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los resultados comenzar la cría Recurrente-Recíproca, hasta obtener los machos
cantores buscados; en fin, hay que trabajarlos con mucho cuidado.
Es necesario explicar una vez más que en la canaricultura de canto las
predisposiciones hereditarias que interesan son siempre las referentes a los
órganos que concurren a la emisión del canto, a la canción del canario. No
importa el color. Esos órganos son los pulmones y los sacos aéreos, la laringe, la
siringe, la garganta.
Por otra parte se habla del canario ‘compositor’ de su canción y de su ‘inteligencia’
para el canto aunque él ignore en que consisten estos atributos humanos, que son
reales y existen. Lo mismo de la ‘dedicación’ para el canto y los ‘valores’ de sus
giros.
Se hereda todo lo que el canario tiene pero a los efectos del canto conocemos a
los mejores cantores y los seleccionamos para la cría. (Aunque muchas veces un
canario con menos puntuación trasmite mucho más que otro superior).
La predisposición para el canto la tienen que tener las hembras también, pero no
la conocemos, pocas hembras cantan, algunas lo hacen bien y son excelentes
madres.
Se supone que en la ‘familia’ que hemos comenzado a criar se encuentra, aunque
oculto, el buen canto que aportarán las hembras, por eso se cría con el método
incestuoso o de proporción de sangre, (Recurrente-Recíproco).
El canaricultor debe escuchar muy bien los resultados, si aprendió en las Escuelas,
si asiste a clase y presenta en concursos preparatorios, poco a poco se va dando
cuenta en qué consiste la canción del canario y cómo se la valora. De lo contrario
actuará a ciegas y librado a su suerte. No podrá mejorar o igualar el material que
recibió. Nada es ‘mecánico’ en la biología ni en la cría. No hay fórmulas en canto,
solamente resultados audibles.
Se puede escribir el proceso en un buen plan de cría que se deberá cumplir al pie
de la letra para asegurarse de la buena salud de todos los ejemplares.
No desdeño el espíritu de innovación de los criadores, pero tengo la obligación de
advertirlos que no recorran caminos ya experimentados, explorados y trillados. En
canaricultura hay que aprovechar siempre el tiempo. Los años pasan volando.
En el plan de cría se puede trazar una línea en la que el criador tiende a cerrarse
y otra en la que se abre dentro de la misma familia.
Por todo lo expuesto se deduce que de la correcta selección de las hembras
comienza el camino del éxito.