You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
20<br />
09<br />
A ño<br />
E u<br />
ro<br />
pe o<br />
C<br />
re ati<br />
vi<br />
da<br />
d<br />
e<br />
I<br />
n<br />
n o<br />
va<br />
ci<br />
ó<br />
n<br />
76<br />
Trabajo premiado en el<br />
VII Concurso de Escritores<br />
<strong>Valencia</strong>nos convocado por el<br />
Ayuntamiento de <strong>Valencia</strong><br />
NO ES<br />
TARDE<br />
PARA<br />
VIVIR<br />
HHabía<br />
un<br />
lug lugar, antes<br />
repleto de ale alegría, ansias<br />
de libertad y ganas de vivir, que<br />
cambió en un abrir y cerrar de ojos. Ese<br />
soy yo…<br />
Hace ya bastantes años,<br />
concretamente dieciséis, estaba vacío.<br />
Mis planes de obra, de formarme<br />
plenamente, todavía no estaban<br />
diseñados. “¿Y para qué sirvo si estoy<br />
vacío? ¿Para qué existo si no sé pensar?”,<br />
me preguntaba. Y pensando y buscando<br />
una razón de por qué no lograba pensar,<br />
comencé a hacerlo. Mi esperanza se<br />
encendía.<br />
Al año, mis vecinos más lejanos<br />
llamaron a mi puerta. Los llamados<br />
señores Pies querían sentirse útiles. Sin<br />
ser egoísta, les ofrecí un oficio en el que<br />
más de medio edificio debíamos colaborar:<br />
andar. ¿No he nombrado el nombre de la<br />
finca en la que vivimos? ¿De verdad que<br />
no lo he dicho? ¡Qué falta de soltura!<br />
Discúlpenme. La solemos llamar María o<br />
Marieta.<br />
Durante algún tiempo, conocí<br />
mejor a todos los señores y señoras que<br />
vivían allí. Mis amigas las señoras Manos<br />
me han ayudado bastante. Los que desde<br />
su casa ven el exterior siempre, me han<br />
contado que Piel les protege. Me han<br />
contado que gracias a su colaboración<br />
puedo sentir lo que toco, también.<br />
Además de conocer a todos ellos,<br />
se adentraron en mí algunas personas,<br />
lugares, sentimientos, sueños, situaciones,<br />
ideas, intereses, cultura, aficiones… Existe<br />
cierto personaje en esta película, que a<br />
Corazón (con el cual no me llevo muy<br />
bien) y a mí nos ha invadido. Pero no lo<br />
ha hecho con guerras y malas palabras,<br />
sino con amor… Ciertamente extraño. Lo<br />
solían y suelen llamar Nelet.<br />
Pasaban los minutos, las horas,<br />
los días, los años… Las agujas de aquellos<br />
relojes corrían a la velocidad de un zepelín.<br />
No daba crédito a la felicidad y<br />
la travesura que inundaban mi expresión.<br />
Por desgracia, Sonrisa murió pronto. Que<br />
en paz descanse nuestra eterna<br />
compañera. Ahora solo vive en mí, en un<br />
pequeño departamento cada vez mayor<br />
llamado Recuerdos, lo considero mi feto.<br />
Sufre transformaciones y no sé como<br />
nacerá.<br />
Agradezco a mis amigos Ojo<br />
Derecho y Ojo Izquierdo que me hayan<br />
permitido ver a Nelet, a Oídos que me<br />
hayan hecho escuchar sus palabras para<br />
que gracias a Boca pudiera hablar con él,<br />
aconsejarle. He permanecido a su lado<br />
durante tanto<br />
tiempo que ya<br />
reconozco su<br />
peculiar olor… ¡Gracias Nariz!<br />
He cambiado y, conmigo, mis<br />
vecinos. Todos hemos cambiado haciendo<br />
que Marieta se transformara en la estúpida<br />
señorita María.<br />
Un padre rico, que nunca se<br />
preocupó por ella, que solo quiso y quiere<br />
que sea una señora, ha ganado esta<br />
guerra. ¿O no? Quizás este cerebro, con<br />
una bondad a punto de desvanecerse,<br />
todavía esté a tiempo de lograr que reviva<br />
Marieta, que reviva Nelet. ¡Pobre! ¿Quién?<br />
Todos, porque todos los que están bajo<br />
mi mando se relajan. Aquellos señores<br />
que un día pidieron andar, ahora prefieren<br />
permanecer parados en un lujoso suelo.<br />
Aquellas señoras Manos, solo son capaces<br />
de tocar escobas, comida y un piano…<br />
Les ordené escribir.<br />
“¿Por qué, padre? No quiero que<br />
hagas de mí una señora que solo quiere<br />
casarse, cuidar una casa y formar una<br />
familia. Tú crees que sí, pero realmente<br />
