Dafnis Y Cloe O Las Pastorales De Longo - Historia Antigua
Dafnis Y Cloe O Las Pastorales De Longo - Historia Antigua
Dafnis Y Cloe O Las Pastorales De Longo - Historia Antigua
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Anonimo<br />
<strong>Dafnis</strong> Y <strong>Cloe</strong> O <strong>Las</strong> <strong>Pastorales</strong> <strong>De</strong> <strong>Longo</strong><br />
hermoso. Cogieron, por último, flores de las que daba la estación, coronaron con<br />
ellas a las imágenes y colgaron como ofrenda la flauta de Dorcon en la pared de<br />
la gruta. Hecho esto, salieron a ver cabras y ovejas. Todas estaban echadas, sin<br />
pacer ni balar, sino, a lo que yo entiendo, harto afligidas por la ausencia de<br />
<strong>Dafnis</strong> y <strong>Cloe</strong>. Así fué que en cuanto los vieron y oyeron que las llamaban como<br />
de costumbre y que tocaban la churumbela, se alzaron todas alegres, y las ovejas<br />
se pusieron a pacer, y las cabras a brincar y a balar, celebrando que su cabrero se<br />
había salvado.<br />
Con todo esto, <strong>Dafnis</strong> no podía recobrar su antiguo contento desde que vio a<br />
<strong>Cloe</strong> desnuda y patente toda su beldad, escondida antes. Le dolía el corazón<br />
como si hubiera tomado ponzoña, y su aliento ya era fuerte y agitado, como de<br />
alguien a quien persiguen, ya desfallecido, como por el cansancio de la fuga.<br />
Parecíale el baño de <strong>Cloe</strong> más temible que la mar, y pensaba que su alma estaba<br />
aún cautiva de los piratas: pues, como mozuelo campesino, ignoraba las<br />
piraterías de Amor.<br />
LIBRO SEGUNDO<br />
Estaba ya en su fuerza el otoño, se acercaban los días de la vendimia, y todo era<br />
vida y movimiento en el campo. Unos preparaban los lagares, otros fregaban las<br />
tinajas; éstos tejían canastas y cestos o afilaban hoces pequeñas para cortar los<br />
racimos, y aquéllos disponían la piedra o la viga para estrujar las uvas o<br />
machacaban mimbres y sarmientos secos para hacer antorchas a cuya luz<br />
trasegar el mosto de noche. <strong>Dafnis</strong> y <strong>Cloe</strong> habían abandonado ovejas y cabras, y<br />
prestaban en tales faenas el auxilio de sus manos. Él acarreaba la uva en cestos,<br />
la pisaba en el lagar y llevaba el mosto a las tinajas, y ella condimentaba la<br />
comida de los vendimiadores, les daba a beber vino añejo, y hasta vendimiaba a<br />
veces en las cepas bajas; porque en Lesbos las viñas no están en alto ni enlazadas<br />
en los árboles, sino rastreando los sarmientos como la hiedra, de modo que una<br />
criatura apenas salida de los pañales puede allí coger racimos.<br />
Según usanza en esta fiesta de Baco y nacimiento del vino, acudieron mujeres de<br />
las cercanías para ayudar en las faenas, y las más ponían los ojos en <strong>Dafnis</strong> y<br />
encarecían su belleza como igual a la del dios. Una de las más avispadas y<br />
audaces le besó y el beso supo bien a <strong>Dafnis</strong> y afligió a <strong>Cloe</strong>. Y los que estaban<br />
en el lagar echaban a <strong>Cloe</strong> no pocos requiebros, saltaban furiosamente como<br />
sátiros que ven a una bacante, y deseaban convertirse en carneros para que ella<br />
los llevase a pacer; con todo lo cual <strong>Cloe</strong> se regocijaba y <strong>Dafnis</strong> se ponía<br />
mohíno. <strong>De</strong> aquí que ambos ansiasen el fin de la vendimia, la vuelta a su<br />
frecuentada soledad campestre, y oír, en vez de aquel desconcertado bullicio, el<br />
son de la zampona y el balar de la grey.<br />
Pocos días pasaron y las viñas quedaron vendimiadas y las tinajas llenas de<br />
mosto. Como ya no había necesidad de tantos brazos, volvieron ellos a llevar el<br />
ganado a pacer. Muy satisfechos entonces dieron culto a las Ninfas y les<br />
ofrecieron racimos con pámpanos, primicias de la vendimia. Nunca habían<br />
Página 22 de 65