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BIOLOGIA Y MANEJO DE ANTRACNOSIS EN CÍTRICOS.pdf

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BIOLOGÍA Y <strong>MANEJO</strong> INTEGRADO <strong>DE</strong><br />

<strong>ANTRACNOSIS</strong> <strong>EN</strong> <strong>CÍTRICOS</strong><br />

Mario Orozco-Santos 1 , Marciano Manuel Robles-González 1 , José Luis Vázquez-<br />

Jiménez 1 , Gilberto Manzo-Sánchez 2 y L.W. Timmer 3 . 1 Instituto Nacional de<br />

Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias. Campo Experimental Tecomán.<br />

Tecomán, Colima, México 28100. 2 Universidad de Colima. Facultad de Ciencias<br />

Biológicas y Agropecuarias. Tecomán, Colima, México. 3 Investigador en Enfermedades<br />

de los Cítricos. CREC, University of Florida. Lake Alfred, FL, USA. Correspondencia:<br />

orozco.mario@inifap.gob.mx<br />

Introducción<br />

Las enfermedades conocidas como antracnosis de los cítricos son causadas por hongos del<br />

género Colletotrichum spp, consideradas un serio problema en regiones con características<br />

de clima tropical y subtropical (Jeffries et al, 1990; Bailey y Jeger, 1992; Dodd et al.,<br />

1992). Este grupo lo constituyen las enfermedades que causan la caída de fruto pequeño,<br />

antracnosis del limón mexicano y antracnosis en postcosecha (Timmer et al., 1994; Timmer<br />

2000a), de las cuales las dos primeras ocasionan daños importantes en la producción de<br />

fruta en varias especies de cítricos en México (Orozco-Santos, 2001). Aunque existe<br />

tecnología sobre alternativas para el manejo de antracnosis en cítricos, la mayor parte de la<br />

información se encuentra dispersa. Esta situación, aunada a la diversidad de condiciones<br />

climáticas, diferentes tipos de manejo en los huertos y muchas ocasiones la baja<br />

disponibilidad de recursos por parte del productor propician que estas enfermedades cause<br />

un impacto económico muy importante. Este documento tiene por objetivo compilar la<br />

información disponible sobre antracnosis en los cítricos con la finalidad de dar a conocer<br />

aspectos sobre importancia, sintomatología, etiología, epidemiología y diversidad genética<br />

del hongo. Estos tópicos contribuirán a incrementar la eficiencia en el manejo integrado de<br />

antracnosis de los cítricos en México. Las recomendaciones de manejo comprenden el uso<br />

adecuado de prácticas para reducir fuentes de inóculo y condiciones favorables para la<br />

enfermedad de cultivo apoyadas con el uso de productos químicos (control químico).<br />

Importancia de antracnosis<br />

Las enfermedades conocidas como antracnosis de los cítricos son causadas por hongos del<br />

género Colletotrichum spp, consideradas un serio problema en regiones con características<br />

de clima tropical y subtropical (Jeffries et al, 1990; Dodd et al., 1992). Este grupo lo<br />

constituyen las enfermedades que causan la caída de fruto pequeño, antracnosis del limón<br />

mexicano y antracnosis en postcosecha (Timmer et al., 1994; Timmer 2000a), de las cuales<br />

las dos primeras ocasionan daños importantes en la producción de fruta en varias especies<br />

de cítricos (Timmer et al., 1994).<br />

Caída de fruto pequeño. La caída de fruto pequeño afecta principalmente las siguientes<br />

especies de cítricos: naranja, toronja y limón Persa. Se reportó por primera vez en Belice en<br />

el año de 1959 (Fagan, 1979) y posteriormente se detectó en 1968 en México. Actualmente,<br />

ocurre en la mayoría de las zonas productoras del estado de Veracruz, Tamaulipas y


Tabasco en la República Mexicana. Asimismo, se reporta en Florida, E.U.A. (McMillan y<br />

Timmer, 1989; Timmer et al., 1994); Cuba, República Dominicana, Trinidad y Jamaica en<br />

el Caribe (Timmer et al., 1994); Panamá, Guatemala, El Salvador y Costa Rica en América<br />

Central; Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela en Sudamérica<br />

(McMillan, 1993). La enfermedad se presenta en regiones citrícolas que registran lluvias<br />

durante los períodos de floración-fructificación. En ataques severos puede reducir el<br />

rendimiento en un 49% en huertos de naranja Valencia. En México, en los últimos años ha<br />

cobrado una gran importancia, llegando a ocasionar pérdidas hasta de un 70%. En Florida,<br />

se estima que alrededor de cinco a seis frutos se pierden por cada 100 botones florales a<br />

causa de la enfermedad. Considerando que los porcentajes de amarre de fruto para naranja<br />

