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éstos, Arturo March proclama que en<br />

la Naturaleza rige el azar. SchrÜdinger<br />

afirma que nunca se <strong>de</strong>cidirá experimentalmeaite<br />

si la causalidad rige<br />

o no en la Naturaleza. Niels Bohr proclama<br />

que no existe el <strong>de</strong>terminismo,<br />

y Arturo Reichenbach, en el IX Congreso<br />

Internacional <strong>de</strong> Filosofía <strong>de</strong>l<br />

Congreso Descartes, dijo a gritos que<br />

no quería oír hablar más <strong>de</strong>l <strong>de</strong>teurniinismo,<br />

la inducción y la causalidad en<br />

la Naturaleza. Lo mismo, aproximadamente,<br />

han manifestado Pauli Dirac<br />

en el Congreso <strong>de</strong> Física Soivay<br />

<strong>de</strong> 1937 y Max Born en 1930. Por su<br />

parte, Einstein dice que el in<strong>de</strong>terminismo<br />

es completamente ilógico; peno<br />

tampoco admite el principio causal, al<br />

que califica <strong>de</strong> «precientífico»; y en<br />

lugar <strong>de</strong> causa, pone la noción <strong>de</strong> ley.<br />

Pues bien¿ no se ponen <strong>de</strong> acuerdo los<br />

físicos sobre la noción <strong>de</strong> causa y <strong>de</strong>terminismo.<br />

Pero están casi todos seguros<br />

que reina el azar y no hay libre<br />

albedrío humano, Y la Filosofía <strong>de</strong>be<br />

abandonar sus investigaciones para seguir<br />

dócilmente a la Física. Y Eddington<br />

proclama la superioridad <strong>de</strong>l saber<br />

físico sobre el filosófico,<br />

Y, sin embargo, a pesar <strong>de</strong> que reiteradas<br />

veces Einstein proclamó que<br />

había encontrado una fórmula unitaria<br />

(le los campos, es <strong>de</strong>cir, la ecuación<br />

clave <strong>de</strong>l mundo, que resumiría<br />

en una todas las fórmulas <strong>de</strong> la energía<br />

en transformación, y a pesar <strong>de</strong>l<br />

enorme revuelo que la Teoría <strong>de</strong> la<br />

Relatividad produjo en todos los medios<br />

científicos y filosóficos, nadie<br />

duda ya que la Filosofía nada ha tenido<br />

que apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la Física einsteniana,<br />

y que la Física misma <strong>de</strong><br />

Einstein ha conseguido mucho menos<br />

<strong>de</strong> lo que ha proclamado. Y esto lo<br />

- dicen físicos como Dirac, o astrónomos<br />

como Milne, o filósofos como<br />

Driesch, quienes aseguran que la relatividad<br />

es un nuevo método para medir<br />

magnitu<strong>de</strong>s en el Universo, pero<br />

nada mas. Por su parte, el propio<br />

Max Pianck murió convencido <strong>de</strong> que<br />

los hechos cuánticos no suponen una<br />

perturbación profunda ni en la Naturaleza<br />

ni en el pensamiento humano.<br />

¿ No ha mostrado Ortega y Gasset que<br />

la relatividad era una versión físicomatemática<br />

<strong>de</strong> su teoría <strong>de</strong>l perspecüvismo,<br />

y una nueva forma <strong>de</strong>l absolutismo<br />

racionalista <strong>de</strong>l cual habrá<br />

que apearse tar<strong>de</strong> o temprano? La Física<br />

relativista perdió en austeridad y<br />

silencio lo que ganó en fácil popularidad,<br />

Zubiri ha visto en la nueva Física<br />

lo que ni Eddington, ni Bussell,<br />

ni Born, ni Dirac podían ver con todas<br />

sus ecuaciones, y sus hechos no<br />

siempre bien interpretados, y ha señalado<br />

que el universo <strong>de</strong> la Física<br />

nueva se presenta con un sentido métrico<br />

<strong>de</strong> geo<strong>de</strong>stas o <strong>de</strong> astrónomos, <strong>de</strong><br />

