Nota - Fincas Don Martino

Te sigo
amando
TRES COLECCIONISTAS DE SANDRO, RODRIGO Y
GILDA CUENTAN EL FANATISMO POR SUS ÍDOLOS,
TRANSFORMADO EN OBJETOS, PRENDAS Y
RECUERDOS DE TODO TIPO.
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SOCIEDAD POR MARIANA MERLO - FOTOS: MARGARITA FRACTMAN
Si se estuviera prendiendo fuego
tu casa, y pudieras entrar para
rescatar una sola cosa, ¿cuál
sería?”. Los tres respondieron
lo mismo, sin dudarlo. Salvarían
ese objeto preciado de su colección. Porque
en esos objetos, Rodrigo, Gilda y Sandro,
siguen vivos para ellos. Quizás es una foto
que parece una más entre tantas, para el ojo
ajeno. Pero para Mabel es “la foto”. Es la que
le sacó a Sandro durante uno de los tantos
recitales a los que fue y que le hizo llegar a
su casa a modo de regalo. Es, justamente, esa
foto la que el Gitano eligió para usar en los
afi ches que promocionaron su espectáculo
“Gracias…, 35 años de amores y pasiones”.
Por eso es tan especial.
“La eligió él sin saber que era mía, y
cuando se enteró me quiso pagar por el
uso y yo le dije que no, que con que fi gure
mi nombre estaba bien”, cuenta con orgullo
Mabel Armentía, la mayor coleccionista de
objetos de Sandro. Cualquiera de “las nenas”
la señala como tal. Aunque muchos
de los programas del show ya habían sido
impresos, el mismo cantante pidió que los
que faltaran imprimir llevaran el crédito de
Mabel Armentía. Ése fue uno de los tantos
gestos que esta “nena” recuerda de su ídolo,
al que conoció y con quien se relacionó en
más de una oportunidad.
Así era Sandro. Le abría las puertas de
su casa a sus fans, respondía cada vez que
podía sus cartas y con algunas hasta tenía la
deferencia de llamarlas por teléfono para fechas
especiales. “El 13 de abril es el cumpleaños
de mi mamá, y hubo un año que coincidió
con el día en el que él se casó. Yo le había
pedido que la llamara, pero supuse que no lo
haría. A las ocho y media de la noche, sonó el
teléfono y era Roberto para saludarla. ¡No lo
podíamos creer!”. Mabel tiene 54 años y vive
con sus padres, a quienes ya tiene más que
acostumbrados a tener la casa empapelada
con fotos, posters y afi ches de su cantante
favorito. “Mi familia siempre supo que con
Sandro no se podían meter”, dice. Es que
Mabel guarda banderas, tazas, llaveros, fotos
y discos. “Seguramente gasté mucho dinero
en todo esto, pero lo disfruté y lo disfruto. Si
vendiera algo seguro que haría un montón
de plata, ¡pero ni loca lo vendo!”.
NO TIENE PRECIO. La cinta que Rodrigo
se ponía debajo del guante de boxeo durante
las funciones en el Luna Park es el tesoro de