Navel son de 1.5 a 2.0% y para naranja Valencia de 4 a 5%, las pérdidas ocasionadas por la<br />

enfermedad pueden llegar a más de 100 frutos por árbol (Timmer y Zitko, 1995). Durante<br />

1993, la caída de fruto pequeño fue un serio problema en Florida. En algunas localidades se<br />

registraron pérdidas en rendimiento hasta de un 100% en naranja Navel, mientras que en<br />

naranja Valencia fueron de un 20 a 50% (Timmer y Zitko, 1993b).<br />

Antracnosis del limón mexicano. La antracnosis es el principal problema fitosanitario que<br />

afecta los tejidos jóvenes de árboles de limón mexicano. La enfermedad es un factor<br />

importante que limita la producción de esta especie citrícola en regiones donde coinciden<br />

las lluvias frecuentes con la ocurrencia de brotes vegetativos y flores, así como con los<br />

estados iniciales de desarrollo de los frutos (Timmer, 2000b). En México, la enfermedad se<br />

presenta en los estados de Colima, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Tamaulipas<br />

(Garza y Medina, 1984). También se ha reportado en algunas Islas del Caribe y Zanzíbar<br />

(Timmer, 2000b). En ataques severos, ocasiona la muerte de tejidos jóvenes (brotes, hojas y<br />

flores) y caída de flores y frutos pequeños. Además, produce lesiones en frutos en<br />

desarrollo, mismas que se manifiestan al momento de la cosecha, lo cual demerita su<br />

calidad externa. En árboles adultos reduce el rendimiento y la calidad de la fruta, mientras<br />

que en árboles jóvenes retrasa su desarrollo (Timmer, 2000b; Timmer y Brown, 2000). Los<br />

daños de antracnosis (muerte de tejidos) en árboles de limón mexicano se presentan<br />

principalmente durante la época de lluvias y su efecto en rendimiento está muy relacionado<br />

con la producción de los meses de invierno (Diciembre a Marzo). En esta época, el precio<br />

de la fruta alcanza los valores más altos en el mercado. La enfermedad puede ocasionar<br />

pérdidas de 40 a 60% de la producción invernal en huertos sin control químico (Medina et<br />

al., 2001).<br />

Síntomas<br />

La enfermedad caracterizada por la caída del fruto pequeño afecta principalmente a<br />

naranjas de los cultivares Valencia y Navel, así como al limón Persa y toronja. Se presenta<br />

durante el período de floración principal que ocurre en los meses de febrero-marzo y es más<br />

severa en naranja dulce que en toronja y limón Persa (Timmer et al., 1994). Los primeros<br />

síntomas de la enfermedad se manifiestan en los pétalos como una necrosis acuosa de color<br />

naranja a café; los pétalos necrosados quedan adheridos a la parte basal del disco floral con<br />

apariencia dura, seca y de color café rojizo. En ataques severos, el patógeno afecta racimos<br />

florales enteros cuando las condiciones para su desarrollo son favorables. Posteriormente,<br />

los frutos en desarrollo toman una coloración amarillenta en la base, que avanza hasta


cubrirlos por completo y ocasiona su caída cuando tienen aproximadamente un centímetro<br />

de diámetro. El síntoma característico de esta enfermedad es que al caer el fruto, tanto el<br />

pedúnculo como el receptáculo y cáliz permanecen adheridos a la rama (McMillan, 1993;<br />

Timmer et al., 1994; Timmer, 2000a). Estas estructuras se conocen como "tachuelas" en los<br />

estados citrícolas del Golfo de México. Las tachuelas están rodeadas por hojas levemente<br />

distorsionadas y con nervaduras prominentes (Timmer et al., 1994). Las tachuelas crecen<br />

más que lo normal y pueden permanecer adheridas a las ramas por un año o más y no<br />

afectan la intensidad de floración ni la producción de fruta de los años siguientes (Futch et<br />

al., 1989). Las flores y frutos jóvenes que se encuentran cerca de flores afectadas también<br />

están propensas a caer antes del amarre de fruta y formar tachuelas pesistentes. Estas<br />

observaciones sugieren que algunas fitohormonas podrían estar involucradas en el<br />

desarrollo de estos síntomas (Timmer y Brown, 2000). Estudios recientes han demostrado<br />

la habilidad de C. acutatum para producir ácido indol acético y compuestos relacionados, lo<br />

cual puede contribuir parcialmente a incrementar los niveles de esta fitohormona en las<br />

flores de cítricos infectadas (Chung et al., 2003). La abscisión del fruto ocasionada por la<br />

enfermedad ocurre en la base del ovario, lo que contrasta con la abscisión provocada por<br />

los procesos fisiológicos normales del árbol, la cual ocurre en la base del pedúnculo.<br />