ten<strong>de</strong>ros o farmacéuticos, pero nada<br />

más. Pero la Física pretendía, por lo<br />

visto, fundar una nueva Filosofía, un<br />

nuevo pensamiento, y quizá un hombre<br />

nuevo. Parece <strong>de</strong>masiada ambición<br />

para la Física.<br />

La Fisica se ha metido en terrenos<br />

que no son los propios <strong>de</strong> su saber.<br />

Y ha mostrado en muchos mementos,<br />

no ya escasa cultura filosófica,<br />

sino a veces <strong>de</strong>masiada ligereza<br />

mental y no mucha profundidad lógica.<br />

El principio <strong>de</strong> in<strong>de</strong>terminación<br />

<strong>de</strong> Híesemberg ha venido a comprobar<br />

la tremenda in<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong><br />

i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong> ciencia actual. Ya<br />

hemos visto que Max Born se conforma<br />

con cuatro verda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sentido común,<br />

pero ello no le impi<strong>de</strong> meterse<br />

a discutir y dictar imperialmente sobre<br />

todo lo divino y lo humano. ¿Qué<br />

dirían los físicos si unos cuantos filósofos<br />

o aficionados se pusieran a discutir<br />

problemas <strong>de</strong> física <strong>de</strong>clarando<br />

no saber más? que las cuatro reglas<br />

aritméticas? Reichenbach dijo en 1930,<br />

en el primer número <strong>de</strong> la revista<br />

«Erfeenntnis» —que editaban, y siguen<br />

editando quizá, los <strong>de</strong>l Círculo <strong>de</strong> Viena—,<br />

que había que revisar el positivismo<br />

científico hasta conseguir aue<br />

«el alma y !a divinidad quedarlo<br />

arrancadas <strong>de</strong> ía Naturaleza». Por lo<br />

visto, es también misión <strong>de</strong> la Física<br />

dictaminar sobre el Ubre albedrío humano,<br />

sobre el alma y sobre Dios mismo.<br />

JPascual Jordán tiene tal barullo<br />

<strong>de</strong> i<strong>de</strong>as filosóficas en la cabeza que<br />

ATENEO<br />

— al contrario <strong>de</strong> aquellos <strong>de</strong> Viena —<br />

cree que la noción <strong>de</strong> asar ganado por<br />

la ciencia —según él— viene a certificar<br />

el libre albedrío y la, existencia<br />

<strong>de</strong> un Creador <strong>de</strong>l mundo. El mismo<br />

Miax Plauck, que aun siendo el fundador<br />

<strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> los cuantos, siguió<br />

creyendo en el <strong>de</strong>terminismo natural,<br />

hay momentos en que se trabucan<br />

y confun<strong>de</strong> ía, motivación <strong>de</strong> los<br />

hechos racionales con las causas <strong>de</strong><br />

or<strong>de</strong>n físico, según señaló, ha tiempo,<br />

Raimundo Paniker, un buen filósofo<br />

español.<br />

:<br />

Quizá nos está haciendo falta ms<br />

análisis espectral <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>aes <strong>de</strong> muchos<br />

filósofos <strong>de</strong> hoy hasta <strong>de</strong>scubrir<br />

el más fino texto <strong>de</strong> su pensamiento.<br />

Por ejemplo, ¿qué i<strong>de</strong>a tendrá Bertrand<br />

Russell <strong>de</strong> la «verdad» para llegar<br />

a <strong>de</strong>cir en serio que «es muy posible<br />

que la verdad no se presta a<br />

explicaciones <strong>de</strong>scriptivas, sino tan<br />

sólo a. exi*s»3siones en, fórmulas matemáticas»?<br />

Cabe disculparle como exceso<br />

<strong>de</strong> entusiasmo por las Materna;<br />

ticas; pero ¿qué disculpas podrán tener<br />

afirmaciones como ésta?: «Quisa<br />

con una elección a<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong> sustancias<br />

