08.05.2013 Views

Antologia de Narrativa.indd - Asociación de Escritores de Mérida

Antologia de Narrativa.indd - Asociación de Escritores de Mérida

Antologia de Narrativa.indd - Asociación de Escritores de Mérida

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

diálogo interrumpido en Guatemala o Méjico en los tiempos <strong>de</strong>l<br />

cuartito <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la pensión chapina y los asados a orillas<br />

<strong>de</strong>l Amatitlán, cuando solo era un pálido muchacho envuelto en<br />

una lustrosa chaqueta <strong>de</strong> gamuza marrón. Un muchacho tremendo<br />

que lo atravesaba a una con su mirada y su silencio, para soltarle<br />

luego, entre dos chupadas <strong>de</strong> mate. –»Te vas a volver vieja soñando,<br />

hipotecada a cosas que te imponen los <strong>de</strong>más. Tenés miedo <strong>de</strong> tener<br />

miedo. Los vas a ver, te vas a acordar <strong>de</strong> mí, se van a mor<strong>de</strong>r las<br />

promesas, los i<strong>de</strong>ales...»<br />

Y así fue, lo supe mucho antes <strong>de</strong> lo previsto y si bien ya<br />

no estaba hipotecada a una esperanza vana, me había vuelto vieja<br />

para estrenar la fuerza <strong>de</strong> no tener miedo <strong>de</strong> tener miedo.<br />

Por eso, como muchos otros, cuando veo regada por los<br />

caminos <strong>de</strong>l mundo la imagen <strong>de</strong>l muchacho que un día se llamó<br />

Ernesto, cuando entiendo que nunca <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser el muchacho<br />

caviloso que oía a Beethoven, bajo la cabeza avergonzada <strong>de</strong> haber<br />

vivido sólo para mostrar jirones <strong>de</strong> recuerdos <strong>de</strong> un tiempo que<br />

se perdió en vano, pero que él usó para dispararse en línea recta,<br />

hacia la muerte, hacia la historia.<br />

(…)<br />

La FAO había aceptado la proposición <strong>de</strong> mi marido y<br />

estaba contratado. Nuestro nuevo <strong>de</strong>stino era Honduras. Estando<br />

en Guatemala habíamos visitado a El Salvador, para ese entonces<br />

un país muy laborioso en el cual los cafetales lucían como jardines<br />

y la gente se movía a un ritmo distinto. Estaba tan <strong>de</strong>nsamente<br />

poblado y eran tan activos los salvadoreños que parecía que se<br />

iban a <strong>de</strong>sbordar por los límites <strong>de</strong>l mapa. (…) Nos llegó un<br />

cable <strong>de</strong> la FAO. Debíamos ir a Ecuador, era el año 1954, pronto<br />

estaríamos en América <strong>de</strong>l Sur. A mi me faltaba conocer Costa<br />

Rica, Nicaragua y Haití y sabía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ya, que algún día tendría esa<br />

oportunidad. De Guatemala llegaron noticias. Los venezolanos<br />

se habían dispersado por Cuba y Méjico.<br />

85

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!