La antracnosis del limón mexicano afecta a brotes, flores y frutos jóvenes, cuando la<br />

emergencia y desarrollo de éstos coincide con períodos lluviosos, provocando que en las<br />

partes afectadas se observe una abundante esporulación con aspecto de polvillo color<br />

salmón, que corresponde a las masas conidiales del hongo. Los brotes afectados se pueden<br />

marchitar y eventualmente morir a partir de las puntas, en porciones que varían de uno a<br />

varios centímetros, dependiendo de la severidad. En ataques fuertes, las hojas y brotes<br />

pueden ser dañados en su totalidad. Cuando ésto ocurre, se observan brotes con síntomas de<br />

muerte descendente. Bajo condiciones de daño medio, en las hojas jóvenes aparecen<br />

deformaciones y zonas muertas en el borde o el ápice. Cuando la infección es poco severa o<br />

si las hojas están totalmente expandidas al momento de la infección, sólo éstas llegan a ser<br />

afectadas en forma parcial, o bien ocasionar lesiones cloróticas y deformación. Asimismo,<br />

en las hojas se observan pequeñas lesiones redondas de tamaño pequeño, las cuales con el<br />

tiempo se llegan a necrosar. Estas lesiones en las hojas, con el tiempo pueden caer<br />

produciendo un pequeño orificio ocasionando el síntoma típico de “tiro de munición”. Los<br />

racimos florales pueden ser dañados en su totalidad por la enfermedad. Los botones<br />

afectados pueden desprenderse sin haber abierto, mientras que las flores presentan una<br />

necrosis de color café rojizo en los pétalos, los cuales permanecen adheridos al cáliz por<br />

algún tiempo junto con los frutos pequeños. Al desprenderse los frutos infectados, algunas<br />

estructuras florales como el receptáculo, cáliz y pedúnculo quedan adheridas a la rama y<br />

son conocidas como “tachuelas”. Este síntoma es característico del daño de antracnosis en<br />

limón mexicano. Los frutos pueden ser atacados por la enfermedad hasta un determinado<br />

estado de desarrollo, siendo la susceptibilidad directamente proporcional a la edad. Entre<br />

más joven es el fruto, éste es más susceptible a antracnosis y la resistencia se incrementa<br />

con la edad. Los frutos pequeños pueden caer o quedar momificados y adheridos a la rama.<br />

Asimismo, los frutos afectados pueden permanecer en el árbol hasta su madurez y las<br />

lesiones forman costras corchosas levantadas que pueden abarcar hasta la mitad de su<br />

superficie. También es frecuente que el fruto se agriete al nivel de la lesión corchosa y deje<br />

al descubierto las vesículas de jugo (Garza y Medina, 1984; Timmer, 2000b; Medina et al.,<br />

2001).


Etiología<br />

Durante mucho tiempo, el causante de la caída de fruto pequeño fue atribuido a una raza<br />

del hongo Colletotrichum gloeosporioides (Penz.) Penz. & Sacc. in Penz. que produce en<br />

medio de cultivo una colonia de color anaranjado de lento crecimiento (Agostini et al.,<br />

1992; Sonoda y Pelosi, 1988). Por otra parte, La antracnosis del limón mexicano fue<br />

descrita originalmente por Clausen en 1912, su agente causal fue atribuido al hongo<br />

Gloeosporium limetticola Clausen y posteriormente se consideró como una forma de C.<br />

gloeosporioides (Sutton, 1980). Agostini et al., (1992) caracterizaron dos razas<br />

involucradas en las enfermedades conocidas como caída de fruto pequeño y antracnosis del<br />

limón mexicano. La primera se atribuyó a la raza SGO (colonias de color naranja y lento<br />

crecimiento) de C. gloeosporioides y la segunda a la raza KLA (raza del limón mexicano)<br />

del mismo hongo. Estudios posteriores con técnicas moleculares demostraron que ambas<br />

razas corresponden a Colletotrichum acutatum Simmonds (Brown et al., 1996). C.<br />

acutatum produce conidios hialinos, unicelulares que miden de 12 a 20 µm de largo por 4 a<br />

6 µm de ancho y una elevada proporción con un lado redondeado y otro fusiforme con<br />

relación a conidios con ambos lados redondeados. Estas esporas se producen en estructuras<br />

llamadas acérvulos (Timmer 2000b). Asimismo, forma apresorios redondeados y pequeños<br />

