La regulación jurídica de las ventas por lotes - Instituto Nacional del ...

y desayuno, por ej.), o con mezcla de productos y servicios (compra de un ordenador, e imposición de un
contrato de asistencia técnica anual).
(11)Ordenanza 45-1483 sobre los precios, de 30 de jumo de 1945, J.O. de 8 ae julio de 1945. y lectif de 21 de julio y de 8 de septiembre;
LJWVCI'MMÍ-HLIAL. 1983 cit. n 15 (puesta al día]- Se recoge también parcialmente en KP-VSSFR, BU-ooll. La repiessiun de la
concurrence deloyale dans les etats membres de la CE E.11. Tomo IV Francia, Eel Oalloz, París 1972. pp. 625 y ss.
Más problemas de interpretación puede plantear la venta subordinada de un lote de unidades de consumo.
¿Realmente se puede decir que hay venta subordinada en el caso de que una persona quiera comprar una sola
galleta, por el hecho de que la unidad de venta más pequeña sea de 10 galletas? El ejemplo cumple todas las
características de la definición de la Ordenanza, y sin embargo conviene precisar que, en ese caso, la galleta no
seria una unidad de venta sino una unidad de consumo. En principio parece que la empresa debería tener
libertad de decisión sobre si la unidad de venta va a ser un paquete conteniendo 10, 20, o 100 galletas, si va a
vender la cubertería por piezas sueltas o va a venderla como un todo indivisible compuesto por los cubiertos
necesarios para 12 servicios.
Podríamos decir, sin embargo, que a pesar de que esta libertad de decisión parece indiscutible en principio,
puede darse el caso (hoy cada vez más raro por la economía de abundancia y la competencia) de que una
empresa presente como unidad de venta un conjunto de productos que, a lo ojos del cliente, constituyen un
abuso por superar la media racional de lo que es habitual. Sería el caso de que la empresa de cubiertos
considerase como la unidad de venta más pequeña una cubertería completa para 40* comensales, cuando lo
habitual es que sea de 12, o el fabricante de galletas considerase unidad de venta mínima un paquete
conteniendo 10 kgs. de galletas. A esta figura la llamaremos venta subordinada de unidades de consumo,
teniendo en cuenta que hemos partido de la base de que el número de unidades de consumo que componen la
unidad de venta es desproporcionadamente mayor de lo que se considera habitual. Así, aunque un fabricante
de galletas decidiera que su unidad mínima de venta fuera el paquete de 1/2 kg., no se debería considerar que
hay venta subordinada, por el hecho de que otro fabricante presentara envases con menor cantidad de galletas.
Hay que destacar sin embargo que con una interpretación estricta del Art. 37, 1°C de la Ordenanza 45-1483
mencionada, se podría considerar que hay venta subordinada tanto en el paquete de 10 galletas como en el de
10 kgs. de galletas.
Para resumir podemos decir que la venta subordinada puede darse en el caso en que para realizar la compra
de una unidad de venta se exija que el cliente compre además otra unidad de venta, y también en el caso de
que el vendedor haya considerado unidad de venta mínima una cantidad de unidades de consumo
desproporcionadamente mayor de lo que se considera habitual.
3. Panorámica general: los principios a respetar y la legislación aplicable
En términos generales se podría decir que la venta por lotes puede prestarse a la violación de dos principios
fundamentales que deben ser respetados. El primero de ellos es el de la libertad de elección que debe tener el
comprador. El segundo, el de la necesaria información que debe proporcionársele para que la decisión de
compra se haga en base a unos criterios lo más racionales posibles, que le permitan la comparación entre los
productos.
La libertad de elección puede verse afectada por dos peligros: el primero de ellos, y más grave, sería el caso en
el que al cliente se le obligara a comprar una cosa que no quiere, al realizar la compra de un producto que
desee (venta subordinada). El segundo peligro es el de que se presione psicológicamente al comprador para
que compre un producto que no necesita, por el atractivo de otro producto (la prima) que acompaña al primero.
El principio de la información para la toma de la decisión de compra, puede a su vez verse afectado de dos
maneras posibles: la primera, si hay una comunicación engañosa que hace pensar al comprador que va a
obtener un producto de forma gratuita, por la compra de otro, en el caso de que ésto no sea cierto (12). La
segunda, cuando no se le dan al comprador todos los datos necesarios para que pueda saber si,
económicamente, le merece la pena o no (y en que proporción) la adquisición del conjunto de productos.
La legislación económica francesa consagra todos estos principios, pero en distintos textos legales cuyos
objetivos no eran los de la regulación específica de las ventas por lotes. Esto ha dado lugar a que haya sido
necesaria una verdadera investigación en la normativa aplicable a los precios y a la publicidad con el fin de
averiguar si todos estos principios están o no recogidos en ellas y cual es la norma vigente en la actualidad.
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