09.05.2013 Views

Selma Lagerlöf - Edocr

Selma Lagerlöf - Edocr

Selma Lagerlöf - Edocr

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

árboles. Observaba cómo la ardilla saltaba de rama en rama, tan<br />

ligera<br />

que parecía volar. Observaba que la marta, aun sin dar muestras de<br />

tal<br />

habilidad, descendía y subía por los troncos de los árboles con la<br />

misma<br />

seguridad que si recorriera los llanos caminos del bosque. “Si yo<br />

pudiera trepar de esa manera —pensaba la zorra—, no dormirían<br />

los<br />

patos tranquilamente mucho tiempo.<br />

Cuando la ardilla cayó en las garras de su enemigo, avanzó Esmirra<br />

hacia la marta, deteniéndose unos pasos antes de llegar para<br />

demostrarle que no abrigaba el propósito de arrebatarle su presa.<br />

Esmirra sabia decir muy bellas palabras, como todas las zorras. La<br />

marta, que con su cuerpo alargado y flexible, su cabeza fina, su piel<br />

sedosa y su cuello de un moreno claro, parecía una maravilla de<br />

hermosura y no era, en realidad, más que un habitante salvaje de<br />

los<br />

bosques, apenas si respondió a su interlocutor.<br />

—Me asombra —dijo la zorra— que un tan buen cazador como tú<br />

se<br />

contente con echar el diente a las ardillas, cuando tienes a tu<br />

alcance<br />

una caza mejor.<br />

Hizo una pausa; mas como la marta se riera insolentemente en sus<br />

narices, añadió:<br />

44

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!