que se inyectasen en el útero fuera<br />

posible hacer <strong>de</strong> un niño inmatemático,<br />

un poeta, un biólogo o un político<br />

y asegurar que toda su posteridad<br />

sialdrá como él, a no ser que<br />

esté influida por sustancias químicas<br />

contrairritantes.» Y aun aña<strong>de</strong> esto:<br />

«Se ha <strong>de</strong>scubierto que las causas <strong>de</strong>l<br />

creer son, en la vida corriente, esencialmente<br />

análogas a, las que actúan<br />

en el sueño, en la locura o en el hipnotismo...<br />

La ciencia es un árbol que<br />

crece sobre el suelo <strong>de</strong> la «fe animal»,<br />

pero que está podado por las tijeras<br />

<strong>de</strong> la razón.» Russell m> es materialista<br />

ni cree en el espíritu, pero dice<br />

que los sucesos <strong>de</strong> nuestra mente forman<br />

parte <strong>de</strong>l curso <strong>de</strong> la Naturaleza.<br />

También Eddington ha <strong>de</strong>scubierto<br />

que el Universo es <strong>de</strong> la misma<br />

naturaleza «<strong>de</strong> un pensamiento o sensación<br />

en el espíritu universal». Y<br />

también: que «el universo físico es<br />

una estructura que es X, <strong>de</strong> la cual<br />

sólo sabemos que encierra sensaciones<br />

<strong>de</strong> conciencia».<br />

Traigo estos textos sólo para evi<strong>de</strong>nciar<br />

qué <strong>de</strong>smañadas y lerdas<br />

i<strong>de</strong>as filosóficas se alejan en estas cabezas<br />

<strong>de</strong> físicos eminentes. El libro<br />

<strong>de</strong> Russell, titulado pomposamente<br />

«Conocimiento humano», prueba cómo<br />

en esta Europa <strong>de</strong> hoy se pue<strong>de</strong> vivir<br />

<strong>de</strong> las rentas <strong>de</strong> ua sistema <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as<br />

sin haber capitalizado previamente los<br />

ahorros. Y, sin embargo, Russell es<br />

autor <strong>de</strong> una «Historia <strong>de</strong> la filosofía,<br />

occi<strong>de</strong>ntal». Es verdad que en el prefacio<br />

dice noble y sinceramente que,<br />

salvo Leibnix, los filósofos allí contenidos<br />

seráií seguramente más familiares<br />

a ios lectores que al propio autor.<br />

¡Cuánta confusión en estas sabias<br />

cabezas en cuanto se ponen a urdir<br />

meditaciones filosóficas; Así coma hay<br />

poetas que <strong>de</strong>sbarran y se pier<strong>de</strong>n en<br />

cuanto se liberan <strong>de</strong> la dulce ca<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> la rima, así los físicos teóricos<br />

no suelen coordinar bien sus i<strong>de</strong>as en<br />

cuanto se les <strong>de</strong>sengancha <strong>de</strong> sus ca<strong>de</strong>nas<br />

<strong>de</strong> ecuaciones. Es muy curioso<br />

el salto cuántico que experimentan<br />

sus i<strong>de</strong>as, como electrónicas, cuando<br />

pasan <strong>de</strong> una órbita <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rado^<br />

