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Leonardo Sbaraglia

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Año 2. Nro. 88. C . actualidad a diario, se entrega gratuitamente con el diario Crítica de la Argentina del 1 de noviembre de 2009. Prohibida su venta por separado.<br />

+Bayly<br />

Cucurto<br />

Viajar<br />

Comida<br />

Vinos<br />

Moda actualidad a diario<br />

<strong>Leonardo</strong><br />

<strong>Sbaraglia</strong><br />

"De lo único que me<br />

arrepiento es de no haber<br />

vivido más la adolescencia."<br />

Me tomo<br />

5 minutos<br />

La meditación es un<br />

boom hasta en los<br />

gimnasios de barrio.<br />

Quién<br />

paga<br />

La pareja y el<br />

dinero en tiempos<br />

de "jefas de hogar".<br />

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uscador<br />

El amor<br />

como objeto<br />

Muchas veces entre el<br />

amor y la obsesión<br />

hay un instante, un<br />

paso, que trastoca un sentimiento<br />

hermoso en algo que<br />

resulta insoportable. Es lo que<br />

le sucede a uno de los personajes<br />

de la nueva novela del<br />

turco Orham Pamuk: El museo<br />

de la inocencia. Aquí, Kemal y<br />

Füsun se enamoran; pero lo<br />

que empieza como una aventura<br />

evoluciona pronto hacia el<br />

amor sin límites cuando ella<br />

desaparece. Kemal descubre<br />

que recuperar los objetos que<br />

alguna vez habían sido de ella<br />

le produce un efecto calmante.<br />

Es por eso que como una<br />

forma de curar su enfermedad,<br />

él va recuperando los objetos<br />

de su amada.<br />

El ganador del Premio Nobel<br />

de Literatura 2006 volvió con<br />

una intensa novela de amor,<br />

que es también una visita<br />

guiada por la sociedad de<br />

Estambul. Acá transcribimos<br />

la primera oración del libro,<br />

para que nadie diga que no<br />

avisamos que hay que leerla:<br />

“Fue el momento más feliz de<br />

mi vida y no lo sabía”. Eso sí,<br />

no es apta para los que andan<br />

con problemas sentimentales.<br />

El museo de la inocencia<br />

(Mondadori): $79.<br />

4<br />

La familia Díaz<br />

Volcada de lleno al<br />

folclore, la ex Viuda e<br />

hijas del Roque Enroll<br />

vuelve a subirse a un<br />

escenario porteño en su<br />

gira Antología, donde<br />

repasará todos los temas<br />

del disco Baile en el cielo,<br />

CD grabado entre 2004 y<br />

2005 en España y la<br />

Argentina y en el que la<br />

cantante, compositora y<br />

productora recopila con<br />

estilo personal los temas<br />

cantados por su madre<br />

Victoria Díaz e<br />

interpretados por su padre,<br />

Hugo Díaz, el genial<br />

armonicista santiagueño.<br />

Este recital de Mavi, del<br />

que participarán músicos<br />

como Franco Luciani,<br />

Mariam Farias Gómez, Raúl<br />

Carnota, Peteco Carabajal,<br />

Koki y Pajarín Saavedra y<br />

Laura Ros, se da en el<br />

marco del lanzamiento de<br />

Hugo Díaz. Antología 1 y 2,<br />

una colección que<br />

recupera las primeras<br />

grabaciones de su padre,<br />

desde 1952 a 1957, años<br />

fundamentales en la vida<br />

artística del armonicista,<br />

quien junto a su conjunto<br />

Hugo Diaz y sus Changos<br />

(con Domingo Cura en<br />

percusión, Victoria Díaz en<br />

voz y las guitarras de José<br />

Las madres somos todas<br />

Cuando estaba embarazada de su tercer hijo, la artista plástica<br />

Jorgela Argañarás (conocida también en el ambiente periodístico<br />

como jefa de prensa de artistas) comenzó a experimentar<br />

con la pintura en negro y grises. Estimulada por su maestro, el reconocido<br />

pintor Juan Asticas, siguió en ese camino y de pronto esa<br />

oscuridad y ese dramatismo se convirtieron en una serie de cuadros<br />

dedicados a las Madres de Plaza de Mayo, que hasta el 18 de<br />

noviembre se exhibe en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (Ecunhi),<br />

ex Esma.<br />

Sin buscarlo, Argañarás, que tiene 44 años, empezó a recordar<br />

Pérez, Julio Carrizo y<br />

Nelson Murúa), conquistó<br />

al público argentino y<br />

europeo con un repertorio<br />

netamente folclórico y se<br />

consagró como uno de los<br />

mejores intérpretes de<br />

armónica del mundo.<br />

Mavi Díaz recreará en el<br />

teatro El Cubo la rica<br />

historia folclórica que<br />

heredó de sus padres, a<br />

quienes acompañaba de<br />

chica en las giras por el<br />

mundo.<br />

La única experiencia<br />

propia de Mavi con el<br />

folclore fue a los ocho<br />

años, cuando se subió al<br />

escenario de un peña en<br />

la actuaban sus padres,<br />

pero después la cantante<br />

nunca más recorrió ese<br />

género. Formó la banda<br />

Viuda e hijas del Roque<br />

Enroll entre 1983 y 1987,<br />

colaboró en discos de<br />

artistas como Fito Páez,<br />

Soda Stereo, Charly García<br />

y Andrés Calamaro y en<br />

España trabajó como<br />

productora y vocal coach<br />

de Sabina, Calamaro, La<br />

oreja de Van Gogh y Ariel<br />

Rot. Su regreso al folclore<br />

surge a partir de una<br />

película en homenaje a su<br />

padre filmada en 2007, en<br />

la que Mavi fue invitada a<br />

cantar y allí sintió que valía<br />

la pena desandar un<br />

camino, que no es ni más<br />

ni menos, que su propia<br />

historia con la música.<br />

Mavi Díaz: jueves 5 de<br />

noviembre a las 21 en el<br />

teatro El Cubo (Pasaje<br />

Zelaya 3053). Entradas:<br />

entre $35 y $45.<br />

hechos con los que había convivido<br />

desde su infancia: la desaparición<br />

de una vecina, las primeras<br />

marchas que organizaron<br />

las Madres, la militancia de sus<br />

hermanos o las discusiones políticas<br />

en su casa. El resultado es un homenaje desgarrador.<br />

Madres: la última Plaza: en la ex Esma (Av. del Libertador 8465).<br />

De lunes a viernes de 14 a 21 y sábados 16 a 21. Entrada gratuita.<br />

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Vuelve Manu<br />

Dos veces en el país durante un mismo año para Manu Chao<br />

no sobran, ni siquiera alcanzan para saciar las ganas de<br />

escucharlo y de bailar hasta que las piernas duelan que<br />

siempre tiene su público. En febrero se presentó en el Cosquín<br />

Rock 2009 y ahora el músico francés vuelve a la Argentina pero<br />

con fines de atravesar el país para presentar su último CD<br />

Baionarena, su sexto como solista. El ex Mano Negra armó un<br />

disco doble de dos horas, un gran compilado con los conciertos<br />

que brindó el año pasado en Baiona, en la parte francesa del<br />

País Vasco. La grabación se realizó en el marco de Tombolatour,<br />

el mismo tour que lo llevó de gira por Cuba y Francia.<br />

El show tendrá la buena cantidad de dosis de ska y reggae que lo<br />

caracteriza y se podrán escuchar nuevas versiones de temas viejos:<br />

"Clandestino", "Desaparecido", "Mala vida", "Radio Bemba",<br />

"Welcome to Tijuana" o "Tómbola".<br />

Manu Chao en la<br />

Argentina: Buenos Aires<br />

(28 de noviembre en el<br />

Estadio All Boys),<br />

Córdoba (20 de noviembre<br />

en el Estadio Boca<br />

Juniors), Rosario (21 de<br />

noviembre en el Estadio<br />

Cubierto de Newell’s old<br />

boys) y Neuquen (5 de<br />

diciembre en el Estadio<br />

Ruca Che).<br />

La motoneta<br />

Tiene todo lo que tiene que<br />

tener para convertirse en<br />

un objeto de deseo, de<br />

esos que mirás con la ñata contra<br />

el vidrio del local donde la<br />

venden y se te cruzan mil formas<br />

de poder tenerla: sacar un<br />

crédito, asaltar un banco, pedir<br />

prestado o empeñar las joyas<br />

de la abuela. Se trata de la Eco<br />

Moto que acaba de sacar la<br />

firma de lentes Infinit.<br />

La Eco Moto tiene un estilo<br />

Vespa de los años 60’ pero con<br />

toques de diseño y modernizada.<br />

Además, y no es necesario<br />

aclararlo pero aquí va: es ecológica,<br />

es decir no lleva nafta y<br />

por lo tanto, no tiene caño de<br />

escape. La moto de Infinit se<br />

carga como un celular, con<br />

electricidad. Con cinco horas de<br />

carga el tanque se llena y anda<br />

hasta 50 kilómetros por hora.<br />

Pero si se queda sin batería,<br />

viene con pedales para usarla<br />

como bicicleta. Además de este<br />

modelo en blanco y negro, la<br />

firma sacará otros customizadas.<br />

Costarán u$s1.500<br />

¡A ahorrar!<br />

La Eco Moto se conseguirá a<br />

partir de diciembre en la boutique<br />

Infinit de Palermo Soho<br />

(Honduras y Thames), en concesionarias<br />

de motos y en nuevos<br />

canales no tradicionales de<br />

venta.<br />

Pantuflas palermitanas<br />

Tienen una onda a las chancletas que usaba la abuela para<br />

salir a baldear la vereda, pero están pensadas, se les puso<br />

diseño, están hechas con diferentes telas a cuadros, floreadas,<br />

y para colmo, son confortables y vistosas. Los nuevos modelos<br />

de sandalias para mujer de la firma de diseño Puro son un<br />

derroche de color y onda, si hasta dan la sensación de que si una<br />

las lleva va a ser más feliz. Los que piensen que los accesorios<br />

de Puro no combinan por su excentricidad, están equivocados.<br />

Justamente, la marca propone la no combinación y todo en conjunto<br />

termina siendo armónico. Estas sandalias, que cuestan<br />

$170, pueden ir con las nuevas carteras de dama de Puro, que<br />

valen $140. Puro: J.L. Borges 2184 y en tiendas multimarcas del<br />

país o en www.zapatillaspuro.com.ar<br />

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5


6<br />

“El prestigio no se p<br />

Admite sin vueltas que cuando<br />

se fue a España fue porque "no<br />

se puede vivir haciendo una<br />

película cada dos años". Ahora<br />

trabaja aquí en cine, televisión<br />

-estrena una ficción este mes- y<br />

teatro, y está satisfecho con la<br />

decisión de haber vuelto al país.<br />

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paga”<br />

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7


“Una decisión<br />

nunca es<br />

determinante de<br />

nada. Uno es una<br />

serie de quince,<br />

veinte decisiones,<br />

no una sola. Uno<br />

se puede<br />

equivocar. Y, al<br />

contrario, si elegís<br />

hacer una película<br />

que después es<br />

una mierda,<br />

tampoco pasa<br />

nada.”<br />

8<br />

Por Pablo TaranTo<br />

FoTos PaTricio cabral<br />

<strong>Sbaraglia</strong> mira fijo y gesticula poco, pero<br />

cuando necesita contar algo con el cuerpo<br />

lo usa entero y sin reservas, como<br />

ahora que, sentado a una mesa de El<br />

Hipopótamo, junto a la ventana, enfrente del<br />

Británico y de espaldas al Parque Lezama, alza el<br />

tono de voz que hasta entonces había sido más o<br />

menos confidencial, se incorpora en su silla,<br />

extiende su brazo derecho y crispa la mano, con<br />

las segundas y terceras falanges encogidas, pero<br />

no las primeras, en algo que no termina de ser un<br />

puño pero igual se ve tenso y potencialmente<br />

dañino, y que de repente viaja de abajo hacia<br />

arriba y de afuera hacia adentro, en diagonal,<br />

pasando a centímetros del cortado en jarrito con<br />

su palmerita, para mostrar cómo fue que, en<br />

quinto o en sexto grado, no se acuerda, lo calzó a<br />

Alonso, el compañerito que los había tomado a<br />

todos de punto en la primaria y que hacía rato lo<br />

tenía podrido. A partir de aquel día tuvo que<br />

empezar a respetarlo.<br />

Se lo ve contento, expansivo. Hace no más de<br />

media hora caminaba de un lado a otro, siempre<br />

en la esquina, dos pasos hacia el lado de Brasil,<br />

dos hacia Defensa. Pantalón chupín, remera,<br />

boina y anteojos negros, una campera de cuero<br />

color ¿bergamota? de Key Biscayne, una mochila<br />

enorme y el celular en la oreja. De un momento a<br />

otro van a llamarlo para rodar en Palermo; y si el<br />

rodaje es después del mediodía, tendrá tiempo de<br />

llevar a su hija al jardín. Julia tiene tres años, casi<br />

cuatro. En parte por ella, en parte por él mismo,<br />

<strong>Leonardo</strong> <strong>Sbaraglia</strong> regresó al país después de<br />

una aventura española que duró una década y al<br />

cabo de la cual puede considerárselo uno de los<br />

cuatro o cinco actores argentinos más reconocidos<br />

a nivel internacional. Un regreso bastante<br />

intenso, por otra parte. Del jardín de Julia al<br />

rodaje de una miniserie, de ahí a clases de vocalización,<br />

de ahí al Multiteatro, donde actúa junto a<br />

Pepe Soriano, en Contrapunto, dirigidos por<br />

Alezzo, y antes esta entrevista, cuyo propósito<br />

original era el de promocionar El corredor nocturno,<br />

la película del español Gerardo Herrero,<br />

rodada en Buenos Aires, en la que <strong>Sbaraglia</strong> comparte<br />

cartel con Miguel Ángel Solá y que se estrenó<br />

este jueves.<br />

El celular vibra otra vez, suena. Hay tiempo,<br />

por ahora. Así que <strong>Sbaraglia</strong> se relaja, saluda a un<br />

parroquiano, parece que es habitué o casi, vive a<br />

cuatro cuadras. El que no está relajado, nunca, es<br />

Eduardo López, el personaje que encarna<br />

<strong>Sbaraglia</strong>, que corre de noche y de día , es el<br />

gerente de una compañía de seguros. De arriba le<br />

dicen que los números no cierran, que hay que<br />

ajustar, despedir gente. Mientras lo carcome el<br />

remordimiento por lo que va a hacer, y olvidando<br />

todo lo que ya hizo para trepar hasta allí, a López<br />

se le aparece un tal Conti, un mefistofélico Solá<br />

que lo amedrenta, lo humilla y, al mismo tiempo,<br />

lo impulsa a dejar de lado los escrúpulos y seguir<br />

pisando cabezas. "Entonces, López se construye<br />

un escenario en el cual puede excusar sus culpas,<br />

justificarse y seguir siendo despiadado, como si<br />

en realidad estuviera en una encrucijada, sin otra<br />

alternativa que elegir ese camino", empieza<br />

<strong>Sbaraglia</strong>.<br />

–Solá dice que su personaje es más sencillo,<br />

unidireccional: Conti manda y espera obediencia;<br />

y que el tuyo es más arduo, porque se debate<br />

entre seguir cagando a los demás o perderlo todo.<br />

–El personaje de Miguel es fantástico y, a la<br />

vez, es como un vector, que va hacia adelante,<br />

que quiere solamente una cosa de Eduardo y<br />

que no tiene contradicción. En ese sentido,<br />

Eduardo es un personaje mucho más humano,<br />

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que todavía registra la humanidad en los demás<br />

y por eso se debate, pero se debate de una<br />

manera teatral, porque no es seria esa lucha,<br />

aunque él la viva así.<br />

–Ha habido últimamente mucho cine en el que<br />

se pretende humanizar al criminal, al dictador, al<br />

hijo de puta en general. Lo novedoso de López,<br />

quizás, es que se lo humaniza a través de los mecanismos<br />

psicológicos con los que pretende disfrazar<br />

sus miserias.<br />

–Este es un monstruo, un tipo frío, despiadado,<br />

pero lo que lo humaniza es el conflicto que lleva<br />

adentro. Hay películas muy interesantes sobre los<br />

malos absolutos, no sé, sobre Hitler, y a mí me<br />

parece que está bien humanizar al monstruo, en<br />

el sentido de que son construcciones inhumanas<br />

en un ser humano; eso fue Hitler, un monstruo<br />

que no surge de la nada, sino que se construye por<br />

equis circunstancias familiares, sociales, históri-<br />

cas, pero siempre partiendo de su humanidad.<br />

–¿Y López?<br />

–López es una construcción del sistema, que lo<br />

va armando hasta transformarlo en un frío instrumento<br />

del sistema.<br />

–¿Qué pensás vos de esos tipos? Está lleno. No<br />

son ni Hitler ni Videla, ni siquiera el dueño de la<br />

compañía. Son gerentes de recursos humanos,<br />

jefes intermedios, sus pequeñas iniquidades cotidianas<br />

son, perdoname la grandilocuencia, los<br />

engranajes que mueven la gran maquinaria de la<br />

injusticia.<br />

–Mirá, yo tuve la oportunidad de hablar con<br />

mucha de esta gente, y cuando hablás con ellos<br />

frente a frente te das cuenta de que estos tipos<br />

están llenos de contradicciones. Había muchas<br />

cosas que les costaba contarme, pero, a la vez, les<br />

ves una profunda humanidad. Es gente que en<br />

algún punto sabe que no está haciendo las cosas<br />

“En España<br />

se me dieron<br />

muchas<br />

oportunidades<br />

expresivas. El<br />

público argentino<br />

no lo vio. Hoy soy<br />

un actor con mucha<br />

más experiencia.<br />

Pero la experiencia<br />

no se muestra,<br />

se usa. Estoy<br />

usando ahora lo<br />

que aprendí en<br />

estos años.”<br />

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9


“No podía<br />

vivir con una<br />

película cada dos<br />

años. La<br />

alternativa era<br />

trabajar en una<br />

telenovela. De<br />

hecho, cuando en<br />

el '98 se pinchó<br />

Plata quemada<br />

hice una<br />

telenovela con<br />

Natalia Oreiro<br />

para Telefé, que<br />

no salió.”<br />

10<br />

bien, saben que están enajenados por algo. Y te<br />

dicen: bueno, mirá, esto funciona así. Y les digo:<br />

sí, pero, ¿qué te pasa cuando tenés que despedir a<br />

alguien? Bueno, es duro, pero si yo no despido me<br />

despiden a mí. Yo pienso en la familia, te dice<br />

alguno. Si A tiene familia y B no tiene, pero los<br />

dos generan la misma rentabilidad, yo echo a B…<br />

Es un asunto complejo, ¿no? Pero bueno, ¡todos<br />

sabemos que este sistema es una mierda…! ¿Estoy<br />

hablando muy fuerte? (<strong>Sbaraglia</strong> mira alrededor,<br />

algo incómodo. Por Defensa ruge el escape de un<br />

22 y entonces da lo mismo, ya nadie escucha a<br />

nadie.) Bueno, el capitalismo es injusto por<br />

naturaleza. ¿Viste Las viudas de los jueves? En<br />

un momento, mi personaje le dice al Tano,<br />

Echarri, que es un poco como Eduardo López,<br />

diferente, pero también es un tipo que solamente<br />

piensa en la guita, y mi personaje le dice: "Lo<br />

tuyo es capitalismo puro". Siempre vas a estar<br />

buscando y encontrando la manera de reproducirte,<br />

siempre esa manera va a ser original y<br />

siempre va a ser sórdida. El capitalismo no tiene<br />

otra manera de reproducirse que no sea sórdida,<br />

porque es una construcción que no tiene en<br />

cuenta al ser humano, solo le interesa la rentabilidad,<br />

los beneficios. Puede estar disfrazada de<br />

humanidad, pero nunca va a ser humana. Es el<br />

sistema en el que, no nos hagamos los boludos,<br />

todos estamos metidos. Y gente como López es<br />

la que toma las decisiones que nos afectan a todo<br />

nivel: laboral, político, económico. Son los verdugos.<br />

Claro, siempre tienen la alternativa de<br />

rebelarse, como dice un amigo, de desobedecer<br />

toda orden de humanidad. En fin, creo que la<br />

película está buena porque desnuda los meca-<br />

nismos, psicológicos digamos, con los que se va<br />

construyendo la inequidad.<br />

El sol pega fuerte sobre Parque Lezama, pero<br />

<strong>Sbaraglia</strong> no solo se la banca estoicamente, también<br />

describe técnicas oculares para paliar el<br />

enceguecimiento. Después de un rato de posar<br />

para el fotógrafo, se sube la bragueta que llevaba<br />

baja, calcula, desde que salió de su casa. Lleva<br />

quince años en pareja con Guadalupe Marín,<br />

artista plástica, y cuando supo que iba a ser padre<br />

supo, también, que quería regresar a la Argentina.<br />

Se había ido a España poco antes de que la crisis<br />

se llevara todo puesto, en 2000, buscando algo<br />

que acá no encontraba, y desde que volvió no paró<br />

de trabajar: la miniserie Epitafios, con su admirado<br />

Julio Chávez; esta película; Las viudas de los<br />

jueves, otra vez a las órdenes<br />

de Marcelo Piñeyro;<br />

Impostores, la miniserie que<br />

graba por estos días, dirigido<br />

por Bruno Stagnaro; y el teatro,<br />

claro, seis funciones por<br />

semana, dos los sábados. "Los<br />

domingos estoy hecho un<br />

zombi", dice. Dice también<br />

que fue tan acertado irse<br />

entonces como haber vuelto<br />

ahora. Y ensaya una modesta<br />

comparación entre allá y acá:<br />

–Argentina, comparándola<br />

con España, es un país que<br />

está tan acostumbrado al caos,<br />

a la desprolijidad. Allá, durante<br />

treinta años estuvieron acomodándose<br />

a un clima de<br />

abundancia, se acostumbraron.<br />

Ahora hay una grieta,<br />

pero, en muchos años, lo peor<br />

que les había pasado fue el<br />

paso de la peseta al euro: se<br />

volvieron locos, no sabían qué<br />

hacer con eso, mientras acá, desde que yo tengo<br />

memoria, cambiamos de billete cinco o seis veces,<br />

el país se desplomó, volvió a desplomarse, uno vio<br />

sufrir a los abuelos, a los padres. El sistema como<br />

tal desnudó sus carencias muchas veces en la<br />

Argentina. Entonces, el argentino ya sabe…<br />

–¿Sentís que te perdiste algo por no haber estado<br />

en 2001... no sé, la experiencia directa del caos, la<br />

cotidianidad de la crisis?<br />

–Es posible. Yo me fui en 2000, cuando algo de<br />

la crisis ya se vislumbraba. El despelote lo viví<br />

desde España, pero al toque vine, en 2002, y pude<br />

a sacar la poca plata que tenía, que eran siete mil<br />

dólares.<br />

–¿Puedo preguntar cómo?<br />

–Pesificados. Abrí cuatro cuentas, viste que<br />

podías sacar de a puchitos, y en dos o tres semanas<br />

ya lo tenía todo afuera. Pero vi al lado mío<br />

cómo a algunos les ofrecían sacarla toda. A mí me<br />

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dijeron: ¿se quiere llevar todo? ¡Ja! ¿Dónde esta<br />

la cámara oculta?<br />

–¿Tenés claro por qué te fuiste?<br />

–Sí, lo tengo clarísimo. En el '95, '96, empecé<br />

a tener muchas alternativas de laburo allá. Es<br />

muy excitante para cualquier actor, para cualquier<br />

persona, tener la oportunidad de trabajar<br />

en otro país. Y acá, paradójicamente, el tipo de<br />

carrera que podía hacer no era la ideal. Acá,<br />

para hacer Plata quemada esperamos dos años.<br />

Para hacer Cenizas del paraíso ya habíamos<br />

esperado otros dos.<br />

–Pero acá ya tenías bien ganada la chapa de<br />

actor serio.<br />

–Pero el prestigio no se paga. No podía vivir<br />

con una película cada dos años. La alternativa<br />

era trabajar en una telenovela.<br />

De hecho, cuando en el '98 se<br />

pinchó Plata quemada hice<br />

una telenovela con Natalia<br />

Oreiro para Telefé, que no<br />

salió por las propias contradicciones<br />

que tiene esta profesión.<br />

Estaban Rodolfo Ledo,<br />

Norman Briski, estaba la posibilidad<br />

de hacer algo muy<br />

piola, y por otro lado había un<br />

grupo de gente que quería<br />

hacer otra cosa. Había ahí un<br />

choque de intereses: Ledo se<br />

enfermó, terminó yéndose,<br />

atrás se fue Briski, atrás me<br />

fui yo.<br />

–O sea que si te quedabas<br />

podrías haber sido el Gustavo<br />

Bermúdez de esta década.<br />

–No, de hecho fue Facundo<br />

Arana. De Telefé me ofrecieron<br />

quedarme, hacer, también<br />

con Natalia, Muñeca brava, y<br />

dije que no. Yo me abrí de eso.<br />

Una vez más. Y, justamente, por lo difícil que era<br />

para mí encontrar cuál era mi lugar acá sentía<br />

que había un lugar más claro en otro lado.<br />

–Sabiendo que tarde o temprano ibas a volver…<br />

–De algún modo, cuando Lupe quedó embarazada,<br />

en 2005, ya estaba la idea de volvernos. Ese<br />

fue el año que quizás mejor me fue allá, pero,<br />

paradójicamente, nos sentíamos muy solos, o sea,<br />

hay algo absurdo en eso: aunque te vaya bien,<br />

decís "no termino de ser feliz". Tenés amigos,<br />

conocés gente bárbara, pero necesitás hacer pie<br />

donde mejor conocés. Igual, la idea es más bien ir<br />

y volver, estar más acá, pero ir y volver.<br />

–Quizás fue una etapa necesaria. Para muchos<br />

artistas, el caso de Alterio es arquetípico, el exilio,<br />

forzado en su caso, acabó redundando en una<br />

experiencia riquísima desde lo actoral.<br />

–Bueno, yo hablé mucho esto con Héctor, que<br />

aparte fue generosísimo conmigo cuando llegué a<br />

España. Él tenía 39, 40 años cuando hizo La<br />

tregua, y cuando se estrenó en San Sebastián la<br />

Triple A le avisó: no vuelvas porque te liquidamos.<br />

Y se tuvo que quedar. Mi caso es muy diferente,<br />

por supuesto, me voy por razones no tan<br />

extremas, al contrario, lo mío fue una decisión<br />

personal que tuvo que ver con ampliar territorios,<br />

no con cerrarlos. Y creo que fue una experiencia<br />

necesaria para mi formación como actor. Que,<br />

aparte, no está cerrada. Yo tengo 40 años, pero si<br />

mañana me aparece la alternativa de irme a laburar,<br />

no sé, a Francia, a Estados Unidos, yo no me<br />

cierro a nada… Hace rato que digo 40, no sé por<br />

qué. Tengo 39, y me falta muuucho para cumplir<br />

40, ojo. Cumplo recién el 30 de junio.<br />

–30 de junio del '70, en el límite. O sea que eras<br />

el más chiquito del grado.<br />

–Y sí, por eso me mandaron a Mojarrita.<br />

El autor de esta nota y <strong>Leonardo</strong> <strong>Sbaraglia</strong><br />

