />
oscuridad y ese dramatismo se convirtieron en una serie de cuadros<br />
dedicados a las Madres de Plaza de Mayo, que hasta el 18 de<br />
noviembre se exhibe en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (Ecunhi),<br />
ex Esma.<br />
Sin buscarlo, Argañarás, que tiene 44 años, empezó a recordar<br />
Pérez, Julio Carrizo y<br />
Nelson Murúa), conquistó<br />
al público argentino y<br />
europeo con un repertorio<br />
netamente folclórico y se<br />
consagró como uno de los<br />
mejores intérpretes de<br />
armónica del mundo.<br />
Mavi Díaz recreará en el<br />
teatro El Cubo la rica<br />
historia folclórica que<br />
heredó de sus padres, a<br />
quienes acompañaba de<br />
chica en las giras por el<br />
mundo.<br />
La única experiencia<br />
propia de Mavi con el<br />
folclore fue a los ocho<br />
años, cuando se subió al<br />
escenario de un peña en<br />
la actuaban sus padres,<br />
pero después la cantante<br />
nunca más recorrió ese<br />
género. Formó la banda<br />
Viuda e hijas del Roque<br />
Enroll entre 1983 y 1987,<br />
colaboró en discos de<br />
artistas como Fito Páez,<br />
Soda Stereo, Charly García<br />
y Andrés Calamaro y en<br />
España trabajó como<br />
productora y vocal coach<br />
de Sabina, Calamaro, La<br />
oreja de Van Gogh y Ariel<br />
Rot. Su regreso al folclore<br />
surge a partir de una<br />
película en homenaje a su<br />
padre filmada en 2007, en<br />
la que Mavi fue invitada a<br />
cantar y allí sintió que valía<br />
la pena desandar un<br />
camino, que no es ni más<br />
ni menos, que su propia<br />
historia con la música.<br />
Mavi Díaz: jueves 5 de<br />
noviembre a las 21 en el<br />
teatro El Cubo (Pasaje<br />
Zelaya 3053). Entradas:<br />
entre $35 y $45.<br />
hechos con los que había convivido<br />
desde su infancia: la desaparición<br />
de una vecina, las primeras<br />
marchas que organizaron<br />
las Madres, la militancia de sus<br />
hermanos o las discusiones políticas<br />
en su casa. El resultado es un homenaje desgarrador.<br />
Madres: la última Plaza: en la ex Esma (Av. del Libertador 8465).<br />
De lunes a viernes de 14 a 21 y sábados 16 a 21. Entrada gratuita.<br />
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Vuelve Manu<br />
Dos veces en el país durante un mismo año para Manu Chao<br />
no sobran, ni siquiera alcanzan para saciar las ganas de<br />
escucharlo y de bailar hasta que las piernas duelan que<br />
siempre tiene su público. En febrero se presentó en el Cosquín<br />
Rock 2009 y ahora el músico francés vuelve a la Argentina pero<br />
con fines de atravesar el país para presentar su último CD<br />
Baionarena, su sexto como solista. El ex Mano Negra armó un<br />
disco doble de dos horas, un gran compilado con los conciertos<br />
que brindó el año pasado en Baiona, en la parte francesa del<br />
País Vasco. La grabación se realizó en el marco de Tombolatour,<br />
el mismo tour que lo llevó de gira por Cuba y Francia.<br />
El show tendrá la buena cantidad de dosis de ska y reggae que lo<br />
caracteriza y se podrán escuchar nuevas versiones de temas viejos:<br />
"Clandestino", "Desaparecido", "Mala vida", "Radio Bemba",<br />
"Welcome to Tijuana" o "Tómbola".<br />
Manu Chao en la<br />
Argentina: Buenos Aires<br />
(28 de noviembre en el<br />
Estadio All Boys),<br />
Córdoba (20 de noviembre<br />
en el Estadio Boca<br />
Juniors), Rosario (21 de<br />
noviembre en el Estadio<br />
Cubierto de Newell’s old<br />
boys) y Neuquen (5 de<br />
diciembre en el Estadio<br />
Ruca Che).<br />
La motoneta<br />
Tiene todo lo que tiene que<br />
tener para convertirse en<br />
un objeto de deseo, de<br />
esos que mirás con la ñata contra<br />
el vidrio del local donde la<br />
venden y se te cruzan mil formas<br />
de poder tenerla: sacar un<br />
crédito, asaltar un banco, pedir<br />
prestado o empeñar las joyas<br />
de la abuela. Se trata de la Eco<br />
Moto que acaba de sacar la<br />
firma de lentes Infinit.<br />
La Eco Moto tiene un estilo<br />
Vespa de los años 60’ pero con<br />
toques de diseño y modernizada.<br />
Además, y no es necesario<br />
aclararlo pero aquí va: es ecológica,<br />
es decir no lleva nafta y<br />
por lo tanto, no tiene caño de<br />
escape. La moto de Infinit se<br />
carga como un celular, con<br />
electricidad. Con cinco horas de<br />
carga el tanque se llena y anda<br />
hasta 50 kilómetros por hora.<br />
Pero si se queda sin batería,<br />
viene con pedales para usarla<br />
como bicicleta. Además de este<br />
modelo en blanco y negro, la<br />
firma sacará otros customizadas.<br />
Costarán u$s1.500<br />
¡A ahorrar!<br />
La Eco Moto se conseguirá a<br />
partir de diciembre en la boutique<br />
Infinit de Palermo Soho<br />
(Honduras y Thames), en concesionarias<br />
de motos y en nuevos<br />
canales no tradicionales de<br />
venta.<br />
Pantuflas palermitanas<br />
Tienen una onda a las chancletas que usaba la abuela para<br />
salir a baldear la vereda, pero están pensadas, se les puso<br />
diseño, están hechas con diferentes telas a cuadros, floreadas,<br />
y para colmo, son confortables y vistosas. Los nuevos modelos<br />
de sandalias para mujer de la firma de diseño Puro son un<br />
derroche de color y onda, si hasta dan la sensación de que si una<br />
las lleva va a ser más feliz. Los que piensen que los accesorios<br />
de Puro no combinan por su excentricidad, están equivocados.<br />
Justamente, la marca propone la no combinación y todo en conjunto<br />
termina siendo armónico. Estas sandalias, que cuestan<br />
$170, pueden ir con las nuevas carteras de dama de Puro, que<br />
valen $140. Puro: J.L. Borges 2184 y en tiendas multimarcas del<br />
país o en www.zapatillaspuro.com.ar<br />
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5
6<br />
“El prestigio no se p<br />
Admite sin vueltas que cuando<br />
se fue a España fue porque "no<br />
se puede vivir haciendo una<br />
película cada dos años". Ahora<br />
trabaja aquí en cine, televisión<br />
-estrena una ficción este mes- y<br />
teatro, y está satisfecho con la<br />
decisión de haber vuelto al país.<br />
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paga”<br />
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7
“Una decisión<br />
nunca es<br />
determinante de<br />
nada. Uno es una<br />
serie de quince,<br />
veinte decisiones,<br />
no una sola. Uno<br />
se puede<br />
equivocar. Y, al<br />
contrario, si elegís<br />
hacer una película<br />
que después es<br />
una mierda,<br />
tampoco pasa<br />
nada.”<br />
8<br />
Por Pablo TaranTo<br />
FoTos PaTricio cabral<br />
<strong>Sbaraglia</strong> mira fijo y gesticula poco, pero<br />
cuando necesita contar algo con el cuerpo<br />
lo usa entero y sin reservas, como<br />
ahora que, sentado a una mesa de El<br />
Hipopótamo, junto a la ventana, enfrente del<br />
Británico y de espaldas al Parque Lezama, alza el<br />
tono de voz que hasta entonces había sido más o<br />
menos confidencial, se incorpora en su silla,<br />
extiende su brazo derecho y crispa la mano, con<br />
las segundas y terceras falanges encogidas, pero<br />
no las primeras, en algo que no termina de ser un<br />
puño pero igual se ve tenso y potencialmente<br />
dañino, y que de repente viaja de abajo hacia<br />
arriba y de afuera hacia adentro, en diagonal,<br />
pasando a centímetros del cortado en jarrito con<br />
su palmerita, para mostrar cómo fue que, en<br />
quinto o en sexto grado, no se acuerda, lo calzó a<br />
Alonso, el compañerito que los había tomado a<br />
todos de punto en la primaria y que hacía rato lo<br />
tenía podrido. A partir de aquel día tuvo que<br />
empezar a respetarlo.<br />
Se lo ve contento, expansivo. Hace no más de<br />
media hora caminaba de un lado a otro, siempre<br />
en la esquina, dos pasos hacia el lado de Brasil,<br />
dos hacia Defensa. Pantalón chupín, remera,<br />
boina y anteojos negros, una campera de cuero<br />
color ¿bergamota? de Key Biscayne, una mochila<br />
enorme y el celular en la oreja. De un momento a<br />
otro van a llamarlo para rodar en Palermo; y si el<br />
rodaje es después del mediodía, tendrá tiempo de<br />
llevar a su hija al jardín. Julia tiene tres años, casi<br />
cuatro. En parte por ella, en parte por él mismo,<br />
<strong>Leonardo</strong> <strong>Sbaraglia</strong> regresó al país después de<br />
una aventura española que duró una década y al<br />
cabo de la cual puede considerárselo uno de los<br />
cuatro o cinco actores argentinos más reconocidos<br />
a nivel internacional. Un regreso bastante<br />
intenso, por otra parte. Del jardín de Julia al<br />
rodaje de una miniserie, de ahí a clases de vocalización,<br />
de ahí al Multiteatro, donde actúa junto a<br />
Pepe Soriano, en Contrapunto, dirigidos por<br />
Alezzo, y antes esta entrevista, cuyo propósito<br />
original era el de promocionar El corredor nocturno,<br />
la película del español Gerardo Herrero,<br />
rodada en Buenos Aires, en la que <strong>Sbaraglia</strong> comparte<br />
cartel con Miguel Ángel Solá y que se estrenó<br />
este jueves.<br />
El celular vibra otra vez, suena. Hay tiempo,<br />
por ahora. Así que <strong>Sbaraglia</strong> se relaja, saluda a un<br />
parroquiano, parece que es habitué o casi, vive a<br />
cuatro cuadras. El que no está relajado, nunca, es<br />
Eduardo López, el personaje que encarna<br />
<strong>Sbaraglia</strong>, que corre de noche y de día , es el<br />
gerente de una compañía de seguros. De arriba le<br />
dicen que los números no cierran, que hay que<br />
ajustar, despedir gente. Mientras lo carcome el<br />
remordimiento por lo que va a hacer, y olvidando<br />
todo lo que ya hizo para trepar hasta allí, a López<br />
se le aparece un tal Conti, un mefistofélico Solá<br />
que lo amedrenta, lo humilla y, al mismo tiempo,<br />
lo impulsa a dejar de lado los escrúpulos y seguir<br />
pisando cabezas. "Entonces, López se construye<br />
un escenario en el cual puede excusar sus culpas,<br />
justificarse y seguir siendo despiadado, como si<br />
en realidad estuviera en una encrucijada, sin otra<br />
alternativa que elegir ese camino", empieza<br />
<strong>Sbaraglia</strong>.<br />
–Solá dice que su personaje es más sencillo,<br />
unidireccional: Conti manda y espera obediencia;<br />
y que el tuyo es más arduo, porque se debate<br />
entre seguir cagando a los demás o perderlo todo.<br />
–El personaje de Miguel es fantástico y, a la<br />
vez, es como un vector, que va hacia adelante,<br />
que quiere solamente una cosa de Eduardo y<br />
que no tiene contradicción. En ese sentido,<br />
Eduardo es un personaje mucho más humano,<br />
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que todavía registra la humanidad en los demás<br />
y por eso se debate, pero se debate de una<br />
manera teatral, porque no es seria esa lucha,<br />
aunque él la viva así.<br />
–Ha habido últimamente mucho cine en el que<br />
se pretende humanizar al criminal, al dictador, al<br />
hijo de puta en general. Lo novedoso de López,<br />
quizás, es que se lo humaniza a través de los mecanismos<br />
psicológicos con los que pretende disfrazar<br />
sus miserias.<br />
–Este es un monstruo, un tipo frío, despiadado,<br />
pero lo que lo humaniza es el conflicto que lleva<br />
adentro. Hay películas muy interesantes sobre los<br />
malos absolutos, no sé, sobre Hitler, y a mí me<br />
parece que está bien humanizar al monstruo, en<br />
el sentido de que son construcciones inhumanas<br />
en un ser humano; eso fue Hitler, un monstruo<br />
que no surge de la nada, sino que se construye por<br />
equis circunstancias familiares, sociales, históri-<br />
cas, pero siempre partiendo de su humanidad.<br />
–¿Y López?<br />
–López es una construcción del sistema, que lo<br />
va armando hasta transformarlo en un frío instrumento<br />
del sistema.<br />
–¿Qué pensás vos de esos tipos? Está lleno. No<br />
son ni Hitler ni Videla, ni siquiera el dueño de la<br />
compañía. Son gerentes de recursos humanos,<br />
jefes intermedios, sus pequeñas iniquidades cotidianas<br />
son, perdoname la grandilocuencia, los<br />
engranajes que mueven la gran maquinaria de la<br />
injusticia.<br />
–Mirá, yo tuve la oportunidad de hablar con<br />
mucha de esta gente, y cuando hablás con ellos<br />
frente a frente te das cuenta de que estos tipos<br />
están llenos de contradicciones. Había muchas<br />
cosas que les costaba contarme, pero, a la vez, les<br />
ves una profunda humanidad. Es gente que en<br />
algún punto sabe que no está haciendo las cosas<br />
“En España<br />
se me dieron<br />
muchas<br />
oportunidades<br />
expresivas. El<br />
público argentino<br />
no lo vio. Hoy soy<br />
un actor con mucha<br />
más experiencia.<br />
Pero la experiencia<br />
no se muestra,<br />
se usa. Estoy<br />
usando ahora lo<br />
que aprendí en<br />
estos años.”<br />
06-13-SBARAGLIA-011109.indd 9 28/10/2009 21:32:05<br />
9
“No podía<br />
vivir con una<br />
película cada dos<br />
años. La<br />
alternativa era<br />
trabajar en una<br />
telenovela. De<br />
hecho, cuando en<br />
el '98 se pinchó<br />
Plata quemada<br />
hice una<br />
telenovela con<br />
Natalia Oreiro<br />
para Telefé, que<br />
no salió.”<br />
10<br />
bien, saben que están enajenados por algo. Y te<br />
dicen: bueno, mirá, esto funciona así. Y les digo:<br />
sí, pero, ¿qué te pasa cuando tenés que despedir a<br />
alguien? Bueno, es duro, pero si yo no despido me<br />
despiden a mí. Yo pienso en la familia, te dice<br />
alguno. Si A tiene familia y B no tiene, pero los<br />
dos generan la misma rentabilidad, yo echo a B…<br />
Es un asunto complejo, ¿no? Pero bueno, ¡todos<br />
sabemos que este sistema es una mierda…! ¿Estoy<br />
hablando muy fuerte? (<strong>Sbaraglia</strong> mira alrededor,<br />
algo incómodo. Por Defensa ruge el escape de un<br />
22 y entonces da lo mismo, ya nadie escucha a<br />
nadie.) Bueno, el capitalismo es injusto por<br />
naturaleza. ¿Viste Las viudas de los jueves? En<br />
un momento, mi personaje le dice al Tano,<br />
Echarri, que es un poco como Eduardo López,<br />
diferente, pero también es un tipo que solamente<br />
piensa en la guita, y mi personaje le dice: "Lo<br />
tuyo es capitalismo puro". Siempre vas a estar<br />
buscando y encontrando la manera de reproducirte,<br />
siempre esa manera va a ser original y<br />
siempre va a ser sórdida. El capitalismo no tiene<br />
otra manera de reproducirse que no sea sórdida,<br />
porque es una construcción que no tiene en<br />
cuenta al ser humano, solo le interesa la rentabilidad,<br />
los beneficios. Puede estar disfrazada de<br />
humanidad, pero nunca va a ser humana. Es el<br />
sistema en el que, no nos hagamos los boludos,<br />
todos estamos metidos. Y gente como López es<br />
la que toma las decisiones que nos afectan a todo<br />
nivel: laboral, político, económico. Son los verdugos.<br />
Claro, siempre tienen la alternativa de<br />
rebelarse, como dice un amigo, de desobedecer<br />
toda orden de humanidad. En fin, creo que la<br />
película está buena porque desnuda los meca-<br />
nismos, psicológicos digamos, con los que se va<br />
construyendo la inequidad.<br />
El sol pega fuerte sobre Parque Lezama, pero<br />
<strong>Sbaraglia</strong> no solo se la banca estoicamente, también<br />
describe técnicas oculares para paliar el<br />
enceguecimiento. Después de un rato de posar<br />
para el fotógrafo, se sube la bragueta que llevaba<br />
baja, calcula, desde que salió de su casa. Lleva<br />
quince años en pareja con Guadalupe Marín,<br />
artista plástica, y cuando supo que iba a ser padre<br />
supo, también, que quería regresar a la Argentina.<br />
Se había ido a España poco antes de que la crisis<br />
se llevara todo puesto, en 2000, buscando algo<br />
que acá no encontraba, y desde que volvió no paró<br />
de trabajar: la miniserie Epitafios, con su admirado<br />
Julio Chávez; esta película; Las viudas de los<br />
jueves, otra vez a las órdenes<br />
de Marcelo Piñeyro;<br />
Impostores, la miniserie que<br />
graba por estos días, dirigido<br />
por Bruno Stagnaro; y el teatro,<br />
claro, seis funciones por<br />
semana, dos los sábados. "Los<br />
domingos estoy hecho un<br />
zombi", dice. Dice también<br />
que fue tan acertado irse<br />
entonces como haber vuelto<br />
ahora. Y ensaya una modesta<br />
comparación entre allá y acá:<br />
–Argentina, comparándola<br />
con España, es un país que<br />
está tan acostumbrado al caos,<br />
a la desprolijidad. Allá, durante<br />
treinta años estuvieron acomodándose<br />
a un clima de<br />
abundancia, se acostumbraron.<br />
Ahora hay una grieta,<br />
pero, en muchos años, lo peor<br />
que les había pasado fue el<br />
paso de la peseta al euro: se<br />
volvieron locos, no sabían qué<br />
hacer con eso, mientras acá, desde que yo tengo<br />
memoria, cambiamos de billete cinco o seis veces,<br />
el país se desplomó, volvió a desplomarse, uno vio<br />
sufrir a los abuelos, a los padres. El sistema como<br />
tal desnudó sus carencias muchas veces en la<br />
Argentina. Entonces, el argentino ya sabe…<br />
–¿Sentís que te perdiste algo por no haber estado<br />
en 2001... no sé, la experiencia directa del caos, la<br />
cotidianidad de la crisis?<br />
–Es posible. Yo me fui en 2000, cuando algo de<br />
la crisis ya se vislumbraba. El despelote lo viví<br />
desde España, pero al toque vine, en 2002, y pude<br />
a sacar la poca plata que tenía, que eran siete mil<br />
dólares.<br />
–¿Puedo preguntar cómo?<br />
–Pesificados. Abrí cuatro cuentas, viste que<br />
podías sacar de a puchitos, y en dos o tres semanas<br />
ya lo tenía todo afuera. Pero vi al lado mío<br />
cómo a algunos les ofrecían sacarla toda. A mí me<br />
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dijeron: ¿se quiere llevar todo? ¡Ja! ¿Dónde esta<br />
la cámara oculta?<br />
–¿Tenés claro por qué te fuiste?<br />
–Sí, lo tengo clarísimo. En el '95, '96, empecé<br />
a tener muchas alternativas de laburo allá. Es<br />
muy excitante para cualquier actor, para cualquier<br />
persona, tener la oportunidad de trabajar<br />
en otro país. Y acá, paradójicamente, el tipo de<br />
carrera que podía hacer no era la ideal. Acá,<br />
para hacer Plata quemada esperamos dos años.<br />
Para hacer Cenizas del paraíso ya habíamos<br />
esperado otros dos.<br />
–Pero acá ya tenías bien ganada la chapa de<br />
actor serio.<br />
–Pero el prestigio no se paga. No podía vivir<br />
con una película cada dos años. La alternativa<br />
era trabajar en una telenovela.<br />
De hecho, cuando en el '98 se<br />
pinchó Plata quemada hice<br />
una telenovela con Natalia<br />
Oreiro para Telefé, que no<br />
salió por las propias contradicciones<br />
que tiene esta profesión.<br />
Estaban Rodolfo Ledo,<br />
Norman Briski, estaba la posibilidad<br />
de hacer algo muy<br />
piola, y por otro lado había un<br />
grupo de gente que quería<br />
hacer otra cosa. Había ahí un<br />
choque de intereses: Ledo se<br />
enfermó, terminó yéndose,<br />
atrás se fue Briski, atrás me<br />
fui yo.<br />
–O sea que si te quedabas<br />
podrías haber sido el Gustavo<br />
Bermúdez de esta década.<br />
–No, de hecho fue Facundo<br />
Arana. De Telefé me ofrecieron<br />
quedarme, hacer, también<br />
con Natalia, Muñeca brava, y<br />
dije que no. Yo me abrí de eso.<br />
Una vez más. Y, justamente, por lo difícil que era<br />
para mí encontrar cuál era mi lugar acá sentía<br />
que había un lugar más claro en otro lado.<br />
–Sabiendo que tarde o temprano ibas a volver…<br />
–De algún modo, cuando Lupe quedó embarazada,<br />
en 2005, ya estaba la idea de volvernos. Ese<br />
fue el año que quizás mejor me fue allá, pero,<br />
paradójicamente, nos sentíamos muy solos, o sea,<br />
hay algo absurdo en eso: aunque te vaya bien,<br />
decís "no termino de ser feliz". Tenés amigos,<br />
conocés gente bárbara, pero necesitás hacer pie<br />
donde mejor conocés. Igual, la idea es más bien ir<br />
y volver, estar más acá, pero ir y volver.<br />
–Quizás fue una etapa necesaria. Para muchos<br />
artistas, el caso de Alterio es arquetípico, el exilio,<br />
forzado en su caso, acabó redundando en una<br />
experiencia riquísima desde lo actoral.<br />
–Bueno, yo hablé mucho esto con Héctor, que<br />
aparte fue generosísimo conmigo cuando llegué a<br />
España. Él tenía 39, 40 años cuando hizo La<br />
tregua, y cuando se estrenó en San Sebastián la<br />
Triple A le avisó: no vuelvas porque te liquidamos.<br />
Y se tuvo que quedar. Mi caso es muy diferente,<br />
por supuesto, me voy por razones no tan<br />
extremas, al contrario, lo mío fue una decisión<br />
personal que tuvo que ver con ampliar territorios,<br />
no con cerrarlos. Y creo que fue una experiencia<br />
necesaria para mi formación como actor. Que,<br />
aparte, no está cerrada. Yo tengo 40 años, pero si<br />
mañana me aparece la alternativa de irme a laburar,<br />
no sé, a Francia, a Estados Unidos, yo no me<br />
cierro a nada… Hace rato que digo 40, no sé por<br />
qué. Tengo 39, y me falta muuucho para cumplir<br />
40, ojo. Cumplo recién el 30 de junio.<br />
–30 de junio del '70, en el límite. O sea que eras<br />
el más chiquito del grado.<br />
–Y sí, por eso me mandaron a Mojarrita.<br />
El autor de esta nota y <strong>Leonardo</strong> <strong>Sbaraglia</strong><br />
cursaron juntos la primaria, del '76 al '82, aunque<br />
no recuerdan haberse dirigido la palabra en siete<br />
años. De ahí esta breve digresión sobre los años<br />
de plomo en guardapolvo, incluida la antológica<br />
piña a Alonso (de la que el actor no aporta testigos).<br />
Leo vivía en Sáenz Peña, del otro lado de la<br />
General Paz, e iba a una escuela pública del<br />
barrio de Agronomía, de doble jornada, que no<br />
era cualquier escuela. "No, claro –le explica<br />
<strong>Sbaraglia</strong> al fotógrafo–. Era una especie de colegio<br />
modelo, y los milicos ponían guita ahí. Era<br />
como un cuartel. Cacciatore iba a todos los actos<br />
y a las ferias del plato las organizaba Chichita de<br />
Erquiaga. Ducasse, el vicedirector, se parecía a<br />
Galtieri. Comíamos en la escuela y había que<br />
“Cuando Lupe<br />
quedó<br />
embarazada, en<br />
2005, ya estaba la<br />
idea de volvernos.<br />
Ese fue el año que<br />
quizás mejor me<br />
fue allá, pero,<br />
paradójicamente,<br />
nos sentíamos<br />
muy solos.”<br />
06-13-SBARAGLIA-011109.indd 11 28/10/2009 21:32:22<br />
11
“Hace rato<br />
que digo 40, no sé<br />
por qué. Tengo<br />
39, y me falta<br />
muuucho para<br />
cumplir 40, ojo.<br />
Cumplo recién el<br />
30 de junio.”<br />
12<br />
comer todo, servían una carne gris llena de nervios,<br />
espantosa, y en las cabeceras de las mesas<br />
sentaban a los de séptimo para que nos vigilaran,<br />
les enseñaban a ser botones desde chiquitos. En<br />
el '77, por ahí, mi papá nos juntó a mí y a mi hermano<br />
y nos dijo: 'El presidente es un asesino',<br />
pero nos rogó que ni se nos ocurriera decir eso en<br />
la escuela".<br />
Ahora <strong>Sbaraglia</strong> enumera apellidos, compañeritos:<br />
Alonso, Matich, Dubois, Chacón, y repite<br />
este último como la indulgente letanía de lo que<br />
alguna vez le hizo gracia y ya no. Lo de Mojarrita<br />
es porque la escuela tenía su propia pileta de<br />
natación, y a los chicos los separaban en grupos<br />
según cuán bien nadaban. Leo, que no era "ni de<br />
los muy tragas ni de los muy lieros", sí era de los<br />
más petisos (aunque después pegó el estirón). Ya<br />
sabía nadar, pero como era chiquito, lo metieron<br />
en Mojarrita. Y un día, cuenta, se coló con los de<br />
Tiburón, los que nadaban "en lo hondo", una<br />
cándida picardía que entonces debió parecerle, y<br />
aun le parece para aquel contexto de disciplina<br />
cuasi castrense, una proeza. "De hecho, tengo un<br />
libro, bah, un libro... una especie de reportaje<br />
largo que me hicieron cuando me dieron un<br />
premio en el Festival de Huelva; con el premio<br />
te editaban un libro. Se titula Ni tiburón, ni<br />
delfín, ni mojarrita, por esa anécdota. Y ahí<br />
cuento todo este asunto de la escuela, que es lo<br />
que cuento cuando en España me preguntan<br />
