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Miscelanenas_No4_2012

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INTRAMUROS<br />

Una familia desesperada<br />

Fundación Madre, Familia y Futuro<br />

Juan Carlos Díaz Fonseca de 45<br />

años de edad, está contagiado de<br />

SIDA desde 1999; padece entre<br />

otras enfermedades de esofagitis<br />

aguda y desgaste en los huesos. Él<br />

vivía en un contenedor situado en<br />

Las Pelas, entre Barrera y Tarará,<br />

Camino Minas del Petróleo, Guanabacoa,<br />

La Habana. Allí “residía”<br />

con su familia, integrada por su<br />

esposa Judith Muñíz Peraza de 37<br />

años y los hijos de ésta, Yorlandis<br />

Muñíz Peraza de 16 años y Leydi<br />

Durán Muñíz de 14, epiléptica con<br />

ataques frecuentes y con retraso<br />

mental, y dos hijos más que<br />

abandonaron ilegalmente el país en<br />

fecha reciente.<br />

En una visita de funcionarios de<br />

Bienestar Social éstos decidieron<br />

otorgarle una chequera de 285,00<br />

cup y una inhabitable vivienda<br />

para que la reparara por sus<br />

propios medios; pero sin ningún<br />

documento que le permitiera hacer<br />

gestiones. Cuando en mayo de<br />

2007, la Dirección Municipal de la<br />

vivienda le entregó el local situado<br />

en Apodaca # 335 entre Lebredo<br />

y Cadena, en Guanabacoa, solo<br />

llamó como testigo al presidente<br />

del CDR y coordinador de la Zona,<br />

nombrado Ángel González Valdés,<br />

quien afirmó en un escrito del 16<br />

de junio de 2010, que en esa ocasión<br />

planteó su desacuerdo con la<br />

28<br />

entrega de un local tan ruinoso, pero<br />

le contestaron que esa era la casa que<br />

le correspondía a esa familia.<br />

Al cabo de 3 años, en mayo de<br />

2010, Bienestar Social le canceló la<br />

chequera a Juan Carlos, y después<br />

de mucho quejarse, cuando le<br />

fue devuelta le habían rebajado el<br />

monto a cobrar a 147,00 cup y le<br />

informaron que tenía que ir al Banco<br />

a realizar un contrato para el<br />

pago de los efectos electrodomésticos<br />

que adeudaba. Por ese motivo<br />

debe pagar 66,00 cup mensuales<br />

y adeuda actualmente 6 meses de<br />

pago, unos 400 pesos. Tiene que<br />

estar más de 4 meses sin hacer uso<br />

de los 81 cup que le quedan mensualmente,<br />

para liquidar la deuda.<br />

Un dictamen médico de 8 de<br />

julio de 2010, firmado por el Dr.<br />

Jorge Medina LLeres, de Medicina<br />

del Trabajo y la Dra. González<br />

Michelena Claro de la Comisión<br />

Provincial de Peritaje, ambos del<br />

Ministerio de Salud Pública, lo<br />

declaró con severa discapacidad<br />

por el deterioro de su estado general<br />

y del sistema inmunológico<br />

causado por el SIDA, con presencia<br />

de gérmenes oportunistas, cuadro<br />

diarreico crónico, febrícula<br />

vespertina y mucosas ligeramente<br />

hipocoloreadas. El médico de su<br />

policlínico, Dr. Manuel Ortiz Hernández,<br />

le ha dicho, que debido a<br />

sus enfermedades no puede laborar<br />

para no precipitar lo limitado de<br />

su tiempo de vida, e igualmente en<br />

un certificado médico de junio de<br />

2010 lo declaró incapacitado para<br />

el trabajo. El tratamiento médico<br />

para el SIDA no le asienta, ya que<br />

le produce mucha acidez debido a<br />

la esofagitis, y se lo suspendieron.<br />

El médico quedó en recetarle el<br />

tratamiento adecuado.<br />

El jueves 16 e agosto lo enviaron<br />

al IPK (Instituto Pedro Kourí) para<br />

hacerle los análisis para un nuevo<br />

tratamiento médico, pero no había<br />

agua en el laboratorio y lo remitieron<br />

al Policlínico Docente Julio<br />

Antonio Mella de Guanabacoa. El<br />

médico, al apreciar el atraso en los<br />

resultados de las investigaciones,<br />

le dijo que tenía que retomar los<br />

medicamentos ya indicados por<br />

las malas condiciones en que se<br />

encontraba, aunque le produjeran<br />

daños estomacales.<br />