cursaron juntos la primaria, del '76 al '82, aunque<br />

no recuerdan haberse dirigido la palabra en siete<br />

años. De ahí esta breve digresión sobre los años<br />

de plomo en guardapolvo, incluida la antológica<br />

piña a Alonso (de la que el actor no aporta testigos).<br />

Leo vivía en Sáenz Peña, del otro lado de la<br />

General Paz, e iba a una escuela pública del<br />

barrio de Agronomía, de doble jornada, que no<br />

era cualquier escuela. "No, claro –le explica<br />

<strong>Sbaraglia</strong> al fotógrafo–. Era una especie de colegio<br />

modelo, y los milicos ponían guita ahí. Era<br />

como un cuartel. Cacciatore iba a todos los actos<br />

y a las ferias del plato las organizaba Chichita de<br />

Erquiaga. Ducasse, el vicedirector, se parecía a<br />

Galtieri. Comíamos en la escuela y había que<br />

“Cuando Lupe<br />

quedó<br />

embarazada, en<br />

2005, ya estaba la<br />

idea de volvernos.<br />

Ese fue el año que<br />

quizás mejor me<br />

fue allá, pero,<br />

paradójicamente,<br />

nos sentíamos<br />

muy solos.”<br />

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11


“Hace rato<br />

que digo 40, no sé<br />

por qué. Tengo<br />

39, y me falta<br />

muuucho para<br />

cumplir 40, ojo.<br />

Cumplo recién el<br />

30 de junio.”<br />

12<br />

comer todo, servían una carne gris llena de nervios,<br />

espantosa, y en las cabeceras de las mesas<br />

sentaban a los de séptimo para que nos vigilaran,<br />

les enseñaban a ser botones desde chiquitos. En<br />

el '77, por ahí, mi papá nos juntó a mí y a mi hermano<br />

y nos dijo: 'El presidente es un asesino',<br />

pero nos rogó que ni se nos ocurriera decir eso en<br />

la escuela".<br />

Ahora <strong>Sbaraglia</strong> enumera apellidos, compañeritos:<br />

Alonso, Matich, Dubois, Chacón, y repite<br />

este último como la indulgente letanía de lo que<br />

alguna vez le hizo gracia y ya no. Lo de Mojarrita<br />

es porque la escuela tenía su propia pileta de<br />

natación, y a los chicos los separaban en grupos<br />

según cuán bien nadaban. Leo, que no era "ni de<br />

los muy tragas ni de los muy lieros", sí era de los<br />

más petisos (aunque después pegó el estirón). Ya<br />

sabía nadar, pero como era chiquito, lo metieron<br />

en Mojarrita. Y un día, cuenta, se coló con los de<br />

Tiburón, los que nadaban "en lo hondo", una<br />

cándida picardía que entonces debió parecerle, y<br />

aun le parece para aquel contexto de disciplina<br />

cuasi castrense, una proeza. "De hecho, tengo un<br />

libro, bah, un libro... una especie de reportaje<br />

largo que me hicieron cuando me dieron un<br />

premio en el Festival de Huelva; con el premio<br />

te editaban un libro. Se titula Ni tiburón, ni<br />

delfín, ni mojarrita, por esa anécdota. Y ahí<br />

cuento todo este asunto de la escuela, que es lo<br />

que cuento cuando en España me preguntan<br />

sobre la dictadura. Porque ese es el recuerdo<br />

más tangible que tengo de la dictadura, diría<br />

que el único, y aunque en la primaria tuve un<br />

grupo de amigos fantástico, paradójicamente<br />

fue una experiencia tremenda, muy dura, porque<br />

seguramente en algo nos han cagado sin<br />

que nos diéramos cuenta, en algún lado nos<br />

deben haber metido el miedo".<br />

Todavía en el parque, <strong>Sbaraglia</strong> recita, rapidito:<br />

"En el monte hay una cabra ética, perlética,<br />

pelambrética, peluda, pelapelambruda, tiene<br />

unos hijos éticos, perléticos, pelambréticos, peludos,<br />

pelapelambrudos", y la lengua no se le traba.<br />

Entrena todos los días, dicción, vocalización, para<br />

el teatro, y explica cómo funciona la técnica del<br />

bel canto, para que la voz rebote en la cabeza y<br />

reverbere. Apoyado contra el tronco fibroso de<br />

una tipa, le pregunta al fotógrafo si con el zoom<br />

ve el caminito de hormigas, se saca los anteojos<br />

oscuros para no dar muy Calamaro, entorna los<br />

ojos y pega un par de extraños alaridos, como<br />

para adentro. Rebote y reverberancia.<br />

En los diez años que estuvo en España, solo<br />

volvió para trabajar con Piñeyro, con Puenzo, el<br />

mainstream del cine argentino, pero se perdió lo<br />

que cuando se fue no estaba, la estimulante aventura<br />

del nuevo cine independiente. "Y sí, por<br />

supuesto, y me da pena. Pero, bueno, lo que no<br />

tuve acá de alguna manera lo tuve allá. En<br />

España trabajé justamente con la vanguardia del<br />

cine español, con Gonzalo López–Gallego,<br />

Rodrigo Cortés, Manuel Huerga, gente del cine<br />

nuevo de allá, gente muy brillante que viene a<br />

romper algo. Allá hice más de quince películas, y<br />

buenas, hay cinco que son buenas–buenas de<br />

verdad, y acá se vieron solamente dos o tres: La<br />

ciudad sin límites, Intacto. Concursante no se<br />

vio. Salvador no se vio".<br />

–Haciendo papeles que quizás acá no hubieras<br />

hecho, como el guardiacárceles franquista de<br />

Salvador (la historia de la última víctima del<br />

garrote vil).<br />

–Por supuesto que no. En ese sentido, se me<br />

dieron allá muchas oportunidades expresivas. Y<br />

bueno, el público argentino no lo vio; me vieron<br />

haciendo Las viudas…, o me verá en El corredor<br />

nocturno, y quizás se sorprende, pero la verdad es<br />

que hoy soy un actor con mucha más experiencia.<br />

Pero la experiencia no se muestra, se usa. Yo estoy<br />

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usando ahora todo lo que aprendí en estos años.<br />

Y de alguna manera estoy recuperando ahora eso<br />

que me perdí antes, laburando con Bruno<br />

Stagnaro, que para mí ha sido de los más representativos<br />

de esa movida, junto con Caetano,<br />

Lucrecia Martel, Trapero. Con Bruno nos entendemos<br />

de maravillas y estamos haciendo algo<br />

que, creo, va a ser desopilante.<br />

–Impostores, trece episodios, por FX. ¿Se estrena…?<br />

–El 17 de noviembre.<br />

–Y se iba a llamar Farsantes.<br />

–Sí, pero Farsantes ya lo tenía registrado<br />

Pol–ka.<br />

Ya llevó a Julia y ahora charla animadamente<br />

con Valeria Brédice (la hermana maquilladora de<br />

Leticia, con quien comparte los ojos pero no la<br />

nariz) sobre contorno de ojos y un hidratante a<br />

base de palta que parece que está buenísimo.<br />

Están en una motor home estacionada al cabo de<br />

dos cuadras de basura y escombros, dentro del<br />

predio de la ex bodega Giol, en Pacífico, y Valeria<br />

se queja de los que suben sin avisar: la cosa se<br />

mueve mientras ella trabaja sobre los ojos de Leo.<br />

"Quizás un pelín de mentol en los ojos, ¿no?<br />

Tengo que hacer de choborra", sugiere el actor.<br />

El set está armado en un entrepiso enrejado<br />

de la vieja fábrica, que conserva la roña original.<br />

En la escena, en efecto, <strong>Sbaraglia</strong> está en curda,<br />

y durante el largo cuarto de hora que gastan<br />

Stagnaro y equipo ajustando los más ínfimos<br />

detalles de la toma, el actor se abisma en su<br />

personaje, lo construye, va y viene por el set con<br />

pasos dubitativos, erráticos, dice lo que diría un<br />

borrachín, a nadie: "¡Salí de acá la conchetumá!"<br />

o "¿Qué, mi plata no vale?", de repente<br />

lanza un mandoble al aire o eructa sonoramente.<br />

Después, graban.<br />

–¿Es cierto que te habían llamado para hacer<br />

Nueve reinas? (Impostores es, también con<br />

Brédice pero sin Darín ni Pauls, una serie sobre<br />

estafadores, un desprendimiento argumental de<br />

la exitosa película de Fabián Bielinsky)<br />

–Sí. En el '99. Yo me estaba yendo. Después de<br />

terminar Plata quemada, yo estaba triturado,<br />

quemado exactamente. Había sido mucho tiempo,<br />

laburando mucho para un personaje realmente<br />

muy difícil. Y al mes de terminar, yo estaba<br />

tirado, mirando el techo, todavía no tenía una<br />

hija y podía quedarme tirado mirando el techo.<br />

En ese momento éramos solteros, solteros de<br />

hijos, digo. Y realmente no tenía ganas de hacer<br />

nada más. Yo ya había trabajado con Fabián,<br />

hablábamos mucho, había una empatía y cuando<br />

decide hacer Nueve reinas, en marzo de 2000, yo<br />

ya me estaba yendo a España. Nos encontramos<br />

en un café, en Colegiales, y le dije: "Me estoy<br />

yendo", Fabián, y él se indignó conmigo, yo creo<br />

que se enojó tanto porque sabía el director que<br />

podía ser. Desde ese momento, no nos volvimos a<br />

hablar. Por supuesto, me arrepentí de no haber<br />

hecho esa película. Me lo encontré tres o cuatro<br />

meses antes de que se muriera, en una reunión, y<br />

nos saludamos. Me queda ese aliciente.<br />

–¿Te arrepentís de algún otro laburo que dejaste<br />

pasar, o de alguno que sí hiciste? Clave de Sol,<br />

por ejemplo. En esa época estudiabas con Alezzo y<br />

ya habías hecho La noche de los lápices. ¿No te<br />

rompe que cada tanto te recuerden esos comienzos<br />

de galancito adolescente?<br />

–No, no. En algún momento me lo debo haber<br />

planteado: ay, por qué empezar de esta manera y<br />

no como un actor del under. Pero, bueno, ese fue<br />

el camino mío, y yo aprendí mucho haciendo eso,<br />

y la popularidad y las alternativas de trabajo que<br />

tuve después también fueron gracias a eso. Hoy<br />

pienso que fue una buena escuela. De lo único<br />

que me arrepiento de esos años es de no haber<br />

vivido más la adolescencia. En algún lugar te<br />

queda fantasía: me hubiera gustado joder más,<br />

haber ido más a City Hall.<br />

–Es medio crucial eso en la carrera de un<br />

actor, ¿no? Saber elegir o, por lo menos, no pifiar<br />

demasiado.<br />

–¿Sabés que no? Una decisión nunca es<br />

determinante de nada. Uno es una serie de<br />

quince, veinte decisiones, no una sola. Uno se<br />

puede equivocar. Y, al contrario, si elegís hacer<br />

una película que después es una mierda, tampoco<br />

pasa nada. <br />

“Clave de Sol<br />

fue una buena<br />

escuela. De lo<br />

único que me<br />

arrepiento de esos<br />

años es de no<br />

haber vivido más<br />

la adolescencia.<br />

Me hubiera<br />

gustado joder<br />

más, haber ido<br />

más a City Hall.”<br />

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13


el canalla sentimental<br />

Estás enfermo<br />

Parecería comprensible<br />

que una persona<br />

mediocre sueñe con<br />

una vida mejor. Se diría que<br />

son pocas las personas<br />

que se saben mediocres y<br />

se resignan a ser mediocres<br />

y encuentran un cierto<br />

mórbido placer en sentirse<br />

mediocres, fracasadas. La<br />

mayor parte de las personas<br />

mediocres no saben<br />

que son mediocres y creen<br />

que están pasando por una<br />

fase temporal de mala fortuna<br />

y están seguras de<br />

que pronto dejarán de ser<br />

mediocres (es solo una<br />

mala racha) y tendrán el<br />

éxito que creen merecer<br />

(pero que con seguridad no<br />

merecen y no van a alcanzar).<br />

Esa pujanza de los<br />

mediocres suele ser el origen<br />

de las catástrofes, desgracias<br />

e infortunios que<br />

los hundirán en unas vidas<br />

aun peores de las que no<br />

estaban resignados a vivir,<br />

a no ser que el mediocre<br />

sea lo bastante sabio como<br />

para quedarse tranquilo,<br />

disfrutando si cabe de su<br />

medianía, aceptando que la<br />

suya es y será una suerte<br />

chata y gris.<br />

Parecería menos comprensible<br />

que una persona<br />

exitosa (si medimos el éxito<br />

como se mide en estos<br />

tiempos: en fama y fortuna<br />

y libertad para hacer con tu<br />

vida lo que te dé la regalada<br />

gana) sueñe con una<br />

vida distinta y todavía mejor<br />

de la que ya vive. Las personas<br />

exitosas no podrían<br />

ignorar que son exitosas.<br />

Por lo general, son lo bastante<br />

perspicaces para<br />

advertir, comparándose con<br />

14<br />

los demás y con lo que<br />

ellas fueron tiempo atrás,<br />

que han tenido éxito, que<br />

han sobresalido, que han<br />

descollado entre sus pares.<br />

Son pocas las personas<br />

exitosas que no son conscientes<br />

de su éxito. Sin<br />

embargo, la mayor parte de<br />

ellas suelen creer que se<br />

merecen el éxito y mucho<br />

más: soy famoso y tengo<br />

plata y hago lo que quiero<br />

porque me lo he ganado<br />

gracias a mi indiscutible<br />

talento, que es un talento<br />

superior. Es infrecuente<br />

encontrar a una persona<br />

que te diga: no me explico<br />

mi éxito, no lo merezco,<br />

tiene que ser obra del azar,<br />

de la pura casualidad, de la<br />

buena suerte: tengo éxito<br />

no gracias a mí, sino gracias<br />

a que alguien tiró los<br />

dados y cayeron a mi favor<br />

como podrían haber caído<br />

en mi perjuicio y en ese<br />

caso sería un mediocre, un<br />

fracasado más.<br />

Podemos suponer entonces<br />

que la mayor parte de<br />

los mediocres no saben<br />

que son mediocres y sueñan<br />

con una vida exitosa<br />

(que creen merecer, que<br />

está por venir, ya vendrá la<br />

buena racha) y que la<br />

mayor parte de los exitosos<br />

saben que son exitosos y<br />

sin embargo sueñan con<br />

una vida aun más afortunada.<br />

Uno se pregunta quién<br />

es más peligroso, quién<br />

más odioso: si el mediocre<br />

obstinado en triunfar o si el<br />

exitoso inconforme y ávido<br />

de más glorias y recompensas.<br />

Ambas son, me parece,<br />

enfermedades de nuestro<br />

tiempo, pero la primera<br />

parecería una enfermedad<br />

menos estúpida, porque<br />

quienes la padecen son un<br />

poco tontos y no tienen la<br />

culpa de lo que hacen o de<br />

lo que se imaginan, mientras<br />

que la segunda es una<br />

enfermedad viciosa, altamente<br />

tóxica y, en cierto<br />

modo despreciable, porque<br />

quienes la padecen han<br />

elegido contagiarse de ella,<br />

se han enfermado a sabiendas,<br />

se han enfermado porque<br />

se aburrían de estar<br />

saludables y ya bastante<br />

ganadores.<br />

He notado últimamente<br />

que la gente famosa y exitosa<br />

no está contenta, no se<br />

encuentra satisfecha, no<br />

sabe estarse quieta y quiere<br />

hacer con su vida una<br />

cosa distinta de la que ya<br />

hace tan bien y que además<br />

le ha procurado tan<br />

buen provecho económico.<br />

Esto no lo entiendo y me provoca<br />

un cierto desasosiego.<br />

No entiendo por qué tanta<br />

gente tocada por la gracia y<br />

la fortuna no se queda tranquila<br />

con el desmesurado<br />

éxito que ha alcanzado y<br />

trata de disfrutarlo un poco y,<br />

de ser posible, con la debida<br />

discreción. Pero tal cosa no<br />

parece posible en estos<br />

tiempos en los que nadie<br />

está contento con la suerte<br />

que le ha tocado en gracia:<br />

los mediocres quieren una<br />

vida distinta (quién podría<br />

condenarlos) y los exitosos<br />

también (quién podría compadecerse<br />

de ellos), y en<br />

ese afán se les escapa a<br />

todos el sosegado goce de<br />

los días, el disfrute modesto<br />

de las pequeñas o grandes<br />

cosas que de momento se<br />

poseen.<br />

Esta parecería ser la enfermedad<br />

de los tiempos que<br />

14-15-baily-011109.indd 14 28/10/2009 19:33:58


corren: la depredadora<br />

ambición de querer tenerlo<br />

todo y de inmediato y a<br />

cualquier precio, y cuando<br />

ya parece que lo tienes<br />

todo, querer ser otra persona<br />

todavía más exitosa,<br />

cambiar de oficio, demostrar<br />

que tu talento no tiene<br />

límites y que puedes triunfar<br />

en lo que te propongas,<br />

en lo que te salga del forro,<br />

en lo que te encapriches<br />

por pura vanidad. Tal conducta<br />

inmoderada es terrible<br />

y cruel, porque entraña<br />

una humillación a los<br />

mediocres, quienes, como<br />

es lógico suponer, repudian<br />

que los exitosos les machaquen<br />

una y otra vez que<br />

sus talentos son infinitos y<br />

que ellos, los mediocres,<br />

son y serán siempre infinitamente<br />

mediocres, incapaces<br />

de llegar a la cima y<br />

ponerse a hacer piruetas,<br />

acrobacias y toda clase de<br />

mohínes disparatados<br />

como los que hacen los exitosos<br />

inconformes. La venganza<br />

de los mediocres<br />

consiste en rechazar ofuscados<br />

la insolente pretensión<br />

de que el éxito es una<br />

carrera atropellada, infinita,<br />

y pasan a detestar (e incluso<br />

a odiar y querer matar) a<br />

los que antes admiraban. El<br />

mediocre termina odiando<br />

al exitoso a quien antes<br />

admiraba porque piensa:<br />

no permito que seas tan<br />

abusivamente exitoso, no<br />

permito que me humilles<br />

recordándome que tú tienes<br />

tantos talentos y yo ninguno,<br />

que la suma de tus<br />

éxitos sea el inventario de<br />

mis fracasos.<br />

Veo con alarma que a las<br />

personas más incautas les<br />

están haciendo creer que si<br />

desean con suficiente tenacidad<br />

una cosa, el universo<br />

conspirará para que la consigan<br />

y sin duda la conseguirán.<br />

La conseguirán, les<br />

dicen, porque la merecen,<br />

porque han nacido para<br />

tener éxito y nada ni nadie<br />

les impedirá alcanzarlo: tú<br />

puedes, sí se puede, piensa<br />

en grande, no desmayes,<br />

sal a conquistar el<br />

mundo y lo harás tuyo.<br />

Lamento discrepar. No, no<br />

se puede, o tú no puedes,<br />

no lo intentes siquiera, no<br />

vas a conseguir siempre lo<br />

que más imprudentemente<br />

deseas. Mi experiencia es<br />

que el universo conspirará,<br />

si acaso, para que no lo<br />

consigas. Yo deseé con<br />

obstinación ser un hombre<br />

y nadie conspiró para que<br />

pudiera serlo y desde luego<br />

no pude serlo cabalmente.<br />

No entiendo por qué las<br />

personas que han llegado a<br />

la cima de una gran montaña<br />

de pronto se encuentran<br />

insatisfechas, ansiosas,<br />

necesitadas de trepar más<br />

alto todavía, y entonces<br />

descienden por un despeñadero<br />

peligroso y escalan<br />

otra montaña más alta y<br />

empinada, preñada de riesgos.<br />

Desde luego, y como<br />

era previsible, muchas tropiezan<br />

y caen en tal empeño<br />

y quedan malheridas,<br />

pudiendo haberse quedado<br />

tranquilas en la cúspide a la<br />

que habían llegado.<br />

No escribo estas cosas<br />

porque se me acaban de<br />

ocurrir: las escribo porque<br />

las he visto.<br />

He visto a una cantante<br />

Por jaime bayly<br />

que ha conquistado el<br />

mundo decir que ahora<br />

quiere ser actriz y conquistar<br />

el mundo de nuevo y<br />

ganar todos los premios<br />

posibles como actriz, puesto<br />

que ya ganó todos los<br />

premios posibles como<br />

cantante.<br />

He visto a un escritor que<br />

ha conquistado el mundo<br />

con sus prodigiosas técnicas<br />

de hechicería narrativa<br />

subir al escenario para<br />

demostrar que también<br />

puede ser actor, un actor<br />

acartonado y soporífero<br />

que relata con memoria<br />

portentosa lo que otros han<br />

escrito y él recita ante los<br />

ojos arrobados y lánguidos<br />

de una bella dama a la que<br />

tal vez quisiera conquistar<br />

(ya que no va a conquistar<br />

al público, que disimula sus<br />

bostezos, aplaude por cortesía<br />

y sale del teatro como<br />

si hubiera salido de una prisión).<br />

He visto a un cantante<br />

famoso decir que no le<br />

basta con tener un avión<br />

privado, pues lo que ahora<br />

necesita (y con urgencia)<br />

es un avión más grande y<br />

espacioso en el que pueda<br />

tener una cama king size<br />

para él y camas pequeñas<br />

para sus invitados.<br />

He visto a un hermano<br />

millonario pedirle a mi<br />

madre todos sus ahorros<br />

para invertirlos en negocios<br />

de alto riesgo, sin que los<br />

demás hermanos se enterasen<br />

de que mi madre había<br />

vaciado sus cuentas bancarias<br />

para saciar la codicia,<br />

al parecer insaciable,<br />

de su hijo.<br />

He visto a mis amigos de<br />

toda la vida decirme que<br />

debo aprovechar la relativa<br />

comodidad que me han<br />

dado veinticinco años dedicados<br />

mercenariamente a<br />

la televisión para dar el<br />

salto a la política y postularme<br />

a presidente de la república<br />

del país en el que nací<br />

y en el que elegí no vivir y<br />

en el que, seamos francos,<br />

preferiría no vivir.<br />

He visto todo eso y sigo<br />

sin entender por qué somos<br />

incapaces de quedarnos<br />

tranquilos y agradecidos<br />

con lo que ya tenemos (que<br />

no es poco y suele ser más<br />

de lo que merecemos).<br />

Sospecho que buena parte<br />

de los males que padecemos<br />

tienen su origen en<br />

esa curiosa enfermedad de<br />

nuestro tiempo: la de no<br />

saber estarnos quietos y a<br />

gusto con lo que ya tenemos,<br />

con lo que ya somos.<br />

Como casi siempre queremos<br />

ser una cosa distinta<br />

de la que somos, una cosa<br />

mejor de la que ya somos<br />

(lo que a menudo acaba<br />

convirtiéndonos en una<br />

peor), la muerte parece un<br />

acto de estricta justicia, que<br />

debería complacer a todos,<br />

a los exitosos y a los mediocres<br />

por igual: no estabas<br />

contento con lo que tenías,<br />

pues ahora no lo tendrás<br />

más y serás algo distinto:<br />

un cadáver.<br />

Tal vez no sea exagerado<br />

decir entonces que los que<br />

persiguen el éxito más terca<br />

y obsesivamente acaban<br />

propiciando su propia muerte<br />

o, cuando menos, su propia<br />

infelicidad, que es una<br />

manera de seguir vivos<br />

estando ya muertos. 2<br />

14-15-baily-011109.indd 15 28/10/2009 19:33:59<br />

15


vidrieras<br />

Vistiendo las cabezas<br />

Lagomarsino, la empresa que fabrica sombreros, es la única que sobrevivió cuando este accesorio dejó de usarse.<br />

Hoy la regentean los Riera, sexta generación en el oficio y la cuarta dentro de esta tradicional empresa.<br />