sobre la dictadura. Porque ese es el recuerdo<br />
más tangible que tengo de la dictadura, diría<br />
que el único, y aunque en la primaria tuve un<br />
grupo de amigos fantástico, paradójicamente<br />
fue una experiencia tremenda, muy dura, porque<br />
seguramente en algo nos han cagado sin<br />
que nos diéramos cuenta, en algún lado nos<br />
deben haber metido el miedo".<br />
Todavía en el parque, <strong>Sbaraglia</strong> recita, rapidito:<br />
"En el monte hay una cabra ética, perlética,<br />
pelambrética, peluda, pelapelambruda, tiene<br />
unos hijos éticos, perléticos, pelambréticos, peludos,<br />
pelapelambrudos", y la lengua no se le traba.<br />
Entrena todos los días, dicción, vocalización, para<br />
el teatro, y explica cómo funciona la técnica del<br />
bel canto, para que la voz rebote en la cabeza y<br />
reverbere. Apoyado contra el tronco fibroso de<br />
una tipa, le pregunta al fotógrafo si con el zoom<br />
ve el caminito de hormigas, se saca los anteojos<br />
oscuros para no dar muy Calamaro, entorna los<br />
ojos y pega un par de extraños alaridos, como<br />
para adentro. Rebote y reverberancia.<br />
En los diez años que estuvo en España, solo<br />
volvió para trabajar con Piñeyro, con Puenzo, el<br />
mainstream del cine argentino, pero se perdió lo<br />
que cuando se fue no estaba, la estimulante aventura<br />
del nuevo cine independiente. "Y sí, por<br />
supuesto, y me da pena. Pero, bueno, lo que no<br />
tuve acá de alguna manera lo tuve allá. En<br />
España trabajé justamente con la vanguardia del<br />
cine español, con Gonzalo López–Gallego,<br />
Rodrigo Cortés, Manuel Huerga, gente del cine<br />
nuevo de allá, gente muy brillante que viene a<br />
romper algo. Allá hice más de quince películas, y<br />
buenas, hay cinco que son buenas–buenas de<br />
verdad, y acá se vieron solamente dos o tres: La<br />
ciudad sin límites, Intacto. Concursante no se<br />
vio. Salvador no se vio".<br />
–Haciendo papeles que quizás acá no hubieras<br />
hecho, como el guardiacárceles franquista de<br />
Salvador (la historia de la última víctima del<br />
garrote vil).<br />
–Por supuesto que no. En ese sentido, se me<br />
dieron allá muchas oportunidades expresivas. Y<br />
bueno, el público argentino no lo vio; me vieron<br />
haciendo Las viudas…, o me verá en El corredor<br />
nocturno, y quizás se sorprende, pero la verdad es<br />
que hoy soy un actor con mucha más experiencia.<br />
Pero la experiencia no se muestra, se usa. Yo estoy<br />
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usando ahora todo lo que aprendí en estos años.<br />
Y de alguna manera estoy recuperando ahora eso<br />
que me perdí antes, laburando con Bruno<br />
Stagnaro, que para mí ha sido de los más representativos<br />
de esa movida, junto con Caetano,<br />
Lucrecia Martel, Trapero. Con Bruno nos entendemos<br />
de maravillas y estamos haciendo algo<br />
que, creo, va a ser desopilante.<br />
–Impostores, trece episodios, por FX. ¿Se estrena…?<br />
–El 17 de noviembre.<br />
–Y se iba a llamar Farsantes.<br />
–Sí, pero Farsantes ya lo tenía registrado<br />
Pol–ka.<br />
Ya llevó a Julia y ahora charla animadamente<br />
con Valeria Brédice (la hermana maquilladora de<br />
Leticia, con quien comparte los ojos pero no la<br />
nariz) sobre contorno de ojos y un hidratante a<br />
base de palta que parece que está buenísimo.<br />
Están en una motor home estacionada al cabo de<br />
dos cuadras de basura y escombros, dentro del<br />
predio de la ex bodega Giol, en Pacífico, y Valeria<br />
se queja de los que suben sin avisar: la cosa se<br />
mueve mientras ella trabaja sobre los ojos de Leo.<br />
"Quizás un pelín de mentol en los ojos, ¿no?<br />
Tengo que hacer de choborra", sugiere el actor.<br />
El set está armado en un entrepiso enrejado<br />
de la vieja fábrica, que conserva la roña original.<br />
En la escena, en efecto, <strong>Sbaraglia</strong> está en curda,<br />
y durante el largo cuarto de hora que gastan<br />
Stagnaro y equipo ajustando los más ínfimos<br />
detalles de la toma, el actor se abisma en su<br />
personaje, lo construye, va y viene por el set con<br />
pasos dubitativos, erráticos, dice lo que diría un<br />
borrachín, a nadie: "¡Salí de acá la conchetumá!"<br />
o "¿Qué, mi plata no vale?", de repente<br />
lanza un mandoble al aire o eructa sonoramente.<br />
Después, graban.<br />
–¿Es cierto que te habían llamado para hacer<br />
Nueve reinas? (Impostores es, también con<br />
Brédice pero sin Darín ni Pauls, una serie sobre<br />
estafadores, un desprendimiento argumental de<br />
la exitosa película de Fabián Bielinsky)<br />
–Sí. En el '99. Yo me estaba yendo. Después de<br />
terminar Plata quemada, yo estaba triturado,<br />
quemado exactamente. Había sido mucho tiempo,<br />
laburando mucho para un personaje realmente<br />
muy difícil. Y al mes de terminar, yo estaba<br />
tirado, mirando el techo, todavía no tenía una<br />
hija y podía quedarme tirado mirando el techo.<br />
En ese momento éramos solteros, solteros de<br />
hijos, digo. Y realmente no tenía ganas de hacer<br />
nada más. Yo ya había trabajado con Fabián,<br />
hablábamos mucho, había una empatía y cuando<br />
decide hacer Nueve reinas, en marzo de 2000, yo<br />
ya me estaba yendo a España. Nos encontramos<br />
en un café, en Colegiales, y le dije: "Me estoy<br />
yendo", Fabián, y él se indignó conmigo, yo creo<br />
que se enojó tanto porque sabía el director que<br />
podía ser. Desde ese momento, no nos volvimos a<br />
hablar. Por supuesto, me arrepentí de no haber<br />
hecho esa película. Me lo encontré tres o cuatro<br />
meses antes de que se muriera, en una reunión, y<br />
nos saludamos. Me queda ese aliciente.<br />
–¿Te arrepentís de algún otro laburo que dejaste<br />
pasar, o de alguno que sí hiciste? Clave de Sol,<br />
por ejemplo. En esa época estudiabas con Alezzo y<br />
ya habías hecho La noche de los lápices. ¿No te<br />
rompe que cada tanto te recuerden esos comienzos<br />
de galancito adolescente?<br />
–No, no. En algún momento me lo debo haber<br />
planteado: ay, por qué empezar de esta manera y<br />
no como un actor del under. Pero, bueno, ese fue<br />
el camino mío, y yo aprendí mucho haciendo eso,<br />
y la popularidad y las alternativas de trabajo que<br />
tuve después también fueron gracias a eso. Hoy<br />
pienso que fue una buena escuela. De lo único<br />
que me arrepiento de esos años es de no haber<br />
vivido más la adolescencia. En algún lugar te<br />
queda fantasía: me hubiera gustado joder más,<br />
haber ido más a City Hall.<br />
–Es medio crucial eso en la carrera de un<br />
actor, ¿no? Saber elegir o, por lo menos, no pifiar<br />
demasiado.<br />
–¿Sabés que no? Una decisión nunca es<br />
determinante de nada. Uno es una serie de<br />
quince, veinte decisiones, no una sola. Uno se<br />
puede equivocar. Y, al contrario, si elegís hacer<br />
una película que después es una mierda, tampoco<br />
pasa nada. <br />
“Clave de Sol<br />
fue una buena<br />
escuela. De lo<br />
único que me<br />
arrepiento de esos<br />
años es de no<br />
haber vivido más<br />
la adolescencia.<br />
Me hubiera<br />
gustado joder<br />
más, haber ido<br />
más a City Hall.”<br />
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13
el canalla sentimental<br />
Estás enfermo<br />
Parecería comprensible<br />
que una persona<br />
mediocre sueñe con<br />
una vida mejor. Se diría que<br />
son pocas las personas<br />
que se saben mediocres y<br />
se resignan a ser mediocres<br />
y encuentran un cierto<br />
mórbido placer en sentirse<br />
mediocres, fracasadas. La<br />
mayor parte de las personas<br />
mediocres no saben<br />
que son mediocres y creen<br />
que están pasando por una<br />
fase temporal de mala fortuna<br />
y están seguras de<br />
que pronto dejarán de ser<br />
mediocres (es solo una<br />
mala racha) y tendrán el<br />
éxito que creen merecer<br />
(pero que con seguridad no<br />
merecen y no van a alcanzar).<br />
Esa pujanza de los<br />
mediocres suele ser el origen<br />
de las catástrofes, desgracias<br />
e infortunios que<br />
los hundirán en unas vidas<br />
aun peores de las que no<br />
estaban resignados a vivir,<br />
a no ser que el mediocre<br />
sea lo bastante sabio como<br />
para quedarse tranquilo,<br />
disfrutando si cabe de su<br />
medianía, aceptando que la<br />
suya es y será una suerte<br />
chata y gris.<br />
Parecería menos comprensible<br />
que una persona<br />
exitosa (si medimos el éxito<br />
como se mide en estos<br />
tiempos: en fama y fortuna<br />
y libertad para hacer con tu<br />
vida lo que te dé la regalada<br />
gana) sueñe con una<br />
vida distinta y todavía mejor<br />
de la que ya vive. Las personas<br />
exitosas no podrían<br />
ignorar que son exitosas.<br />
Por lo general, son lo bastante<br />
perspicaces para<br />
advertir, comparándose con<br />
14<br />
los demás y con lo que<br />
ellas fueron tiempo atrás,<br />
que han tenido éxito, que<br />
han sobresalido, que han<br />
descollado entre sus pares.<br />
Son pocas las personas<br />
exitosas que no son conscientes<br />
de su éxito. Sin<br />
embargo, la mayor parte de<br />
ellas suelen creer que se<br />
merecen el éxito y mucho<br />
más: soy famoso y tengo<br />
plata y hago lo que quiero<br />
porque me lo he ganado<br />
gracias a mi indiscutible<br />
talento, que es un talento<br />
superior. Es infrecuente<br />
encontrar a una persona<br />
que te diga: no me explico<br />
mi éxito, no lo merezco,<br />
tiene que ser obra del azar,<br />
de la pura casualidad, de la<br />
buena suerte: tengo éxito<br />
no gracias a mí, sino gracias<br />
a que alguien tiró los<br />
dados y cayeron a mi favor<br />
como podrían haber caído<br />
en mi perjuicio y en ese<br />
caso sería un mediocre, un<br />
fracasado más.<br />
Podemos suponer entonces<br />
que la mayor parte de<br />
los mediocres no saben<br />
que son mediocres y sueñan<br />
con una vida exitosa<br />
(que creen merecer, que<br />
está por venir, ya vendrá la<br />
buena racha) y que la<br />
mayor parte de los exitosos<br />
saben que son exitosos y<br />
sin embargo sueñan con<br />
una vida aun más afortunada.<br />
Uno se pregunta quién<br />
es más peligroso, quién<br />
más odioso: si el mediocre<br />
obstinado en triunfar o si el<br />
exitoso inconforme y ávido<br />
de más glorias y recompensas.<br />
Ambas son, me parece,<br />
enfermedades de nuestro<br />
tiempo, pero la primera<br />
parecería una enfermedad<br />
menos estúpida, porque<br />
quienes la padecen son un<br />
poco tontos y no tienen la<br />
culpa de lo que hacen o de<br />
lo que se imaginan, mientras<br />
que la segunda es una<br />
enfermedad viciosa, altamente<br />
tóxica y, en cierto<br />
modo despreciable, porque<br />
quienes la padecen han<br />
elegido contagiarse de ella,<br />
se han enfermado a sabiendas,<br />
se han enfermado porque<br />
se aburrían de estar<br />
saludables y ya bastante<br />
ganadores.<br />
He notado últimamente<br />
que la gente famosa y exitosa<br />
no está contenta, no se<br />
encuentra satisfecha, no<br />
sabe estarse quieta y quiere<br />
hacer con su vida una<br />
cosa distinta de la que ya<br />
hace tan bien y que además<br />
le ha procurado tan<br />
buen provecho económico.<br />
Esto no lo entiendo y me provoca<br />
un cierto desasosiego.<br />
No entiendo por qué tanta<br />
gente tocada por la gracia y<br />
la fortuna no se queda tranquila<br />
con el desmesurado<br />
éxito que ha alcanzado y<br />
trata de disfrutarlo un poco y,<br />
de ser posible, con la debida<br />
discreción. Pero tal cosa no<br />
parece posible en estos<br />
tiempos en los que nadie<br />
está contento con la suerte<br />
que le ha tocado en gracia:<br />
los mediocres quieren una<br />
vida distinta (quién podría<br />
condenarlos) y los exitosos<br />
también (quién podría compadecerse<br />
de ellos), y en<br />
ese afán se les escapa a<br />
todos el sosegado goce de<br />
los días, el disfrute modesto<br />
de las pequeñas o grandes<br />
cosas que de momento se<br />
poseen.<br />
Esta parecería ser la enfermedad<br />
de los tiempos que<br />
14-15-baily-011109.indd 14 28/10/2009 19:33:58
corren: la depredadora<br />
ambición de querer tenerlo<br />
todo y de inmediato y a<br />
cualquier precio, y cuando<br />
ya parece que lo tienes<br />
todo, querer ser otra persona<br />
todavía más exitosa,<br />
cambiar de oficio, demostrar<br />
que tu talento no tiene<br />
límites y que puedes triunfar<br />
en lo que te propongas,<br />
en lo que te salga del forro,<br />
en lo que te encapriches<br />
por pura vanidad. Tal conducta<br />
inmoderada es terrible<br />
y cruel, porque entraña<br />
una humillación a los<br />
mediocres, quienes, como<br />
es lógico suponer, repudian<br />
que los exitosos les machaquen<br />
una y otra vez que<br />
sus talentos son infinitos y<br />
que ellos, los mediocres,<br />
son y serán siempre infinitamente<br />
mediocres, incapaces<br />
de llegar a la cima y<br />
ponerse a hacer piruetas,<br />
acrobacias y toda clase de<br />
mohínes disparatados<br />
como los que hacen los exitosos<br />
inconformes. La venganza<br />
de los mediocres<br />
consiste en rechazar ofuscados<br />
la insolente pretensión<br />
de que el éxito es una<br />
carrera atropellada, infinita,<br />
y pasan a detestar (e incluso<br />
a odiar y querer matar) a<br />
los que antes admiraban. El<br />
mediocre termina odiando<br />
al exitoso a quien antes<br />
admiraba porque piensa:<br />
no permito que seas tan<br />
abusivamente exitoso, no<br />
permito que me humilles<br />
recordándome que tú tienes<br />
tantos talentos y yo ninguno,<br />
que la suma de tus<br />
éxitos sea el inventario de<br />
mis fracasos.<br />
Veo con alarma que a las<br />
personas más incautas les<br />
están haciendo creer que si<br />
desean con suficiente tenacidad<br />
una cosa, el universo<br />
conspirará para que la consigan<br />
y sin duda la conseguirán.<br />
La conseguirán, les<br />
dicen, porque la merecen,<br />
porque han nacido para<br />
tener éxito y nada ni nadie<br />
les impedirá alcanzarlo: tú<br />
puedes, sí se puede, piensa<br />
en grande, no desmayes,<br />
sal a conquistar el<br />
mundo y lo harás tuyo.<br />
Lamento discrepar. No, no<br />
se puede, o tú no puedes,<br />
no lo intentes siquiera, no<br />
vas a conseguir siempre lo<br />
que más imprudentemente<br />
deseas. Mi experiencia es<br />
que el universo conspirará,<br />
si acaso, para que no lo<br />
consigas. Yo deseé con<br />
obstinación ser un hombre<br />
y nadie conspiró para que<br />
pudiera serlo y desde luego<br />
no pude serlo cabalmente.<br />
No entiendo por qué las<br />
personas que han llegado a<br />
la cima de una gran montaña<br />
de pronto se encuentran<br />
insatisfechas, ansiosas,<br />
necesitadas de trepar más<br />
alto todavía, y entonces<br />
descienden por un despeñadero<br />
peligroso y escalan<br />
otra montaña más alta y<br />
empinada, preñada de riesgos.<br />
Desde luego, y como<br />
era previsible, muchas tropiezan<br />
y caen en tal empeño<br />
y quedan malheridas,<br />
pudiendo haberse quedado<br />
tranquilas en la cúspide a la<br />
que habían llegado.<br />
No escribo estas cosas<br />
porque se me acaban de<br />
ocurrir: las escribo porque<br />
las he visto.<br />
He visto a una cantante<br />
Por jaime bayly<br />
que ha conquistado el<br />
mundo decir que ahora<br />
quiere ser actriz y conquistar<br />
el mundo de nuevo y<br />
ganar todos los premios<br />
posibles como actriz, puesto<br />
que ya ganó todos los<br />
premios posibles como<br />
cantante.<br />
He visto a un escritor que<br />
ha conquistado el mundo<br />
con sus prodigiosas técnicas<br />
de hechicería narrativa<br />
subir al escenario para<br />
demostrar que también<br />
puede ser actor, un actor<br />
acartonado y soporífero<br />
que relata con memoria<br />
portentosa lo que otros han<br />
escrito y él recita ante los<br />
ojos arrobados y lánguidos<br />
de una bella dama a la que<br />
tal vez quisiera conquistar<br />
(ya que no va a conquistar<br />
al público, que disimula sus<br />
bostezos, aplaude por cortesía<br />
y sale del teatro como<br />
si hubiera salido de una prisión).<br />
He visto a un cantante<br />
famoso decir que no le<br />
basta con tener un avión<br />
privado, pues lo que ahora<br />
necesita (y con urgencia)<br />
es un avión más grande y<br />
espacioso en el que pueda<br />
tener una cama king size<br />
para él y camas pequeñas<br />
para sus invitados.<br />
He visto a un hermano<br />
millonario pedirle a mi<br />
madre todos sus ahorros<br />
para invertirlos en negocios<br />
de alto riesgo, sin que los<br />
demás hermanos se enterasen<br />
de que mi madre había<br />
vaciado sus cuentas bancarias<br />
para saciar la codicia,<br />
al parecer insaciable,<br />
de su hijo.<br />
He visto a mis amigos de<br />
toda la vida decirme que<br />
debo aprovechar la relativa<br />
comodidad que me han<br />
dado veinticinco años dedicados<br />
mercenariamente a<br />
la televisión para dar el<br />
salto a la política y postularme<br />
a presidente de la república<br />
del país en el que nací<br />
y en el que elegí no vivir y<br />
en el que, seamos francos,<br />
preferiría no vivir.<br />
He visto todo eso y sigo<br />
sin entender por qué somos<br />
incapaces de quedarnos<br />
tranquilos y agradecidos<br />
con lo que ya tenemos (que<br />
no es poco y suele ser más<br />
de lo que merecemos).<br />
Sospecho que buena parte<br />
de los males que padecemos<br />
tienen su origen en<br />
esa curiosa enfermedad de<br />
nuestro tiempo: la de no<br />
saber estarnos quietos y a<br />
gusto con lo que ya tenemos,<br />
con lo que ya somos.<br />
Como casi siempre queremos<br />
ser una cosa distinta<br />
de la que somos, una cosa<br />
mejor de la que ya somos<br />
(lo que a menudo acaba<br />
convirtiéndonos en una<br />
peor), la muerte parece un<br />
acto de estricta justicia, que<br />
debería complacer a todos,<br />
a los exitosos y a los mediocres<br />
por igual: no estabas<br />
contento con lo que tenías,<br />
pues ahora no lo tendrás<br />
más y serás algo distinto:<br />
un cadáver.<br />
Tal vez no sea exagerado<br />
decir entonces que los que<br />
persiguen el éxito más terca<br />
y obsesivamente acaban<br />
propiciando su propia muerte<br />
o, cuando menos, su propia<br />
infelicidad, que es una<br />
manera de seguir vivos<br />
estando ya muertos. 2<br />
14-15-baily-011109.indd 15 28/10/2009 19:33:59<br />
15
vidrieras<br />
Vistiendo las cabezas<br />
Lagomarsino, la empresa que fabrica sombreros, es la única que sobrevivió cuando este accesorio dejó de usarse.<br />
Hoy la regentean los Riera, sexta generación en el oficio y la cuarta dentro de esta tradicional empresa.<br />
Por María Fernanda Mainelli<br />
dice que hay sombreros<br />
para todos los rostros,<br />
pero que no todos los<br />
sombreros son para todos<br />
los rostros. Dice que un sombrero<br />
no es un accesorio,<br />
sino lo que define la vestimenta<br />
completa. Dice, también,<br />
que al sombrero se<br />
aprende a llevarlo con el<br />
tiempo, y que para que de<br />
verdad quede bien hay que<br />
sentirlo con naturalidad.<br />
Antonio Riera de esto algo<br />
sabe. Es bisnieto de una<br />
sombrerera que por 1878<br />
fabricaba sombreros en<br />
España, más precisamente<br />
en Palma de Mallorca; nieto<br />
del fundador de la casa de<br />
sombreros Riera; e hijo de<br />
otro sombrerero que en 1961<br />
compró y fusionó a la<br />
empresa familiar la clásica<br />
casa de sombreros<br />
Lagomarsino, fundada en<br />
1891 por Carlos y José<br />
Lagormarsino.<br />
Antonio Riera cumplió sus<br />
"primeros 69 años" el día que<br />
C visitó su fábrica ubicada<br />
en Lanús y mientras caminaba<br />
enérgico entre las máquinas,<br />
el hijo le alcanzó unos<br />
papeles, un nieto se acercó<br />
a saludarlo, otro lo consultó y<br />
un sobrino le preguntó adónde<br />
comprar inoxidables. En<br />
Lagomarsino, entonces, ya<br />
trabaja la cuarta generación<br />
de sombrereros Riera en la<br />
empresa, que es la sexta en<br />
el rubro.<br />
Hoy la empresa fabrica<br />
entre 200 y 250 mil sombre-<br />
16<br />
ros por año de 80 modelos<br />
diferentes en fieltro, telas,<br />
tejidos o cuero vacuno, y su<br />
principal mercado está en el<br />
interior del país. Hacen sombreros<br />
para marcas como<br />
Levi's, Tascani, Ufo,<br />
Compañía de sombreros,<br />
Etiqueta negra, Mimo,<br />
Cheeky; también gorras para<br />
las fuerzas armadas y las<br />
fuerzas de seguridad; modelos<br />
promocionales y para<br />
teatro, cine y televisión. Por<br />
ejemplo, los excéntricos<br />
sombreros que usa Aníbal<br />
Pachano en el Musical de<br />
tus sueños son diseños<br />
exclusivos de Lagomarsino.<br />
Exportan en pequeñas cantidades<br />
a Japón, Bélgica,<br />
España, Francia, Italia,<br />
Inglaterra, Estados Unidos,<br />
Chile y Uruguay, Bolivia,<br />
Brasil, Paraguay, Ecuador y<br />
Costa Rica; y ahora, acaban<br />
de sacar al mercado la primera<br />
colección de ropa<br />
masculina, una línea clásica<br />
compuesta por camisas,<br />
pantalones, sacos o camperas,<br />
pensadas como pren-<br />
das de corte sencillo para<br />
que acompañen al sombrero<br />
y no al revés.<br />
–¿Qué sabe de los fundadores<br />
de la empresa?<br />
–Los Lagomarsino eran<br />
gastronómicos, tenían un restaurante<br />
en el centro de<br />
Buenos Aires, al que iban<br />
operarios, entre ellos los de<br />
una fábrica de sombrereros<br />
que habían venido de Italia.<br />
En ese restaurante además<br />
trabajaba un mozo que tenía<br />
una característica especial:<br />
no se quemaba con los platos<br />
calientes porque había trabajado<br />
mucho tiempo en la fula,<br />
el sector donde se achica a<br />
mano el fieltro, que antes se<br />
hacía con agua hirviendo. Los<br />
Lagomarsino se asociaron<br />
con este mozo, trajeron técnicos<br />
del exterior y abrieron la<br />
fábrica. Fue de las primeras<br />
de la Argentina y fue la mejor,<br />
la que hacía los sombreros de<br />
mejor calidad. Rolando<br />
Lagomarsino, hijo de uno de<br />
los fundadores, fue ministro<br />
de Juan Domingo Perón y era<br />
un hombre muy inquieto, trajo<br />
CLAUDIo HERDENER<br />
maquinarias de última generación<br />
y puso a la fábrica a<br />
un nivel importante para<br />
poder exportar, y eso es lo<br />
que nosotros quisimos continuar.<br />
–¿Los Riera en qué tipo de<br />
sombreros se especializaban?<br />
–Mi abuela ya fabricaba en<br />
España sombreros de fieltro,<br />
calculo que en esa época<br />
harían galeras y sombreros<br />
de copa alta, y mi abuelo fue<br />
especialista en galeras y<br />
bombines. Nuestra fábrica<br />
era buena y tradicional, pero<br />
Lagomarsino era superior y<br />
en un momento mi padre<br />
tuvo la posibilidad de comprarla<br />
y las fusionó.<br />
Competíamos, pero como<br />
ellos tenían más tradición y<br />
mejor llegada decidimos<br />
mantener el nombre y continuar<br />
con la misma forma de<br />
fabricación. Lagomarsino<br />
tenía una característica que<br />
la diferenciaba del resto de<br />
las empresas del rubro: hacía<br />
muy buenos sombreros urbanos,<br />
no para el campo.<br />
–¿Recuerda a clientes célebres?<br />
–Cuando mi padre compró<br />
Lagomarino, en 1961, ya no<br />
se usaban las galeras de<br />
copas, pero sí les manteníamos<br />
esos sombreros a personalidades<br />
importantes de<br />
la política, como Juan<br />
Hortensio Quijano, el vicepresidente<br />
de Perón.<br />
También le hicimos sombreros<br />
a Arturo Frondizi, Pedro<br />
Aramburu, Alfredo Vítolo,<br />
ministro del Interior de<br />
16-17-VIDRIERAS-011109.indd 16 28/10/2009 21:36:24
Frondizi, y al presidente<br />
Edelmiro Farrell, a quién<br />
atendí personalmente, un<br />
hombre muy correcto pero<br />
extremadamente hosco.<br />
Primero iban ellos y después<br />
mandaban a sus secretarias,<br />
porque nosotros teníamos el<br />
molde de la forma de la<br />
cabeza y les hacíamos los<br />
mismos modelos en diferentes<br />
colores.<br />