nes a otras. Se compren<strong>de</strong> por qué no<br />

es, no, ya la realidad causal, sino el<br />

mismo pensamiento <strong>de</strong> los físicos matemáticos,<br />

el que pa<strong>de</strong>ce incertidumbre<br />

e im<strong>de</strong>teí-minación. Jeans, <strong>de</strong>slumbrado<br />

por la sencillez y la belleza df 1<br />

la matemática, no compren<strong>de</strong> cómo es<br />

posible que la matemática diga tan<br />

poco acerca <strong>de</strong> ía realidad <strong>de</strong>l mundo,<br />

pues cree que si la mente humana ha<br />

podido concebir el cálculo <strong>de</strong> tensores,<br />

<strong>de</strong> matrices y la geometría tetradimensiional<br />

es porque todo está ya<br />

en la Naturaleza; pues si no lo estuviera,<br />

¿cómo el hombre lo hubiera<br />

<strong>de</strong>scubierto? Aquí no hay ñantlsmo,<br />

sino realismo ingenuo, y se le podría<br />

contestar que porque el ingeniero traduce<br />

a ecuaciones las fuerzas <strong>de</strong>. un<br />

peñasco no por eso vamos a <strong>de</strong>ducir<br />

que e! peñasco sabe matemáticas.<br />

También James Jeans, en un alar<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> superioridad <strong>de</strong>l físico, pregunta<br />

por qué los poetas no graban<br />

y dan vida a su» imágenes, como<br />

los matemáticos graban en la Naturaleza<br />

sus fórmulas matemáticas (lo<br />

cual significa lo contrario <strong>de</strong> lo que<br />

antes dijo> pues ahora vemos que es<br />

la Naturaleza ía que queda afectada<br />

por la matemática, y no al revés),<br />

Pero ha sido Einstein quien ha dicho<br />

que aquello que c,% cierto en las Matemáticas<br />

no está en ía Naturaleza,<br />

y lo que es cierto en la Naturaleza<br />

no está escrito en la Matemática; <strong>de</strong><br />

moda que ni el Universo está escrito<br />

en lenguaje matemático, como aseguró<br />

Galileo, ni ía Matemática traduce<br />

ia realidad <strong>de</strong> ¡a Naturaleza. Por eso<br />

el físico Weizsacelíer ha dicho que la<br />

Física violenta a. la Naturaleza, haciéndola<br />

rendir medías verda<strong>de</strong>s, que<br />

a<strong>de</strong>más son verda<strong>de</strong>s reventadas y sin<br />

jugo vital para el hombre. Es lo que<br />

hizo a Milne levantarse contra muchas<br />

aseveraciones (le la teoría <strong>de</strong> la<br />

relatividad, que luego han recogido<br />

Dirac y otros, por enten<strong>de</strong>r que aquellas<br />

conclusiones son, efectivamente,<br />

precipitadas. Y por eso May propane<br />

volver a una actitud más juiciosa por<br />

parte <strong>de</strong> los físicos, aceptando que la<br />

teoría física es solamente un medio<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>scripción y cálculo matemático<br />

para fenómenos inorgánicos medibles.<br />

De ahí <strong>de</strong>duce que los conceptos «verda<strong>de</strong>ro»<br />