Por María Fernanda Mainelli<br />

dice que hay sombreros<br />

para todos los rostros,<br />

pero que no todos los<br />

sombreros son para todos<br />

los rostros. Dice que un sombrero<br />

no es un accesorio,<br />

sino lo que define la vestimenta<br />

completa. Dice, también,<br />

que al sombrero se<br />

aprende a llevarlo con el<br />

tiempo, y que para que de<br />

verdad quede bien hay que<br />

sentirlo con naturalidad.<br />

Antonio Riera de esto algo<br />

sabe. Es bisnieto de una<br />

sombrerera que por 1878<br />

fabricaba sombreros en<br />

España, más precisamente<br />

en Palma de Mallorca; nieto<br />

del fundador de la casa de<br />

sombreros Riera; e hijo de<br />

otro sombrerero que en 1961<br />

compró y fusionó a la<br />

empresa familiar la clásica<br />

casa de sombreros<br />

Lagomarsino, fundada en<br />

1891 por Carlos y José<br />

Lagormarsino.<br />

Antonio Riera cumplió sus<br />

"primeros 69 años" el día que<br />

C visitó su fábrica ubicada<br />

en Lanús y mientras caminaba<br />

enérgico entre las máquinas,<br />

el hijo le alcanzó unos<br />

papeles, un nieto se acercó<br />

a saludarlo, otro lo consultó y<br />

un sobrino le preguntó adónde<br />

comprar inoxidables. En<br />

Lagomarsino, entonces, ya<br />

trabaja la cuarta generación<br />

de sombrereros Riera en la<br />

empresa, que es la sexta en<br />

el rubro.<br />

Hoy la empresa fabrica<br />

entre 200 y 250 mil sombre-<br />

16<br />

ros por año de 80 modelos<br />

diferentes en fieltro, telas,<br />

tejidos o cuero vacuno, y su<br />

principal mercado está en el<br />

interior del país. Hacen sombreros<br />

para marcas como<br />

Levi's, Tascani, Ufo,<br />

Compañía de sombreros,<br />

Etiqueta negra, Mimo,<br />

Cheeky; también gorras para<br />

las fuerzas armadas y las<br />

fuerzas de seguridad; modelos<br />

promocionales y para<br />

teatro, cine y televisión. Por<br />

ejemplo, los excéntricos<br />

sombreros que usa Aníbal<br />

Pachano en el Musical de<br />

tus sueños son diseños<br />

exclusivos de Lagomarsino.<br />

Exportan en pequeñas cantidades<br />

a Japón, Bélgica,<br />

España, Francia, Italia,<br />

Inglaterra, Estados Unidos,<br />

Chile y Uruguay, Bolivia,<br />

Brasil, Paraguay, Ecuador y<br />

Costa Rica; y ahora, acaban<br />

de sacar al mercado la primera<br />

colección de ropa<br />

masculina, una línea clásica<br />

compuesta por camisas,<br />

pantalones, sacos o camperas,<br />

pensadas como pren-<br />

das de corte sencillo para<br />

que acompañen al sombrero<br />

y no al revés.<br />

–¿Qué sabe de los fundadores<br />

de la empresa?<br />

–Los Lagomarsino eran<br />

gastronómicos, tenían un restaurante<br />

en el centro de<br />

Buenos Aires, al que iban<br />

operarios, entre ellos los de<br />

una fábrica de sombrereros<br />

que habían venido de Italia.<br />

En ese restaurante además<br />

trabajaba un mozo que tenía<br />

una característica especial:<br />

no se quemaba con los platos<br />

calientes porque había trabajado<br />

mucho tiempo en la fula,<br />

el sector donde se achica a<br />

mano el fieltro, que antes se<br />

hacía con agua hirviendo. Los<br />

Lagomarsino se asociaron<br />

con este mozo, trajeron técnicos<br />

del exterior y abrieron la<br />

fábrica. Fue de las primeras<br />

de la Argentina y fue la mejor,<br />

la que hacía los sombreros de<br />

mejor calidad. Rolando<br />

Lagomarsino, hijo de uno de<br />

los fundadores, fue ministro<br />

de Juan Domingo Perón y era<br />

un hombre muy inquieto, trajo<br />

CLAUDIo HERDENER<br />

maquinarias de última generación<br />

y puso a la fábrica a<br />

un nivel importante para<br />

poder exportar, y eso es lo<br />

que nosotros quisimos continuar.<br />

–¿Los Riera en qué tipo de<br />

sombreros se especializaban?<br />

–Mi abuela ya fabricaba en<br />

España sombreros de fieltro,<br />

calculo que en esa época<br />

harían galeras y sombreros<br />

de copa alta, y mi abuelo fue<br />

especialista en galeras y<br />

bombines. Nuestra fábrica<br />

era buena y tradicional, pero<br />

Lagomarsino era superior y<br />

en un momento mi padre<br />

tuvo la posibilidad de comprarla<br />

y las fusionó.<br />

Competíamos, pero como<br />

ellos tenían más tradición y<br />

mejor llegada decidimos<br />

mantener el nombre y continuar<br />

con la misma forma de<br />

fabricación. Lagomarsino<br />

tenía una característica que<br />

la diferenciaba del resto de<br />

las empresas del rubro: hacía<br />

muy buenos sombreros urbanos,<br />

no para el campo.<br />

–¿Recuerda a clientes célebres?<br />

–Cuando mi padre compró<br />

Lagomarino, en 1961, ya no<br />

se usaban las galeras de<br />

copas, pero sí les manteníamos<br />

esos sombreros a personalidades<br />

importantes de<br />

la política, como Juan<br />

Hortensio Quijano, el vicepresidente<br />

de Perón.<br />

También le hicimos sombreros<br />

a Arturo Frondizi, Pedro<br />

Aramburu, Alfredo Vítolo,<br />

ministro del Interior de<br />

16-17-VIDRIERAS-011109.indd 16 28/10/2009 21:36:24


Frondizi, y al presidente<br />

Edelmiro Farrell, a quién<br />

atendí personalmente, un<br />

hombre muy correcto pero<br />

extremadamente hosco.<br />

Primero iban ellos y después<br />

mandaban a sus secretarias,<br />

porque nosotros teníamos el<br />

molde de la forma de la<br />

cabeza y les hacíamos los<br />

mismos modelos en diferentes<br />

colores.<br />

–¿Había mucha competencia<br />

en el sector?<br />

–Cuando yo nací había 42<br />

fábricas del sombrero en el<br />

país. Era una industria fuerte<br />

y tradicional. Llevar sombrero<br />

era un estilo de vida.<br />

Recuerdo momentos históricos<br />

en los años 30' y 40',<br />

cuando todo el mundo estaba<br />

con sombrero: el entierro<br />

de Carlos Gardel o el de<br />

Hipólito Irigoyen y la inaugu-<br />

CLAUDIo HERDENER<br />

ración de la cancha de River.<br />

–¿Cuándo empezó a<br />

decaer su uso?<br />

–A partir del 47', porque el<br />

país cambió con el peronismo,<br />

cambiaron las formas de<br />

vida y las costumbres. Y después,<br />

con el tiempo, dejó de<br />

usarse por muchos factores:<br />

recuerdo que mi abuelo debía<br />

cubrirse la cabeza para salir<br />

a trabajar porque los inviernos<br />

eran inclementes, ahora<br />

no son tan crudos. En las ciudades<br />

aparecieron nuevos<br />

medios de transporte y más<br />

comodidades, hoy los espacios<br />

de compras están calefaccionados<br />

y no es necesario<br />

llevar sombrero. En los<br />

centros urbanos se dejó de<br />

usar pero, en cambio, se<br />

sigue usando la gorra, la<br />

boina o el sombrero en los<br />

sectores rurales. En Capital la<br />

gente sale de su casa con<br />

calefacción, va en auto al trabajo<br />

que tiene cerca de la<br />

casa, se estaciona cerca de<br />

la oficina o se traslada en un<br />

medio de transporte atestado<br />

de gente y el sombrero resulta<br />

incómodo o es inútil. Por<br />

eso, apuntamos al mercado<br />

del interior, tenemos presencia<br />

en todas las provincias y<br />

fabricamos sombreros especiales<br />

para cada zona, porque<br />

cada una mantiene su<br />

tradición en sombreros. En la<br />

provincia de Buenos Aires se<br />

usa un tipo de sombrero con<br />

el ala más bien angosta que<br />

se puede ver en las domas;<br />

en Entre Ríos y en Corrientes<br />

se usa un sombrero con ala<br />

ancha levantaba adelante<br />

que se le puede ver a los que<br />

pescan; en Chaco y Formosa,<br />

un sombrero parecido pero<br />

más rígido; en Salta, con la<br />

copa más baja; en la zona de<br />

Cuyo se puede ver un sombrero<br />

más recto y cilíndrico,<br />

parecido al sombrero chileno,<br />

y en la Patagonia o en la cordillera<br />

la gente prefiere sombreros<br />

con alas flexibles y<br />

blandas para que el viento no<br />

se los lleve.<br />

–Y de todas esas empresas<br />

que había ¿cuántas quedaron?<br />

–Ninguna, solo<br />

Lagomarsino. Y eso que<br />

había muy buenas y reconocidas,<br />

estaba Brousson,<br />

Dominoni, Garbesi o Marull.<br />

Fue un rubro que se batió en<br />

retirada y dejó muchos heridos<br />

en el camino, porque<br />

cada vez que una empresa<br />

cerraba, se quedaba con<br />

importante stock que volcaba<br />

al mercado a precios muy<br />

económicos para recuperar<br />

algo de capital. La última<br />

cerró en La Plata en 2001.<br />

–¿Por qué cree que ustedes<br />

se mantuvieron?<br />

–Los científicos dicen que<br />

las abejas no tendrían que<br />

volar porque tienen el cuerpo<br />

grande y las alas demasiado<br />

pequeñas, eso nos pasó a<br />

nosotros. Lagormarsino no<br />

debería existir pero existe<br />

porque para nosotros es una<br />

gran pasión, amamos lo que<br />

hacemos y amamos cuidar la<br />

tradición. Lucimos con orgullo<br />

el título de sombrereros y<br />

no queremos perderlo, y mis<br />

hijos y ya dos de mis doce<br />

nietos no están dispuestos<br />

a que Lagomarsino<br />

desaparezca.<br />

–¿Se ha incrementado el<br />

uso del sombrero en los últimos<br />

años?<br />

–Se nota una tendencia en<br />

suba, que empezó hace quince<br />

o veinte años, porque se<br />

ha tomado conciencia de que<br />

se debe cubrir la cabeza del<br />

sol. Por otro lado, aparecieron<br />

diseñadores europeos que<br />

empezaron a usarlo. Y además,<br />

desde hace tiempo los<br />

jóvenes se acostumbraron a<br />

llevan cups o gorras de béisbol<br />

cuando salen a la noche a<br />

bailar, y eso es, de alguna<br />

manera, positivo, porque son<br />

chicos que se acostumbran a<br />

llevar algo en la cabeza y ese<br />

es el comienzo para usar<br />

sombrero. Evidentemente, la<br />

gente se cubre más.<br />

–¿Cuál es su modelo preferido?<br />

–Un sombrero urbano, con<br />

un ala de cinco centímetros y<br />

cuando ando a caballo, uno<br />

más ancho. Tengo incorporado<br />

el sombrero a mi vida diaria<br />

y no porque fabrique sino<br />

porque es cómodo. Creo que<br />

hay que romper los prejuicios<br />

y los pudores, animarse e ir<br />

acostumbrándose de a poco.<br />

Y yo lo aseguro: una vez que<br />

uno descubre lo cómodo que<br />

es llevar sombrero, no hay<br />

vuelta atrás. 2<br />

16-17-VIDRIERAS-011109.indd 17 28/10/2009 21:36:29<br />

17


tecno<br />

Los nokios<br />

Así como hay tribus urbanas (floggers, rollingas<br />

y emos), hay también tribus celulares que<br />

comparten marcas y símbolos de adscripción e<br />

identidad comunes. El River-Boca es entre los<br />

iPhoneros, ya conocidos, y los fanas de Nokia,<br />

que aquí presentamos.<br />

Por Federico KuKso<br />

unos son de River y<br />

otros, de Boca.<br />

Unos guardan el<br />

pan lactal dentro de la<br />

heladera y otros lo dejan<br />

afuera. De un lado están<br />

los que dicen hola-cómote-va<br />

y del otro, los que<br />

no saludan ni miran a los<br />

ojos y siguen ensimismados<br />

en su pequeña burbuja<br />

cotidiana. El mundo<br />

está lleno de opuestos,<br />

de binarismos y elecciones<br />

varias que con el<br />

tiempo se cristalizan y terminan<br />

por definirnos, por<br />

decir directa e indirectamente<br />

quiénes somos.<br />

Ocurre a la hora de elegir<br />

y aferrarse por décadas a<br />

un sabor de helado y<br />

ocurre, se quiera o no,<br />

cuando uno termina identificándose<br />

y defendiendo<br />

como cruzado las bondades<br />

de una marca. El<br />

micromundo de los celulares<br />

no es ajeno a estos<br />

extremos.<br />

Es más, en este campo<br />

las pequeñas computadoras<br />

antes conocidas<br />

simplemente como "teléfonos<br />

móviles" tironean a<br />

más no poder para volcar<br />

hacia su lado nuevos<br />

usuarios y expandir de<br />

esa manera su tribu. Así<br />

como están los evangelistas<br />

que pregonan las<br />

18<br />

bondades del iPhone y<br />

de las Blackberries, están<br />

también aquellos cuya<br />

iglesia se encuentra en<br />

una ciudad finesa de solo<br />

230 mil habitantes llamada<br />

Espoo. Ahí, bien al<br />

norte del planeta y en una<br />

región de la que en verdad<br />

pocos argentinos<br />

habrán alguna vez oído<br />

hablar, está el corazón de<br />

un imperio, más expansivo<br />

que el romano y el otomano<br />

juntos: ahí está el<br />

nervio central de Nokia,<br />

"la" compañía fabricante<br />

de celulares que tomó el<br />

nombre de la ciudad<br />

finesa en la que nació<br />

como una compañía de<br />

caucho en 1898, vaciándola<br />

primero de sentido y<br />

luego llenándola con<br />

otros significados totalmente<br />

nuevos.<br />

No hay que hundirse en<br />

el fango virtual –los foros<br />

de la web– para advertir<br />

la pelea eterna, los roces<br />

y tironeos bien a lo River–<br />

Boca. De un lado del ring<br />

están los "iPhoneros", usuarios<br />

cool, los táctiles,<br />

amantes (y promiscuos)<br />

del diseño, de lo "tecnotop",<br />

de aquellos gadgets<br />

trendies o de moda<br />

que –piensan– los definen<br />

como personas, consumidores<br />

permanentes. Y en<br />

la otra esquina los "nokios",<br />

"nokieros", "nokiófilos" alérgicos<br />

a las manzanas, a<br />

los gurúes con sweaters<br />

cuello de tortuga, más<br />

pragmáticos, efectivos y<br />

funcionales.<br />

Irracionales como los<br />

defensores de todo fundamentalismo,<br />

ambos flancos<br />

chocan continuamente y<br />

se sacan chispas cada vez<br />

que la pregunta cae sobre<br />

un sitio como la bomba H:<br />

"¿Cuál es el mejor celular?"<br />

Como ocurre con toda<br />

creencia, religión o fe,<br />

siempre están los evangelizadores,<br />

aquellos que<br />

quieren convertir al contrario<br />

y llevarlo para su rebaño.<br />

Los nokios saben que<br />

lo suyo es más, como se<br />

dice, low profile, a diferencia<br />

de los iPhoneros, que<br />

tienen una máquina de<br />

marketing mucho más<br />

aceitada y el ego más<br />

necesitado de estar en la<br />

vidriera todo el tiempo.<br />

Al iPhone le cambian el<br />

color en la esquina de su<br />

carcasa e instantáneamente<br />

la noticia se reproduce<br />

viralmente en miles de<br />

millones de sitios web y<br />

páginas cada vez más<br />

moribundas de diarios y<br />

revistas.<br />

Aun así, ellos están ahí,<br />

con menos cámaras y flashes<br />

que los persigan,<br />

modificando la fisonomía<br />

de su pulgar. Los números,<br />

como ocurre en todo este<br />

sector, son astronómicos y,<br />

valga decir, muchas veces<br />

incomprobables. Pero se<br />

repiten como ciertos y, al<br />

menos, sirven para delinear<br />

las fronteras de estas<br />

nuevas tribus globales sin<br />

himnos, monedas o ejércitos<br />

que las unan bajo el<br />

18-19-TECNO-011109.indd 1 28/10/2009 21:52:35


nombre de una nación, tal<br />

como se las conocían en<br />

los siglos XIX y XX. Por<br />

ejemplo, según el francés<br />

Olivier Puech, vicepresidente<br />

de Nokia para<br />

América Latina, de los<br />

cuatro mil millones de<br />

usuarios de celulares en el<br />

mundo, 1,1 mil millones lo<br />

son de dispositivos Nokia<br />

(que a su vez se reparte<br />

en un 37% en Europa,<br />

13% en China y 10% en<br />

América Latina).<br />

Una población ampulosa<br />

que, vaya a saber uno las<br />

razones personales que<br />

impulsaron su elección, le<br />

dijeron sí a los finlandeses<br />

y adoptaron como nueva<br />

mascota, como su embajador<br />

tecnológico, un celular<br />

de esta marca tan conoci-<br />

da por sus series "N" (N95,<br />

N96 y N97, recientemente<br />

presentado en la<br />

Argentina), "XpressMusic"<br />

y los por acá desconocidos<br />

"Q3".<br />

La tribu es tan inmensa<br />

que ningún equipo bien<br />

intencionado de antropólogos,<br />

psicólogos y etnógrafos<br />

podrían abarcarla completamente.<br />

Pero lo intentan<br />

y de a poco van produciendo<br />

resultados: según<br />

un estudio enfocado en los<br />

nokios latinoamericanos, el<br />

81% de los argentinos<br />

suele enviar mensajes de<br />

texto o mensajes de correo<br />

electrónico desde el baño<br />

más que otras personas<br />

de la región; el 64% de los<br />

brasileños 'textean' a sus<br />

amigos durante una cita<br />

romántica; el 57% de los<br />

venezolanos manda sms<br />

durante una película. Y<br />

más porcentajes: el 92%<br />

de los argentinos, el 91%<br />

de los brasileños, el 82%<br />

de los mexicanos y el 64%<br />

de los venezolanos informan<br />

que envían mensajes<br />

de correo electrónico y<br />

mensajes de texto durante<br />

sus vacaciones.<br />

Lo cual comprueba la<br />

tendencia: para miles de<br />

millones de personas en el<br />

mundo, el celular –se quiera<br />

o no, se sea tecnofóbico<br />

o tecnofílico– se adosó<br />

inalámbricamente al cuerpo,<br />

se convirtió en un<br />

órgano más, tan necesario<br />

como un corazón o<br />

un pulmón para vivir<br />

y respirar. 2<br />

“<br />

Los "nokios",<br />

"nokieros" o<br />

"nokiófilos" son<br />

alérgicos a las<br />

manzanas, a los<br />

gurúes con<br />

sweaters cuello de<br />

tortuga, son más<br />

pragmáticos,<br />

efectivos y<br />

funcionales que<br />

los iPhoneros.”<br />

18-19-TECNO-011109.indd 2 28/10/2009 21:52:44<br />

19


20<br />

PoR cicco<br />

Me tomo<br />

5 minutos<br />

A la gente que medita ya no la tratan de<br />

esotérica ni de loca que habla con las tostadas.<br />

Costumbre en alza, la meditación se empezó a<br />

aplicar tanto en empresas como en cárceles,<br />

tanto en sofisticadas fundaciones<br />

internacionales como en gimnasios de barrio.<br />

Lo hacen en la cárcel de Olmos, en el<br />

penal de Villa Devoto, en la cárcel de<br />

mujeres de La Plata, en la Unidad 3<br />

de Rosario y en la prisión de máxima<br />

seguridad de Florencio Varela; los últimos lugares<br />

donde imaginarías a la gente haciéndolo. “Los<br />

reclusos ahora duermen mejor, manejan los conflictos<br />

y situaciones estresantes sin violencia, y<br />

han experimentado una mejora de su autoestima<br />

y del control sobre sí mismos”, observan en el<br />

Servicio Penitenciario Bonaerense, donde para<br />

estar a tono, instruyeron a los guardia-cárceles<br />

para que lo hagan.<br />

Durante 30 días, en 2009, lo hicieron y enseñaron<br />

a hacerlo a 4.500 personas en un predio de<br />

300 metros cuadrados en el shopping Paseo<br />

Alcorta. Los compradores desaceleraban el paso,<br />

descargaban las compras y se ponían a hacerlo en<br />

medio del zarandeo de bolsas. La gente decía: “Si<br />

puedo hacer esto en medio del caos del shopping,<br />

puedo hacerlo en cualquier parte”.<br />

Ahora que está gordo y las llamas ya no lo<br />

envuelven, lo hace Charly García. El jefe de recursos<br />

humanos de Coca-Cola Argentina, un hombre<br />

inusualmente espiritual para su puesto —por<br />

poco, se hizo rabino—, debate sobre cómo lograr<br />

que los empleados de una de las compañías más<br />

grandes del planeta también lo hagan.<br />

Lo hace Julio César Pereyra, el intendente de<br />

Florencio Varela. También el ex gerente de HSBC,<br />

Alejandro Nigro, y el subgerente del Banco<br />

Hipotecario, Hugo Chiera. Un ex ejecutivo dice<br />

que hasta redujo sus niveles de colesterol. Lo hizo<br />

—y hace— un conductor de radio, que escribió un<br />

libro sobre el tema y se convirtió en maestro espiritual<br />

de 150 mil lectores. Y quién sabe, si le dan<br />

20-27-mediatcio-011109.indd 20 28/10/2009 20:20:54


20-27-mediatcio-011109.indd 21 28/10/2009 20:20:57<br />

21


“Hace diez<br />

años meditar era<br />

'new age'. Ahora<br />

viene toda clase de<br />

gente. No importa<br />

en qué creas, la<br />

meditación sirve<br />

para dejar de ser<br />

esclavo de tus<br />

emociones y ser<br />

útil a los demás",<br />

dice Juan Mora,<br />

instructor de El<br />

Arte de Vivir.<br />

22<br />

tiempo, hasta se lo ponga a hacer Maradona.<br />

¿Y qué hacen todos ellos? Meditan.<br />

La meditación ya no es un capítulo inexpugnable<br />

del esoterismo. Hoy se debate en los programas<br />

de salud en la tele. Las celebridades defienden<br />

sus virtudes. Las empresas tienen programas<br />

de yoga y meditación —en nuestro país, por<br />

ejemplo, lo tomaron el CityBank, la Universidad<br />

Di Tella, Boston Consulting Group y Procter and<br />

Gamble—. Y existen proyectos ahora mismo<br />

para llevarlo a las escuelas.<br />

Meditar no es lo mismo que reflexionar, aunque<br />

a veces se use estos términos como sinónimos.<br />

Meditar es replegarse sobre sí mismo,<br />

tomar distancia de la propia vida, observarse.<br />

Meditar es darse cuenta básicamente de que uno<br />

no es el que piensa. Uno es otra cosa.<br />

De Buda a los líderes mundiales<br />

Gente de todo el mundo no para de hablar de las<br />

bondades de la meditación, como si se tratara de<br />

un nuevo polvo para lavar la ropa. Sin embargo,<br />

el polvo de la meditación es más viejo que cualquier<br />

lavarropa. Se conocen cientos y cientos de<br />

técnicas de meditación. Algunos hablan de 300.<br />

Otros de más de mil. A decir verdad, hay técnicas<br />

antiquísimas de meditación y técnicas modernas.<br />

Buda, el príncipe que juró no volver a ponerse<br />

de pie hasta meditar e iluminarse, practicaba<br />

dos: el vipassana, basado en la respiración —en<br />

nuestro país, hay retiros de diez días de práctica<br />

en las afueras de Buenos Aires, en completo<br />

silencio—, y el zazen, sentado con las rodillas<br />

contra el suelo y la nuca estirada, los pensamientos<br />

pasan y uno los observa entrar y salir como<br />

desfile de Giordano.<br />

Años atrás, en el Foro Económico Mundial de<br />

Davos, en los Alpes suizos, un hombre de barba y<br />

de punta en blanco, un hombre que bien podría<br />

pasar por mendigo, melenudo y sonriente llamado<br />

Ravi Shankar, cuatro veces postulado para el<br />

premio Nobel de la Paz, se presentó en el estrado<br />

y enseñó a meditar a cientos de líderes mundiales<br />

y multimillonarios. Su organización participa<br />

en 150 países y sus programas de meditación<br />

alcanzan a 300 millones de personas. “Todos en<br />

nuestra naturaleza —repite Shankar— tenemos<br />

un grado de serenidad”.<br />

Hoy en día, todos tienen, al menos, un amigo o<br />

familiar travesti, un amigo o familiar que consume<br />

paco, uno que fue víctima de una salidera<br />

bancaria y un familiar o amigo que medita. Los<br />

gimnasios del barrio se reciclan en centros de<br />

meditación, el yoga se transforma en una puerta<br />

abierta para meditadores y los músicos dan conciertos<br />

para recaudar fondos y multiplicar la<br />

tendencia. Sin embargo, durante siglos meditar<br />

fue una práctica más o menos secreta, sin el<br />

apoyo de famosos, ni medios ni nada, pues nunca<br />

hubo gran cosa para ver. ¿Una superproducción<br />

de Hollywood con un protagonista que medita?<br />

Horas y horas de Bruce Willis sentado sin hacer<br />

nada, un plomo. No hay buenas películas sobre<br />

místicos ni seres iluminados porque no hay<br />

mucho que contar. Los biógrafos de Ramakrishna,<br />

uno de los grandes gurúes de India, le dedicaban<br />

capítulos enteros a su pasión por los caramelos,<br />

básicamente porque no tenían nada mejor que<br />

escribir. En la vida del Dalai Lama, lo más entretenido<br />

era cómo se las ingeniaba para no pisar<br />

hormigas y evitar crear así una cadena de mal<br />

karma que pudiera opacarle la divinidad y los<br />

lentes. Es más interesante ver películas sobre<br />

asesinos que sobre meditadores. Sin embargo, si<br />

bien no hay nada para ver, los que probaron el<br />

20-27-mediatcio-011109.indd 22 28/10/2009 20:21:02


sabor de la meditación lo consideraron la película<br />

de su vida.<br />

“La primera vez que medité fue como si estuviera<br />

en un ascensor y cortaran el cable. ¡Bum!<br />

Caí en la dicha, en pura dicha. Y ahí me quedé”,<br />

evocó el cineasta David Lynch sobre la primera<br />

vez que meditó en julio de 1973, cuando asistió a<br />

un centro de Meditación Trascendental, de<br />

Maharishi Mahesh, en Los Ángeles. “Desde<br />

entonces opino que la palabra ‘única’ debería<br />

reservarse para esa experiencia. No me he saltado<br />

una meditación en treinta y tres años. Medito<br />

una vez por la mañana y otra por la tarde, durante<br />

unos veinte minutos”, dice Lynch en Atrapa al<br />

pez dorado su libro de memorias espirituales.<br />

“Descubro más alegría al hacer las cosas. Más<br />

intuición y el placer de vivir crece”.<br />

De tan entusiasta, Lynch creó una fundación<br />

propia que divulga la meditación en las escuelas<br />

de bajos recursos. En abril, junto a Paul<br />

McCartney y Ringo Starr dieron un concierto a<br />

beneficio en el Radio City Hall de Nueva York,<br />

para recaudar fondos con el fin de enseñar a<br />

meditar a un millón de chicos en situación de<br />

riesgo.<br />

En la Argentina, una de las caras públicas en<br />

defensa de la vida en clave de loto es el diseñador<br />

Nicolás Cuño, quien propone en sus campañas<br />

“Viví más despacio”, “Volver al origen de las<br />

cosas” o simplemente “Silencio”. Sus publicida-<br />

en multitud.<br />

Unas tres mil personas<br />

meditaron en Palermo, el<br />

pasado 12 de octubre, en<br />

un encuentro organizado<br />

por la Fundación<br />

de Ravi Shankar.<br />

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23


“No me he<br />

saltado una<br />

meditación en<br />

treinta y tres años.<br />

Medito una vez por<br />

la mañana y otra<br />

vez por la tarde,<br />

durante veinte<br />

minutos". David<br />

Lynch.<br />

24<br />

des tienen un halo de inciensos. Hizo posar a<br />

Charly y a Graciela Borges como si fueran santidades<br />

traídas de India. “Estando callado<br />

—repite el dueño de Key Biscayne e impulsor<br />

de espacios de meditación en shoppings, como<br />

mantra—, estando callado te bajan las fichas”.<br />

2009 fue el año de los meditadores. El último<br />

12 de octubre, tres mil personas se juntaron<br />

frente al Planetario a hacer básicamente nada.<br />

O a meditar, que, visto desde afuera, parece lo<br />

mismo. Buenos Aires fue una de las 19 ciudades<br />

que se sumaron al proyecto América Medita, la<br />

convocatoria más numerosa de meditadores<br />

del continente por la paz, organizada por la<br />

fundación de Shankar El Arte de Vivir —tres<br />

años atrás, en India se juntaron a meditar,<br />

imbatibles, 2.5 millones de personas—.<br />

“Hace diez años, meditar era new age”, dice<br />

Juan Mora, uno de los cien instructores argentinos<br />

de El Arte de Vivir, donde se dan 15 cursos<br />

semanales para unas 1500 personas. “Ahora,<br />

viene toda clase de gente y están mucho más<br />

abiertos a aprender. En mi caso, doy cursos de<br />

meditación hasta a gente de 90 años. Y damos<br />

talleres para adolescentes y niños. No importa<br />

en qué creas, la meditación sirve para dejar de<br />

ser esclavo de tus emociones y ser útil para los<br />

demás.”<br />

Dinero divino<br />

Poco tiempo atrás, un sondeo realizado entre<br />

los 400 hombres más ricos del planeta, según<br />

la revista Forbes, concluyó que tenían un nivel<br />

de felicidad comparable al de los esquimales en<br />

el norte de Groenlandia y al de los Masai en<br />

Kenia, un pueblo sin luz ni agua potable. Otro<br />

estudio psicológico añadió que el 61 por ciento<br />

de los habitantes de los países mejor posicionados<br />

a escala mundial, siempre estaba pensando<br />

en comprar algo nuevo. Por si fuera poco, los<br />

sociólogos observan que, una vez que una<br />

nación supera los 8000 mil dólares anuales per<br />

cápita, la proporción entre dinero y felicidad se<br />

enmaraña y se diluye.<br />

Desde que la gente medita, ya nada es lo que<br />

era. Uno de los cursos optativos más visitados<br />

en Harvard lo imparte Tal Ben Shahar, un ex<br />

veterano de guerra israelí y divulgador de la<br />

psicología positiva. El título: “Mayor felicidad”.<br />

Asisten 1400 alumnos por semestre —el 20%<br />

de los graduados—. Shahar enseña cómo una<br />

vida meditativa lleva a la felicidad. Para Shahar,<br />

lo importante es tener metas trascendentes y<br />

para eso, entre otras cosas, recomienda ejercicios<br />

de meditación. “Muchas veces damos<br />

nuestras vidas por descontado —dice en sus<br />

clases—. Necesitamos aprender a apreciar y a<br />

saborear las pequeñas grandes cosas de la vida,<br />

desde la gente a la comida, desde la naturaleza<br />

a una sonrisa”.<br />

Los meditadores acaban de aterrizar en el<br />

mundo de las finanzas. El último libro de<br />

Robert Kiyosaki, el autor de Padre rico padre<br />

pobre, que agotó 30 millones de ejemplares con<br />

su receta para hacerse millonario, lo escribió<br />

con su hermana monja budista Tenzin. Allí,<br />

Kiyosaki, nacido el mismo día que Buda, admite<br />

las limitaciones del dinero a la hora de dar<br />

una satisfacción interior. “Al reencontrarme<br />

con Tenzin —reconoció— me percaté de que<br />

una vida rica tiene dos balances: uno financiero<br />

y otro espiritual. Mi balance financiero estaba<br />

fuerte, pero en contraste, el espiritual estaba<br />

muy débil”.<br />

“Es obvio que no somos mucho más felices a<br />

pesar de nuestro progreso material. Pero, ¿por<br />

qué?”, se pregunta Brent Kessel, uno de los<br />

250 asesores financieros más consultados de<br />

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los Estados Unidos. Los análisis de Kessel aparecen<br />

con frecuencia en el Wall Street Journal,<br />

el Business Week y Los Ángeles Times. Pero el<br />

hombre conoció un día al Dalai Lama, a la<br />

Madre Teresa, y empezó a practicar yoga y a<br />

meditar. Así fue como descubrió que los asesores<br />

financieros se salteaban un tema importante:<br />

no eran meditativos. Kessel combinó sus<br />

conocimientos financieros con sus conocimientos<br />

de budismo y elaboró un manual de felicidad<br />

financiera que tituló: La fortuna en tus manos.<br />

“Es innegable que la mayoría de nosotros dedicamos<br />

mucho tiempo simplemente a desear. Aun<br />

más, muchas veces actuamos según estos deseos<br />

pero no logramos una libertad financiera. Es<br />

como si una fuerza exterior nos hiciera despilfarrar<br />

nuestro capital, bien sea el financiero o el<br />

espiritual. Esta fuerza es conocida en varias tra-<br />

diciones budistas como Mente Deseante”.<br />

La ciencia ya sabe quién es el hombre más feliz<br />

del mundo. Es hijo de un filósofo francés, se<br />

llama Matthieu Ricard, tiene 62 años y es doctor<br />

en genética molecular en el Instituto Pasteur.<br />

Bah, era doctor, cuando aun no era tan feliz como<br />

ahora. En 1972, Ricard abandonó su vida académica<br />

y se fue a los Himalayas a vivir la vida en un<br />

monasterio budista. Hizo fotografías de maestros,<br />

escribió best-sellers sobre su experiencia<br />

espiritual, publicó un libro imperdible de diálogos<br />

con su padre, se ordenó monje y, básicamente,<br />

se dedicó a meditar. Dos años atrás, el laboratorio<br />

de neurociencia afectiva de la universidad<br />

de Wisconsin analizó las resonancias magnéticas<br />

de su cerebro, junto al de otros meditadores que<br />

llevaban, como mínimo, diez mil horas de práctica,<br />

y llegó a la conclusión de que la mente de<br />

significado. Meditar<br />

no es "reflexionar", sino<br />

replegarse y tomar<br />

distancia de uno mismo.<br />

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25


david lynch. Tiene una fundación que promueve la meditación, una práctica ya no restringida al budismo y a figuras como el Dalai Lama.<br />

