Historia de la Gnosis - Libros Especiales
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Así pues, como anteriormente informé, <strong>la</strong> Primera Prueba que me tocó pasar fue <strong>la</strong><br />
<strong>de</strong>l Guardián <strong>de</strong>l Umbral, para lo cual tuve que fortalecerme por medio <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
transmutación, <strong>la</strong> oración, <strong>la</strong> vocalización y <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong> mis <strong>de</strong>fectos.<br />
Como he dicho, el 27 <strong>de</strong> Julio <strong>de</strong> 1949 se me <strong>la</strong>nzó <strong>la</strong> Primera Prueba. El Maestro<br />
Aun Weor había salido para Barranquil<strong>la</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Ciénaga el día anterior y<br />
regresaría el 29. El 27 fue un día <strong>de</strong> ayuno para mí; temprano me fui a <strong>la</strong> cama,<br />
oré y pedí ayuda a los Maestros Internos, sobre todo a mi Padre Bienamado. No<br />
recuerdo cómo ni cuando me dormí; <strong>de</strong> pronto se me ocurrió salir en un camión <strong>de</strong> 4<br />
tone<strong>la</strong>das que tenía para movilizar <strong>la</strong> propia carga <strong>de</strong> mis negocios. Eran más o<br />
menos <strong>la</strong>s 4 <strong>de</strong> <strong>la</strong> tar<strong>de</strong> y me dirigí a los p<strong>la</strong>yones que están al sur <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciudad<br />
<strong>de</strong> Ciénaga. Internamente sabía que allí tenía una cita que cumplir. Al llegar a<br />
los p<strong>la</strong>yones me bajé <strong>de</strong>l camión y seguí a pié, caminé y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> algún trecho<br />
volví <strong>la</strong> mirada para ver lo andado y vi que el camión estaba lejos <strong>de</strong>l terreno que<br />
había andado. De inmediato sentí un frío que me molestaba y más subió mi molestia<br />
cuando advertí que el aire era nauseabundo y pestilente. Sentí temor y quise<br />
regresarme, pero no pu<strong>de</strong>, algo me lo impedía. Andaba <strong>de</strong> sorpresa en sorpresa. El<br />
cielo se oscureció rápidamente y temía que viniera <strong>la</strong> oscuridad en aquellos<br />
p<strong>la</strong>yones solitarios, cuando en <strong>la</strong> penumbra divisé como un chimpancé gigantesco,<br />
muy peludo, boca como <strong>de</strong> mu<strong>la</strong>, ojos <strong>de</strong>sorbitantes, nariz <strong>de</strong> simio, orejas gran<strong>de</strong>s<br />
y cara <strong>de</strong>sagradable; al ver este animalesco infernal que venía hacia mí sentí<br />
temor, miedo, terror. Quedé inmóvil, tal era el susto que tenía. Este monstruo<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos me habló y me dijo: "¿De modo que me abandonas por ese hombre que no<br />
conoces?, ¡Desagra<strong>de</strong>cido!, Todo lo que tienes me lo <strong>de</strong>bes a mi, yo te puedo quitar<br />
todo". Cuando esto me <strong>de</strong>cía, me di cuenta que estaba en Astral y <strong>de</strong> inmediato lo<br />
conjuré con el Mantram "En nombre <strong>de</strong> Júpiter Padre <strong>de</strong> los Dioses, yo te conjuro,<br />
Te Vigos Cossilim". Este Mantram me lo había enseñado Aun Weor para conjurar<br />
entida<strong>de</strong>s tenebrosas y <strong>de</strong>monios perversos, pero aquel<strong>la</strong> entidad terrible siguió<br />
avanzando hacia mi. Dos veces más le repetí aquel Mantram Sagrado, sin causarle<br />
daño alguno pero al momento me recordé que yo era un Che<strong>la</strong> <strong>de</strong>l Cristo, un hombre<br />
casto, y lo conjuré nuevamente pero en el nombre <strong>de</strong>l Cristo, así: "En el nombre<br />
<strong>de</strong>l Cristo, por el amor <strong>de</strong>l Cristo, yo te conjuro", y esta segunda conjuración lo<br />
