Comandante Genaro Vázquez Rojas
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de las leyes estatales y federales, es decir, a través de la lucha en defensa de los<br />
derechos constitucionales enmarcados en la Constitución Política.<br />
El 20 de noviembre el Consejo Coordinador de Organizaciones del Pueblo de Guerrero<br />
llevó a cabo una impresionante marcha silenciosa de más de 20 mil participantes. Las<br />
concentraciones populares en la Alameda Central de Chilpancingo, donde se estableció<br />
el mercado de comerciantes en huelga, se tornaron cotidianas. Los estudiantes en huelga<br />
recibieron miles de muestras de apoyo, desde económicas y en especie, hasta morales y<br />
apoyo físico enviadas por los barrios y colonias de Chilpancingo, Taxco, Teloloapan,<br />
Iguala, y muchos otros más, además de los apoyos provenientes de fuera del estado,<br />
como la Universidad Nicolaíta. 55<br />
La represión se intensificó a partir del 25 de noviembre cuando las fuerzas policiales<br />
arremetieron a las tres de la mañana contra los comerciantes en huelga para<br />
concentrarlos en el mercado municipal. Policías y soldados del 24º Batallón de<br />
Infantería utilizando sus armas desalojaron la Alameda Granados Maldonado<br />
dispersando la asamblea permanente (parada cívica) instalada desde hacía casi dos<br />
meses frente al Palacio de Gobierno arrestando a más de 200 personas; instalaron un<br />
sinnúmero de ametralladoras de trípode calibre 50 mm alrededor de la Alameda;<br />
cortaron el teléfono y los suministros de agua potable de la Universidad, pusieron sitió a<br />
sus edificios y sostuvieron fuertes enfrentamientos contra centenares de estudiantes al<br />
intentar tomar las instalaciones universitarias. Los estudiantes desde ese momento<br />
quedaron incomunicados del resto de la sociedad, sin víveres y agua. 56<br />
En los siguientes días grupos de mujeres y niños, portando por toda arma banderas<br />
nacionales, bloquearon las calles adyacentes a la Universidad y Alameda Granados<br />
Maldonado. Los enfrentamientos entre fuerzas policiales y el pueblo en general<br />
siguieron sucediéndose. Se produjeron múltiples intentos de desalojo de comerciantes y<br />
resistencia activa de éstos. Patrullas policiales y comandos militares recorrieron la<br />
ciudad detectando y registrando a todas las fuerzas opositoras que encontraron a su<br />
paso. Se produjeron numerosas detenciones indiscriminadas. Las cárceles se llenaron de<br />
anticaballeristas. Se desató el rumor sobre posibles levantamientos armados en<br />
diferentes municipios del estado y compra de armas en Acapulco. La situación fue muy<br />
tensa y complicada.<br />
Para principios de diciembre el gobierno estatal ya había perdido todo control de la<br />
situación. Desde inició de la huelga los poderes administrativos y políticos dejaron de<br />
existir en Chilpancingo, trasladándose lo que quedó a la mansión “El Guitarrón”,<br />
propiedad de Caballero Aburto. Mientras el aparato de seguridad caballerista se mostró<br />
incapaz de contener un movimiento que se encontraba extendido en casi todas las<br />
regiones del estado, incorporando municipios y comunidades enteras. Los informes de<br />
los agentes de la Policía Judicial son sólo una muestra de la impotencia ante el empuje<br />
popular. 57<br />
El aparato de seguridad caballerista comenzó a desquebrajarse. Numerosos elementos<br />
policiales de diversas localidades desertaron y el movimiento popular comenzó a crear<br />
sus propias formas de contraespionaje (por ejemplo, operadoras de teléfonos de<br />
55 Teresita Estrada, op. cit., pp. 98-101.<br />
56 Fernando Reyes, op. cit., p. 24 y Arturo Miranda, op. cit., p. 44.<br />
57 Teresita Estrada, op. cit., pp. 98-101.<br />
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