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archiVerO<br />
por Roberto Fiesco<br />
Juan miranda<br />
Uno <strong>de</strong> mis primeros recuerdos <strong>de</strong> infancia en Tampico es ver a<br />
la tía Olga cosiendo, mientras su hija Romi <strong>de</strong>voraba un ejemplar <strong>de</strong> la<br />
fotonovela Capricho. En nuestra casa esas revistas estaban prohibidas<br />
porque “no eran para niños y en cambio eran para gente baja”. A mí<br />
no me interesaban mayormente porque no tenían colores como las<br />
historietas <strong>de</strong> Editorial Novaro, así que me resistí siempre al género<br />
y su extinción no me quitó el sueño. Sin embargo, ayer mi amigo Juan<br />
Carlos —<strong>de</strong>l bazar <strong>de</strong>l parque Pushkin— tenía en su puesto este ejemplar<br />
<strong>de</strong> Novelas <strong>de</strong> amor, una fotonovela semanal <strong>de</strong> 1965, en cuya portada<br />
aparece en un retrato pintado, Alfonso Torres Chousal, para entonces<br />
Mr. México amateur en 1963 y dos años <strong>de</strong>spués Mr. también en la categoría<br />
<strong>de</strong> profesionales, e incluso cuarto lugar en el Mr. Universo <strong>de</strong>l 66.<br />
El capítulo don<strong>de</strong> aparece Alfonso se llama Un sueño irrealizable, y el<br />
joven aparece ahí como el criado recién llegado <strong>de</strong> un pintor paralítico,<br />
que al ver sus proporciones “helenísticas” le pi<strong>de</strong> que pose para él. El<br />
artista plástico tiene una esposa muy joven con la que nunca consumó<br />
el matrimonio, y pronto el forzudo se enamora <strong>de</strong> ella, pero al ver la<br />
imposibilidad <strong>de</strong> su amor <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> abandonar su trabajo. Cuando va<br />
a <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong> su patrón, éste se ha jalado al monte, don<strong>de</strong> habrá <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>speñarse <strong>de</strong> un barranco con todo y silla <strong>de</strong> ruedas para no estorbar<br />
a la joven pareja, que no podrá acabar junta porque “aquel amor nunca<br />
dicho quedaba <strong>de</strong>finitivamente envenenado por lo que había ocurrido”.<br />
<strong>La</strong> historia, dirigida por Manuel <strong>de</strong> <strong>La</strong>nda (una <strong>de</strong> las leyendas <strong>de</strong>l<br />
género), no es más que un pretexto para que Torres se encuere y muestre<br />
su espectacular físico cada dos páginas en su calidad <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lo, o<br />
mientras cumple sus labores <strong>de</strong> sirviente cortando y cargando leña.<br />
Sin embargo, ese entrenamiento dramático —y más probablemente su<br />
fotogenia— lo llevarían a <strong>de</strong>butar ese mismo año en el cine obteniendo<br />
el último papel en Cuernavaca en primavera, al cual le seguirían películas<br />
con el Santo y Mil Máscaras, y a partir <strong>de</strong> El hombre <strong>de</strong> negro, en 1967,<br />
también un nuevo nombre: Juan Miranda, con el que realizaría casi<br />
una veintena <strong>de</strong> películas, entre las más recordadas, El Tunco Maclovio,<br />
Juan el <strong>de</strong>salmado y <strong>La</strong> sangre enemiga, don<strong>de</strong> luce unos pectorales más<br />
sobresalientes que los <strong>de</strong> Meche Carreño. Miranda vino a sumarse a la<br />
cuota <strong>de</strong> galanes surgidos <strong>de</strong>l fisicoculturismo, en la mejor tradición<br />
<strong>de</strong> actores como Steve Reeves y sus héroes <strong>de</strong> peplum, o los tarzanes<br />