hizo <strong>de</strong>tener y retroce<strong>de</strong>r. Yo sentí gran alivio y <strong>de</strong>sperté en <strong>la</strong> cama bañado en<br />
sudor. Eran más o menos <strong>la</strong>s dos <strong>de</strong> <strong>la</strong> mañana y ya no pu<strong>de</strong> dormir más. Me había<br />
enfrentado al Guardián <strong>de</strong>l Umbral, a mi propio Satán.<br />
El Maestro, que había viajado con su familia aún no había regresado. Ese 27 era un<br />
sábado al día siguiente domingo no viajaban los barcos que hacían el tráfico<br />
entre Barranquil<strong>la</strong> y Cienaga, que en ese entonces eran 8 horas <strong>de</strong> viaje lo que se<br />
hace hoy por una buena carretera en 45 minutos en automóvil y una hora en bus <strong>de</strong><br />
pasajero. El día 30 regresó al Maestro, corrí contarle lo ocurrido y <strong>de</strong> todo se<br />
había dado cuenta. Para <strong>la</strong> Logia B<strong>la</strong>nca, aquel<strong>la</strong> batal<strong>la</strong> es <strong>de</strong>cisiva. Cuándo le<br />
pregunté "Maestro, y esa bestia infernal que me atacó, ¿don<strong>de</strong> vive?", me<br />
respondió: "Ese es tu propio Satán, el l<strong>la</strong>mado Guardián <strong>de</strong>l Umbral por <strong>la</strong>s sectas<br />
<strong>de</strong>l camino negro. Ese personaje vive <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ti". Esa noticia me hizo revivir el<br />
terrible drama que acababa <strong>de</strong> pasar. Luego siguió diciendo: "Hoy lo venciste y ya<br />
no manda ni gobierna sobre ti. De hoy en a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte te toca embellecerlo hasta<br />
convertirlo en niño inocente; esto lo lograras con <strong>la</strong> castidad e incesantes<br />
purificaciones. Matando <strong>de</strong>fectos". Le hice <strong>la</strong> siguiente pregunta: "Maestro, ¿que<br />
me toca hacer ahora? y me respondió "Ahora te toca enfrentarte al Guardián <strong>de</strong>l<br />
Umbral Mundial... ese ser es mucho más terrible que el que acabas <strong>de</strong> vencer".<br />
Nuevamente volví a <strong>la</strong> Transmutación Científica. Me tocó hacer una lista <strong>de</strong> mis<br />
<strong>de</strong>fectos y presentárse<strong>la</strong> al Maestro. Al hacer lista <strong>de</strong> mis <strong>de</strong>fectos, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
muchos esfuerzos me encontré unos 4 o 5; como era comerciante <strong>de</strong>cía mentiras <strong>de</strong><br />
todo or<strong>de</strong>n; amaba a mis amigos pero a los enemigos los ponía en espera para<br />
<strong>de</strong>squite, pero el Maestro me rompía esos viejos mol<strong>de</strong>s generalmente hereditarios,<br />
señalándome sentencias bíblicas <strong>de</strong> los Evangelios Cristianos: si tú amas a tus<br />
amigos, eso también lo hacen los fariseos"; me encontré resentimientos, que no es<br />
más que odio diluido; también me encontré fornicación y adulterio, pecados contra<br />
<strong>la</strong> Divina Trinidad y los Mandamientos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ley <strong>de</strong> Dios. Cuando el Maestro vio <strong>la</strong><br />
lista <strong>de</strong> mis <strong>de</strong>fectos me preguntó: "¿Ya anotaste los <strong>de</strong>fectos que te seña<strong>la</strong> tu<br />
esposa?". Le respondí <strong>de</strong> inmediato "No Maestro, el<strong>la</strong> me echa encara muchas cosas,<br />
lo que es y lo que no es", a lo cual él me respondió "Te felicito porque tienes<br />
una compañera que te espulga bien". En fin, se me obligo a aten<strong>de</strong>r los <strong>de</strong>fectos<br />
que me anotaban esposa e hijos, familiares, amigos y enemigos. Recuerdo que<br />
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