Fútbol. Saque de banda - TecnicosFutbol.com

Dejar Jugar
EL fútbol es ante todo un juego y es
lógico decir que sólo jugando se ve
fútbol, se actualiza el fútbol, se brinda
espectáculo, se realizan los jugadores
en su profesión, y, en una palabra, se
confirma que el fútbol es uno de los
grandes deportes de nuestro tiempo.
Pero hay que jugar y hay que dejar
j u g a r. Me explico.
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El recurso de los jugadores mediocres,
para superar o anular a su oponente,
estriba en la violencia, según
múltiples variantes, y en la interrupción
frecuente del juego mediante faltas que
sin revestir el carácter de graves corta
continuamente el ritmo del juego y perjudican
notablemente al equipo que
está desarrollando el juego mejor. La
respuesta, por el contrario, de los mejores
equipos o de los mejores jugadores
está en manifestar la amplia gama de
gestos técnicos sobresalientes de que
están dotados. Y en este enfrentamiento,
calidad técnica opuesta a rudimentos
técnicos apoyados en lo «extradeportivo»
radica gran parte del espectáculo, a
veces deprimente, que hemos contemplado
en este mundial.
O dejamos, reglamentariamente,
que los mejores exhiban su juego, reteniendo
a los equipos oponentes en el
marco legal del fútbol, o contribuiremos
a que el fútbol se degrade progresivamente.
Los jugadores buenos, en este
último supuesto, se reservarán ante las
tarascadas continuas que sus opositores
les lanzan y nos mostrarán con
cuentagotas su sabiduría futbolística.
No estamos defendiendo libertad
absoluta de acción para los mejores,
como si todos tuvieran que abrirles paso
hacia la portería contraria. Ni mucho
menos. Tampoco lo quieren los buenos
jugadores, puesto que en este caso no
tendría mérito alguno lo que realizaran.
Hay que legitimar la oposición recia,
contundente, adecuada y técnica, que
también en la defensa se perciben magníficos
momentos de calidad futbolística
extraordinaria. Pero todo esto sin golpea
r, sin marcar a fuego al contrario, sin
atropellarle, sin provocar las continuas
interrupciones de juego que rompen el
fluir del fútbol y destrozan la concentración
de los jugadores. Pensar que para
ser buen jugador de fútbol, además de
unas cualidades buenas técnicas personales,
hay que ser un experto fugitivo de
las malas artes del oponente, es como
para decidirse a gritar a todos los responsables
del fútbol a una convocatoria
de huelga en pro de la aplicación más
coherente del reglamento.
Necesitamos a los mejores en el fútbol,
necesitamos su técnica, necesitamos
su espectáculo, los necesitamos
para que el fútbol siga concitando en su
entorno la respuesta maravillada y emocionada
de millones de aficionados. No
necesitamos, para nada, a los reventadores
del fútbol.