tipo Gordon Scott, <strong>de</strong>scamisados a la menor provocación y poseedores<br />
<strong>de</strong> condiciones actorales en <strong>de</strong>sarrollo.<br />
digital por JAVP<br />
the <strong>de</strong>ep Blue Sea<br />
(Gran Bretaña, 2011) <strong>de</strong><br />
Terence Davies.<br />
Una mujer que lleva<br />
una vida privilegiada en<br />
Londres como la esposa<br />
<strong>de</strong> un juez <strong>de</strong>l Tribunal<br />
Supremo asombra a todos cuando abandona<br />
a su marido para irse a vivir con<br />
un joven ex piloto <strong>de</strong> la Fuerza Aérea <strong>de</strong>l<br />
cual se ha enamorado. El cineasta Terence<br />
Davies (Voces distantes, aún vivas) lleva al<br />
cine una pieza teatral <strong>de</strong> Terence Rattigan<br />
para recrear los difíciles tiempos <strong>de</strong><br />
la Inglaterra <strong>de</strong> posguerra, cuyos fatídicos<br />
efectos se reflejan en el triángulo amoroso<br />
entre sus protagonistas, encabezado por<br />
la bella Rachel Weisz.<br />
music box films<br />
el VengadOr <strong>de</strong>l futurO<br />
(Estados Unidos, 1990)<br />
<strong>de</strong> Paul Verhoeven.<br />
En un futuro no muy<br />
lejano, un <strong>de</strong>safortunado<br />
acci<strong>de</strong>nte hace<br />
que un terrícola consumidor<br />
<strong>de</strong> “vacaciones<br />
virtuales”sea inoculado<br />
con los recuerdos <strong>de</strong><br />
un revolucionario que<br />
lucha por la liberación <strong>de</strong>l planeta Marte. El<br />
holandés Paul Verhoeven inyecta a esta ultraviolenta<br />
adaptación <strong>de</strong> un relato <strong>de</strong> Philip K.<br />
Dick toda su mala leche en cuanto a su pesimista<br />
visión <strong>de</strong>l futuro y la condición humana.<br />
Para orgullo nacional, el filme fue realizado en<br />
los Estudios Churubusco y otras locaciones<br />
chilangas.<br />
En 1978 recibió la noticia <strong>de</strong> que tenía cáncer en el cerebro, por lo<br />
que se alejó <strong>de</strong> la farándula y se volvió un cristiano fervoroso tras una<br />
milagrosa curación. Abandonó los placeres terrenos, regaló sus bienes<br />
y se <strong>de</strong>dicó hasta su muerte, hace un par <strong>de</strong> años, a predicar por todo<br />
México y a cantar alabanzas con música ranchera. Nunca regresó y el<br />
cine perdió a su mejor beefcake. No es que fuera mal actor, sencillamente<br />
su presencia <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> ser interesante en cuanto se movía y hablaba,<br />
lo cual no ocurre con la contemplación <strong>de</strong> cualquier fotografía suya,<br />
enormemente sugerente y erótica, porque hay algo en su cuerpo que<br />
lo distingue <strong>de</strong>l montonal <strong>de</strong> musculosos, quizá una cierta inocencia<br />
en su rostro <strong>de</strong> niño que contrasta con el cuerpo trabajado (¡trabajadísimo!)<br />
<strong>de</strong> adulto. Por eso la fotonovela, que es una especie <strong>de</strong> cine<br />
estático, le va tan bien, y —como yo— ese pintorcillo <strong>de</strong> pipa no pue<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> contemplarlo.<br />
Lions Gate entertainment<br />
fOreVer Marilyn<br />
(1955-1962) <strong>de</strong> varios<br />
directores.<br />
Conmemorando el 50<br />
aniversario luctuoso<br />
<strong>de</strong> Marilyn Monroe,<br />
el símbolo sexual más<br />
notable creado por el cine, 20th Century Fox<br />
lanza al mercado esta colección con siete<br />
películas en formato Blu-ray que reúnen<br />
algunos <strong>de</strong> los momentos más célebres <strong>de</strong><br />