Este cuadro de poca salud, se ve<br />

afectado porque al no tener propiedad<br />

de la casa, no pueden acceder<br />

a la libreta de racionamiento, que<br />

lleva implícita la dieta alimentaria<br />

por su estado y también la legalización<br />

de un carné de identidad en<br />

el lugar, que en algún momento le<br />

permitiría hacer algunas reparaciones<br />

en la maltrecha vivienda.<br />

Juan Carlos ha escrito al<br />

gobierno de Guanabacoa, al<br />

Partido y al Instituto de la Vivienda<br />

para obtener esta propiedad,<br />

sin resultado alguno. Escribió al<br />

Consejo de Estado en junio de<br />

2002 y la respuesta que recibió de<br />

René Montes de Oca Ruiz, jefe del<br />

Dpto. de Atención a la Población,<br />

en aquel entonces, fue que aunque<br />

comprendía sus razones, era la<br />

Dirección Municipal de la vivienda<br />

la que tenía que resolver el caso.<br />

Este mismo funcionario cuando<br />

Juan Carlos se quejó del maltrato<br />

recibido en la Dirección Municipal<br />

de la Vivienda, le respondió el<br />

25 de junio de 2003 en similares<br />

términos, haciendo caso omiso al<br />

descontento presentado.<br />

La delegada de su circunscripción,<br />

Marlen Carrió Quintana,<br />

afirmó en carta del 16 de junio<br />

de 2010, que la vivienda estaba<br />

en pésimas condiciones, que era<br />

inhabitable, que al otorgarla no se<br />

tuvieron en cuenta las condiciones<br />

del núcleo que la recibió, y pidió<br />

cooperación para su solución.<br />

Por otra parte la hija menor,<br />

Leydi, además de retraso mental,<br />

padece de ataques de epilepsia desde<br />

los tres meses de nacida, para<br />

lo cual tiene un tratamiento que le<br />

suspenden cuando cesan temporalmente<br />

los ataques y en la actualidad<br />

carece de método. Repitió el<br />

séptimo grado<br />

en una escuela<br />

especial debido<br />

a los ataque de<br />

epilepsia.<br />

El 15 de agosto,<br />

la comunicadora<br />

comunitaria<br />

y directora de<br />

la Fundación<br />

Madres, Familia<br />

y Futuro, Ivis<br />

Rodríguez González,<br />

se entrevistó con Michel,<br />

director del Policlínico Julio Antonio<br />

Mella y le respondió que le<br />

daría turno a Leydi al día<br />

siguiente para el neurólogo.<br />

El día siguiente los<br />

padres llevaron a consulta la<br />

niña, pero el neurólogo no asistió.<br />

El Dr. Orestes, sub director del<br />

Policlínico remitió la madre a la<br />

posta médica para que le dieran la<br />

historia clínica de Leydi y que con<br />

ella se dirigiera a la pediatra.<br />

La doctora asignada a esta institución<br />

de salud estaba de vacaciones<br />

y la enfermera, informó de la<br />

pérdida de la historia clínica de la<br />

niña e hizo una en blanco para que<br />

la pudiera atender la pediatra; que<br />

le indicó, que producto del retraso<br />

mental, tenía que verla inicialmente<br />

un sicólogo.<br />

En resumen, para que la niña<br />

MISCELÁNEAS DE CUBA NO 4, AÑO VII, JULIO‒AGOSTO <strong>2012</strong> 29<br />

MC<br />

MISCELÁNEAS DE CUBA<br />

“ Juan Carlos ha escrito al gobierno de Guanabacoa,<br />

al Partido y al Instituto de la Vivienda para<br />

obtener esta propiedad, sin resultado alguno”.<br />

tenga un turno médico<br />

para un neurólogo, debe<br />

depender de un pediatra y un<br />

sicólogo, y mientras tanto continúa<br />

sin sus medicinas.<br />

Lo extenso de esta denuncia se<br />

debe a que es imposible resumir<br />

tanta insensibilidad humana, generalizada<br />

por parte de las instituciones<br />

oficiales, en un país que dice<br />

ser ejemplo de justicia social.<br />

Nota: En la recopilación y<br />

verificación de datos y documentos,<br />

así como en la confección<br />

de este escrito intervinieron: Ivis<br />

María Rodríguez González, Yainé<br />

Pintado Aldaya y Arnaldo Ramos<br />

Lauzurique. También han apoyado<br />

a la familia en sus trámites<br />

médicos. ¡

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