–¿Había mucha competencia<br />
en el sector?<br />
–Cuando yo nací había 42<br />
fábricas del sombrero en el<br />
país. Era una industria fuerte<br />
y tradicional. Llevar sombrero<br />
era un estilo de vida.<br />
Recuerdo momentos históricos<br />
en los años 30' y 40',<br />
cuando todo el mundo estaba<br />
con sombrero: el entierro<br />
de Carlos Gardel o el de<br />
Hipólito Irigoyen y la inaugu-<br />
CLAUDIo HERDENER<br />
ración de la cancha de River.<br />
–¿Cuándo empezó a<br />
decaer su uso?<br />
–A partir del 47', porque el<br />
país cambió con el peronismo,<br />
cambiaron las formas de<br />
vida y las costumbres. Y después,<br />
con el tiempo, dejó de<br />
usarse por muchos factores:<br />
recuerdo que mi abuelo debía<br />
cubrirse la cabeza para salir<br />
a trabajar porque los inviernos<br />
eran inclementes, ahora<br />
no son tan crudos. En las ciudades<br />
aparecieron nuevos<br />
medios de transporte y más<br />
comodidades, hoy los espacios<br />
de compras están calefaccionados<br />
y no es necesario<br />
llevar sombrero. En los<br />
centros urbanos se dejó de<br />
usar pero, en cambio, se<br />
sigue usando la gorra, la<br />
boina o el sombrero en los<br />
sectores rurales. En Capital la<br />
gente sale de su casa con<br />
calefacción, va en auto al trabajo<br />
que tiene cerca de la<br />
casa, se estaciona cerca de<br />
la oficina o se traslada en un<br />
medio de transporte atestado<br />
de gente y el sombrero resulta<br />
incómodo o es inútil. Por<br />
eso, apuntamos al mercado<br />
del interior, tenemos presencia<br />
en todas las provincias y<br />
fabricamos sombreros especiales<br />
para cada zona, porque<br />
cada una mantiene su<br />
tradición en sombreros. En la<br />
provincia de Buenos Aires se<br />
usa un tipo de sombrero con<br />
el ala más bien angosta que<br />
se puede ver en las domas;<br />
en Entre Ríos y en Corrientes<br />
se usa un sombrero con ala<br />
ancha levantaba adelante<br />
que se le puede ver a los que<br />
pescan; en Chaco y Formosa,<br />
un sombrero parecido pero<br />
más rígido; en Salta, con la<br />
copa más baja; en la zona de<br />
Cuyo se puede ver un sombrero<br />
más recto y cilíndrico,<br />
parecido al sombrero chileno,<br />
y en la Patagonia o en la cordillera<br />
la gente prefiere sombreros<br />
con alas flexibles y<br />
blandas para que el viento no<br />
se los lleve.<br />
–Y de todas esas empresas<br />
que había ¿cuántas quedaron?<br />
–Ninguna, solo<br />
Lagomarsino. Y eso que<br />
había muy buenas y reconocidas,<br />
estaba Brousson,<br />
Dominoni, Garbesi o Marull.<br />
Fue un rubro que se batió en<br />
retirada y dejó muchos heridos<br />
en el camino, porque<br />
cada vez que una empresa<br />
cerraba, se quedaba con<br />
importante stock que volcaba<br />
al mercado a precios muy<br />
económicos para recuperar<br />
algo de capital. La última<br />
cerró en La Plata en 2001.<br />
–¿Por qué cree que ustedes<br />
se mantuvieron?<br />
–Los científicos dicen que<br />
las abejas no tendrían que<br />
volar porque tienen el cuerpo<br />
grande y las alas demasiado<br />
pequeñas, eso nos pasó a<br />
nosotros. Lagormarsino no<br />
debería existir pero existe<br />
porque para nosotros es una<br />
gran pasión, amamos lo que<br />
hacemos y amamos cuidar la<br />
tradición. Lucimos con orgullo<br />
el título de sombrereros y<br />
no queremos perderlo, y mis<br />
hijos y ya dos de mis doce<br />
nietos no están dispuestos<br />
a que Lagomarsino<br />
desaparezca.<br />
–¿Se ha incrementado el<br />
uso del sombrero en los últimos<br />
años?<br />
–Se nota una tendencia en<br />
suba, que empezó hace quince<br />
o veinte años, porque se<br />
ha tomado conciencia de que<br />
se debe cubrir la cabeza del<br />
sol. Por otro lado, aparecieron<br />
diseñadores europeos que<br />
empezaron a usarlo. Y además,<br />
desde hace tiempo los<br />
jóvenes se acostumbraron a<br />
llevan cups o gorras de béisbol<br />
cuando salen a la noche a<br />
bailar, y eso es, de alguna<br />
manera, positivo, porque son<br />
chicos que se acostumbran a<br />
llevar algo en la cabeza y ese<br />
es el comienzo para usar<br />
sombrero. Evidentemente, la<br />
gente se cubre más.<br />
–¿Cuál es su modelo preferido?<br />
–Un sombrero urbano, con<br />
un ala de cinco centímetros y<br />
cuando ando a caballo, uno<br />
más ancho. Tengo incorporado<br />
el sombrero a mi vida diaria<br />
y no porque fabrique sino<br />
porque es cómodo. Creo que<br />
hay que romper los prejuicios<br />
y los pudores, animarse e ir<br />
acostumbrándose de a poco.<br />
Y yo lo aseguro: una vez que<br />
uno descubre lo cómodo que<br />
es llevar sombrero, no hay<br />
vuelta atrás. 2<br />
16-17-VIDRIERAS-011109.indd 17 28/10/2009 21:36:29<br />
17
tecno<br />
Los nokios<br />
Así como hay tribus urbanas (floggers, rollingas<br />
y emos), hay también tribus celulares que<br />
comparten marcas y símbolos de adscripción e<br />
identidad comunes. El River-Boca es entre los<br />
iPhoneros, ya conocidos, y los fanas de Nokia,<br />
que aquí presentamos.<br />
Por Federico KuKso<br />
unos son de River y<br />
otros, de Boca.<br />
Unos guardan el<br />
pan lactal dentro de la<br />
heladera y otros lo dejan<br />
afuera. De un lado están<br />
los que dicen hola-cómote-va<br />
y del otro, los que<br />
no saludan ni miran a los<br />
ojos y siguen ensimismados<br />
en su pequeña burbuja<br />
cotidiana. El mundo<br />
está lleno de opuestos,<br />
de binarismos y elecciones<br />
varias que con el<br />
tiempo se cristalizan y terminan<br />
por definirnos, por<br />
decir directa e indirectamente<br />
quiénes somos.<br />
Ocurre a la hora de elegir<br />
y aferrarse por décadas a<br />
un sabor de helado y<br />
ocurre, se quiera o no,<br />
cuando uno termina identificándose<br />
y defendiendo<br />
como cruzado las bondades<br />
de una marca. El<br />
micromundo de los celulares<br />
no es ajeno a estos<br />
extremos.<br />
Es más, en este campo<br />
las pequeñas computadoras<br />
antes conocidas<br />
simplemente como "teléfonos<br />
móviles" tironean a<br />
más no poder para volcar<br />
hacia su lado nuevos<br />
usuarios y expandir de<br />
esa manera su tribu. Así<br />
como están los evangelistas<br />
que pregonan las<br />
18<br />
bondades del iPhone y<br />
de las Blackberries, están<br />
también aquellos cuya<br />
iglesia se encuentra en<br />
una ciudad finesa de solo<br />
230 mil habitantes llamada<br />
Espoo. Ahí, bien al<br />
norte del planeta y en una<br />
región de la que en verdad<br />
pocos argentinos<br />
habrán alguna vez oído<br />
hablar, está el corazón de<br />
un imperio, más expansivo<br />
que el romano y el otomano<br />
juntos: ahí está el<br />
nervio central de Nokia,<br />
"la" compañía fabricante<br />
de celulares que tomó el<br />
nombre de la ciudad<br />
finesa en la que nació<br />
como una compañía de<br />
caucho en 1898, vaciándola<br />
primero de sentido y<br />
luego llenándola con<br />
otros significados totalmente<br />
nuevos.<br />
No hay que hundirse en<br />
el fango virtual –los foros<br />
de la web– para advertir<br />
la pelea eterna, los roces<br />
y tironeos bien a lo River–<br />
Boca. De un lado del ring<br />
están los "iPhoneros", usuarios<br />
cool, los táctiles,<br />
amantes (y promiscuos)<br />
del diseño, de lo "tecnotop",<br />
de aquellos gadgets<br />
trendies o de moda<br />
que –piensan– los definen<br />
como personas, consumidores<br />
permanentes. Y en<br />
la otra esquina los "nokios",<br />
"nokieros", "nokiófilos" alérgicos<br />
a las manzanas, a<br />
los gurúes con sweaters<br />
cuello de tortuga, más<br />
pragmáticos, efectivos y<br />
funcionales.<br />
Irracionales como los<br />
defensores de todo fundamentalismo,<br />
ambos flancos<br />
chocan continuamente y<br />
se sacan chispas cada vez<br />
que la pregunta cae sobre<br />
un sitio como la bomba H:<br />
"¿Cuál es el mejor celular?"<br />
Como ocurre con toda<br />
creencia, religión o fe,<br />
siempre están los evangelizadores,<br />
aquellos que<br />
quieren convertir al contrario<br />
y llevarlo para su rebaño.<br />
Los nokios saben que<br />
lo suyo es más, como se<br />
dice, low profile, a diferencia<br />
de los iPhoneros, que<br />
tienen una máquina de<br />
marketing mucho más<br />
aceitada y el ego más<br />
necesitado de estar en la<br />
vidriera todo el tiempo.<br />
Al iPhone le cambian el<br />
color en la esquina de su<br />
carcasa e instantáneamente<br />
la noticia se reproduce<br />
viralmente en miles de<br />
millones de sitios web y<br />
páginas cada vez más<br />
moribundas de diarios y<br />
revistas.<br />
Aun así, ellos están ahí,<br />
con menos cámaras y flashes<br />
que los persigan,<br />
modificando la fisonomía<br />
de su pulgar. Los números,<br />
como ocurre en todo este<br />
sector, son astronómicos y,<br />
valga decir, muchas veces<br />
incomprobables. Pero se<br />
repiten como ciertos y, al<br />
menos, sirven para delinear<br />
las fronteras de estas<br />
nuevas tribus globales sin<br />
himnos, monedas o ejércitos<br />
que las unan bajo el<br />
18-19-TECNO-011109.indd 1 28/10/2009 21:52:35
nombre de una nación, tal<br />
como se las conocían en<br />
los siglos XIX y XX. Por<br />
ejemplo, según el francés<br />
Olivier Puech, vicepresidente<br />
de Nokia para<br />
América Latina, de los<br />
cuatro mil millones de<br />
usuarios de celulares en el<br />
mundo, 1,1 mil millones lo<br />
son de dispositivos Nokia<br />
(que a su vez se reparte<br />
en un 37% en Europa,<br />
13% en China y 10% en<br />
América Latina).<br />
Una población ampulosa<br />
que, vaya a saber uno las<br />
razones personales que<br />
impulsaron su elección, le<br />
dijeron sí a los finlandeses<br />
y adoptaron como nueva<br />
mascota, como su embajador<br />
tecnológico, un celular<br />
de esta marca tan conoci-<br />
da por sus series "N" (N95,<br />
N96 y N97, recientemente<br />
presentado en la<br />
Argentina), "XpressMusic"<br />
y los por acá desconocidos<br />
"Q3".<br />
La tribu es tan inmensa<br />
que ningún equipo bien<br />
intencionado de antropólogos,<br />
psicólogos y etnógrafos<br />
podrían abarcarla completamente.<br />
Pero lo intentan<br />
y de a poco van produciendo<br />
resultados: según<br />
un estudio enfocado en los<br />
nokios latinoamericanos, el<br />
81% de los argentinos<br />
suele enviar mensajes de<br />
texto o mensajes de correo<br />
electrónico desde el baño<br />
más que otras personas<br />
de la región; el 64% de los<br />
brasileños 'textean' a sus<br />
amigos durante una cita<br />
romántica; el 57% de los<br />
venezolanos manda sms<br />
durante una película. Y<br />
más porcentajes: el 92%<br />
de los argentinos, el 91%<br />
de los brasileños, el 82%<br />
de los mexicanos y el 64%<br />
de los venezolanos informan<br />
que envían mensajes<br />
de correo electrónico y<br />
mensajes de texto durante<br />
sus vacaciones.<br />
Lo cual comprueba la<br />
tendencia: para miles de<br />
millones de personas en el<br />
mundo, el celular –se quiera<br />
o no, se sea tecnofóbico<br />
o tecnofílico– se adosó<br />
inalámbricamente al cuerpo,<br />
se convirtió en un<br />
órgano más, tan necesario<br />
como un corazón o<br />
un pulmón para vivir<br />
y respirar. 2<br />
“<br />
Los "nokios",<br />
"nokieros" o<br />
"nokiófilos" son<br />
alérgicos a las<br />
manzanas, a los<br />
gurúes con<br />
sweaters cuello de<br />
tortuga, son más<br />
pragmáticos,<br />
efectivos y<br />
funcionales que<br />
los iPhoneros.”<br />
18-19-TECNO-011109.indd 2 28/10/2009 21:52:44<br />
19
20<br />
PoR cicco<br />
Me tomo<br />
5 minutos<br />
A la gente que medita ya no la tratan de<br />
esotérica ni de loca que habla con las tostadas.<br />
Costumbre en alza, la meditación se empezó a<br />
aplicar tanto en empresas como en cárceles,<br />
tanto en sofisticadas fundaciones<br />
internacionales como en gimnasios de barrio.<br />
Lo hacen en la cárcel de Olmos, en el<br />
penal de Villa Devoto, en la cárcel de<br />
mujeres de La Plata, en la Unidad 3<br />
de Rosario y en la prisión de máxima<br />
seguridad de Florencio Varela; los últimos lugares<br />
donde imaginarías a la gente haciéndolo. “Los<br />
reclusos ahora duermen mejor, manejan los conflictos<br />
y situaciones estresantes sin violencia, y<br />
han experimentado una mejora de su autoestima<br />
y del control sobre sí mismos”, observan en el<br />
Servicio Penitenciario Bonaerense, donde para<br />
estar a tono, instruyeron a los guardia-cárceles<br />
para que lo hagan.<br />
Durante 30 días, en 2009, lo hicieron y enseñaron<br />
a hacerlo a 4.500 personas en un predio de<br />
300 metros cuadrados en el shopping Paseo<br />
Alcorta. Los compradores desaceleraban el paso,<br />
descargaban las compras y se ponían a hacerlo en<br />
medio del zarandeo de bolsas. La gente decía: “Si<br />
puedo hacer esto en medio del caos del shopping,<br />
puedo hacerlo en cualquier parte”.<br />
Ahora que está gordo y las llamas ya no lo<br />
envuelven, lo hace Charly García. El jefe de recursos<br />
humanos de Coca-Cola Argentina, un hombre<br />
inusualmente espiritual para su puesto —por<br />
poco, se hizo rabino—, debate sobre cómo lograr<br />
que los empleados de una de las compañías más<br />
grandes del planeta también lo hagan.<br />
Lo hace Julio César Pereyra, el intendente de<br />
Florencio Varela. También el ex gerente de HSBC,<br />
Alejandro Nigro, y el subgerente del Banco<br />
Hipotecario, Hugo Chiera. Un ex ejecutivo dice<br />
que hasta redujo sus niveles de colesterol. Lo hizo<br />
—y hace— un conductor de radio, que escribió un<br />
libro sobre el tema y se convirtió en maestro espiritual<br />
de 150 mil lectores. Y quién sabe, si le dan<br />
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20-27-mediatcio-011109.indd 21 28/10/2009 20:20:57<br />
21
“Hace diez<br />
años meditar era<br />
'new age'. Ahora<br />
viene toda clase de<br />
gente. No importa<br />
en qué creas, la<br />
meditación sirve<br />
para dejar de ser<br />
esclavo de tus<br />
emociones y ser<br />
útil a los demás",<br />
dice Juan Mora,<br />
instructor de El<br />
Arte de Vivir.<br />
22<br />
tiempo, hasta se lo ponga a hacer Maradona.<br />
¿Y qué hacen todos ellos? Meditan.<br />
La meditación ya no es un capítulo inexpugnable<br />
del esoterismo. Hoy se debate en los programas<br />
de salud en la tele. Las celebridades defienden<br />
sus virtudes. Las empresas tienen programas<br />
de yoga y meditación —en nuestro país, por<br />
ejemplo, lo tomaron el CityBank, la Universidad<br />
Di Tella, Boston Consulting Group y Procter and<br />
Gamble—. Y existen proyectos ahora mismo<br />
para llevarlo a las escuelas.<br />
Meditar no es lo mismo que reflexionar, aunque<br />
a veces se use estos términos como sinónimos.<br />
Meditar es replegarse sobre sí mismo,<br />
tomar distancia de la propia vida, observarse.<br />
Meditar es darse cuenta básicamente de que uno<br />
no es el que piensa. Uno es otra cosa.<br />
De Buda a los líderes mundiales<br />
Gente de todo el mundo no para de hablar de las<br />
bondades de la meditación, como si se tratara de<br />
un nuevo polvo para lavar la ropa. Sin embargo,<br />
el polvo de la meditación es más viejo que cualquier<br />
lavarropa. Se conocen cientos y cientos de<br />
técnicas de meditación. Algunos hablan de 300.<br />
Otros de más de mil. A decir verdad, hay técnicas<br />
antiquísimas de meditación y técnicas modernas.<br />
Buda, el príncipe que juró no volver a ponerse<br />
de pie hasta meditar e iluminarse, practicaba<br />
dos: el vipassana, basado en la respiración —en<br />
nuestro país, hay retiros de diez días de práctica<br />
en las afueras de Buenos Aires, en completo<br />
silencio—, y el zazen, sentado con las rodillas<br />
contra el suelo y la nuca estirada, los pensamientos<br />
pasan y uno los observa entrar y salir como<br />
desfile de Giordano.<br />
Años atrás, en el Foro Económico Mundial de<br />
Davos, en los Alpes suizos, un hombre de barba y<br />
de punta en blanco, un hombre que bien podría<br />
pasar por mendigo, melenudo y sonriente llamado<br />
Ravi Shankar, cuatro veces postulado para el<br />
premio Nobel de la Paz, se presentó en el estrado<br />
y enseñó a meditar a cientos de líderes mundiales<br />
y multimillonarios. Su organización participa<br />
en 150 países y sus programas de meditación<br />
alcanzan a 300 millones de personas. “Todos en<br />
nuestra naturaleza —repite Shankar— tenemos<br />
un grado de serenidad”.<br />
Hoy en día, todos tienen, al menos, un amigo o<br />
familiar travesti, un amigo o familiar que consume<br />
paco, uno que fue víctima de una salidera<br />
bancaria y un familiar o amigo que medita. Los<br />
gimnasios del barrio se reciclan en centros de<br />
meditación, el yoga se transforma en una puerta<br />
abierta para meditadores y los músicos dan conciertos<br />
para recaudar fondos y multiplicar la<br />
tendencia. Sin embargo, durante siglos meditar<br />
fue una práctica más o menos secreta, sin el<br />
apoyo de famosos, ni medios ni nada, pues nunca<br />
hubo gran cosa para ver. ¿Una superproducción<br />
de Hollywood con un protagonista que medita?<br />
Horas y horas de Bruce Willis sentado sin hacer<br />
nada, un plomo. No hay buenas películas sobre<br />
místicos ni seres iluminados porque no hay<br />
mucho que contar. Los biógrafos de Ramakrishna,<br />
uno de los grandes gurúes de India, le dedicaban<br />
capítulos enteros a su pasión por los caramelos,<br />
básicamente porque no tenían nada mejor que<br />
escribir. En la vida del Dalai Lama, lo más entretenido<br />
era cómo se las ingeniaba para no pisar<br />
hormigas y evitar crear así una cadena de mal<br />
karma que pudiera opacarle la divinidad y los<br />
lentes. Es más interesante ver películas sobre<br />
asesinos que sobre meditadores. Sin embargo, si<br />
bien no hay nada para ver, los que probaron el<br />
20-27-mediatcio-011109.indd 22 28/10/2009 20:21:02
sabor de la meditación lo consideraron la película<br />
de su vida.<br />
“La primera vez que medité fue como si estuviera<br />
en un ascensor y cortaran el cable. ¡Bum!<br />
Caí en la dicha, en pura dicha. Y ahí me quedé”,<br />
evocó el cineasta David Lynch sobre la primera<br />
vez que meditó en julio de 1973, cuando asistió a<br />
un centro de Meditación Trascendental, de<br />
Maharishi Mahesh, en Los Ángeles. “Desde<br />
entonces opino que la palabra ‘única’ debería<br />
reservarse para esa experiencia. No me he saltado<br />
una meditación en treinta y tres años. Medito<br />
una vez por la mañana y otra por la tarde, durante<br />
unos veinte minutos”, dice Lynch en Atrapa al<br />
pez dorado su libro de memorias espirituales.<br />
“Descubro más alegría al hacer las cosas. Más<br />
intuición y el placer de vivir crece”.<br />
De tan entusiasta, Lynch creó una fundación<br />
propia que divulga la meditación en las escuelas<br />
de bajos recursos. En abril, junto a Paul<br />
McCartney y Ringo Starr dieron un concierto a<br />
beneficio en el Radio City Hall de Nueva York,<br />
para recaudar fondos con el fin de enseñar a<br />
meditar a un millón de chicos en situación de<br />
riesgo.<br />
En la Argentina, una de las caras públicas en<br />
defensa de la vida en clave de loto es el diseñador<br />
Nicolás Cuño, quien propone en sus campañas<br />
“Viví más despacio”, “Volver al origen de las<br />
cosas” o simplemente “Silencio”. Sus publicida-<br />
en multitud.<br />
Unas tres mil personas<br />
meditaron en Palermo, el<br />
pasado 12 de octubre, en<br />
un encuentro organizado<br />
por la Fundación<br />
de Ravi Shankar.<br />
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“No me he<br />
saltado una<br />
meditación en<br />
treinta y tres años.<br />
Medito una vez por<br />
la mañana y otra<br />
vez por la tarde,<br />
durante veinte<br />
minutos". David<br />
Lynch.<br />
24<br />
des tienen un halo de inciensos. Hizo posar a<br />
Charly y a Graciela Borges como si fueran santidades<br />
traídas de India. “Estando callado<br />
—repite el dueño de Key Biscayne e impulsor<br />
de espacios de meditación en shoppings, como<br />
mantra—, estando callado te bajan las fichas”.<br />
2009 fue el año de los meditadores. El último<br />
12 de octubre, tres mil personas se juntaron<br />
frente al Planetario a hacer básicamente nada.<br />
O a meditar, que, visto desde afuera, parece lo<br />
mismo. Buenos Aires fue una de las 19 ciudades<br />
que se sumaron al proyecto América Medita, la<br />
convocatoria más numerosa de meditadores<br />
del continente por la paz, organizada por la<br />
fundación de Shankar El Arte de Vivir —tres<br />
años atrás, en India se juntaron a meditar,<br />
imbatibles, 2.5 millones de personas—.<br />
“Hace diez años, meditar era new age”, dice<br />
Juan Mora, uno de los cien instructores argentinos<br />
de El Arte de Vivir, donde se dan 15 cursos<br />
semanales para unas 1500 personas. “Ahora,<br />
viene toda clase de gente y están mucho más<br />
abiertos a aprender. En mi caso, doy cursos de<br />
meditación hasta a gente de 90 años. Y damos<br />
talleres para adolescentes y niños. No importa<br />
en qué creas, la meditación sirve para dejar de<br />
ser esclavo de tus emociones y ser útil para los<br />
demás.”<br />
Dinero divino<br />
Poco tiempo atrás, un sondeo realizado entre<br />
los 400 hombres más ricos del planeta, según<br />
la revista Forbes, concluyó que tenían un nivel<br />
de felicidad comparable al de los esquimales en<br />
el norte de Groenlandia y al de los Masai en<br />
Kenia, un pueblo sin luz ni agua potable. Otro<br />
estudio psicológico añadió que el 61 por ciento<br />
de los habitantes de los países mejor posicionados<br />
a escala mundial, siempre estaba pensando<br />
en comprar algo nuevo. Por si fuera poco, los<br />
sociólogos observan que, una vez que una<br />
nación supera los 8000 mil dólares anuales per<br />
cápita, la proporción entre dinero y felicidad se<br />
enmaraña y se diluye.<br />
Desde que la gente medita, ya nada es lo que<br />
era. Uno de los cursos optativos más visitados<br />
en Harvard lo imparte Tal Ben Shahar, un ex<br />
veterano de guerra israelí y divulgador de la<br />
psicología positiva. El título: “Mayor felicidad”.<br />
Asisten 1400 alumnos por semestre —el 20%<br />
de los graduados—. Shahar enseña cómo una<br />
vida meditativa lleva a la felicidad. Para Shahar,<br />
lo importante es tener metas trascendentes y<br />
para eso, entre otras cosas, recomienda ejercicios<br />
de meditación. “Muchas veces damos<br />
nuestras vidas por descontado —dice en sus<br />
clases—. Necesitamos aprender a apreciar y a<br />
saborear las pequeñas grandes cosas de la vida,<br />
desde la gente a la comida, desde la naturaleza<br />
a una sonrisa”.<br />
Los meditadores acaban de aterrizar en el<br />
mundo de las finanzas. El último libro de<br />
Robert Kiyosaki, el autor de Padre rico padre<br />
pobre, que agotó 30 millones de ejemplares con<br />
su receta para hacerse millonario, lo escribió<br />
con su hermana monja budista Tenzin. Allí,<br />
Kiyosaki, nacido el mismo día que Buda, admite<br />
las limitaciones del dinero a la hora de dar<br />
una satisfacción interior. “Al reencontrarme<br />
con Tenzin —reconoció— me percaté de que<br />
una vida rica tiene dos balances: uno financiero<br />
y otro espiritual. Mi balance financiero estaba<br />
fuerte, pero en contraste, el espiritual estaba<br />
muy débil”.<br />
“Es obvio que no somos mucho más felices a<br />
pesar de nuestro progreso material. Pero, ¿por<br />
qué?”, se pregunta Brent Kessel, uno de los<br />
250 asesores financieros más consultados de<br />
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los Estados Unidos. Los análisis de Kessel aparecen<br />
con frecuencia en el Wall Street Journal,<br />
el Business Week y Los Ángeles Times. Pero el<br />
hombre conoció un día al Dalai Lama, a la<br />
Madre Teresa, y empezó a practicar yoga y a<br />
meditar. Así fue como descubrió que los asesores<br />
financieros se salteaban un tema importante:<br />
no eran meditativos. Kessel combinó sus<br />
