Els espais de la nostalgia - Ara Lleida

Salàs de Pallars, Senterada, Llardecans, Arbeca
y Castellar de la Ribera son algunos de los
pueblos de Lleida que han hecho un hueco a
la nostalgia colectiva. Visitarlos es encontrarse,
durante unos instantes, en los años de la
postguerra, iniciar un viaje turístico por los
recuerdos a través de tiendas, farmacias o escuelas
de la década de 1940. Allí parece que el tiempo
se ha detenido.
Salàs de Pallars, en el Pallars Jusssà, se está
convirtiendo en un museo urbano por el empeño
de un particular. Cisco Farràs ha ambientado
una tienda, una barbería, una farmacia y un
bar en la postguerra. Ha recuperado la tienda
de sus padres, cerrada en la década de 1980 y
ha ido adquiriendo en pequeños mercados
muchos de los productos que se vendían en el
establecimiento. Entrar en la tienda Ultramarinos
y Coloniales es mirar con los ojos de la gente
del Pallars Jussà en los años duros de la dictadura.
A pocos metros de la tienda, Farràs ha ambientado
una antigua barbería y un bar y ya está trabajando
en la recuperación de un antiguo estanco.
La recreación de la tienda, la barbería, la farmacia
y el bar ha animado al Ayuntamiento a crear
un centro de interpretación del pequeño comercio
del pueblo en las antiguas escuelas que incluye
una sala de exposiciones que estará abierta
desde Semana Santa hasta Navidad. “¿Te
acuerdas?”, que reunía más de 400 piezas de
Los espacios de la nostalgia
lata del fondo del Museo de Badalona además
de las piezas de Cisco Farràs, ha sido la muestra
inaugural del centro. La próxima exposición
temporal, “Zoo publicitario”, llegará en Semana
Santa de 2008. También la publicidad de
postguerra protagonizará la tercera exposición
temporal prevista ya para la Semana Santa de
2010.
A sólo 16 kilómetros de Salàs de Pallars, en
Senterada, hay otra tienda de antaño, Casa
Leonardo, en la que parece que el tiempo se
ha dormido. El establecimiento, fundado por
el abuelo de la actual propietaria, Mireia Font,
está tal y como era en 1975, cuando murió la
abuela. Entre las curiosidades que se aprecian
destaca un graffiti probablemente de alguien
que escuchaba la radio medio año antes de
que acabara la guerra civil: “El 26 de enero
de 1939 entran en Barcelona los nacionales a
las cuatro de la tarde y a las seis están en la
Plaza Cataluña”.
En las Garrigues, hay otra tienda de la misma
época en la que los envases, la mayoría vacíos,
ocupan el lugar en el que estaban cuando su
propietario, Amadeu Gras, la regentaba. “El
envase más antiguo –cuenta Gras– es uno de
cartón de queso La Lechera de Nestlé de cuando
yo era un crío, de 1930.” Al margen de las visitas
programadas, la tienda está abierta durante la
fiesta mayor de Arbeca, en agosto y durante la
30
feria de noviembre. En el año 1988 en Llardecans,
en el Segrià, se jubilaba el farmacéutico Tomàs
Piñol y cerraba también una de las farmacias
más antiguas de Cataluña, Cal Potacari. Fundada
en 1846, tres generaciones de farmacéuticos
han contribuido a hacer de ella un conjunto
único por su mobiliario y por la documentación
que conserva. Un 99% de los botes de cerámica
en forma de copa conservan las sustancias de
botica que curaron a tres generaciones antes
de que los medicamentos se fabricaran en serie.
Cuerno calcinado o mirra son algunas de las
muestras.
Finalmente, otro espacio singular que se ha
recuperado es la escuela de Castellar de la
Ribera, a 15 kilómetros de Solsona. Se conserva
tal y como era cuando cerró en 1973. Un
encuentro de antiguos alumnos animó al
Ayuntamiento a mostrar cómo era la escuela
rural en tiempos de postguerra, una propuesta
que ha emocionado a muchos de los que
compartieron pupitre y a algunos maestros,
como Manola Gasset, hija del pueblo, que dio
clases a principios de la década de 1950 y que
ha participado en el audiovisual que presenta
a los turistas cómo era la enseñanza de aquellos
años. El Ayuntamiento de la población pretende
ahora incorporar más material escolar de la
época e incluso una pequeña muestra de juguetes
de entonces. ●