Gratis - Ayesha Libros

Santiago Carlos Oves Buenos Aires 2213 - 146
Cuando la señora Malena entró por primera vez en mi casa
no imaginé ni remotamente que su presencia iba a influir en
mis obsesiones posteriores. Era una mujer amable de mirada
profunda y voz tranquila que se ocupaba de tirarle las cartas
a mi madre por lo menos una vez por semana. No le presté
atención hasta que me enteré por boca de mi madre que se
trataba de una pitonisa (aunque mi padre la llamaba bruja).
Fue cuando corrí hasta mi cuarto y busqué en el diccionario
aquella palabra que me sonaba tan atractiva como antigua y
cuyo significado me llevó a pensar que esa señora era alguien
con la facultad de viajar mentalmente hacia el futuro, como
los remolinos de viento.
Desde aquel momento me dejé llevar por la fascinación que
me producían sus visitas. Comencé a escuchar a escondidas
por detrás de la puerta del comedor las predicciones que le
demandaba mi madre y así pude percibir aquel clima de
sugestión que se desprendía de cada una de sus palabras. Más