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crisis<br />

Manuel Monereo Armando Fernández Steinko<br />

68 / <strong>El</strong> Viejo Topo


Bajarse del Audi<br />

Entrevista a Manuel Monereo y<br />

Armando Fernández Steinko<br />

por Miguel Riera<br />

Viejo Topo: Parece que la crisis va para largo…<br />

Manuel Monereo: Sí… ahora que se habla tanto de memoria<br />

histórica… una de las características de la época presente es<br />

que con la derrota cultural la izquierda ha perdido la memoria<br />

de las crisis. No es ninguna novedad, pero merece la pena<br />

recordar que el capitalismo funciona con crisis. Las crisis son<br />

connaturales en el capitalismo. Y casi siempre, la nueva etapa<br />

del capitalismo la ha marcado su crisis anterior. Es decir, la<br />

etapa neoliberal fue la salida a la crisis de los setenta. También<br />

olvidamos que no existen salidas económicas a la crisis, todas<br />

las salidas son políticas. Parafraseando al <strong>viejo</strong> Gramsci de Los<br />

cuadernos de la cárcel, diré que hay que tener en cuenta que las<br />

salidas de la crisis las marcan las correlaciones de fuerzas. De<br />

una crisis económica pueden derivarse crisis sociales diversas,<br />

crisis políticas que pueden traer la revolución, la restauración<br />

o una revolución pasiva, que es casi lo mismo.<br />

Viejo Topo: De momento, una salida revolucionaria parece algo<br />

muy lejano.<br />

Manuel Monereo: Las crisis son siempre cambios radicales en<br />

la estructura social, en la estructura política y sobre todo en la<br />

cultura política dominante. Pero ninguna crisis garantiza una<br />

revolución, claro está. Las crisis cambian el mapa pero las<br />

cosas son más complejas y los cambios sociales y políticos re-<br />

crisis<br />

Tanto Fernández Steinko como Manuel Monereo estuvieron entre esos agoreros que, en el 2007, pronosticaban<br />

el ya inminente estallido de la crisis. Lo que ha pasado los ha colocado en su justo lugar: no eran agoreros,<br />

sino personas realistas y bien informadas. Ahora, aquí, nos hablan, entre otras cosas, de qué hacer<br />

