Sesión Ordinaria del 02-12-09 - Auditoría General de la Nación

El problema que se nos presenta es que, en general, la regla establecida por
nosotros –y creo que en general por los organismos oficiales- es que en el supuesto
de que llegue una denuncia anónima se pide que ésta se formalice, porque de lo
contrario no hay una articulación jurídica, no hay una identidad de la persona. Sin
embargo, hay una normativa nacional e internacional que prevé la posibilidad de que
aun cuando una denuncia sea anónima pueda ser considerada por la administración.
Esto es un principio general, donde incluso hay cláusulas de convenios
internacionales que prevén “aun cuando las denuncias puedan ser anónimas”.
En la práctica nos encontramos con que la mayoría de las denuncias
anónimas no tienen para nosotros ninguna entidad en materia de la actividad
específica que realizamos, que es precisamente una labor científica y concreta de
auditoría. Por lo cual, generalmente, luego de haber pedido en reiteradas
oportunidades que quien hace una denuncia anónima se acredite y la haga
debidamente, para que pueda ser tramitada dentro de la Auditoría, cuando ello no
acontece la decisión generalmente es el archivo, y el archivo en función de las
circunstancias de que no surge ninguna causal excepcional como para que el
Colegio pueda disponer y decir “No, mire, aquí se justifica una excepción, y por lo
tanto, se habilita la posibilidad de que el Colegio decida examinarla o, en todo caso,
enviarla a alguna de las distintas áreas, simplemente como antecedente de la
solicitud”.
Pasa también que aun las presentaciones que vienen escritas y debidamente
realizadas a través de la Mesa de Entradas, en general no aportan muchos
elementos. Pero si aportaran alguno, la única decisión que se toma es la de enviarla
precisamente a la comisión respectiva, a efectos de que la comisión, en el momento
adecuado, pueda examinarla, tenerla como antecedente y evaluar o compulsar la
importancia que puede tener.
En este caso, entiendo que la propuesta que ha venido de acuerdo con el
reglamento, tiene que ver con que de alguna manera el Colegio en general no quiso
asumir históricamente, en cada una de las presentaciones que se hacían, la
responsabilidad de tomar la decisión él mismo sobre la viabilidad y el destino de las
presentaciones. Estableció entonces un reglamento por el cual primero se lo confió a
las comisiones, y eran las comisiones las que de alguna manera determinaban.
Luego venían...
Sr. Fernández.- Señor Presidente: para que sepa quién es...
Sr. Presidente (Despouy).- Ahora vamos.
Sr. Fernández.- Es un paso de frontera.
Firmado: Dr. Leandro Despouy, Dr. Vicente Brusca, Ctdora. Vilma Castillo, Dr.
Francisco Fernández, Dr. Oscar Lamberto, Dr. Alejandro Nieva, Dr. Horacio Pernasetti 45