Id El Tamasite ya juega.

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El Tamasite ya juega.
Entrevista indiscreta: Juan Afonso.
PEDRO AMADOR: «En el
juzgado no hay irregularidades,
pero antes existían
numerosos defectos)). C
Subsanar las deficiencias de abastecimiento, obietivo prioritario del Plan de Obras.
Hernández Mancha se va encantado de Fuerteventura.
La visita de los políticos al Parlamento Europeo.

ción del modo de producción capi-
talista conformará una determinada
estructura viaria, y a diferencia con
el resto del Estado no va a ser la Ad-
ministración Central la que mayor nú-
mero de Kms. realice, sino que co-
rresponde al Cabildo Insular. Aunque
eso si, el Estado es el propietario de
las más importantes arterias, mien-
tras que el Cabildo cubre el resto del
sistema viario junto con el IRYDA y
la colaboración de algunos Ayunta-
mientos.
En cualqUier caso, el principal ob-
jetivo que ha perseguido esta políti-
ca de transporte ha sido concentrar
el máximo de inversiones en las
áreas de demanda, primero la agri-
El mal estado del firme de nuestra red viaria es comprobable en toda la isla
LA VOZ DE FUERTEVENTURA 27
cultura y ahora el turismo; producien-
do con ello un desarrollo desarticu-
lado y poco homogéneo, que se
comprueba con facilidad observan-
do la polarización de la actividad eco-
nómica en determinados espacios y,
por consiguiente, la estructuración de
la red viaria en función de tal come-
tido.
La

28 LA VOZ DE FUERTEVENTURA
que hoy nos encontramos en nues-
tra ciudad, bástenos citar, por ejem-
plo, los números 18 y 20 de la calle
León y Castillo, el número 30 de la
calle Seudonimo Alonso, varias de
las que vemos en las calles Teófilo
Martínez de Escobar, Doctor Mena,
García Hernández y Juan Domínguez
Peña; el propio edificio del Archivo
Histórico Insular, los muchos hornos
que aún subsisten a orillas del mar
testimoniando la economía de una
época; el cementerio, donde quienes
hicieron este Puerto no solo nos de-
jaron sus huesos, sino también el
propio recinto que constituye un
conjunto de indudable interés.
En fín, si hoy intentáramos reco-
rrer el viejo Puerto Cabras, si no nos
damos prisa, muy posiblemente, se
nos tornaría la intención un lamento
interminable.
Pero veamos desde la hoy inexis-
tente Plaza de España quienes la re-
cuerden comprenderán porque la
traigo a esta tribuna, la evolución del
templo que hoy nos ocupa, a través
de dos tipos de fuentes: los expe-
dientes de su construcción, seguidos
por el Ayuntamiento, primero, por la
Junta de la Iglesia, después (11, y las
distintas referencias que nos encon-
tramos en las Actas del Ayuntamien-
to hasta 1.900. Unos y otros, junto
a esquemas y fotografías de finales
del pasado siglo y principios del pre-
sente, nos ayudarán a recrear lo que
pretendemos.
El fin de nuestro trabajo era ofre-
lglesia de Puerto del Rosario.
cer un catálogo de la documentación
contenida en los expedientes a que
nos hemos referido y que abarcan de
1824 a 1857, por lo que creimos rea-
lizado en las Actas del Ayuntamien-
to (21, complementarlos con otras re-
ferencias posteriores a las fechas de
los expedientes. Veamos pues:
- Dos expedientes seguidos por
el Ayuntamiento de Puerto Cabras de
cara a la construcción de la Iglesia:
el lo desde 1935 a 1839 y el 2O, de
1845 a 1857.
- Como antecedentes traemos
aquí la solicitud que varios vecinos
de la naciente población elevaban al
Obispo en 1812, para la erección de
un oratorio o capilla en la calle de la
Marina, obligándose, en el plazo de
tres años, a levantar una ermita.
De los sucesivos memoriales que
se elevan a las Autoridades Provin-
ciales y al Ministerio de Gracia y Jus-
ticia a través de aquellas, se despren-
de que la construcción de la ermita
a que se obligaron en 1812 se mate-
rializó en 1824, concretamente en la
Plaza donde ya se preveía el lugar de
su asiento, según el plano levantado
a principios del siglo XIX por Diego
Miller.
Tenemos pues un primer momen-
to en que la burguesía comercial de-
cide elevar una ermita con vocación
de parroquia, frente a la de Tetir, y
mucho antes de constituirse el Mu-
nicipio de Puerto Cabras.
La segunda fase viene marcada
desde febrero de 1835, en que la pri-
mera corporación se establece por
O De los textos y de los fotos, los outores. Digitolizorión Bibliotero Muniripol Puerto del Rosorio/Hemerotero y fondos esperioles, 2007-2008
meta inicial el segregarse no solo a
nivel civil, sino también en lo espiri-
tual de la cabeza del Distrito de Te-
tir, al que perteneció inicialmente la
entidad de Puerto Cabras. Así se
acometen las obras hasta que la de-
cadencia del comercio de las barri-
Ilas y la emigración padecida entre
1840 y 1844 provoca su abandono
(3).
El tercer moment0.a que necesa-
riamente nos referimos viene marca-
do por el segundo de los expedien-
tes que en dicha materia instruye el
Ayuntamiento de Puerto Cabras: de
1845 a 1857. Cuyo expediente se
encabezará con un donativo que el
entonces Obispo, Judas José Romo
-a la sazón de visita en la isla- hace
a la fábrica de la iglesia, a la vez que
anima a los munícipes a continuar-
la.
A partir de estas fechas serán
muy esporádicas las obras en la igle-
sia, limitándose la intervención mu-
nicipal a solicitar reiteradamente la
erección de la parroquia, que no se
conseguiría hasta 1906, no sin an-
tes establecerse conflictos de propie-
dad entre Iglesia y Ayuntamiento, al
ocupar este la que durante mucho
tiempo sirvió de capilla en servicio,
a los pies del templo que se cons-
truía.
Andando el tiempo se creará en
1928 la Junta, para la Ampliación y
Reparación del Templo, cuya actua-
ciones concluirán con el pedimento
de realizar una torre campanario en
1930.