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Hacer del mundo un lugar mejor - Scientology Volunteer Ministers

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56<br />

permitirnos vivir feliz y saludablemente sin<br />

drogas.<br />

“Hemos decidido permanecer en el centro<br />

para ayudar a otros a lograr <strong>un</strong>as vidas<br />

sin drogas y tratar de hacer que todo este planeta<br />

esté libre de drogas. Siento que podría<br />

lograr cualquier cosa. Me siento joven de<br />

nuevo, no bajo el peso de las drogas que me<br />

sometieron durante tanto tiempo”.<br />

En Milán, Italia, <strong>un</strong>a madre estaba desesperada,<br />

viendo a su hijo deteriorarse bajo<br />

los devastadores efectos de las drogas. Su<br />

desesperación se tornó esperanza y luego<br />

felicidad cuando le devolvieron a su hijo<br />

con la tecnología de rehabilitación de toxicómanos<br />

<strong>del</strong> Sr. Hubbard.<br />

“La esperanza de que mi hijo pudiera<br />

estar libre de drogas me acompañó durante<br />

muchos años. Pero día a día, sentía que se me<br />

escapaba. Veía el momento de su rehabilitación<br />

muy, muy lejos.<br />

“Entonces mi hijo se inscribió en <strong>un</strong> centro<br />

de rehabilitación de toxicómanos que utiliza<br />

la tecnología <strong>del</strong> Sr. Hubbard. Tengo que<br />

confesar que no creía que f<strong>un</strong>cionase. Estuvo<br />

en el centro durante <strong>un</strong>os ocho meses, pero yo<br />

tenía miedo de que <strong>un</strong>a vez de vuelta en casa<br />

comenzase de nuevo a tomar drogas, ya que<br />

habíamos tenido experiencias similares en el<br />

pasado. Pero me dije que tenía que tener fe y<br />

coraje <strong>un</strong>a vez más.<br />

“Han pasado ya cuatro años desde que<br />

mi hijo está completamente bien. N<strong>un</strong>ca ha<br />

vuelto a las drogas, tiene <strong>un</strong> buen trabajo y le<br />

veo muy seguro de sí mismo en las cosas que<br />

hace”.<br />

La existencia era <strong>un</strong>a cuesta abajo hacia<br />

el desastre para <strong>un</strong> súbdito británico, hasta<br />

que <strong>un</strong> amigo le ayudó a parar, dar la<br />

vuelta y subir de nuevo hasta <strong>un</strong>a vida que<br />

merece la pena vivirse.<br />

“Antes de cruzarme con el programa de<br />

rehabilitación de toxicómanos <strong>del</strong> señor<br />

Hubbard, había estado consumiendo drogas<br />

durante dieciséis años. Comencé fumando<br />

marihuana y pronto pasé a las anfetaminas,<br />

el LSD y los somníferos. Esto continuó<br />

durante <strong>un</strong>os diez años antes de que me<br />

implicara en el abuso de la cocaína, que está<br />

de moda. Realmente yo pensaba que estaba<br />

en contacto con la vida. Pero eso era solamente<br />

el efecto sobre mi mente y mi cuerpo que, como<br />

ahora sé, estaban completamente contaminados<br />

por las drogas (venenos) que había<br />

estado tomando. Durante todo el tiempo que<br />

esto estuvo ocurriendo, no pude conservar<br />

ningún trabajo de responsabilidad ni tomar<br />

ning<strong>un</strong>a responsabilidad por los as<strong>un</strong>tos normales<br />

de la vida diaria.<br />

“El crimen se convirtió en la otra cara<br />

de mi vida. A medida que crecía mi necesidad<br />

de más drogas, así lo hizo la gravedad de los<br />

crímenes que cometía. Me replegué mucho<br />

sobre mí mismo y me resultaba difícil tener<br />

conversaciones normales acerca de cualquier<br />

cosa. Mi capacidad de autocontrol había desaparecido<br />

por completo, y después de <strong>un</strong><br />

suceso criminal en concreto, me encontré de<br />

nuevo en la cárcel. Como mi moral estaba<br />

muy baja, la heroína era <strong>un</strong>a forma cómoda<br />

de escapar de la realidad y de lo que estaba<br />

ocurriendo con mi vida. Tras tres meses en la<br />

cárcel, me soltaron <strong>del</strong> nuevo en la sociedad<br />

para continuar donde lo había dejado. Pero<br />

desafort<strong>un</strong>adamente para mí mismo y para<br />

la sociedad, ahora era <strong>un</strong> adicto a la heroína.<br />

“Todas mis esperanzas y ambiciones<br />

habían desaparecido y ahora estaba en la<br />

inevitable cuesta abajo. El crimen se convirtió<br />

de nuevo en algo cotidiano. Pero no tenía<br />

ningún control en absoluto, y antes de que me<br />

diese cuenta de lo que estaba haciendo, me<br />

había metido en más problemas que n<strong>un</strong>ca.<br />

“Finalmente, animado por mi familia,<br />

comencé la larga batalla de vencer mis<br />

adicciones. Sufrí numerosas, incómodas e

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