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Historia de la Gnosis - Libros Especiales

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ceremonia duró 4 horas y en el transcurso <strong>de</strong> el<strong>la</strong> el Maestro Aun Weor quedó<br />

muerto; esto nos llenó <strong>de</strong> terror a todos los que presenciamos <strong>la</strong> ceremonia.<br />

Asistieron los Maestros <strong>de</strong> <strong>la</strong> B<strong>la</strong>nca Hermandad, Samael impartió ór<strong>de</strong>nes, gran<br />

tensión nerviosa nos sacudía a todos, <strong>la</strong>s fuerzas tenebrosas cubrieron con vendas<br />

negras a varios miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> ca<strong>de</strong>na, para que no pudieran ver ni traer<br />

recuerdos. Al fin, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 4 horas <strong>de</strong> luchas, se movió el cuerpo <strong>de</strong>l Maestro y<br />

se obtuvo el Advenimiento <strong>de</strong> Samael. Gran alegría sentimos todos y simultáneamente<br />

gritamos "¡Triunfamos!, ¡Triunfamos!". Música inefable se oía en los mundos<br />

internos, alegres campanas anunciaban el Advenimiento.<br />

Cuando el Maestro <strong>de</strong>spertó, preguntó: "¿Dón<strong>de</strong> me encuentro?" y luego dijo "Me<br />

siento doble, ¿Qué me sucedió?", y se tentaba <strong>la</strong> cabeza. Des<strong>de</strong> ese mismo día<br />

notamos mayor luci<strong>de</strong>z en sus i<strong>de</strong>as y conceptos. Algo grandioso había sucedido en<br />

todo su Ser. Por ello hoy celebramos con gran regocijo esta magna fecha, 27 <strong>de</strong><br />

Octubre, para que los pueblos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra recuer<strong>de</strong>n <strong>la</strong> fecha <strong>de</strong>l Advenimiento <strong>de</strong>l<br />

Nuevo Re<strong>de</strong>ntor <strong>de</strong>l Quinto Ángel <strong>de</strong>l Apocalipsis, <strong>de</strong>l Avatara <strong>de</strong> Acuario.<br />

CAPITULO X<br />

MI PROCESO INICIÁTICO<br />

Como ya comentamos, en el año <strong>de</strong> 1952 se fundaron centros <strong>de</strong> estudio en<br />

Barranquil<strong>la</strong>, y en 1953 Lumisiales y Ritos.<br />

Semanalmente me movilizaba a Barranquil<strong>la</strong> saliendo los viernes en los barcos que<br />

hacían el recorrido <strong>de</strong> 8 horas durante <strong>la</strong> noche, y regresaba los lunes en <strong>la</strong><br />

noche, porque los domingos no había tráfico. Verda<strong>de</strong>ras ca<strong>la</strong>mida<strong>de</strong>s me sucedían en<br />

estos viajes semanales, sin medios <strong>de</strong> transportes <strong>de</strong> mi parte; para ese entonces<br />

yo vivía <strong>de</strong> <strong>la</strong> insignificante venta <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong>l Maestro que había editado, y<br />

<strong>de</strong> algunos saldos <strong>de</strong> <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> café que no me aceptó <strong>la</strong> empresa cafetera<br />

que representé por espacio <strong>de</strong> 18 años consecutivos. Esos escasos recursos apenas<br />

servían para los gastos mas apremiantes. A Barranquil<strong>la</strong> me tocaba viajar <strong>de</strong><br />

"pato", nombre costeño que <strong>de</strong>signaba a los viajeros <strong>de</strong> los buques que no pagaban<br />

pasaje. Yo era amigo <strong>de</strong> contadores y capitanes <strong>de</strong> los buques por ser embarcador<br />

por mas <strong>de</strong> 18 años consecutivos; un dia cualquiera hubo cambio <strong>de</strong> Contador y yo<br />

viajaba <strong>de</strong> "pato", el nuevo funcionario se dio cuenta que varios pasajeros no<br />

teníamos tiquetes y or<strong>de</strong>nó a voz en cuello: "Los patos que van en el barco se<br />

harán a esta esquina". Yo fui el primer "pato" que salí, lo cual produjo murmullo<br />

entre todos los que me habían conocido como comerciante próspero y luego me veían<br />

toda aquel<strong>la</strong> humil<strong>la</strong>ción, que yo sufría con estoicismo. Las viejas amista<strong>de</strong>s se<br />

fueron <strong>de</strong>smoronando y <strong>la</strong>s nuevas no aparecían. Llegaba a Barranquil<strong>la</strong> y me tocaba<br />

salir para don<strong>de</strong> mi hermana Ana Rita a pie, hasta <strong>la</strong> calle 79 en el Alto Prado, o<br />

sea un recorrido <strong>de</strong> 79 cuadras con sus respectivas calles, un recorrido <strong>de</strong> 8<br />

kilómetros mas o menos. Por <strong>la</strong> noche unas veces me traía mi cuñado, el esposo <strong>de</strong><br />

mi hermana, otras a pie, hasta el centro <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciudad a 70 cuadras <strong>de</strong>l Alto Prado.<br />

La hermana me quería muchísimo, pero jamás se le ocurrió brindarme ayuda alguna<br />

para mi movilización.<br />

Un 27 <strong>de</strong> Octubre <strong>de</strong>bía hacer un Ritual con mucha asistencia, había fiesta en- el<br />

Lumisial y el Maestro me pidió no <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> asistir a ese Ritual. Me era mas que<br />

obligante <strong>la</strong> asistencia a Barranquil<strong>la</strong> en <strong>la</strong> noche <strong>de</strong> ese viernes. Me fui a<br />

<strong>de</strong>spedir <strong>de</strong> mi esposa, pero el<strong>la</strong> no se <strong>de</strong>jó besar sino que me prendió por <strong>la</strong><br />

camisa y llorando me dijo: "No irás a Barranquil<strong>la</strong>, no te lo permitiré". Yo sin 5<br />

centavos en el bolsillo, asustado porque supe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> temprano que solo había un<br />

barco en el puerto y que por consiguiente había congestión <strong>de</strong> pasajeros; si no<br />

llegaba a <strong>la</strong>s 7 <strong>de</strong> <strong>la</strong> noche era difícil llegar esa noche. Le pedí a mi esposa que<br />

me soltara y el<strong>la</strong> llorando me dijo: ¿En esa religión don<strong>de</strong> tu estas, pue<strong>de</strong> un<br />

marido <strong>de</strong>jar a su esposa con hijos sin con que <strong>de</strong>sayunar?" y le respondí con<br />

entereza "No <strong>de</strong>be hacer eso", entonces el<strong>la</strong> me dijo "Por qué Ud. quiere hacerlo?".<br />

Yo siempre le había <strong>de</strong>jado a mi esposa el diario para los tres días que me tocaba<br />

estar ausente, pero para ese 27 no pu<strong>de</strong> levantar un centavo. Pedí ayuda a mi Padre<br />

interno con toda mi alma y mi corazón. Este me <strong>la</strong> dio. Le hablé a Dilia en forma<br />

convincente: "Te aseguro que antes que amanezca tendrás los medios para que tu y<br />

tus hijos puedan comer", el<strong>la</strong> me soltó y cayó llorando sobre una sil<strong>la</strong> al pie <strong>de</strong>l<br />

zaguán <strong>de</strong> nuestra casa. Yo salí dando tumbos, semi-borracho, semi-sonámbulo, eran<br />

<strong>la</strong>s 8 <strong>de</strong> <strong>la</strong> noche, ya el barco <strong>de</strong>bía haber salido hacía media hora. Después <strong>de</strong> 15<br />

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