Descargar todo el documento - Ministerio de Educación, Cultura y ...
Descargar todo el documento - Ministerio de Educación, Cultura y ...
Descargar todo el documento - Ministerio de Educación, Cultura y ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Mujeres vistas por mujeres: textos literarios para trabajar la coeducación en <strong>el</strong> aula <strong>de</strong> ELE<br />
El carretero se arrastró hasta su casa gimiendo, sin cuidarse <strong>de</strong> carro ni <strong>de</strong><br />
bueyes. Llevaba las costillas medio hundidas, la cabeza partida por dos sitios,<br />
la cara monstruosa. Quince días pasó en la cama sin po<strong>de</strong>rse menear. Hoy<br />
anda como si tal cosa, porque los labriegos tienen pi<strong>el</strong> <strong>de</strong> sapo; y lo único en<br />
que se le conoce que no pier<strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong> la zurra es en que, cuando<br />
Martina le presenta cariñosamente <strong>el</strong> par <strong>de</strong> huevos <strong>de</strong> la cena, preguntándole<br />
si «están a gusto», él contesta, aprisa y muy m<strong>el</strong>oso:<br />
-Bien están, mujeriña; <strong>de</strong> cualquier modo están bien.<br />
2. SIN PASIÓN. (1901) Emilia Pardo Bazán (España 1851-1921). Edición<br />
crítica <strong>de</strong> Juan Pare<strong>de</strong>s Núñez Cuentos completos, La Coruña, Fundación<br />
Pedro Barrié <strong>de</strong> la Maza, Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Fenosa, 1990, t. III, pp. 89-91.<br />
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/1203618641781594065421<br />
3/p0000001.htm#I_1_<br />
El <strong>de</strong>fensor, <strong>el</strong> joven abogado Jacinto Fuentes, se encontraba <strong>de</strong>sorientado. Si<br />
<strong>el</strong> mismo <strong>de</strong>fendido le <strong>de</strong>sbarataba los recursos empleados siempre con tanto<br />
provecho..., se acabó; no había manera <strong>de</strong> sacarle absu<strong>el</strong>to, y tal vez entre<br />
aplausos <strong>de</strong> la muchedumbre.<br />
-¿Qué trabajo le cuesta a usted <strong>de</strong>cir la verdad? -preguntaba insistente al<br />
asesino, que, con la cabeza baja, <strong>el</strong> <strong>de</strong>macrado rostro muy ceñudo, estaba<br />
sentado sobre <strong>el</strong> camastro <strong>de</strong> su tétrica c<strong>el</strong>da en la Cárc<strong>el</strong> Mod<strong>el</strong>o-. Confiese<br />
que se encontraba..., vamos, enamorado <strong>de</strong> la mujer, <strong>de</strong> la Remigia...<br />
-No, señor. ¡Ni por soñación! -exclamó sinceramente <strong>el</strong> criminal-. Pero... ¿qué<br />
iba yo a andar namorao <strong>de</strong> la pobre <strong>de</strong> Remigia, que parece una aceituna aliñá,<br />
tan <strong>de</strong>negría como está <strong>de</strong> carnes, con lo que <strong>el</strong> marido, mi vítima, le arreaba a<br />
todas horas? Lo digo como si me fuese a morir: en ese caso <strong>de</strong> arrimarme,<br />
primero me arrimo a un brazao <strong>de</strong> leña seca que a la Remigia. Por éstas, que<br />
no se me ha pasao nunca semejante cosa ni por <strong>el</strong> pensamiento.<br />
El abogadito, <strong>de</strong> recortada y perfumada barba, que había realizado tantas<br />
conquistas en sus años, r<strong>el</strong>ativamente pocos, se quedó confuso al notar que<br />
aqu<strong>el</strong> hombre vigoroso y mozo también no mentía. Acostumbraba Fuentes<br />
explicárs<strong>el</strong>o <strong>todo</strong> o casi <strong>todo</strong> por la atracción que ejerce sobre <strong>el</strong> hombre la<br />
mujer, y viceversa, y sus <strong>de</strong>rroches <strong>de</strong> <strong>el</strong>ocuencia los tenía preparados para <strong>el</strong><br />
caso natural <strong>de</strong> que <strong>el</strong> oficial <strong>de</strong> zapatero Juan V<strong>el</strong>a, Costilla <strong>de</strong> apodo, hubiese<br />
matado a Eugenio Rivas, alias <strong>el</strong> Negruzo, por amores <strong>de</strong> la señá Remigia,<br />
mujer <strong>de</strong> este último y dueña <strong>de</strong> un baratillo muy humil<strong>de</strong> en la calle <strong>de</strong> Toledo.<br />
Sólo con la clave amorosa podía <strong>el</strong> <strong>de</strong>fensor reconstruir <strong>el</strong> drama lógicamente.<br />
V<strong>el</strong>a era huésped <strong>de</strong> los esposos Rivas. Nada más infalible que la inclinación o<br />
<strong>el</strong> «lío» entre <strong>el</strong> huésped y <strong>el</strong> ama. El marido, bruto y vicioso, <strong>de</strong>sloma a golpes<br />
a su mujer, acaso por c<strong>el</strong>os. En la casa hay un hombre que lo presencia y que<br />
está prendado <strong>de</strong> la mártir. La pasión le exalta; <strong>el</strong> espectáculo le es intolerable,<br />
y un día, ante tratamientos más horribles, al ver que <strong>el</strong> marido enarbola una<br />
silla para <strong>de</strong>scargárs<strong>el</strong>a a la mujer en la cabeza, se interpone, ve rojo,<br />
empalma la faca y la sepulta, una, dos, tres veces, en <strong>el</strong> cuerpo d<strong>el</strong> verdugo.<br />
¿Quién no hubiese hecho lo mismo? ¿Quién, ante <strong>el</strong> martirio <strong>de</strong> una mujer que<br />
Pilar Iglesias Aparicio<br />
Asesora Técnica <strong>de</strong> la Consejeria <strong>de</strong> <strong>Educación</strong> <strong>de</strong> la Embajada <strong>de</strong> España<br />
6