conocimientos financieros con sus conocimientos<br />
de budismo y elaboró un manual de felicidad<br />
financiera que tituló: La fortuna en tus manos.<br />
“Es innegable que la mayoría de nosotros dedicamos<br />
mucho tiempo simplemente a desear. Aun<br />
más, muchas veces actuamos según estos deseos<br />
pero no logramos una libertad financiera. Es<br />
como si una fuerza exterior nos hiciera despilfarrar<br />
nuestro capital, bien sea el financiero o el<br />
espiritual. Esta fuerza es conocida en varias tra-<br />
diciones budistas como Mente Deseante”.<br />
La ciencia ya sabe quién es el hombre más feliz<br />
del mundo. Es hijo de un filósofo francés, se<br />
llama Matthieu Ricard, tiene 62 años y es doctor<br />
en genética molecular en el Instituto Pasteur.<br />
Bah, era doctor, cuando aun no era tan feliz como<br />
ahora. En 1972, Ricard abandonó su vida académica<br />
y se fue a los Himalayas a vivir la vida en un<br />
monasterio budista. Hizo fotografías de maestros,<br />
escribió best-sellers sobre su experiencia<br />
espiritual, publicó un libro imperdible de diálogos<br />
con su padre, se ordenó monje y, básicamente,<br />
se dedicó a meditar. Dos años atrás, el laboratorio<br />
de neurociencia afectiva de la universidad<br />
de Wisconsin analizó las resonancias magnéticas<br />
de su cerebro, junto al de otros meditadores que<br />
llevaban, como mínimo, diez mil horas de práctica,<br />
y llegó a la conclusión de que la mente de<br />
significado. Meditar<br />
no es "reflexionar", sino<br />
replegarse y tomar<br />
distancia de uno mismo.<br />
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david lynch. Tiene una fundación que promueve la meditación, una práctica ya no restringida al budismo y a figuras como el Dalai Lama.<br />
“No está el<br />
cuerpo por un lado<br />
y la mente por el<br />
otro. Acá damos<br />
desde pilates hasta<br />
meditación.<br />
Cuando la gente<br />
llega a su centro, se<br />
plantea muchos<br />
cambios. Soy una<br />
coach de bienestar",<br />
dice Gabriela<br />
Fernández, dueña<br />
de un... ¿gimnasio?<br />
26<br />
Ricard lo convertía en el hombre más feliz del<br />
planeta. Su cerebro no funciona como el de cualquier<br />
hombre. Es el cerebro, concluyeron en<br />
Wisconsin, de un hombre radiante. Con el córtex<br />
prefrontal izquierdo donde se hornean las emociones<br />
positivas en asombrosa expansión, y el<br />
derecho de los pensamientos negativos prácticamente<br />
suprimido, Ricard encontró en la meditación<br />
la llave de la felicidad y es autor de un libro<br />
sobre la felicidad. “La felicidad —dice Ricard— es<br />
una habilidad como todas. Requiere tiempo y<br />
esfuerzo”. Por lo pronto, no cometa el error de<br />
hacerse una resonancia magnética. No querrá ver<br />
lo duro que trabaja su córtex derecho para hacerlo<br />
miserablemente. Hasta que descubra la meditación<br />
y de un salto al otro hemisferio.<br />
Boom de acá a la vuelta<br />
“Una forma de experimentar en vida lo que el<br />
alma hará cuando el cuerpo muera tiene comprobación<br />
parcial en la práctica de la meditación.<br />
Cuando meditamos, el alma —o ser inmaterial—<br />
se escinde del cuerpo o ser material”. No se confunda,<br />
no es el místico indio Jiddu Krishnamurti<br />
el que escribe estas cosas. Vive un poco más cerca<br />
y, hasta hace poco, era reconocido nada más que<br />
como conductor de radio. Hoy, Ari Paluch acaba<br />
de publicar la segunda parte de El combustible<br />
espiritual, que agotó 150 mil ejemplares y se convirtió<br />
en el fenómeno editorial del año. Es tal su<br />
popularidad que el sello Planeta advirtió incluso<br />
que existen ediciones piratas. “La meditación nos<br />
permite, al igual que el yoga, recuperar nuestra<br />
olvidada conciencia divina”, señala Paluch.<br />
Los sellos tomaron nota del boom y convocan a<br />
gente de todas partes a hablar de espiritualidad.<br />
La editorial Kier logró que dos escritores nouvelles<br />
de ficción, Federico Levin y Agustín Valle,<br />
publicaran un libro titulado La nueva autoayuda<br />
—sale en noviembre— donde proponen entender<br />
la meditación como un juego. “La meditación es<br />
un juego que, como todo juego, permite participar<br />
de leyes distintas a las habituales de la vida<br />
cotidiana”, dicen los autores. “Salir de esa cotidia-<br />
neidad por un tiempo ayuda a entender las cosas<br />
y entendernos a nosotros mismos desde otra<br />
perspectiva”.<br />
A Bernardo Stamateas, uno de los gurúes de la<br />
auto-superación más convocantes de la Argentina,<br />
lo llaman de los municipios, del gobierno y de las<br />
corporaciones para hablar de espiritualidad,<br />
meditación y de cómo encontrar el éxito que el<br />
dinero no da. “La meditación es una práctica que<br />
Dios motiva a hacer a todos los seres humanos.<br />
La Biblia entera es un manual para meditarlo”,<br />
cuenta Bernardo, además pastor bautista. “Dios<br />
le dice a Josué: ‘Te mando a que medites de día y<br />
de noche en mi palabra, para que todo lo que<br />
hagas te salga bien’. La idea de Dios de poner sus<br />
pensamientos de paz en nuestra mente, no se<br />
trata de vaciarla, se trata de aprovechar ese tiempo<br />
para imaginar algo positivo que Dios prometió<br />
al hombre, sobre todo acerca del futuro”.<br />
Lo que acaba de inaugurar Gabriela Fernández<br />
en Palermo no es técnicamente un gimnasio.<br />
Tampoco es un spa. Ni un centro de pilates. Ella<br />
es profesora de educación física, pero tampoco lo<br />
que ella enseña es puramente aeróbic. “Es difícil<br />
de encajar, aquí no hay sala de musculación, yo le<br />
digo espacio de bienestar. Por eso le pusimos<br />
Bienestar en Red”. Hasta su local llegan 200 personas<br />
al mes y ella les dice que, lo primero y<br />
principal, es que se encuentren a sí mismos.<br />
“Mucha gente viene frustrada y no sabe bien<br />
cómo contactarse con su cuerpo. Yo les explico<br />
que no es el cuerpo por un lado y la mente por el<br />
otro. Acá damos desde pilates hasta meditación.<br />
Lo nuestro es integral. Cuando la gente llega a su<br />
centro, se va a plantear muchos cambios. A mí<br />
me dicen, ¿por qué no escribo un libro? O ¿por<br />
qué no pinto la casa o tengo un perro? Soy un<br />
coach de bienestar.”<br />
En el barrio de Colegiales, Suleyman está a<br />
cargo de la orden naqshbandi de los sufis derviches,<br />
con más de 500 seguidores en todo el país.<br />
Podrá pensar que con semejante nombre es un<br />
ambiente cerrado, secreto, indescifrable. Sin<br />
embargo, aquí llegan críticos de cine, pintores,<br />
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traductores, vecinos del barrio, y Suleyman los<br />
recibe con los brazos abiertos. Los sufis meditan<br />
mientras cantan, meditan mientras bailan, meditan<br />
en todo momento del día y reciben a todo el<br />
mundo con los brazos abiertos. “Cualquiera<br />
puede practicar —dice él—. Los beneficios siempre<br />
son positivos, aunque dependen de cómo es<br />
la práctica. Para algunos, meditar es sinónimo de<br />
observar sus pensamientos. Ellos aprenden lo<br />
importante que es desconfiar de sí mismos. Para<br />
otros, meditar es estar atentos a la respiración.<br />
Ellos reciben control y serenidad. Algunos al<br />
meditar observan al que medita y reciben sabiduría.<br />
Y por último están aquellos que buscan fuera<br />
y dentro de sí mismos a Su Amado, queriendo<br />
meditar en toda acción solo sobre Él. Estos reciben<br />
el nombre de derviches”.<br />
En lo personal, medito desde hace cinco años.<br />
Pasé dos recitando mantras y tres desde que hago<br />
zazen y me ordené bodhisattva, un paso antes de<br />
convertirme en monje. Por la noche, me siento<br />
frente a la pared de mi habitación y la miro<br />
durante una hora. Es la forma justa de meditar,<br />
de acuerdo a la tradición del budismo zen. A cada<br />
principiante, Toshiro Yamauchi, uno de los monjes<br />
más antiguos del país, les dice: “El zazen es<br />
estar online con Dios”. Cada vez que puedo, voy a<br />
los retiros: seis horas de mirar el muro durante<br />
un día y medio, junto a unas 70 personas.<br />
Ahora bien, si hubiera invertido las horas que<br />
miro el muro en otra cosa, hoy sería experto en<br />
cine coreano. En la obra de Proust. Podría haber<br />
hecho un master en algo. Generado un negocio.<br />
Con la meditación, no recuperé el pelo. No se me<br />
fueron los lunares. Mis cálculos en los riñones<br />
siguen ahí. Y mi nariz no se achicó.<br />
No veo tele. Ahora veo paredes. Antes pensaba<br />
en triunfar. Ahora pienso en estar libre. De tanto<br />
observar el muro, sé cómo funciona mi mente y<br />
cuándo me tiende una trampa.<br />
Aunque, a veces, me pongo un poco fanático.<br />
En el super, por ejemplo, la sermoneo a mi hija de<br />
diez años: “No te dejes engañar por tu mente —le<br />
señalo—. Ves: esos cereales vienen con premio y<br />
los chicos se los llevan, no porque les gusten los<br />
cereales en sí, sino por el juguete berreta que<br />
regalan. Las compañías se aprovechan de tu<br />
mente. Tenés que despegarte y elegir los productos<br />
con tu yo auténtico”. “Papá, ¿por qué no me<br />
dejás en paz?” “Se ve —le digo yo— que todavía<br />
no estás online con Dios”. Y empujo el changuito<br />
lleno de cajitas de cereales. 2<br />
“Por la noche,<br />
me siento frente a<br />
la pared de la<br />
habitación y la miro<br />
durante una hora.<br />
No veo tele. Ahora<br />
veo paredes. Antes<br />
pensaba en<br />
triunfar. Ahora<br />
pienso en estar<br />
libre. De tanto<br />
mirar el muro, sé<br />
cómo funciona mi<br />
mente."<br />
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27
28<br />
“Soy versátil,<br />
histérica y veloz”<br />
Gracias a las historias pansexuales que Naty Menstrual publicó en<br />
el blog que lleva su nombre, obtuvo el reconocimiento del<br />
mainstream literario y así llegó la publicación de su primer libro,<br />
Continuadísimo. Atrevida, locuaz y arrogante, la travesti que trató<br />
con desparpajo a Chiche Gelblung en su programa de televisión<br />
tiene un hermano mellizo que es cura.<br />
Por Damián Damore<br />
Fotos Luis maría Herr<br />
C<br />
on la prisa robada no se sabe bien a<br />
quién, tal vez a varios, Naty Menstrual<br />
llega acelerada y comienza a hablar<br />
rápido. Es como si midiera la velocidad<br />
de las palabras. “¿Qué vas a tomar vos?”,<br />
replica a la invitación de sentarse en la mesa de<br />
un bar. No espera respuesta: “Yo cerveza, yo<br />
siempre tomo cerveza. ¿Vos no?” Se sienta, hace<br />
una pausa: acomoda las tres o cuatro bolsas que<br />
contienen las telas con las que diseña remeras<br />
estampadas con frases inventadas por ella, paráfrasis<br />
que recuerdan al tono de los graffitis<br />
ochentosos que decoraban las paredes de Buenos<br />
Aires. Las vende los domingos en un puesto<br />
callejero de la feria de San Telmo. “Mickey Mouse<br />
se la come”, “Mirtha Legrand es una travesti”,<br />
“Muerte a Kent”. Pone a prueba al periodista:<br />
“¿Se te ocurre alguna?” “Un fantasma recorre<br />
Europa”. “¡Ayyy, ¡qué intelectual! —ironiza—. Yo<br />
prefiero: ‘Soy de tránsito lento, me cagó en todo’<br />
o ‘La única concha que conozco es la de mi<br />
madre’. ¡Qué Edipo que tengo! ¿No serás tan<br />
boludo de poner ‘Naty no tiene pelos en la lengua’<br />
¿no? ¿O vos sos de los que hacen el Jaime<br />
Bayly?”<br />
Naty escupe palabras: cuando escribe y cuando<br />
habla. Lanzó este año su primer libro,<br />
Continuadísimo (editorial Eterna Cadencia),<br />
que recopila historias sexuales. Escribe en el<br />
suplemento Soy, del diario Página/12 y en la<br />
revista El Teje, que edita el Centro Cultural<br />
Ricardo Rojas. En su bitácora (www.natymenstrual.blogspot.com)<br />
se conserva la carne fresca:<br />
el día a día de su “literatura travesti trash”.<br />
Con sus tacos, patea el barrio a diario. Plantó<br />
base en un altillo de la Asamblea de San Telmo,<br />
integrada en su mayoría por gente que habita en<br />
hoteles y pensiones de la zona. Vive allí desde<br />
hace poco más de un lustro, cuando volvió de<br />
España, luego de terminar la única historia de<br />
amor fuerte que tuvo en su vida.<br />
Al puesto de ropa llegan algunos curiosos que<br />
la descubrieron en la televisión, cuando visitó a<br />
Chiche Gelblung en su programa de Canal 26.<br />
La invitaron a hablar de su libro, pero se encontró<br />
con un planteo básico del conductor: “Lo<br />
único que tenés de travesti es la ropa, ¡tenés voz<br />
de macho!”, la acusó. Naty no se quedó en el<br />
molde y encaró el avance: “Es lo mismo que yo<br />
diga que lo único que tenés de periodista es cagar<br />
a pedos a tus empleados”. “Para hablar de literatura,<br />
traigo escritores”, contragolpeó. ¿Adivinen<br />
quién no estuvo en el siguiente bloque del programa<br />
de Chiche?<br />
“El domingo pasado se acercó una pareja que<br />
se vino desde la loma del orto porque querían<br />
conocer a la travesti que había bardeado a<br />
Chiche. Recién ahora vi el programa completo,<br />
antes vi algunas cosas editadas en esos programas<br />
de revoltijos que terminaron siendo más<br />
fachos que él. Ahí pensé: la culpa no es de Chiche,<br />
sino del que le da de comer”.<br />
—Ya tenés otra frase para tus remeras.<br />
—Es muy larga, como la lengua de Chiche.<br />
—¿Con el mundo editorial cómo te llevas?<br />
—Me sorprenden las comparaciones que<br />
hacen algunos críticos acerca de mi trabajo.<br />
“Tenés la influencia de tal autor, de tal año y tal<br />
corriente literaria”. ¡Mirá vos!, les devuelvo. Es<br />
ahí cuando pienso: “Mierda, yo no escribo tan<br />
mal”. Me molesta el pelotudeo que rodea a los<br />
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29
“Me molesta el<br />
pelotudeo que<br />
rodea a los<br />
escritores. Sus<br />
dichos: si no<br />
publicaste, no sos<br />
escritor; si<br />
publicaste, con<br />
quién publicaste,<br />
etcétera.”<br />
30<br />
escritores. Sus dichos: si no publicaste, no sos<br />
escritor; si publicaste, con quién publicaste,<br />
etcétera. También sucede que ahora que edité<br />
un libro, me empiezan a mandar cosas: ¿quién<br />
se creen que soy? ¿Jorge Luis Borges? No soy<br />
buena lectora. Escribo porque quiero contar<br />
algo, soy verborrágica y ahí puedo volcar. Lo que<br />
escribo es sincero. Muchos escritores buscan el<br />
efecto en el otro. Es cierto: todos queremos que<br />
nos lean, que nos presten atención, pero me<br />
parece que hay escritores dedicados específicamente<br />
a estructurar algo para que sea evaluado<br />
de determinada forma, para que sea aceptado<br />
de determinada forma, como si fueran arquitectos<br />
de la literatura. Son los que conocen cada<br />
efecto, cada sensación que pueden despertar en<br />
el lector, hasta manejan los efectos de ansiedad.<br />
A mí no me sale.<br />
—¿Qué es para vos la literatura?<br />
—Que me llame un chongo y me pregunte:<br />
“¿Chupás la pija con forro o sin forro?”. Eso es<br />
literatura.<br />
—¿Cómo considerás a Continuadísimo?<br />
—Es como un buen hijo: no rompe las bolas y<br />
deja dormir (risas). Me da satisfacciones: yo<br />
creía que no iba a tener mucha repercusión. Si<br />
pienso que jamás esperaba escribir un libro, eso<br />
ya está muy bien. No hice nada para editarlo. Un<br />
site que se llama El Interpretador, que hacen<br />
unos chicos de la facultad de Filosofía y Letras,<br />
se interesaron en lo que yo escribía. A partir de<br />
allí empecé a cruzarme con gente, hasta que<br />
conocí a Lilia Ferreira (NDR: ex mujer del escritor<br />
Rodolfo Walsh) que me presentó a la periodista<br />
María Moreno, ella estaba interesada en<br />
ver qué hacía. Al poco tiempo me llaman de<br />
Eterna Cadencia. ¡Que te vengan a buscar para<br />
escribir un libro no me parecía de la Argentina!<br />
¡Qué rápido todo! Para mí, escribir es un catarsis,<br />
aunque me haga la mística y suene medio<br />
pelotuda, cuando me distancio de mis textos me<br />
sorprendo de las construcciones que hago. ¡Qué<br />
loca estaría en ese momento! ¡O qué depresiva!<br />
Pero el libro tiene detrás una historia de generosidad<br />
que me impactó.<br />
—Contala.<br />
—Ya estaba todo resuelto: Valeria, una amiga<br />
diseñadora, me mandó la tapa y estaba cerrando<br />
los agradecimientos. Acordé todo con la<br />
encargada de prensa de la editorial, una mujer<br />
encantadora llamada Ana Mazzoni. Ella me<br />
hace un planteo: “Naty, ¿qué hacemos con Juan<br />
Pablo Liefield?” “¿Cómo qué hacemos?” “¿Lo<br />
conocés?”, insiste. “Sí, claro que lo conozco, es<br />
uno de los chicos que estaba en El interpretador”,<br />
le dije, arrebatada como soy. “Él fue quien<br />
nos trajo todo tu material a la editorial”, me dijo<br />
Ana. Es decir que él llevó mis escritos a la editorial.<br />
Hizo lo que jamás yo hubiera hecho, mostrar<br />
mi trabajo.<br />
—¿Desde cuándo escribís?<br />
—Desde los siete años. Mi vieja ahora recuperó<br />
un cuaderno donde hay poesías que yo escribí.<br />
Me divierto mucho viendo los dibujos que<br />
hice. Por ejemplo, cuando mi abuelo se enfermó,<br />
yo lo dibujé acostado con una de sus patas colgando.<br />
Siempre tenía un cuaderno a mano. A él<br />
también le escribí cartas; son muy graciosas, en<br />
una le escribo: “Abuelo: te quiero porque sos<br />
bueno, ¡porque pagás todos los impuestos!”<br />
También escribía cuentos.<br />
—¿Qué tipo de cuentos?<br />
—Tengo una recopilación titulada Relatos<br />
dementes, algunos son policiales, otros de ciencia<br />
ficción. Yo aun no me travestía y en esos<br />
cuentos descubrí que no terminaba de aceptar<br />
mi sexualidad. Era trolo, pero siempre destacaba<br />
una historia heterosexual, como para que el<br />
que leyera no pensara: “¡Este es trolo, se la<br />
come!” (risas). Me hacía el machito, todo era<br />
muy Corín Tellado. Algunos cuentos están en<br />
Continuadísimo: relatos que fueron cambiando<br />
a través del tiempo, cosas que derivaron en otras<br />
cosas, como “Celina Romero”. Perdí muchas<br />
cosas que escribí. Había un programa muy viejo<br />
que se llamaba PageMaker: yo guardé muchas<br />
cosas ahí y palmaron. Ahora conservo mis escritos<br />
en máquinas de distintos amigos.<br />
—¿No tenés máquina?<br />
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—No. No estoy tecnológicamente actualizada<br />
(risas).<br />
—¿Tu blog desde dónde lo actualizás?<br />
—Desde el locutorio del barrio, no es tan difícil.<br />
O desde la casa de un amigo. Desde cualquier<br />
lado. El blog fue lo que movilizó todo esto, porque<br />
la gente lo ve mucho, opina, deja mensajes<br />
e ¡historias!<br />
—¿Cómo empezaste con tus espectáculos?<br />
—Hace unos años, se me ocurrió ir a un bar<br />
oculto en San Telmo, La Cubana. Le ofrecí a su<br />
dueña, Litay, que me dejara hacer un show<br />
improvisado. Y lo hice, también empecé a leer<br />
mis textos. Ella ahora produce mi espectáculo<br />
en el bar Chueca.<br />
—Hace un tiempo hablaste de escribir una<br />
novela, dijiste que no sabías cómo hacerla,<br />
¿ahora estás más preparada?<br />
—La sigo pensando, pero me desorienta<br />
mucho. Tengo una idea, he escrito algo. Quiero<br />
escribirla de a poco, debo manejar mi ansiedad.<br />
Sucede que escribo cuentos para terminar más<br />
rápido lo que quiero contar, la novela me instala<br />
en un lugar que no conozco, así que pedí algunas<br />
para leer y conocer un poco más el paño,<br />
quiero leer algo que no sea de lo más tradicional.<br />
No me interesa atrapar al lector, subir la emoción<br />
y que luego se vaya. No me gusta la idea de<br />
desarrollar introducción, nudo y desenlace.<br />
Quiero escribir una novela de pensamientos,<br />
una novela de días.<br />
Naty apoya los lentes sobre la mesa. Su ojo<br />
derecho está flanqueado por dos estrellitas<br />
pequeñas, cotillón de niña. “¿Viste mis lágrimas?”,<br />
señala. Suena su celular y atiende. “No,<br />
no lo leí, tengo una traducción de Borges, pero<br />
no es la literatura que a mí me gusta”, le aclara a<br />
una productora de televisión por si esperan<br />
comentarios favorables de su parte. Corta. La<br />
invitaron a hablar de Orlando, la novela de<br />
Virginia Wolf. No la entendió y no le gusta. “Del<br />
único Orlando que puedo hablar es de Marconi”,<br />
aclara.<br />
—¿Estuviste enamorada alguna vez?<br />
Me enamoré una vez sola en mi vida, él<br />
era un vendedor de Calvin Klein,<br />
Gustavo. Vivimos un tiempo en<br />
Rosario, justo cuando<br />
fue el quilombo<br />
de 2001. Desde<br />
Buenos Aires<br />
me llamaban<br />
mis amigos,<br />
me preguntaban<br />
si era cierto<br />
que en Rosario se<br />
comían hasta los gatos.<br />
Yo empecé a preocuparme:<br />
“Ahora que<br />
publiqué un libro<br />
me mandan cosas<br />
para que lea.<br />
¿Quién se creen<br />
que soy? ¿Jorge<br />
Luis Borges? No<br />
soy buena lectora."<br />
28-33-NATY-011109.indd 31 28/10/2009 19:15:13<br />
31
“Cuando una<br />
cosa está resuelta,<br />
no me sirve. Creo<br />
que a todos nos<br />
debería pasar eso:<br />
que las cosas estén<br />
en camino de<br />
resolverse, no que<br />
queden resueltas,<br />
sino estás<br />
muerto."<br />
32<br />
“¡Me van a comer a mí!” (risas). Nos fuimos a<br />
España, vivimos en Extremadura. Desde el balcón<br />
se veía la frontera con Portugal. Era todo<br />
muy hermoso. Viajé mucho a Lisboa: junto a San<br />
Telmo son los lugares que más amo en el mundo.<br />
Estuve tres años y medio allá, luego me volví. Yo<br />
no hacía nada, ¡bah!, en realidad estudié diseño<br />
de indumentaria, pero quería trabajar. Me vine<br />
a Buenos Aires y continué mis estudios en el<br />
INTA; ahí además trabajaba en la cooperadora.<br />
Fue cuando me agarró la fiebre de la pollerita y<br />
el taco.<br />
—Hiciste de todo.<br />
—Siempre fui versátil, incluso como puto: fui<br />
pasivo y activo. Hasta estudié radio en el ISER.<br />
(engola la voz) “Si para sentirte completa te hace<br />
falta un pedazo, vibradores, vibradores, ¡vibradores<br />
Garcilazo!” Hice algo de radio en Nacional,<br />
junto a un amigo: un programa de rock. También<br />
hice producción para Mario Portugal en radio<br />
Del Plata y para Marcelo Arce. Me quedé con<br />
ganas de participar en un proyecto radial que iba<br />
a sonar en todos los trenes, nunca se hizo. Otra<br />
cosa que hice y me gusta es el doblaje, evitá el<br />
chiste fácil, por favor.<br />
—¿Pero qué es lo que más te gustaba hacer?<br />
—Todo, bah, todo no. Ese ser que me tocó<br />
como madre removió mi autoestima. En mi terapia<br />
siempre hablo de nutrirme del desafío. Veo<br />
que cuando la cosa está resuelta, no me sirve. Yo<br />
creo que a todos nos debería pasar esto: que las<br />
cosas estén en camino de resolverse, no que queden<br />
resueltas, sino estás muerto. Entiendo que<br />
la vida sea solucionar cosas, pero también creo<br />
que hay límites sanos y límites patológicos, que<br />
son los que no te dejan vivir. En ese momento te<br />
decís: ¡por favor, quiero parar! Quiero ir a tomar<br />
mate a Mar del Plata, al lado de los lobos marinos.<br />
El otro día hice autoterapia, justo era un día<br />
que no tenía un peso en el bolsillo, consecuencia<br />
del mal cálculo de mi economía. Pensé en ir a<br />
cenar a la casa de algún amigo y estuvo a punto<br />
de salir la bestia capaz de hacer cualquier cosa,<br />
pero de repente pensé que cuando estoy desesperada<br />
creo que la solución es tener billetes en la<br />
mano, pero cuando tengo el billete en la mano,<br />
me doy cuenta de que no es la solución de nada,<br />
¿entendés?<br />
—Sí. ¿Hace mucho tiempo que te analizás?<br />
—Creo que tres años. Retomé hace muy poco.<br />
No hago diván, acordé con mi terapeuta que lo<br />
mejor era no hacerlo. Entiendo que el diván me<br />
quita el cara a cara con ella, prefiero contarle las<br />
cosas de frente.<br />
—¿Por qué retomaste?<br />
—Por la salida del libro. Estuve bastante atacada<br />
con eso: se me cayó el pelo, adelgacé mucho.<br />
Tuve tanto pánico que no me podía subir a un<br />