(Agostini et al., 1992).<br />

Con relación a su patogenicidad, la raza que produce la antracnosis del limón mexicano<br />

inicialmente se reportó que afectaba sólo al limón mexicano y que otras especies de cítricos<br />

eran inmunes (Timmer, 2000b). Sin embargo, únicamente tejido vegetativo se había<br />

inoculado en los estudios previos. Investigaciones posteriores han demostrado que la raza<br />

KLA produce todos los síntomas de la caída de fruto pequeño al inocular flores de naranjo<br />

dulce y limón Persa. Contrariamente, la raza SGO de color anaranjado de lento crecimiento<br />

procedente de pétalos de naranjo dulce afectados por la caída de fruto pequeño sólo causan<br />

un ligero manchado clorótico en hojas de limón mexicano (Agostini et al., 1992; Orozco-<br />

Santos, 2006). De acuerdo a estos resultados, se pensó que la raza SGO pudo haberse<br />

originado de la raza KLA y que la enfermedad caracterizada por la caída de fruto pequeño<br />

pudo ser el resultado de la invasión a plantaciones de otras especies de cítricos por la raza<br />

KLA. El cultivo del limón mexicano se encuentra distribuido en las regiones tropicales; sin<br />

embargo, en climas húmedos está comúnmente confinado a plantaciones de traspatio<br />

debido a la severidad de la antracnosis del limón mexicano en este tipo de clima. Una vez<br />

introducida la raza antracnosis del limón mexicano en huertos de naranjo dulce puede<br />

causar la caída de fruto pequeño y posteriormente perder su patogenicidad al limón<br />

mexicano (Agostini et al., 1992; Timmer et al., 1994). Actualmente se conoce que ambas<br />

razas pueden tener un origen independiente según resultados con marcadores moleculares<br />

(Peres et al., 2003; Orozco-Santos, 2006).<br />

Variabilidad Morfológica y Genética<br />

En México, se han identificado tres grupos del hongo Colletotrichum spp colectados en<br />

diferentes hospederos citrícolas: 1) aislamientos de antracnosis del limón mexicano<br />

colectados en esta especie citrícola, 2) aislamientos que causan caída de fruto pequeño en


naranja dulce y limón persa, y 3) aislamiento saprofito que causa antracnosis de frutos en<br />

postcosecha (Orozco-Santos, 2006). Los aislamientos de C. acutatum colectados en limón<br />

mexicano en los estados de Colima, Jalisco, Nayarit, Michoacán, Guerrero, Oaxaca,<br />

Tamaulipas y Veracruz presentan características morfológicas similares en medio de<br />

cultivo papa-dextrosa-agar. Las colonias del hongo registran micelio algodonoso,<br />

compacto, de aspecto polvoriento y color blanco grisáceo. Su aspecto general es de color<br />

naranja ligero y en el centro se observan masas conidiales dispersas de color naranja a<br />

salmón (Orozco-Santos et al., 2004b). Los conidios son hialinos, unicelulares y una elevada<br />

proporción con un lado redondeado y otro fusiforme con relación a conidios con ambos<br />

lados redondeados. Los apresorios son de forma redonda (Orozco-Santos, 2006). Estas<br />

características corresponden a la raza KLA de C. acutatum que causa antracnosis del limón<br />

mexicano (Agostini et al., 1992). En cambio, los aislamientos de C. acutatum que causan<br />

caída de fruto pequeño y colectados en naranja Valencia y limón Persa en Tamaulipas,<br />

Veracruz y Tabasco presentan micelio escaso, ligeramente algodonoso, distribuido de<br />

manera uniforme, en ocasiones de aspecto polvoriento y de color blanco. El aspecto general<br />

de la colonia es de color naranja ligero, acentuándose más en la parte central. Estos<br />

aislamientos presentan mayor porcentaje de conidios con un lado fusiforme y el otro<br />

redondeado en comparación a conidios redondeados y los apresorios son de forma clavada<br />

(Orozco-Santos, 2006). Estas características corresponden a las descritas para la raza PFD<br />

que causa la caída de fruto pequeño (Agostini et al., 1992). Finalmente, el aislamiento<br />

saprofito del hongo C. gloeosporioides presenta colonias con micelio aéreo, abundante y<br />

algodonoso, de color gris a blanco grisáceo. Su aspecto general es de color gris a gris<br />

obscuro. Este aislamiento presenta un mayor crecimiento en medio de cultivo con relación<br />

a C. acutatum. El hongo C. gloeosporioides produce una alta proporción de conidios con<br />

ambos lados redondeados, mientras que los apresorios son forma lobulada (Orozco-Santos,<br />

2006). Estas características son similares a las reportadas para C. gloeosporioides, saprofito<br />

o causante de antracnosis en frutos de cítricos en postcosecha (Agostini et al., 1992).<br />