para salir del embrollo.<br />

quieren muchas cosas… La actual es una crisis de verdad que<br />

va a durar mucho tiempo y cuya salida no está garantizada, ni<br />

por la derecha ni por la izquierda. Por dónde se salga dependerá<br />

de la voluntad de las personas que se hayan organizado, de<br />

su ideario, de sus luchas, de sus sentimientos, de sus corazones,<br />

de su capacidad de imponer una agenda y una política alternativa.<br />

Armando Fernández Steinko: Después de la Segunda Guerra<br />

Mundial las crisis que afectaban a los países capitalistas desarrollados<br />

eran escasísimas. Las crisis en todo caso se vivían en<br />

la periferia. Lo nuevo desde los ochenta es que hemos padecido<br />

una sucesión ininterrumpida de crisis; la del 92-93 fue muy<br />

grave, y también la de las punto.com, en 2000-2001. Lo paradójico<br />

es que a partir del momento en que se empiezan a multiplicar<br />

las crisis, desde 1980, es decir, a partir del advenimiento<br />

del neoliberalismo, es justo cuando la izquierda políticamente<br />

carece ya de la capacidad de reaccionar frente a esas<br />

crisis. Y esto es una novedad. Las grandes crisis ya no se traducen<br />

en una acumulación de fuerzas de la izquierda, sino todo<br />

lo contrario, en derrotas de la izquierda frente a la propia crisis.<br />

Viejo Topo: ¿Es eso lo que ahora estamos viendo?<br />

Armando Fernández Steinko: Provisionalmente sí, pero la crisis<br />

actual es distinta, es la crisis de un ciclo histórico que em-<br />

<strong>El</strong> Viejo Topo / 69


crisis<br />

pieza en 1980 y que termina ahora. Yo creo que a partir de ahora<br />

las crisis van a tener otra naturaleza. Incluso si nos recuperamos<br />

parcialmente de esta crisis, si hay esperanzas de cierta<br />

recuperación, aún así creo que vamos a vivir una nueva etapa<br />

en la forma de afrontar las diferentes crisis que se nos vienen<br />

encima.<br />

Viejo Topo: ¿En qué sentido? ¿Que es lo que caracterizará a estas<br />

nuevas crisis?<br />

Armando Fernández Steinko: Creo que van a ser más profundas,<br />

porque los mecanismos de estabilización política que han<br />

funcionado a lo largo de estos veinticinco o treinta años de<br />

neoliberalismo, incluso en épocas de crisis –mecanismos de<br />

estabilización política a través del sistema financiero, que es<br />

quien de alguna forma ha fidelizado a las clases populares,<br />

también en momentos de crisis, a través de las rentas– ya no<br />

funcionan. La financiarización de la economía es el mecanismo<br />

a través del cual durante el neoliberalismo se ha conseguido<br />

crear un orden en el que renta –no renta del trabajo, sino<br />

renta de la propiedad– y trabajo y clases populares han entrado<br />

en una especie de luna de miel. Esa<br />

elasticidad que ha proporcionado el<br />

sistema financiero y que ha generado<br />

esa luna de miel ha creado una estabilidad<br />

política que es lo que creo que<br />

explica la perdurabilidad del neoliberalismo.<br />

<strong>El</strong> neoliberalismo, a pesar de<br />

ser un sistema económico continuamente<br />

afectado por crisis, ha conseguido fidelizar a una buena<br />

parte de las clases populares y por supuesto de las clases<br />

medias. Por tanto lo que tenemos que estudiar para entender<br />

el futuro de la crisis y el futuro inmediato desde el punto de<br />

vista político es hasta qué punto se mantienen esos mecanismos<br />

de fidelización, o si se vienen abajo con la crisis…<br />

Manuel Monereo: Estoy muy de acuerdo con lo que planteas,<br />

especialmente con lo que podríamos llamar el fundamento antropológico<br />

del giro hacia el neoliberalismo. Todos sabemos<br />

hoy que el neoliberalismo ha sido una contrarrevolución de<br />

masas, con apoyo social, con alianzas sociales a favor de esta<br />

contrarrevolución y a favor del capital. Y la contrarrevolución<br />

neoliberal de un lado y la caída del Este por otro han producido<br />

consecuencias culturales enormemente importantes. Para<br />

decirlo esquemáticamente, del 93-94 hasta el 2007-8 hemos<br />

tenido uno de los ciclos de crecimiento en España más largos.<br />

Eso ha tenido efectos devastadores para la conciencia de clase<br />

de los colectivos obreros, para la identidad de la izquierda y ha<br />

70 / <strong>El</strong> Viejo Topo<br />

<strong>El</strong> despertar del sueño puede<br />