“No está el<br />

cuerpo por un lado<br />

y la mente por el<br />

otro. Acá damos<br />

desde pilates hasta<br />

meditación.<br />

Cuando la gente<br />

llega a su centro, se<br />

plantea muchos<br />

cambios. Soy una<br />

coach de bienestar",<br />

dice Gabriela<br />

Fernández, dueña<br />

de un... ¿gimnasio?<br />

26<br />

Ricard lo convertía en el hombre más feliz del<br />

planeta. Su cerebro no funciona como el de cualquier<br />

hombre. Es el cerebro, concluyeron en<br />

Wisconsin, de un hombre radiante. Con el córtex<br />

prefrontal izquierdo donde se hornean las emociones<br />

positivas en asombrosa expansión, y el<br />

derecho de los pensamientos negativos prácticamente<br />

suprimido, Ricard encontró en la meditación<br />

la llave de la felicidad y es autor de un libro<br />

sobre la felicidad. “La felicidad —dice Ricard— es<br />

una habilidad como todas. Requiere tiempo y<br />

esfuerzo”. Por lo pronto, no cometa el error de<br />

hacerse una resonancia magnética. No querrá ver<br />

lo duro que trabaja su córtex derecho para hacerlo<br />

miserablemente. Hasta que descubra la meditación<br />

y de un salto al otro hemisferio.<br />

Boom de acá a la vuelta<br />

“Una forma de experimentar en vida lo que el<br />

alma hará cuando el cuerpo muera tiene comprobación<br />

parcial en la práctica de la meditación.<br />

Cuando meditamos, el alma —o ser inmaterial—<br />

se escinde del cuerpo o ser material”. No se confunda,<br />

no es el místico indio Jiddu Krishnamurti<br />

el que escribe estas cosas. Vive un poco más cerca<br />

y, hasta hace poco, era reconocido nada más que<br />

como conductor de radio. Hoy, Ari Paluch acaba<br />

de publicar la segunda parte de El combustible<br />

espiritual, que agotó 150 mil ejemplares y se convirtió<br />

en el fenómeno editorial del año. Es tal su<br />

popularidad que el sello Planeta advirtió incluso<br />

que existen ediciones piratas. “La meditación nos<br />

permite, al igual que el yoga, recuperar nuestra<br />

olvidada conciencia divina”, señala Paluch.<br />

Los sellos tomaron nota del boom y convocan a<br />

gente de todas partes a hablar de espiritualidad.<br />

La editorial Kier logró que dos escritores nouvelles<br />

de ficción, Federico Levin y Agustín Valle,<br />

publicaran un libro titulado La nueva autoayuda<br />

—sale en noviembre— donde proponen entender<br />

la meditación como un juego. “La meditación es<br />

un juego que, como todo juego, permite participar<br />

de leyes distintas a las habituales de la vida<br />

cotidiana”, dicen los autores. “Salir de esa cotidia-<br />

neidad por un tiempo ayuda a entender las cosas<br />

y entendernos a nosotros mismos desde otra<br />

perspectiva”.<br />

A Bernardo Stamateas, uno de los gurúes de la<br />

auto-superación más convocantes de la Argentina,<br />

lo llaman de los municipios, del gobierno y de las<br />

corporaciones para hablar de espiritualidad,<br />

meditación y de cómo encontrar el éxito que el<br />

dinero no da. “La meditación es una práctica que<br />

Dios motiva a hacer a todos los seres humanos.<br />

La Biblia entera es un manual para meditarlo”,<br />

cuenta Bernardo, además pastor bautista. “Dios<br />

le dice a Josué: ‘Te mando a que medites de día y<br />

de noche en mi palabra, para que todo lo que<br />

hagas te salga bien’. La idea de Dios de poner sus<br />

pensamientos de paz en nuestra mente, no se<br />

trata de vaciarla, se trata de aprovechar ese tiempo<br />

para imaginar algo positivo que Dios prometió<br />

al hombre, sobre todo acerca del futuro”.<br />

Lo que acaba de inaugurar Gabriela Fernández<br />

en Palermo no es técnicamente un gimnasio.<br />

Tampoco es un spa. Ni un centro de pilates. Ella<br />

es profesora de educación física, pero tampoco lo<br />

que ella enseña es puramente aeróbic. “Es difícil<br />

de encajar, aquí no hay sala de musculación, yo le<br />

digo espacio de bienestar. Por eso le pusimos<br />

Bienestar en Red”. Hasta su local llegan 200 personas<br />

al mes y ella les dice que, lo primero y<br />

principal, es que se encuentren a sí mismos.<br />

“Mucha gente viene frustrada y no sabe bien<br />

cómo contactarse con su cuerpo. Yo les explico<br />

que no es el cuerpo por un lado y la mente por el<br />

otro. Acá damos desde pilates hasta meditación.<br />

Lo nuestro es integral. Cuando la gente llega a su<br />

centro, se va a plantear muchos cambios. A mí<br />

me dicen, ¿por qué no escribo un libro? O ¿por<br />

qué no pinto la casa o tengo un perro? Soy un<br />

coach de bienestar.”<br />

En el barrio de Colegiales, Suleyman está a<br />

cargo de la orden naqshbandi de los sufis derviches,<br />

con más de 500 seguidores en todo el país.<br />

Podrá pensar que con semejante nombre es un<br />

ambiente cerrado, secreto, indescifrable. Sin<br />

embargo, aquí llegan críticos de cine, pintores,<br />

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traductores, vecinos del barrio, y Suleyman los<br />

recibe con los brazos abiertos. Los sufis meditan<br />

mientras cantan, meditan mientras bailan, meditan<br />

en todo momento del día y reciben a todo el<br />

mundo con los brazos abiertos. “Cualquiera<br />

puede practicar —dice él—. Los beneficios siempre<br />

son positivos, aunque dependen de cómo es<br />

la práctica. Para algunos, meditar es sinónimo de<br />

observar sus pensamientos. Ellos aprenden lo<br />

importante que es desconfiar de sí mismos. Para<br />

otros, meditar es estar atentos a la respiración.<br />

Ellos reciben control y serenidad. Algunos al<br />

meditar observan al que medita y reciben sabiduría.<br />

Y por último están aquellos que buscan fuera<br />

y dentro de sí mismos a Su Amado, queriendo<br />

meditar en toda acción solo sobre Él. Estos reciben<br />

el nombre de derviches”.<br />

En lo personal, medito desde hace cinco años.<br />

Pasé dos recitando mantras y tres desde que hago<br />

zazen y me ordené bodhisattva, un paso antes de<br />

convertirme en monje. Por la noche, me siento<br />

frente a la pared de mi habitación y la miro<br />

durante una hora. Es la forma justa de meditar,<br />

de acuerdo a la tradición del budismo zen. A cada<br />

principiante, Toshiro Yamauchi, uno de los monjes<br />

más antiguos del país, les dice: “El zazen es<br />

estar online con Dios”. Cada vez que puedo, voy a<br />

los retiros: seis horas de mirar el muro durante<br />

un día y medio, junto a unas 70 personas.<br />

Ahora bien, si hubiera invertido las horas que<br />

miro el muro en otra cosa, hoy sería experto en<br />

cine coreano. En la obra de Proust. Podría haber<br />

hecho un master en algo. Generado un negocio.<br />

Con la meditación, no recuperé el pelo. No se me<br />

fueron los lunares. Mis cálculos en los riñones<br />

siguen ahí. Y mi nariz no se achicó.<br />

No veo tele. Ahora veo paredes. Antes pensaba<br />

en triunfar. Ahora pienso en estar libre. De tanto<br />

observar el muro, sé cómo funciona mi mente y<br />

cuándo me tiende una trampa.<br />

Aunque, a veces, me pongo un poco fanático.<br />

En el super, por ejemplo, la sermoneo a mi hija de<br />

diez años: “No te dejes engañar por tu mente —le<br />

señalo—. Ves: esos cereales vienen con premio y<br />

los chicos se los llevan, no porque les gusten los<br />

cereales en sí, sino por el juguete berreta que<br />

regalan. Las compañías se aprovechan de tu<br />

mente. Tenés que despegarte y elegir los productos<br />

con tu yo auténtico”. “Papá, ¿por qué no me<br />

dejás en paz?” “Se ve —le digo yo— que todavía<br />

no estás online con Dios”. Y empujo el changuito<br />

lleno de cajitas de cereales. 2<br />

“Por la noche,<br />

me siento frente a<br />

la pared de la<br />

habitación y la miro<br />

durante una hora.<br />

No veo tele. Ahora<br />

veo paredes. Antes<br />

pensaba en<br />

triunfar. Ahora<br />

pienso en estar<br />

libre. De tanto<br />

mirar el muro, sé<br />

cómo funciona mi<br />

mente."<br />

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27


28<br />

“Soy versátil,<br />

histérica y veloz”<br />

Gracias a las historias pansexuales que Naty Menstrual publicó en<br />

el blog que lleva su nombre, obtuvo el reconocimiento del<br />

mainstream literario y así llegó la publicación de su primer libro,<br />

Continuadísimo. Atrevida, locuaz y arrogante, la travesti que trató<br />

con desparpajo a Chiche Gelblung en su programa de televisión<br />

tiene un hermano mellizo que es cura.<br />

Por Damián Damore<br />

Fotos Luis maría Herr<br />

C<br />

on la prisa robada no se sabe bien a<br />

quién, tal vez a varios, Naty Menstrual<br />

llega acelerada y comienza a hablar<br />

rápido. Es como si midiera la velocidad<br />

de las palabras. “¿Qué vas a tomar vos?”,<br />

replica a la invitación de sentarse en la mesa de<br />

un bar. No espera respuesta: “Yo cerveza, yo<br />

siempre tomo cerveza. ¿Vos no?” Se sienta, hace<br />

una pausa: acomoda las tres o cuatro bolsas que<br />

contienen las telas con las que diseña remeras<br />

estampadas con frases inventadas por ella, paráfrasis<br />

que recuerdan al tono de los graffitis<br />

ochentosos que decoraban las paredes de Buenos<br />

Aires. Las vende los domingos en un puesto<br />

callejero de la feria de San Telmo. “Mickey Mouse<br />

se la come”, “Mirtha Legrand es una travesti”,<br />

“Muerte a Kent”. Pone a prueba al periodista:<br />

“¿Se te ocurre alguna?” “Un fantasma recorre<br />

Europa”. “¡Ayyy, ¡qué intelectual! —ironiza—. Yo<br />

prefiero: ‘Soy de tránsito lento, me cagó en todo’<br />

o ‘La única concha que conozco es la de mi<br />

madre’. ¡Qué Edipo que tengo! ¿No serás tan<br />

boludo de poner ‘Naty no tiene pelos en la lengua’<br />

¿no? ¿O vos sos de los que hacen el Jaime<br />

Bayly?”<br />

Naty escupe palabras: cuando escribe y cuando<br />

habla. Lanzó este año su primer libro,<br />

Continuadísimo (editorial Eterna Cadencia),<br />

que recopila historias sexuales. Escribe en el<br />

suplemento Soy, del diario Página/12 y en la<br />

revista El Teje, que edita el Centro Cultural<br />

Ricardo Rojas. En su bitácora (www.natymenstrual.blogspot.com)<br />

se conserva la carne fresca:<br />

el día a día de su “literatura travesti trash”.<br />

Con sus tacos, patea el barrio a diario. Plantó<br />

base en un altillo de la Asamblea de San Telmo,<br />

integrada en su mayoría por gente que habita en<br />

hoteles y pensiones de la zona. Vive allí desde<br />

hace poco más de un lustro, cuando volvió de<br />

España, luego de terminar la única historia de<br />

amor fuerte que tuvo en su vida.<br />

Al puesto de ropa llegan algunos curiosos que<br />

la descubrieron en la televisión, cuando visitó a<br />

Chiche Gelblung en su programa de Canal 26.<br />

La invitaron a hablar de su libro, pero se encontró<br />

con un planteo básico del conductor: “Lo<br />

único que tenés de travesti es la ropa, ¡tenés voz<br />

de macho!”, la acusó. Naty no se quedó en el<br />

molde y encaró el avance: “Es lo mismo que yo<br />

diga que lo único que tenés de periodista es cagar<br />

a pedos a tus empleados”. “Para hablar de literatura,<br />

traigo escritores”, contragolpeó. ¿Adivinen<br />

quién no estuvo en el siguiente bloque del programa<br />

de Chiche?<br />

“El domingo pasado se acercó una pareja que<br />

se vino desde la loma del orto porque querían<br />

conocer a la travesti que había bardeado a<br />

Chiche. Recién ahora vi el programa completo,<br />

antes vi algunas cosas editadas en esos programas<br />

de revoltijos que terminaron siendo más<br />

fachos que él. Ahí pensé: la culpa no es de Chiche,<br />

sino del que le da de comer”.<br />

—Ya tenés otra frase para tus remeras.<br />

—Es muy larga, como la lengua de Chiche.<br />

—¿Con el mundo editorial cómo te llevas?<br />

—Me sorprenden las comparaciones que<br />

hacen algunos críticos acerca de mi trabajo.<br />

“Tenés la influencia de tal autor, de tal año y tal<br />

corriente literaria”. ¡Mirá vos!, les devuelvo. Es<br />

ahí cuando pienso: “Mierda, yo no escribo tan<br />

mal”. Me molesta el pelotudeo que rodea a los<br />

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“Me molesta el<br />

pelotudeo que<br />

rodea a los<br />

escritores. Sus<br />

dichos: si no<br />

publicaste, no sos<br />

escritor; si<br />

publicaste, con<br />

quién publicaste,<br />

etcétera.”<br />

30<br />

escritores. Sus dichos: si no publicaste, no sos<br />

escritor; si publicaste, con quién publicaste,<br />

etcétera. También sucede que ahora que edité<br />

un libro, me empiezan a mandar cosas: ¿quién<br />

se creen que soy? ¿Jorge Luis Borges? No soy<br />

buena lectora. Escribo porque quiero contar<br />

algo, soy verborrágica y ahí puedo volcar. Lo que<br />

escribo es sincero. Muchos escritores buscan el<br />

efecto en el otro. Es cierto: todos queremos que<br />

nos lean, que nos presten atención, pero me<br />

parece que hay escritores dedicados específicamente<br />

a estructurar algo para que sea evaluado<br />

de determinada forma, para que sea aceptado<br />

de determinada forma, como si fueran arquitectos<br />

de la literatura. Son los que conocen cada<br />

efecto, cada sensación que pueden despertar en<br />

el lector, hasta manejan los efectos de ansiedad.<br />

A mí no me sale.<br />

—¿Qué es para vos la literatura?<br />

—Que me llame un chongo y me pregunte:<br />

“¿Chupás la pija con forro o sin forro?”. Eso es<br />

literatura.<br />

—¿Cómo considerás a Continuadísimo?<br />

—Es como un buen hijo: no rompe las bolas y<br />

deja dormir (risas). Me da satisfacciones: yo<br />

creía que no iba a tener mucha repercusión. Si<br />

pienso que jamás esperaba escribir un libro, eso<br />

ya está muy bien. No hice nada para editarlo. Un<br />

site que se llama El Interpretador, que hacen<br />

unos chicos de la facultad de Filosofía y Letras,<br />

se interesaron en lo que yo escribía. A partir de<br />

allí empecé a cruzarme con gente, hasta que<br />

conocí a Lilia Ferreira (NDR: ex mujer del escritor<br />

Rodolfo Walsh) que me presentó a la periodista<br />

María Moreno, ella estaba interesada en<br />

ver qué hacía. Al poco tiempo me llaman de<br />

Eterna Cadencia. ¡Que te vengan a buscar para<br />

escribir un libro no me parecía de la Argentina!<br />

¡Qué rápido todo! Para mí, escribir es un catarsis,<br />

aunque me haga la mística y suene medio<br />

pelotuda, cuando me distancio de mis textos me<br />

sorprendo de las construcciones que hago. ¡Qué<br />

loca estaría en ese momento! ¡O qué depresiva!<br />

Pero el libro tiene detrás una historia de generosidad<br />

que me impactó.<br />

—Contala.<br />

—Ya estaba todo resuelto: Valeria, una amiga<br />

diseñadora, me mandó la tapa y estaba cerrando<br />

los agradecimientos. Acordé todo con la<br />

encargada de prensa de la editorial, una mujer<br />

encantadora llamada Ana Mazzoni. Ella me<br />

hace un planteo: “Naty, ¿qué hacemos con Juan<br />

Pablo Liefield?” “¿Cómo qué hacemos?” “¿Lo<br />

conocés?”, insiste. “Sí, claro que lo conozco, es<br />

uno de los chicos que estaba en El interpretador”,<br />

le dije, arrebatada como soy. “Él fue quien<br />

nos trajo todo tu material a la editorial”, me dijo<br />

Ana. Es decir que él llevó mis escritos a la editorial.<br />

Hizo lo que jamás yo hubiera hecho, mostrar<br />

mi trabajo.<br />

—¿Desde cuándo escribís?<br />

—Desde los siete años. Mi vieja ahora recuperó<br />

un cuaderno donde hay poesías que yo escribí.<br />

Me divierto mucho viendo los dibujos que<br />

hice. Por ejemplo, cuando mi abuelo se enfermó,<br />

yo lo dibujé acostado con una de sus patas colgando.<br />

Siempre tenía un cuaderno a mano. A él<br />

también le escribí cartas; son muy graciosas, en<br />

una le escribo: “Abuelo: te quiero porque sos<br />

bueno, ¡porque pagás todos los impuestos!”<br />

También escribía cuentos.<br />

—¿Qué tipo de cuentos?<br />

—Tengo una recopilación titulada Relatos<br />

dementes, algunos son policiales, otros de ciencia<br />

ficción. Yo aun no me travestía y en esos<br />

cuentos descubrí que no terminaba de aceptar<br />

mi sexualidad. Era trolo, pero siempre destacaba<br />

una historia heterosexual, como para que el<br />

que leyera no pensara: “¡Este es trolo, se la<br />

come!” (risas). Me hacía el machito, todo era<br />

muy Corín Tellado. Algunos cuentos están en<br />

Continuadísimo: relatos que fueron cambiando<br />

a través del tiempo, cosas que derivaron en otras<br />

cosas, como “Celina Romero”. Perdí muchas<br />

cosas que escribí. Había un programa muy viejo<br />

que se llamaba PageMaker: yo guardé muchas<br />

cosas ahí y palmaron. Ahora conservo mis escritos<br />

en máquinas de distintos amigos.<br />

—¿No tenés máquina?<br />

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—No. No estoy tecnológicamente actualizada<br />

