NORMA-NEWS 36 - Puertas Norma

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TURISMO
La Casona de Navaleno
Un nuevo Centro De Turismo Rural
ha abierto sus puertas en Navaleno
con la oferta de alojamientos para los
visitantes y un gym que da servicio
deportivo diario a la gente de la zona
Navaleno ha incorporado nuevos
servicios con la apertura del Centro de
Turismo Rural La Casona de Navaleno,
unas instalaciones que sirven como
alojamiento para los visitantes y que a
la vez permiten la práctica del deporte
en el nuevo gym, abierto al público de
la zona. El estreno de las instalaciones
se ha llevado a cabo en esta temporada
de otoño y sus distintos servicios
están contando con gran aceptación
por parte de vecinos y turistas.
El Centro, ubicado junto a la calle
Cañada Real (antes Subida al Raso),
y cerca de la travesía, cuenta con unos
800 metros cuadrados repartidos en
planta principal, primera, bajocubierta
y sótano, e incluye espacios de uso
personal para los regentes, Eva María
Andrés Barrio y Pedro Fernández Herrero,
que junto con Jesús Javier Andrés
Barrio, integran la Sociedad La
Casona de Navaleno.
El establecimiento dispone de seis
habitaciones, tres de ellas triples, un
amplio salón-comedor, cocina y sala de
usos múltiples en la buhardilla. Combina
piedra y madera, dos de los materiales
imprescindibles en las casas
pinariegas. Lucen en la Casa unas originales
escaleras de forja y chimeneas
y brasa que aportan a La Casona calidez
y sabor tradicional.
Contrasta su incorporación de elementos
con sabor añejo con el colorido
de paredes y suelos, innovación en
sus lámparas y una cuidada decoración
que tiene como integrante principal
parte de la obra pictórica de Gloria
Rubio. Dispone de ascensor para aliviar
la subida entre plantas, y un pequeño
garaje al que se accede por una
rampa ubicada junto al jardín de la
Casa.
Cada habitación es distinta. La de
tonos marrones, la tierra entre el más
oscuro, casi chocolate, al más claro y
difuminado; la amarilla, la del sol, que
combina en colcha y cortinas con tonos
anaranjados; la azul, cielo y mar,
mezclado con el blanco esperanza; la
ocre y tonos otoñales, entre el negro y
la luz que llega del jardín; la roja con su
tronera y cristaleras y el equilibrio entre
el trazado recto y la imperfección; y la
verde, cobijada bajo la madera clara y
con su sala integrada en el espacio.
“¡Qué cosa más bonita!”, “¡Qué original¡”,
“¡Cómo se os ha ocurrido esto¡”,
son frases que se dejan oír en la estancia
tras las primeras semanas de
apertura. Un grupo de la población
madrileña de Aldealpardo, gentes de
Pamplona, Salamanca, Segovia, Zaragoza
y Madrid han sido los primeros
visitantes de este nuevo alojamiento.
Sus destinos preferidos: La Laguna
Negra y Vinuesa, el Cañón de Río Lo-