E - Soldados Digital
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Tirada de esta edición<br />
50.000 ejemplares<br />
ue Manuel Moreno,<br />
enviado nacional<br />
ante el gobierno<br />
inglés, quien en un<br />
extenso documento<br />
redactado en inglés<br />
y francés presentó el 18 de junio de<br />
1833 la formal protesta diplomática<br />
por la toma de las Malvinas. Este<br />
documento -conocido como “La<br />
Protesta”- reiteraba que, al cesar la<br />
innegable soberanía española sobre<br />
las islas debido a la independencia<br />
de las Provincias Unidas del Río de<br />
la Plata, ésta, como nueva nación<br />
reconocida por Gran Bretaña (y<br />
otros países) sucedía al poder español<br />
en los derechos sobre la jurisdicción<br />
de sus posesiones en los<br />
mares del Sur. Inglaterra quedaba<br />
excluida y nada podía reclamar.<br />
Seis meses después, Lord Palmerston<br />
le respondió que los derechos<br />
anglosajones sobre el archipiélago<br />
se fundamentaban en el restablecimiento<br />
de Puerto Egmont en 1771.<br />
El hermano menor de Mariano<br />
Moreno, aquel Secretario de la Primera<br />
Junta de Gobierno y periodista,<br />
volvió a protestar el 29 de<br />
diciembre de 1833 sin obtener respuesta<br />
alguna.<br />
Gran Bretaña afianza<br />
su poder<br />
En 1839 G. T. Whittington fundó<br />
la Falkland Islands Commercial<br />
Fishery and Agricultural Association,<br />
ejerciendo presión ante el<br />
gobierno inglés hasta obtener permiso<br />
de explotación en las Malvinas,<br />
ya que proponía a su compañía<br />
como pionera en la nueva colonia.<br />
Menos de dos años después, arribaron<br />
dos barcos a las islas con colonos<br />
y materiales. Whittington se<br />
afincó en Puerto Luis, estableciendo<br />
un saladero de pescado. A bordo<br />
de la fragata “HMS Hebe”, arribó<br />
en octubre de 1841 el primer gobernador<br />
británico, Teniente Richard<br />
Clement Moody, acompañado por<br />
doce familias. La colonia de<br />
Anson’s Harbour ya totalizaba más<br />
de cincuenta personas. Por indicación<br />
de Lord Edward Smith Stanley,<br />
Secretario Colonial de Estado,<br />
el gobernador Moody asignó la<br />
tarea de investigar el potencial del<br />
área al Capitán James Clark Ross.<br />
En 1843, Ross confirmó que Puerto<br />
Williams podía funcionar como<br />
base de naves de gran calado, agregando<br />
que las costas del actual<br />
Puerto Jackson eran adecuadas para<br />
la construcción de viviendas. El 18<br />
de julio de 1843 el Gobernador<br />
Moody bautizó el poblado con el<br />
nombre de Puerto Stanley (Puerto<br />
Argentino). En 1845 se establecieron<br />
los órganos administrativos del<br />
gobierno colonial: los consejos Ejecutivo<br />
y Legislativo. Para 1846 ya<br />
existían treinta casas de madera con<br />
capacidad para casi doscientos resi-<br />
Año XV Nº 182<br />
Octubre de 2011<br />
Malvinas: los orígenes<br />
F<br />
dentes. En 1848 llegaron otras<br />
treinta familias que ocuparon cargos<br />
en la guarnición y la policía<br />
local y reemplazaron a los que habían<br />
servido como fuerzas del orden<br />
entre 1842 y 1849. En 1858 la guarnición<br />
fue reforzada con un grupo<br />
de 35 “marines” formando “la Falkland<br />
Islands Garrison Company”,<br />
que continuó expandiéndose con<br />
nuevos envíos de personal provenientes<br />
de Inglaterra.<br />
Nuevas protestas<br />
argentinas<br />
Entretanto, la batalla diplomática<br />
continuaba. Hubo otras dos protestas<br />
por parte de nuestro gobierno<br />
(18 de diciembre de 1841 y 19 de<br />
febrero de 1842). Los ingleses<br />
seguían en su postura de negarse a<br />
reconocer ningún derecho argentino.<br />
El 23 de junio de 1843 las islas<br />
fueron formalmente incorporadas a<br />
los dominios del imperio británico a<br />
través de documentos firmados por<br />
la reina Victoria y se trasladó la<br />
capital de Puerto Egmont a Puerto<br />
Stanley. En 1847 fue designado<br />
gobernador George Rennie. Sin<br />
embargo, el 25 de julio de 1848,<br />
durante un debate parlamentario en<br />
1982 / 2011<br />
329 AÑOS<br />
DE LA GESTA DE<br />
MALVINAS<br />
Malvinas bajo el dominio inglés<br />
Consagrada ya la usurpación de nuestras islas del Atlántico Sur, los británicos se abocaron<br />