ser terrible si la izquierda no<br />

lo acompaña de propuestas<br />

fuertes y sólidas.<br />

significado una derrota político-cultural de la izquierda de<br />

grandes dimensiones, en Europa en general y en España en<br />

particular. Y en gran medida eso tiene que ver con lo que ha explicado<br />

antes Armando sobre el tipo de ser humano que se ha<br />

ido configurando en esta etapa neoliberal. Hoy ese ser humano<br />

producto de las estructuras neoliberales, de su ideología individualista<br />

y del modo de relacionarse con las personas, básicamente<br />

a través del mercado, se encuentra con que lo que se ha<br />

producido, y yo creo que esto tiene una enorme importancia,<br />

es no sólo una fidelización, sino una aceptación pasiva del<br />

orden existente. Se ha legitimado el orden neoliberal y de repente<br />

nos encontramos con el final de una ilusión y el duro<br />

despertar…<br />

Viejo Topo: ¿Qué crees que sucederá cuando todos nos hayamos<br />

despertado?<br />

Manuel Monereo: Ahora, en las conciencias de las personas, en<br />

los grupos sociales, surgen la incertidumbre y el miedo. Una<br />

gran parte de la población española, fundamentalmente entre<br />

las clases trabajadoras, está aceptando, porque no les queda<br />

otra, la idea de que esta es una crisis<br />

breve, que vamos a pasar un par de años<br />

malos pero que luego nos vamos a recuperar,<br />

que esto no tiene mayor importancia<br />

y que saldremos adelante, que es<br />

lo que les repiten los medios de comunicación<br />

y el presidente del gobierno. Mi<br />

opinión es que la reacción de estas mayorías<br />

sociales que hoy viven entre la incertidumbre y el miedo,<br />

si esta situación se prolonga en el tiempo, si vamos a una crisis<br />

en L (caída vertical y luego estancamiento), si dura siete u ocho<br />

años, lo cual es más que posible, y se mantienen el paro, la restricción<br />

de los derechos, en resumen, que las dificultades se<br />

convierten en un horizonte de lo posible para las mayorías<br />

sociales, entonces se va a producir el final del consenso pasivo<br />

o activo que ha disfrutado el neoliberalismo. Ahí es donde la<br />

izquierda social, la izquierda política tienen que jugar un papel<br />

decisivo para reconstruirse en torno a esa crisis de legitimación<br />

del neoliberalismo y ante ese vacío de perspectivas que las mayorías<br />

sociales van a tener cuando vean que el capitalismo<br />

popular no ha funcionado, que no era verdad que fuesen ricos<br />

porque tuvieran pisos de cuarenta millones, que no es verdad<br />

que tuvieran asegurado el futuro de sus hijos, que la mayoría<br />

del empleo era precario y que los servicios sociales en España<br />

van a verse afectados fundamentalmente porque el sistema fiscal<br />

es injusto y profundamente regresivo. Todo esto es lo que la<br />

izquierda debe valorar y en torno a ello construirse y recons


truirse para ir generando<br />

un nuevo imaginario,<br />

nuevas perspectivas de<br />

futuro. Porque el despertar<br />

del sueño puede ser<br />

terrible si la izquierda no<br />

lo acompaña de propuestas<br />

fuertes y sólidas.<br />

Armando Fernández<br />

Steinko: Concretemos<br />

más. ¿Por qué el neoliberalismo<br />

consigue estabilizar<br />

su poder políticoideológico<br />

durante tantas<br />

décadas? <strong>El</strong> efecto<br />

caída del Muro de Berlín<br />

efectivamente es fundamental,<br />

también el efecto<br />

“fin de la historia”, los<br />

aspectos culturales asociados<br />

a un cambio en el<br />

sistema laboral que apunta hacia la individualización de las<br />

relaciones laborales, la subcontratación, la reorganización empresarial…<br />

son valores muy importantes. Pero creo que tenemos<br />

que ir algo más allá para explicar la paradoja terrible de<br />

que nunca ha aumentado tanto la desigualdad, incluso en los<br />

países desarrollados, y nunca ha sido tan pasiva la izquierda y<br />

no han sido tan difíciles sus condiciones organizativas, ideológicas,<br />

como después de los años ochenta… En los años noventa<br />

en España sufrimos una crisis gravísima (1992-93), el desempleo<br />

sube casi hasta el 24-25%, una buena parte del proletariado<br />

industrial tradicional se queda en la calle, ¿cómo consigue<br />

el Partido Popular recuperar la hegemonía política y estabilizar<br />