colectivo para hacer terapia. Recuerdo que debía<br />
hacer una interconsulta con una psiquiatra para<br />
recibir una medicación. Estaba yendo en subte<br />
cuando me agarró un ataque: me bajé en cualquier<br />
estación y nunca llegué. Hasta para enfermarme<br />
soy versátil. ¡Versátil, histérica y veloz!<br />
—¿Tenés un hermano mellizo?<br />
—Tengo cuatro hermanos varones. Uno es<br />
28-33-NATY-011109.indd 32 28/10/2009 19:15:37
mellizo, es cura franciscano conventual, está todo<br />
bárbaro, pero nos vemos poco porque vive en<br />
Uruguay. Con mi familia me llevo bien, después<br />
de todo, sino te llevás bien con un familiar, ¿qué<br />
podés hacer? Tengo problemas conmigo como<br />
para desear llevarme mal con el mundo. Tengo<br />
felicidades e infelicidades, como cualquiera. A<br />
veces somos muy complicados: alguien te invita<br />
al cine, le decís que no y empieza un problema.<br />
Es como cuando alguien te pregunta: “¿Te gusta<br />
la remera que me compré?” No. “¿Cómo que te<br />
no te gusta? ¡Sos una hija de puta!” ¿Para qué<br />
carajo me preguntás si no tengo opción de responder?<br />
En esos casos aprendí que hay que de<br />
decir que sí, si lo que buscan es que digas que sí,<br />
¿para qué decir lo contrario?<br />
—Acumulaste fama, ¿no te da fobia eso?<br />
—Si se queda así, está bien, no me molesta, lo<br />
estoy disfrutando. No lo voy a negar: me gusta<br />
que la gente lea lo que escribo; que me dejen<br />
mensajes cariñosos en el blog; que me vayan a<br />
ver cuando actúo y que me den afecto. Hace<br />
poco, en San Telmo, desde un balcón una mina<br />
me tiró una minifalda: “Naty, te la regalo porque<br />
a vos te va a quedar mejor que a mí: ¡estoy<br />
gorda!”<br />
—¿Qué pasó en el programa de Chiche<br />
Gelblung?<br />
—Me invitaron para hablar del libro. Fui a grabar<br />
y el trato que me dieron en el canal fue muy<br />
bueno: había catering y hasta me permitieron<br />
que fuera con mi maquilladora amiga. Pero en<br />
un corte el tipo empezó a bardear a otros invita-<br />
dos y ahí me preocupé. Es muy desagradable,<br />
porque llega al límite donde no hay excusas para<br />
serlo. ¿Es por el éxito? No. ¿Es por el rating?<br />
Tampoco. ¡Tenés que ser desagradable! Tiene<br />
una obsesión por el puto y por el trava. ¡Te la<br />
pasás hablando de putos! Se la pasa invitando<br />
travas al programa; lo escuchás en la radio ¡y<br />
también habla de putos! El mambo es tuyo, no<br />
del puto o del trava, porque el que está relajado<br />
no jode. En fin: está en una radio que escucha<br />
mucha gente. Ahí no llegas de casualidad, hay<br />
gente que piensa lo mismo que él, tenés un entorno<br />
que te sostiene. Pasa lo mismo con los que se<br />
quejan de Cristina, ¿quién la puso ahí? Chiche la<br />
tiene clara, de cualquier garcha hace un programa<br />
de televisión. Hace un informe de un pedo;<br />
él debe pensar “¿hay que seguir al pedo? ¡Sigamos<br />
al pedo!” No comulgo con él, de hecho no quería<br />
ir a su programa, pero me llamaron tres veces de<br />
la producción diciendo que querían hablar de mi<br />
libro. Entonces me dije: “Viejo de mierda, ya que<br />
me buscas tanto, ¿qué mierda querés? ¿Y qué<br />
pasó? Que se encontró con un puto que no era<br />
como todos los putos que él considera que debe<br />
ser un puto. Yo fui una atrevida, pero no me<br />
zarpé. En el corte se montó en cólera. Debe haber<br />
pensado, “¿cómo puede ser que un puto me esté<br />
diciendo todo esto?” 2<br />
Agradecimientos: Débora Sánchez,<br />
maquilladora; La fundamental, sombreros;<br />
Bar El tucumano; Verdulería La Boutique.<br />
Asamblea de San Telmo.<br />
“No estoy<br />
tecnológicamente<br />
actualizada. El<br />
blog lo hago desde<br />
el locutorio del<br />
barrio, no es tan<br />
difícil. O desde la<br />
casa de un amigo.<br />
Desde cualquier<br />
lado."<br />
28-33-NATY-011109.indd 33 28/10/2009 19:15:45<br />
33
¿Billetera mata<br />
Hoy hay múltiples respuestas a la pregunta Quién paga, título del libro de la periodista Leni<br />
González que publica este mes Sudamericana y que cuenta Historias de parejas y dinero en<br />
el siglo XXI. Si bien cambió el panorama y actualmente son muchos los hogares donde la<br />
mujer es proveedora, eso no significa que se hayan intercambiado totalmente los roles, como<br />
la autora descubre en este capítulo que adelantamos aquí: “¿Me comprás una cervecita?”<br />
34<br />
34-39-quienmanda-011109.indd 34 28/10/2009 22:27:05
femineidad?<br />
34-39-quienmanda-011109.indd 35 28/10/2009 22:27:09<br />
35
Proveedoras<br />
En su libro Quién<br />
paga, la periodista<br />
Leni González<br />
actualiza algunos<br />
datos e<br />
interpretaciones sobre<br />
lo que suele llamarse<br />
"jefas de hogar", y que<br />
en general son las<br />
principales<br />
proveedoras en su<br />
grupo familiar (y esto<br />
no necesariamente las<br />
convierte en "jefas").<br />
Para la consultora The<br />
Gender Group el<br />
porcentaje de mujeres<br />
sostenedoras del hogar<br />
en las ciudades creció<br />
del 25% al 34% entre<br />
1996 y 2002, mientras<br />
que en veinte años<br />
(1980-2000), en la<br />
capital y el gran<br />
Buenos Aires<br />
disminuyeron los casos<br />
en los que ella<br />
contribuye menos que<br />
el varón y aumentaron<br />
los hogares en los que<br />
ella aporta más, en<br />
especial en el<br />
segmento de edad<br />
hasta 29 años.<br />
El Equipo<br />
Latinoamericano de<br />
Justicia y Género<br />
entrevistó en 2006 a<br />
mujeres de Buenos<br />
Aires, Córdoba y<br />
Rosario y concluyó que<br />
sólo el 17%<br />
consideraba su ideal<br />
vivir sin trabajar. El<br />
98% ve el trabajo<br />
como una oportunidad<br />
de socializar, el 88%<br />
siente que le da<br />
libertad y autonomía,<br />
para el 66% representa<br />
la oportunidad de<br />
descansar de los<br />
problemas familiares y<br />
de la casa y para el<br />
58% es solo una vía<br />
para aportar a los<br />
gastos del hogar.<br />
36<br />
Por Leni GonzaLez<br />
Fotos de Luis María Herr<br />
Las películas no son como la vida aunque<br />
se le parezcan. Cuando en las comedias<br />
románticas de Hollywood, el “The End”<br />
se dibuja sobre el beso final de los enamorados,<br />
a nadie importa el hipotético futuro de los dulces<br />
tortolitos. Porque el día después siempre<br />
pertenecerá a la realidad.<br />
Es un enigma, por ejemplo, cómo habrá<br />
seguido la historia entre el tierno librero, mezcla<br />
de loser y nerd, que interpreta Hugh Grant,<br />
y la soberbia estrella de cine, encarnada por<br />
Julia Roberts, en Un lugar llamado Notting<br />
Hill (Roger Michell, 1999). Sabemos que el<br />
amor triunfó pero se escuchan apuestas para<br />
imaginar los años siguientes.<br />
Seguramente, Susana, Huber y el cenicero<br />
(ya citados en la Introducción) tengan una<br />
buena pista.<br />
Otra, distinta, sería la teoría arrimada por<br />
Dolores Barreiro y Matías Camisani: ella,<br />
supermodelo consagrada y de alto cachet,<br />
madre de tres hijos; él, a veces modelo, a veces<br />
músico, aparentemente muy enamorado, muy<br />
padrazo, muy cool. Su paridad complementaria<br />
suele ser ejemplo, en las notas periodísticas a<br />
la caza de freaks y raros peinados nuevos, de lo<br />
que se ha dado en llamar la unión entre “mujeres<br />
Alfa” y “hombres Beta”, colectivo varonil<br />
también descripto bajo el nombre de “nueva<br />
masculinidad”: se trata de hombres sensibles,<br />
que no temen mostrarse vulnerables, cocinar<br />
sushi ni cambiar pañales, despreocupados por<br />
el dinero y felices de estar a la sombra del brillo<br />
de su mujer.<br />
Hummmmm, dice Irene Meler, coordinadora<br />
del Foro de Psicoanálisis de Género. Porque<br />
las glamorosas vidas de película no abundan<br />
escaleras abajo. Si él va a ser amo de casa, papá<br />
full time, trabajador temporal o artista pour la<br />
gallerie, tendrá que llevar ese combo hasta el<br />
final. De lo contrario, es estafa. “No soy tan<br />
optimista. Esa supuesta democratización e<br />
intercambio de roles puede esconder una actitud<br />
pasiva y extractiva, una forma encubierta<br />
de explotación —quizás, totalmente inconsciente<br />
o involuntaria— por parte del varón. Esa<br />
mujer termina, en general, sobrecargada de<br />
trabajo porque se sigue ocupando de todo.<br />
Cuando de verdad las relaciones en la casa, a<br />
nivel doméstico, sean igualitarias, será creíble”,<br />
considera.<br />
Lucía no supo de relaciones igualitarias aunque,<br />
a los 44 años, no pierde las esperanzas. Es<br />
separada por partida doble, tiene un hijo por<br />
cada matrimonio, no pudo terminar la universidad<br />
y mantiene a la familia con su empleo<br />
municipal. No recibe ningún tipo de ayuda de<br />
los ex, salvo un pequeño aporte de una de las<br />
abuelas paternas. Tampoco tiene, por estos<br />
días, novio o similar. Atractiva, sin el rictus de<br />
las resentidas, se siente dueña de su vida aunque<br />
no niega desearse mejor suerte.<br />
Alos 21 años, conoció a un alemán de 24, de<br />
quien no quiere ni decir el nombre, con el que<br />
se casó y se fue a vivir a Venezuela: él trabajaba<br />
en un negocio, ella estudiaba y se ocupaba de<br />
la casa; él le daba para los gastos diarios, ella<br />
administraba como podía. Discutían.<br />
Cambiaron el plan: ella trabajaba y dejó los<br />
estudios; él empezó a estudiar y trabajaba. Para<br />
él. “Priorizaba sus gastos y eso produjo un quiebre<br />
porque yo sentí que había un abuso, casi<br />
todo recaía en mí, no cumplía con lo que habíamos<br />
arreglado. La relación se empezó a fracturar<br />
y entonces tomé una decisión: o seguía con<br />
esa situación donde no se llegaba a ningún<br />
acuerdo y me conformaba postergándola in<br />
eternum, o lo dejaba, que es lo que hice. Me fui<br />
con la plata del pasaje y nada más, en quiebra<br />
—cuenta Lucía, que larga una carcajada cuando<br />
dice la palabra “quiebra”—. Nunca más tuve<br />
contacto con él; hablé una sola vez pero no lo<br />
volví a ver ni nada.”<br />
Y Lucía volvió a Buenos Aires. Ah, con un<br />
hijo chiquito. Y volvió también el amor, antes<br />
de cumplir los treinta, con Pedro, un joven de<br />
21 años con quien inició su segunda experiencia<br />
marital. Los dos trabajaban, los dos ganaban<br />
más o menos lo mismo, los dos se repartían<br />
34-39-quienmanda-011109.indd 36 28/10/2009 22:27:20
en partes iguales el alquiler y los gastos comunes,<br />
los dos se guardaban el resto para lo individual.<br />
“Pero le duró poco —dice y vuelve a<br />
reírse—. Esto tampoco se cumplió. Dejó de trabajar<br />
y se metió con laburitos eventuales y<br />
muchos proyectos, proyectos a los que siempre<br />
les faltaba un paso para concretarse o cuando<br />
se concretaban surgía otro problema y<br />
bueno…”<br />
Y bueno, empezaron las discusiones: “No le<br />
ponía energía al asunto, siempre encontraba<br />
un obstáculo para no concretar nada; entonces,<br />
una vez puede ser; dos, también; pero cuando<br />
ya son más de cinco, decís ‘no’. Para colmo,<br />
cuando quedé embarazada, me hablaba de que<br />
a su hija no le iba a faltar nada pero la realidad<br />
era cada vez peor. Su mamá nos pasaba un<br />
mínimo aporte pero yo no lo aceptaba porque,<br />
para mí, lo importante es la persona que vive<br />
con vos, porque yo no acepto que otro me dé lo<br />
que yo puedo hacer”.<br />
La convivencia duró dos años. En el reparto<br />
de bienes, Lucía se quedó, otra vez, con su<br />
segundo diploma de la fuerte, la luchadora, la<br />
que todo lo puede. Ah, con una hija chiquita. Y<br />
algunos aprendizajes de la madurez. “El dinero<br />
no es un problema pero tiene que estar bien<br />
equilibrado, bien charlado de antemano, no<br />
para resolver sobre la marcha sino para predeterminar.<br />
No me preocupa mantener la casa<br />
con mi sueldo pero si hay un equilibrio, si están<br />
fuertes los otros pilares de la pareja. No me<br />
importa que no trabaje en el sentido remunerativo<br />
—dice para referirse a ‘plata’—, pero sí<br />
que esté activo y no todo el día tirado en la<br />
cama con el control remoto. Privilegio la admiración,<br />
me interesa la persona que está constantemente<br />
pensando en nutrirse intelectual,<br />
espiritual y éticamente. Que crezca. No desvalorizo<br />
lo económico pero, para mí, no pasa todo<br />
por el dinero.”<br />
La psicóloga Meler insiste en leer la letra<br />
chica de las novelas rosas y las retitula con el<br />
dramático “los tiempos del desencanto”: “En<br />
algunos casos, la estrategia para superar la<br />
amenaza de soledad es una especie de reciclado<br />
de la subordinación de género acotada al ámbito<br />
privado. Así como algunas jóvenes disimulan<br />
sus credenciales universitarias a la hora de<br />
seducir, al elegir pareja impostan una dependencia<br />
que no existe de modo efectivo; y aceptan<br />
varones con menores atributos fálicos de lo<br />
que sus aspiraciones demandan. He planteado<br />
que las relaciones tradicionales entre los géneros<br />
pueden modificarse con mayor facilidad en<br />
el ámbito público y que, por el contrario, es en<br />
el terreno de la intimidad amorosa, de la constitución<br />
del deseo, donde el nexo entre erotismo<br />
y dominación resulta más resistente al<br />
cambio. Esto se expresa en lo que comúnmente<br />
se denomina ‘una cierta necesidad de admiración<br />
hacia el varón’, que sustenta el deseo<br />
femenino. Pero admirar no es tarea fácil para<br />
mujeres que han obtenido considerables logros<br />
personales y que encuentran varones severamente<br />
fragilizados”.<br />
A Marcia le cuesta cada vez más mantener el<br />
fuego sagrado de la admiración hacia Santiago.<br />
La hoguera se va apagando y la poca luz que<br />
irradia apenas alcanza para iluminar una imagen<br />
empequeñecida, una promesa incumplida,<br />
una muestra gratis de lo que fue. Pero no termina<br />
de perder las esperanzas de que un mágico<br />
golpe de suerte le devuelva el alma que hace<br />
ocho años la encandiló.<br />
Santiago tiene 39 años y Marcia, 37; se<br />
conocieron hace ocho, viven juntos hace cuatro<br />
y son padres de Alexia, de 3. Ella no terminó<br />
el profesorado de Matemáticas, él se dio<br />
por hecho con la secundaria. Solteros y novios,<br />
sabían divertirse. Cada uno con su trabajo,<br />
con su departamento alquilado, con su plata<br />
para gastar en lo que les venía en gana. Lento<br />
avance de cepillos de dientes y bombachas<br />
colgadas en la ducha, ella terminó quedándose<br />
en la casa de Santiago y, juntados, continuaron<br />
su ritmo de vida con civilizadas cuotas<br />
de sexo, droga y rock’n roll, jurándose ser<br />
jóvenes eternamente.<br />
“A veces nos decíamos ‘uyyyy, habría que pensar<br />
en mañana’, pero después cuando la pasás<br />
bien, decís ‘ma sííí, el vino me lo quiero tomar<br />
“<br />
No soy tan<br />
optimista. Esa<br />
supuesta<br />
democratización e<br />
intercambio de<br />
roles puede<br />
esconder una<br />
actitud pasiva y<br />
extractiva, una<br />
forma encubierta<br />
de explotación<br />
—quizás,<br />
totalmente<br />
inconsciente o<br />
involuntaria— por<br />
parte del varón.<br />
Esa mujer<br />
termina, en<br />
general,<br />
sobrecargada de<br />
trabajo porque se<br />
sigue ocupando de<br />
todo", dice la<br />
psicóloga Irene<br />
Meler.<br />
34-39-quienmanda-011109.indd 37 28/10/2009 22:27:23<br />
37
“Mirá, yo<br />
entiendo que sea<br />
duro para un tipo<br />
que ganaba bien,<br />
de pronto, tener<br />
que ir a laburar de<br />
cualquier cosa<br />
pero en eso somos<br />
diferentes. A mí,<br />
no se me rasgarían<br />
las vestiduras por<br />
ir a laburar de<br />
remisera", se<br />
desahoga Marcia.<br />
38<br />
hoy’. Además, mientras hay para gastar no te lo<br />
planteás y si tenés cien gastás los cien y si tenés<br />
mil, mejor. El problema es cuando empieza a<br />
faltar el billete”, filosofa Marcia al recordar la<br />
época dorada en la que Santiago desparramaba<br />
su esplendidez de mecenas festivo.<br />
Sin embargo, Peter Pan suele ser esquivo con<br />
las niñas que pasaron los treinta. La alarma de<br />
la maternidad suena con un ultimátum inexorable<br />
al que hay responder pronto. Los dos estuvieron<br />
de acuerdo. Pero el juego de papá y<br />
mamá de a tres se complica demasiado: “Al<br />
poco tiempo de nacer la nena vino la malaria,<br />
todo lo contrario de ese refrán del ‘pan bajo el<br />
brazo’. Ahí empezás a caer que tenés una hija y<br />
que no tenés casa propia, que estás en el Veraz<br />
porque reventaste mal la tarjeta y que toda la<br />
gente que venía a tu casa ya no viene como antes<br />
porque tu situación cambió. El broche fue cuando<br />
se quedó sin trabajo, perdió la inversión que<br />
tenía en un negocio y, de un día para el otro, la<br />
única que laburaba era yo”.<br />
¿A dónde va a parar el decálogo de las chicas<br />
ruteras en esa situación? Hay que hacer el<br />
aguante. Hasta que, desde el otro megáfono, la<br />
mujer y madre cansada quetrabajatodoeldía<br />
empieza a gritar su discurso atragantado.<br />
“Me da bronca porque no aguanto más pero<br />
trato de ser paciente y apoyarlo y comprenderlo,<br />
porque no es una persona que no tenga proyectos,<br />
yo sé que es un tipo emprendedor pero…<br />
Mirá, yo entiendo que sea duro para un tipo que<br />
ganaba bien, de pronto, tener que ir a laburar<br />
de cualquier cosa pero en eso somos diferentes.<br />
A mí, no se me rasgarían las vestiduras por ir a<br />
laburar de remisera y, en cambio, para él es una<br />
vergüenza y ya hace como un año que está desocupado<br />
y no sabe qué hacer en la casa mientras<br />
yo estoy trabajando. Porque no es un tipo ‘de la<br />
casa’, de esos que se entretienen clavando clavos;<br />
al contrario, si clava un clavo lo más probable<br />
es que se rompa la pared y así va”, confiesa<br />
Marcia, que larga una risotada, con Alexia en<br />
brazos, a la que acaba de retirar de la guardería,<br />
a la salida de su trabajo. La nena mira feliz a la<br />
madre y también se ríe. “¿Sabés? Quizás sea yo<br />
la jodida pero, en realidad, hoy mi ideal de familia<br />
sería vivir con mi hija y vernos con Santiago<br />
como novios porque en este momento me siento<br />
invadida. Qué sé yo, la convivencia te chupa,<br />
¿no? A mí, los hombres me terminan chupando<br />
mi esencia, porque no sé manejar las distancias<br />
y termino haciéndome cargo de situaciones que<br />
no siempre son mías o que necesitaría que las<br />
resuelva otro”, denuncia. Desde la otra punta,<br />
la rutera, la que una vez admiró y espera y quiere<br />
creer, retruca con su discurso masticado:<br />
“Pero, a la vez, tampoco puedo dejarlo en banda<br />
porque cómo pagás un alquiler, ¿viste? Si a<br />
duras penas podemos cubrir los gastos entre<br />
dos… Así que no sé qué voy a hacer. Por el<br />
momento me evado”.<br />
Santiago sufría con la pérdida de estatus dionisíaco<br />
y su incapacidad de transmutarse en<br />
barrendero o en el señor hogar. <strong>Leonardo</strong>, en<br />
cambio, la tenía clara. Su identidad era inalte-<br />
34-39-quienmanda-011109.indd 38 28/10/2009 22:27:36
able: él era un artista y nada ni nadie podría<br />
“chupar su esencia”.<br />
Con Antonia se cruzaron en una fiesta a<br />
mediados de los noventa. “Soy músico”, le dijo y<br />
empezó a pasarle demos y videos caseros. “Pero<br />
yo no transo con el mercado. El éxito no me<br />
importa, lo hago para mí y mis amigos porque<br />
componer y tocar me hace feliz”, contaba. Esa<br />
noche sería la primera vez en miles de noches<br />
que diría “lo material no me interesa”. Era la<br />
sentencia a la horca pero Antonia creyó escuchar<br />
el sermón de la montaña: Bienaventurado<br />
seas, <strong>Leonardo</strong>, puro de corazón.<br />
Egresada de la carrera de Historia, ideológicamente<br />
comprometida con los desvalidos del<br />
mundo, Antonia lloraba con Lassie cuando era<br />
chica. ¿Cómo no enternecerse, entonces, con un<br />
joven músico incomprendido por la sociedad<br />
consumista?: “Caí en la trampa. Fue, no me<br />
arrepiento. Nos enamoramos, era muy cariñoso,<br />
hubo momentos felices… Pero un novio<br />
divertido no tiene por qué reconvertirse en buen<br />
marido. No me obligó a nada, me metí solita<br />
porque le creí su panfleto. Tampoco me engañó,<br />
¿eh? No es un hipócrita. Te diría que es un<br />
inmaduro afectivo, un adolescente eterno incapaz<br />
de registrar al otro y convencido de que<br />
todos, y yo más que nadie, debíamos comprender<br />
su espíritusensible”.<br />
Antonia le puso onda. <strong>Leonardo</strong> la llamaba a<br />
la tarde al trabajo. “Hola, linda, sé buenita,<br />
cuando venís a casa, ¿no pasás por el chino y me<br />
comprás una cervecita? ¡No sabés cómo está<br />
jugando Gaudio!” Al año de relación, había<br />
empezado la convivencia en el nuevo departamento<br />
que los padres de <strong>Leonardo</strong> le habían<br />
dado “en usufructo”. Para Antonia, significaba<br />
dejar de alquilar. Para <strong>Leonardo</strong>, pasar del dos<br />
al tres ambientes. “Lo que recibía de los padres,<br />
las cosas que ellos le, o nos, daban, él las ponía<br />
en la balanza como ‘su’ aporte. Era de los que<br />
piensan que la herencia los va a salvar”, cuenta<br />
Antonia.<br />
—La plata no importa de dónde venga; a<br />
algunos, se las da el patrón y a mí, mis viejos.<br />
—Vos tenés la suerte de que te paguen por lo<br />
que hacés pero yo no; a mí, nadie me paga por<br />
mi música.<br />
—En la historia de la humanidad, siempre<br />
una minoría, la de los artistas, fue sostenida por<br />
la mayoría, los que no lo son. Dinero y arte son<br />
contrapuestos.<br />
—Alas mujeres, las mantuvieron por siglos.<br />
¿Por qué no puede ser al revés? ¿No querían la<br />
igualdad?<br />
A ella no le molestaba discutir esas máximas.<br />
Eran preguntas provocativas que aguijoneaban<br />
a la polemista entrenada en la facultad y que<br />
llevaban al límite su lucha contra el capitalismo<br />
y el patriarcado.<br />
—No es lo mismo ganar un salario que recibir<br />
una beca familiar.<br />
—No tengo suerte sino una única opción<br />
como la mayoría de la gente: trabajar.<br />
—La historia de la humanidad está llena de<br />
artistas que se ganaron el pan o que pasaron<br />
hambre en serio.<br />
—Las mujeres trabajaron por siglos en sus<br />
casas. ¿Los hombres hacen lo mismo? ¿Los<br />
roles son intercambiables en serio?<br />
“Jajaja, un artista de la manipulación —ironiza<br />
Antonia, recordando aquellos debates—.<br />
Sinceramente, estoy de acuerdo en que la<br />
mina trabaje y sostenga la casa para apoyar al<br />
tipo que tiene un ideal, que escribe o hace<br />
música a contramano de la suerte… Yo creo<br />
—enfatiza, muy seria— en ese romanticismo,<br />
en ese amor que tiene que demostrarse en<br />
todas las circunstancias. Pero tiene que ser un<br />
trabajador en lo suyo, no un chanta. Y, sobre<br />
todo, tiene que ser recíproco y, cuando la<br />
mano cambia, que ella también tenga su oportunidad<br />
de relajarse. Cuando me quedé sin<br />
laburo, esperaba que hiciera algo. Bueno,<br />
ahora te toca a vos. Pero no, no pudo, no supo<br />
o no quiso.”<br />
Antonia se fue a llorar a la casita de los viejos.<br />
Nadie fue tan cruel como para clavarle el puñal<br />
“te lo dije”. Al tiempo, él volvió con la noticia de<br />
un empleo que le había conseguido un amigo<br />
del padre. Pero, a esa altura, ya le daba un poco<br />
de lástima. Y si hay lástima —le había enseñado<br />
una tía cómplice— “ya no sirve”. 2<br />
“Estoy de<br />
acuerdo en que la<br />
mina trabaje y<br />
sostenga la casa<br />
para apoyar al tipo<br />
que tiene un ideal,<br />
que escribe o hace<br />
música a<br />
contramano de la<br />
suerte. Pero tiene<br />
que ser un<br />
trabajador en lo<br />
suyo, no un<br />
chanta", se sincera<br />
Antonia.<br />
34-39-quienmanda-011109.indd 39 28/10/2009 22:27:46<br />
39
“Me cuesta más<br />
decir que sí que<br />
decir que no”<br />
