en el interior y otros cuentos.pdf - Caballo Perdido
en el interior y otros cuentos.pdf - Caballo Perdido
en el interior y otros cuentos.pdf - Caballo Perdido
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
EL principe<br />
SAMIR<br />
Anlly Paola Quebrada<br />
Mi nombre no importa mucho la verdad, lo importante es lo que les voy<br />
a contar. Soy de un hermoso lugar ll<strong>en</strong>o de naturaleza, casas s<strong>en</strong>cillas,<br />
rodeadas de verdes montañas, con cultivos de café, plátano, yuca, naranjos<br />
que produc<strong>en</strong> suaves aromas y que hac<strong>en</strong> que los pájaros d<strong>en</strong> un concierto<br />
cada mañana. La g<strong>en</strong>te es s<strong>en</strong>cilla, amable, respetuosa, ll<strong>en</strong>a de valores y de<br />
conocimi<strong>en</strong>tos especiales, que te brindan una mano amiga sin ningún interés<br />
y te hac<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tir como un príncipe visitando su reino. Aunque esta si es la<br />
historia de un príncipe… bu<strong>en</strong>o más o m<strong>en</strong>os.<br />
Hace algún tiempo, una tarde normal <strong>en</strong> la que estaba sembrando<br />
plantas <strong>en</strong> <strong>el</strong> patio de mi casa, de rep<strong>en</strong>te escuché un ruido fuerte, era como<br />
de un avión, lo extraño era que cada vez se acercaba más a mi casa, un instante<br />
después un fuerte vi<strong>en</strong>to me levantó mis tr<strong>en</strong>zas y la falda de mi vestido,<br />
d<strong>el</strong>ante de mí se posó una pequeña avioneta de color negro con un escudo<br />
muy hermoso de varios colores.<br />
Mi<strong>en</strong>tras yo trataba de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que sucedía, de bajar mis tr<strong>en</strong>zas y<br />
los pliegues de mi falda, de la avioneta desc<strong>en</strong>dió un jov<strong>en</strong> algo raro: t<strong>en</strong>ía<br />
un vestido de dos piezas de color blanco, con un listón azul <strong>en</strong> la cintura<br />
y <strong>en</strong> su cabeza había una corona de las que usan las reinas de aquí, tras él<br />
desc<strong>en</strong>dieron dos hombres altos muy fuertes y serios que se pararon a su lado<br />
y una señorita muy sonri<strong>en</strong>te que t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> su mano un aparato pequeño que<br />
no reconocí hasta que me fijé bi<strong>en</strong>, un computador pequeño que parecía de<br />
juguete.<br />
Con todo este espectáculo yo no sabía qué era lo que estaba pasando<br />
y m<strong>en</strong>os que hacer, mi<strong>en</strong>tras los veía hablar <strong>en</strong>tre <strong>el</strong>los por mi m<strong>en</strong>te pasaban<br />
muchas ideas, la verdad ninguna era bu<strong>en</strong>a, mi<strong>en</strong>tras yo trataba de adivinar<br />
que pasaba, escuché, una voz.<br />
-¡Hola!, ¿estás bi<strong>en</strong>?<br />
No pude contestar, estaba algo asustada.<br />
-¡Hola!, ¿estás bi<strong>en</strong>?, repitió.<br />
Por fin contesté: sí.<br />
-Qué bi<strong>en</strong>, disculpa la molestia, es que <strong>el</strong> piloto calculó mal, y por eso<br />
casi te lastimamos, pero no te preocupes pagaremos todos los daños.<br />
25