y «Justo» no son aplicables<br />

a la física, <strong>de</strong> hoy, sino los conceptos<br />

<strong>de</strong> «a<strong>de</strong>cuación» y «utilidad». También<br />

un eminente matemático, Bouwer,<br />

dice que la Matemática «no es<br />

un saber, sino un hacer», esto es, que<br />

es práctica y oportunista, no concretante<br />

y dictadora <strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s.<br />

En efecto; la Física se ha extraviado.<br />

En vez <strong>de</strong> ir a la realidad construye<br />

esquemas matemáticos vacíos a<br />

que ía realidad <strong>de</strong>be ajustarse, pero<br />

no se ajusta. Es el último grito <strong>de</strong>l<br />

racionalismo (íesliumanízado. Negando<br />

la observación <strong>de</strong> !o real, y <strong>de</strong> espaldas<br />

a lo real, termina creyendo real<br />

ios frutos <strong>de</strong> la razón lanzada en el<br />

vacío al impulso <strong>de</strong> su propio ímpetu.<br />

La realidad se ha evaporado en conceptos<br />

puros, sin imágenes, y el movimiento<br />

falso <strong>de</strong> signos y símbolos<br />

<strong>de</strong> la ecuación preten<strong>de</strong> reñejar la<br />

realidad. El átomo se <strong>de</strong>sdoblo en<br />

electrones. Esto era real. Los electrones<br />

se <strong>de</strong>sdoblaron en corpúsculos<br />

y ondas, que parecían ya ser y no ser<br />

reales, por mitad. Ahora aparece en<br />

la matemática la «onda <strong>de</strong> probabilidad»<br />

que nadie sabe lo que es. Eí<br />

físico <strong>de</strong> hoy, el gran absolutista <strong>de</strong>l<br />

pensamiento, dice que hay que ir a<br />

' las cosas, pero se queja y extraña <strong>de</strong><br />

que las cosas le sean indóciles. Si niega<br />

el causalismo <strong>de</strong> la Naturaleza es<br />

porque quiere afirmar el <strong>de</strong> su racionalidad<br />

sobre las cosas, y así preten<strong>de</strong><br />

sujetar la realidad encabritada con<br />

ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> ecuaciones. El físico finge<br />

que se aviene y se resigna a esa indocilidad<br />

<strong>de</strong> lo natural, y hasta supeditarse<br />

a lo que ia, realidad diga. Pero<br />

son las astucias <strong>de</strong> siempre en. el<br />

hombre racionalista, que tiene instintos<br />

<strong>de</strong> cazador. Como el cazador, finge<br />

vestirse <strong>de</strong> lo mismo que aquello<br />

QUñ quiere cazar. El físico teórico observa<br />

unos hechos y le aplica una, teoría<br />

racionalista, ía relatividad; pero al<br />

ver que la realidad escapa a sus re<strong>de</strong>s<br />

busca y encuentra otra, la cuántica,<br />

y ahora, por ía espalda <strong>de</strong> los<br />

hechos, quiere unir ambas teorías, como<br />

las trenzas <strong>de</strong>l mandarín letrado<br />

y sabihondo se unen por ía nuca, en<br />

una coleta bien trenzada. Es el sueño<br />

<strong>de</strong> todo físico teórico. L-a. verdad<br />

es que la ciencia racionalista, precisamente<br />

por exceso cíe racionalismo,<br />

no entien<strong>de</strong>n las cosas que ocurren<br />

a cierta profundidad <strong>de</strong>l saber. L,a<br />

ciencia es ciencia y no íHosofía en la<br />

medida en que nada profundo entien<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> los fenómenos reales. Para enten<strong>de</strong>r<br />

en profundidad hace falta meditación<br />

fiíosóñca y no solamente observación<br />

<strong>de</strong> hechos ni <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong><br />