Julieta Cardinali hace rato que dejó la televisión<br />
full time y se dedicó al cine. Es muy selectiva con<br />
los trabajos, dice, y no le fue mal. Entre filmaciones,<br />
comparte el tiempo con su pareja, Andrés<br />
Calamaro, y la hija de ambos, Charo, un espacio<br />
bien protegido de fisgones, aunque no blindado.<br />
40<br />
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41
“Elijo mis<br />
papeles. Ya hace<br />
tiempo que tengo<br />
esa suerte, y<br />
también un trabajo<br />
hecho. Cada uno se<br />
va forjando su<br />
destino. Es una<br />
cuestión de<br />
elecciones. Me<br />
puedo pasar un<br />
año sin trabajar si<br />
no aparece nada<br />
que me interese.”<br />
42<br />
POR NICOLÁS E. PERALTA<br />
FOTOS LEANDRO SÁNCHEZ<br />
R<br />
ing, ring. Llama. Del otro lado del<br />
teléfono, al otro lado del Atlántico,<br />
alguien con expresión suave atiende.<br />
"Esperaba tu llamado." Es que<br />
por estos días Julieta Cardinali está promocionado<br />
la película de los debutantes Marcelo<br />
Trotta y Vivián Imar en la que trabajó: Tres<br />
deseos. En este film se mete en la piel de Ana.<br />
Son noventa y cinco minutos que transcurren<br />
en Colonia del Sacramento, Uruguay, en los que<br />
se cuenta la historia de una pareja en crisis,<br />
Pablo (Antonio Birabent) y Victoria (Florencia<br />
Raggi), que cruza el charco para festejar el cumpleaños<br />
40 de ella. El pasado empieza a removerse<br />
cuando aparece Ana, una novia que Pablo<br />
abandonó hace doce años.<br />
La película ha sido seleccionada en el Festival<br />
de Roma y premiada por el Primer Festival<br />
Internacional de Kiev, cuenta Julieta mientras<br />
se intercambian las primeras palabras de cortesía<br />
por el teléfono. Se agradece la comunicación,<br />
se pregunta por el clima<br />
madrileño, se hace como<br />
que no se sabe por qué<br />
está allá, en la madre<br />
patria. “Estamos “Estamos acompañandoñando<br />
a a Andrés que está de<br />
gira”, comenta ella, ella, que que está en en<br />
pareja pareja con Andrés Calamaro Calamaro<br />
desde hace cuatro años años y<br />
medio. El “estamos” “estamos” es por<br />
Charo, la hija de tres años que<br />
está allí junto al teléfono. Se<br />
escucha su voz, aguda, portándose<br />
más o menos mal, como su<br />
edad lo permite.<br />
Por estas horas la bella<br />
Julieta, que acompaña acompaña a su<br />
rockero Romeo en gira, está en<br />
su cotidiano rol de mamá. Pero<br />
se da un tiempito, entiende que es parte de su<br />
trabajo. “Desde que recibí el guión de Tres deseos<br />
hasta que vi el primer corte, me pareció buenísima.<br />
Cuenta lo que es el amor y el desamor. Me<br />
encanta el personaje, me encantan los diálogos,<br />
me cierra por todos lados. Me da placer promocionar<br />
esta película. Da orgullo estar en esa<br />
película.”<br />
—No siempre pasa eso, ¿no?<br />
—No siempre quedás conforme del todo. Y el<br />
riesgo de estar en una opera prima es que no<br />
conocés nada anterior, no tenés una referencia<br />
de cómo filma el director. El guión me pareció<br />
excelente, y lo hice.<br />
—¿Sos selectiva con tus trabajos?<br />
—Soy de elegir mis papeles. Ya hace tiempo<br />
que tengo esa suerte. Tengo suerte pero también<br />
un trabajo recorrido. Te ven en una película y te<br />
llaman para otra. Me considero una persona<br />
trabajadora. Ahora me llaman ciertos directores.<br />
Yo no me quedé en hacer tiras o telenovelas.<br />
No era el camino que me interesaba. Pero si me<br />
hubiese gustado lo hubiera hecho. Cada uno se<br />
va forjando el destino. Es una cuestión de elec-<br />
ciones. Me cuesta mucho<br />
más decir que sí que decir<br />
que no, y me puedo pasar<br />
un año sin trabajar si no<br />
aparece nada que me interese.<br />
A lo mejor, de más<br />
adolescente me dejaba llevar<br />
más y ver qué me tocaba.<br />
Después, a medida que<br />
fui creciendo, madurando,<br />
fui entendiendo qué me<br />
gusta, qué va con mi physique<br />
du rol, con mi<br />
capacidad. No tengo la<br />
varita mágica, pero lo<br />
primero que me tiene<br />
que gustar es el guión; si<br />
me gusta la historia, hay<br />
factores a tener en cuenta:<br />
40-44-JULIETA-011109.indd 42 28/10/2009 19:10:22
quiénes, de qué manera, cuándo. Leyendo el<br />
guión de Tres deseos me di cuenta de que es el<br />
tipo de cine que yo consumo, por eso lo hice.<br />
—¿Cuál es el cine que consumís?<br />
—El estilo de cine francés, de diálogos largos,<br />
con escenas de larga duración.<br />
—¿Sos fan de todos tus trabajos anteriores?<br />
—No, ni en pedo. Siempre hay uno que te<br />
gusta más que otro. O algo que que cambiarías. La<br />
Antena (2007) es espectacular, fue una experienciariencia<br />
alucinante. Si querés, te<br />
puedo puedo decir: soy re fan de esa<br />
película. Esteban Sapir me me<br />
parece parece un genio. Dejo lo<br />
mejor de mí en todo lo que<br />
hago, siempre pienso: “Esta<br />
película puede estar buena”.<br />
Me costaría mucho decirte cuál<br />
fue mi mejor laburo. laburo. Todos te<br />
traen satisfacciones. No puedo<br />
decir: decir: acá estuve bárbara.<br />
Me gustó mucho El<br />
portaligas, , de Fito (se<br />
refiere a ¿De quién es<br />
el portaligas?, película de 2007 dirigida por el<br />
rosarino). ¿Qué te puedo decir? No me arrepiento<br />
de nada.<br />
La lista de trabajos de Cardinali en el cine, el<br />
ámbito donde parece sentirse más a gusto, es<br />
más que interesante: Una noche con Sabrina<br />
Love (2000), donde no solo acompañó a Cecilia<br />
Roth sino que fue nominada al Cóndor de Plata<br />
en el rubro Revelación Femenina; Valentín<br />
(2002), donde fue protagonista y la película fue<br />
enviada a competir por el Oscar representando<br />
al país; Un mundo menos peor (2004), de<br />
Alejandro Agresti; Un buda (2005), de Diego<br />
Rafecas. El debut fue en 1996, con Beda<br />
Docampo Feijóo y su Buenos Aires me mata.<br />
En la tele empezó, a los doce años, como<br />
paquita de Xuxa, en 1992. Después siguió el<br />
derrotero de tiras diarias, o semanales, y la<br />
exposición a gran escala. De conducir Mega<br />
Park en Telefe de 1995, pasó a Canal Trece al<br />
año siguiente para hacer Montaña Rusa 2. En<br />
ese momento empezó a estudiar actuación con<br />
Julio Chávez. Su estilo acartonado de los inicios<br />
se fue aflojando: apareció en Como pan caliente,<br />
en Socios. Volvió a Telefe con Naranja y<br />
media. En 1999, estuvo en Verano del 98, hasta<br />
el año 2000. Luego, Enamorarte<br />
y El hacker.<br />
Muchos recuerdan su capítulo de<br />
Tiempo final<br />
por lo hot, pero pocos recuerdan que en 2002<br />
estuvo en Máximo Corazón<br />
y en 2003 en<br />
Malandras, de Canal 9. En Disputas, de nuevo<br />
despertó ratones. Lo último que hizo en televisión<br />
fue, en 2006, El tiempo no para<br />
y Soy tu<br />
fan. Se dedicó al cine de lleno.<br />
Sigue la charla vía teléfono.<br />
—Tuve un camino largo. Cuando trabajaba<br />
con Xuxa tenía doce años y ahora<br />
tengo treinta y dos— nació el 21<br />
de octubre del 77—. Pasó mucho<br />
tiempo. Yo veo una nena y no lo<br />
puedo creer, era medio inconsciente.<br />
Igual, estaba bueno lo<br />
que hacía.<br />
Cuando tenía diez años fantaseaba con ser<br />
bailarina, estudiaba ballet. Hubo un concurso,<br />
hizo la audición con su madre. “Sí, vamos para<br />
darle el gusto”, dijo mamá. Después, cuando la<br />
llamaron, se preocupó.<br />
—Yo me lo tomé en serio, con mucha responsabilidad.<br />
Iba a un colegio de doble escolaridad<br />
del barrio de Belgrano, bilingüe, Cristo y toda la<br />
bola. Mi mamá me dijo que podía hacerlo con<br />
la condición de que terminara a tiempo el colegio.<br />
Fue mi gran responsabilidad. Tenía mucho<br />
por hacer.<br />
—¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser<br />
actriz?<br />
—Empecé a estudiar teatro. Creo que ahí fue,<br />
estudiando, cuando me di cuenta de que era lo<br />
que realmente me gustaba. Casi al mismo tiempo<br />
empecé a trabajar en tiras. Era adolescente.<br />
Me gustaba ir a trabajar porque sentía que era<br />
“Lo de sex<br />
symbol tiene que<br />
ver con la cabeza<br />
de los demás. Yo<br />
no me siento en<br />
ese lugar, para<br />
nada. Además,<br />
ninguno de mis<br />
últimos personajes<br />
fue sensual. No<br />
tengo ningún<br />
prejuicio, pero es<br />
cosa de los otros."<br />
40-44-JULIETA-011109.indd 43 28/10/2009 19:10:43<br />
43
“Estoy<br />
aprendiendo a ser<br />
madre. Se va<br />
dando<br />
naturalmente.<br />
Nadie sabe qué<br />
hay que hacer. Me<br />
considero una<br />
madre súper<br />
dedicada y me<br />
encanta serlo."<br />
44<br />
un entrenamiento, pero no estaba metida.<br />
Después empecé a sentir que trabajaba en serio.<br />
La tele era un entrenamiento. Me iba dejando<br />
llevar. Seguí estudiando a medida que tomaba<br />
personajes que requerían más elaboración y me<br />
fui dando cuenta de lo que necesitaba.<br />
—¿Como te dividís entre tantos roles? Madre,<br />
actriz, modelo.<br />
—Me las arreglo. Es difícil, pero ni Andrés ni<br />
yo tenemos trabajos de oficina, así que se va<br />
armando como se van presentando las cosas.<br />
Hace muchos años que trabajo de actriz. Así que<br />
le tomé el ritmo. Estamos entre Buenos aires y<br />
Madrid todo el año. Tenemos una rutina, en<br />
cada lugar Charo tiene su plaza, sus amiguitos,<br />
siempre tengo tiempo para dedicarle a ella, pero<br />
más cuando no estoy trabajando y estoy acompañando<br />
a Andrés en España. Al no estar trabajando<br />
un mes, estoy todo el tiempo con ella, lo<br />
disfruto y punto. Tratamos de cubrirnos en los<br />
tiempos: cuando uno trabaja, el otro no tanto.<br />
Charo interrumpe, como si supiera que hablan<br />
de ella, y pide que le pongan un video. Cuando<br />
vuelve Julieta, la voz que viaja por el Atlántico<br />
rumbo sur retoma el tema donde se dejó.<br />
—Estoy aprendiendo a ser madre. Se va dando<br />
naturalmente. Nadie sabe qué hay que hacer. Me<br />
considero una madre súper dedicada y me<br />
encanta serlo. Modelo no me considero, soy la<br />
imagen de la marca de ropa Clara Ibarguren<br />
hace cuatro años ya. No es que soy modelo. Me<br />
convocaron porque está de moda que una actriz<br />
haga de modelo. Primero pedí ver la ropa. Si no<br />
me gustaba la ropa, no lo iba a hacer. Me gustó<br />
la propuesta. Pegamos onda.<br />
Este año presentó una línea de ropa que ella<br />
diseñó para la marca. Quince prendas. Alguna<br />
vez dijo: “Me gusta mucho la ropa y me gusta<br />
comprar buenas marcas. De hecho, lo que más<br />
me compro cuando viajo es ropa”.<br />
Es hora del confianzudo. A la pileta.<br />
—¿Cómo llevás la imagen de sex symbol?<br />
—Eso tiene que ver con la cabeza de los<br />
demás. Yo no me hago cargo, no me siento en<br />
ese lugar, para nada. Además, ninguno de mis<br />
últimos personajes fue sensual. No tengo ningún<br />
prejuicio, pero es cosa de los otros. No encaro<br />
personajes sensuales, si me toca hacerlo lo haré<br />
perfectamente. Quizás en la película de Fito...<br />
pero tampoco tanto ¿no?<br />
Un piropo encubierto fue mala idea, el hombre<br />
C traga saliva e insiste en que quizás muchos<br />
otros lo piensan.<br />
—Si piensan eso está buenísimo, gracias por<br />
el piropo.<br />
—¿Qué planes laborales tenés?<br />
—A corto plazo, nada concreto. Me siento una<br />
privilegiada por poder elegir los trabajos que voy<br />
haciendo. Me gustaría seguir haciéndolo.<br />
—¿Y la familia?<br />
—Está todo genial y debe seguir así. Me gusta<br />
mi ritmo de vida, me gusta turnarme para cuidar<br />
a Charo y acompañando a quien yo elegí<br />
acompañar. Es así, cuando me toca acompañar<br />
acompaño, cuando a él le toca me acompaña. Es<br />
así porque nos elegimos.<br />
—¿Cómo empezó la relación, cómo está ahora<br />
con los años?<br />
—Nunca hablé de la relación. Me cuesta<br />
mucho, es terreno prohibido. Es nuestra intimidad.<br />
—¿Por qué te cuesta?<br />
—Me da vergüenza. Me da mucho pudor<br />
hablar sobre mí. No me gusta leerlo. Yo doy la<br />
nota por la película. Sino, no me interesa. Es<br />
obvio que un periodista te va preguntar y no me<br />
voy a hacer la que no hablo de nada. Sé que no<br />
va ser el tema central de la nota. ¿No?<br />
—Pero si querés por primera vez decir algo, te<br />
dejo. No problem.<br />
—(Risa ruidosa) Nunca contaría intimidades.<br />
Quién cambia los pañales o quién hace esto<br />
o aquello. Pertenecen a una intimidad que si uno<br />
abre esa puerta, hace mal. Me gusta hacer notas<br />
que hagan hincapié en mi trabajo.<br />
—¿Con qué soñás en ese plano?<br />
—Un director con el que me gustaría trabajar<br />
es Pedro Almodóvar. Sus personajes femeninos<br />
son tan maravillosos, me encantaría interpretarlos.<br />
Me gustan las películas sobre mujeres.<br />
Como las de Lucrecia Martel. También me<br />
encantaría trabajar con ella. La conozco mucho,<br />
además la admiro como persona. Con Woody<br />
Allen sería una locura, me encantaría. Estaría<br />
chocha.<br />
—Rápido, tres deseos.<br />
—Salud —para ella y sus seres queridos, aclara—,<br />
trabajar con Woody Allen y felicidad<br />
absoluta. 2<br />
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los discos de<br />
osqui guzman*<br />
“Nunca fui muy rockero”<br />
Por Nicolás E. Peralta<br />
¿Letra o música?¿Qué<br />
preferís?<br />
–Le presto más atención<br />
a lo que dicen. Los cantantes<br />
que me gustan son los que<br />
pueden expresar con su voz<br />
la manera en la que ellos ven<br />
al mundo. Su manera de ver<br />
la vida.<br />
–¿Los discos que te marcaron?<br />
–Sabina me mata. Lo empecé<br />
a escuchar cuando salió<br />
Mentiras Piadosas. Sus letras<br />
tienen un vuelo literario que<br />
me copa mucho y que lo<br />
hacen un poeta del bardo.<br />
Un bardo ciudadano, digamos.<br />
De ese disco perdí la<br />
cuenta de las veces que<br />
canté “Eclipse de mar”.<br />
Tengo un Grandes éxitos de<br />
Goyeneche que me lo llevo a<br />
todas partes. Es un infaltable.<br />
Tiene que estar siempre<br />
cerca. Soy fanático del polaco,<br />
me encanta. De adolescente,<br />
con algo más de 13<br />
años, me volvió loco Thriller<br />
de Michael Jackson Bailaba<br />
como él, iba de acá para allá.<br />
Es un discazo.<br />
–Que cóctel extraño.<br />
–Lo mío es una mezcla feroz.<br />
Soy muy ecléctico, en un día<br />
puedo escuchar todo. Soy<br />
muy tanguero, pero Sabina<br />
no me puede faltar. Ahora<br />
estoy loco con Calle 13. Los<br />
de atrás vienen conmigo<br />
tiene canciones bárbaras.<br />
Las letras están cargadas de<br />
erotismo. Son letras dionisíacas,<br />
las escuchás y te dan<br />
ganas de pasarla bien, de<br />
estar al sol, relajarte, bailar, y<br />
al mismo tiempo te cuenta<br />
historias. El tema “Un beso<br />
de desayuno” es maravilloso.<br />
Escucho mucha música<br />
45<br />
española, flamenco, Niña<br />
Pastori, El Cigala.<br />
En una época tenía mucho<br />
de Atahualpa Yupanqui y de<br />
Alfredo Zitarrosa: Guitarra<br />
negra me lo escuchaba ida y<br />
vuelta. Después, para bailar<br />
folclore, de todo: Peteco,<br />
Soledad, Los Chalchaleros.<br />
–¿Algo que no te guste?<br />
–Me gusta todo. Escucho de<br />
todo, mejor dicho. Pero hay<br />
cosas que no me vuelven<br />
loco. Nunca fui muy rockero.<br />
Como no sé ingles, cuando<br />
mis amigos escuchaban<br />
Metallica o Los Beatles para<br />
mí era lo mismo. Ojo, si suenan<br />
los Rolling en una fiesta,<br />
me emociono, me dejo arrastrar<br />
y soy un rollinga más.<br />
Luis Cardei. “Voy a<br />
hacer de él en una<br />
película. Un<br />
grande. En la<br />
manera de contar<br />
el tango,<br />
insuperable.”<br />
Joaquín Sabina.<br />
“Es un maestro.<br />
Me mata cuando<br />
escribe. Un poeta<br />
genial.”<br />
Calle 13. “Estoy<br />
loco con ellos. Me<br />
ponen contento,<br />
me hacen bailar.<br />
Me copan sus<br />
letras.”<br />
Pero no tengo idea de qué<br />
es.De lo nacional, para mí el<br />
más grande es Charly. Con<br />
Spinetta no me enganché<br />
nunca. Algunas canciones<br />
me gustan, pero de casualidad<br />
y porque dije: mirá qué<br />
linda canción, ¿de quién es?<br />
¿Del flaco? qué raro. No sé<br />
por qué, pero hay algo que<br />
no me atrapa. Con Edit Piaf<br />
no entiendo lo que dice y me<br />
pongo mal. No la puedo<br />
resistir porque quiero saber<br />
qué dice. Me gusta el clima<br />
que genera, eso sí. Me imagino<br />
lo que debe estar diciendo.<br />
Quizás nada que ver.<br />
–¿El disco que más escuchaste<br />
en los últimos tiempos?<br />
–¿Qué te pasa Buenos Aires?<br />
de Luis Cardei. Un grande.<br />
Tiene una manera muy distinta<br />
de contar el tango. Son<br />
monólogos teatrales. Tiene<br />
una manera simple y sencilla<br />
de ver la vida. Le da algo<br />
distinto al ribete literario de<br />
las letras sabineras. Me abrió<br />
un mundo. Las cosas que<br />
escuché del chabón son<br />
increíbles: interpreta los tangos<br />
de antes del cuarenta.<br />
Fue el último cantor de tangos<br />
con estilo antiguo. “Los<br />
coso de al lao” cantado por<br />
él es hermoso. Cuando arranca:<br />
“De pronto, se escuchan<br />
rumores de orquesta”…<br />
sublime. Yo me crié en La<br />
Boca, su voz me lleva allá.<br />
Me hace acordar también a<br />
un tiempo en que iba todas<br />
las noches a las milongas. Es<br />
un ambiente tan rico cuando<br />
conoces y jugás a los códigos<br />
que hay que jugar... pero<br />
un día te asfixian y decís<br />
hasta acá llegó mi amor. 2<br />
45-LIBRO-011109.indd 45 28/10/2009 21:41:55<br />
Eduardo carrEra<br />
*Actor
tras cartón<br />
P<br />
or supuesto que ni<br />
en mis remotos<br />
sueños imaginé<br />
siquiera posar un dedito<br />
en Harvard, la que dicen<br />
es “la universidad más<br />
influyente del mundo”. Y<br />
hasta esa ciudad de<br />
encanto, hacia ese<br />
campus universitario<br />
gigantesco, como en las<br />
películas, me dirigí a dar<br />
una charlita de edición<br />
artesanal y a conocer a<br />
Doris Sommer, una mujer<br />
encantadora.<br />
Les quiero contar que<br />
antes de irme para<br />
Harvard estaba en<br />
Tijuana. Feliz, rodeado de<br />
poetas, cineastas,<br />
activistas sociales,<br />
coyotes (que son tipos<br />
que transportan o cruzan<br />
gente hacia Estados<br />
Unidos caminando por el<br />
desierto) y algún que otro<br />
narco bueno y querido,<br />
“orgullo” de Tijuana.<br />
En Tijuana, abunda la<br />
miseria, hay 34 robos por<br />
día y salir a la calle es un<br />
desafío a morir atracado<br />
en cualquier momento.<br />
Los vendedores en la<br />
calle me hablaban en<br />
inglés y yo los puteaba:<br />
“Boludos, no hablo<br />
inglés”. Me daba bronca<br />
que, de pronto, me<br />
confundieran con un<br />
gringo. Apenas llegué a<br />
Tijuana lo primero que<br />
hice fue tomar agua de la<br />
canilla, del pico o del<br />
grifo, como le dicen ellos.<br />
“¡Cucu, has tomado agua<br />
del grifo! ¡Eres un menso<br />
de película. Si tomas<br />
agua del grifo te mueres:<br />
el agua es súper tóxica”.<br />
En fin, pasé de la<br />
miseria más calamitosa a<br />
la abundancia sin límites<br />
y comprendí lo imbécil e<br />
46<br />
innecesario que es este<br />
mundo de mierda.<br />
Ustedes no pueden ni<br />
imaginarse la riqueza que<br />
hay en Harvard, nadie<br />
puede imaginársela hasta<br />
que va ahí y observa<br />
todo. Harvard está en<br />
Cambridge, una especie<br />
de barrio riquísimo que<br />
está en Boston, una<br />
ciudad más rica aun. No<br />
me pidan datos<br />
geográficos o históricos<br />
porque no los sé. No sé<br />
nada, apenas lo que vi:<br />
demasiado lujo. Estuve<br />
solo un día y medio.<br />
Me encontré con<br />
estudiantes que un día<br />
serán ilustres<br />
profesionales de algo. Me<br />
encontré con<br />
investigadores influyentes<br />
que se pasan la vida<br />
viajando por el mundo;<br />
profesores importantes<br />
que estudian la cultura<br />
hispanoamericana como<br />
si fuera una jungla de<br />
monos. Me encontré con<br />
sabios, me encontré con<br />
una secretaria<br />
colombiana de lo más<br />
bella, humilde y pequeña,<br />
tal vez dulce y eléctrica<br />
también, quién sabe.<br />
En uno de los pasillos<br />
de la universidad me<br />
encontré con tres o<br />
cuatro fotos de Ernesto<br />
Guevara, inéditas, únicas,<br />
colgadas ahí. Guevara<br />
estaba gordo, con un<br />
machete en la mano y su<br />
inseparable puro cubano.<br />
Sudándola, como<br />
Harvard<br />
Washington CuCurto<br />
siempre. Ningún<br />
estudioso lo dice ni lo<br />
dirá nunca, así que lo<br />
tengo que decir yo: “El<br />
gran legado del Che es el<br />
laburo”.<br />
En las fotos, el Che<br />
estaba gordo. Tenía una<br />
panza como yo, les juro.<br />
Su foto ahí, en el centro<br />
del horrendo poder<br />
capitalista, me afectó.<br />
Exhibido ahí, como un<br />
trofeo, me dieron ganas<br />
de arrancarlo de la<br />
pared.<br />
A veces pienso si es<br />
necesaria tanta riqueza<br />
para estudiar, si el lujo no<br />
debería ser contradictorio<br />
a la pasión del<br />
conocimiento, del estar<br />
bien, del desarrollo de la<br />
sensibilidad para un<br />
bienestar grupal. Me<br />
pregunto si los<br />
estudiantes no deberían<br />
ser austeros, curiosos y<br />
sencillos. Pero sobre todo<br />
austeros.<br />
Los norteamericanos<br />
tienen una peculiar<br />
manera de entender la<br />
educación. Arrancan<br />
cobrándola y la<br />
relacionan directamente<br />
con el éxito, la escala<br />
social y el materialismo.<br />
Es decir, la educación<br />
entendida como un<br />
“autoservice”, la<br />
educación banquera,<br />
sostenida en el<br />
despilfarro del dinero;<br />
nunca una educación de<br />
excelencia, sino todo lo<br />
contrario.<br />
Los yanquis son los<br />
inventores del estudiar<br />
para llenarse de dinero.<br />
Estudiar para generar<br />
pilones de dólares, para<br />
ascender socialmente;<br />
para salvarse a cualquier<br />
costa. Otra cosa que no<br />
debería pensar un<br />
estudiante es en salvarse.<br />
Las peores cosas pasan<br />
porque un par de pillos<br />
solo quieren salvarse.<br />
“Cucu, acá se cocina el<br />
futuro del mundo; de acá<br />
y solo de acá salen los<br />
grandes líderes de los<br />
Estados Unidos de<br />
América. De acá salió<br />
Obama y Rubén Blades,<br />
por ejemplo”, me dijo un<br />
argentino orgulloso, como<br />
si Harvard fuera la UBA.<br />
No voy a cometer la<br />
estupidez de comparar la<br />
UBA con Harvard. Son<br />
dos mundos distintos,<br />
pero no puedo dejar de<br />
apreciar que la UBA es<br />
más real, no vive en una<br />
burbuja, ni alimenta<br />
vagos beneficiados por el<br />
sistema capitalista. Mal<br />
que bien, la UBA es parte<br />
de la sociedad, sufre los<br />
mismos dramas y<br />
saqueos que cualquier<br />
familia argentina.<br />
En cambio, Harvard es<br />
intocable, aunque se<br />
caiga el mundo ella<br />
seguirá escupiendo las<br />
mejores mentes. Los<br />
mismos estudiantes que,<br />
en el futuro, mantendrán<br />
este mismo sistema<br />
asesino. Con solo decirles<br />
que el presupuesto de<br />
Harvard supera<br />
ampliamente al dinero<br />
que pueda generar la<br />
Argentina entera.<br />
Pero como soy un<br />
convencido de que los<br />
lugares son, en el fondo,<br />
las personas que uno<br />
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conoce, solo puedo<br />
hablar bien de Harvard, a<br />
pesar de mis reparos<br />
morales.<br />
José Falconi y Doris<br />
Sommer son personas<br />
sensibles e inteligentes<br />
que comprenden mejor<br />
que cualquier otro<br />
académico<br />
norteamericano lo que<br />
nos sucede. Solo estuve<br />
un día y medio en<br />
Harvard, pero mis<br />
mejores recuerdos están<br />
ligados a ellos. “¡Ah, de<br />
Boston, fue el poeta<br />
Roberto Lowell!” “¡Y<br />
Sylvia Plath!”, pensé<br />
mientras Falconi me<br />
llevaba en coche hacia el<br />
departamento donde<br />
pasaría la noche. Ya<br />
estaba contento.<br />
Por supuesto que en<br />
Harvard no podía dejar<br />
