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POR QUÉ LOS ANIMALES NO SUFREN INFARTO Y LOS HOMBRES SÍ<br />

era Matías Rath. De sus teorías científicas<br />

les hablamos ya en nuestro número<br />

del mes pasado; esta vez sabremos de<br />

su lucha contra los gigantes farmacéuticos<br />

-Primero se permitió usted echar<br />

por tierra lo que ”oficialmente” se<br />

afirma sobre los ataques al corazón y<br />

después descubrió la eficacia de los tratamientos<br />

naturales, especialmente el<br />

uso de dos aminoácidos -la lisina y la<br />

prolina- y la vitamina C contra el cáncer<br />

y otras enfermedades. ¿Cuál ha sido<br />

el impacto de sus investigaciones en la<br />

industria farmacéutica?<br />

-Comencé en la investigación convencional<br />

profundizando en las causas<br />

de las enfermedades cardiovasculares.<br />

En esa época aún se pensaba que un<br />

nivel alto de colesterol constituía la<br />

principal causa de las mismas. Bajo la<br />

influencia de los fabricantes de fármacos<br />

que disminuyen los niveles de<br />

colesterol se ”enseñó” a los médicos<br />

que un alto nivel del mismo daña las<br />

paredes de los vasos arteriales y, junto a<br />

los depósitos de calcio y tejido fibroso,<br />

es la principal causa de la formación de<br />

los ateromas que llevan a obstruirlas<br />

provocando los <strong>infarto</strong>s y derrames.<br />

Hoy sabemos que eso era sólo otro<br />

cuento más del márketing de la industria<br />

farmacéutica. Si el colesterol alto<br />

dañase las paredes de los vasos arteriales<br />

lo haría también en otros lugares de<br />

nuestro sistema circulatorio sanguíneo.<br />

El sistema se obstruiría en todas partes y<br />

no sólo en el corazón o en el cerebro.<br />

En otras palabras, también tendríamos<br />

352<br />

<strong>infarto</strong>s de la nariz, la oreja, las rodillas,<br />

los codos, los dedos y cualquier otro<br />

órgano del cuerpo. Y es evidente que<br />

ese no es el caso.<br />

Después descubrí que las enfermedades<br />

cardiovasculares son prácticamente<br />

desconocidas en el mundo animal<br />

mientras que entre los seres<br />

humanos es la principal causa de<br />

muerte. Fue un gran avance para la<br />

salud natural en todo el mundo. Los<br />

animales producen su propia vitamina<br />

C, necesaria para producir las moléculas<br />

de refuerzo de nuestro cuerpo y de<br />

su sistema circulatorio, llamadas colágeno.<br />

Cuanta más vitamina C, más<br />

colágeno, más estabilidad para las paredes<br />

de nuestros vasos sanguíneos,<br />

menos <strong>infarto</strong>s. Los animales raramente<br />

tienen <strong>infarto</strong>s porque producen cantidades<br />

suficientes de vitamina C en sus<br />

cuerpos. Los seres humanos no podemos<br />

producir ni una sola molécula de<br />

esta vitamina y normalmente obtenemos<br />

muy pocas vitaminas de nuestra<br />

dieta con el consiguiente riesgo de que<br />

nuestro sistema circulatorio se debilite.<br />

Esta serie de descubrimientos fue tan<br />

convincente que no sólo explicaba por<br />

qué los animales no sufren <strong>infarto</strong>s y las<br />

personas sí, sino también por qué sufrimos<br />

ataques al corazón y no de nariz.<br />

Posteriores investigaciones y estudios<br />

clínicos confirmarían más allá de toda<br />

duda tan impresionante hallazgo.<br />

-Y fue cuando usted denunció lo<br />

que sucedía en su libro Por qué los animales<br />

no sufren <strong>infarto</strong>s y las personas<br />

sí.

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