ecuaciones. Nadie sabe qué es la luz,<br />

ni !a electricidad, ni el espacto, ni la<br />

energía, y no por eso la ciencia muere<br />

<strong>de</strong> inanición, sino que, al revés,<br />

<strong>de</strong> esa ignorársela se alimenta, porque<br />

en ella halla estiirmíos. El Universo<br />

real no es un sistema <strong>de</strong> ecuaciones,<br />

y las ecuaciones, por impersonales,<br />

no reflejan al hombre ni, mucho<br />

menos, a 1>ios.<br />

é<br />

HOMBRE<br />

VULGAR?<br />

p <strong>de</strong>l domingo. En el<br />

interior <strong>de</strong>l bar vibra una grata<br />

sombra verdosa, que aviva su color<br />

por contraste con el furioso ama.<br />

rillo <strong>de</strong>l sol que barre la calle. En<br />

una mesa, ante el mostrador, cuatro<br />

hombres juegan al dominó, indiferentes<br />

a todo lo que no sean las Inci<strong>de</strong>ncias<br />

<strong>de</strong> la partida. De vez en<br />

cuando, un mirón <strong>de</strong>sliza su comentario,<br />

pero nunca obtiene respuesta.<br />

Los jugadores sólo hablan, y muy<br />

brevemente, en el intervalo <strong>de</strong> las<br />

partidas, mientras uno <strong>de</strong> ellos apunta<br />

Jos resultados en el mármol <strong>de</strong> la<br />

mesa.<br />

Fijémonos un momento en él, en<br />

el jugador que apunta con un cabo<br />

<strong>de</strong> lápiz. Es joven,, más bien bajo;<br />

lleva un bigrotillo negro y el cabello<br />

protegido <strong>de</strong> toda veleidad por una<br />

generosa dosis <strong>de</strong> fijador. Va ,en<br />

mangas <strong>de</strong> camisa; ha <strong>de</strong>jado la<br />

chaqueta en el respaldo <strong>de</strong> una silla.<br />

¿Quién es este hombre, en qué<br />

trabaja, que piensa, cuáles son sus<br />

preocupaciones?<br />

Aventuremos nna suposición: probablemente<br />

está empleado en las oficinas<br />

<strong>de</strong> alguna industria <strong>de</strong> este<br />

barrio. Y. por su aspecto, nos sería<br />

fácil fantasear sobre su vida monótona,<br />

sobi-e las columnas <strong>de</strong>l «<strong>de</strong>be»<br />

y el «haber», sobre sus diversiones<br />

sin aliciente, su timi<strong>de</strong>z, su abrumada<br />

resignación, su falta <strong>de</strong> horizontes,<br />

su fastidio sin protesta ante las<br />

mezquinas resignaciones familiares,<br />

su vida vulgar, vulgar, vulgar. En<br />

«na palabra, podríamos acordarnos<br />

<strong>de</strong> iodos Tos tópicos <strong>de</strong> tantos escritores<br />

(nerdón: sendoescritores), que<br />

en novelas, dramas, comedias, artículos<br />

y ensayos nos han <strong>de</strong>scrito una<br />

y otra vez, sin cansarse,, aburridamente,<br />

la vida <strong>de</strong> ese hombre que<br />

llaman medio, <strong>de</strong> la calle, vnlgar,<br />

sea oficinista, corredor ñe comercio<br />

o albañil; <strong>de</strong> ese nombre al aue creen<br />

—con penetración escasísima— incapaz<br />

<strong>de</strong> una risa abierta, <strong>de</strong> na<br />

«frito <strong>de</strong> dolor, <strong>de</strong> una preocupación<br />

lacerante, <strong>de</strong> unas vetas <strong>de</strong> ternura,<br />

<strong>de</strong> ira, <strong>de</strong> amor, <strong>de</strong> compasión, <strong>de</strong><br />

protesta. A <strong>de</strong>cir verdad, asombra y<br />

fastidia tanta miopía, tanto consi<strong>de</strong>rar<br />

a ese mítico hombre vulgar<br />

como un subproducto humano.<br />

Con un poco más <strong>de</strong> valor —qne<br />

es lo aue nos falta a todos— rebanoferiamos<br />

que las capas sunerficiales<br />

pue<strong>de</strong>n ser todo lf> «omnacf&s que se<br />

antera, nero «oe todo hombre es en<br />

FU interior un volcán que en cualrtuier<br />

momento puc&e lanzar un<br />

m^nsaíe <strong>de</strong> faep;o, <strong>de</strong> ese fuego comtif<br />

nue nos m>p. subterráneamente<br />

3. todos. Desconfiemos, <strong>de</strong>sconfiemos<br />

<strong>de</strong>l aenecto <strong>de</strong> la lava petrificada y<br />

fría. En cualquier momento...<br />

Lo eme ocurre* *s que aouí, como<br />

muy niets <strong>de</strong>cía TJnamnno, no tenemos<br />

interés por el hombre. Más aún.<br />

sii eniibesárnoslo. le tenemos miedo.<br />

;TVÍie5n, y no caigamos e*i aquellos<br />

estúajelos tópicos. ¿Un hombre vulgar?<br />

No, un hombre.<br />

JUAN GOMIS

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