El Programa de Fiestas - Torralba de Calatrava

dando parte de la ermita en término
de Torralba.
El impacto de la aparición
debió ser enorme en los pueblos
cercanos, surgiendo rápidamente
una gran devoción a la Virgen de
las Cruces. El concejo o ayuntamiento
y los vecinos de Torralba
hicieron voto, es decir, promesa,
de ir siempre en procesión o romería
a Nuestra Señora de las
Cruces, el día de la Ascensión.
Imaginaos a todo el pueblo
de Torralba yendo a la romería
de Nuestra Señora por el camino
de las Cruces, con los alcaldes,
regidores y alguacil dirigiendo la
comitiva de la gente, unos caminando,
otros en carro, caballo o
borrico con sus albardas, porque
había que llevar víveres y todo
tipo de enseres para estar en el
campo, ya que la noche anterior
a la festividad se celebraba la vela
o vigilia, costumbre medieval,
que la mayoría de las veces se
convertía en una fi esta nocturna,
teniendo que actuar en muchas
ocasiones el alguacil y los alcaldes
para controlar la situación y
pacifi car los ánimos.
La Iglesia prohibió las velas
y vigilias que se hacían de noche
en iglesias y ermitas, porque según
la sinodal del arzobispo de
Toledo que las prohibía, en las
velas y vigilias sucedía lo siguiente:
“Por quanto en las vigilias de
los sanctos, muchos, ansi varones como
mugeres, clerigos y legos, vienen a velar
en las iglesias de noche. Y por que avemos
entendido que so titulo de devocion,
se cometen en ellas muchas ofensas de
Dios. Y demas de esto, que hacen muchos
beberes y comeres superfl uos, y se
dizen muchos cantares seglares, y se
hazen danças y otras cosas inhonestas,
en donde se siguen muchos escandalos y
pecados…”
A pesar de las prohibiciones,
las velas y vigilias se siguieron
haciendo.
El reparto de las tierras de
Barajas entre Torralba y Daimiel
ocasionó numerosos pleitos. En
uno de ellos se intentó acordar,
quiénes podrían establecer el orden
y hacer cumplir la ley en el
santuario de Nuestra Señora de
las Cruces y sus alrededores.
El concejo de Torralba edifi
có en el santuario una casa, conocida
como la “casa de Torralba”,
para albergar al concejo y a
otras personas en las romerías. El
ayuntamiento torralbeño pagaba
el “gasto”, es decir, la comida y
bebida de la gente que iba a la
romería de las Cruces, con el dinero
de los “propios” o bienes comunales
de Torralba. Solían gastar
en dicha romería unos 4000 o
5000 maravedíes.
Las disputas entre los ayuntamientos
de Daimiel y Torralba
por la romería a Nuestra Señora
de las Cruces fueron en aumento,
hasta tal punto, que en el siglo
XVII, los torralbeños dejaron de
cumplir el voto que tenían de ir
en procesión a las Cruces, des-
apareciendo así una hermosa
tradición y la que había sido la
primera romería y peregrinación
colectiva de los habitantes de Torralba.
Aquella romería era, sin
lugar a dudas, una gran fi esta.
Tras este avance en el tiempo,
tenemos que retroceder a la
Torralba del siglo XV.
A fi nes del siglo XV se fundaron
en Torralba las primeras
cofradías, lo que daría lugar a
nuevas fi estas, porque la celebración
del patrón o patrona de cada
cofradía, se convertía en fi esta
para todo el pueblo, que entonces
era muy pequeño, aproximadamente
entre 300 y/o 400 habitantes.
Las fi estas de las primeras
cofradías fueron estableciendo el
ciclo de celebraciones de las distintas
estaciones del año, siguiendo
el calendario de los trabajos
del campo.
En primer lugar hablaré de
las fi estas de invierno. La primera
era la de la cofradía de Nuestra
Señora de la Concepción, el 8 de
Diciembre, día de la Inmaculada
Concepción. Esta fi esta, próxima
a la Navidad, era la más importante
del invierno.
Los cofrades de Nuestra
Señora de la Concepción edifi -
caron una ermita en el solar del
antiguo castillo medieval, aprovechando
una de sus murallas.
Como era costumbre en
aquella época, los cofrades y devotos
de Nuestra Señora de la
Feria y Fiestas en honor del Santísimo Cristo del Consuelo 25