noticiario 30 - Ecisa

Primera pág. ➨ Esta transición,
clave para consolidar las perspectivas
de crecimiento de la empresa y crear
las mejores condiciones para su
prosperidad, se produce “en el mejor
momento de la historia de ECISA”,
según ha afirmado su presidente,
con 65 años de edad y 35 de actividad
empresarial. “Yo, por mi parte,
he tomado la medida a la misma
edad en que todo el mundo se jubila
y cuando me encuentro aun con
plena energía y claridad de ideas
para llevar adelante tan importante
decisión, que se ha visto facilitada
por la positiva y comprensiva actitud
de todos los miembros de mi
familia, empezando por la de mi
esposa, Carmen. Es intrínseco a la
actividad del empresario asumir riesgos
y tomar decisiones. Ninguna
tesitura es más crítica que el
momento de su sucesión. Siempre
he dado pasos adelante; pero esta ha
Los
empleados
reciben
información
sobre los
cambios en
la empresa
sido la gran ocasión en que, cumpliendo
con mi deber, he dado un
paso atrás y he dejado sitio para que
mi hijo dé todos sus pasos adelante”.
El nuevo Consejo de Administración
está integrado también por
Marcelo Méndez, que además es
nombrado director general; José
Carlos Brutau, secretario del Consejo,
y Jaime Valcaneras, vocal.
Manuel Peláez describió su nuevo
estatus, en el que se sitúa al margen
de la dirección ejecutiva de la
empresa pero manteniendo su
apoyo personal en sus temas institucionales
y sociales.
Los cambios introducidos en la
administración de ECISA y sus
implicaciones fueron comunicados a
la plantilla de la empresa el 27 de
septiembre en una reunión mantenida
en la sede de FUNDESEM.
“Siempre he apostado por la continuidad
de ECISA en manos de la
EDITORIAL
Primera pág. ➨ piración y un
indispensable caudal de experiencia.
Porque ambas perspectivas comparten
el mismo fin: la buena salud de
la empresa y su continuidad.
Es lógico que las perspectivas
sean dispares según se contemplen
desde una u otra generación. La
empresa de la primera generación
fue creada de la nada o casi, frecuentemente
con mínimos recursos,
con todo un horizonte de incertidumbres
y dificultades ante ella, a
veces incluso contemplada como
una aventura juvenil. En cambio,
la que reciben las generaciones posteriores
son estructuras consolidadas
y definidas, con un mercado ya propio.
Constituyen un punto de partida
que, si por un lado es una sólida
base, por otro representa una fuerte
responsabilidad, ya que las jóvenes
generaciones al frente de ellas se
hacen garantes de una organización
expuesta a las vicisitudes de la economía
y los mercados, pero que es el
medio de vida del que dependen los
que trabajan en ella y sus familias.
Aunque el éxito de la sucesión
en la empresa familiar dependa en
última medida del propio empresario,
que ha de adoptar decisiones a
veces difíciles dentro de su ámbito
más sensible (su entorno familiar),
es indispensable que pueda hacerlo
en un marco legal y tributario no
entorpecedor. Es ahí donde los poderes
públicos deben persistir adoptando
las medidas que las asociaciones
y entidades representantes de este
sector de empresas reclaman insistentemente.
La buena marcha de
las empresas familiares es tan
importante para el conjunto de la
economía que su supervivencia es
demasiado valiosa para que los
poderes públicos se desentiendan y
dejen la solución a sus problemas
exclusivamente en las manos de los
propios empresarios, por capaces y
experimentadas que éstas sean.
SUCESION