Por otra parte, estudios con marcadores moleculares RAPDs (ADN Polimórfico<br />

Amplificado al Azar) en poblaciones de Colletotrichum de diferentes áreas citrícolas en<br />

México presentó un perfil de bandas de DNA muy similar entre los aislamientos de la raza<br />

KLA y diferentes al de los aislamientos de la raza PFD de naranja Valencia y limón Persa.<br />

El aislamiento de C. gloeosporioides presentó un patrón de bandas muy diferente a los<br />

registrados por KLA y PFD. El análisis de agrupamiento generó dos grupos: uno formado<br />

por C. gloeosporioides y otro por C. acutatum. El grupo de C. acutatum se integró por dos<br />

subgrupos; uno correspondiente a los aislamientos de la raza KLA y el otro a la raza PFD.<br />

El análisis filogenético de los aislamientos de la raza KLA colectados en diferentes<br />

entidades citrícolas de México registraron una reducida variabilidad genética (Orozco-<br />

Santos, 2006).<br />

La raza KLA presentó una reducida variabilidad genética y en muchos casos ausencia de<br />

polimorfismo entre aislamientos de diferente origen geográfico, formando un grupo<br />

homogéneo con un probable origen común y reducida capacidad evolutiva (Orozco-Santos<br />

et al., 2007a). Asimismo, no se registró efecto de manejo entre huertos sobre la variabilidad<br />

genética del hongo (Orozco-Santos et al., 2003; 2004a). En el caso de Colletotrichum en<br />

cítricos, al parecer la ocurrencia de recombinación sexual es nula o muy limitada. También,<br />

Agostini et al., (1992) reportaron que no observaron la forma sexual con ninguno de los


aislamientos de las razas SGO y KLA en medio de cultivo y en los tejidos enfermos<br />

colectados en campo. Solo fue posible producir algunos peritecios fértiles de cada raza en<br />

hojas esterilizadas de limón mexicano. Asimismo, en Belice se han encontrado ascosporas<br />

de Glomerella cingulata (Stoneman) Spauld. & H. Schrenk en trampas de esporas y hojas<br />

muertas (Fagan, 1984). Sin embargo, se considera que el estado sexual tiene poca<br />

importancia en el ciclo de la enfermedad (Timmer et al., 1994).<br />

La raza KLA en limón mexicano tiene una actividad cíclica en el trópico seco de México y<br />

un bajo número de generaciones por año. La antracnosis de esta especie cítrica se presenta<br />

de manera epidémica durante la época de lluvias (Julio a Octubre) y el resto del año el<br />

patógeno sobrevive como apresorios en hojas de limón mexicano. Esta baja actividad del<br />

hongo a través del año puede conducir a que se tengan probabilidades reducidas de<br />

mutación, lo cual se expresa en el bajo polimorfismo encontrado en las poblaciones de la<br />

raza KLA (Orozco-Santos et al., 2004a; Orozco-Santos et al., 2006; Orozco-Santos et al.,<br />

2007a). A mayor número de generaciones por año existen probabilidades de más<br />

variabilidad genética. El manejo agronómico de huertos es otra situación que influye en la<br />

posibilidad de encontrar poblaciones de hongos altamente variables. El cultivo de limón<br />

mexicano se desarrolla con niveles tecnológicos de bajos a moderados (determinados por el<br />

uso de plaguicidas y fertilizantes), lo cual reduce la presión de evolución de la raza KLA.<br />

En cultivos altamente tecnificados, existe la tendencia a una mayor presión evolutiva de los<br />

patógenos (McDonald, 1997).<br />

En México, la antracnosis se presenta en la región productora de limón mexicano en las<br />

áreas costeras del Océano Pacífico (desde el estado de Jalisco hasta Oaxaca), en donde<br />

predomina un clima tropical seco (Orozco-Santos y Timmer, 2005). En estas entidades,<br />

dicha especie citrícola se ha desarrollado como actividad comercial desde el año de 1920<br />

(Oseguera-Velázquez, 1973) y la enfermedad ha coexistido desde entonces con su<br />

hospedero. El 90% de la superficie citrícola de ésta región corresponde a limón mexicano y<br />

el resto está dedicado a toronja (C. paradisi Macf.), limón Persa (C. latifolia Tan) y naranja<br />