(risas).<br />

—¿Tu blog desde dónde lo actualizás?<br />

—Desde el locutorio del barrio, no es tan difícil.<br />

O desde la casa de un amigo. Desde cualquier<br />

lado. El blog fue lo que movilizó todo esto, porque<br />

la gente lo ve mucho, opina, deja mensajes<br />

e ¡historias!<br />

—¿Cómo empezaste con tus espectáculos?<br />

—Hace unos años, se me ocurrió ir a un bar<br />

oculto en San Telmo, La Cubana. Le ofrecí a su<br />

dueña, Litay, que me dejara hacer un show<br />

improvisado. Y lo hice, también empecé a leer<br />

mis textos. Ella ahora produce mi espectáculo<br />

en el bar Chueca.<br />

—Hace un tiempo hablaste de escribir una<br />

novela, dijiste que no sabías cómo hacerla,<br />

¿ahora estás más preparada?<br />

—La sigo pensando, pero me desorienta<br />

mucho. Tengo una idea, he escrito algo. Quiero<br />

escribirla de a poco, debo manejar mi ansiedad.<br />

Sucede que escribo cuentos para terminar más<br />

rápido lo que quiero contar, la novela me instala<br />

en un lugar que no conozco, así que pedí algunas<br />

para leer y conocer un poco más el paño,<br />

quiero leer algo que no sea de lo más tradicional.<br />

No me interesa atrapar al lector, subir la emoción<br />

y que luego se vaya. No me gusta la idea de<br />

desarrollar introducción, nudo y desenlace.<br />

Quiero escribir una novela de pensamientos,<br />

una novela de días.<br />

Naty apoya los lentes sobre la mesa. Su ojo<br />

derecho está flanqueado por dos estrellitas<br />

pequeñas, cotillón de niña. “¿Viste mis lágrimas?”,<br />

señala. Suena su celular y atiende. “No,<br />

no lo leí, tengo una traducción de Borges, pero<br />

no es la literatura que a mí me gusta”, le aclara a<br />

una productora de televisión por si esperan<br />

comentarios favorables de su parte. Corta. La<br />

invitaron a hablar de Orlando, la novela de<br />

Virginia Wolf. No la entendió y no le gusta. “Del<br />

único Orlando que puedo hablar es de Marconi”,<br />

aclara.<br />

—¿Estuviste enamorada alguna vez?<br />

Me enamoré una vez sola en mi vida, él<br />

era un vendedor de Calvin Klein,<br />

Gustavo. Vivimos un tiempo en<br />

Rosario, justo cuando<br />

fue el quilombo<br />

de 2001. Desde<br />

Buenos Aires<br />

me llamaban<br />

mis amigos,<br />

me preguntaban<br />

si era cierto<br />

que en Rosario se<br />

comían hasta los gatos.<br />

Yo empecé a preocuparme:<br />

“Ahora que<br />

publiqué un libro<br />

me mandan cosas<br />

para que lea.<br />

¿Quién se creen<br />

que soy? ¿Jorge<br />

Luis Borges? No<br />

soy buena lectora."<br />

28-33-NATY-011109.indd 31 28/10/2009 19:15:13<br />

31


“Cuando una<br />

cosa está resuelta,<br />

no me sirve. Creo<br />

que a todos nos<br />

debería pasar eso:<br />

que las cosas estén<br />

en camino de<br />

resolverse, no que<br />

queden resueltas,<br />

sino estás<br />

muerto."<br />

32<br />

“¡Me van a comer a mí!” (risas). Nos fuimos a<br />

España, vivimos en Extremadura. Desde el balcón<br />

se veía la frontera con Portugal. Era todo<br />

muy hermoso. Viajé mucho a Lisboa: junto a San<br />

Telmo son los lugares que más amo en el mundo.<br />

Estuve tres años y medio allá, luego me volví. Yo<br />

no hacía nada, ¡bah!, en realidad estudié diseño<br />

de indumentaria, pero quería trabajar. Me vine<br />

a Buenos Aires y continué mis estudios en el<br />

INTA; ahí además trabajaba en la cooperadora.<br />

Fue cuando me agarró la fiebre de la pollerita y<br />

el taco.<br />

—Hiciste de todo.<br />

—Siempre fui versátil, incluso como puto: fui<br />

pasivo y activo. Hasta estudié radio en el ISER.<br />

(engola la voz) “Si para sentirte completa te hace<br />

falta un pedazo, vibradores, vibradores, ¡vibradores<br />

Garcilazo!” Hice algo de radio en Nacional,<br />

junto a un amigo: un programa de rock. También<br />

hice producción para Mario Portugal en radio<br />

Del Plata y para Marcelo Arce. Me quedé con<br />

ganas de participar en un proyecto radial que iba<br />

a sonar en todos los trenes, nunca se hizo. Otra<br />

cosa que hice y me gusta es el doblaje, evitá el<br />

chiste fácil, por favor.<br />

—¿Pero qué es lo que más te gustaba hacer?<br />

—Todo, bah, todo no. Ese ser que me tocó<br />

como madre removió mi autoestima. En mi terapia<br />

siempre hablo de nutrirme del desafío. Veo<br />

que cuando la cosa está resuelta, no me sirve. Yo<br />

creo que a todos nos debería pasar esto: que las<br />

cosas estén en camino de resolverse, no que queden<br />

resueltas, sino estás muerto. Entiendo que<br />

la vida sea solucionar cosas, pero también creo<br />

que hay límites sanos y límites patológicos, que<br />

son los que no te dejan vivir. En ese momento te<br />

decís: ¡por favor, quiero parar! Quiero ir a tomar<br />

mate a Mar del Plata, al lado de los lobos marinos.<br />

El otro día hice autoterapia, justo era un día<br />

que no tenía un peso en el bolsillo, consecuencia<br />

del mal cálculo de mi economía. Pensé en ir a<br />

cenar a la casa de algún amigo y estuvo a punto<br />

de salir la bestia capaz de hacer cualquier cosa,<br />

pero de repente pensé que cuando estoy desesperada<br />

creo que la solución es tener billetes en la<br />

mano, pero cuando tengo el billete en la mano,<br />

me doy cuenta de que no es la solución de nada,<br />

¿entendés?<br />

—Sí. ¿Hace mucho tiempo que te analizás?<br />

—Creo que tres años. Retomé hace muy poco.<br />

No hago diván, acordé con mi terapeuta que lo<br />

mejor era no hacerlo. Entiendo que el diván me<br />

quita el cara a cara con ella, prefiero contarle las<br />

cosas de frente.<br />

—¿Por qué retomaste?<br />

—Por la salida del libro. Estuve bastante atacada<br />

con eso: se me cayó el pelo, adelgacé mucho.<br />

Tuve tanto pánico que no me podía subir a un<br />

colectivo para hacer terapia. Recuerdo que debía<br />

hacer una interconsulta con una psiquiatra para<br />

recibir una medicación. Estaba yendo en subte<br />

cuando me agarró un ataque: me bajé en cualquier<br />

estación y nunca llegué. Hasta para enfermarme<br />

soy versátil. ¡Versátil, histérica y veloz!<br />

—¿Tenés un hermano mellizo?<br />

—Tengo cuatro hermanos varones. Uno es<br />

28-33-NATY-011109.indd 32 28/10/2009 19:15:37


mellizo, es cura franciscano conventual, está todo<br />

bárbaro, pero nos vemos poco porque vive en<br />

Uruguay. Con mi familia me llevo bien, después<br />

de todo, sino te llevás bien con un familiar, ¿qué<br />

podés hacer? Tengo problemas conmigo como<br />

para desear llevarme mal con el mundo. Tengo<br />

felicidades e infelicidades, como cualquiera. A<br />

veces somos muy complicados: alguien te invita<br />

al cine, le decís que no y empieza un problema.<br />

Es como cuando alguien te pregunta: “¿Te gusta<br />

la remera que me compré?” No. “¿Cómo que te<br />

no te gusta? ¡Sos una hija de puta!” ¿Para qué<br />

carajo me preguntás si no tengo opción de responder?<br />

En esos casos aprendí que hay que de<br />

decir que sí, si lo que buscan es que digas que sí,<br />

¿para qué decir lo contrario?<br />

—Acumulaste fama, ¿no te da fobia eso?<br />

—Si se queda así, está bien, no me molesta, lo<br />

estoy disfrutando. No lo voy a negar: me gusta<br />

que la gente lea lo que escribo; que me dejen<br />

mensajes cariñosos en el blog; que me vayan a<br />

ver cuando actúo y que me den afecto. Hace<br />

poco, en San Telmo, desde un balcón una mina<br />

me tiró una minifalda: “Naty, te la regalo porque<br />

a vos te va a quedar mejor que a mí: ¡estoy<br />

gorda!”<br />

—¿Qué pasó en el programa de Chiche<br />

Gelblung?<br />

—Me invitaron para hablar del libro. Fui a grabar<br />

y el trato que me dieron en el canal fue muy<br />

bueno: había catering y hasta me permitieron<br />

que fuera con mi maquilladora amiga. Pero en<br />

un corte el tipo empezó a bardear a otros invita-<br />

dos y ahí me preocupé. Es muy desagradable,<br />

porque llega al límite donde no hay excusas para<br />

serlo. ¿Es por el éxito? No. ¿Es por el rating?<br />

Tampoco. ¡Tenés que ser desagradable! Tiene<br />

una obsesión por el puto y por el trava. ¡Te la<br />

pasás hablando de putos! Se la pasa invitando<br />

travas al programa; lo escuchás en la radio ¡y<br />

también habla de putos! El mambo es tuyo, no<br />

del puto o del trava, porque el que está relajado<br />

no jode. En fin: está en una radio que escucha<br />

mucha gente. Ahí no llegas de casualidad, hay<br />

gente que piensa lo mismo que él, tenés un entorno<br />

que te sostiene. Pasa lo mismo con los que se<br />

quejan de Cristina, ¿quién la puso ahí? Chiche la<br />

tiene clara, de cualquier garcha hace un programa<br />

de televisión. Hace un informe de un pedo;<br />

él debe pensar “¿hay que seguir al pedo? ¡Sigamos<br />

al pedo!” No comulgo con él, de hecho no quería<br />

ir a su programa, pero me llamaron tres veces de<br />

la producción diciendo que querían hablar de mi<br />

libro. Entonces me dije: “Viejo de mierda, ya que<br />

me buscas tanto, ¿qué mierda querés? ¿Y qué<br />

pasó? Que se encontró con un puto que no era<br />

como todos los putos que él considera que debe<br />

ser un puto. Yo fui una atrevida, pero no me<br />

zarpé. En el corte se montó en cólera. Debe haber<br />

pensado, “¿cómo puede ser que un puto me esté<br />

diciendo todo esto?” 2<br />

Agradecimientos: Débora Sánchez,<br />

maquilladora; La fundamental, sombreros;<br />

Bar El tucumano; Verdulería La Boutique.<br />

Asamblea de San Telmo.<br />

“No estoy<br />

tecnológicamente<br />

actualizada. El<br />

blog lo hago desde<br />

el locutorio del<br />

barrio, no es tan<br />

difícil. O desde la<br />

casa de un amigo.<br />

Desde cualquier<br />

lado."<br />

28-33-NATY-011109.indd 33 28/10/2009 19:15:45<br />

33


¿Billetera mata<br />

Hoy hay múltiples respuestas a la pregunta Quién paga, título del libro de la periodista Leni<br />

González que publica este mes Sudamericana y que cuenta Historias de parejas y dinero en<br />

el siglo XXI. Si bien cambió el panorama y actualmente son muchos los hogares donde la<br />

mujer es proveedora, eso no significa que se hayan intercambiado totalmente los roles, como<br />

la autora descubre en este capítulo que adelantamos aquí: “¿Me comprás una cervecita?”<br />