un proceso que yo llamo de creación del capitalismo<br />

popular inmobiliario? ¿Solamente convenciendo a esos obreros<br />

que están en la calle de que su futuro está en convertirse en<br />

autónomos y en empresarios? No, ese es un discurso ideológico<br />

importante, pero no suficiente. Lo que hace el PP es iniciar<br />

un ciclo de acumulación creando las condiciones económicas<br />

para dar pie a una etapa de crecimiento económico basado en<br />

la especulación con bienes inmuebles. Muchísimos autónomos,<br />

muchísimas PYMES, que se crean sobre todo en el Levante,<br />

en Málaga, Almería, Murcia, en las islas, se crean a partir<br />

de trabajadores que estaban en el paro y que se convierten<br />

en autónomos vinculados al sector de la construcción. Y a esas<br />

personas no sólo se les vende el mensaje neoliberal de la posibilidad<br />

de hacerse empresarios, sino que se les da la posibili-<br />

crisis<br />

dad, obviamente no sostenible, pero real, no se trata de una<br />

invención ideológica, de salir de la cuneta del desempleo e<br />

incluso de convertirse en futuros empresarios. Se les abre una<br />

perspectiva de desarrollo familiar y personal que en algunos<br />

casos ha acabado en pequeñas fortunas, y en muy pocos casos<br />

en grandes fortunas. Y eso es lo que me hace sentirme optimista<br />

en este momento, a pesar de que reconozco que los cambios<br />

ideológicos son lentos. Ese pequeño empresario que ahora está<br />

en el paro y cuyo sueño de hacerse un pequeño capitalista<br />

se ha visto frustrado por la crisis, no va a votar a la izquierda de<br />

la noche a la mañana, pero las bases objetivas de su momentánea<br />

adscripción ideológica están desapareciendo, porque<br />

obviamente el sector inmobiliario ya no va a poder crecer de la<br />

misma forma. ¿Qué es lo que va a pasar? A corto plazo la derecha<br />

va a seguir manteniendo un buen número de votos, pero<br />

va a sufrir una erosión importante de sus valores, debido a que<br />

se está hundiendo con esta crisis la base material de esa ideología<br />

individualizadora que explica el vuelco electoral en los<br />

años noventa hacia el Partido Popular.<br />

Viejo Topo: Puede que en muchas personas se socaven las<br />

bases de esa ideología, pero para que se produzca un trasvase<br />

de votos o de ilusiones hacia la izquierda hay que ofrecerles soluciones<br />

para que puedan escapar a la crisis. Y hoy por hoy la<br />

izquierda carece de fuerza incluso para hacerse oír, y eso suponiendo<br />

que tenga algo que decir. Como sabéis, en Cataluña<br />

<strong>El</strong> Viejo Topo / 71


crisis<br />

gobierna un tripartito que se autocalifica de izquierdas, y que<br />

sin embargo permanece anclado en el neoliberalismo más<br />

ramplón.<br />

Armando Fernández Steinko: Es cierto que ese tipo de cambios<br />

no se dan mecánicamente, hay que ofrecer alternativas...<br />

Lo que sí podemos afirmar es que el edificio neoliberal, que no<br />

sólo se soporta en valores y en culturas, sino en estructuras<br />

económicas determinadas, ese edificio, sus pilares, se están<br />

deshaciendo, y esa es una oportunidad y también un peligro<br />

para la izquierda, porque no olvidemos que esas situaciones a<br />

lo largo de la historia también llevan a la ultraderecha…<br />

Manuel Monereo: Y sobre todo porque… ¿se ha acabado el<br />

neoliberalismo? ¿Estamos ya en la etapa post-neoliberal? Yo<br />

creo que eso hay que tomárselo con mucha calma y no hacerse<br />

falsas ilusiones. Cada patrón de crecimiento tiene tras de sí<br />

una matriz de poder, y la matriz de poder del neoliberalismo<br />

está vivita y coleando. Se ha construido una alianza de clases<br />

en torno al capital financiero, inmobiliario y mediático, que<br />

son los que realmente están reproduciendo ese esquema de<br />

poder. Es cierto que la crisis ha sido muy fuerte, y que puede<br />

terminar siendo salvaje en sus consecuencias político-sociales.<br />

Ahora bien, hay que pensar que difícilmente va a disolverse esa<br />

matriz de poder si no hay una fuerza social y alternativa que<br />

acabe con ella. Si no se acaba, se puede perpetuar un modelo<br />

que esté más a la derecha, aunque ya no sea con los mecanismos<br />

típicos del neoliberalismo. Lo voy a decir un poco brutal-<br />

72 / <strong>El</strong> Viejo Topo<br />

mente: <strong>El</strong> tipo de condiciones<br />