Valencia (C. sinensis (L) Osbeck). Los cítricos diferentes al limón mexicano se han<br />

establecido en los últimos 20 años, de tal manera que la antracnosis ha coexistido en<br />

presencia con su hospedero principal por más de 80 años. Los huertos de limón mexicano<br />

se establecieron por medio de semilla hasta principios de la década de los años 80‟s y<br />

después de este tiempo se han ido sustituyendo con huertos con plantas injertadas sobre<br />

portainjertos. Aun cuando, la reproducción fue por semilla, los cítricos poseen un elevado<br />

número de embriones nucelares que dan origen a una nueva planta. En este tipo de<br />

reproducción no existe fusión de gametos, de tal forma que se considera un tipo de<br />

reproducción asexual. Con estos antecedentes, se asume que las poblaciones de limón<br />

mexicano en la región son genéticamente uniformes o presentan poca variabilidad genética<br />

generada por mutaciones espontaneas. Esta característica del hospedero principal de la raza<br />

KLA, hace que el hongo no tenga presión evolutiva para poder adaptarse a diferentes<br />

genotipos.<br />

Por otra parte, en el estado de Colima las primeras introducciones de limón mexicano datan<br />

de principios del siglo XX. A partir de 1920, su cultivo se expandió significativamente<br />

(Oseguera-Velázquez, 1973), ubicándolo como uno de los primeros productores de fruta.<br />

También, Colima ha sido productor y distribuidor de planta de este cítrico para toda la


egión del trópico seco de México. Así, es factible encontrar huertos de limón mexicano en<br />

los diferentes estados productores con material vegetativo procedente de esta entidad. Con<br />

estos antecedentes, es posible que con las plantas también viajaran propágulos de C.<br />

acutatum, por lo que Colima fue un centro de distribución de la raza KLA en México. El<br />

hongo Colletotrichum no presenta las características de patógenos que se dispersan<br />

naturalmente a largas distancias por vía aérea para colonizar nuevos territorios que son<br />

descritos en el trabajo de Brown y Hovmøller (2002). En el estudio de Orozco et al.,<br />

(2004a), se encontraron poblaciones de la raza KLA con baja variabilidad genética<br />

distribuidas en diferentes ambientes: clima trópico seco, trópico húmedo y semiárido. Esta<br />

escasa variabilidad genética es factible atribuirla a que el hongo se reproduce en su<br />

totalidad de manera asexual, ya que el estado perfecto (G. acuatata) no es importante en el<br />

ciclo de la enfermedad (Timmer et al., 1994). Otro aspecto que puede influir en la reducida<br />

variabilidad genética, es la poca presión de evolución que tiene el patógeno, debido a que<br />

su principal hospedero es genéticamente uniforme o con escasa heterogeneidad. En cada<br />

entidad productora el hongo se ha mantenido estable con baja capacidad evolutiva.<br />

Epidemiología<br />

La caída de fruto pequeño se presenta en regiones con lluvias durante el período de<br />

floración. De acuerdo a Agostini y Timmer (1994), el ciclo de la enfermedad ocurre de la<br />

siguiente manera: los conidios del hongo se producen de manera abundante en los<br />

acérvulos formados sobre los pétalos de flores infectadas durante la primavera. Estos<br />

conidios son lavados por las gotas de agua de lluvia o rocío y depositados en los tejidos<br />

vegetativos del árbol, en donde pueden germinar para formar apresorios o permanecer sin<br />

germinar y ocasionar infecciones latentes. En ausencia de floración, estos propágulos<br />

pierden viabilidad con el tiempo. Sin embargo, cuando se inicia la floración, los pétalos que<br />

caen sobre la superficie de las hojas proporcionan algunas sustancias que estimulan la<br />

germinación del apresorio para formar conidios, los cuales son diseminados hacia las flores<br />

nuevas por el salpique de las gotas de agua de lluvia, reiniciando de esta manera el ciclo de<br />

la enfermedad. Su daño es más severo y puede manifestarse de manera epidémica cuando<br />

se presentan lluvias, períodos prolongados con alta humedad relativa y temperaturas bajas<br />

durante la floración y "amarre" del fruto (Fagan, 1984; Agostini et al., 1993). La<br />

temperatura óptima para la germinación de la espora es de 23 °C y el tiempo mínimo para<br />

la infección y germinación es de 12 a 18 horas. Si las condiciones húmedas prevalecen,<br />

alrededor del 90 % de las flores pueden mostrar síntomas a los 3-4 días después de la<br />

infección. Sobre las flores afectadas se producen numerosos acérvulos, lo cual incrementa<br />

drásticamente el número de esporas patogénicas dentro del árbol (Timmer, 2000a). Las<br />

flores son resistentes al patógeno cuando los botones presentan de un estado de cabeza de<br />

alfiler a botón en estado redondo y son susceptibles cuando se empiezan a elongar y son<br />

altamente susceptibles una vez que se abren (Fagan, 1979). La enfermedad empieza a<br />

aparecer cuando el botón floral tiene un centímetro de largo. El hongo C. acutatum<br />

sobrevive entre períodos de floración como apresorios y/o infecciones latentes sobre las<br />

tachuelas adheridas, hojas y ramas (Agostini y Timmer, 1994). Estudios recientes han<br />

demostrado que el número de tachuelas adheridas en ramas de los años previos es el mejor<br />

indicador del potencial de la enfermedad en la próxima floración. La evaluación de las<br />

tachuelas adheridas se realiza durante el mes de Enero en 12 ramas distribuidas alrededor


de los árboles, en las cuales es factible registrar hasta 338 tachuelas (Timmer y Zitko,<br />