de aparecerme de nuevo<br />
mi querido Jorge Luis<br />
Borges, ahí estuvo seis<br />
meses. Dio cátedra con<br />
todos sus conocimientos.<br />
Y un profesor miope,<br />
amante de los boleros de<br />
Compay Segundo, gordo<br />
y portorriqueño, me contó<br />
que fue el encargado de<br />
haberlo “llevado a<br />
Boston”. “Así, como a<br />
vos, Cucu, te trajo Doris,<br />
yo traje a Borges.<br />
Pequeña diferencia, ¿no?<br />
¡Ja, ja, ja!”<br />
Este señor me habló<br />
muy mal del invierno de<br />
Boston y me dijo que en<br />
enero iba a darse una<br />
vuelta por Buenos Aires.<br />
“Los porteños somos<br />
como peces en el aire”,<br />
decía Macedonio<br />
Fernández y eso mismo<br />
le dije. “Es mucha la<br />
humedad que hay en<br />
Buenos Aires”, le advertí.<br />
Pero el profesor<br />
portorriqueño me<br />
respondió con sorna:<br />
“Todo es mejor a los<br />
inviernos de mierda de<br />
Boston”.<br />
Por último, jamás<br />
imaginé que la<br />
cooperativa Eloísa<br />
Cartonera fuera tan<br />
estudiada en las<br />
universidades yanquis.<br />
Jamás podríamos haber<br />
imaginado siquiera con<br />
Javier Barilaro y<br />
Fernanda Laguna,<br />
cuando comenzamos<br />
este proyecto, que la<br />
fiebre de los libritos de<br />
cartón se expandiera por<br />
los lugares más alejados<br />
del mundo.<br />
Dudo que un día el<br />
proyecto deje de verse<br />
como un proyecto<br />
artístico o literario (un<br />
tanto snob para muchos)<br />
para comenzar a verse<br />
como lo que realmente<br />
es: una cooperativa de<br />
trabajo. Sé que, con el<br />
transcurso de los años,<br />
afianzaremos esta idea.<br />
Además, somos nosotros,<br />
los trabajadores, los que<br />
mejor definiremos nuestro<br />
trabajo y nuestro futuro.<br />
En cuanto a nuestros<br />
libros, no sé cómo los<br />
consiguieron en realidad,<br />
pero en la biblioteca de<br />
Harvard estaban todos<br />
los libros de nuestra<br />
colección. ¡Hasta había<br />
algunos que ya ni<br />
nosotros teníamos! ¡Me<br />
impactó ver un librito<br />
cartonero fotocopiado! ¡Si<br />
la fotocopia es más cara<br />
que el libro mismo! 2<br />
46-47-cucurto011109.indd 47 28/10/2009 19:59:07<br />
47
Por CiCCo<br />
Podrá suponer que el fuerte de<br />
Paul Oldfield es la trompeta.<br />
O la guitarra eléctrica. O el<br />
trombón, la tuba, el bongó,<br />
la cimbaleta, el violoncello, el acordeón,<br />
la cítara. Pero no es nada de eso.<br />
La especialidad de Oldfield, un hombre<br />
reconocido mundialmente como Mr.<br />
Methane y que gira con sus shows por<br />
todo el planeta, es el solo de culo, un<br />
instrumento en el cual ha logrado desempeñarse<br />
con maestría desde que<br />
descubrió su habilidad para tocarlo a<br />
los quince años, mientras Paul buscaba<br />
sin suerte ponerse en posición de loto.<br />
Inclinado, torcido y con sus nalgas listas<br />
como violín templado, el joven<br />
Oldfield comprendió que no solo podía<br />
expulsar cuanto aire quisiera del recto,<br />
además, lo podía expulsar, para decirlo<br />
en sus justos términos, musicalmente.<br />
"Me di cuenta de que tenía la habilidad<br />
para respirar de adelante y de atrás",<br />
dice Methane, orgulloso. "Al día<br />
siguiente, durante el almuerzo, di una<br />
performance a un grupo de amigos en<br />
las canchas de squash de la escuela, en<br />
Cheshire, Inglaterra. Fueron 20 gases<br />
explosivos en menos de un minuto".<br />
Dura la carrera para un flatulista.<br />
Paul debió pasar desde los 17 años<br />
trabajando en los ferrocarriles de<br />
Inglaterra hasta que su arte fue reconocido.<br />
Comenzó empleado en la estación<br />
de Macclesfield. Luego, lo promovieron<br />
a conductor de tren.<br />
"Durante buena parte del tiempo –se<br />
acuerda Methane–, el pajarito cantor<br />
estuvo mudo".<br />
Allá lejos y hace tiempo, Paul tenía<br />
48<br />
Música pedorra<br />
El instrumento del inglés Paul Oldfield es el traste: una rareza fisiológica le permite,<br />
efectivamente, hacer 'música' con sus gases. Eminem lo imita, Sinead O'Connor regala<br />
sus discos y a él le gustaría 'tocar' con la Bersuit.<br />
un antecedente en Francia en el siglo<br />
XIX, alguien que también buscó un<br />
lugar en el mundo gracias a su música<br />
de nalgas: Joseph Pujol, el Petoman, el<br />
maníaco de los gases, quien tenía entre<br />
sus admiradores a Sigmund Freud y al<br />
Príncipe de Gales. Pujol descubrió su<br />
arte mientras nadaba en un lugar cerca<br />
de Marsella, cuando el agua helada<br />
empezó a entrarle se imagina por<br />
dónde. El número fuerte de Petoman<br />
era una imitación del terremoto de San<br />
Francisco en 1906. Más tarde, Pujol<br />
sería homenajeado en una película por<br />
Mel Brooks. Y hasta Johnny Depp<br />
declara cada tanto que se muere por<br />
interpretarlo en un film.<br />
Pero volviendo al futuro Methane, su<br />
conversión sucedió de un día para otro.<br />
Una tarde, mientras aguardaba con sus<br />
compañeros a que los técnicos repararan<br />
una locomotora averiada, tímidamente<br />
lo hizo cantar. Fue una sensación.<br />
A partir de entonces, los conductores<br />
se arremolinaban en torno a la<br />
parte trasera de Paul, para que diera un<br />
pequeño concierto, aunque básicamente<br />
entonces eran improvisaciones aisladas,<br />
sin repertorio ni escalas musicales.<br />
Aquellos primeros despliegues sonoros<br />
a borbotones eran tibios ensayos de lo<br />
que vendría después.<br />
La compañía lo transfirió a Buxton.<br />
Allí conoció a un conductor llamado<br />
“Tengo novia, sí, y a<br />
ella le gusta el hecho de que<br />
mis shows sean un desafío<br />
para la gente conservadora.<br />
Siempre me lo dice.”<br />
Paul Genders, que, en sus ratos libres<br />
fuera del tren, tenía una banda de soul<br />
y blues llamada Los Screaming Beavers.<br />
El líder del grupo era dueño de una<br />
pizzería. Y como podrá suponer, Los<br />
Screaming Beavers tocaban allí todos<br />
los fines de semana. Genders escuchó<br />
la corneta de Paul y le propuso tocar un<br />
domingo como invitado en la pizzería.<br />
Una pizzería, el rey de los pedos. Raro.<br />
"Recuerdo que tenía miedo de ofender<br />
a alguna esposa", evoca Methane. Pero<br />
a la gente lo cautivó. Y pasó de ser invitado<br />
a número central de la pizzería.<br />
Luego, la fama saltó del pantalón y la<br />
pizzería a nivel nacional. Paul se bautizó<br />
Mr. Methane y empezó a dar conciertos<br />
en todo el mundo. Vistió capa y<br />
antifaces verdes, una mezcla de Robin<br />
y el Acertijo pero con otra clase de<br />
superpoderes. Grabó discos; uno con<br />
canciones navideñas.<br />
De pronto, empezaron a llegarle<br />
correos de admiración por todo el<br />
mundo. Sinead O'Connor le dijo que<br />
era su fan y que en cada Navidad regalaba<br />
sus discos a los amigos. También<br />
le llegaron elogios de músicos prestigiosos<br />
como los Echo & The Bunnymen,<br />
Sam Brown y los Kaiser Chiefs. En una<br />
entrevista con C, Methane se entusiasma<br />
desde su casa: "Hay muchos más<br />
músicos seguramente que me admiran<br />
y no me lo han dicho aun. Una vez, vi<br />
en un video a Eminem disfrazado un<br />
poco como yo, que se tiraba un gas en<br />
un auto. Sé que tengo muchos fans en<br />
Detroit, su ciudad".<br />
Tiempo atrás, el Canal 5 en Inglaterra<br />
convocó a un médico del Hospital de<br />
Withington que explicó cómo Methane<br />
lograba el milagro de levantar el dia-<br />
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48-50-PEDORRO-011109.indd 49 28/10/2009 22:53:21<br />
49
fragma y aspirar aire desde el colon.<br />
Así, su arte tuvo explicación científica.<br />
Hoy en día, Paul y su trompeta giran<br />
allá donde lo convocan. En Australia,<br />
donde su traste es más célebre que su<br />
cara, da 28 conciertos al mes. "Yo,<br />
igual, prefiero un show o dos por semana",<br />
dice el flatulista, medido en sus<br />
virtudes y se pone filosófico: "El entretenimiento<br />
no consiste en todo o nada.<br />
Hay que saber equilibrarse".<br />
Paul es una celebridad de culto.<br />
Hasta Sacha Baron Cohen, el creador<br />
de Borat y Bruno, dijo que el suyo era el<br />
show más bizarro que había visto.<br />
Methane tiene dvd propio de su gira<br />
"Let's rip", con sus conciertos, sus despliegues<br />
de viento –apagado de velas,<br />
lanzamiento de objetos– y repeticiones<br />
rectales en cámara lenta.<br />
En su sitio, solo para fans, reproduce<br />
imágenes de su grabación del "Danubio<br />
Azul", una de sus piezas mejor logradas<br />
tomada del álbum Methane.com –un<br />
disco anunciado como "32 minutos de<br />
total locura anal"–. Allí, rodeado de<br />
teclados y con la partitura a la vista,<br />
enarbola su instrumento sentado de<br />
espaldas, con las piernas cruzadas encima<br />
de la cabeza, y ejecuta un maravilloso<br />
acompañamiento de trompeta<br />
que le hubiera volado la peluca a<br />
Johann Strauss. Cuando culmina,<br />
Methane respira hondo. Está exhausto.<br />
Se advierte que tener un don natural<br />
como ese, es sacrificado. Ser un flatulista<br />
no es para cualquiera. Sin embargo,<br />
este año Paul se presentó en<br />
Britain's Got Talent, un programa de<br />
50<br />
casting de nuevos talentos. Pero no<br />
arañó ni el tercer puesto. En fin, un<br />
talento incomprendido.<br />
Desde su casa en Inglaterra, Methane<br />
habla del jazz, de su dieta y de su admiración<br />
por la Bersuit.<br />
–Señor Methane, lo primero que quisiéramos<br />
saber, es ¿cuántos gases expulsa<br />
al día?<br />
–No estoy seguro. Trato de mantenerme<br />
entrenado en materia de gases.<br />
Y tengo un régimen especial para mantener<br />
mi estamina y mi flexibilidad<br />
para las actuaciones. Hago yoga, baile,<br />
ciclismo y alpinismo.<br />
–¿Sus gases huelen igual que los de<br />
todo el mundo?<br />
–Normalmente, no tienen olor. Pero<br />
a veces, apestan mal. Es raro que ocurra.<br />
–¿Cuál es su dieta? ¿Algún ingre-<br />
diente secreto que pueda revelarnos?<br />
–Nada raro. Como todas cosas naturales.<br />
Mucha fruta y verdura. Una costumbre<br />
inglesa. Algo que llamamos “un<br />
poco de carne y dos verduras”.<br />
–¿Hay canciones que no pueda tocar<br />
o notas que sean muy difíciles para<br />
interpretarlas con el culo?<br />
–Las canciones rápidas y las notas<br />
largas son las que más me cuestan.<br />
También las notas altas son difíciles de<br />
mantener. Pero, en ciertas ocasiones he<br />
llegado a notas muy agudas. La gente<br />
lo escuchaba y no lo podía creer.<br />
–¿Ensaya?<br />
–Claro.<br />
–¿Cuántas horas al día?<br />
–No solo practico, también debo<br />
mantenerme en forma. Así que me<br />
ejercito y elongo todos los días. Te diré<br />
que dispongo de varias horas al día<br />
para perfeccionar mi arte.<br />
–Los cantantes suelen cuidar sus<br />
voces para evitar un resfrío. ¿Alguna<br />
vez usted estuvo tan enfermo que le era<br />
imposible tocar con el culo?<br />
–Uf, tuve ocasiones en las que casi no<br />
podía salir a escena. Sin embargo, normalmente<br />
siempre rendí bien en mis<br />
shows. Naturalmente, hay buenas<br />
noches y malas noches. Yo me doy<br />
cuenta cuándo mis gases no están todo<br />
lo bien que quisiera, aun cuando la<br />
audiencia no lo advierta.<br />
–¿Visitó alguna vez al médico para<br />
que lo diagnostique sobre su condición?<br />
–Sí, fui a varios médicos.<br />
–¿Y qué le dicen?<br />
–Se ríen.<br />
–¿Tiene novia?<br />
–Sí.<br />
–¿Y qué dice ella de su música?<br />
–Le gusta el hecho de que mis shows<br />
sean un desafío para la gente conservadora.<br />
Siempre me lo dice.<br />
–¿Qué artistas lo inspiran a tocar?<br />
–Me copa la música de Motown de<br />
los años `60 y también el sonido de<br />
Filadelfia. Me encanta la música disco<br />
en los `80, justo antes de que el pop<br />
electrónico remplazara a los músicos y<br />
a sus instrumentos. Mucho de ese material<br />
fue hecho por músicos de jazz y<br />
R&B que tenían que tocar todo en una<br />
sola toma. Es un logro mucho mayor<br />
que hoy en día, donde todo se programa<br />
y se puede editar para remover las<br />
imperfecciones.<br />
–Jimmy Hendrix solía prender fuego<br />
su guitarra en sus shows. ¿Se imagina<br />
qué tendría que incendiar usted?<br />
–Me imagino. ¡Probablemente uno<br />
de mis pantaloncitos violetas!<br />
–Díganos, ¿con qué músicos le gustaría<br />
tocar de invitado?<br />
–En la Argentina, me gustaría pedorrear<br />
un tango.Y me encantaría tocar<br />
con Tanghetto, que hacen tango electrónico.<br />
También escuché cosas muy<br />
buenas de Bersuit y Divididos. Me<br />
encantaría tocar en una banda como<br />
esas. Y fuera de la Argentina, creo que<br />
elegiría tocar con Ringo Starr.<br />
–¿Tiene alguna diferencia su arte en<br />
relación al de Josep Pujol, el Petoman, el<br />
precursor de la música de nalgas?<br />
–Mirá, supongo que los suyos olerían<br />
en francés, los míos no. <br />
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platos<br />
Fulgor español<br />
Alejado de la cocina ibérica actual, un lugar donde<br />
comer el menú gallego porteño en un ámbito señorial.<br />
Por Silvina Pini<br />
la avenida de Mayo y<br />
sus alrededores han<br />
sido tradicionalmente<br />
un enclave de los inmigrantes<br />
españoles que han<br />
abierto allí hoteles, bares y<br />
restaurantes y que hoy<br />
forma parte de los circuitos<br />
turísticos. A una cuadra de<br />
la avenida está el Club<br />
Español, un espléndido edificio<br />
de 1911 declarado<br />
monumento histórico. Con<br />
entrada independiente funciona<br />
el restaurante donde<br />
antiguamente estaban los<br />
billares: un salón de estilo<br />
imperial refulgente de bronces,<br />
dorados a la hoja, mármoles,<br />
arañas de alabastro,<br />
molduras y boisserie. Pero<br />
como el progreso es inevitable,<br />
hace una década una<br />
profunda refacción hizo<br />
lugar a instalaciones nuevas,<br />
equipos de aire acondicionado<br />
y ampliación de la<br />
cocina. De esa época es<br />
también la alfombra y la restauración<br />
de los cuadros.<br />
A primera vista impacta y<br />
evoca esa Buenos Aires de<br />
décadas pasadas, y un<br />
poco ocurre eso también<br />
con su gastronomía. Por<br />
aquí pasaron grandes personalidades<br />
de España,<br />
52<br />
desde los mismísimos reyes<br />
Sofía y Juan Carlos hasta el<br />
ex presidente José María<br />
Aznar y el alcalde de<br />
Bayona, donde nació el<br />
actual gerente, Manuel<br />
Fernández.<br />
A tono con el estilo, las<br />
mesas guardan buena distancia<br />
y cuentan con doble<br />
mantelería, buenos cubiertos<br />
y vajilla y copas acordes.<br />
Apenas uno se sienta llega a<br />
la mesa una copita de jerez<br />
y unas tostadas con jamón<br />
crudo, del bueno, y pickles.<br />
La carta recorre los clásicos<br />
españoles porteños, una<br />
versión instalada y tal vez<br />
antigua de la cocina española<br />
que está muy lejos de<br />
la vanguardia culinaria del<br />
Palacio español<br />
Público: al mediodía, mayoría de<br />
hombres mayores de 40, algunos<br />
solitarios y otros en grupo (anoten<br />
chicas); a la noche, parejas y<br />
grupos familiares.<br />
Salones: hay cuatro, con<br />
capacidad para 80 o 300<br />
personas, que se alquilan para<br />
todo uso.<br />
Club: si se equivoca de puerta,<br />
entre nomás y verá fotos y<br />
actividades que prepara la<br />
comunidad española.<br />
Mediodía express: las<br />
sugerencias para el mediodía son<br />
platos que llegan más rápido al<br />
salón.<br />
Porciones: abundantes y dan<br />
para compartir.<br />
Estado de ánimo al pagar: los dos<br />
dígitos quedaron lejos… la<br />
próxima comparta platos<br />
DiEgo LEvy<br />
catalán Ferrán Adriá o el<br />
vasco Juan Mari Arzak.<br />
Extensa, ofrece embutidos,<br />
quesos y fiambre, entre ellos<br />
jamón serrano ($40) y queso<br />
manchego ($39), sopas y<br />
consomés, entradas como<br />
los pimientos de piquillo con<br />
abadejo y gambas ($49),<br />
tortillas y omelletes, huevos<br />
fritos con chorizo fresco<br />
($18) y ensaladas especiales,<br />
sólo para empezar.<br />
Los platos principales se<br />
anotan con las cazuelas de<br />
pollo, conejo, pescado o<br />
mariscos ($84 para dos), las<br />
pastas y arroces, los platos<br />
de cerdo, aves y conejo y<br />
los de pescados y mariscos,<br />
que es con lo que se asocia<br />
la cocina española aquí. No<br />
faltan el pulpo a la gallega<br />
($125), los chipirones en su<br />
tinta con timbal de arroz<br />
($47) y un buen surtido de<br />
pescados como atún, brótola,<br />
merluza común y negra,<br />
chernia, lenguado, salmón y<br />
trucha que pueden salir en<br />
platos fuera de carta como<br />
el abadejo al champagne<br />
con hongos, camarones,<br />
falso caviar y salsa demiglas<br />
acompañado de flan de verduras<br />
y calabaza ($45), un<br />
ejemplo de la cocina recargada<br />
de años pasados,<br />
pero coherente con el salón<br />
y que a tanta gente le sigue<br />
gustando.<br />
Los postres recorren los<br />
clásicos, como la rica crema<br />
catalana, la versión española<br />
de la crème brûlée. La<br />
carta de vinos incluye varios<br />
españoles (desde $130),<br />
clásicos argentinos y buen<br />
52-53-PLATOS-011109.indd 52 28/10/2009 20:45:03
surtido de espumantes.<br />
Después del café, convidan<br />
con una copita de licor<br />
Patxarán de endrinas y anís,<br />
típico de Navarra. Los mozos,<br />
como Ángel, mantienen<br />
vigente un estilo de servicio<br />
como el de antes.<br />
Si quiere conectarse con<br />
esa Buenos Aires tradicional<br />
y comer el menú "gallegoporteño",<br />
el Palacio Español<br />
es el lugar; y después camine<br />
hasta Plaza de Mayo y dele<br />
de comer a las palomas.<br />
Datos<br />
B. de Yrigoyen 180, San Cristóbal.<br />
Tel. 4334-4876. www.palacioespanol.<br />
com.ar Abierto todos los días<br />
mediodía y noche. Valet parking, dos<br />
horas de estacionamiento sin cargo.<br />
Precio promedio por persona $100<br />
principal, postre y copa de vino.<br />
imperdibles<br />
Tortas y dulzores<br />
Afortunadamente para los golosos, las pastelerías de alta calidad se<br />
multiplican. Melanie patisserie es una fiesta de veinticinco variedades de<br />
tortas, entre ellas algunas light para aliviar la culpa. La más vendida es la<br />
cheescake con coulis de frutos rojos, pero hay otras para tentarse como<br />
la lemmon cher ($35 la chica, $50 grande) o la split, con banana y dulce de leche ($35/$50), Edén europeo, que<br />
es de manzana ($45 / $60) o la Gilli, un brownie húmedo con frutillas naturales y crema. Los dueños son<br />
Melanie Sananes, la patissier, y Darío Vulpes, a cargo de todo lo demás. Reciben pedidos por teléfono y entregan<br />
a domicilio en un amplio radio.<br />
Gurruchaga 2465, Palermo. Tel 4833-5383 www.melanieweb.com.ar<br />
Neo-bodegón para la abuela<br />
El próximo domingo 8 se celebra el día de la abuela y un clásico bodegón<br />
de Avellaneda, El viejo cañón, agasajará a las señoras con esos platos de<br />
toda la vida que supieron preparar para sus hijos y nietos: buñueliltos de<br />
espinaca, tortilla de papa, berenjenas a la milanesa, niños envueltos con<br />
puré, zapallitos rellenos, pastel de papas, arroz con leche y budín de pan,<br />
son parte del menú especial de tres pasos. El viejo cañón está en una<br />
esquina tradicional de Avellaneda y es famoso por sus picadas. Desde<br />
2003 está en manos de José Beraldi, vecino y restauranteur, que supo dirigir El ciervo, Zum Edelweiss, Locos x<br />
el fútbol y Félix clásico.<br />
Del 8 al 14 de noviembre, menú de tres pasos, $45<br />
Hipólito Yrigoyen (ex Pavón) 996, esquina Rivadavia, Avellaneda. Tel. 4228-8009.<br />
al mostrador<br />
Ricardo Salomón, 20 años, cuatro en vía varese<br />
–¿Cuánto gustos tiene la heladería?<br />
–Entre sesenta y sesenta y cinco, porque hay algunos<br />
frutales que son estacionales.<br />
–¿Cuánto tardaste en aprenderte la ubicación de<br />
todos?<br />
–Una semana, es como un juego de memoria. Los<br />
más alejados son los que menos piden.<br />
–¿Sacan gustos nuevos?<br />
–Sí, cada tres meses algunos entran y otros se van,<br />
ahora estamos por retirar el dulce de leche con coco<br />
y entra el mouse de maracuyá. Tenemos algunos<br />
que hay en muy pocas heladerías, como el marrón<br />
glacé o el pistacho, que son clásicos que quedan.<br />
–¿Ves la cara del cliente y sabés qué gustos van a<br />
pedir?<br />
–Totalmente, la gente grande pide los gustos más<br />
tradicionales y hace veinte años que se piden lo<br />
mismo, los más jóvenes se animan a cambiar.<br />
–¿Cuáles son tus gustos preferidos?<br />
–Dulce de leche granizado, banana split y los frutales,<br />
en ese sentido coincido con la mayoría, pero<br />
cada tanto me gusta pedir el más raro.<br />
–¿Cucurucho o vasito?<br />
–Cucurucho; y tomo mucho helado.<br />
García del Río 2412, Saavedra. Tel. 4703-4843.<br />
52-53-PLATOS-011109.indd 53 28/10/2009 20:45:15<br />
53<br />
DiEgo SANDStEDE
copas<br />
Darse el lujo<br />
Una feria ya clásica en el hotel Alvear, que es una<br />
oportunidad única para probar vinos caros y raros.<br />
Por ElisabEth ChECa<br />
l<br />
os mejores vinos, de las<br />
grandes o pequeñas<br />
bodegas, van mucho<br />
más allá de cuestiones de<br />
precio y marketing. El precio<br />
tiene, casi siempre, su razón<br />
de ser.<br />
En general, los mejores<br />
vinos de las bodegas argentinas<br />
—o de todo el<br />
mundo— tienen sus años.<br />
Desde el viñedo hasta la<br />
guarda. En los viñedos jóvenes<br />
—que abundan aquí, ya<br />
que se descubren a cada<br />
momento viñedos nuevos—<br />
se nota que no están estabilizados.<br />
Son viñedos como<br />
adolescentes, con cambios<br />
de temperamento.<br />
El tiempo incide también<br />
en la guarda, los vinos top<br />
de las bodegas pasan entre<br />
12 y 24 meses en barricas<br />
nuevas o a lo sumo de<br />
segundo uso, para que el<br />
shock maderero no sea tan<br />
violento, y después un largo<br />
tiempo en estiba en botella.<br />
Las barricas destinadas<br />
para esta crianza son caras,<br />
muy caras. Y esa estiba de<br />
la botella no es para ansiosos:<br />
por más que usted la<br />
mire en la cave o el sótano,<br />
no adquirirá antes de tiempo<br />
esos inefables misterios de<br />
la crianza en botella, ni<br />
desarrollará los aromas terciarios,<br />
el mentado bouquet.<br />
El bouquet sólo se desarrolla<br />
durante la crianza en<br />
botella. Puede pasar de la<br />
rusticidad de los taninos que<br />
secan la boca como papel<br />
de lija a una complejidad de<br />
aromas y sabores sin que<br />
54<br />
nada sobresalte al paladar o<br />
al alma. No es un milagro.<br />
Es tiempo.<br />
Las uvas con que se elaboran<br />
estos vinos rigurosamente<br />
vigilados son tratadas<br />
como diamantes frágiles,<br />
elegidas por manos pacientes<br />
y ojos avizores, a mano<br />
en las mesas de doble<br />
selección, de racimos y de<br />
uvas. Las cansadas, agujereadas,<br />
marchitas, melancólicas,<br />
no pasarán. Estos<br />
grandes vinos, los mimados<br />
por las bodegas, pertenecen<br />
a viñedos de baja producción,<br />
lo que otorga<br />
mayor concentración en<br />
color, aromas y sabor y<br />
generalmente pertenecen a<br />
cosechas excepcionales.<br />
Son esta clase de vinos<br />
los que estarán presentes<br />
en la Feria de Vinos de Lujo<br />
El Conocedor, entre este<br />
martes 3 y el jueves 5, en el<br />
Alvear Palace Hotel.<br />
Como en las anteriores<br />
ediciones, las estrellas serán<br />
esas etiquetas que cuestan<br />
más de $50 (y llegan hasta<br />
$500 o más), que serán ofrecidas<br />
por sus autores, enólogos<br />
o bodegueros.<br />
la botella<br />
También es una gran verdad<br />
que el mejor vino es el<br />
que a uno mas le gusta. Ya<br />
que hay vinos objetivamente<br />
impecables, pero ¡ay! a uno<br />
no le gustan. Y hay otros<br />
con algunos defectos que<br />
constituyen su gracia o su<br />
terruño. Porque a veces un<br />
defecto de un terroir se convierte<br />