político culturales que viven<br />

nuestras sociedades, con un descrédito<br />

muy fuerte de la izquierda<br />

y del proyecto emancipatorio,<br />

con una pérdida de conciencia<br />

muy importante de los trabajadores<br />

y con unos sindicatos muy<br />

moderados, condicionan un territorio<br />

que estará marcado por<br />

dos estrategias: una salida autoritario-populista,<br />

tipo Berlusconi,<br />

es decir, una salida más a la derecha<br />

y que hasta cierto punto puede<br />

ser menos neoliberal y más<br />

intervencionista o bien una salida<br />

democrático republicana, democrático<br />

popular, populista de izquierdas,<br />

que sea capaz de recomponer<br />

los imaginarios colectivos,<br />

los impulsos emancipatorios de las gentes impidiendo<br />

que éstas se dejen engatusar por el reclamo autoritario y populista<br />

de derechas, que probablemente es lo que va a ir viniendo<br />

conforme la crisis se vaya agravando. Pero si la crisis tiene una<br />

duración de entre cinco y diez años, como piensa mucha<br />

gente, yo creo que en tres años las cosas pueden cambiar radicalmente.<br />

Lenin solía decir que la conciencia de las masas no<br />

evoluciona de una manera lineal sino que camina a saltos, en<br />

ruptura, y el mundo que hoy vemos dentro de tres años, en<br />

condiciones de crisis, puede ser muy diferente del que hoy<br />

tenemos.<br />

Viejo Topo: Lo que es evidente es que para evitar esa estrategia<br />

populista autoritaria es imprescindible plantear una alternativa<br />

seria y sólida desde la izquierda.<br />

Manuel Monereo: Por supuesto. Y si no conseguimos poner en<br />

pie esa alternativa al modelo neoliberal y a la constelación del<br />

poder que lo apoya, lo normal será que la salida a la crisis, que<br />

tarde o temprano se producirá, será a través de fórmulas más<br />

autoritarias, con ese populismo autoritario, muy duro, que ya<br />

se atisba en algunos elementos que no vienen de la clase política,<br />

sino que vienen de la sociedad. En la sociedad ya existen<br />

suficientes elementos de regresión social, de anomia, para que<br />

los políticos más listos y más ávidos de votos puedan usarlos<br />

para recomponer una alternativa a un sistema que ha entrado<br />

en crisis, y que, como decía Armando, lo hace tras doce o trece<br />

años de desigualdades y de enorme crecimiento de riqueza y


de poder para una oligarquía financiera inmobiliaria.<br />

Armando Fernández Steinko: Efectivamente, cada constelación<br />

económica tiene un núcleo de poder. En España, por<br />

ejemplo, ese núcleo de poder es lo que antes se llamaba la oligarquía<br />

financiera. Que nunca ha perdido sus posiciones de<br />

poder desde los años del franquismo… hubo un momento en<br />

la Transición en que la sociedad del trabajo podía haber sustituido<br />

su poder, pero esa posibilidad fracasó porque se produjo<br />

una gran coalición monetarista en la que entraron tanto los<br />

sectores continuistas del régimen como los nuevos, incluidos<br />

una parte de los sectores democráticos, del centro-izquierda…<br />

Esa gran coalición monetarista es la responsable de la destrucción<br />

de la sociedad del trabajo en España. Antes incluso que en<br />

otros países de Europa. En los años<br />

ochenta España sufre un desplome de<br />

su sociedad de trabajo y un aumento<br />

del poder político y económico de lo<br />

que llamábamos la oligarquía financiera,<br />

que son sobre todo los bancos. No<br />

olvidemos que en España los bancos<br />

son todavía hoy el único sector empresarial que permanece en<br />

manos de familias españolas. En los Consejos de Administración<br />

de los bancos españoles, y este es un fenómeno único en<br />

Europa, los paquetes accionariales están en manos de las familias<br />

y esas familias son las que llevan la voz cantante en los<br />

Consejos de Administración. En ese capitalismo de mánagers,<br />

de gestores, que gestionan el gran capital financiero a favor de<br />

la propiedad, son esos gestores los que acaban ocupando el poder<br />

en las grandes corporaciones financieras en otros países<br />

europeos y también en Estados Unidos, pero eso en España<br />

nunca se ha producido.<br />

Viejo Topo: ¿Y qué sucede después de esa derrota de la sociedad<br />

del trabajo?<br />

Armando Fernández Steinko: <strong>El</strong> Estado del Bienestar español<br />