1995).<br />

La antracnosis del limón mexicano se presenta con mayor severidad durante el período de<br />

lluvias, temperaturas máximas de 31°C y mínimas de 24°C y con valores de humedad<br />

relativa superior al 90 %. En condiciones del trópico seco, la lluvia es el factor más<br />

importante que se relaciona con la incidencia y severidad de la enfermedad, sobre todo<br />

cuando ocurren precipitaciones de dos a cinco días consecutivos (Garza y Medina, 1984;<br />

Medina et al., 2001). Los conidios de la raza KLA de C. acutatum son liberados solamente<br />

cuando el acérvulo o la masa de conidios está en contacto con el agua, ya que tanto las<br />

gotas de lluvia como del rocío los salpica y dispersa (Garza y Medina, 1984). También<br />

pueden ser diseminados por insectos o herramientas de cultivo; sin embargo, esta forma de<br />

dispersión tiene poca importancia en la epidemiología de la enfermedad. La infección del<br />

hongo se lleva a cabo mediante la penetración directa en hojas, brotes, frutos y flores, en<br />

donde el micelio crece intercelularmente y produce colapso y muerte de los tejidos. La raza<br />

KLA tiene un período de incubación muy corto; después de la infección, los primeros<br />

síntomas pueden observarse en 3 a 5 días. En las áreas afectadas se pueden observar masas<br />

de conidios de color rosa. Los tejidos son más susceptibles cuando son jóvenes y la<br />

resistencia se incrementa con la edad. Las hojas llegan a ser inmunes al ataque de la raza<br />

antracnosis del limón mexicano cuando completan su expansión. El fruto es susceptible a la<br />

infección por C. acutatum desde su formación hasta que alcanza un tamaño de 20 mm de<br />

diámetro (Timmer, 2000b).<br />

Con frecuencia, la infección por Colletotrichum es la causa directa de enfermedades de las<br />

plantas; sin embargo, el hongo se presenta también como un saprofito o invasor secundario<br />

de tejidos en decadencia. Las pérdidas causadas por antracnosis ocurren principalmente<br />

como una reducción directa de la cantidad y calidad del producto cosechado. El hongo<br />

ataca frecuentemente más de una parte de la misma planta, lo que ocasiona enfermedades<br />

separadas que pueden interactuar durante el ciclo del cultivo (Waller, 1992). Así el limón<br />

mexicano, es un ejemplo donde varios órganos (brotes, hojas, flores y frutos) pueden ser<br />

infectados por la enfermedad y en donde el inoculo de una fuente es capaz de infectar a otro<br />

(Garza y Medina, 1984; Timmer, 2000b). El ciclo de vida de la raza KLA en limón<br />

mexicano es muy similar al de la raza SGO en naranja propuesto por Agostini et al.,<br />

(1992), Timmer et al., (1994); Timmer et al., (2000a) y Peres et al., (2005).<br />

Manejo integrado de la enfermedad<br />

El manejo integrado de enfermedades se define como una herramienta sustentable para el<br />

combate de patógenos, mediante la combinación de métodos biológicos, culturales, físicos<br />

y biológicos que minimice los riesgos económicos, de salud y ambientales (Hollier, 2004).<br />

El manejo integrado de antracnosis contempla el uso de los diferentes métodos de control<br />

apoyado por el conocimiento del cultivo (susceptibilidad a la enfermedad, interacción con<br />

el portainjerto, fenología, órganos afectados y edad del huerto), de la enfermedad (especie<br />

del hongo, ciclo de la enfermedad, reproducción, diseminación, período de incubación,<br />

fuente de inoculo y sobrevivencia) y del clima (precipitación, temperatura, rocío, radiación<br />

solar y humedad relativa).