34<br />

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femineidad?<br />

34-39-quienmanda-011109.indd 35 28/10/2009 22:27:09<br />

35


Proveedoras<br />

En su libro Quién<br />

paga, la periodista<br />

Leni González<br />

actualiza algunos<br />

datos e<br />

interpretaciones sobre<br />

lo que suele llamarse<br />

"jefas de hogar", y que<br />

en general son las<br />

principales<br />

proveedoras en su<br />

grupo familiar (y esto<br />

no necesariamente las<br />

convierte en "jefas").<br />

Para la consultora The<br />

Gender Group el<br />

porcentaje de mujeres<br />

sostenedoras del hogar<br />

en las ciudades creció<br />

del 25% al 34% entre<br />

1996 y 2002, mientras<br />

que en veinte años<br />

(1980-2000), en la<br />

capital y el gran<br />

Buenos Aires<br />

disminuyeron los casos<br />

en los que ella<br />

contribuye menos que<br />

el varón y aumentaron<br />

los hogares en los que<br />

ella aporta más, en<br />

especial en el<br />

segmento de edad<br />

hasta 29 años.<br />

El Equipo<br />

Latinoamericano de<br />

Justicia y Género<br />

entrevistó en 2006 a<br />

mujeres de Buenos<br />

Aires, Córdoba y<br />

Rosario y concluyó que<br />

sólo el 17%<br />

consideraba su ideal<br />

vivir sin trabajar. El<br />

98% ve el trabajo<br />

como una oportunidad<br />

de socializar, el 88%<br />

siente que le da<br />

libertad y autonomía,<br />

para el 66% representa<br />

la oportunidad de<br />

descansar de los<br />

problemas familiares y<br />

de la casa y para el<br />

58% es solo una vía<br />

para aportar a los<br />

gastos del hogar.<br />

36<br />

Por Leni GonzaLez<br />

Fotos de Luis María Herr<br />

Las películas no son como la vida aunque<br />

se le parezcan. Cuando en las comedias<br />

románticas de Hollywood, el “The End”<br />

se dibuja sobre el beso final de los enamorados,<br />

a nadie importa el hipotético futuro de los dulces<br />

tortolitos. Porque el día después siempre<br />

pertenecerá a la realidad.<br />

Es un enigma, por ejemplo, cómo habrá<br />

seguido la historia entre el tierno librero, mezcla<br />

de loser y nerd, que interpreta Hugh Grant,<br />

y la soberbia estrella de cine, encarnada por<br />

Julia Roberts, en Un lugar llamado Notting<br />

Hill (Roger Michell, 1999). Sabemos que el<br />

amor triunfó pero se escuchan apuestas para<br />

imaginar los años siguientes.<br />

Seguramente, Susana, Huber y el cenicero<br />

(ya citados en la Introducción) tengan una<br />

buena pista.<br />

Otra, distinta, sería la teoría arrimada por<br />

Dolores Barreiro y Matías Camisani: ella,<br />

supermodelo consagrada y de alto cachet,<br />

madre de tres hijos; él, a veces modelo, a veces<br />

músico, aparentemente muy enamorado, muy<br />

padrazo, muy cool. Su paridad complementaria<br />

suele ser ejemplo, en las notas periodísticas a<br />

la caza de freaks y raros peinados nuevos, de lo<br />

que se ha dado en llamar la unión entre “mujeres<br />

Alfa” y “hombres Beta”, colectivo varonil<br />

también descripto bajo el nombre de “nueva<br />

masculinidad”: se trata de hombres sensibles,<br />

que no temen mostrarse vulnerables, cocinar<br />

sushi ni cambiar pañales, despreocupados por<br />

el dinero y felices de estar a la sombra del brillo<br />

de su mujer.<br />

Hummmmm, dice Irene Meler, coordinadora<br />

del Foro de Psicoanálisis de Género. Porque<br />

las glamorosas vidas de película no abundan<br />

escaleras abajo. Si él va a ser amo de casa, papá<br />

full time, trabajador temporal o artista pour la<br />

gallerie, tendrá que llevar ese combo hasta el<br />

final. De lo contrario, es estafa. “No soy tan<br />

optimista. Esa supuesta democratización e<br />

intercambio de roles puede esconder una actitud<br />

pasiva y extractiva, una forma encubierta<br />

de explotación —quizás, totalmente inconsciente<br />

o involuntaria— por parte del varón. Esa<br />

mujer termina, en general, sobrecargada de<br />

trabajo porque se sigue ocupando de todo.<br />

Cuando de verdad las relaciones en la casa, a<br />

nivel doméstico, sean igualitarias, será creíble”,<br />

considera.<br />

Lucía no supo de relaciones igualitarias aunque,<br />

a los 44 años, no pierde las esperanzas. Es<br />

separada por partida doble, tiene un hijo por<br />

cada matrimonio, no pudo terminar la universidad<br />

y mantiene a la familia con su empleo<br />

municipal. No recibe ningún tipo de ayuda de<br />

los ex, salvo un pequeño aporte de una de las<br />

abuelas paternas. Tampoco tiene, por estos<br />

días, novio o similar. Atractiva, sin el rictus de<br />

las resentidas, se siente dueña de su vida aunque<br />

no niega desearse mejor suerte.<br />

Alos 21 años, conoció a un alemán de 24, de<br />

quien no quiere ni decir el nombre, con el que<br />

se casó y se fue a vivir a Venezuela: él trabajaba<br />

en un negocio, ella estudiaba y se ocupaba de<br />

la casa; él le daba para los gastos diarios, ella<br />

administraba como podía. Discutían.<br />

Cambiaron el plan: ella trabajaba y dejó los<br />

estudios; él empezó a estudiar y trabajaba. Para<br />

él. “Priorizaba sus gastos y eso produjo un quiebre<br />

porque yo sentí que había un abuso, casi<br />

todo recaía en mí, no cumplía con lo que habíamos<br />

arreglado. La relación se empezó a fracturar<br />

y entonces tomé una decisión: o seguía con<br />

esa situación donde no se llegaba a ningún<br />

acuerdo y me conformaba postergándola in<br />

eternum, o lo dejaba, que es lo que hice. Me fui<br />

con la plata del pasaje y nada más, en quiebra<br />

—cuenta Lucía, que larga una carcajada cuando<br />

dice la palabra “quiebra”—. Nunca más tuve<br />

contacto con él; hablé una sola vez pero no lo<br />

volví a ver ni nada.”<br />

Y Lucía volvió a Buenos Aires. Ah, con un<br />

hijo chiquito. Y volvió también el amor, antes<br />

de cumplir los treinta, con Pedro, un joven de<br />

21 años con quien inició su segunda experiencia<br />

marital. Los dos trabajaban, los dos ganaban<br />

más o menos lo mismo, los dos se repartían<br />

34-39-quienmanda-011109.indd 36 28/10/2009 22:27:20


en partes iguales el alquiler y los gastos comunes,<br />

los dos se guardaban el resto para lo individual.<br />

“Pero le duró poco —dice y vuelve a<br />

reírse—. Esto tampoco se cumplió. Dejó de trabajar<br />

y se metió con laburitos eventuales y<br />

muchos proyectos, proyectos a los que siempre<br />

les faltaba un paso para concretarse o cuando<br />

se concretaban surgía otro problema y<br />

bueno…”<br />

Y bueno, empezaron las discusiones: “No le<br />

ponía energía al asunto, siempre encontraba<br />

un obstáculo para no concretar nada; entonces,<br />

una vez puede ser; dos, también; pero cuando<br />

ya son más de cinco, decís ‘no’. Para colmo,<br />

cuando quedé embarazada, me hablaba de que<br />

a su hija no le iba a faltar nada pero la realidad<br />

era cada vez peor. Su mamá nos pasaba un<br />

mínimo aporte pero yo no lo aceptaba porque,<br />

para mí, lo importante es la persona que vive<br />

con vos, porque yo no acepto que otro me dé lo<br />

que yo puedo hacer”.<br />

La convivencia duró dos años. En el reparto<br />

de bienes, Lucía se quedó, otra vez, con su<br />

segundo diploma de la fuerte, la luchadora, la<br />

que todo lo puede. Ah, con una hija chiquita. Y<br />

algunos aprendizajes de la madurez. “El dinero<br />

no es un problema pero tiene que estar bien<br />

equilibrado, bien charlado de antemano, no<br />

para resolver sobre la marcha sino para predeterminar.<br />

No me preocupa mantener la casa<br />

con mi sueldo pero si hay un equilibrio, si están<br />

fuertes los otros pilares de la pareja. No me<br />

importa que no trabaje en el sentido remunerativo<br />

—dice para referirse a ‘plata’—, pero sí<br />

que esté activo y no todo el día tirado en la<br />

cama con el control remoto. Privilegio la admiración,<br />

me interesa la persona que está constantemente<br />

pensando en nutrirse intelectual,<br />

espiritual y éticamente. Que crezca. No desvalorizo<br />

lo económico pero, para mí, no pasa todo<br />

por el dinero.”<br />

La psicóloga Meler insiste en leer la letra<br />

chica de las novelas rosas y las retitula con el<br />

dramático “los tiempos del desencanto”: “En<br />

algunos casos, la estrategia para superar la<br />

amenaza de soledad es una especie de reciclado<br />

de la subordinación de género acotada al ámbito<br />

privado. Así como algunas jóvenes disimulan<br />

sus credenciales universitarias a la hora de<br />

seducir, al elegir pareja impostan una dependencia<br />

que no existe de modo efectivo; y aceptan<br />

varones con menores atributos fálicos de lo<br />

que sus aspiraciones demandan. He planteado<br />

que las relaciones tradicionales entre los géneros<br />

pueden modificarse con mayor facilidad en<br />

el ámbito público y que, por el contrario, es en<br />

el terreno de la intimidad amorosa, de la constitución<br />

del deseo, donde el nexo entre erotismo<br />

y dominación resulta más resistente al<br />

cambio. Esto se expresa en lo que comúnmente<br />

se denomina ‘una cierta necesidad de admiración<br />

hacia el varón’, que sustenta el deseo<br />

femenino. Pero admirar no es tarea fácil para<br />

mujeres que han obtenido considerables logros<br />

personales y que encuentran varones severamente<br />

fragilizados”.<br />

A Marcia le cuesta cada vez más mantener el<br />

fuego sagrado de la admiración hacia Santiago.<br />

La hoguera se va apagando y la poca luz que<br />

irradia apenas alcanza para iluminar una imagen<br />

empequeñecida, una promesa incumplida,<br />

una muestra gratis de lo que fue. Pero no termina<br />

de perder las esperanzas de que un mágico<br />

golpe de suerte le devuelva el alma que hace<br />

ocho años la encandiló.<br />

Santiago tiene 39 años y Marcia, 37; se<br />

conocieron hace ocho, viven juntos hace cuatro<br />

y son padres de Alexia, de 3. Ella no terminó<br />

el profesorado de Matemáticas, él se dio<br />

por hecho con la secundaria. Solteros y novios,<br />

sabían divertirse. Cada uno con su trabajo,<br />

con su departamento alquilado, con su plata<br />

para gastar en lo que les venía en gana. Lento<br />

avance de cepillos de dientes y bombachas<br />

colgadas en la ducha, ella terminó quedándose<br />

en la casa de Santiago y, juntados, continuaron<br />

su ritmo de vida con civilizadas cuotas<br />

de sexo, droga y rock’n roll, jurándose ser<br />

jóvenes eternamente.<br />

“A veces nos decíamos ‘uyyyy, habría que pensar<br />

en mañana’, pero después cuando la pasás<br />

bien, decís ‘ma sííí, el vino me lo quiero tomar<br />

“<br />

No soy tan<br />

optimista. Esa<br />

supuesta<br />

democratización e<br />

intercambio de<br />

roles puede<br />

esconder una<br />

actitud pasiva y<br />

extractiva, una<br />

forma encubierta<br />

de explotación<br />

—quizás,<br />

totalmente<br />

inconsciente o<br />

involuntaria— por<br />

parte del varón.<br />

Esa mujer<br />

termina, en<br />

general,<br />

sobrecargada de<br />

trabajo porque se<br />

sigue ocupando de<br />

todo", dice la<br />

psicóloga Irene<br />

Meler.<br />

34-39-quienmanda-011109.indd 37 28/10/2009 22:27:23<br />

37


“Mirá, yo<br />

entiendo que sea<br />

duro para un tipo<br />

que ganaba bien,<br />

de pronto, tener<br />

que ir a laburar de<br />

cualquier cosa<br />

pero en eso somos<br />

diferentes. A mí,<br />

no se me rasgarían<br />

las vestiduras por<br />

ir a laburar de<br />

remisera", se<br />

desahoga Marcia.<br />

38<br />

hoy’. Además, mientras hay para gastar no te lo<br />

planteás y si tenés cien gastás los cien y si tenés<br />

mil, mejor. El problema es cuando empieza a<br />

faltar el billete”, filosofa Marcia al recordar la<br />

época dorada en la que Santiago desparramaba<br />

su esplendidez de mecenas festivo.<br />

Sin embargo, Peter Pan suele ser esquivo con<br />

las niñas que pasaron los treinta. La alarma de<br />

la maternidad suena con un ultimátum inexorable<br />

al que hay responder pronto. Los dos estuvieron<br />

de acuerdo. Pero el juego de papá y<br />

mamá de a tres se complica demasiado: “Al<br />

poco tiempo de nacer la nena vino la malaria,<br />

todo lo contrario de ese refrán del ‘pan bajo el<br />

brazo’. Ahí empezás a caer que tenés una hija y<br />

que no tenés casa propia, que estás en el Veraz<br />

porque reventaste mal la tarjeta y que toda la<br />

gente que venía a tu casa ya no viene como antes<br />

porque tu situación cambió. El broche fue cuando<br />

se quedó sin trabajo, perdió la inversión que<br />

tenía en un negocio y, de un día para el otro, la<br />

única que laburaba era yo”.<br />

¿A dónde va a parar el decálogo de las chicas<br />

ruteras en esa situación? Hay que hacer el<br />

aguante. Hasta que, desde el otro megáfono, la<br />

mujer y madre cansada quetrabajatodoeldía<br />

empieza a gritar su discurso atragantado.<br />

“Me da bronca porque no aguanto más pero<br />

trato de ser paciente y apoyarlo y comprenderlo,<br />

porque no es una persona que no tenga proyectos,<br />

yo sé que es un tipo emprendedor pero…<br />

Mirá, yo entiendo que sea duro para un tipo que<br />

ganaba bien, de pronto, tener que ir a laburar<br />

de cualquier cosa pero en eso somos diferentes.<br />

A mí, no se me rasgarían las vestiduras por ir a<br />

laburar de remisera y, en cambio, para él es una<br />

vergüenza y ya hace como un año que está desocupado<br />

y no sabe qué hacer en la casa mientras<br />

yo estoy trabajando. Porque no es un tipo ‘de la<br />

casa’, de esos que se entretienen clavando clavos;<br />

al contrario, si clava un clavo lo más probable<br />

es que se rompa la pared y así va”, confiesa<br />

Marcia, que larga una risotada, con Alexia en<br />

brazos, a la que acaba de retirar de la guardería,<br />

a la salida de su trabajo. La nena mira feliz a la<br />

madre y también se ríe. “¿Sabés? Quizás sea yo<br />

la jodida pero, en realidad, hoy mi ideal de familia<br />

sería vivir con mi hija y vernos con Santiago<br />

como novios porque en este momento me siento<br />

invadida. Qué sé yo, la convivencia te chupa,<br />

¿no? A mí, los hombres me terminan chupando<br />

mi esencia, porque no sé manejar las distancias<br />

y termino haciéndome cargo de situaciones que<br />

no siempre son mías o que necesitaría que las<br />

resuelva otro”, denuncia. Desde la otra punta,<br />

la rutera, la que una vez admiró y espera y quiere<br />

creer, retruca con su discurso masticado:<br />

“Pero, a la vez, tampoco puedo dejarlo en banda<br />

porque cómo pagás un alquiler, ¿viste? Si a<br />

duras penas podemos cubrir los gastos entre<br />

dos… Así que no sé qué voy a hacer. Por el<br />

momento me evado”.<br />

Santiago sufría con la pérdida de estatus dionisíaco<br />

y su incapacidad de transmutarse en<br />

barrendero o en el señor hogar. <strong>Leonardo</strong>, en<br />

cambio, la tenía clara. Su identidad era inalte-<br />

34-39-quienmanda-011109.indd 38 28/10/2009 22:27:36


able: él era un artista y nada ni nadie podría<br />

“chupar su esencia”.<br />

Con Antonia se cruzaron en una fiesta a<br />

mediados de los noventa. “Soy músico”, le dijo y<br />

empezó a pasarle demos y videos caseros. “Pero<br />

yo no transo con el mercado. El éxito no me<br />

importa, lo hago para mí y mis amigos porque<br />

componer y tocar me hace feliz”, contaba. Esa<br />

noche sería la primera vez en miles de noches<br />

que diría “lo material no me interesa”. Era la<br />

sentencia a la horca pero Antonia creyó escuchar<br />

el sermón de la montaña: Bienaventurado<br />

seas, <strong>Leonardo</strong>, puro de corazón.<br />

Egresada de la carrera de Historia, ideológicamente<br />

comprometida con los desvalidos del<br />

mundo, Antonia lloraba con Lassie cuando era<br />

chica. ¿Cómo no enternecerse, entonces, con un<br />

joven músico incomprendido por la sociedad<br />

consumista?: “Caí en la trampa. Fue, no me<br />

arrepiento. Nos enamoramos, era muy cariñoso,<br />

hubo momentos felices… Pero un novio<br />

divertido no tiene por qué reconvertirse en buen<br />

marido. No me obligó a nada, me metí solita<br />

porque le creí su panfleto. Tampoco me engañó,<br />

¿eh? No es un hipócrita. Te diría que es un<br />

inmaduro afectivo, un adolescente eterno incapaz<br />

de registrar al otro y convencido de que<br />

todos, y yo más que nadie, debíamos comprender<br />

su espíritusensible”.<br />

Antonia le puso onda. <strong>Leonardo</strong> la llamaba a<br />

la tarde al trabajo. “Hola, linda, sé buenita,<br />

cuando venís a casa, ¿no pasás por el chino y me<br />

comprás una cervecita? ¡No sabés cómo está<br />

jugando Gaudio!” Al año de relación, había<br />

empezado la convivencia en el nuevo departamento<br />

que los padres de <strong>Leonardo</strong> le habían<br />

dado “en usufructo”. Para Antonia, significaba<br />

dejar de alquilar. Para <strong>Leonardo</strong>, pasar del dos<br />

al tres ambientes. “Lo que recibía de los padres,<br />

las cosas que ellos le, o nos, daban, él las ponía<br />

en la balanza como ‘su’ aporte. Era de los que<br />

piensan que la herencia los va a salvar”, cuenta<br />

Antonia.<br />

—La plata no importa de dónde venga; a<br />

algunos, se las da el patrón y a mí, mis viejos.<br />

—Vos tenés la suerte de que te paguen por lo<br />

que hacés pero yo no; a mí, nadie me paga por<br />

mi música.<br />

—En la historia de la humanidad, siempre<br />

una minoría, la de los artistas, fue sostenida por<br />

la mayoría, los que no lo son. Dinero y arte son<br />

contrapuestos.<br />

—Alas mujeres, las mantuvieron por siglos.<br />

¿Por qué no puede ser al revés? ¿No querían la<br />

igualdad?<br />

A ella no le molestaba discutir esas máximas.<br />

Eran preguntas provocativas que aguijoneaban<br />

a la polemista entrenada en la facultad y que<br />

llevaban al límite su lucha contra el capitalismo<br />

y el patriarcado.<br />

—No es lo mismo ganar un salario que recibir<br />

una beca familiar.<br />

—No tengo suerte sino una única opción<br />

como la mayoría de la gente: trabajar.<br />

—La historia de la humanidad está llena de<br />

artistas que se ganaron el pan o que pasaron<br />

hambre en serio.<br />

—Las mujeres trabajaron por siglos en sus<br />

casas. ¿Los hombres hacen lo mismo? ¿Los<br />

roles son intercambiables en serio?<br />

“Jajaja, un artista de la manipulación —ironiza<br />

Antonia, recordando aquellos debates—.<br />

Sinceramente, estoy de acuerdo en que la<br />

mina trabaje y sostenga la casa para apoyar al<br />

tipo que tiene un ideal, que escribe o hace<br />

música a contramano de la suerte… Yo creo<br />

—enfatiza, muy seria— en ese romanticismo,<br />

en ese amor que tiene que demostrarse en<br />

todas las circunstancias. Pero tiene que ser un<br />

trabajador en lo suyo, no un chanta. Y, sobre<br />

todo, tiene que ser recíproco y, cuando la<br />

mano cambia, que ella también tenga su oportunidad<br />

de relajarse. Cuando me quedé sin<br />

laburo, esperaba que hiciera algo. Bueno,<br />

ahora te toca a vos. Pero no, no pudo, no supo<br />

o no quiso.”<br />

Antonia se fue a llorar a la casita de los viejos.<br />

Nadie fue tan cruel como para clavarle el puñal<br />

“te lo dije”. Al tiempo, él volvió con la noticia de<br />

un empleo que le había conseguido un amigo<br />

del padre. Pero, a esa altura, ya le daba un poco<br />

de lástima. Y si hay lástima —le había enseñado<br />

una tía cómplice— “ya no sirve”. 2<br />

“Estoy de<br />

acuerdo en que la<br />

mina trabaje y<br />

sostenga la casa<br />

para apoyar al tipo<br />

que tiene un ideal,<br />

que escribe o hace<br />

música a<br />

contramano de la<br />

suerte. Pero tiene<br />

que ser un<br />

trabajador en lo<br />

suyo, no un<br />

chanta", se sincera<br />

Antonia.<br />

34-39-quienmanda-011109.indd 39 28/10/2009 22:27:46<br />

39


“Me cuesta más<br />

decir que sí que<br />

decir que no”<br />

Julieta Cardinali hace rato que dejó la televisión<br />

full time y se dedicó al cine. Es muy selectiva con<br />

los trabajos, dice, y no le fue mal. Entre filmaciones,<br />

comparte el tiempo con su pareja, Andrés<br />

Calamaro, y la hija de ambos, Charo, un espacio<br />

bien protegido de fisgones, aunque no blindado.<br />

40<br />

40-44-JULIETA-011109.indd 40 28/10/2009 19:10:09


40-44-JULIETA-011109.indd 41 28/10/2009 19:10:12<br />

41


“Elijo mis<br />

papeles. Ya hace<br />

tiempo que tengo<br />

esa suerte, y<br />

también un trabajo<br />

hecho. Cada uno se<br />

va forjando su<br />

destino. Es una<br />

cuestión de<br />

elecciones. Me<br />

puedo pasar un<br />

año sin trabajar si<br />

no aparece nada<br />

que me interese.”<br />

42<br />

POR NICOLÁS E. PERALTA<br />

FOTOS LEANDRO SÁNCHEZ<br />

R<br />

ing, ring. Llama. Del otro lado del<br />

teléfono, al otro lado del Atlántico,<br />

alguien con expresión suave atiende.<br />

"Esperaba tu llamado." Es que<br />

por estos días Julieta Cardinali está promocionado<br />

la película de los debutantes Marcelo<br />

Trotta y Vivián Imar en la que trabajó: Tres<br />

deseos. En este film se mete en la piel de Ana.<br />

Son noventa y cinco minutos que transcurren<br />

en Colonia del Sacramento, Uruguay, en los que<br />

se cuenta la historia de una pareja en crisis,<br />

Pablo (Antonio Birabent) y Victoria (Florencia<br />

Raggi), que cruza el charco para festejar el cumpleaños<br />

40 de ella. El pasado empieza a removerse<br />

cuando aparece Ana, una novia que Pablo<br />

abandonó hace doce años.<br />

La película ha sido seleccionada en el Festival<br />

de Roma y premiada por el Primer Festival<br />

Internacional de Kiev, cuenta Julieta mientras<br />

se intercambian las primeras palabras de cortesía<br />

por el teléfono. Se agradece la comunicación,<br />

se pregunta por el clima<br />

madrileño, se hace como<br />

que no se sabe por qué<br />

está allá, en la madre<br />

patria. “Estamos “Estamos acompañandoñando<br />

a a Andrés que está de<br />

gira”, comenta ella, ella, que que está en en<br />

pareja pareja con Andrés Calamaro Calamaro<br />

desde hace cuatro años años y<br />

medio. El “estamos” “estamos” es por<br />

Charo, la hija de tres años que<br />

está allí junto al teléfono. Se<br />

escucha su voz, aguda, portándose<br />

más o menos mal, como su<br />

edad lo permite.<br />

Por estas horas la bella<br />

Julieta, que acompaña acompaña a su<br />

rockero Romeo en gira, está en<br />

su cotidiano rol de mamá. Pero<br />

se da un tiempito, entiende que es parte de su<br />

trabajo. “Desde que recibí el guión de Tres deseos<br />

hasta que vi el primer corte, me pareció buenísima.<br />

Cuenta lo que es el amor y el desamor. Me<br />

encanta el personaje, me encantan los diálogos,<br />

me cierra por todos lados. Me da placer promocionar<br />

esta película. Da orgullo estar en esa<br />

película.”<br />

—No siempre pasa eso, ¿no?<br />

—No siempre quedás conforme del todo. Y el<br />

riesgo de estar en una opera prima es que no<br />

conocés nada anterior, no tenés una referencia<br />

de cómo filma el director. El guión me pareció<br />

excelente, y lo hice.<br />

—¿Sos selectiva con tus trabajos?<br />

—Soy de elegir mis papeles. Ya hace tiempo<br />

que tengo esa suerte. Tengo suerte pero también<br />

un trabajo recorrido. Te ven en una película y te<br />

llaman para otra. Me considero una persona<br />

trabajadora. Ahora me llaman ciertos directores.<br />

Yo no me quedé en hacer tiras o telenovelas.<br />

No era el camino que me interesaba. Pero si me<br />

hubiese gustado lo hubiera hecho. Cada uno se<br />

va forjando el destino. Es una cuestión de elec-<br />

ciones. Me cuesta mucho<br />

más decir que sí que decir<br />

que no, y me puedo pasar<br />

un año sin trabajar si no<br />

aparece nada que me interese.<br />

A lo mejor, de más<br />

adolescente me dejaba llevar<br />

más y ver qué me tocaba.<br />

Después, a medida que<br />

fui creciendo, madurando,<br />

fui entendiendo qué me<br />

gusta, qué va con mi physique<br />

du rol, con mi<br />

capacidad. No tengo la<br />

varita mágica, pero lo<br />

primero que me tiene<br />

que gustar es el guión; si<br />

me gusta la historia, hay<br />

factores a tener en cuenta:<br />

40-44-JULIETA-011109.indd 42 28/10/2009 19:10:22


quiénes, de qué manera, cuándo. Leyendo el<br />

guión de Tres deseos me di cuenta de que es el<br />

tipo de cine que yo consumo, por eso lo hice.<br />

—¿Cuál es el cine que consumís?<br />

—El estilo de cine francés, de diálogos largos,<br />

con escenas de larga duración.<br />

—¿Sos fan de todos tus trabajos anteriores?<br />

—No, ni en pedo. Siempre hay uno que te<br />

gusta más que otro. O algo que que cambiarías. La<br />

Antena (2007) es espectacular, fue una experienciariencia<br />

alucinante. Si querés, te<br />

puedo puedo decir: soy re fan de esa<br />

película. Esteban Sapir me me<br />

parece parece un genio. Dejo lo<br />

mejor de mí en todo lo que<br />

hago, siempre pienso: “Esta<br />

película puede estar buena”.<br />

Me costaría mucho decirte cuál<br />

fue mi mejor laburo. laburo. Todos te<br />

traen satisfacciones. No puedo<br />

decir: decir: acá estuve bárbara.<br />

Me gustó mucho El<br />

portaligas, , de Fito (se<br />

refiere a ¿De quién es<br />

el portaligas?, película de 2007 dirigida por el<br />

rosarino). ¿Qué te puedo decir? No me arrepiento<br />

de nada.<br />

La lista de trabajos de Cardinali en el cine, el<br />

ámbito donde parece sentirse más a gusto, es<br />

más que interesante: Una noche con Sabrina<br />

Love (2000), donde no solo acompañó a Cecilia<br />

Roth sino que fue nominada al Cóndor de Plata<br />

en el rubro Revelación Femenina; Valentín<br />

(2002), donde fue protagonista y la película fue<br />

enviada a competir por el Oscar representando<br />

al país; Un mundo menos peor (2004), de<br />

Alejandro Agresti; Un buda (2005), de Diego<br />

Rafecas. El debut fue en 1996, con Beda<br />

Docampo Feijóo y su Buenos Aires me mata.<br />

En la tele empezó, a los doce años, como<br />

paquita de Xuxa, en 1992. Después siguió el<br />

derrotero de tiras diarias, o semanales, y la<br />

exposición a gran escala. De conducir Mega<br />

Park en Telefe de 1995, pasó a Canal Trece al<br />

año siguiente para hacer Montaña Rusa 2. En<br />

ese momento empezó a estudiar actuación con<br />

Julio Chávez. Su estilo acartonado de los inicios<br />

se fue aflojando: apareció en Como pan caliente,<br />

en Socios. Volvió a Telefe con Naranja y<br />

media. En 1999, estuvo en Verano del 98, hasta<br />

el año 2000. Luego, Enamorarte<br />

y El hacker.<br />

Muchos recuerdan su capítulo de<br />

Tiempo final<br />

por lo hot, pero pocos recuerdan que en 2002<br />

estuvo en Máximo Corazón<br />

y en 2003 en<br />

Malandras, de Canal 9. En Disputas, de nuevo<br />

despertó ratones. Lo último que hizo en televisión<br />

fue, en 2006, El tiempo no para<br />

y Soy tu<br />

fan. Se dedicó al cine de lleno.<br />

Sigue la charla vía teléfono.<br />

—Tuve un camino largo. Cuando trabajaba<br />

con Xuxa tenía doce años y ahora<br />

tengo treinta y dos— nació el 21<br />

de octubre del 77—. Pasó mucho<br />

tiempo. Yo veo una nena y no lo<br />

puedo creer, era medio inconsciente.<br />

Igual, estaba bueno lo<br />

que hacía.<br />

Cuando tenía diez años fantaseaba con ser<br />

bailarina, estudiaba ballet. Hubo un concurso,<br />

hizo la audición con su madre. “Sí, vamos para<br />

darle el gusto”, dijo mamá. Después, cuando la<br />

llamaron, se preocupó.<br />

—Yo me lo tomé en serio, con mucha responsabilidad.<br />

Iba a un colegio de doble escolaridad<br />

del barrio de Belgrano, bilingüe, Cristo y toda la<br />

bola. Mi mamá me dijo que podía hacerlo con<br />

la condición de que terminara a tiempo el colegio.<br />

Fue mi gran responsabilidad. Tenía mucho<br />

por hacer.<br />

—¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser<br />

actriz?<br />

—Empecé a estudiar teatro. Creo que ahí fue,<br />

estudiando, cuando me di cuenta de que era lo<br />

que realmente me gustaba. Casi al mismo tiempo<br />

empecé a trabajar en tiras. Era adolescente.<br />

Me gustaba ir a trabajar porque sentía que era<br />

“Lo de sex<br />

symbol tiene que<br />

ver con la cabeza<br />

de los demás. Yo<br />

no me siento en<br />

ese lugar, para<br />

nada. Además,<br />

ninguno de mis<br />

últimos personajes<br />

fue sensual. No<br />

tengo ningún<br />

prejuicio, pero es<br />

cosa de los otros."<br />

40-44-JULIETA-011109.indd 43 28/10/2009 19:10:43<br />

43


“Estoy<br />

aprendiendo a ser<br />

madre. Se va<br />

dando<br />

naturalmente.<br />

Nadie sabe qué<br />

hay que hacer. Me<br />

considero una<br />

madre súper<br />

dedicada y me<br />

encanta serlo."<br />

44<br />

un entrenamiento, pero no estaba metida.<br />

Después empecé a sentir que trabajaba en serio.<br />

La tele era un entrenamiento. Me iba dejando<br />

llevar. Seguí estudiando a medida que tomaba<br />

personajes que requerían más elaboración y me<br />

fui dando cuenta de lo que necesitaba.<br />

—¿Como te dividís entre tantos roles? Madre,<br />

actriz, modelo.<br />

—Me las arreglo. Es difícil, pero ni Andrés ni<br />

yo tenemos trabajos de oficina, así que se va<br />

armando como se van presentando las cosas.<br />

Hace muchos años que trabajo de actriz. Así que<br />

le tomé el ritmo. Estamos entre Buenos aires y<br />

Madrid todo el año. Tenemos una rutina, en<br />

cada lugar Charo tiene su plaza, sus amiguitos,<br />

siempre tengo tiempo para dedicarle a ella, pero<br />

más cuando no estoy trabajando y estoy acompañando<br />

a Andrés en España. Al no estar trabajando<br />

un mes, estoy todo el tiempo con ella, lo<br />

disfruto y punto. Tratamos de cubrirnos en los<br />

tiempos: cuando uno trabaja, el otro no tanto.<br />

Charo interrumpe, como si supiera que hablan<br />

de ella, y pide que le pongan un video. Cuando<br />

vuelve Julieta, la voz que viaja por el Atlántico<br />

rumbo sur retoma el tema donde se dejó.<br />

—Estoy aprendiendo a ser madre. Se va dando<br />

naturalmente. Nadie sabe qué hay que hacer. Me<br />

considero una madre súper dedicada y me<br />

encanta serlo. Modelo no me considero, soy la<br />

imagen de la marca de ropa Clara Ibarguren<br />

hace cuatro años ya. No es que soy modelo. Me<br />

convocaron porque está de moda que una actriz<br />

haga de modelo. Primero pedí ver la ropa. Si no<br />

me gustaba la ropa, no lo iba a hacer. Me gustó<br />

la propuesta. Pegamos onda.<br />

Este año presentó una línea de ropa que ella<br />

diseñó para la marca. Quince prendas. Alguna<br />

vez dijo: “Me gusta mucho la ropa y me gusta<br />

comprar buenas marcas. De hecho, lo que más<br />

me compro cuando viajo es ropa”.<br />

Es hora del confianzudo. A la pileta.<br />

—¿Cómo llevás la imagen de sex symbol?<br />

—Eso tiene que ver con la cabeza de los<br />

demás. Yo no me hago cargo, no me siento en<br />

ese lugar, para nada. Además, ninguno de mis<br />

últimos personajes fue sensual. No tengo ningún<br />

prejuicio, pero es cosa de los otros. No encaro<br />

personajes sensuales, si me toca hacerlo lo haré<br />

perfectamente. Quizás en la película de Fito...<br />

pero tampoco tanto ¿no?<br />

Un piropo encubierto fue mala idea, el hombre<br />

C traga saliva e insiste en que quizás muchos<br />

otros lo piensan.<br />

—Si piensan eso está buenísimo, gracias por<br />

el piropo.<br />

—¿Qué planes laborales tenés?<br />

—A corto plazo, nada concreto. Me siento una<br />

privilegiada por poder elegir los trabajos que voy<br />

haciendo. Me gustaría seguir haciéndolo.<br />

—¿Y la familia?<br />

—Está todo genial y debe seguir así. Me gusta<br />

mi ritmo de vida, me gusta turnarme para cuidar<br />

a Charo y acompañando a quien yo elegí<br />

acompañar. Es así, cuando me toca acompañar<br />

acompaño, cuando a él le toca me acompaña. Es<br />

así porque nos elegimos.<br />

—¿Cómo empezó la relación, cómo está ahora<br />

con los años?<br />

—Nunca hablé de la relación. Me cuesta<br />

mucho, es terreno prohibido. Es nuestra intimidad.<br />

—¿Por qué te cuesta?<br />

—Me da vergüenza. Me da mucho pudor<br />

hablar sobre mí. No me gusta leerlo. Yo doy la<br />

nota por la película. Sino, no me interesa. Es<br />

obvio que un periodista te va preguntar y no me<br />

voy a hacer la que no hablo de nada. Sé que no<br />

va ser el tema central de la nota. ¿No?<br />

—Pero si querés por primera vez decir algo, te<br />

dejo. No problem.<br />

—(Risa ruidosa) Nunca contaría intimidades.<br />

Quién cambia los pañales o quién hace esto<br />

o aquello. Pertenecen a una intimidad que si uno<br />

abre esa puerta, hace mal. Me gusta hacer notas<br />

que hagan hincapié en mi trabajo.<br />

—¿Con qué soñás en ese plano?<br />

—Un director con el que me gustaría trabajar<br />

es Pedro Almodóvar. Sus personajes femeninos<br />

son tan maravillosos, me encantaría interpretarlos.<br />

Me gustan las películas sobre mujeres.<br />

Como las de Lucrecia Martel. También me<br />

encantaría trabajar con ella. La conozco mucho,<br />

además la admiro como persona. Con Woody<br />

Allen sería una locura, me encantaría. Estaría<br />

chocha.<br />

—Rápido, tres deseos.<br />

—Salud —para ella y sus seres queridos, aclara—,<br />

trabajar con Woody Allen y felicidad<br />

absoluta. 2<br />

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los discos de<br />

osqui guzman*<br />

“Nunca fui muy rockero”<br />

Por Nicolás E. Peralta<br />

¿Letra o música?¿Qué<br />

preferís?<br />

–Le presto más atención<br />

a lo que dicen. Los cantantes<br />

que me gustan son los que<br />

pueden expresar con su voz<br />

la manera en la que ellos ven<br />

al mundo. Su manera de ver<br />

la vida.<br />

–¿Los discos que te marcaron?<br />

–Sabina me mata. Lo empecé<br />

a escuchar cuando salió<br />

Mentiras Piadosas. Sus letras<br />

tienen un vuelo literario que<br />

me copa mucho y que lo<br />

hacen un poeta del bardo.<br />

Un bardo ciudadano, digamos.<br />

De ese disco perdí la<br />

cuenta de las veces que<br />

canté “Eclipse de mar”.<br />

Tengo un Grandes éxitos de<br />

Goyeneche que me lo llevo a<br />

todas partes. Es un infaltable.<br />

Tiene que estar siempre<br />

cerca. Soy fanático del polaco,<br />

me encanta. De adolescente,<br />

con algo más de 13<br />

años, me volvió loco Thriller<br />

de Michael Jackson Bailaba<br />

como él, iba de acá para allá.<br />

Es un discazo.<br />

–Que cóctel extraño.<br />

–Lo mío es una mezcla feroz.<br />

Soy muy ecléctico, en un día<br />

puedo escuchar todo. Soy<br />

muy tanguero, pero Sabina<br />

no me puede faltar. Ahora<br />

estoy loco con Calle 13. Los<br />

de atrás vienen conmigo<br />

tiene canciones bárbaras.<br />

Las letras están cargadas de<br />

erotismo. Son letras dionisíacas,<br />

las escuchás y te dan<br />

ganas de pasarla bien, de<br />

estar al sol, relajarte, bailar, y<br />

al mismo tiempo te cuenta<br />

historias. El tema “Un beso<br />

de desayuno” es maravilloso.<br />

Escucho mucha música<br />

45<br />

española, flamenco, Niña<br />

Pastori, El Cigala.<br />

En una época tenía mucho<br />

de Atahualpa Yupanqui y de<br />

Alfredo Zitarrosa: Guitarra<br />

negra me lo escuchaba ida y<br />

vuelta. Después, para bailar<br />

folclore, de todo: Peteco,<br />

Soledad, Los Chalchaleros.<br />

–¿Algo que no te guste?<br />

–Me gusta todo. Escucho de<br />

todo, mejor dicho. Pero hay<br />

cosas que no me vuelven<br />

loco. Nunca fui muy rockero.<br />

Como no sé ingles, cuando<br />

mis amigos escuchaban<br />

Metallica o Los Beatles para<br />

mí era lo mismo. Ojo, si suenan<br />

los Rolling en una fiesta,<br />

me emociono, me dejo arrastrar<br />

y soy un rollinga más.<br />

Luis Cardei. “Voy a<br />

hacer de él en una<br />

película. Un<br />

grande. En la<br />

manera de contar<br />

el tango,<br />