se basa en mecanismos financieros, en atraer capital de forma<br />

especulativa del resto del mundo… como no hay sociedad del<br />

trabajo no se puede pagar un Estado del Bienestar de forma<br />

sostenible, no hay empleo para pagar todo eso que había que<br />

pagar en los años ochenta. Entonces, ¿qué hacen los gobiernos<br />

socialistas? Pues crean las condiciones monetarias para que el<br />

país se pueda endeudar con el resto del mundo… Genera un<br />

reforzamiento estratégico del sector bancario en los años<br />

ochenta. Y el endeudamiento de las familias fomenta una<br />

maximización del poder de las entidades financieras. Ahora,<br />

que se esté produciendo un hundimiento de hecho en los gran-<br />

<strong>El</strong> neoliberalismo ha conseguido<br />

fidelizar a una buena parte de<br />

las clases populares y de<br />

las clases medias.<br />

crisis<br />

des países que han protagonizado esta ola de crecimiento económico<br />

basado en la financiarización de la economía, es decir,<br />

Gran Bretaña y Estados Unidos, creo que abre una posibilidad<br />

histórica para debilitar un bloque de poder que es crónico en<br />

España desde los años del desarrollismo, que ganó la Transición<br />

a costa de la sociedad del trabajo y de la izquierda y que<br />

ahora está a la defensiva… Yo creo el gobierno socialista se<br />

siente obligado a defender ese bloque de poder y hay apuestas<br />

en el sentido de intentar privatizar sectores de la Seguridad<br />

Social, es decir, capitalizándola. Esto naturalmente, no pasa de<br />

ser un deseo, no es posible hacerlo ahora porque la Bolsa ya no<br />

crece como en el año 2000. Ya no es posible capitalizar las pensiones,<br />

lo cual sería una fuente de negocio impresionante para<br />

las instituciones financieras. Si decaen los bienes inmuebles<br />

como gran fuente de negocio y decae<br />

también el endeudamiento crónico como<br />

recurso para generar bienestar, el<br />

sistema financiero español junto con el<br />

anglosajón entrará en una etapa de crisis<br />

y de debilitamiento. Aquí se abren<br />

oportunidades de nuevas alianzas en<br />

torno al trabajo… no quiero decir con ello que estemos superando<br />

el capitalismo, pero nuevos bloques de poder son posibles<br />

porque el contrincante, lo que llamamos la oligarquía financiera,<br />

está debilitada y eso se puede aprovechar...<br />

Viejo Topo: A nivel global, en los últimos años la financiarización<br />

ha sido el gran método de acumulación capitalista. En ese<br />

marco que planteáis, teniendo en cuenta que el capitalismo<br />

todavía está manejando los resortes del poder, ¿hacia qué modelo<br />

de acumulación se va a tender?<br />

Manuel Monereo: <strong>El</strong> modelo estará muy marcado por elementos<br />

que están en juego y que configuran el nudo fuerte de la crisis.<br />

Que son al menos cuatro: Las políticas neoliberales, de un<br />

lado; el segundo, la caída del régimen financiero internacional,<br />

el modelo dólar-Wall Street; en tercer lugar, la financiarización<br />

como elemento central; y en cuarto lugar, y nudo central, la crisis<br />

de la hegemonía norteamericana. Lo que hace que la salida<br />

a la crisis mediante un nuevo modelo de acumulación tenga<br />

enormes dificultades es que la crisis tiene una dimensión geopolítica<br />

que no tuvieron las anteriores. Ahora, el problema está<br />

en que todas las medidas (neoliberalismo, financiarización,<br />

nuevo régimen financiero internaciona) que Estados Unidos<br />

puso sobre la mesa para impedir el cuestionamiento de su<br />

hegemonía hoy están en crisis, y están en crisis dentro de Estados<br />

Unidos. Lo decía antes Armando, la financiarización de<br />

la economía y las nuevas reglas o la carencia de reglas de los<br />

<strong>El</strong> Viejo Topo / 73


crisis<br />

años ochenta y noventa han generado crisis financieras recurrentes<br />

que han ido pasando desde la periferia hacia el centro.<br />

Hace diez años estalló la crisis de los llamados tigres asiáticos,<br />

luego fue la crisis rusa, luego se produjo una crisis en América<br />

Latina y después en el año 2001-2002 la de las punto.com. Es<br />

decir, ha habido crisis recurrentes que hacen que el nuevo<br />

modelo de acumulación capitalista a<br />

nivel mundial tenga que resolver el papel<br />

de la hegemonía norteamericana en todo<br />

el modelo, y por eso la crisis tiene una salida<br />

más compleja que las anteriores, porque<br />

el escenario ha quedado abierto y la<br />

salida va a depender también de otros jugadores que ya están<br />

entrando en escena.<br />

Viejo Topo: ¿Te refieres al G7?<br />

Manuel Monereo: Voy aún más allá. <strong>El</strong> G7 está formado por<br />

países que, como los llama un conocido autor peruano, son los<br />

Países Ricos Altamente Endeudados. Todos los países que se<br />

van a reunir en el G7, incluida España, tienen como característica<br />

estar altamente endeudados y depender de otros prestamistas,<br />

de acreedores que son China, Japón, Rusia, países del<br />

Medio Oriente… ellos son el verdadero G7. Son los acreedores<br />

de países que pretenden configurar de nuevo el mundo y eso<br />

no es posible. <strong>El</strong> modelo que surja ya no estará definido sin<br />