en virtud.<br />
En todo caso, esta es mi<br />
lista de recomendaciones<br />
para explorar la exposición<br />
de vinos argentinos de alta<br />
gama más esperada del<br />
año: Privada de Bodega<br />
Norton; los Single Vineyards<br />
de Bodega Trapiche; todos<br />
los vinos de los franceses<br />
de Clos de los Siete, entre<br />
ellos el notable Val de<br />
Flores, firmado Michel<br />
Rolland; Dedicado de Finca<br />
Flichman, junto a los<br />
Paisajes de Barrancas y de<br />
Tupungato y dos vinos posibles<br />
de la misma bodega<br />
bodega infinitus. infinitus Merlot Gran reserva 2006<br />
Nueva cosecha de este varietal sedoso y seductor. Fue proclamado<br />
el mejor Merlot de Argentina por un conocido club inglés.<br />
Con uvas de un antiguo viñedo, este Merlot, un cepaje de zonas<br />
frías que encontró su lugar en el Alto Valle de Río Negro, pasó<br />
doce meses por barricas de roble francés. Excepcional, con un<br />
color púrpura no demasiado oscuro, aromas frutados con dejos<br />
de algunas frutas secas (avellanas), equilibrio y armonía.<br />
Elegancia emocionante, como la de su autor, el bordalés Hervé<br />
Joayaux. Merece un magret de pato o un risotto con hongos patagónicos.<br />
recién presentados en el<br />
mercado, Caballero de la<br />
Cepa Reserva Cabernet<br />
Sauvignon y Malbec, con<br />
uvas de Tupungato; los<br />
vinos Mendel, de la bodega<br />
de Roberto de la Mota, uno<br />
de los grandes wine makers<br />
argentinos, en especial su<br />
escaso Finca Renota; los de<br />
Riglos, sobre todo el Gran<br />
Corte, y del famoso bodeguero<br />
Carlos Pulenta el<br />
corte A de Bodega Vistalba<br />
y el Petit Verdot de Tomero;<br />
Kinien de Ruca Malén y los<br />
mejores de Casa Bianchi.<br />
¿Qué más? Grandes vinos<br />
salteños como el Colomé<br />
Estate y el potente, exótico<br />
Tacuil, un tinto mítico.<br />
Habrá un sector de delicatessen<br />
para picotear entre<br />
trago y trago, degustaciones<br />
de whiskies de Johnnie<br />
Walker y otros escabios de<br />
luxe. La entrada sale $120,<br />
pero tranquilos, no es cuestión<br />
de tomarse todo para<br />
amortizarla. Mejor en su<br />
medida y armoniosamente<br />
como aconsejaban<br />
Aristóteles y el General.<br />
Poco y bueno, puro goce.<br />
En esta feria, que ya va por<br />
su octava edición, nunca vi<br />
a borrachos itinerantes<br />
reclamando a los gritos una<br />
copa de cualquier cosa,<br />
algo que sucede en casi<br />
todas las expos de vinos<br />
multitudinarias. 2<br />
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el dato snob<br />
Lujo sin vulgaridad<br />
Una cadena de pequeños hoteles de lujo que es lo opuesto a la cadena de<br />
cinco estrellas: pequeños, personales, discretos con el medio ambiente y ¡sin<br />
fiestas temáticas! En la Argentina hay cinco.<br />
Por Silvina Pini<br />
H<br />
ay quienes entienden<br />
que un hotel de lujo<br />
es aquel que tiene un<br />
plasma de 42 pulgadas y<br />
jacuzzi en una habitación<br />
de ochenta metros cuadrados.<br />
Así suelen ser los<br />
hoteles cinco estrellas de<br />
cadena, idénticos en todo<br />
el mundo, eficientes, impecables<br />
y anónimos; moles<br />
con ascensores, varios<br />
restaurantes, un ejército<br />
de personal y chiches high<br />
tech. Hay otra forma de<br />
lujo, que pasa porque el<br />
lugar sea único y diferente<br />
del resto y por una calidad<br />
del servicio que solo es<br />
posible cuando las habitaciones<br />
no superan las<br />
veinte.<br />
Y esto también puede<br />
darse en una cadena. La<br />
que mejor los representa<br />
es Relais & Châteaux, cuya<br />
historia se remonta a 1954,<br />
cuando siete hoteles situados<br />
en la ruta nacional que<br />
unía París y Niza se juntaron<br />
para hacer carteles juntos<br />
y abaratar los costos.<br />
Se trataba de hoteles muy<br />
integrados al paisaje que<br />
los rodeaba y ofrecían una<br />
atención esmerada<br />
—generalmente brindada<br />
por sus propios dueños—,<br />
sobre todo en la cocina,<br />
que privilegiaba los productos<br />
regionales y los<br />
detalles de calidad y calidez.<br />
Hoy los hoteles miembros<br />
de Relais & Châteaux<br />
llegan a los 480 en más de<br />
56<br />
56 países. Todos los años ,<br />
inspectores recorren el<br />
mundo para ratificar si<br />
quienes ya son miembros<br />
mantienen los estándares<br />
para seguir siéndolo y para<br />
detectar algunos nuevos<br />
que merecen ser incorporados.<br />
Todo este trabajo<br />
concluye en una guía anual<br />
y una actualización permanente<br />
en la web (www.<br />
relaischateuax.com)<br />
A lo largo de este año la<br />
cadena ha incorporado 31<br />
nuevos miembros, uno de<br />
ellos en la Patagonia<br />
argentina. Se trata de Eolo<br />
Lodge, en Calafate, el<br />
quinto y último Relais &<br />
Châteaux argentino en<br />
incluirse en esta exclusiva<br />
lista.<br />
Todos los dueños o<br />
gerentes de Relais &<br />
Châteaux en el país admiten<br />
que, más allá del honor<br />
que significa haber sido<br />
incluidos, la membresía les<br />
asegura un considerable<br />
porcentaje de ocupación al<br />
año. Los Relais & Châteaux<br />
tienen fanáticos, viajeros<br />
que solo se hospedan en<br />
estos hoteles.<br />
Rodrigo Braun, gerente<br />
general de Eolo Lodge,<br />
incorporado hace apenas<br />
un mes, admite que ser<br />
miembro “es un honor y un<br />
orgullo porque se trata de<br />
la asociación más prestigiosa,<br />
que reúne a los<br />
mejores pequeños hoteles<br />
en el mundo.”<br />
Eolo Lodge está situado<br />
en medio de la nada<br />
misma de la estepa patagónica,<br />
de camino entre la<br />
ciudad de Calafate y el<br />
Parque Nacional Los<br />
Glaciares. Ubicado dentro<br />
de la estancia Alice, de<br />
4.000 hectáreas, sobre la<br />
ladera del cerro Frías, sus<br />
diecisiete habitaciones,<br />
restaurante, lobby y piscina<br />
propician el contacto con<br />
ese paisaje tan especial.<br />
Desde sus ventanales se<br />
ve el turquesa del lago<br />
Argentino y los caprichosos<br />
picos de Torres del<br />
Paine, pero también es<br />
posible advertir una manada<br />
de guanacos salvajes,<br />
cóndores, mulitas, ovejas y<br />
vacas, verdaderos dueños<br />
de la tierra. Unos binoculares<br />
en el living ayudan al<br />
avistaje a través del ventanal,<br />
que es más grande<br />
que cualquier plasma.<br />
En la construcción del<br />
hotel se cuidó que el<br />
impacto sobre el medio<br />
ambiente fuera mínimo, por<br />
eso no hay parquización ni<br />
nada que distorsione la<br />
naturaleza del lugar.<br />
laS cinco c<br />
Parte de la filosofía de los<br />
Relais & Châteaux se sintetiza<br />
en lo que llaman “las<br />
cinco C”: cortesía, calma,<br />
carácter, cocina y charme.<br />
El carácter es lo que buscan<br />
cuando el hotel no<br />
imita a ningún otro y permite<br />
al huésped conectarse<br />
con el paisaje que lo rodea.<br />
La cortesía y la calma aluden<br />
al servicio, que no se<br />
trata de sobreactuaciones<br />
con sonrisa impuesta ni frases<br />
hechas, sino de la calidez<br />
de unos pocos miembros<br />
que saben mirar a los<br />
ojos, escuchar y, en todo<br />
caso, inventar una solución<br />
fuera de protocolo. La<br />
calma también está en la<br />
ausencia de entretenimientos<br />
exaltados, como fiestas<br />
temáticas entre huéspedes<br />
o salas de juegos electrónicos.<br />
En un Relais &<br />
Châteaux se trata de bajar<br />
los decibeles, no de<br />
aumentarlos.<br />
La cocina es muy importante:<br />
la pastelería es<br />
obviamente hecha in situ,<br />
lo mismo que las mermeladas<br />
de frutos regionales;<br />
muchos de ellos cuentan<br />
con su propia huerta y<br />
granja, incluso orgánica,<br />
56-57-eldato-011109.indd 56 28/10/2009 22:38:43
de donde se aprovisionan<br />
de ingredientes. Los<br />
menús son siempre a la<br />
carta y hay un cocinero<br />
con nombre y apellido<br />
conocido dispuesto a<br />
satisfacer al huésped si<br />
de pronto quiere irse de<br />
picnic. El charme, palabra<br />
tan francesa y de difícil<br />
traducción, alude al estilo<br />
de cada hotel, la impronta<br />
que han sabido darle sus<br />
dueños, lo opuesto de lo<br />
que se diseña desde las<br />
grandes cadenas clonadas<br />
de ciudad en ciudad.<br />
El mecanismo por el<br />
cual un hotel puede convertirse<br />
en miembro está<br />
íntegramente en manos<br />
de la institución: no se<br />
incluye a quien paga,<br />
como ocurre con otras<br />
guías de hoteles o cadenas.<br />
El método de evaluación<br />
consiste en auditorías<br />
ocultas que realizan<br />
inspectores de Relais &<br />
Châteuax, que van hospedándose<br />
en hoteles por el<br />
mundo y pescando candidatos.<br />
Así lo cuenta<br />
Rodrigo Braun, de Eolo:<br />
“Un huésped como cualquier<br />
otro, después de su<br />
segunda noche de estadía,<br />
se nos acercó y se<br />
dio a conocer como inspector<br />
de Relais &<br />
Châteaux; nos dijo que el<br />
hotel le había gustado y nos<br />
preguntó si estábamos interesados<br />
en ser miembros.<br />
De ahí en adelante, fue una<br />
sucesión de formalidades<br />
hasta la incorporación final,<br />
entre ellas un informe muy<br />
minucioso sobre el hotel que<br />
me sirvió mucho para reafirmar<br />
virtudes y corregir algún<br />
que otro detalle.” Braun<br />
tomó ese informe como una<br />
asesoría hecha por expertos<br />
y además gratuita. “Tardé<br />
varios días en darme cuenta<br />
de la magnitud de lo que<br />
estaba pasando —confiesa—<br />
y de lo que nos estaban<br />
ofreciendo.”<br />
Y si Eolo es el último<br />
Relais & Châteaux argentino,<br />
el primero fue Las<br />
Balsas, en Villa La<br />
Angostura, miembro desde<br />
1995. Es un encantador<br />
hotel azul como el Nahuel<br />
Huapi, con quince habitaciones<br />
con vista al lago,<br />
cada una con una decoración<br />
diferente, productos<br />
L’Occitane en el baño, cuadros<br />
de Alfredo Prior en el<br />
living y la cocina exquisita<br />
de Pablo Campoy, que es<br />
capaz de acompañar a los<br />
huéspedes por un crucero<br />
por el lago y cocinarles lo<br />
que quieran.<br />
Estancia El Colibrí, en<br />
Santa Catalina, Córdoba, es<br />
miembro desde 2008. Está<br />
comandado por los franceses<br />
Raoul y Stéphanie<br />
Fenestraz, dueños junto con<br />
otros socios, que algo<br />
deben entender de la buena<br />
vida porque también dirigen<br />
otro Relais & Châteaux en<br />
Salta, House of Jasmines,<br />
incorporado a principio de<br />
2009. El Colibrí es una gran<br />
casona de estancia ubicada<br />
en las sierras cordobesas,<br />
de espacios generosos y<br />
nueve habitaciones exquisitamente<br />
decoradas y un<br />
gran living con hogar y<br />
biblioteca desde donde<br />
apreciar el paisaje. El<br />
encanto del lugar y la mano<br />
personal de Stéphanie le ha<br />
valido la aparición en numerosas<br />
revistas extranjeras,<br />
entre ellas la Harpers inglesa,<br />
la Bazar malaya y la<br />
Vogue norteamericana. Para<br />
ella ser miembro significa:<br />
“Contar con un sello de calidad,<br />
de servicio, de generosidad,<br />
de lujo sin ostentación”.<br />
House of Jasmines, en La<br />
Merced, a pocos kilómetros<br />
de Salta capital, es un centenario<br />
casco de estancia,<br />
con siete habitaciones<br />
románticamente decoradas<br />
y todo el espíritu de las<br />
estancias salteñas: una gran<br />
galería donde tomar un<br />
buen vino antes del asado<br />
o de las empanadas.<br />
Cavas Wine Lodge, ubicado<br />
en Luján de Cuyo,<br />
Mendoza, también es<br />
miembro desde 2008.<br />
Está rodeado de viñedos<br />
donde están las catorce<br />
habitaciones independientes,<br />
todas con terrazas<br />
desde donde se ve<br />
majestuosa la cordillera<br />
de los Andes. La cocina<br />
exquisita, una cava<br />
impresionante y un spa<br />
con tratamientos de vinoterapia,<br />
las obras de arte<br />
—entre ellas una vaca de<br />
la subasta del Cow<br />
Parade—, son algunos de<br />
los detalles que cuidan,<br />
personalmente, Cecilia<br />
Díaz Chuit y su marido<br />
Martín Rigal.<br />
Si bien estos hoteles<br />
tienen tarifas altas —oscilan<br />
entre los 320 y 800<br />
dólares la noche—, compiten<br />
en precio con los<br />
cinco estrellas de cadena<br />
internacional. Claro que<br />
unos y otros son para viajeros<br />
y ocasiones completamente<br />
distintas. Un<br />
Relais & Châteaux, más<br />
que para un CEO en viaje<br />
de negocios, es para<br />
quienes hacen del viajar<br />
un arte. 2<br />
56-57-eldato-011109.indd 57 28/10/2009 22:38:45<br />
57
Buenas<br />
alternativas<br />
para los que ya<br />
fueron al<br />
Metropolitan, al<br />
Louvre, a la<br />
National Gallery<br />
o al Prado.<br />
tres lugares para...<br />
58<br />
Visitar un museo<br />
Nueva York:<br />
el Withney<br />
Una reliquia moderna. Con una atractiva fisonomía<br />
–luce como una escalera de tres escalones vista desde<br />
arriba—, contiene la colección más importante de<br />
artistas norteamericanos del siglo XX. Todos los<br />
artistas pop, como se los conoce, a una cuadra del<br />
Central Park y a cinco del Metropolitan. The Whitney<br />
Museum tiene una colección de 12 mil obras entre<br />
pinturas, esculturas, fotos, dibujos e instalaciones<br />
multimedia. Y sigue creciendo. Fue fundado en 1931<br />
con 700 objetos de arte pertenecientes a su<br />
fundadora, Gertrude Vanderbilt Whitney.<br />
De Andy Warhol, uno de los más requeridos por el<br />
público, esta casa de cultura tiene una exclusiva<br />
colección de unos 650 films hechos en la década del<br />
60. Además, se puede ver entre sus tesoros el famoso<br />
cuadro de George Bellows donde el torito de las<br />
pampas tira fuera del ring a su rival: Dempsey and<br />
Firpo, de 1924.<br />
Y Roy Lichtenstein, Arshile Gorky, Edward Hopper,<br />
entre otros. Al 945 de la avenida Madison, en pleno<br />
Manhattan, este museo abre sus puertas de miércoles<br />
a domingos. La entrada general sale unos 18 dólares.<br />
Vale la pena.<br />
Bilbao:<br />
el Guggenheim<br />
No se puede dejar de visitar. Tan solo, o sobre todo,<br />
para ver el edificio: una enorme lata retorcida que<br />
contiene grandes obras de arte contemporáneo. Es una<br />
de las más famosas obras del arquitecto americano<br />
Frank Gehry. Es un magnífico ejemplo de la<br />
arquitectura más vanguardista del siglo XX. Por 15<br />
euros se pueden visitar sus 24 mil metros cuadrados,<br />
de los cuales once mil se destinan al espacio para<br />
exposiciones. Todo está distribuido en tres niveles con<br />
veinte galerías espaciosas y modernas. Es una parada<br />
cultural reconocida e inevitable en Europa. Las<br />
autoridades del País Vasco planearon este museo con<br />
el fin de generar un polo cultural turístico. Se inauguró<br />
el 3 de octubre de 1997 y en menos de un año ya había<br />
atraído a más de 1.300.000 personas. La fundación<br />
Guggenheim está presente también con edificios<br />
atractivos en Nueva York, Berlín, Abu Dhabi y Venecia.<br />
El corazón del museo lo constituye el atrio central de<br />
50 metros de altura, donde terminan todos los<br />
recorridos.<br />
Lisboa: Colección<br />
Gulbenkian<br />
El Museu Calouste Gulbenkian es una joya<br />
inaugurado en 1969. Es pequeño, fácilmente<br />
accesible y está rodeado por el relajante color verde<br />
de su parque lindante. La entrada cuesta 10 euros.<br />
Es uno de los más baratos de Europa.<br />
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En su anguloso edificio contiene una colección del<br />
artista holandés Jerónimo Bosch, conocido como El<br />
Bosco; y otra de grandes diseñadores de joyas de la<br />
historia contemporánea, con piezas de mucha calidad,<br />
como algunos prendedores de Cartier. Posee obras<br />
que abarcan cronológicamente la mayor parte de la<br />
historia del arte, desde el año 2800 A.C. hasta<br />
mediados del siglo XX. Se destaca por sus piezas<br />
históricas de arte de la Antigüedad: obras egipcias;<br />
armas de las invasiones mongoles de Gengis Khan;<br />
objetos de Persia, Turquía, Siria, el Cáucaso, Armenia<br />
y la India; cerámicas, tapetes raros, libros, azulejos,<br />
de todo.<br />
Esta enorme cantidad de obras de arte pertenecen a la<br />
colección del magnate de origen armenio Calouste<br />
Gulbenkian, acaudaladísimo hombre de negocios,<br />
nacido en 1869 en Estambul, Turquía, que vivió en<br />
París y Lisboa, donde murió en 1955. Se destacan la<br />
sala de objetos de Egipto, las estatuas romanas, las<br />
monedas griegas y el arte islámico.<br />
58-59-TresLUGARES-011109.indd 59 28/10/2009 18:31:46<br />
59
moda real<br />
Ultra pop<br />
Para la<br />
inauguración<br />
de la muestra<br />
de Andy<br />
Warhol en el<br />
Malba nadie se<br />
puso lo primero<br />
que encontró.<br />
Fotos:<br />
luis MarÍa Herr<br />
ProDuCCiÓn:<br />
MarÍa FernanDa<br />
Mainelli<br />
60<br />
PaloMa, 29 años.<br />
El vestido ($250) es un diseño<br />
de ella y de su socio, el<br />
diseñador Bruno Chávez<br />
(www.brunochavez.blogspot.com),<br />
los zapatos son un regalo<br />
y la cartera también<br />
es un diseño propio.<br />
60-65-MODA-011109.indd 60 28/10/2009 18:28:22
José, 36 años.<br />
Es artista plástico y hace<br />
corbatas de madera -como la<br />
que lleva puesta- y otros<br />
materiales (www.joseotero.com.ar).<br />
Lleva un saco de feria que él<br />
mismo estampó, camisa también<br />
de feria, pantalón (unos $280)<br />
Zara y zapatillas (alrededor<br />
de $400) Nike.<br />
60-65-MODA-011109.indd 61 28/10/2009 18:28:26
62<br />
alina, 25 años.<br />
Vestido, gorra de jean y botas,<br />
todo comprado en una feria<br />
de San Telmo (no recuerda<br />
los precios, pero asegura que<br />
todo le salió muy barato).<br />
Cartera Top Shop, comprada<br />
en los Estados Unidos.<br />
60-65-MODA-011109.indd 62 28/10/2009 18:28:40
Carolina, 22 años.<br />
Vestido de Polo Rwalph Lauren<br />
(no recuerda el precio),<br />
cartera y zapatos heredados<br />
de la mamá.<br />
60-65-MODA-011109.indd 63 28/10/2009 18:28:43<br />
63
64<br />
Valeria, 33 años.<br />
Todo lo que tiene lo compró<br />
en el exterior y el chal lo trajo<br />
del norte del país. La cartera<br />
es de su marca, Pesqueira<br />
y cuesta arriba de $400.<br />
60-65-MODA-011109.indd 64 28/10/2009 18:28:58
Julieta, 33 años.<br />
Chal de una marca extranjera,<br />
campera de cuero (arriba de<br />
$3.000) y vestido (unos $500),<br />
de Trosman y botas<br />
(más de $500) Mishka.<br />
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eL OBJeTO DIReCTO<br />
pOR mARgARITA gARCíA ROBAyO<br />
El espejo de aumento<br />
H<br />
ay pocas cosas más aterradoras<br />
que un espejo de aumento.<br />
A nadie le gusta verse<br />
sobre expuesto ante sí mismo porque<br />
nadie es tan bonito. O sí, pero ni los<br />
más bonitos se gustan tanto. Es bien<br />
sabido que algunas personas usan el<br />
espejo de aumento con fines masoquistas:<br />
para recrearse en sus defectos<br />
y auto flagelarse. Se rumorea que,<br />
antes de matarse, Marilyn contempló su rostro durante horas<br />
en un espejo de aumento y como no pudo soportar su propia<br />
belleza se hizo un par de tajos para afearse. Pero ni así: su cara<br />
seguía siendo una bellísima cara tajeada. Entonces procedió<br />
con los barbitúricos.<br />
A cierta edad, se dice, la gente normal deja de usar espejos<br />
de aumento. A cierta edad significa cuando las mejillas ya no<br />
son mejillas sino pellejos blanditos. Cuando se ha llegado a<br />
tener ese aspecto, ponerse frente a un espejo de aumento es lo<br />
mismo que tajearse la cara con un cuchillo. Hay cientos de<br />
modelos de estos espejos y extrañamente tienen una función<br />
cosmética. Se usan para afeitarse, maquillarse, saludar a los<br />
poros. La razón por la que se venden estos espejos es porque la<br />
gente se acostumbra a su fealdad y encuentra placer regodeándose<br />
en ella. En ese sentido, los espejos son perversos.<br />
—Espejito, espejito…<br />
El espejo de la bruja de Blancanieves debió ser de aumento,<br />
ningún otro espejo exageraría tanto, ningún otro espejo<br />
habría explotado hasta tal punto su mala leche:<br />
—Ya no eres la más bella, la más bella es otra.<br />
—Pero…<br />
—Ya ni siquiera eres bella, eres horripilante.<br />
En la Antigüedad casi todos los espejos eran de aumento y<br />
estaban asociados a la figura femenina. Al hombre que se contemplaba<br />
en el espejo se la consideraba una nenita, se mofaban<br />
de su vanidad pintándole las pestañas y la boca, o poniéndole<br />
tetas falsas mientras dormía. El hombre tenía derecho a<br />
mirarse en el espejo solo cuando iba a la peluquería, pero sin<br />
detenerse en detalles superfluos como “esta punta me quedó<br />
más larga, Giordano, ¿puede usted emparejarla?” La imagen<br />
femenina paradigmática de la mitología es Afrodita, diosa del<br />
amor, sosteniendo un espejo en una de sus manos; su equivalente<br />
masculino es Apolo, dios de la guerra, que sostiene un<br />
arco y una flecha. El mundo debía ser así, y punto.<br />
Pero en la Antigüedad también había irruptores: Sócrates,<br />
por ejemplo, recomendaba el uso del espejo a sus discípulos<br />
—todos hombrecitos— para que, si eran hermosos, se hicieran<br />
moralmente dignos de su belleza, y, si<br />
eran feos, lo ocultaran mediante el<br />
cultivo de su espíritu. Nunca dijo<br />
alguien algo más sabio con respecto al<br />
espejo; básicamente la enseñanza<br />
consiste en que la gente fea debe usarlos<br />
tanto como la bella para saber cuál<br />
es el lugar que le corresponde dentro<br />
de los parámetros de la estética universal<br />
y proceder en consecuencia:<br />
equilibrar las cargas, le llaman algunos. Si la gente se tomara en<br />
serio lo de mirarse a un espejo de aumento, sin regodearse en la<br />
idea más que subjetiva, ilusa, de las virtudes de su cara, seguro<br />
que algunas cosas serían más simples. Nadie se ofendería cuando<br />
otro le señalara algún defecto que salta a la vista, porque el<br />
espejo de aumento ya se lo habría subrayado antes.<br />
—¡Qué grandes bigotes tenés, Marcela!— Karina se lleva las<br />
manos a la boca, sorprendida.<br />
—Ya sé, y vos tenés unas patas de gallina tremebundas.<br />
—¿Sí? —Karina se lleva las manos a los ojos, aterrada— Voy<br />
a comprarme un contorno de ojos.<br />
—Mejor comprate un espejo de aumento.<br />
Quizá lo más perverso de los espejos de aumento tiene que<br />
ver con su carácter vano. Reproducen a las personas por el<br />
simple hecho de reproducirlas. No les aportan nada más que<br />
una imagen subrayada de sí mismas, imagen frente a la que<br />
no nos queda otra opción que condescender y aprobar. En<br />
una cita prometedora, o en una reunión social cuyo objetivo<br />
es impresionar con la presencia, una buena parte de la gente<br />
se esfuerza en aguantar las ganas de correr al espejo del baño<br />
y corroborar que se tiene la misma cara que se aprobó hace<br />
un rato. ¿Por qué? Porque se ve mal: visitar mucho el baño<br />
cuando se está en público es algo que puede malinterpretarse.<br />
O sea, el uso del espejo es susceptible de ser modificado gracias<br />
a la presión social. La presión social, en este caso, nos<br />
salva por un rato. Pero después, en algún momento del día, se<br />
vuelve a estar solo, en la intimidad del baño, y el espejo de<br />
aumento te mira con su gran ojo lupa; entonces ya no hay<br />
nada que te impida correr a su encuentro y proceder con el<br />
ejercicio obsceno de mirarte en detalle. Y allí se produce, y se<br />
reproduce, lo vano. Eso que hacía que la madrastra esquizoide<br />
de Blancanieves se preguntara y se contestara a sí misma;<br />
eso que Borges explica cuando dice que “al igual que la cópula,<br />
el espejo multiplica a las personas innecesariamente”. Allí,<br />
en el baño, frente al espejo de aumento, sin testigos, la multiplicación<br />
de uno mismo no es solamente innecesaria: es,<br />
sobre todo, cruel. 2<br />
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