insuperable.”<br />

Joaquín Sabina.<br />

“Es un maestro.<br />

Me mata cuando<br />

escribe. Un poeta<br />

genial.”<br />

Calle 13. “Estoy<br />

loco con ellos. Me<br />

ponen contento,<br />

me hacen bailar.<br />

Me copan sus<br />

letras.”<br />

Pero no tengo idea de qué<br />

es.De lo nacional, para mí el<br />

más grande es Charly. Con<br />

Spinetta no me enganché<br />

nunca. Algunas canciones<br />

me gustan, pero de casualidad<br />

y porque dije: mirá qué<br />

linda canción, ¿de quién es?<br />

¿Del flaco? qué raro. No sé<br />

por qué, pero hay algo que<br />

no me atrapa. Con Edit Piaf<br />

no entiendo lo que dice y me<br />

pongo mal. No la puedo<br />

resistir porque quiero saber<br />

qué dice. Me gusta el clima<br />

que genera, eso sí. Me imagino<br />

lo que debe estar diciendo.<br />

Quizás nada que ver.<br />

–¿El disco que más escuchaste<br />

en los últimos tiempos?<br />

–¿Qué te pasa Buenos Aires?<br />

de Luis Cardei. Un grande.<br />

Tiene una manera muy distinta<br />

de contar el tango. Son<br />

monólogos teatrales. Tiene<br />

una manera simple y sencilla<br />

de ver la vida. Le da algo<br />

distinto al ribete literario de<br />

las letras sabineras. Me abrió<br />

un mundo. Las cosas que<br />

escuché del chabón son<br />

increíbles: interpreta los tangos<br />

de antes del cuarenta.<br />

Fue el último cantor de tangos<br />

con estilo antiguo. “Los<br />

coso de al lao” cantado por<br />

él es hermoso. Cuando arranca:<br />

“De pronto, se escuchan<br />

rumores de orquesta”…<br />

sublime. Yo me crié en La<br />

Boca, su voz me lleva allá.<br />

Me hace acordar también a<br />

un tiempo en que iba todas<br />

las noches a las milongas. Es<br />

un ambiente tan rico cuando<br />

conoces y jugás a los códigos<br />

que hay que jugar... pero<br />

un día te asfixian y decís<br />

hasta acá llegó mi amor. 2<br />

45-LIBRO-011109.indd 45 28/10/2009 21:41:55<br />

Eduardo carrEra<br />

*Actor


tras cartón<br />

P<br />

or supuesto que ni<br />

en mis remotos<br />

sueños imaginé<br />

siquiera posar un dedito<br />

en Harvard, la que dicen<br />

es “la universidad más<br />

influyente del mundo”. Y<br />

hasta esa ciudad de<br />

encanto, hacia ese<br />

campus universitario<br />

gigantesco, como en las<br />

películas, me dirigí a dar<br />

una charlita de edición<br />

artesanal y a conocer a<br />

Doris Sommer, una mujer<br />

encantadora.<br />

Les quiero contar que<br />

antes de irme para<br />

Harvard estaba en<br />

Tijuana. Feliz, rodeado de<br />

poetas, cineastas,<br />

activistas sociales,<br />

coyotes (que son tipos<br />

que transportan o cruzan<br />

gente hacia Estados<br />

Unidos caminando por el<br />

desierto) y algún que otro<br />

narco bueno y querido,<br />

“orgullo” de Tijuana.<br />

En Tijuana, abunda la<br />

miseria, hay 34 robos por<br />

día y salir a la calle es un<br />

desafío a morir atracado<br />

en cualquier momento.<br />

Los vendedores en la<br />

calle me hablaban en<br />

inglés y yo los puteaba:<br />

“Boludos, no hablo<br />

inglés”. Me daba bronca<br />

que, de pronto, me<br />

confundieran con un<br />

gringo. Apenas llegué a<br />

Tijuana lo primero que<br />

hice fue tomar agua de la<br />

canilla, del pico o del<br />

grifo, como le dicen ellos.<br />

“¡Cucu, has tomado agua<br />

del grifo! ¡Eres un menso<br />

de película. Si tomas<br />

agua del grifo te mueres:<br />

el agua es súper tóxica”.<br />

En fin, pasé de la<br />

miseria más calamitosa a<br />

la abundancia sin límites<br />

y comprendí lo imbécil e<br />

46<br />

innecesario que es este<br />

mundo de mierda.<br />

Ustedes no pueden ni<br />

imaginarse la riqueza que<br />

hay en Harvard, nadie<br />

puede imaginársela hasta<br />

que va ahí y observa<br />

todo. Harvard está en<br />

Cambridge, una especie<br />

de barrio riquísimo que<br />

está en Boston, una<br />

ciudad más rica aun. No<br />

me pidan datos<br />

geográficos o históricos<br />

porque no los sé. No sé<br />

nada, apenas lo que vi:<br />

demasiado lujo. Estuve<br />

solo un día y medio.<br />

Me encontré con<br />

estudiantes que un día<br />

serán ilustres<br />

profesionales de algo. Me<br />

encontré con<br />

investigadores influyentes<br />

que se pasan la vida<br />

viajando por el mundo;<br />

profesores importantes<br />

que estudian la cultura<br />

hispanoamericana como<br />

si fuera una jungla de<br />

monos. Me encontré con<br />

sabios, me encontré con<br />

una secretaria<br />

colombiana de lo más<br />

bella, humilde y pequeña,<br />

tal vez dulce y eléctrica<br />

también, quién sabe.<br />

En uno de los pasillos<br />

de la universidad me<br />

encontré con tres o<br />

cuatro fotos de Ernesto<br />

Guevara, inéditas, únicas,<br />

colgadas ahí. Guevara<br />

estaba gordo, con un<br />

machete en la mano y su<br />

inseparable puro cubano.<br />

Sudándola, como<br />

Harvard<br />

Washington CuCurto<br />

siempre. Ningún<br />

estudioso lo dice ni lo<br />

dirá nunca, así que lo<br />

tengo que decir yo: “El<br />

gran legado del Che es el<br />

laburo”.<br />

En las fotos, el Che<br />

estaba gordo. Tenía una<br />

panza como yo, les juro.<br />

Su foto ahí, en el centro<br />

del horrendo poder<br />

capitalista, me afectó.<br />

Exhibido ahí, como un<br />

trofeo, me dieron ganas<br />

de arrancarlo de la<br />

pared.<br />

A veces pienso si es<br />

necesaria tanta riqueza<br />

para estudiar, si el lujo no<br />

debería ser contradictorio<br />

a la pasión del<br />

conocimiento, del estar<br />

bien, del desarrollo de la<br />

sensibilidad para un<br />

bienestar grupal. Me<br />

pregunto si los<br />

estudiantes no deberían<br />

ser austeros, curiosos y<br />

sencillos. Pero sobre todo<br />

austeros.<br />

Los norteamericanos<br />

tienen una peculiar<br />

manera de entender la<br />

educación. Arrancan<br />

cobrándola y la<br />

relacionan directamente<br />

con el éxito, la escala<br />

social y el materialismo.<br />

Es decir, la educación<br />

entendida como un<br />

“autoservice”, la<br />

educación banquera,<br />

sostenida en el<br />

despilfarro del dinero;<br />

nunca una educación de<br />

excelencia, sino todo lo<br />

contrario.<br />

Los yanquis son los<br />

inventores del estudiar<br />

para llenarse de dinero.<br />

Estudiar para generar<br />

pilones de dólares, para<br />

ascender socialmente;<br />

para salvarse a cualquier<br />

costa. Otra cosa que no<br />

debería pensar un<br />

estudiante es en salvarse.<br />

Las peores cosas pasan<br />

porque un par de pillos<br />

solo quieren salvarse.<br />

“Cucu, acá se cocina el<br />

futuro del mundo; de acá<br />

y solo de acá salen los<br />

grandes líderes de los<br />

Estados Unidos de<br />

América. De acá salió<br />

Obama y Rubén Blades,<br />

por ejemplo”, me dijo un<br />

argentino orgulloso, como<br />

si Harvard fuera la UBA.<br />

No voy a cometer la<br />

estupidez de comparar la<br />

UBA con Harvard. Son<br />

dos mundos distintos,<br />

pero no puedo dejar de<br />

apreciar que la UBA es<br />

más real, no vive en una<br />

burbuja, ni alimenta<br />

vagos beneficiados por el<br />

sistema capitalista. Mal<br />

que bien, la UBA es parte<br />

de la sociedad, sufre los<br />

mismos dramas y<br />

saqueos que cualquier<br />

familia argentina.<br />

En cambio, Harvard es<br />

intocable, aunque se<br />

caiga el mundo ella<br />

seguirá escupiendo las<br />

mejores mentes. Los<br />

mismos estudiantes que,<br />

en el futuro, mantendrán<br />

este mismo sistema<br />

asesino. Con solo decirles<br />

que el presupuesto de<br />

Harvard supera<br />

ampliamente al dinero<br />

que pueda generar la<br />

Argentina entera.<br />

Pero como soy un<br />

convencido de que los<br />

lugares son, en el fondo,<br />

las personas que uno<br />

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conoce, solo puedo<br />

hablar bien de Harvard, a<br />

pesar de mis reparos<br />

morales.<br />

José Falconi y Doris<br />

Sommer son personas<br />

sensibles e inteligentes<br />

que comprenden mejor<br />

que cualquier otro<br />

académico<br />

norteamericano lo que<br />

nos sucede. Solo estuve<br />

un día y medio en<br />

Harvard, pero mis<br />

mejores recuerdos están<br />

ligados a ellos. “¡Ah, de<br />

Boston, fue el poeta<br />

Roberto Lowell!” “¡Y<br />

Sylvia Plath!”, pensé<br />

mientras Falconi me<br />

llevaba en coche hacia el<br />

departamento donde<br />

pasaría la noche. Ya<br />

estaba contento.<br />

Por supuesto que en<br />

Harvard no podía dejar<br />

de aparecerme de nuevo<br />

mi querido Jorge Luis<br />

Borges, ahí estuvo seis<br />

meses. Dio cátedra con<br />

todos sus conocimientos.<br />

Y un profesor miope,<br />

amante de los boleros de<br />

Compay Segundo, gordo<br />

y portorriqueño, me contó<br />

que fue el encargado de<br />

haberlo “llevado a<br />

Boston”. “Así, como a<br />

vos, Cucu, te trajo Doris,<br />

yo traje a Borges.<br />

Pequeña diferencia, ¿no?<br />

¡Ja, ja, ja!”<br />

Este señor me habló<br />

muy mal del invierno de<br />

Boston y me dijo que en<br />

enero iba a darse una<br />

vuelta por Buenos Aires.<br />

“Los porteños somos<br />

como peces en el aire”,<br />

decía Macedonio<br />

Fernández y eso mismo<br />

le dije. “Es mucha la<br />

humedad que hay en<br />

Buenos Aires”, le advertí.<br />

Pero el profesor<br />

portorriqueño me<br />

respondió con sorna:<br />

“Todo es mejor a los<br />

inviernos de mierda de<br />

Boston”.<br />

Por último, jamás<br />

imaginé que la<br />

cooperativa Eloísa<br />

Cartonera fuera tan<br />

estudiada en las<br />

universidades yanquis.<br />

Jamás podríamos haber<br />

imaginado siquiera con<br />

Javier Barilaro y<br />

Fernanda Laguna,<br />

cuando comenzamos<br />

este proyecto, que la<br />

fiebre de los libritos de<br />

cartón se expandiera por<br />

los lugares más alejados<br />

del mundo.<br />

Dudo que un día el<br />

proyecto deje de verse<br />

como un proyecto<br />

artístico o literario (un<br />

tanto snob para muchos)<br />

para comenzar a verse<br />

como lo que realmente<br />

es: una cooperativa de<br />

trabajo. Sé que, con el<br />

transcurso de los años,<br />

afianzaremos esta idea.<br />

Además, somos nosotros,<br />

los trabajadores, los que<br />

mejor definiremos nuestro<br />

trabajo y nuestro futuro.<br />

En cuanto a nuestros<br />

libros, no sé cómo los<br />

consiguieron en realidad,<br />

pero en la biblioteca de<br />

Harvard estaban todos<br />

los libros de nuestra<br />

colección. ¡Hasta había<br />

algunos que ya ni<br />

nosotros teníamos! ¡Me<br />

impactó ver un librito<br />

cartonero fotocopiado! ¡Si<br />

la fotocopia es más cara<br />

que el libro mismo! 2<br />

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47


Por CiCCo<br />

Podrá suponer que el fuerte de<br />

Paul Oldfield es la trompeta.<br />

O la guitarra eléctrica. O el<br />

trombón, la tuba, el bongó,<br />

la cimbaleta, el violoncello, el acordeón,<br />

la cítara. Pero no es nada de eso.<br />

La especialidad de Oldfield, un hombre<br />

reconocido mundialmente como Mr.<br />

Methane y que gira con sus shows por<br />

todo el planeta, es el solo de culo, un<br />

instrumento en el cual ha logrado desempeñarse<br />

con maestría desde que<br />

descubrió su habilidad para tocarlo a<br />

los quince años, mientras Paul buscaba<br />

sin suerte ponerse en posición de loto.<br />

Inclinado, torcido y con sus nalgas listas<br />

como violín templado, el joven<br />

Oldfield comprendió que no solo podía<br />

expulsar cuanto aire quisiera del recto,<br />

además, lo podía expulsar, para decirlo<br />

en sus justos términos, musicalmente.<br />

"Me di cuenta de que tenía la habilidad<br />

para respirar de adelante y de atrás",<br />

dice Methane, orgulloso. "Al día<br />

siguiente, durante el almuerzo, di una<br />

performance a un grupo de amigos en<br />

las canchas de squash de la escuela, en<br />

Cheshire, Inglaterra. Fueron 20 gases<br />

explosivos en menos de un minuto".<br />

Dura la carrera para un flatulista.<br />

Paul debió pasar desde los 17 años<br />

trabajando en los ferrocarriles de<br />

Inglaterra hasta que su arte fue reconocido.<br />

Comenzó empleado en la estación<br />

de Macclesfield. Luego, lo promovieron<br />

a conductor de tren.<br />

"Durante buena parte del tiempo –se<br />

acuerda Methane–, el pajarito cantor<br />

estuvo mudo".<br />

Allá lejos y hace tiempo, Paul tenía<br />

48<br />

Música pedorra<br />

El instrumento del inglés Paul Oldfield es el traste: una rareza fisiológica le permite,<br />

efectivamente, hacer 'música' con sus gases. Eminem lo imita, Sinead O'Connor regala<br />

sus discos y a él le gustaría 'tocar' con la Bersuit.<br />

un antecedente en Francia en el siglo<br />

XIX, alguien que también buscó un<br />

lugar en el mundo gracias a su música<br />

de nalgas: Joseph Pujol, el Petoman, el<br />

maníaco de los gases, quien tenía entre<br />

sus admiradores a Sigmund Freud y al<br />

Príncipe de Gales. Pujol descubrió su<br />

arte mientras nadaba en un lugar cerca<br />

de Marsella, cuando el agua helada<br />

empezó a entrarle se imagina por<br />

dónde. El número fuerte de Petoman<br />

era una imitación del terremoto de San<br />

Francisco en 1906. Más tarde, Pujol<br />

sería homenajeado en una película por<br />

Mel Brooks. Y hasta Johnny Depp<br />

declara cada tanto que se muere por<br />

interpretarlo en un film.<br />

Pero volviendo al futuro Methane, su<br />

conversión sucedió de un día para otro.<br />

Una tarde, mientras aguardaba con sus<br />

compañeros a que los técnicos repararan<br />

una locomotora averiada, tímidamente<br />

lo hizo cantar. Fue una sensación.<br />

A partir de entonces, los conductores<br />

se arremolinaban en torno a la<br />

parte trasera de Paul, para que diera un<br />

pequeño concierto, aunque básicamente<br />

entonces eran improvisaciones aisladas,<br />

sin repertorio ni escalas musicales.<br />

Aquellos primeros despliegues sonoros<br />

a borbotones eran tibios ensayos de lo<br />

que vendría después.<br />

La compañía lo transfirió a Buxton.<br />

Allí conoció a un conductor llamado<br />

“Tengo novia, sí, y a<br />

ella le gusta el hecho de que<br />

mis shows sean un desafío<br />

para la gente conservadora.<br />

Siempre me lo dice.”<br />

Paul Genders, que, en sus ratos libres<br />

fuera del tren, tenía una banda de soul<br />

y blues llamada Los Screaming Beavers.<br />

El líder del grupo era dueño de una<br />

pizzería. Y como podrá suponer, Los<br />

Screaming Beavers tocaban allí todos<br />

los fines de semana. Genders escuchó<br />

la corneta de Paul y le propuso tocar un<br />

domingo como invitado en la pizzería.<br />

Una pizzería, el rey de los pedos. Raro.<br />

"Recuerdo que tenía miedo de ofender<br />

a alguna esposa", evoca Methane. Pero<br />

a la gente lo cautivó. Y pasó de ser invitado<br />

a número central de la pizzería.<br />

Luego, la fama saltó del pantalón y la<br />

pizzería a nivel nacional. Paul se bautizó<br />

Mr. Methane y empezó a dar conciertos<br />

en todo el mundo. Vistió capa y<br />

antifaces verdes, una mezcla de Robin<br />

y el Acertijo pero con otra clase de<br />

superpoderes. Grabó discos; uno con<br />

canciones navideñas.<br />

De pronto, empezaron a llegarle<br />

correos de admiración por todo el<br />

mundo. Sinead O'Connor le dijo que<br />

era su fan y que en cada Navidad regalaba<br />

sus discos a los amigos. También<br />

le llegaron elogios de músicos prestigiosos<br />

como los Echo & The Bunnymen,<br />

Sam Brown y los Kaiser Chiefs. En una<br />

entrevista con C, Methane se entusiasma<br />

desde su casa: "Hay muchos más<br />

músicos seguramente que me admiran<br />

y no me lo han dicho aun. Una vez, vi<br />

en un video a Eminem disfrazado un<br />

poco como yo, que se tiraba un gas en<br />

un auto. Sé que tengo muchos fans en<br />

Detroit, su ciudad".<br />

Tiempo atrás, el Canal 5 en Inglaterra<br />

convocó a un médico del Hospital de<br />

Withington que explicó cómo Methane<br />

lograba el milagro de levantar el dia-<br />

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49


fragma y aspirar aire desde el colon.<br />

Así, su arte tuvo explicación científica.<br />

Hoy en día, Paul y su trompeta giran<br />

allá donde lo convocan. En Australia,<br />

donde su traste es más célebre que su<br />

cara, da 28 conciertos al mes. "Yo,<br />

igual, prefiero un show o dos por semana",<br />

dice el flatulista, medido en sus<br />

virtudes y se pone filosófico: "El entretenimiento<br />

no consiste en todo o nada.<br />

Hay que saber equilibrarse".<br />

Paul es una celebridad de culto.<br />

Hasta Sacha Baron Cohen, el creador<br />

de Borat y Bruno, dijo que el suyo era el<br />

show más bizarro que había visto.<br />

Methane tiene dvd propio de su gira<br />

"Let's rip", con sus conciertos, sus despliegues<br />

de viento –apagado de velas,<br />

lanzamiento de objetos– y repeticiones<br />

rectales en cámara lenta.<br />

En su sitio, solo para fans, reproduce<br />

imágenes de su grabación del "Danubio<br />

Azul", una de sus piezas mejor logradas<br />

tomada del álbum Methane.com –un<br />

disco anunciado como "32 minutos de<br />

total locura anal"–. Allí, rodeado de<br />

teclados y con la partitura a la vista,<br />

enarbola su instrumento sentado de<br />

espaldas, con las piernas cruzadas encima<br />

de la cabeza, y ejecuta un maravilloso<br />

acompañamiento de trompeta<br />

que le hubiera volado la peluca a<br />

Johann Strauss. Cuando culmina,<br />

Methane respira hondo. Está exhausto.<br />

Se advierte que tener un don natural<br />

como ese, es sacrificado. Ser un flatulista<br />

no es para cualquiera. Sin embargo,<br />

este año Paul se presentó en<br />

Britain's Got Talent, un programa de<br />

50<br />

casting de nuevos talentos. Pero no<br />

arañó ni el tercer puesto. En fin, un<br />

talento incomprendido.<br />

Desde su casa en Inglaterra, Methane<br />

habla del jazz, de su dieta y de su admiración<br />

por la Bersuit.<br />

–Señor Methane, lo primero que quisiéramos<br />

saber, es ¿cuántos gases expulsa<br />

al día?<br />

–No estoy seguro. Trato de mantenerme<br />

entrenado en materia de gases.<br />

Y tengo un régimen especial para mantener<br />

mi estamina y mi flexibilidad<br />

para las actuaciones. Hago yoga, baile,<br />

ciclismo y alpinismo.<br />

–¿Sus gases huelen igual que los de<br />

todo el mundo?<br />

–Normalmente, no tienen olor. Pero<br />

a veces, apestan mal. Es raro que ocurra.<br />

–¿Cuál es su dieta? ¿Algún ingre-<br />

diente secreto que pueda revelarnos?<br />

–Nada raro. Como todas cosas naturales.<br />

Mucha fruta y verdura. Una costumbre<br />

inglesa. Algo que llamamos “un<br />

poco de carne y dos verduras”.<br />

–¿Hay canciones que no pueda tocar<br />

o notas que sean muy difíciles para<br />

interpretarlas con el culo?<br />

–Las canciones rápidas y las notas<br />

largas son las que más me cuestan.<br />

También las notas altas son difíciles de<br />

mantener. Pero, en ciertas ocasiones he<br />

llegado a notas muy agudas. La gente<br />

lo escuchaba y no lo podía creer.<br />

–¿Ensaya?<br />

–Claro.<br />

–¿Cuántas horas al día?<br />

–No solo practico, también debo<br />

mantenerme en forma. Así que me<br />

ejercito y elongo todos los días. Te diré<br />

que dispongo de varias horas al día<br />

para perfeccionar mi arte.<br />

–Los cantantes suelen cuidar sus<br />

voces para evitar un resfrío. ¿Alguna<br />

vez usted estuvo tan enfermo que le era<br />

imposible tocar con el culo?<br />

–Uf, tuve ocasiones en las que casi no<br />

podía salir a escena. Sin embargo, normalmente<br />

siempre rendí bien en mis<br />

shows. Naturalmente, hay buenas<br />

noches y malas noches. Yo me doy<br />

cuenta cuándo mis gases no están todo<br />

lo bien que quisiera, aun cuando la<br />

audiencia no lo advierta.<br />

–¿Visitó alguna vez al médico para<br />

que lo diagnostique sobre su condición?<br />

–Sí, fui a varios médicos.<br />

–¿Y qué le dicen?<br />

–Se ríen.<br />

–¿Tiene novia?<br />

–Sí.<br />

–¿Y qué dice ella de su música?<br />

–Le gusta el hecho de que mis shows<br />

sean un desafío para la gente conservadora.<br />

Siempre me lo dice.<br />

–¿Qué artistas lo inspiran a tocar?<br />

–Me copa la música de Motown de<br />

los años `60 y también el sonido de<br />

Filadelfia. Me encanta la música disco<br />

en los `80, justo antes de que el pop<br />

electrónico remplazara a los músicos y<br />

a sus instrumentos. Mucho de ese material<br />

fue hecho por músicos de jazz y<br />

R&B que tenían que tocar todo en una<br />

sola toma. Es un logro mucho mayor<br />

que hoy en día, donde todo se programa<br />

y se puede editar para remover las<br />

imperfecciones.<br />

–Jimmy Hendrix solía prender fuego<br />

su guitarra en sus shows. ¿Se imagina<br />

qué tendría que incendiar usted?<br />

–Me imagino. ¡Probablemente uno<br />

de mis pantaloncitos violetas!<br />

–Díganos, ¿con qué músicos le gustaría<br />

tocar de invitado?<br />

–En la Argentina, me gustaría pedorrear<br />

un tango.Y me encantaría tocar<br />

con Tanghetto, que hacen tango electrónico.<br />

También escuché cosas muy<br />

buenas de Bersuit y Divididos. Me<br />

encantaría tocar en una banda como<br />

esas. Y fuera de la Argentina, creo que<br />

elegiría tocar con Ringo Starr.<br />

–¿Tiene alguna diferencia su arte en<br />

relación al de Josep Pujol, el Petoman, el<br />

precursor de la música de nalgas?<br />

–Mirá, supongo que los suyos olerían<br />

en francés, los míos no. <br />

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platos<br />

Fulgor español<br />

Alejado de la cocina ibérica actual, un lugar donde<br />

comer el menú gallego porteño en un ámbito señorial.<br />

Por Silvina Pini<br />

la avenida de Mayo y<br />

sus alrededores han<br />

sido tradicionalmente<br />

un enclave de los inmigrantes<br />

españoles que han<br />

abierto allí hoteles, bares y<br />

restaurantes y que hoy<br />

forma parte de los circuitos<br />

turísticos. A una cuadra de<br />

la avenida está el Club<br />

Español, un espléndido edificio<br />

de 1911 declarado<br />

monumento histórico. Con<br />

entrada independiente funciona<br />

el restaurante donde<br />

antiguamente estaban los<br />

billares: un salón de estilo<br />

imperial refulgente de bronces,<br />

dorados a la hoja, mármoles,<br />

arañas de alabastro,<br />

molduras y boisserie. Pero<br />

como el progreso es inevitable,<br />

hace una década una<br />

profunda refacción hizo<br />

lugar a instalaciones nuevas,<br />

equipos de aire acondicionado<br />

y ampliación de la<br />

cocina. De esa época es<br />

también la alfombra y la restauración<br />

de los cuadros.<br />

A primera vista impacta y<br />

evoca esa Buenos Aires de<br />

décadas pasadas, y un<br />

poco ocurre eso también<br />

con su gastronomía. Por<br />

aquí pasaron grandes personalidades<br />

de España,<br />

52<br />

desde los mismísimos reyes<br />

Sofía y Juan Carlos hasta el<br />

ex presidente José María<br />

Aznar y el alcalde de<br />

Bayona, donde nació el<br />

actual gerente, Manuel<br />

Fernández.<br />

A tono con el estilo, las<br />

mesas guardan buena distancia<br />

y cuentan con doble<br />

mantelería, buenos cubiertos<br />

y vajilla y copas acordes.<br />

Apenas uno se sienta llega a<br />

la mesa una copita de jerez<br />

y unas tostadas con jamón<br />

crudo, del bueno, y pickles.<br />

La carta recorre los clásicos<br />

españoles porteños, una<br />

versión instalada y tal vez<br />

antigua de la cocina española<br />

que está muy lejos de<br />

la vanguardia culinaria del<br />

Palacio español<br />

Público: al mediodía, mayoría de<br />

hombres mayores de 40, algunos<br />

solitarios y otros en grupo (anoten<br />

chicas); a la noche, parejas y<br />

grupos familiares.<br />

Salones: hay cuatro, con<br />

capacidad para 80 o 300<br />

personas, que se alquilan para<br />

todo uso.<br />

Club: si se equivoca de puerta,<br />

entre nomás y verá fotos y<br />

actividades que prepara la<br />

comunidad española.<br />

Mediodía express: las<br />

sugerencias para el mediodía son<br />

platos que llegan más rápido al<br />

salón.<br />

Porciones: abundantes y dan<br />

para compartir.<br />

Estado de ánimo al pagar: los dos<br />

dígitos quedaron lejos… la<br />

próxima comparta platos<br />

DiEgo LEvy<br />

catalán Ferrán Adriá o el<br />

vasco Juan Mari Arzak.<br />

Extensa, ofrece embutidos,<br />

quesos y fiambre, entre ellos<br />

jamón serrano ($40) y queso<br />

manchego ($39), sopas y<br />

consomés, entradas como<br />

los pimientos de piquillo con<br />

abadejo y gambas ($49),<br />

tortillas y omelletes, huevos<br />

fritos con chorizo fresco<br />

($18) y ensaladas especiales,<br />

sólo para empezar.<br />

Los platos principales se<br />

anotan con las cazuelas de<br />

pollo, conejo, pescado o<br />

mariscos ($84 para dos), las<br />

pastas y arroces, los platos<br />

de cerdo, aves y conejo y<br />

los de pescados y mariscos,<br />

que es con lo que se asocia<br />

la cocina española aquí. No<br />

faltan el pulpo a la gallega<br />

($125), los chipirones en su<br />

tinta con timbal de arroz<br />

($47) y un buen surtido de<br />

pescados como atún, brótola,<br />

merluza común y negra,<br />

chernia, lenguado, salmón y<br />

trucha que pueden salir en<br />

platos fuera de carta como<br />

el abadejo al champagne<br />

con hongos, camarones,<br />

falso caviar y salsa demiglas<br />

acompañado de flan de verduras<br />

y calabaza ($45), un<br />

ejemplo de la cocina recargada<br />

de años pasados,<br />

pero coherente con el salón<br />

y que a tanta gente le sigue<br />

gustando.<br />

Los postres recorren los<br />

clásicos, como la rica crema<br />

catalana, la versión española<br />

de la crème brûlée. La<br />

carta de vinos incluye varios<br />

españoles (desde $130),<br />

clásicos argentinos y buen<br />

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surtido de espumantes.<br />

Después del café, convidan<br />

con una copita de licor<br />

Patxarán de endrinas y anís,<br />

típico de Navarra. Los mozos,<br />

como Ángel, mantienen<br />

vigente un estilo de servicio<br />

como el de antes.<br />

Si quiere conectarse con<br />

esa Buenos Aires tradicional<br />

y comer el menú "gallegoporteño",<br />

el Palacio Español<br />

es el lugar; y después camine<br />

hasta Plaza de Mayo y dele<br />

de comer a las palomas.<br />

Datos<br />

B. de Yrigoyen 180, San Cristóbal.<br />

Tel. 4334-4876. www.palacioespanol.<br />

com.ar Abierto todos los días<br />

mediodía y noche. Valet parking, dos<br />

horas de estacionamiento sin cargo.<br />

Precio promedio por persona $100<br />

principal, postre y copa de vino.<br />

imperdibles<br />

Tortas y dulzores<br />

Afortunadamente para los golosos, las pastelerías de alta calidad se<br />

multiplican. Melanie patisserie es una fiesta de veinticinco variedades de<br />

tortas, entre ellas algunas light para aliviar la culpa. La más vendida es la<br />

cheescake con coulis de frutos rojos, pero hay otras para tentarse como<br />

la lemmon cher ($35 la chica, $50 grande) o la split, con banana y dulce de leche ($35/$50), Edén europeo, que<br />

es de manzana ($45 / $60) o la Gilli, un brownie húmedo con frutillas naturales y crema. Los dueños son<br />

Melanie Sananes, la patissier, y Darío Vulpes, a cargo de todo lo demás. Reciben pedidos por teléfono y entregan<br />

a domicilio en un amplio radio.<br />

Gurruchaga 2465, Palermo. Tel 4833-5383 www.melanieweb.com.ar<br />

Neo-bodegón para la abuela<br />

El próximo domingo 8 se celebra el día de la abuela y un clásico bodegón<br />

de Avellaneda, El viejo cañón, agasajará a las señoras con esos platos de<br />

toda la vida que supieron preparar para sus hijos y nietos: buñueliltos de<br />

espinaca, tortilla de papa, berenjenas a la milanesa, niños envueltos con<br />

puré, zapallitos rellenos, pastel de papas, arroz con leche y budín de pan,<br />

son parte del menú especial de tres pasos. El viejo cañón está en una<br />

esquina tradicional de Avellaneda y es famoso por sus picadas. Desde<br />

2003 está en manos de José Beraldi, vecino y restauranteur, que supo dirigir El ciervo, Zum Edelweiss, Locos x<br />

el fútbol y Félix clásico.<br />

Del 8 al 14 de noviembre, menú de tres pasos, $45<br />

Hipólito Yrigoyen (ex Pavón) 996, esquina Rivadavia, Avellaneda. Tel. 4228-8009.<br />

al mostrador<br />

Ricardo Salomón, 20 años, cuatro en vía varese<br />

–¿Cuánto gustos tiene la heladería?<br />

–Entre sesenta y sesenta y cinco, porque hay algunos<br />

frutales que son estacionales.<br />

–¿Cuánto tardaste en aprenderte la ubicación de<br />

todos?<br />

–Una semana, es como un juego de memoria. Los<br />

más alejados son los que menos piden.<br />

–¿Sacan gustos nuevos?<br />

–Sí, cada tres meses algunos entran y otros se van,<br />

ahora estamos por retirar el dulce de leche con coco<br />

y entra el mouse de maracuyá. Tenemos algunos<br />

que hay en muy pocas heladerías, como el marrón<br />

glacé o el pistacho, que son clásicos que quedan.<br />

–¿Ves la cara del cliente y sabés qué gustos van a<br />

pedir?<br />

–Totalmente, la gente grande pide los gustos más<br />

tradicionales y hace veinte años que se piden lo<br />

mismo, los más jóvenes se animan a cambiar.<br />

–¿Cuáles son tus gustos preferidos?<br />

–Dulce de leche granizado, banana split y los frutales,<br />

en ese sentido coincido con la mayoría, pero<br />

cada tanto me gusta pedir el más raro.<br />

–¿Cucurucho o vasito?<br />

–Cucurucho; y tomo mucho helado.<br />

García del Río 2412, Saavedra. Tel. 4703-4843.<br />

52-53-PLATOS-011109.indd 53 28/10/2009 20:45:15<br />

53<br />

DiEgo SANDStEDE


copas<br />

Darse el lujo<br />

Una feria ya clásica en el hotel Alvear, que es una<br />

oportunidad única para probar vinos caros y raros.<br />

Por ElisabEth ChECa<br />

l<br />

os mejores vinos, de las<br />

grandes o pequeñas<br />

bodegas, van mucho<br />

más allá de cuestiones de<br />

precio y marketing. El precio<br />

tiene, casi siempre, su razón<br />

de ser.<br />

En general, los mejores<br />

vinos de las bodegas argentinas<br />

—o de todo el<br />

mundo— tienen sus años.<br />

Desde el viñedo hasta la<br />

guarda. En los viñedos jóvenes<br />

—que abundan aquí, ya<br />

que se descubren a cada<br />

momento viñedos nuevos—<br />

se nota que no están estabilizados.<br />

Son viñedos como<br />

adolescentes, con cambios<br />

de temperamento.<br />

El tiempo incide también<br />

en la guarda, los vinos top<br />

de las bodegas pasan entre<br />

12 y 24 meses en barricas<br />

nuevas o a lo sumo de<br />

segundo uso, para que el<br />

shock maderero no sea tan<br />

violento, y después un largo<br />

tiempo en estiba en botella.<br />

Las barricas destinadas<br />

para esta crianza son caras,<br />

muy caras. Y esa estiba de<br />

la botella no es para ansiosos:<br />

por más que usted la<br />

mire en la cave o el sótano,<br />

no adquirirá antes de tiempo<br />

esos inefables misterios de<br />

la crianza en botella, ni<br />

desarrollará los aromas terciarios,<br />

el mentado bouquet.<br />

El bouquet sólo se desarrolla<br />

durante la crianza en<br />

botella. Puede pasar de la<br />

rusticidad de los taninos que<br />

secan la boca como papel<br />

de lija a una complejidad de<br />

aromas y sabores sin que<br />

54<br />

nada sobresalte al paladar o<br />

al alma. No es un milagro.<br />

Es tiempo.<br />

Las uvas con que se elaboran<br />

estos vinos rigurosamente<br />

vigilados son tratadas<br />

como diamantes frágiles,<br />

elegidas por manos pacientes<br />

y ojos avizores, a mano<br />

en las mesas de doble<br />

selección, de racimos y de<br />

uvas. Las cansadas, agujereadas,<br />

marchitas, melancólicas,<br />

no pasarán. Estos<br />

grandes vinos, los mimados<br />

por las bodegas, pertenecen<br />

a viñedos de baja producción,<br />

lo que otorga<br />

mayor concentración en<br />

color, aromas y sabor y<br />

generalmente pertenecen a<br />

cosechas excepcionales.<br />

Son esta clase de vinos<br />

los que estarán presentes<br />

en la Feria de Vinos de Lujo<br />

El Conocedor, entre este<br />

martes 3 y el jueves 5, en el<br />

Alvear Palace Hotel.<br />

Como en las anteriores<br />

ediciones, las estrellas serán<br />

esas etiquetas que cuestan<br />

más de $50 (y llegan hasta<br />

$500 o más), que serán ofrecidas<br />

por sus autores, enólogos<br />

o bodegueros.<br />

la botella<br />

También es una gran verdad<br />

que el mejor vino es el<br />

que a uno mas le gusta. Ya<br />

que hay vinos objetivamente<br />

impecables, pero ¡ay! a uno<br />

no le gustan. Y hay otros<br />

con algunos defectos que<br />

constituyen su gracia o su<br />

terruño. Porque a veces un<br />

defecto de un terroir se convierte<br />

en virtud.<br />

En todo caso, esta es mi<br />

lista de recomendaciones<br />

para explorar la exposición<br />

de vinos argentinos de alta<br />

gama más esperada del<br />

año: Privada de Bodega<br />

Norton; los Single Vineyards<br />

de Bodega Trapiche; todos<br />

los vinos de los franceses<br />

de Clos de los Siete, entre<br />

ellos el notable Val de<br />

Flores, firmado Michel<br />

Rolland; Dedicado de Finca<br />

Flichman, junto a los<br />

Paisajes de Barrancas y de<br />

Tupungato y dos vinos posibles<br />

de la misma bodega<br />

bodega infinitus. infinitus Merlot Gran reserva 2006<br />

Nueva cosecha de este varietal sedoso y seductor. Fue proclamado<br />

el mejor Merlot de Argentina por un conocido club inglés.<br />

Con uvas de un antiguo viñedo, este Merlot, un cepaje de zonas<br />

frías que encontró su lugar en el Alto Valle de Río Negro, pasó<br />

doce meses por barricas de roble francés. Excepcional, con un<br />

color púrpura no demasiado oscuro, aromas frutados con dejos<br />

de algunas frutas secas (avellanas), equilibrio y armonía.<br />

Elegancia emocionante, como la de su autor, el bordalés Hervé<br />

Joayaux. Merece un magret de pato o un risotto con hongos patagónicos.<br />

recién presentados en el<br />

mercado, Caballero de la<br />

Cepa Reserva Cabernet<br />

Sauvignon y Malbec, con<br />

uvas de Tupungato; los<br />

vinos Mendel, de la bodega<br />

de Roberto de la Mota, uno<br />

de los grandes wine makers<br />

argentinos, en especial su<br />

escaso Finca Renota; los de<br />

Riglos, sobre todo el Gran<br />

Corte, y del famoso bodeguero<br />

Carlos Pulenta el<br />

corte A de Bodega Vistalba<br />

y el Petit Verdot de Tomero;<br />

Kinien de Ruca Malén y los<br />

mejores de Casa Bianchi.<br />

¿Qué más? Grandes vinos<br />

salteños como el Colomé<br />

Estate y el potente, exótico<br />

Tacuil, un tinto mítico.<br />

Habrá un sector de delicatessen<br />

para picotear entre<br />

trago y trago, degustaciones<br />

de whiskies de Johnnie<br />

Walker y otros escabios de<br />

luxe. La entrada sale $120,<br />

pero tranquilos, no es cuestión<br />

de tomarse todo para<br />

amortizarla. Mejor en su<br />

medida y armoniosamente<br />

como aconsejaban<br />

Aristóteles y el General.<br />

Poco y bueno, puro goce.<br />

En esta feria, que ya va por<br />

su octava edición, nunca vi<br />

a borrachos itinerantes<br />

reclamando a los gritos una<br />

copa de cualquier cosa,<br />

algo que sucede en casi<br />

todas las expos de vinos<br />

multitudinarias. 2<br />

54-COPAS-011109.indd 54 28/10/2009 23:40:13


aviso master.indd 3 09/09/2009 13:41:47


el dato snob<br />

Lujo sin vulgaridad<br />

Una cadena de pequeños hoteles de lujo que es lo opuesto a la cadena de<br />

cinco estrellas: pequeños, personales, discretos con el medio ambiente y ¡sin<br />