a la tarea de reafirmar la posesión conseguida por las fuerzas de las armas. De nada<br />
valieron las reiteradas protestas del gobierno argentino, las cuales fueron sistemáticamente<br />
rechazadas en algunos casos y, en otros, ni siquiera obtuvieron respuesta<br />
NOTA 9<br />
MANUEL Moreno, óleo pintado en Londres en 1830 por<br />
Carlos A. Guastavino. Abajo, una estampilla inglesa que<br />
conmemora los 100 años de usurpación de las Malvinas<br />
Londres, el diputado William<br />
Molesworth, que opinaba que las<br />
islas carecían de valor y perspectivas<br />
económicas, se opuso a la postura<br />
gubernamental afirmando que<br />
debía reconocerse el reclamo de<br />
Buenos Aires sobre las islas Falkland<br />
(lo que permitiría reducir los<br />
elevados gastos que insumía la<br />
guarnición militar local). La prensa<br />
londinense atacaba entretanto y<br />
furiosamente a la figura del representante<br />
argentino Manuel Moreno,<br />
afirmando también que las Provincias<br />
Unidas del Río de la Plata eran<br />
“un estado rebelde y de segunda<br />
categoría”. Moreno volvió a reiterar<br />
su protesta diplomática replicando<br />
que nuestro país jamás aceptaría el<br />
despojo cometido por los británicos.<br />
Luego de la batalla de Caseros<br />
(1852), las Provincias Unidas<br />
comenzaron la construcción del<br />
moderno estado argentino y el tema<br />
Malvinas desapareció de la agenda<br />
diplomática. Pero resurgiría vigorosamente<br />
tres décadas después.<br />
En 1845, durante la fiebre de oro<br />
en California, los barcos que iban<br />
hacia el Pacífico y para ello debían<br />
pasar por el Estrecho de Magallanes,<br />
tenían en su ruta de aprovisionamiento<br />
las Islas Malvinas. De<br />
esta manera, Puerto Stanley se<br />
benefició generosamente, ya que<br />
unos ochocientos barcos fondearon<br />
en sus muelles. La reparación y<br />
aprovisionamiento de estos buques<br />
produjo un “boom” económico para<br />
sus habitantes. En enero de 1846,<br />
el comerciante inglés Samuel Lafone<br />
firmó un contrato en Londres<br />
que le otorgaba el derecho exclusivo<br />
de caza de ganado en las islas.<br />
Lafone nunca pisó las islas y aunque<br />
prometió enviar colonos de<br />
ascendencia británica, no hizo esto<br />
y sí, en cambio, envió gauchos e<br />
indios que se establecieron en Hope<br />
Place. Para controlar los animales,<br />
estos criollos construyeron una<br />
barricada en el istmo de Darwin. En<br />
1850, Lafone fundó la “Falkland<br />
Islands Company Limited” para<br />
instalar granjas, ya que el ganado<br />
salvaje había sido cazado hasta<br />
extinguirse. En 1853 el Gobernador<br />
Moody se quejó a sus superiores de<br />
la continua depredación ejecutada<br />
por barcos balleneros y foqueros. El<br />
gobierno británico respondió<br />
enviando fuerzas navales para controlar<br />
las aguas. En 1867 comenzó<br />
la colonización de la Isla Gran Malvina<br />
y dos años después los colonos<br />
ingleses arribaron con ganado,<br />
caballos, herramientas y materiales<br />
de construcción. Los gauchos e<br />
indios rioplatenses fueron reemplazados.<br />
El Presidente Julio A. Roca<br />
buscó dirimir la cuestión por medio<br />
de un arbitraje. Su ministro de relaciones<br />
exteriores, Francisco J.<br />
Ortiz, informó al embajador británico<br />
en Buenos Aires de la iniciativa<br />
pero las autoridades del imperio<br />
respondieron nuevamente con una<br />
rotunda negativa.<br />
El 15 de diciembre de 1884 el<br />
Instituto Geográfico Militar publicó<br />
un mapa de nuestro país que<br />
incluía a las Malvinas como parte<br />
del territorio nacional, lo que preocupó<br />
a los ingleses que iniciaron<br />
una ofensiva diplomática requiriendo<br />
explicaciones. Nuevas invitaciones<br />
a un arbitraje fueron sistemáticamente<br />
rechazadas por Gran<br />
Bretaña, que consideraba el caso<br />
Malvinas como “cerrado”. Pero es<br />
sugestivo que muchos años después,<br />
en 1936, el asesor legal del<br />
Foreign Office, G. H. Fitzmaurice,<br />
redactara en un memorándum las<br />
siguientes palabras: “No estamos<br />
particularmente ansiosos por ir a un<br />
arbitraje, porque nuestro caso tiene<br />
ciertas flaquezas…”<br />
Armando S. Fernández<br />
PRÓXIMA NOTA:<br />
MALVINAS EN EL SIGLO XX