más por Estados Unidos. Y eso creo que le da a la política dimensiones<br />

nuevas, abre nuevas posibilidades y, como recientemente<br />

han ido planteando autores como Jacques Sapir, después<br />

del fracaso de la globalización neo-<br />

liberal se hace evidente la necesidad de<br />

una nueva visión del mundo, y se apuntan<br />

ya fenómenos tan importantes como<br />

el retorno de los Estados-nación, de las<br />

políticas reguladoras del Estado, el retorno<br />

de las políticas de demanda, la nueva<br />

economía que pasa de ser extravertida a introvertida y la cuestión<br />

del proteccionismo y el retorno al mercado interior… Es<br />

decir, estamos ante una nueva configuración geopolítica que<br />

se está jugando en la crisis económica, con el paso de la geoeconomía<br />

a la geopolítica. Por eso creo que no hay una salida<br />

económica a la crisis. Las salidas serán políticas, y en ellas tendrán<br />

mucho que ver China, India, Rusia y ciertamente muy poco<br />

Europa, la gran ausente, por la razón de que Europa no existe.<br />

Quien existe es Alemania, Francia, Italia… Pero Europa es<br />

un fracaso, y por cierto, se demuestra también que a pesar de<br />

la existencia de una crisis pavorosa en Estados Unidos, el valor<br />

de refugio económico sigue siendo el dólar norteamericano.<br />

74 / <strong>El</strong> Viejo Topo<br />

En España y en Europa<br />

lo que falta es el partido<br />

de oposición.<br />

Los bancos son todavía hoy<br />

el único sector empresarial que<br />

permanece en manos de<br />

familias españolas.<br />

No, como se podía esperar de la primera potencia económica<br />

–sobre el papel– del mundo que es la Unión Europea y el G7,<br />

que fuera el euro… La moneda es poder y en esta Unión<br />

Europea cuando se habla de poder de verdad cada cual se vuelve<br />

a su Estado… Y en ese mundo España no es nada.<br />

Armando Fernández Steinko: Antes de la<br />

crisis hubo un debate dentro de la izquierda<br />

sobre si el neoliberalismo era un orden<br />

estable, comparable al fordismo, o si era<br />

una especie de transición inestable que<br />

antes o después iba a entrar en crisis…<br />

Obviamente esta pregunta ya se ha resuelto, pero como principio<br />

general, pase lo que pase en el futuro, podemos hacernos la<br />

siguiente consideración: Solamente iremos a un orden económicamente<br />

estable, a un régimen de acumulación mundial<br />

mínimamente estable, que puede ser más o menos favorable al<br />

trabajo, si producción y consumo guardan una proporcionalidad.<br />

Ya no se puede basar el crecimiento en una sobreexplotación<br />

sin un aumento más o menos equivalente de los salarios<br />

en función del incremento de la productividad. Y esta proporcionalidad<br />

entre producción y consumo tiene una gran ventaja<br />

para el mundo del trabajo, porque los salarios son un arma<br />

política. Si la economía necesita que los salarios suban para no<br />

entrar en un proceso de crisis ininterrumpida como en la<br />

época neoliberal, el trabajo y la izquierda tienen esa carta en la<br />

manga. La carta que precisamente pudo robarnos el neoliberalismo.<br />

<strong>El</strong> neoliberalismo consiguió una cosa absolutamente<br />

mágica, que es crecer manteniendo deprimidos los salarios…<br />

eso terminó, esa cosa extraordinaria basa-<br />

da en los bajos salarios, el endeudamiento<br />

y la elasticidad del sistema financiero,<br />

ese experimento histórico ha terminado.<br />

Por lo menos es lo que sabemos hasta ahora,<br />

naturalmente no podemos saber qué<br />

va a pasar…<br />

Viejo Topo: ¿Y creéis que los sindicatos son conscientes de eso?<br />

Armando Fernández Steinko: No, no creo que sean muy conscientes,<br />

pero pueden entrar en un rápido proceso de rectificación,<br />

porque su subsistencia está en juego.<br />

Manuel Monereo: Lo que pone la crisis encima de la mesa es la<br />

crisis de la política. La otra cara de lo que ha dicho Armando es<br />

que la política de contención salarial y de incremento de los<br />

beneficios y de la especulación está unida a la crisis de la política<br />

como ética de lo colectivo, como acción colectiva. Y aquí es


donde aparece un fenómeno que<br />

hay que subrayar: la necesidad,<br />

para pensar la alternativa, de recomponer<br />

lo imaginario social.<br />