fiestas temáticas! En la Argentina hay cinco.<br />

Por Silvina Pini<br />

H<br />

ay quienes entienden<br />

que un hotel de lujo<br />

es aquel que tiene un<br />

plasma de 42 pulgadas y<br />

jacuzzi en una habitación<br />

de ochenta metros cuadrados.<br />

Así suelen ser los<br />

hoteles cinco estrellas de<br />

cadena, idénticos en todo<br />

el mundo, eficientes, impecables<br />

y anónimos; moles<br />

con ascensores, varios<br />

restaurantes, un ejército<br />

de personal y chiches high<br />

tech. Hay otra forma de<br />

lujo, que pasa porque el<br />

lugar sea único y diferente<br />

del resto y por una calidad<br />

del servicio que solo es<br />

posible cuando las habitaciones<br />

no superan las<br />

veinte.<br />

Y esto también puede<br />

darse en una cadena. La<br />

que mejor los representa<br />

es Relais & Châteaux, cuya<br />

historia se remonta a 1954,<br />

cuando siete hoteles situados<br />

en la ruta nacional que<br />

unía París y Niza se juntaron<br />

para hacer carteles juntos<br />

y abaratar los costos.<br />

Se trataba de hoteles muy<br />

integrados al paisaje que<br />

los rodeaba y ofrecían una<br />

atención esmerada<br />

—generalmente brindada<br />

por sus propios dueños—,<br />

sobre todo en la cocina,<br />

que privilegiaba los productos<br />

regionales y los<br />

detalles de calidad y calidez.<br />

Hoy los hoteles miembros<br />

de Relais & Châteaux<br />

llegan a los 480 en más de<br />

56<br />

56 países. Todos los años ,<br />

inspectores recorren el<br />

mundo para ratificar si<br />

quienes ya son miembros<br />

mantienen los estándares<br />

para seguir siéndolo y para<br />

detectar algunos nuevos<br />

que merecen ser incorporados.<br />

Todo este trabajo<br />

concluye en una guía anual<br />

y una actualización permanente<br />

en la web (www.<br />

relaischateuax.com)<br />

A lo largo de este año la<br />

cadena ha incorporado 31<br />

nuevos miembros, uno de<br />

ellos en la Patagonia<br />

argentina. Se trata de Eolo<br />

Lodge, en Calafate, el<br />

quinto y último Relais &<br />

Châteaux argentino en<br />

incluirse en esta exclusiva<br />

lista.<br />

Todos los dueños o<br />

gerentes de Relais &<br />

Châteaux en el país admiten<br />

que, más allá del honor<br />

que significa haber sido<br />

incluidos, la membresía les<br />

asegura un considerable<br />

porcentaje de ocupación al<br />

año. Los Relais & Châteaux<br />

tienen fanáticos, viajeros<br />

que solo se hospedan en<br />

estos hoteles.<br />

Rodrigo Braun, gerente<br />

general de Eolo Lodge,<br />

incorporado hace apenas<br />

un mes, admite que ser<br />

miembro “es un honor y un<br />

orgullo porque se trata de<br />

la asociación más prestigiosa,<br />

que reúne a los<br />

mejores pequeños hoteles<br />

en el mundo.”<br />

Eolo Lodge está situado<br />

en medio de la nada<br />

misma de la estepa patagónica,<br />

de camino entre la<br />

ciudad de Calafate y el<br />

Parque Nacional Los<br />

Glaciares. Ubicado dentro<br />

de la estancia Alice, de<br />

4.000 hectáreas, sobre la<br />

ladera del cerro Frías, sus<br />

diecisiete habitaciones,<br />

restaurante, lobby y piscina<br />

propician el contacto con<br />

ese paisaje tan especial.<br />

Desde sus ventanales se<br />

ve el turquesa del lago<br />

Argentino y los caprichosos<br />

picos de Torres del<br />

Paine, pero también es<br />

posible advertir una manada<br />

de guanacos salvajes,<br />

cóndores, mulitas, ovejas y<br />

vacas, verdaderos dueños<br />

de la tierra. Unos binoculares<br />

en el living ayudan al<br />

avistaje a través del ventanal,<br />

que es más grande<br />

que cualquier plasma.<br />

En la construcción del<br />

hotel se cuidó que el<br />

impacto sobre el medio<br />

ambiente fuera mínimo, por<br />

eso no hay parquización ni<br />

nada que distorsione la<br />

naturaleza del lugar.<br />

laS cinco c<br />

Parte de la filosofía de los<br />

Relais & Châteaux se sintetiza<br />

en lo que llaman “las<br />

cinco C”: cortesía, calma,<br />

carácter, cocina y charme.<br />

El carácter es lo que buscan<br />

cuando el hotel no<br />

imita a ningún otro y permite<br />

al huésped conectarse<br />

con el paisaje que lo rodea.<br />

La cortesía y la calma aluden<br />

al servicio, que no se<br />

trata de sobreactuaciones<br />

con sonrisa impuesta ni frases<br />

hechas, sino de la calidez<br />

de unos pocos miembros<br />

que saben mirar a los<br />

ojos, escuchar y, en todo<br />

caso, inventar una solución<br />

fuera de protocolo. La<br />

calma también está en la<br />

ausencia de entretenimientos<br />

exaltados, como fiestas<br />

temáticas entre huéspedes<br />

o salas de juegos electrónicos.<br />

En un Relais &<br />

Châteaux se trata de bajar<br />

los decibeles, no de<br />

aumentarlos.<br />

La cocina es muy importante:<br />

la pastelería es<br />

obviamente hecha in situ,<br />

lo mismo que las mermeladas<br />

de frutos regionales;<br />

muchos de ellos cuentan<br />

con su propia huerta y<br />

granja, incluso orgánica,<br />

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de donde se aprovisionan<br />

de ingredientes. Los<br />

menús son siempre a la<br />

carta y hay un cocinero<br />

con nombre y apellido<br />

conocido dispuesto a<br />

satisfacer al huésped si<br />

de pronto quiere irse de<br />

picnic. El charme, palabra<br />

tan francesa y de difícil<br />

traducción, alude al estilo<br />

de cada hotel, la impronta<br />

que han sabido darle sus<br />

dueños, lo opuesto de lo<br />

que se diseña desde las<br />

grandes cadenas clonadas<br />

de ciudad en ciudad.<br />

El mecanismo por el<br />

cual un hotel puede convertirse<br />

en miembro está<br />

íntegramente en manos<br />

de la institución: no se<br />

incluye a quien paga,<br />

como ocurre con otras<br />

guías de hoteles o cadenas.<br />

El método de evaluación<br />

consiste en auditorías<br />

ocultas que realizan<br />

inspectores de Relais &<br />

Châteuax, que van hospedándose<br />

en hoteles por el<br />

mundo y pescando candidatos.<br />

Así lo cuenta<br />

Rodrigo Braun, de Eolo:<br />

“Un huésped como cualquier<br />

otro, después de su<br />

segunda noche de estadía,<br />

se nos acercó y se<br />

dio a conocer como inspector<br />

de Relais &<br />

Châteaux; nos dijo que el<br />

hotel le había gustado y nos<br />

preguntó si estábamos interesados<br />

en ser miembros.<br />

De ahí en adelante, fue una<br />

sucesión de formalidades<br />

hasta la incorporación final,<br />

entre ellas un informe muy<br />

minucioso sobre el hotel que<br />

me sirvió mucho para reafirmar<br />

virtudes y corregir algún<br />

que otro detalle.” Braun<br />

tomó ese informe como una<br />

asesoría hecha por expertos<br />

y además gratuita. “Tardé<br />

varios días en darme cuenta<br />

de la magnitud de lo que<br />

estaba pasando —confiesa—<br />

y de lo que nos estaban<br />

ofreciendo.”<br />

Y si Eolo es el último<br />

Relais & Châteaux argentino,<br />

el primero fue Las<br />

Balsas, en Villa La<br />

Angostura, miembro desde<br />

1995. Es un encantador<br />

hotel azul como el Nahuel<br />

Huapi, con quince habitaciones<br />

con vista al lago,<br />

cada una con una decoración<br />

diferente, productos<br />

L’Occitane en el baño, cuadros<br />

de Alfredo Prior en el<br />

living y la cocina exquisita<br />

de Pablo Campoy, que es<br />

capaz de acompañar a los<br />

huéspedes por un crucero<br />

por el lago y cocinarles lo<br />

que quieran.<br />

Estancia El Colibrí, en<br />

Santa Catalina, Córdoba, es<br />

miembro desde 2008. Está<br />

comandado por los franceses<br />

Raoul y Stéphanie<br />

Fenestraz, dueños junto con<br />

otros socios, que algo<br />

deben entender de la buena<br />

vida porque también dirigen<br />

otro Relais & Châteaux en<br />

Salta, House of Jasmines,<br />

incorporado a principio de<br />

2009. El Colibrí es una gran<br />

casona de estancia ubicada<br />

en las sierras cordobesas,<br />

de espacios generosos y<br />

nueve habitaciones exquisitamente<br />

decoradas y un<br />

gran living con hogar y<br />

biblioteca desde donde<br />

apreciar el paisaje. El<br />

encanto del lugar y la mano<br />

personal de Stéphanie le ha<br />

valido la aparición en numerosas<br />

revistas extranjeras,<br />

entre ellas la Harpers inglesa,<br />

la Bazar malaya y la<br />

Vogue norteamericana. Para<br />

ella ser miembro significa:<br />

“Contar con un sello de calidad,<br />

de servicio, de generosidad,<br />

de lujo sin ostentación”.<br />

House of Jasmines, en La<br />

Merced, a pocos kilómetros<br />

de Salta capital, es un centenario<br />

casco de estancia,<br />

con siete habitaciones<br />

románticamente decoradas<br />

y todo el espíritu de las<br />

estancias salteñas: una gran<br />

galería donde tomar un<br />

buen vino antes del asado<br />

o de las empanadas.<br />

Cavas Wine Lodge, ubicado<br />

en Luján de Cuyo,<br />

Mendoza, también es<br />

miembro desde 2008.<br />

Está rodeado de viñedos<br />

donde están las catorce<br />

habitaciones independientes,<br />

todas con terrazas<br />

desde donde se ve<br />

majestuosa la cordillera<br />

de los Andes. La cocina<br />

exquisita, una cava<br />

impresionante y un spa<br />

con tratamientos de vinoterapia,<br />

las obras de arte<br />

—entre ellas una vaca de<br />

la subasta del Cow<br />

Parade—, son algunos de<br />

los detalles que cuidan,<br />

personalmente, Cecilia<br />

Díaz Chuit y su marido<br />

Martín Rigal.<br />

Si bien estos hoteles<br />

tienen tarifas altas —oscilan<br />

entre los 320 y 800<br />

dólares la noche—, compiten<br />

en precio con los<br />

cinco estrellas de cadena<br />

internacional. Claro que<br />

unos y otros son para viajeros<br />

y ocasiones completamente<br />

distintas. Un<br />

Relais & Châteaux, más<br />

que para un CEO en viaje<br />

de negocios, es para<br />

quienes hacen del viajar<br />

un arte. 2<br />

56-57-eldato-011109.indd 57 28/10/2009 22:38:45<br />

57


Buenas<br />

alternativas<br />

para los que ya<br />

fueron al<br />

Metropolitan, al<br />

Louvre, a la<br />

National Gallery<br />

o al Prado.<br />

tres lugares para...<br />

58<br />

Visitar un museo<br />

Nueva York:<br />

el Withney<br />

Una reliquia moderna. Con una atractiva fisonomía<br />

–luce como una escalera de tres escalones vista desde<br />

arriba—, contiene la colección más importante de<br />

artistas norteamericanos del siglo XX. Todos los<br />

artistas pop, como se los conoce, a una cuadra del<br />

Central Park y a cinco del Metropolitan. The Whitney<br />

Museum tiene una colección de 12 mil obras entre<br />

pinturas, esculturas, fotos, dibujos e instalaciones<br />

multimedia. Y sigue creciendo. Fue fundado en 1931<br />

con 700 objetos de arte pertenecientes a su<br />

fundadora, Gertrude Vanderbilt Whitney.<br />

De Andy Warhol, uno de los más requeridos por el<br />

público, esta casa de cultura tiene una exclusiva<br />

colección de unos 650 films hechos en la década del<br />

60. Además, se puede ver entre sus tesoros el famoso<br />

cuadro de George Bellows donde el torito de las<br />

pampas tira fuera del ring a su rival: Dempsey and<br />

Firpo, de 1924.<br />

Y Roy Lichtenstein, Arshile Gorky, Edward Hopper,<br />

entre otros. Al 945 de la avenida Madison, en pleno<br />

Manhattan, este museo abre sus puertas de miércoles<br />

a domingos. La entrada general sale unos 18 dólares.<br />

Vale la pena.<br />

Bilbao:<br />

el Guggenheim<br />

No se puede dejar de visitar. Tan solo, o sobre todo,<br />

para ver el edificio: una enorme lata retorcida que<br />

contiene grandes obras de arte contemporáneo. Es una<br />

de las más famosas obras del arquitecto americano<br />

Frank Gehry. Es un magnífico ejemplo de la<br />

arquitectura más vanguardista del siglo XX. Por 15<br />

euros se pueden visitar sus 24 mil metros cuadrados,<br />

de los cuales once mil se destinan al espacio para<br />

exposiciones. Todo está distribuido en tres niveles con<br />

veinte galerías espaciosas y modernas. Es una parada<br />

cultural reconocida e inevitable en Europa. Las<br />

autoridades del País Vasco planearon este museo con<br />

el fin de generar un polo cultural turístico. Se inauguró<br />

el 3 de octubre de 1997 y en menos de un año ya había<br />

atraído a más de 1.300.000 personas. La fundación<br />

Guggenheim está presente también con edificios<br />

atractivos en Nueva York, Berlín, Abu Dhabi y Venecia.<br />

El corazón del museo lo constituye el atrio central de<br />

50 metros de altura, donde terminan todos los<br />

recorridos.<br />

Lisboa: Colección<br />

Gulbenkian<br />

El Museu Calouste Gulbenkian es una joya<br />

inaugurado en 1969. Es pequeño, fácilmente<br />

accesible y está rodeado por el relajante color verde<br />

de su parque lindante. La entrada cuesta 10 euros.<br />

Es uno de los más baratos de Europa.<br />

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En su anguloso edificio contiene una colección del<br />

artista holandés Jerónimo Bosch, conocido como El<br />

Bosco; y otra de grandes diseñadores de joyas de la<br />

historia contemporánea, con piezas de mucha calidad,<br />

como algunos prendedores de Cartier. Posee obras<br />

que abarcan cronológicamente la mayor parte de la<br />

historia del arte, desde el año 2800 A.C. hasta<br />

mediados del siglo XX. Se destaca por sus piezas<br />

históricas de arte de la Antigüedad: obras egipcias;<br />

armas de las invasiones mongoles de Gengis Khan;<br />

objetos de Persia, Turquía, Siria, el Cáucaso, Armenia<br />

y la India; cerámicas, tapetes raros, libros, azulejos,<br />

de todo.<br />

Esta enorme cantidad de obras de arte pertenecen a la<br />

colección del magnate de origen armenio Calouste<br />

Gulbenkian, acaudaladísimo hombre de negocios,<br />

nacido en 1869 en Estambul, Turquía, que vivió en<br />

París y Lisboa, donde murió en 1955. Se destacan la<br />

sala de objetos de Egipto, las estatuas romanas, las<br />

monedas griegas y el arte islámico.<br />

58-59-TresLUGARES-011109.indd 59 28/10/2009 18:31:46<br />

59


moda real<br />

Ultra pop<br />

Para la<br />

inauguración<br />

de la muestra<br />

de Andy<br />

Warhol en el<br />

Malba nadie se<br />

puso lo primero<br />

que encontró.<br />

Fotos:<br />

luis MarÍa Herr<br />

ProDuCCiÓn:<br />

MarÍa FernanDa<br />

Mainelli<br />

60<br />

PaloMa, 29 años.<br />

El vestido ($250) es un diseño<br />

de ella y de su socio, el<br />

diseñador Bruno Chávez<br />

(www.brunochavez.blogspot.com),<br />

los zapatos son un regalo<br />

y la cartera también<br />

es un diseño propio.<br />

60-65-MODA-011109.indd 60 28/10/2009 18:28:22


José, 36 años.<br />

Es artista plástico y hace<br />

corbatas de madera -como la<br />

que lleva puesta- y otros<br />

materiales (www.joseotero.com.ar).<br />

Lleva un saco de feria que él<br />

mismo estampó, camisa también<br />

de feria, pantalón (unos $280)<br />

Zara y zapatillas (alrededor<br />

de $400) Nike.<br />

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62<br />

alina, 25 años.<br />

Vestido, gorra de jean y botas,<br />

todo comprado en una feria<br />

de San Telmo (no recuerda<br />

los precios, pero asegura que<br />

todo le salió muy barato).<br />

Cartera Top Shop, comprada<br />

en los Estados Unidos.<br />

60-65-MODA-011109.indd 62 28/10/2009 18:28:40


Carolina, 22 años.<br />

Vestido de Polo Rwalph Lauren<br />

(no recuerda el precio),<br />

cartera y zapatos heredados<br />

de la mamá.<br />

60-65-MODA-011109.indd 63 28/10/2009 18:28:43<br />

63


64<br />

Valeria, 33 años.<br />

Todo lo que tiene lo compró<br />

en el exterior y el chal lo trajo<br />

del norte del país. La cartera<br />

es de su marca, Pesqueira<br />

y cuesta arriba de $400.<br />

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Julieta, 33 años.<br />

Chal de una marca extranjera,<br />

campera de cuero (arriba de<br />

$3.000) y vestido (unos $500),<br />

de Trosman y botas<br />

(más de $500) Mishka.<br />

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65


eL OBJeTO DIReCTO<br />

pOR mARgARITA gARCíA ROBAyO<br />

El espejo de aumento<br />

H<br />

ay pocas cosas más aterradoras<br />

que un espejo de aumento.<br />

A nadie le gusta verse<br />

sobre expuesto ante sí mismo porque<br />

nadie es tan bonito. O sí, pero ni los<br />

más bonitos se gustan tanto. Es bien<br />

sabido que algunas personas usan el<br />

espejo de aumento con fines masoquistas:<br />

para recrearse en sus defectos<br />

y auto flagelarse. Se rumorea que,<br />

antes de matarse, Marilyn contempló su rostro durante horas<br />

en un espejo de aumento y como no pudo soportar su propia<br />

belleza se hizo un par de tajos para afearse. Pero ni así: su cara<br />

seguía siendo una bellísima cara tajeada. Entonces procedió<br />

con los barbitúricos.<br />

A cierta edad, se dice, la gente normal deja de usar espejos<br />

de aumento. A cierta edad significa cuando las mejillas ya no<br />

son mejillas sino pellejos blanditos. Cuando se ha llegado a<br />

tener ese aspecto, ponerse frente a un espejo de aumento es lo<br />

mismo que tajearse la cara con un cuchillo. Hay cientos de<br />

modelos de estos espejos y extrañamente tienen una función<br />

cosmética. Se usan para afeitarse, maquillarse, saludar a los<br />

poros. La razón por la que se venden estos espejos es porque la<br />

gente se acostumbra a su fealdad y encuentra placer regodeándose<br />

en ella. En ese sentido, los espejos son perversos.<br />

—Espejito, espejito…<br />

El espejo de la bruja de Blancanieves debió ser de aumento,<br />

ningún otro espejo exageraría tanto, ningún otro espejo<br />

habría explotado hasta tal punto su mala leche:<br />

—Ya no eres la más bella, la más bella es otra.<br />

—Pero…<br />

—Ya ni siquiera eres bella, eres horripilante.<br />

En la Antigüedad casi todos los espejos eran de aumento y<br />

estaban asociados a la figura femenina. Al hombre que se contemplaba<br />

en el espejo se la consideraba una nenita, se mofaban<br />

de su vanidad pintándole las pestañas y la boca, o poniéndole<br />

tetas falsas mientras dormía. El hombre tenía derecho a<br />

mirarse en el espejo solo cuando iba a la peluquería, pero sin<br />

detenerse en detalles superfluos como “esta punta me quedó<br />

más larga, Giordano, ¿puede usted emparejarla?” La imagen<br />

femenina paradigmática de la mitología es Afrodita, diosa del<br />

amor, sosteniendo un espejo en una de sus manos; su equivalente<br />

masculino es Apolo, dios de la guerra, que sostiene un<br />

arco y una flecha. El mundo debía ser así, y punto.<br />

Pero en la Antigüedad también había irruptores: Sócrates,<br />

por ejemplo, recomendaba el uso del espejo a sus discípulos<br />

—todos hombrecitos— para que, si eran hermosos, se hicieran<br />

moralmente dignos de su belleza, y, si<br />

eran feos, lo ocultaran mediante el<br />

cultivo de su espíritu. Nunca dijo<br />

alguien algo más sabio con respecto al<br />

espejo; básicamente la enseñanza<br />

consiste en que la gente fea debe usarlos<br />

tanto como la bella para saber cuál<br />

es el lugar que le corresponde dentro<br />

de los parámetros de la estética universal<br />

y proceder en consecuencia:<br />

equilibrar las cargas, le llaman algunos. Si la gente se tomara en<br />

serio lo de mirarse a un espejo de aumento, sin regodearse en la<br />

idea más que subjetiva, ilusa, de las virtudes de su cara, seguro<br />

que algunas cosas serían más simples. Nadie se ofendería cuando<br />

otro le señalara algún defecto que salta a la vista, porque el<br />

espejo de aumento ya se lo habría subrayado antes.<br />

—¡Qué grandes bigotes tenés, Marcela!— Karina se lleva las<br />

manos a la boca, sorprendida.<br />

—Ya sé, y vos tenés unas patas de gallina tremebundas.<br />

—¿Sí? —Karina se lleva las manos a los ojos, aterrada— Voy<br />

a comprarme un contorno de ojos.<br />

—Mejor comprate un espejo de aumento.<br />

Quizá lo más perverso de los espejos de aumento tiene que<br />

ver con su carácter vano. Reproducen a las personas por el<br />

simple hecho de reproducirlas. No les aportan nada más que<br />

una imagen subrayada de sí mismas, imagen frente a la que<br />

no nos queda otra opción que condescender y aprobar. En<br />

una cita prometedora, o en una reunión social cuyo objetivo<br />

es impresionar con la presencia, una buena parte de la gente<br />

se esfuerza en aguantar las ganas de correr al espejo del baño<br />

y corroborar que se tiene la misma cara que se aprobó hace<br />

un rato. ¿Por qué? Porque se ve mal: visitar mucho el baño<br />

cuando se está en público es algo que puede malinterpretarse.<br />

O sea, el uso del espejo es susceptible de ser modificado gracias<br />

a la presión social. La presión social, en este caso, nos<br />

salva por un rato. Pero después, en algún momento del día, se<br />

vuelve a estar solo, en la intimidad del baño, y el espejo de<br />

aumento te mira con su gran ojo lupa; entonces ya no hay<br />

nada que te impida correr a su encuentro y proceder con el<br />

ejercicio obsceno de mirarte en detalle. Y allí se produce, y se<br />

reproduce, lo vano. Eso que hacía que la madrastra esquizoide<br />

de Blancanieves se preguntara y se contestara a sí misma;<br />

eso que Borges explica cuando dice que “al igual que la cópula,<br />

el espejo multiplica a las personas innecesariamente”. Allí,<br />

en el baño, frente al espejo de aumento, sin testigos, la multiplicación<br />

de uno mismo no es solamente innecesaria: es,<br />

sobre todo, cruel. 2<br />

C. Actualidad a diario, es una publicación propiedad de Papel 2.0 S.A. Maipú 271, Ciudad de Buenos Aires.<br />

Registro de la propiedad intelectual 722.212. Impresión: Kollorpress S.A. Uruguay 126 - Avellaneda. Distribuidora Sanabria S.A.<br />

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