LA REFORMA RADICAL DEL SIGLO XVI - Casa Giordano Bruno

La Reforma Radical del Siglo XVI Alberto Araica, 2005
reunión del consejo católico en Toledo, reafirmó la religión católica como la base de la
unidad para su pueblo. San Isidoro, uno de los fundadores del imperio español, y heredero del
obispado de Sevilla, se propuso educar a los bárbaros, restituir la ley y el lenguaje de los
dominios eclesiásticos y políticos. Mediante su libro Origen de las Etimologías, restauró el
sentido del lenguaje. A través de sus recopilaciones del derecho romano, le dio a España una
ruta de continuidad jurídica. Dada la falta de capacidad de los reyes godos, esto permitió que
los obispos españoles se convirtieran en los verdaderos administradores del país. Isidoro
promovió la unidad de la iglesia y el Estado, pero no uno sobre el otro. El Estado debería
quedar subordinado a la iglesia en asuntos espirituales, y la iglesia al Estado en asuntos
seculares. Lo que nunca debería de existir era un “vacío de poder”, frase que en política se
usa muy comúnmente hoy en día para referirse a la “ingobernabilidad” que genera el
conflicto entre los poderes del Estado, no entre la iglesia y el Estado. Así que apunta Fuentes,
“Isidoro de Sevilla, salvó la cultura romana de España, cristianizó Roma, y europeizó a
España”.
La iglesia aprendió a gobernar y administrar el país, pero no pudo poner límites a las
atrocidades cometidas por los monarcas bárbaros. Las diversas tribus germánicas fueron
absorbidas progresivamente por una cristiandad que había establecido su capital en Roma. Sin
embargo, el Islam había conquistado Egipto ochos años después de la muerte del profeta
Mahoma, expulsando a los bizantinos del centro de África y asentándose en Cartago allá por
el año 698. En el 711, exactamente un siglo después de que el profeta inició la propagación
de su fe, el Islam llegó a las riberas del sur de Europa, invadiendo la España de los cristianos
y bárbaros visigodos. Rodrigo, el último rey visigodo, fue vencido por los moros en Guadelete
después de ocho dias sangrientos, cediendo la península ibérica al Islam donde
permanecieron durante 800 años. Durante todo el tiempo, entre el 711 y el 1492, árabes y
cristianos tuvieron que aprender a convivir, batallando pero mezclándose, intercambiando
cultura, lenguaje, sabiduría, y religiosidad. Su presencia durante más de ocho siglos en
España, dio origen a una rica experiencia bicultural única en todo el continente europeo. A
veces es más fácil o menos difícil la convivencia entre culturas opuestas o creencias religiosas
adversas que entre los mismos feligreses. En nuestros días se hace muchas veces difícil la
convivencia aún entre hermanos cristianos pero de denominaciones distintas.
La división entre los fieles cristianos y los infieles musulmanes no era del todo clara, dando
lugar a una mezcla religiosa muy plural, entre los que puedo mencionar a los mozárabes,
cristianos que adoptaron la cultura musulmana, los mudéjares, que eran moros que vivían
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