Una de las cosas más terribles de<br />

esta crisis de la política es la crisis<br />

de la relación entre los intelectuales<br />

críticos y los trabajadores, con la<br />

derrota espectacular que ha llevado<br />

a esto que se ha llamado el postmodernismo.<br />

Eso ha propiciado lo que<br />

es una de las claves de la derrota de<br />

la izquierda en Europa, el elitismo<br />

de los intelectuales, el desprecio de<br />

los intelectuales a la gente que trabaja,<br />

intelectuales metidos hasta el<br />

tuétano en el neoliberalismo y en<br />

este mundo de estructura consumista<br />

de la que hablaba el <strong>viejo</strong><br />

Passolini. La clave de bóveda es que<br />

para pensar la alternativa hay que<br />

recomponer lo imaginario social, las autorrepresentaciones de<br />

la sociedad y eso requiere a mi modo de ver cuatro o cinco<br />

cosas muy sencillas pero que rompen abiertamente con el<br />

paradigma postmoderno. Lo primero es identificar a los enemigos.<br />

Porque tenemos enemigos. Los trabajadores y el pueblo<br />

tienen enemigos: son la oligarquía financiera, inmobiliaria y<br />

mediática. Sin el poder de los medios de comunicación el neoliberalismo<br />

no hubiera funcionado. Hay que denunciar sistemáticamente<br />

que sin cortar el poder que esa minoría oligárquica,<br />

plutocrática tiene, no habrá salida. La segunda cuestión<br />

es decir que esta democracia no es una democracia. Esta es<br />

una democracia recortada, una democracia de apoyo a la oligarquía.<br />

Sin el apoyo de los políticos esta oligarquía no funcionaría,<br />

no se perpetuaría en el poder. Por eso la corrupción ha<br />

sido el fermento del actual modelo político-económico. La<br />

financiación ilegítima de los partidos, el enriquecimiento de<br />

los ayuntamientos, los diversos escándalos que estamos viendo,<br />

y los que veremos conforme vaya pasando la crisis… La<br />

corrupción ha sido el abono que ha perpetuado el modelo. En<br />

tercer lugar, una idea fundamental, que es que la izquierda ha<br />

ido muriendo en este proceso fundamentalmente porque en<br />

España y en Europa lo que falta es el partido de oposición. Lo<br />

decía Naredo en la Transición, y algunos no le hicimos caso, en<br />

un libro que se llama Por una oposición que se oponga… En<br />

Europa lo que falta es una oposición de verdad, una oposición<br />

a este modelo oligárquico que ha favorecido la integración<br />

europea y que ha favorecido la globalización neoliberal. Un<br />

crisis<br />

partido de oposición, y cuando hablo de partido hablo de algo<br />

grande donde quepan muchas cosas, pero que sea una oposición<br />

a este sistema de poder que nos ha estado mangoneando.<br />

Y por último algo fundamental. Todo eso no vale nada si no<br />

hay ejemplaridad. La gente no va a perdonar nunca a la izquierda<br />

que no sea coherente de sus valores… Se dice muchas<br />

veces “¿por qué la gente critica o pone en solfa a la izquierda<br />

cuando se corrompe y no pone en solfa a la derecha?” Pues<br />

porque lo de la derecha lo da por descontado. Ya lo sabe. Lo<br />

que es absurdo es que la izquierda no dé ejemplo moral, ejemplo<br />

ético y que no se convierta en campeona de la lucha por el<br />

trabajo, por los salarios dignos, y sobre todo que se aproveche<br />

para cambiar de estatus cuando llega a ser clase política. En<br />

muchos debates que ha habido en Italia últimamente la gente<br />

reprochaba que aquel era de izquierdas pero acababa ganando<br />

como diputado o cargo público como diez o quince veces<br />

el salario de un obrero. Es verdad que ganan mucho más los<br />

oligarcas y que los bonos de las grandes empresas son mu cho<br />

más grandes… efectivamente, eso es verdad. Pero si tú eres de<br />

izquierdas no puedes vivir la vida que lleva la burguesía, porque<br />

acabarás convirtiéndote en esa clase política que nunca<br />

se baja de su Audi. Esos son elementos que la crisis va a situar<br />

en primer plano. La política como compromiso ético y la<br />

ejemplaridad de los políticos que se llaman de izquierda. Porque<br />

detrás de la crisis de la política está la credibilidad de los<br />

políticos, y si no hay políticos creíbles nunca cuajará una<br />

alternativa■<br />

<strong>El</strong> Viejo Topo / 75

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