la actriz. Si bien se incluyen clásicos infaltables<br />
como <strong>La</strong> comezón <strong>de</strong>l séptimo año (1955),<br />
se extraña la ausencia <strong>de</strong> Niágara (1953) y<br />
Nunca fui santa (1956), filmes imprescindibles<br />
para compren<strong>de</strong>r la sensualidad y<br />
sutileza interpretativa <strong>de</strong> Marilyn. Ni modo.<br />
20th century fox Home entertainment<br />
www.frente.com.mx | FRENTE <strong>de</strong>l 16 al 22 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2012 | ciNe | 25<br />
cinefernalia por José Antonio Valdés Peña<br />
HISTORIA(S)<br />
DEL CINE:<br />
CASSAVETEANDO<br />
(pARTE 1)<br />
Con un presupuesto ridículo para los estándares<br />
<strong>de</strong> la gran maquinaria hollywoo<strong>de</strong>nse,<br />
John Cassavetes abrió una sinuosa trinchera<br />
en el cine norteamericano: la <strong>de</strong> la<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia creativa, la <strong>de</strong>l cine guerrillero,<br />
la <strong>de</strong> las películas rabiosamente personales<br />
que sólo respon<strong>de</strong>n a la conciencia<br />
<strong>de</strong> su realizador.<br />
Actor <strong>de</strong> formación, Cassavetes reunió<br />
los ahorros conseguidos por sus participaciones<br />
en series televisivas como Peter<br />
Gunn y otras para filmar Sombras (1959).<br />
Cuarenta mil dólares <strong>de</strong> presupuesto,<br />
muchos amigos involucrados y un rodaje a<br />
largo plazo fueron el presupuesto y las condiciones<br />
bajo las cuales se filmó la cinta, en<br />
la que una familia <strong>de</strong> raza negra se enfrenta<br />
a la marginación racial en distintos niveles,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo laboral hasta lo amoroso.<br />
Cineasta obsesionado con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
la necesidad <strong>de</strong> amar y las consecuencias<br />
catastróficas <strong>de</strong> no hacerlo, Cassavetes se<br />
valió <strong>de</strong> las calles mismas <strong>de</strong> Nueva York,<br />
siempre evitando los clichés turísticos;<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l jazz y un marcado gusto por<br />
la bohemia existencialista, para enmarcar<br />
a la perfección la vida <strong>de</strong> sus protagonistas,<br />
seres que entran y salen <strong>de</strong> las sombras <strong>de</strong><br />
la urbe <strong>de</strong> hierro sin rumbo alguno, entregados<br />
a una vida sin sentido. Des<strong>de</strong> éste,<br />
su primer rodaje, Cassavetes planteó su<br />
método <strong>de</strong> trabajo. <strong>La</strong> inmediatez casi<br />
insoportable que su cine siempre enarboló,<br />
surge <strong>de</strong> la forma en la cual él y sus actores<br />
conformaban las escenas, planteando el<br />
director una situación sobre la que se<br />
construía el edificio dramático por entero.<br />
Ajenos a cualquier noción <strong>de</strong> glamour, los<br />
intérpretes lograban emociones que un<br />
guión pocas veces podría crear.<br />
Sombras (1959) fue el inicio <strong>de</strong><br />
la carrera excepcional <strong>de</strong> un forajido <strong>de</strong> la<br />
fama y la fortuna, que utilizaría sus propios<br />
recursos para producir una obra fílmica<br />
profundamente personal e irrepetible. Una<br />
obra que marcaría la vocación cinematográfica<br />
<strong>de</strong> un maestro <strong>de</strong>l cine como Martin<br />
Scorsese. El cine in<strong>de</strong>pendiente norteamericano<br />
nacía a tambor batiente y ya no había<br />
cómo <strong>de</strong>tenerlo. (Continuará…)