Revista 17 - cepese

LA ORDEN DE SAN JUAN DE JERUSALÉN Y LAS PEREGRINACIONES EN LA GALICIA MEDIEVAL
Finalmente, el quinto se centra en el hecho de que Alfonso VII, en el año
1133, donó a Pedro Peregrino de Puente de Miño dos heredades. Se trataba
del Palacio de Portomarín – quién sabe si antecesor de la casa de la encomienda
sanjuanista – y del coto de Meixónfrío, en tierras de Taboada, con la
condición de que a su muerte quedasen para la Domum Dei, es decir, para el
hospital construido en el puente sobre el río Miño. Esta noticia se conserva
entre la documentación sanjuanista lo que, para Barquero Goñi, sugiere su
vinculación con la Orden de San Juan, aunque desconozcamos cuánto posterior
sea dicha relación 22 .
Todo lo anterior tan sólo genera más y más preguntas: ¿Quién es realmente
Petro Peregrino?. ¿Es un donado o un avanzado sanjuanista en tierras gallegas?.
¿Quiénes son esos bonos hominum, qué grado de vinculación mantienen
con Petro Peregrino y, sobre todo, participaron además de en su construcción,
en la atención y mantenimiento del hospital?... Quizás algún día estas preguntas
encuentren respuestas, pero los indicios han sido presentados.
La existencia de Portomarín se documenta ya en el siglo X en relación con
los monasterios de Santa María de Loio y San Salvador y Santa Mariña de Portomarín
23 , aunque su surgimiento como entidad de población diferenciada es
deudor de la construcción del puente sobre el río Miño, al que debe su topónimo
medieval. Probablemente fue el hecho de que se constituyese en un paso estratégico
de caminantes y peregrinos lo que llevó a los monarcas castellano-leoneses
a potenciar el establecimiento sanjuanista en esta villa, asentamiento que
desde la óptica hospitalaria seguramente haya que integrar dentro del proceso
de expansión de la Orden del Hospital por territorio gallego. Se siguieron para
ello modelos presentes en otros espacios de la Corona de Castilla y León,
tomando como uno de los ejes de dicho desarrollo precisamente el Camino
Francés a Santiago que, en el caso de Galicia, dividía a la mitad el territorio en
sentido este-oeste 24 .
Independientemente de las noticias relativas a Petro Peregrino, la primera
evidencia documental del establecimiento de los hospitalarios en Portomarín es
un documento del rey Fernando II de León, fechado el 30 de octubre de 1158.
En él dicho monarca donaba al priori dompno Ordonio Sancti Hospitalis el
monasterio de Santa Mariña de Portomarín y la mitad del realengo in Portomarinoo
25 , señalando que ello se añadía a la otra mitad del realengo que había
donado Alfonso VII a la Orden del Hospital. Parece deducirse de esto, pues,
que la presencia real de la Orden de San Juan en Portomarín se remontaría
cierto tiempo atrás, a algún momento por ahora no determinado de las tres últimas
décadas del reinado del referido Alfonso VII. Se constituiría así este hecho
en otro elemento a tener necesariamente en cuenta a la hora de enfrentarnos a
los documentos protagonizados por el mencionado Petro Peregrino.
Nos encontramos en un momento en el que los máximos responsables hispanos
de las órdenes de San Juan y del Templo asisten a la fundación de la
Orden Militar de Santiago bajo el paraguas protector de la monarquía fernandina.
Sanjuanistas y templarios procurarán integrarse en el juego de poder y
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