no deseo ser una persona que engorda a<br />
costa de gente que habita en barracas,<br />
gente entre la cual me incluía. Necesito<br />
vivir, disfrutar de mi espíritu infantil, ese<br />
que todavía vive en mí. Debo mostrar a<br />
aquellas personas que me cuidaron que<br />
Marieta no ha resultado herida en esta<br />
batalla de madurez e infancia…<br />
- ………….<br />
- Toda la gente que me importa…<br />
Porque no me cansaré jamás recorriendo<br />
el camino que me lleve hasta ti. Porque<br />
tú te ocultaste y has aparecido de nuevo.<br />
- ¿Y has hecho todo esto solo para<br />
estar conmigo?<br />
- También lo he hecho por mí.<br />
Quiero vivir a mi manera, tomar decisiones<br />
y nunca mirar atrás. Mi bebé, el señor<br />
Recuerdos, ya ha nacido y quiero que sea<br />
de los dos. No eres el centro de mi vida,<br />
pero mi cerebro me dice que eres el centro<br />
de mi corazón. Mi vida la controlo yo. Voy<br />
a olvidar el dolor y aprenderé a decir “no”.<br />
- Esa forma de madurar es más<br />
tentadora.<br />
Alegría volvió al señor Rostro;<br />
Nelet volvió a mí, el cerebro de Marieta;<br />
y los besos volvieron a los labios de<br />
nuestra finca.<br />
<strong>Valencia</strong>, ciudad feliz, está repleta<br />
de personas que se enorgullecen al escribir<br />
su nacionalidad en cualquier pedazo de<br />
papel. Todas estas estrellas jamás se<br />
ocultarán en mi pedazo de cielo. ¿Cuál<br />
creen ustedes que es el motivo? Por favor,<br />
piénsenlo, no es necesario: estoy orgulloso<br />
de ser valenciano.<br />
Álvaro y Cristina Reyes Fernández<br />
Los Alumnos toman la Palabra<br />
UN CURSO PARA RECORDAR<br />
Debo resumir el curso que<br />
dejamos atrás en una palabra:<br />
cambio. 4º <strong>ESO</strong> ha significado mucho<br />
para nosotros.<br />
Comenzó como cualquier<br />
otro año, como una nueva<br />
oportunidad, un reencuentro con<br />
amigos, compañeros, profesores… y<br />
exámenes.<br />
Me di cuenta al inicio del<br />
curso de lo fáciles y fugaces que me<br />
parecían los cursos pasados. Ahora,<br />
al término del año, a orillas de las<br />
vacaciones de verano, no puedo<br />
menos que reafirmarme en ese<br />
sentimiento.<br />
Hemos madurado, quizás<br />
demasiado rápido; las amistades se<br />
han intesificado, dejando aparte la<br />
leyenda urbana de confrontación<br />
entre “letras” y “ciencias”: han nacido<br />
nuevas amistades, otras se han roto.<br />
El nivel ha ascendido y<br />
hemos tenido que esforzarnos por<br />
alcanzarlo: exámenes concentrados,<br />
nervios, estrés, histerismos, alegrías<br />
y dramas.<br />
Y las decisiones nunca<br />
habían sido más fundamentales: nada<br />
más comenzar 4º <strong>ESO</strong> tomamos la<br />
decisión de pertenecer al grupo de<br />
Humanidades o al de Ciencias. Y<br />
hace unas semanas, escogimos<br />
permanecer o no en el Colegio, y qué<br />
estudiar durante Bachiller.<br />
Estas trascendentales<br />
elecciones nos asustan, pero no<br />
deberían: las decisiones que<br />
tomamos no deberían pesarnos o<br />
inquietarnos, sino facilitarnos el<br />
camino hacia donde deseamos llegar<br />
el día de mañana.<br />
Quizás todo esto os suene<br />
a tópico, pero son precisamente esas<br />
sensaciones las que son comunes a<br />
todos nosotros, y se repiten una y<br />
otra vez. ¡Por eso son un tópico! Y<br />
este año ha sido el nuestro, nuestro<br />
personal, instranferible e irrepetible<br />
tópico.<br />
El tiempo pasa muy deprisa,<br />
y no debemos desaprovecharlo. No<br />
me arrepiento de nada de lo que he<br />
hecho en estos diez años. ¡Que se<br />
dice pronto, diez años! Se han<br />
pasado en nada. Tan sólo somos<br />
aquello que podemos recordar.<br />
Espero que el cálido y reconfortante<br />
recuerdo que yo me llevo de este 4º<br />
<strong>ESO</strong> acabe formando parte de todos<br />
nosotros.<br />
Clara I. Cañero Lois.<br />
Colegio <strong>Agustinos</strong> de <strong>Valencia</strong>