El control de la caída de fruto pequeño se basa principalmente en la aplicación de<br />

fungicidas durante los períodos de lluvias frecuentes en la época de floración. Los<br />

fungicidas benomyl y captafol han resultado efectivos para el control de la enfermedad<br />

(Timmer et al., 1994; Timmer y Zitko, 1992). En condiciones favorables para el desarrollo<br />

del patógeno (lluvias, alta humedad relativa y temperaturas bajas) durante la floración y<br />

cuando se espere un ataque fuerte de la enfermedad se requiere un mayor número de<br />

aplicaciones de estos productos. Algunos estudios realizados en Florida, indican que<br />

cuando la incidencia de la enfermedad es baja se requiere una aplicación de fungicidas a<br />

media floración, o dos aplicaciones, una al inicio de la floración y otra a media floración.<br />

En localidades o años con ataques severos son necesarias aplicaciones semanales o cada 10<br />

días. En todos los casos, los fungicidas utilizados fueron el benomyl y captafol. Estos<br />

resultados indican que el número de aplicaciones de fungicidas más que el momento de<br />

aplicación durante todo el período de floración parece ser el factor determinante para lograr<br />

un control adecuado de la enfermedad (Timmer y Zitko, 1992). En caso de que los<br />

productores no dispongan suficiente equipo terrestre para asperjar plantaciones extensas en<br />

un período de tiempo corto, una alternativa viable son las aplicaciones aéreas. Se ha<br />

demostrado que las aspersiones con avión son iguales de efectivas en el control de la caída<br />

de fruto pequeño que las aplicaciones con equipo terrestre (Timmer y Zitko, 1991).<br />

Con relación a la antracnosis en el cultivo del limón mexicano, el control químico es la<br />

alternativa más común y eficaz para reducir los daños ocasionados; sin embargo, para<br />

obtener mejores resultados, el uso de fungicidas debe ser apoyado con algunas prácticas<br />

culturales como son: poda, adelanto de brotes vegetativos e inducción de floración, manejo<br />

de riego, fertilización y cosecha oportuna de la fruta (Medina et al., 2001). Las prácticas de<br />

cultivo están orientadas a reducir las condiciones favorables para el establecimiento y<br />

desarrollo del patógeno, inducir el vigor de los árboles, establecer barreras físicas y/o<br />

eliminar fuentes de inoculo dentro de la plantación. En el caso del limón mexicano, algunas<br />

de estas labores están dirigidas a la inducción de brotes y flores, los cuales serán protegidos<br />

contra antracnosis con aspersiones de fungicidas y de esta manera tener posibilidades de<br />

producción en invierno. Además, es importante realizar una supervisión periódica del<br />

huerto para identificar flujos vegetativos y florales, sobre todo durante los meses de Julio a<br />

Octubre, época en la que se presenta la enfermedad con mayor intensidad (Medina et al.,<br />

2001). La raza KLA tiene un período de incubación muy corto (hasta 3 a 5 días), lo que<br />

dificulta su control en campo; aunado al habito de crecimiento inherente del limón<br />

mexicano, el cual emite brotes y flores la mayor parte del año que hace necesario realizar<br />

numerosas aplicaciones de fungicidas para su combate, incrementando los costos de<br />

producción (Timmer, 2000b). Actualmente, el control de la enfermedad se realiza mediante<br />

la aspersión de los fungicidas protectantes (mancozeb y captafol) y sistémicos (benomyl,<br />

azoxystrobin y trifloxistrobin) (Orozco-Santos et al., 2006; Orozco-Santos et al., 2007b)<br />

Se han realizado algunos intentos de control biológico de la raza SGO del hongo C.<br />

acutatum, agente causal de la caída de fruto pequeño en cítricos. El control biológico<br />

consiste en el uso de organismos naturales o modificados, genes o productos de genes que<br />

reducen los efectos de organismos indeseables tales como patógenos de plantas y para<br />

favorecer organismos deseables como los cultivos agrícolas. Las enfermedades de las<br />

plantas pueden ser controladas con microorganismos vivos que son antagónicos a hongos<br />

fitopatógenos. Los mecanismos de control biológico de patógenos de plantas incluyen


antibiosis, parasitismo, competencia, resistencia sistémica adquirida, protección cruzada e<br />

hipovirulencia (Ownley y Windham, 2004). Al respecto, Kupper et al., (2003) evaluó el<br />

efecto de diferentes aislamientos de los antagonistas Bacillus subtilis y Trichoderma spp.<br />

bajo condiciones de laboratorio y campo. Los resultados en árboles de naranja dulce Cv.<br />

„Natal‟, demostraron la efectividad de algunos tratamientos de B. subtilis y T. aureoviridae<br />

en reducir el porcentaje de flores con síntomas de la enfermedad en comparación al<br />

tratamiento testigo. Sin embargo, el corto período de incubación del patógeno desde la<br />

llegada del conidio hasta el establecimiento de la infección limita la efectividad de los<br />

antagonistas por el tiempo reducido en que C. acutatum permanece vulnerable.<br />

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